HISTORIA DE LA CIENCIA EN LOS SIGLOS XVII - XX

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Eugenio M. Tait
Licenciado en Filsofía
Ingeniero en Electricidad y Electrónica
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Introducción

Se presentará la evolución científica en un aspecto cronológico y meramente descriptivo, dando prioridad a las fechas de descubrimientos e invenciones; y en segundo lugar, a los períodos de vida de sus autores. Asimismo, trataremos de englobar en cada párrafo las personalidades según la temática y disciplina que los ocuparon.


Contenido

        Una primera aproximación a los temas que vendrán los encontramos ya en un desprendimiento del medioevo; es decir, en el surgimiento ilustrado del siglo XVI. Será con el avance de Francis Bacon (1561-1626) al proponer su «método experimental» de la «inducción» junto con sus tres tablas, y logrando además la primera clasificación de las ciencias. Dejamos atrás figuras como Anton Leeuwenhoek, Galileo Galilei, Ticho Brahe, Johann Kepler y Nicolás Copérnico, entre otros, para ocuparnos del nuevo renacer moderno. Surgen sociedades científicas paralelas a las Universidades, como lo fueron la Academia del Lincei, el Círculo del padre Mersenne —a través de éste el sacerdote Marin de Mersenne (1588-1648) ayudó a Galileo, Torricelli, Pascal y Descartes—, la Academia Francesa, la Academia Montmort, el Colegio Gresham, la Sociedad Real (que aún hoy continúa) y la Academia Real de Ciencias.

        Es una época de floreciente surgimiento de ideas y descubrimientos. Daniel Sennert (1572-1637) es el pionero en aplicar la teoría atomista a la química diciendo que las sustancias sujetas a la corrupción-generación deben estar formadas por cuerpos simples, de los cuales surgían y se resolvían. Joachim Jung (1578-1657) también aplica esta teoría atomista a la química. Pierre Gassendi (francés, 1592-1655), sacerdote matemático y filósofo materialista refuta la escolástica y hace objeciones al mecanismo de la física cartesiana; es admirador del atomismo de Demócrito y Leucipo, y pretendió conciliar la teoría atomista con la «transustanciación» aristotélica. Por su parte, René Descartes (francés, 1596-1650), mecanicista, físico, biólogo, matemático, geómetra y filósofo aporta descubrimientos en óptica, es creador de la «geometría analítica», propone un «método de investigación» (como «duda metódica»), postula el dualismo de la sustancia en espíritu y materia, piensa en la existencia de «torbellinos» (corrientes circulares automantenidas) distribuidos en todo el universo, acepta —involuntariamente— la existencia del vacío, considera a la materia con una continuidad dada por atomicidades, ubica a los sentimientos humanos en la glándula pineal, pensó en un universo como un gran mecanismo corpuscular gobernado por leyes inmutables, propuso una «conservación del momento» —y no de  la «cantidad de movimiento» que es lo correcto—, como asimismo fundamentó el enfoque del «mecanicismo biológico» sentando las bases de la mira neurocibernética y computacional de la ciencia contemporánea; en 1637 determina la «tangente infinitesimal» en cada punto de una función. En biología Stellutti realiza en 1624 las primeras observaciones microscópicas de miembros en los insectos. Pedro Fermat (1601-1605), matemático, hacia 1629 calcula los «máximos y mínimos» de una función acercando el concepto de «cociente de incrementos»; luego Roberval aporta trabajos sobre el cálculo de la tangente en cada punto de una función; más tarde De Sluse lo hace también en 1652, y Tschirnhaus en 1682. En astronomía se destaca Borelli (1608-1679) aplicando la fórmula de Huygens a los planetas y llegando a la conclusión de que la fuerza ejercida por el Sol a ellos debía ser atractiva. En física hidráulica no son menos los trabajos de Evangelista Torricelli (italiano, 1608-1647) en cuanto a la presión hidráulica («v2 = 2gh») y a la presión atmosférica, como asimismo realiza trabajos sobre el cálculo de la tangente en cada punto de una función; se juntan a ellos los de Venturi en presión hidráulica los de Pitot también dados en el mismo tema , y los de Edmundo Mariotte (francés, 1620 - 1684 ) con sus trabajos en la física de los gases y colaborador de Robert Boyle (irlandés, 1626 - 1691) ,descubriendo este último en 1660 una de las propiedades térmicas de los gases («p.V = constante») y a quien se le atribuye también la mejor exposición del «método experimental», y aplica la teoría atomista a la química negando a Aristóteles y a los alquimistas. Este período de análisis de fluidos lo podríamos cerrar con Blas Pascal (francés, 1623-1662) quien prosigue los estudios de vacío de Torricelli y descubre las leyes del equilibrio de los líquidos, inventa una máquina de calcular y la prensa hidráulica, como también contribuyó al cálculo diferencial.

