INGENIERÍA GENÉTICA Y PUNTOS DE VISTA EN BIOÉTICA

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Prof.: Fco. Fernández Buey
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De las controversias públicas actuales seguramente ninguna ha producido tanta bibliografía como la dedicada a las implicaciones de la biotecnología, y más particularmente, a la ingeniería genética. Es natural que así sea porque en las últimas décadas la biotecnología y la ingeniería genética se han convertido en el centro de la investigación científica puntera. La parte más sustancial de los presupuestos gubernamentales dedicados a Investigación y Desarrollo está hoy en día, en todos los países, dedicada a este ámbito tecnocientífico.

En tanto que ciencia aplicada, la biotecnología, y más particularmente la ingeniería genética, se ha convertido en la piedra angular del desarrollo industrial posmoderno. Pero no sólo la industria, también la ganadería y la agricultura viven hoy en día pendientes de las investigaciones quese llevan a cabo en este campo y de sus aplicaciones. Además, la medicina del final de siglo está experimentando una verdadera revolución por la rápida aplicación de los descubrimientos en este ámbito al diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades.

 

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Antes de entrar en la discusión de los problemas éticos y jurídicos que se derivan de la nueva revolución tecnocientífica que estamos viviendo conviene dedicar unos minutos a orientarse en el enorme magma de la información actual sobre biología molecular, biotecnología e ingeniería genética para dilucidar qué es lo que sabemos realmente y qué es lo que previblemente se puede hacer ya en este campo.

Una vez más la cultura científica es estrictamente necesaria para poder discutir en los planos ético (bioéctica) y ético-jurídico (el dominio de la vida, en el sentido de Dworkin) con conocimiento de causa. Aquí no nos podemos detener mucho en esto pero sí es posible y conveniente proporcionar algunas indicaciones bibliográficas elementales de utilidad para el estudiante de humanidades.

Para ello hay que empezar por la ciencia básica.

La ciencia básica que da origen a los problemas mencionados es la biología molecular. Se puede leer a este respecto el artículo de Pierre Thuillier “Cómo nació la biología molecular”, en F. Jacob, J. Monod y otros, Biología molecular. Barcelona, Orbis, Biblioteca de Divulgación Científica, 1987 [traducción de una colección de ensayos de la revista francesa Le Recherche].

El paso central de esa historia es el descubrimiento del ADN (ácido desoxidorribonucleico), la molécula de la herencia, fundamental para la comprensión de la estructura de la vida. Lo mejor para enterarse de cómo se llegó a este descubrimiento y lo que significaba es leer los libros de los dos principales protagonistas, que recibieron el Premio Nobel por ello en 1962: J. Watson, La doble hélice. Barcelona, BCS, 1987 (varias reediciones)) y F. Crick, Qué loco propósito. Barcelona, Tusquets, 1993.

El descubrimiento de la estructura del ADN (1953) y el desciframiento de las primeras letras del código genético en 1961 dio lugar en los años sesenta a una toda una serie de investigaciones aplicadas. La biología molecular cobró auge y las tecnologías aplicadas al estudio de las diferentes dimensiones de la vida pasaron a primer plano. El ámbito más importante de la biotecnología pasó a ser desde la década de los 70 lo que se denominó ingeniería genética.

Los primeros experimentos con éxito de la ingeniería genética tuvieron lugar en 1973 después de que, en 1972, se creara la primera molécula de ADN recombinante en laboratorio: experimentos de ADN recombinante en que genes de una especie son introducidos de otras especie y funcionan correctamente. Así que transcurrieron aproximadamente 20 años para pasar de la investigación básica a la tecnología aplicada con éxito.

En 1973 se patentó por primera vez en EEUU una técnica de recombinación genética.

En 1975 se fundó Genentech Incorporated, primera empresa de ingenieria genética

En 1977 se fabricó con éxito una hormona humana en una bacteria

En 1978 se clonó el gen de la insulina humana

En 1982 se crea el llamado “superratón” insertando el gen de la hormona del crecimiento de una rata en óvulos de la hembra del ratón fecundados.

En 1987 propuesta comercial para establecer la secuencia completa del genoma humano.

En 1988 se patenta por primera vez un organismo producido mediante ingeniería genética. Se crea la organización HUGO para llevar a cabo el proyecto Genoma Humano: identificar todos los genes del cuerpo humano, cuyo número estimado es de cincuenta a cien mil.

