INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA DE MASAS

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robertexto.com

Antonio Hernández Mendo, Angustias Estrella Colomo
Pilar Gálvez Cordero e Irene Ortega Alcántara

Universidad de Málaga  (España)

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Violencia colectiva

    Seguramente las manifestaciones de violencia colectiva (tumultos, disturbios, linchamientos...) son los fenómenos que más nos impactan, tal vez por el grado de violencia, por los catastróficos efectos que pueden tener y sobre todo por lo inexplicable que nos resulta comprender que multitudes que un minuto paseaban tranquilamente por la calle, de repente estallan en tumultos violentos. Para entender mejor el porqué y el cómo de tales fenómenos habría que recordar algunas de las características de las masas tales como la sugestión, el contagio, la desindividualización, etc. Sin embargo, y contradiciendo las afirmaciones de Le Bon, Stoetzel (1966) afirma que hay notables diferencias en las actitudes y comportamientos colectivos, diferencias asociadas a situaciones determinadas. A continuación desarrollaremos distintas manifestaciones de violencia colectiva.

6.1. Disturbios callejeros

    Como ilustración del tema contaremos el motín racial de 1943 en Detroit. Aunque no se conoce la naturaleza exacta del motín éste se produjo un una noche húmeda del domingo 20 junio de 1943 en un puente famoso, una zona de ocio junto al río Detroit. Los periódicos informaron de una pelea entre un negro y un blanco. Corrieron frecuentes rumores de que un bebé negro había sido arrojado desde el puente por gamberros blancos. El mismo rumor corrió por otros barrios, pero con los papeles raciales invertidos. Las peleas se propagaron desde el puente hasta un parque cercano pasando luego a la misma ciudad. En muy poco tiempo 5000 personas se vieron envueltas en la pelea. Se mandaron delegaciones de la policía. Al lunes siguiente turbas de blancos fueron a por los negros, convirtiendo el centro de la ciudad en una batalla. Hacia la medianoche el gobernador había tomado las disposiciones necesarias para el envío de tropas federales y los soldados establecieron una tregua. 34 personas habían muerto.

    Le Bon dijo que «el individuo dentro de la masa pierde absolutamente su yo, su identidad, y se convierte en algo radicalmente diferente. Incluso la masa desocializaría a sus miembros, de una forma temporal pero profunda, convirtiéndolos en hombres primitivos. De ahí que cualquier persona, incluso la más pacífica y sensible, puede convertirse dentro de la masa en un salvaje». Pero su teoría no parece totalmente satisfactoria. Otras teorías más serias y modernas son las de Turner y Killian (1987) y la de Reicher. Turner y Killian afirma que los tumultos o disturbios son procesos dinámicos que no surgen, como creía Le Bon, por generación espontánea, por la mera reunión de un gran número de personas en una multitud, sino a través de diferentes etapas que ellos concretan en estas cuatro aunque no todos los desórdenes colectivos pasan por el tercero: Inicio o Evento precipitador. Un gesto o evento del adversario puede ser visto por la comunidad presumiblemente agraviada como una evidencia concreta de la injusticia a que se ve sometida, lo que provoca su hostilidad o su rabia que con frecuencia desatan en violencia. Normalmente se distorsiona por rumores que lo hacen más grave de lo que en realidad es. Atrae a un gran número de personas guiadas por la curiosidad, el rumor, la vecindad...

Confrontación. Después del hecho instigador muchas personas empiezan a merodear por la escena. Los potenciales promotores del disturbio comienzan a articular la rabia acumulada en la masas y se disputan sugerencias de cursos de acción violentos. Otros líderes de la comunidad sugieren la disolución de la multitud y el estudio del problema con más calma. Aparecen las fuerzas del orden y tratan de romper el pulular y el crescendo en las informaciones agresivas que circulan en la masa. Intentan que esta se disperse. En ese momento es clave la conducta de las fuerzas policiales que podrían elevar la temperatura de la confrontación. La respuesta de las autoridades civiles es también crucial.