La obra de Johann Baptista van Helmont (belga), químico, que se publicó en 1662 después de su muerte, dijo que el último principio constitutivo inerte de las sustancias materiales es el agua, que los hijos son engendrados por «causa eficiente» divina y no de los padres, que la enfermedad es una entidad con forma de vida propia, demostró la digestión ácida por la bilis, utilizó la balanza y con ella demostró que los pesos no cambian en los procesos de reacciones a productos, como asimismo acuñó el término «gas» del griego chaos y los estudió, y entendió la respiración como calentamiento animal por una transformación de la sangre en espíritu vital. Cristóbal Glaser (suizo, 1628-1672), químico, descubre el sulfato de potasa, y paralelo a Lémery (1645-1715) confeccionan preparativos de medicamentos y utilizan instrumentos. Stephan Hales (inglés, 1677-1761), naturalista, perfecciona los métodos para recoger gases bajo el agua y es uno de los pioneros en el estudio de la circulación de la sangre en los animales.

        Pareciera que la historia se fuera dando de a temas. Ahora será la luz la preocupación. Su  teoría corpuscular entrará a debilitarse por el reemplazo del concepto ondulatorio. Por ello, todas las investigaciones se orientarán a las interferencias, refracciones y difracciones lumínicas. Así tenemos a Willebrord Snell quien descubre —aparentemente— en 1621 la ley de difracción,   y a Grimaldi que observa el  fenómeno de  refracción de la luz  en 1665. Seguidamente aparece el genio universal de Christian Huygens (1629 -1695)  heredero de Galileo,  puente entre Galileo-Descartes y Newton por otra  que hará trabajos en óptica y mejorará de Leeuwenhoek el microscopio y el telescopio (se fabrica para sí uno de cinco metros de longitud y hace importantes aportes en astronomía); realiza además trabajos sobre biología en la microscopía de los espermartozoides; especula sobre la «generación espontánea»; realiza aún más e incansables trabajos en mecánica: la teoría de la fuerza centrífuga y la cinemática del movimiento circular uniforme («fuerza a aceleración» que «huye del centro») en 1659 y hace aportes en ondas sobre la expansión (frente) de las mismas, y demuestra en 1670 que la teoría ondulatoria puede explicar los fenómenos tanto de reflexión como de refracción (fenómeno de «flexión» o del doblamiento de las ondas en su trayectoria) y la aplica como hipótesis a la luz (teoría que es negada en el ámbito científico por no aparecer como observables sus fenómenos de «flexión»). Interpretó al peso como una «tendencia» (y no como una «fuerza»); realizó trabajos pendulares, y dedujo de ellos la aceleración terrestre exactamente en 9,81 m/seg2. También en matemática incursiona en las probabilidades, hace estudios sobre el cálculo de la tangente en cada punto de una función en 1693, y no deja a menos las invenciones múltiples (perfecciona el reloj, la bomba de aire, crea el proyector lumínico, etc.). Importantes en este momento, por otra parte, han sido también los estudios de difracción de la luz de Pohl, y los de óptica de Porro.