En 1993 se consigue por primera vez clonar embriones humanos, aunque el experimento no prospera.

En 1996 elaboración del primer mapa del genoma humano que se calcula que estará terminado hacia el 2002 o 2003. Clonación de dos monos a partir de células embionarias.

En 1997 clonación de la oveja Dolly.

Entre los objetivos alcanzados por la ingenieria genética desde 1973, ya en fase de aplicación, los más conocidos son:

El empleo de la hormona del crecimiento, obtenida artificialmente, para el tratamiento del enanismo

El uso del interferón para el tratamiento de algunas enferemdades víricas

Utilización generalizada de los anticuerpos monoclonales en el diagnóstico clínico

La introducción de la vacuna contra la hepatitis

El empleo de proteinas obtenidas artificalmente para tratar congestiones cardiacas y fracturas

Utilización de anticuerpos monoclonales para aumentar lasdefensas del cuerpo frente al cáncer y otras enfermedades

El empleo de hormonas del crecimiento para aumentar la producción de carne y leche en el ganado vacuno

La obtención de materiales para la industria del plático a partir de microbios

El empleo del interferon para el tratamiento de determinados tipos de cáncer

La obtención de microbios para la extracción de petroleo del subsuelo y para combatir la contaminación por vertidos de petroleo

El empleo de microbis para la extracción de metales en las industrias de tratamiento de desechos

La creación de nuevas razas de cultivos capaces de elaborar los propios fertilizantes y de resistir la sequía y las enfermedades.

[Una buena introducción para saber qué es la ingeniería genética: Steve Prentis, Biotecnología. Barcelona, BCS, 1986. Una guía sobre la investigación en curso para trazar el mapa genético del cuerpo humano: Jerry E. Bishop y Michael Waldholz, Genoma. Barcelona, Plaza-Janés, 1992.

 

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Al tratar de los problemas éticos (y jurídicos) derivados de la extensión de la biotecnología y de la ingeniería genética se mezclan por lo general un enorme cantidad de temas, todos ellos apasionantes. Haré una enumeración de algunos de los temas recientes que han llegado a los medios de comunicación y que ocupan hoy en día a las personas que se dedican a la bioética:

3.1. ¿Es moralmente aceptable, lícito y oportuno elegir el sexo de los por nacer a partir de los conocimientos genéticos que tenemos?

3.2. ¿Es lícito eliminar en los centros médicos y de investigación embriones sobrantes obtenidos por fertilización in vitro?

3.3. ¿El lícito utilizar para la investigación tejidos de origen embrional?

3.4. ¿El lícito decidir tener un hijo para utilizarlo como donante de médula ósea con el fín de salvar la vida a un hermano con leucemia?

3.5. ¿Es lícito utilizar la genética para curar enfermedades hereditarias o diagnosticar precozmente enfermedades genéticas de evolución fatal cuando una persona está todavía sana e ignora su destino?

3.6. ¿Es lícito modificar la función o la estructura del cerebro mediante el uso de psicofármacos o mediante el transplante de células nerviosas?

3.7. ¿Es lícito someterse a intervenciones para cambiar el sexo?

3.8. ¿Es licito utilizar la selección artificial mediante ingenieria genética reproduciendo sólo algunos fenotipos, teniendo en cuenta que eso representa una disminución continua de especies animales y vegetales y una pérdida de la biodiversidad?

3.9. ¿Es lícito someter a las personas a pruebas de identificación genética para determinar su compatibilidad con parejas potenciales evitando enfermedades potenciales y favoreciendo la limpieza genética? [caso de los judíos ortodoxos de N.Y y otros estados norteamericanos].

3.10. ¿Será lícito que el individuo pueda construir colecciones de sí mismo para mantenerse con buena salud, etc. consumiéndose a sí mismo como consume otros objetos: "canibalismo genético" [Attali, "El santuario de la persona", El País 3/III/1996].

3.11. ¿Es moralmente aceptable convertir en objeto de patente mercantil entidades vivas, vegetales o animales, como ha empezado a hacerse en EEUU de Norteamérica en las últimas décadas?

3.12. ¿El moralmente aceptable la “meritocracia hereditaria”, que se dice, por selección de los rasgos genéticos favorables de los padres?

3.13. ¿Es lícita la clonación de seres humanos hoy posible después de la clonación de vertebrados superiores como ovejas o monos?