Confrontación violenta. Una vez roto el diálogo social se produce un salto cualitativo que lleva a esta violencia en la calle. La hostilidad hacia otros grupos y personas es la característica principal.

Disolución. Se intentan determinadas estrategias de interrupción de la violencia colectiva, como la separación o el aislamiento de los individuos implicados en la precipitación del incidente antes de que la masa haya comenzado a tener una unidad sustancial. Otra estrategia es la interrupción de la comunicación dividiendo la masa en unidades más pequeñas. No se debe permitir a los miembros de la multitud que descubran cuántas personas son de su misma opinión. Si es posible, las fuerzas antidisturbios intentan la separación de los líderes del resto de la masa. Otras veces, se procura distraer la atención de la masa de su punto focal. Finalmente se previene la extensión y refuerzo de la masa mediante su aislamiento físico.

    No obstante esta teoría de Turner y Killian explica el cómo de los disturbio pero no el porqué, además sigue siendo un poco simplista, aunque no tanto como la de Le Bon. Mucho más compleja es la teoría de Reicher. En efecto, visto desde fuera, y sin analizarlo mucho, un tumulto es algo caótico como decía Le Bon, y las personas pacíficas se vuelven salvajes dentro de una masa. Sin embargo, si profundizamos más, como hizo Reicher (1989, 1990), veremos que los procesos que se desencadenan de los disturbios callejeros sí tienen sentido, significado y hasta finalidad. Reicher basa sus investigaciones en la teoría de la identidad social de Tajfel y Turner, que pretende especificar la forma precisa de estructuración social de la cognición humana.

    Según la teoría de la identidad social, en ciertas circunstancias los miembros de un grupo no actúan según sus características individuales, sino según su autopercepción como miembros de ese grupo, es decir, según su identidad social ¿puede ello aplicarse a la conducta colectiva? Pues Reicher dice que la masa no puede equipararse sin más a otros grupos, ya que los fenómenos de masas no se ajustan a una rutina, sino que están marcados por un elevado grado de novedad y ambigüedad. Como ilustración de cómo funciona la teoría de la identidad social Reicher consideró el siguiente caso: un grupo de individuos toma parte en una manifestación antifascista y se encuentra de repente con un mitin fascista. El problema al que se enfrentan consiste en: ¿qué hay que hacer, como antifascistas, en esta situación?. Supongamos que una persona considerada como miembro del propio grupo (quizá porque lleve una insignia) coge una piedra y la tira contra el mitin. Este acto puede convertirse en atributo criterial de la masa. De ahí que todos pueden empezar a lanzar piedras. Este ejemplo pone de manifiesto que la construcción de la identidad de la masa no se produce en el vacío.

    Los individuos no se preocupan de crear una identidad nueva, sino de determinar la significación situacional de una categoría ya existente. Como conclusión a la teoría de la identidad social diremos que según Le Bon el individuo dentro de la masa se vuelve salvaje porque la masa lo desindividualiza y lo desocializa, quitándole la capa de civilización que la sociedad había formado en él. Pero este enfoque plantea dos problemas según Reicher: primero, la desindividualización ignora el contexto de la conducta y no distingue entre anonimato en grupo y anonimato en aislamiento. Hay evidencia de que los individuos que están desindividualizados en los grupos no siempre se comportan de modo antisocial, sino que se adhieren a las normas del grupo. Segundo, los miembros de la masa resultan anónimos sólo con respecto a los extraños y no con respecto a algunos miembros de la masa; cuando un individuo se encuentra inmerso en una muchedumbre, no es que pierda su identidad, sino que su conducta será dirigida sobre todo por su identidad social. Así, es sólo el miembro de la masa, actuando en términos de la construcción social e histórica que es la identidad social, quien constituye el auténtico sujeto de la historia. De ahí que las masas posean un sentido histórico y social, y los disturbios en que se implican constituyen sus formas de manifestarse y de actuar social e históricamente cuando desde el poder los grupos dominantes no les conceden otras vías de expresión.