        Seguidamente la cuestión histórica pareciera inclinarse a un nuevo mundo, a saber, hacia la matemática como la explicabilidad de la naturaleza. Empiezan a surgir dominios en esta área inesperados. Me refiero al «análisis de la matemática». Isaac Barrow (inglés, 1630-1677) determina la tangente en cada punto de una función como «cociente de incrementos» y la relaciona con en área de la curva originando con ello el «cálculo integral» aunque había nacido previamente con la geométrica de Arquímedes. A su parte, Robert Hooke (1635-1703) mecanicista, perfecciona el microscopio y descubre las células (del corcho) y los microorganismos (descriptos por 

Leeuwenhoek), como también hace tareas sobre la energía en sistemas elásticos en 1678 postulando una ley que lleva su nombre («F = k.x»). También Godofredo Guillermo Leibniz (alemán, 1646-1716) conjuntamente con el próximo genio a aparecer, Newton, idean el «cálculo diferencial-infinitesimal» finalmente adoptado por la línea científica contemporánea. Coincide Leibniz independientemente muchos de sus resultados con los de Newton. En suma, define el primero su nomenclatura de la siguiente manera: incremento «dx», diferencial «dy», derivada «dy/dx». John Ray realiza clasificaciones biológicas a fines del siglo XVII.Y será, Isaac Newton (inglés, 1642-1727) quien diera un puntapié inicial al balón cientificista contemporáneo (aunque paradójicamente también se aplicara a estudios de teología, profesías, neoplatonismo, alquimia, y haya sido arriano negando la Trinidad bíblica y la idolatría de la divinidad de Cristo). Los antecedentes que prepararon su camino en «cinemática» (geometría del movimiento) fueron el previo concepto de aceleración, los atisbos del cálculo infinitesimal, la superación del «ímpetu» inercial del medioevo (de Filopón a Buridán) y la nueva visión de la caída libre (de Galileo); y en «dinámica» (fuerza del movimiento) han sido las tres leyes planetarias (de Kepler); resultando todo ello en las tres leyes fundamentales de la «mecánica»: 1º la del equilibrio de fuerzas , 2º la del movimiento e inercia («F = d(mv)/ dt»), y 3º la de acción y reacción de fuerzas («Fa = -Fr»); por otra parte, el camino usado para la postulación de su ley  de gravitación universal («F = k.m1.m2/d2») fue considerar el cálculo kepleriano de las fuerzas ejercidas por el Sol y mostró que eran proporcionales a las masas planetarias, no sin embargo dejando de pensar en la existencia de un «éter» gravitacional —segunda interpretación del «éter», puesto que la primera fue  la aristotélica como substrato del «motor inmóvil» supralunar. Logró también Newton la descomposición de la luz blanca e hizo trabajos en los campos de difracción y reflexión; prevee con su modelo gravitatorio la posibilidad teórica de cómo crear un satélite, e interpretó por ello a la Luna como un proyectil terrestre; calcula las mareas como consecuencia entre en Sol, la Luna y la Tierra; explicó el movimiento de los cometas; desarrolló la teoría de la hidrodinámica; propone la existencia de la «fuerza centrípeta» —aplicación de su tercera ley a la «fuerza centrífuga» de Huygens. En síntesis, la gran contribución de Newton es la integración conceptual de ideas en un solo esquema «dinámico-mecánico» y el «método de las fluxiones» equivalente contemporáneo al «cálculo diferencial-infinitesimal» (disputado con Leibniz su autoría). Define la tangente por la condición de tener dos puntos consecutivos y aporta en ello el concepto metafísico de la «derivada» («fluxión»), y del «momemto de fluxión» infinitesimal que cuando pasa a ser finito determinará el «diferencial». En suma, define su nomenclatura de la siguiente manera: función «fluente», incremento «o», diferencial «momento y´.o», derivada «fluxión y´». Todo esto despertó críticas en autores como Hookes (quien le reclama el derecho de prioridad de la «fuerza centrípeta»), Leibniz (le reclama el derecho de prioridad infinitesimal) y Berkeley (quien critica el cálculo de las «fluxiones» —y algunas con fundamento); asimismo aventuró a muchos otros hombres de ciencia, entre ellos a Varignon (1654-1722) que realiza trabajos sobre la «regla del paralelogramo» vectorial y sobre los «momentos» resultantes a un punto; a Edmund Halley a descubrir el cometa que lleva su nombre y predecir su retorno para 1758; a Emmanuel Kant (1724-1804) tratando a la fuerza gravitacional como una influencia que se propagaba uniformemente por el espacio en todas direcciones, y sostenía que, por razones de simetría geométrica, la fuerza de gravedad debe ser inversamente proporcional al cuadrado de la distancia.