 

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Asilomar: propuesta de moratoria

Primer aldabonazo sobre los riesgos de la ingeniería genética y planteamiento de los problemas éticos: Asilomar, 1975. Asilomar, en la península de Monterrey (California), a orillas del Pacífico. Asistieron: además de un centenar y medio de científicos de 16 Estados, algunos delegados de la investigación industrial (General Electric, Merck, Searle, Hofmann-La Roche), 5 juristas y 16 periodistas.

Tema: “Si existía alguna posibilidad de realizar el trabajo científico con riesgos mínimos para el personal de laboratorio y la población en general”.

Intereses diferenciados de los científicos según sus campos de investigación y sus nacionalidades; contraposición de intereses entre científicos y poder público; intereses de la investigación e intereses comerciales e industriales.

Dificultad de subdividir el campo de trabajo en función de los distintos grupos de riesgo para diferenciar entre experimentos especialmente peligrosos, esperimentos que habría que prohibir y experimentos que podían llevarse a cabo en laboratios normales de biología.

Un principio de seguridad: deteriorar biológicamente a las bacterias hasta un grado tal que sólo se pudieran conservar vivas en condiciones muy artificiales de laboratorio (bacterias mutiladas para hacerlas incaàces de sobrevivir en la Naturaleza).

El problema jurídico: las reclamaciones de indemnización por daños y prejuicios en caso de accidentes, que podían llevar a una universidad al borde la ruina.

El problema ético-jurídico planteado por Dworkin: las ventajas de una regulación que obligara a todos los científicos teniendo en cuenta su poder y que ley, por tradición, respeta a los grupos de expertos que disfrutan de una normativa propia.

La Conferencia de Asilomar aprobó un Manifiesto: “Peligros biológicos potenciales de las moléculas de ADN recombinado”. Manifiesto “a los científicos de todo el mundo”, de once científicos hecho público en julio de 1974, aparecido en varias de las principales revistas (la británica Nature, la norteamericana Science, etc.): “nuevos elementos de ADN introducidos en E. coli [una bacteria que vive permanentemente en el intestino humano y ha sido el conejillo de indias de la investigación en laboratorio] pueden difundirse ampliamente en poblaciones humanas, bacterianas, vegetales o animales, con efectos imprevisibles”, por lo que ciertos experimentos deberían quedar interrumpidos totalmente de momento.

En el Manifiesto se aludía específicamente: la introducción de nuevas resistencias a los antibióticos en bacterias, o la transferencia de ADN capaz de convertir a las bacterias en agentes cancerígenos o productos tóxicos.

Un Manifiesto único en la historia de la ciencia, que empezó con mal pie:”El debate público acerca de la cuestión de cómo hacer segura la investigación ha saltado bruscamente al tema de su puede permitirse que se investige” (Berg); “los científicos son un rebaño de borricos por haber planteado la posibilidad de un peligro de cuya magnitud no tenían ni idea” (James Watson).

Sólo dos Premios Nobel votaron en contra de resolución final: Joshua Lederberg y James Watson (este último porque veía “la historia de Asilomar como algo irracional”). Watson sería después el primer dirctor del programa Genoma Humano en torno a la organización HUGO fundada en 1988.

[Para la intrahistoria de Asilomar, que tiene una gran importancia: Jost Herbig, Los ingenieros genéticos. Argos/Vergara, Barcelona, 1984, pág. 98 y ss.

 

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Sobre el término bioética

La aparición del término “bioética” está directamente relacionada con las preocupaciones medioambientales y con las preocupaciones suscitadas por la aplicación de los resultados de la biología molecular. Su nacimiento es inmediatamente anterior, sin embargo, a los primeros aldabonazos en estos campos (el primero informe del Club de Roma en 1972 y la Conferenia de Asilomar en 1975).

Los dos primeros autores que utilizaron el término “bioética” fueron el cancerólogo norteamericano V.R. Potter en un libro publicado en 1971 y el obstetra de origen holandés A. Hellegers que creó ese mismo año un centro para el estudio de la reproducción humana y la bioética adscrito a la Universidad de Washington.