6.2. El linchamiento

    Las noticias que tenemos sobre linchamientos nos llevan hasta la antigüedad, aunque actualmente tengamos más conciencia de tales casos gracias a los medios de comunicación. Así, desgraciadamente es frecuente ver en televisión el linchamiento de soldados británicos a manos de simpatizantes del IRA, el apaleamiento de un ertzaina por radicales vascos, etc. aunque no podemos decir que el fenómeno sea exclusivamente norteamericano, quizá sí sea allí donde más se produzcan. Las películas norteamericanas son el mejor ejemplo. De hecho de allí proviene el término. Los linchamientos comenzaron siendo una forma concreta de justicia en el oeste recién colonizado y en el sur fue un complemento de la ley esencial para controlar la excesiva delincuencia de los negros. J.E. Cutleer, en su obra Lynch-Law (1905) considera que la mejor versión de su origen es la que lo atribuye a un coronel llamado Charles Lynch que organizó a ciudadanos destacados de su región de Virginia para que actuaran como ley local.      Puesto que el tribunal más cercano se encontraba a cerca de trescientos kilómetros de distancia, fue necesaria esta autoridad local. Hasta 1830 las condenas podían consistir en azotes, emplumamientos y destierros de la comunidad. Después de la fecha delitos como el robo de caballos o reses fueron castigados con la muerte. Hasta 1890 las víctimas de los linchamientos fueron sobre todo blancos. Al llegar a la Reconstrucción el linchamiento se convirtió en método sanguinario para tener a raya a las poblaciones negras, recientemente emancipadas del sur de los EEUU, es decir, se empezó a utilizar como instrumento de control racial. Pero, según otros autores, como Téllez Aguilera, en la actualidad el linchamiento también cumple otras funciones:

El linchamiento es la respuesta punitiva a un grupo delincuente. Pero ¿qué se considera un grupo delincuente? Para que un grupo pase a considerarse delincuente depende muchas veces de quien lo cataloga más que de quien es catalogado. Así se explican muchas agresiones que sufren los negros, los hispanos en EEUU, los judíos en Alemania nazi, los gitanos e inmigrantes en nuestro país. Una vez catalogado un grupo como delincuente el linchamiento funciona como mecanismo compensador de las supuestas dejaciones al respecto por parte de la policía o los jueces.

El linchamiento como medio para realizar fines económicos egoístas. La competición socieconómica en muchas comunidades entre diferentes grupos puede desencadenar el deseo del dominante de impedir que el de bajo estatus progrese y se equipare. Mucha violencia contra minorías y población marginal tiene como causa el deseo de apropiación de sus bienes económicos. En la Europa de la crisis económica y del paro, la agresión contra los emigrantes se basa en la creencia de que éstos son competidores laborales para los nativos.

John Dollard en su libro Caste and class in a Southern town (1937) menciona el caso de un negro brutalmente azotado por el supuesto «delito» de haberle guiñado el ojo a una blanca. El esposo de la blanca encabezó la turba que salió en defensa de su honor. Era un ebanista y también lo era la víctima negra. Cuando todo hubo pasado la gente se acordó de que el negocio del negro había prosperado, mientras que el del blanco no.

En Scooba, Mississippi, se expresó la opinión de que los dos negros que habían linchando allí, acusados de robo, podían haber sido las víctimas de un plan tramado por sus acusadores para obtener dinero de la comunidad a fin de continuar un viaje.

El linchamiento como agresión desplazada. El linchamiento tiene su antecedente en una frustración. Quizá por ello sea por lo que el linchamiento es más frecuente en comunidades con un alto nivel de frustración como consecuencia de recesiones económicas, de normas sociales rígidas y puritanas...al no poder dirigir la agresión contra las fuentes frustradoras, se produce el desplazamiento hacia algún chivo expiatorio, habitualmente inocente e indefenso.
Freud escribió acerca del desplazamiento de la agresión que se manifestó en sus pacientes. Sin embargo el fenómeno está ilustrado y su principio formulado en la obra de teatro de Sheridan, The rivals (1775). Sheridan hace que el impulso agresivo sea provocado por un superior en cada caso y luego desplazado sobre un inferior:

-Sir Anthony al capitán Absolute: -¿te desconoceré, te desheredaré, negaré que seas mi hijo y que me parta un rayo si te vuelvo a llamar hijo!
-El capitán Absolute a Fag: no más impertinencias. ¿no tienes más que decirme? Apártate de mi camino lo empuja y sale.
-Chico: señor Fag señor Fag
-Fag: bueno, cochino, no tienes que gritarme de esa manera
Después el chico responde: voy al sótano a patear al gato.

Según Sheridan el principio de esta escena sería el siguiente: «cuando una persona lo veja a uno, vengarse en otra, por el hecho de tenerla a la mano, es la más vil de las injusticias»

El linchamiento y el tabú impuesto a la mezcla racial. Complementaría al linchamiento por control racial. Todos conocemos alguna historia sobre agresiones individuales y colectivas entre gitanos y el resto de la población por noviazgos o bodas entre miembros de las dos comunidades. O por agresiones sexuales, muchas veces ficticias, utilizadas como un pretexto de la violencia racial.

     El papel que desempeña el rumor: durante los arremolinamientos se suelen hacer correr rumores. En Leeville se hizo correr el rumor de que el gobernador había recomendado, por teléfono, a los policías estatales, que no disparasen contra nadie, independientemente de lo que la turba hiciese al negro. El rumor era falso, pero ayudó a establecer el resultado preferido, el de la participación general en el linchamiento. Sin la seguridad de que nadie saldría herido por la policía cada participante podría haber tenido como mejor opción el resultado según el cual los demás intentarían linchar y los demás los recibirían a balazos, en tanto que él se abstendría. Según Brown el prender la mecha para la acción de la turba es un tipo de liderazgo.

     El estudio del rumor tiene su origen en un programa del gobierno de EEUU durante la II Guerra Mundial. Durante este programa se crean las denominadas «clínicas del rumor», organismos locales encargados de detectar los rumores y luego combatirlos. Morín en un estudio (1969) en el que describió el desarrollo de un rumor en Orleans por el que unas chicas tras haber sido narcotizadas en tiendas de moda de judíos habían sido víctimas de la trata de blancas, describe tres fases en el desarrollo del rumor:

1ª fase: el ruido (el rumor se originó en institutos de enseñanza media entre adolescentes. La información del rapto se atribuía a fuentes competentes, por ej. la policía, o próximas, por ej. un familiar)

2ª fase: amplia propagación de la noticia (el rumor circulaba entre adultos y profesores que recomendaban a sus alumnas no ir a ciertos lugares peligrosos. Su competencia daba mayor credibilidad al rumor. Además el rumor se iba inflando: el número de víctimas aumentaba, por ej.)

3ª fase: metástasis (es la fase culminante del rumor. La red de trata de blancas se amplía y se convierte en patrimonio de la policía, corrompe al gobierno local, cuyo silencio no es sino prueba evidente de su colaboración culpable. Los comerciantes reciben amenazas telefónicas...finalmente circularon nuevos minirrumores que culpaban a otra persona y acusaban a los medios de comunicación de haber inventado un tema para llenar espacio)