La bioética ha nacido con la vocación de hacer de puente entre la cultura científica y la cultura humanística. Potter aspiraba a una disciplina que hiciera de puente entre las dos culturas, entre ciencia y humanidades. Su objetivo era la creación de un medio ambiente óptimo para la supervivencia de la especie humana en una forma aceptable de sociedad. Su punto de vista era antropocéntrico más que biocéntrico. Hellegers entendió la biotética sobre todo como “ética médica”, como un puente entre le medicina, la filosofía y la ética, como un diálogo. En el primer caso ha predominado la visión científico-filosófica, en el segundo la visión de la ética aplicada.

Esta doble orientación del nacimiento se sigue notando todavía ahora en la institucionalización de la Bioética: de un lado, proliferación de comités de bioética en las asociaciones profesionales de médicos y enfermeros, o en los hospitales, e introducción de la materia de bioética en las carreras de medicina (en conexión con le medicina legal y la ética médica tradicional o Deontología: Carta de los Derechos de los Enfermos en los hospitales estadounidenses basada en el concepto de “consentimiento informado”); de otro, las consideraciones de filosofía moral y jurídica sobre problemas científicos y médicos procedentes de los éticos.

[Información sobre España: Master en Bioética de la U. Complutense, dirigido por Diego Gracia, cat. de Historia de la Medicina (en la línea abierta por Zubiri/Lain Entralgo).

Instituto Borja de Bioética, dirigido por Francesc Abel, S.J.:buena biblioteca y documentación.

Cátedra de Bioética en la Universidad Pontifica de Comillas (Madrid), dirigida por Javier Gafo.

Master en Bioética de la Universidad de Barcelona, dirigido por María Casado: orientación ético-jurídica. Información del curso de verano organizado por la Universidad de Barcelona con el título de Bioética, derecho y sociedad (julio de 1997 y 1998)].

 

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Aspectos que hay que discutir en relación con la bioética:

6.1. Crítica de la razón impura

6.2. El concepto de límite en relación con el complejo tecnocientífico y las opciones morales. In dubio pro libertate, ignoramus et ignorabimus ,docta ignorantia.

6.3. El concepto de persona y dignidad personal: autonomía, beneficencia y justicia.La clonación como crimen injustificado contra un derecho existencial básico del individuo.

6.4. El concepto de excelencia: si algo es bueno más de ello sería mejor. Discusión del concepto de excelencia.

6.5. Pluralidad de opciones morales y ética mínima

6.6. Principio de responsabilidad: de las virtudes de la ética clásica a un catálogo de las obligaciones en el fin de siglo: la mayoría de los problemas éticos que plantea la moderna civilización técnica se han vuelto cosa de la política colectiva por ser problemas de supervivencia.

6.7. Fundamentación de la idea de la responsabilidad como obligación transcendente con las generaciones futuras. La no-simultaneidad de la contemporaneidad las generaciones y la idea de humanidad: el futuro ya está permanentemente en nosotros. El hombre merece la pena, el experimento humano merece la pena: la laicización del mito del diluvio y el rechazo de la ética de la perfectibilidad (Hans Jonas).

6.8. De la ética de la responsabilidad a la distribución intergeneracional de recursos escasos pensando en las generaciones futuras.

6.9. No se puede crear una moral para situaciones extremas. No podemos permitir que la humanidad llegue a una situación de “bote salvavidas”.

 

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La controversia actual sobre clonación

7.1. De todos los problemas bioéticos planteados por la ingeniería genética hay uno que se ha convertido últimamente en el centro del debate público: el de la clonación.

La clonación es una forma de reproducción no sexual, que se da naturalmente en muchas plantas junto a la reproducción sexual y que, a diferencia de esta última, produce copias genéticas exactas de la planta originaria. Se basa en la capacidad de germinación de las células diploides normales, que en condiciones adecuadas empiezan a retoñar (reproducción por esquejes). Los ejemplos más conocidos son las patatas y las fresas.

A los animales en general les está vedada esta reproducción alternativa, con la excepción de algunas especies menores. Pero el conocimiento detallado de la estructura del ADN ha permitido en estos últimos años desarrollar técnicas de laboratorio para producir una copia exacta de organismos animales. Las dos técnicas principales de clonación son: por separación de embriones y por transferencia nuclear. Esta última es la técnica que ha permitido clonar la oveja Dolly. El procedimiento consiste en la introducción del núcleo de la célula corporal correspondiente en un óvulo previamente desnucleado de la misma especie que desde ese momento se comporta como si estuviera fertilizado. Metafóricamente este proceso es el de un príncipe químico que despierta con un beso a las partes del núcleo cromosómico que duermen el sueño de la bella durmiente [Hans Jonas].