    Una de las primeras aproximaciones al estudio experimental del rumor fue llevada a cabo por Barlett (1932) a través del método de la reproducción serial. Este método permitía captar las transformaciones de contenido en el mismo sujeto, transformaciones relacionadas con cuestiones sociales de la población: una transformación simplificadora, por la omisión de detalles, cambiando lo extraño del relato por lo familiar; una transformación racionalizante, gracias a la cual el relato se adapta a la mentalidad del grupo social que lo transmite; una transformación acentuadora, que da relevancia a ciertos elementos del relato. En un trabajo posterior, Allport y Postman (1947) utilizan un método muy similar al de Barlett (1932), pero que no puede reproducir las condiciones exactas de circulación de un rumor, pues es más una prueba de memoria que de transmisión de un rumor. De todas maneras el método proporciona información relacionada con la transformaciones que pueden producirse en la transmisión de mensajes. Así, el primer modo de transformación sería la reducción (el mensaje tiende a disminuir), la acentuación (aunque detalles del mensaje desaparecen, otros se hacen más relevantes), la asimilación.

    Se han dado muchas definiciones acerca de lo que es un rumor: Knapp (1944), Peterson y Gist (1945), Allport y Postman (1967), Rosnow (1980). Pero ante la falta de unanimidad Rouquette hace una caracterización del rumor:

Situaciones de crisis. El surgimiento del estudio de los rumores durante la II Guerra Mundial provocó que se asociara este a una situación de crisis.

Privación de información. Cuanta más información haya circulando la probabilidad de que aparezca el rumor será menor. A veces el rumor precede al acontecimiento y lo precipita.

Comunicación informal. La mayoría de la comunicación humana utiliza canales interpersonales.

Comunicación entre semejantes. El rumor se difunde, generalmente, entre individuos que poseen el mismo grado de implicación en una situación particular.

Las distorsiones del mensaje. La distorsión del mensaje no se trata de una característica específica, sino de una característica general de todo intercambio de información.

Emociones y necesidades. Se considera a los rumores como una pantalla proyectiva de los afectos de la población.

Referencia a la actualidad. Se considera que una situación comprometedora lo es en la medida que aumenta su distancia temporal con el grupo de referencia y que el compromiso es una condición necesaria para la transmisión del rumor. Pero es evidente que esta situación de realidad es sólo posible en situaciones de crisis, en las demás situaciones el rumor hace la actualidad: la inexistencia de un objeto en el discurso de un grupo es la inexistencia actual de dicho objeto.

    El rumor no es un proceso homogéneo, sino que está influenciado por distintos factores. De acuerdo con esto se puede establecer una clasificación del rumor de acuerdo a distintos criterios:

Criterio del contenido. Rumores anticomunistas, antisemitas, de contenido económico...

Criterio comercial. Koening ha señalado los rumores de conspiración (prácticas amenazantes o indeseables promovidas por empresas famosas) y de contaminación (proclamación de cierta característica de un producto como dañina).

Criterio de satisfacción de necesidades. Knapp distingue entre deseos y anhelos, miedos y ansiedades y agresivos.

Criterio de propiedades formales del contenido. Knapp tiene en cuenta dos propiedades formales del rumor, el aspecto informativo y el aspecto expresivo. Rouquette considera otros dos, el sujeto y el predicado. Un sujeto es un ser animado, aunque en algunos casos se refiere a un objeto inanimado. El predicado es la atribución de una acción, una cualidad, un sentimiento o una propiedad. El rumor sería un conjunto de estos dos componentes y cada uno de ellos se caracteriza por una propiedad variable que llamamos especificación. En el sujeto la especificación es la razón inversa de la extensión del conjunto de actores designados. La especificación del predicado corresponde a la razón inversa de la extensión del conjunto de comportamientos. Así cuanto menor sea la especificación, mayor será la información. Un mensaje es equilibrado cuando las especificaciones de S y P son equivalentes, por ej. una acción muy precisa atribuida a un actor o actores muy limitados, o un predicado vago que se afirma de un conjunto de actores poco especificado. Todo rumor tiende a un equilibrio óptimo.
Rouquette dice que se produce una situación de equilibrio cuando:

un buen sujeto realiza una buena acción (+ +)

un mal sujeto realiza una mala acción (- -)

se produce un desequilibrio cuando:

un buen sujeto realiza una mala acción (+ -)

un mal sujeto realiza una buena acción (- +)

No suelen producirse rumores (+ +), sino que se tiende a los rumores de equilibrio (- -).

Los rumores (+ -) y (- +) tienden al equilibrio (- -)

    Rouquette en conexión retoma la clasificación de Knapp en la que distingue entre el aspecto informativo y el expresivo de un rumor. Considera el aspecto informativo como semejante a la especificación global del mensaje y al aspecto expresivo como la importancia de los refuerzos, positivos o negativos, que esperan los eslabones. Así, considera 4 tipos de rumor:

Información fuerte y expresión débil. La especificación del mensaje es alta pero el conjunto de eslabones de la cadena de transmisión del rumor espera sólo refuerzos débiles. Ej. el presidente del gobierno pasará por la ciudad el jueves a las once de la mañana.

información débil y expresión fuerte. La especificación global es débil, pero la espera de refuerzos es potente. Ej. Nos atacarán pronto.

información débil y expresión débil. Tanto la especificación global como su valor expresivo son mínimos.

información fuerte y expresión fuerte. Aparece una cuestión clara sobre cuestiones de importancia para los eslabones. Ej. Las tropas enemigas entraron ayer en la capital y hoy se encuentran a menos de 20 kilómetros de la capital.

    Las características más importantes para que el rumor sobreviva son:

El mensaje debe ser relevante para la población. A estos grupos de personas se les denomina «públicos del rumor», y existe donde hay una comunidad de intereses. Allport y Postman y Doise, Deschamps y Mugny establecieron la Ley Fundamental del Rumor.

Falta de fuentes fidedignas de información que conviertan al rumor en noticia. Este tipo de circunstancias viene determinada en situaciones de crisis, acciones políticas (censura) o por sistemas políticos autoritarios.

Otros factores vienen determinados por las actitudes personales y la pertenencia categorial dentro del grupo. Es frecuente encontrar que las personas que participan en el rumor no hacen más que transmitir y reforzar sus propias convicciones al respecto de algo o de alguien. Knopf dice que los rumores incrementan la polarización del grupo, aumenta la solidaridad dentro del grupo y propicia la movilización del liderazgo.

Situaciones muy ansiógenas hacen que la recurrencia al rumor sea mayor que en situaciones de baja ansiedad. El rumor aparece en situaciones ambiguas y por tanto de ansiedad. El rumor actúa reduciendo la ansiedad. La Teoría de la Disonancia Cognitiva ofrece otra explicación y es que los rumores justificaban la sensación de miedo indeterminado que las personas sentían y les aportaba consistencia cognitiva al desasosiego emocional.

    Estructura transmisora de los rumores:

Modelo lineal. Utilizado en los trabajos de Bartlett y de Allport y Postman. Es poco utilizado

Modelo ramificado. Supone que un mensaje lo suficientemente interesante será transmitido a dos o más personas que a su vez llevarán a cabo la misma operación. Esta estructura es común en situaciones de crisis.

Modelo de redes de interacción múltiple. Implica que los rumores son transmitidos por partes interesadas que tienen una oportunidad de comunicarse y que forman parte de algún tipo de estructura social que les suministra un canal de comunicación. Es decir, las audiencias tienen una estructura determinada y la comunicación sigue un flujo de dos pasos: primero reciben la información los guías de la información y desempeñan el rol de intermediarios.

    Sin embargo, unos estudios contradicen este modelo y es que se confirma que son miembros aislados (los menos populares), los más motivados para iniciar la transmisión de un rumor. Por lo tanto se contradice el flujo de dos pasos.