7.2. Desde hace unas décadas se han desarrollado varias técnicas para lograr animales clónicos. Los primeros experimentos se hicieron con ranas. Se extrajo el núcleo de células de los intestinos de una rana, éste se inyectó en el citoplasma de un óvulo sin núcleo y a partir de ahí se obtuvieron los primeros animales clónicos. Más adelante se logró insertar el gen de la hormona del crecimiento de una rata en óvulos de la hembra del ratón fecundados obteniendo como resultado un ratón clónico que crecía el doble que sus congéneres.

Casi simultaneamente se logró en Oregón el nacimiento de monos clónicos y la clonación de una oveja en Escocia con dos técnicas diferentes. En el primer caso los monos fueron clonados a partir de células embrionarias. En el segundo a partir de una célula madre que procede de un animal adulto.

El procedimiento desarrollado por Ian Wilmut, del Instituto Roslin de Edimburgo, dado a conocer en febrero de este año, consiste en extraer una célula de la ubre de una hembra adulta de la especie y unirlo con un óvulo de otra del que se había eliminado previamente todo el material genético; la fusión se logra mediante descargas eléctricas y así se consigue un “óvulo reconstruido” en laboratorio para implartarlo en una tercera oveja que llevara a cabo la gestación. El proceso para lograr esto fue largo: se necesitaron 277 fusiones de ovocitos con células mamarias.

Es el primer claso de fabricación artificial de un animal grande que nace de la célula de otro adulto y que es genéticamente idéntico a su madre. Hablando en términos tradicionales se trata de una reproducción asexual en la que Dolly, que es una réplica exacta de su primera madre, tiene en realidad tres madres. Ni siquiera se tiene seguridad sobre su edad: tiene el aspecto de una oveja de siete meses, pero la celula a partir de la cual fue creada pertenecía a un animal de seis años, así que Dolly podría tener seisaños y medio.

Inmediatamente después se supo que en 1993 el Dr. Jerry Hall, de la Universidad George Washington había conseguido embriones humanos clónicos mediante la división artificial de un óvulo fecundado. Los embriones humanos no llegaron a desarrollarse. Hall declaró que si los embriones humanos clónicos se hubieran desarrollado los habría destruido. Pero la nueva técnica utilizada por Ian Wilmut en Edimburgo ha desatado las especulaciones sobre la posibilidad inmediata de clonar humanos. El propio Wilmut ha declarado que la cloación de seres humanos siguiendo la técnica utilizada en el caso de la oveja Dolly (tomar una célula de un humano adulto y usar su ADN para obtener una persona genéticamente idéntica) “puede ser posible en menos de dos años. No hay razón biológica para que los seres humanos no puedan ser clonados”.

7.3. La gran mayoría de los biólogos y genetistas consultados desde febrero de 1997 coinciden. En el mismo sentido se han pronunciado Patrick Dixon: “Ahora es potencialmente posible producir réplicas de cualquier ser humano viviente”. Lee Silver, de la Univesidad de Princeton, ha afirmado: ”Lo que parecía cosa de ciencia ficción resulta ya posible antes del año 2000”. Sobre este punto no parece haber ya ninguna duda.

Es posible incluso que exista ya el primer clónico humano. En marzo de este año el diario sensacionalista británico Sunday Times revelaba que la bióloga belga Martine Nijs había creado por accidente (al frotar un cigoto congelado) el primer clónico humano en el laboratorio dela Hospital Van Helmont. El niño clónico tendría ya cuatro años. Esa noticia fue desmentida inmediatamente por responsables del hospital belga.

Desde el punto de vista meramente técnico el problema más importante del procedimiento empleado para la fabricación de Dolly es que no hay manera de eliminar los errores genéticos naturales contenidos en las células del organismo y que éstos no se reproduzcan en la clonación. Ian Wilmut ha declarado recientemente que eso es lo que habría que tener en cuenta cuando se habla de clonación de personas humanas.

La reacción de los científicos ante la posibilidad inmediata de la clonación de humanos (“¿debe hacerse lo que puede hacerse?”) no es unánime. Hay opiniones muy diferentes.