    El cabecilla como prendedor de la mecha: el liderato convencional corresponde a aquellos que mejor encarnan las normas convencionales, corresponde a personas que tienen un estatus elevado. El liderato en una turba que viola normas convencionales corresponde a aquellos en quienes las normas son más débiles, a personas con un estatus bajo. Ej. El cabecilla reconocido en la turba de Leeville fue Hank Smith, hombre que carecía de ocupación regular, que no sabía leer ni escribir, aficionado al trago, con antecedentes... pero los cabecillas no son siempre subsocializados, o al menos de forma permanente. El alcohol puede desenfrenar a los individuos por unos momentos. Hay otros autores que dicen que no hay líder en la masa, sino que es la masa el propio líder (Moscovici, Fernández):

Fernández: «una masa, si verdaderamente lo es, no puede tener líderes: los líderes y dirigentes pertenecen más a teorías de la conspiración con necesidades de un chivo expiatorio o de su contrario, un héroe superestrella, pero en todo caso suponen la existencia de un individuo distinto de la masa.»

Moscovici: «el líder es la masa hecha individuo (1981); ciertamente, la masa puede sintetizarse en líder, pero también en cualquier otra cosa, como lo muestra Canetti cuando se refiere a los distintos símbolos de masa.»

6.3. Un caso ejemplificador: el fútbol1

    En el estadio Heysel de Bruselas el 30 de mayo de 1985, en el encuentro de la final de la copa de Europa entre el Liverpool y el Juventus murieron 39 personas y hubo 200 heridos. Los servicios de inteligencia de los tres países habían tenido reuniones previas para planificar todo. El principio del fin fue a la mañana, en los puertos ingleses, cuando los patrones de los cuatro ferrys con las hordas totalmente emborrachadas, aprovechando la calma chicha del mar y las atribuciones legales que los asisten, soltaron amarras con cuatro horas de anticipación a los cálculos policiales tripartitos. Las huestes ingleses llegaron a suelo belga antes que el turno encargado especialmente de vigilarlos hubiera tomado servicio. Ellos, en cambio, tomaron el centro de la capital belga y cuanta cerveza encontraron en el camino.

    La policía se limitó a circunscribir el radio, a mantenerlos en el centro y aguantar hasta la hora del partido, mientras en la frontera desviaban para distraerlos a los vehículos italianos que traían a la gente de la Juve. El drama se desencadenó, entre otros muchos motivos, porque un comerciante corrupto del centro de la capital belga le vendió a una agencia de turismo siciliana unas 70 entradas populares se un sector colchón que estaba destinada para los nativos. El rédito fue que cobró un 300% más y los sicilianos les vendieron la entrada a la muerte con un 600% de recargo, como una alternativa impensada en el tour por Europa que venían realizando. La masacre la produjo un contingente de los bravos ingleses cuando al arribar desde lo alto de la colina, desde donde tenían acceso directo al sector que le habían destinado, ven que en la puerta de al lado están todos los italianos y atacaron en cuña.

    A petición del gobierno intervino un equipo interdisciplinario de la Universidad de Lovaina, llamada La Catedral de la Criminología, por su origen católico y el prestigio académico. El informe fue famoso y es hoy una pieza liminar en la materia. Ideológicamente tomaron una frase del primer ministro, en cuanto a que no se puede dictar el estado de sitio por cada partido de fútbol y que el gran dilema consiste en cómo mantener los derechos y garantías constitucionales a nivel individual de la mayoría de los ciudadanos que concurren a una cancha y que no originan hechos violentistas cuando éstos son originados por una minoría desde el punto de vista cuantitativo. Parte del informe fue catalogado como secreto por el estado belga y los trascendidos, nunca desmentidos del todo ni demasiado enfáticamente, aseguraron que se había detectado una suerte de Internacional Negra entre los grupos violentistas del fútbol europeo y los grupos neonazis. En la Argentina, un muy alto jefe policial, despreció los argumentos y conclusiones de esos científicos sociales, a los que calificó de sociólogos trasnochados, y argumentó que pensaban así porque nunca han estado en medio de la hinchada de Boca.

 

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