Renato Dulbecco, Premio Nobel de Medicina, ha declarado que “es un error excluir a priori el realizar experimentos de clonación con humanos”, porque esta técnica podría ser muy útil para solucionar problemas tan significtivos como los transplantes. Pero la mayoría de los expertos han sido más moderados. Bob Edwards, responsable del nacimiento del primer bebé probeta, es más ambiguo: ”Estoy en contra de experimentar con la vida, a no ser que haya buenas razones para ello”. El propio Ian Wilmut ha sido tajante en esto: ”Yo no aceptaría la clonación de seres humanos bajo ninguna circunstancia, ni siquiera la más desesperada. Imaginar la colonación de humanos es una idea de enfermos, sería inmensamente triste y macabro” La reacción más unánime en contra hasta ahora en la comunidad científica se ha dado en Alemania, donde ocho premios Nobel pidieron en marzo la prohibición de la clonación a nivel mundial.

7.4. Por el momento ésta es también la opinión de la mayoría de las instituciones internacionales, de los gobiernos, de las iglesias y de la opinión pública. La UNESCO, la Unión Europea, el Vaticano, los parlamentos de Alemania e Italia, el Congreso de los EEUU se han pronunciado, con matices diversos, en contra de la clonación de humanos. Pero la prohibición que proponen es matizada y con diferencias. El presidente Clinton limita la prohibición a los establecimientos públicos. El gobierno italiano ha prohibido todo experimento sobre clonación en humanos y animales. El ministro alemán de investigación pide una prohibición generalizada a nivel mundial.

Por otra parte, le legislación penal vigente en los distintos países o no contempla la circurstancia de la clonación de humanos o, cuando entra en estos asuntos, difiere mucho acerca de las penas aplicables. El codigo penal español, en vigor desde el año pasado, prevee castigar con penas de uno a cinco años (que no se cumplirán si el acusado carece de antecedentes) la creación de seres humanos idénticos por clonación. Una legislación parecida existe actualmente en Alemania. El término clonación no aparece en la legislación penal francesa. La forma de redacción de la legislación británica (que prohibe reemplezar la célula de un embrión con el núcleo extraido de la célula de otra persona o embrión) deja resquicios legales que son los que han permitido en UK la creación de Dolly.

Encuestas de urgencia realizadas en EEUU dicen que el 93% de los ciudadanos está en contra de la clonación humana y el 90% la considera moralmente inaceptable. Los porcentajes si sitúan en EEUU alrededor del 50% cuando se pregunta acerca de clonación de animales (un 56% dice que jamás comería carne de animales clonados) y descienden por debajo del 50 cuando se trata de distintas plantas transgénicas que pueden consumirse ya o estarán pronto en el mercado. El 91% de los encuestados dice que no aceparía ser clonado si se le diera la oportunidad, pero el 45% de los encuestados se declara a favor de utilizar órganos humanos clonados en transplantes. Este último dato, comparado con los otros, es muy relevante.

Más unánime que la de los científicos es la opinión entre los éticos y filósofos morales. Con razones distintas Hans Jonas, Ronald Dworkin, Rocco Buttigione (filósofo asesor de Juan Pablo II) y Munawar Anees (director de la publicación Islámica Periódica) coinciden en esto. Anees piensa que la clonación choca con el paradigma coránico de la creación humana para el cual el cuerpo es un tesoro de Dios.La clonación es un abuso de la confianza de Dios que sólo puede llevar a la catástrofe. Rocco Buttigione argumenta que la clonación choca con el concepto cristiano de la dignidad de la persona caracterizada por ser producto del amor, la responsabilidad y la familia. Dworkin argumenta que, independientemente de que pensemos que la vida es valiosa como creación natural o como autocreación personal y cultural, podemos coincidir en que la naturaleza tiene un poder normativo especial que nos lleva a rechazar la idea misma de clonación. Hans Jonas piensa que con la clonación de humanos se rompería la idea de unicidad de la especie y que el nombre mismo de “hombre” se volvería ambiguo, que la existencia de la humanidad por sí misma pierde su razón ontológica.

7.5. Previsiblemente la controversia pública sobre la clonación de humanos (o de partes de humanos) en los próximos tiempos tendrá que tener en cuenta los siguientes factores:

La posibilidad de utilizar órganos humanos clonados en transplantes y en el tratamiento y curación de enfermedades como el SIDA y el cáncer.

En este sentido todo indica que la opinión pública tenderá a evolucionar a favor de una legislación permisiva. El dato de las encuestas actuales en EEUU ya es revelador.

La presión interesada de la gran industria tecnomédica favorecida por la legislación vigente sobre patentización de organismos vivos. En el caso de la clonación de animales se añade, además, el interés de las empresas ganaderas y de la alimentación. La patente del procedimiento por el que se llegó a la clonación de Dolly está ya en trámite.

La mercantilización de la ciencia juega también a favor de una legislación ambigua y permisiva.

Las dificultades (económicas, políticas, culturales) para lograr a corto plazo una legislación mundial unificada sobre clonación en la línea propuesta por el parlamento alemán y el carácter de la legislación penal existente (menos restrictiva, por ejemplo, que la medioambiental, que ya permite calcular que los costes penales son menores que los beneficios que pueden obtenerse).

Las actuales diferencias son significativas sobre todo si se tiene en cuenta que se está hablando de la posibilidad clonación de humanos para un plazo tan corto como dos años. Antes de que exista una legislación prohibitiva mundial al respecto hay tiempo para hacerlo. Y hay científicos con conocimientos para hacerlo y favorables a ello, o cuya opinión puede variar a favor por presión de los otros factores, en los próximos años.

La ausencia por el momento de una organización mundial de científicos responsables contraria a la clonación. El frente opositor que se contituyó a este respecto en Asilomar, en 1975, quedó roto en la década de los 80. Desde entonces los genetistas y biólogos partidarios de moratorias o medidas restrictivas precisas en este campo son minoría en los congresos internacionales. Las declaraciones genéricas de científicos en los medios de comunicación, al hilo de tal o cual noticia inmediata, tienen menos importancia práctica.

Tampoco existe por el momento una opinión pública organizada en asociaciones nacionales e internacionales, ni institucionalmente ni fuera de las instituciones, en contra de la clonación en general y de los experimentos con materia orgánica humana en particular. No hay formación de la opinión pública a través de los medios de comunicación existentes. Y los pocos programas de televisión que se dedican a este tema se emiten en frajas horarias en las que la audiencia es bajísima.

La diferenciación radical entre un a la clonación de animales (que incluye vertebrados superiores) y un no a la clonación de humanos se basa por lo general en la creencia tradicional de que hay un abismo ontológico entre el animal humano y todos los demás animales, pero esta creencia ha quedado muy diluida a partir de los estudios etológicos, ecológicos y antropológicos contemporáneos, como se ve en los discusiones éticas actuales sobre los derechos de los animales [Cavalieri/Singer; Ferrater/Cohn]. Se impone la idea de un continuo evolutivo entre diferentes especies animales hasta llegar a la especie homo sapiens.

Todos estos factores apuntan, en el tema de la clonación, hacia un estado de necesidad en el que la curiosidad científica se junta con el interés terapéutico y la mercantilización de la investigación frente a una ética de mínimos. En estas condiciones la gente se acostumbra a aprender a partir del choque con los hechos consumados.

La legalización de la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos (que es la política de la UE) y la diferenciación entre experimentos realizados en instituciones públicas e instituciones privadas son las puertas por las que va a entrar el hecho consumado. A partir de ahí cambiará también la opinión sobre la clonación de humanos.

 

INDICACIONES BIBLIOGRAFICAS

 

A. Duran/J.. Riechmann (Eds.), Genes en el laboratorio y en la fábrica. Madrid, Trotta, 1998.

Thomas F. Lee, El proyecto Genoma. Barcelona, Gedisa, 1996.

B. Edelman y M.A. Hermitte (Eds.) L´homme, la nature et le droit. París, Christian Bourgois, 1988.

H.T. Engelhardt, Fundamentos de Bioética. Barcelona, Paidós, 1995.

G.H. Kiefer, Bioética. Madrid, Alhambra, 1983

Maria Casado (Ed..), Materiales de Bioética y Derecho. Barcelona, Cedecs, 1996 [repaso de los principales tópicos y discusiones actuales en los diversos campos que abarca ya el concepto de Bioética].

Javier Gafo, “Veinticinco años de Bioética”, en Razón y Fe nª 234 (1996), págs. 401-414 [panorámica sobre el origen de la palabra y la evolución de la disciplina trazada por el Director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas].

H. Jonas, Técnica, medicina y ética. Barcelona, Paidós, 1997.

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