 

        Paralelamente hay todo un momento matemático especializado. L´Hospital (Guillermo Francois, marqués de L´Hospital, francés, 1661-1704) idea un método para hallar el «límite» de funciones que lleva su nombre y realiza en 1696 el primer tratado de «cálculo diferencial». La familia Bernoulli se destaca, y sobre todo en este «cálculo diferencial»; serán Daniel, Jacobo, Jaime (suizo, 1654-1705) y Juan (suizo, 1667-1748) sus mediadores, donde este último reclama (al parecer con fundamento) el derecho de autoría del método del hallazgo de «límites» de funciones de L´Hospital. Luego Colin Mac-Laurin (inglés, 1698-1746) aporta tareas sobre geometría y matemática; más tarde entra en escena el coloso Leonardo Euler (suizo, 1707-1783) que no deja capítulo alguno sin explotar: hace estudios sobre las funciones, en matemática diferencial, álgebra y física matemática. Juan Le Rond D´Alembert  (francés, 1717-1783) aporta trabajos en matemática y a la física en la relación entre «impulso» y «energía cinética» aclarando el problema de la «conservación del movimiento»; José Luis Lagrange (francés, 1736-1813) con aportes al cálculo de probabilidades, a la astronomía y a la mecánica analítica interpretando a la «fuerza» como la causa del movimiento. Antonio Nicolás Condorcet (francés, 1743-1794) hace aportes en matemática. Gaspar Monge (francés, 1746-1818) matemático, presenta los fundamentos de la «geometría descriptiva» y hace estudios sobre la composición del agua. Más tarde surgirá Ruffini (1765-1822) y florecerá A. L. Cauchy en 1821.

        Seguidamente el empirismo, sobre todo el inglés, se hace notar. Surgen descubrimientos de observables y experimentos. Benjamín Franklin (estadounidense, 1706-1790) inventa el pararrayos. Charles Agustin de Coulomb (1736-1806) descubre en laboratorio para el 1784 la fórmula de la fuerza de cargas eléctricas («F = k.q1.q2/d2»). Jaime Watt (inglés, 1736-1819) inventa el condensador separado y la máquina térmica eficiente (máquina de vapor de doble efecto) y hace estudios sobre la composición del agua. Hay trabajos de electricidad realizados por Borman, Gilbert, y por Alejandro Volta (italiano, 1745-1827) que descubre el potencial de contacto en diferentes metales y hace posible la pila que lleva su nombre.

        La biología no ha quedado atrás. Carlos Linneo (1707-1778) diferencia los «tres reinos» de la naturaleza (mineral, vegetal y animal), realiza otras clasificaciones biológicas en aproximadamente 1735 y es defensor del «fijismo» y «creacionismo» de las especies, basándose en las premisas de la negación de las especies nuevas, de que no hay creación sino reproducción y que en toda especie siempre hay una unidad que le precede. Hemos tenido también el aporte de William Harvey en fisiología. Charles Bonnet (Georges Luis Leclerc, Caballero y luego Conde de Buffon, 1720-1793), «creacionista», es precursor del «transformismo» (aunque con una extraña teoría), antecesor a Lamarck en el «evolucionismo» y opositor de la taxonomía de Linneo, aportando un concepto ploblacional de especie, y es partidario de la taxonomía de los individuos singulares pero no de las generalidades. Luis Galvani (italiano, 1737-1798), físico y médico, presenta una hipótesis de la acción de la electricidad sobre los músculos. Las primeras inquietudes evolutivas de las especies se las podría atribuir en el presente siglo XVIII a James Hutton al advertir que en las capas geológicas hay especies extinguidas, como también que hay otras existentes y no así con anterioridad, deviniendo su pensamiento en la negación de una «creación» única. Los primeros descubrimientos fundados del mecanismo de evolución de las especies aparecen seriamente en Jean Lamarck (francés, Jean Baptiste Pierre Antonie de Monet, Caballero de Lamarck, 1744-1829) postulando en 1809 su teoría de la «evolución por modificación»: 1º que el medio impone cambios en el comportamiento bajo la forma de nuevos hábitos y éstos son origen de todas las variaciones evolutivas, 2º que el motor evolutivo está dado por la necesidad o deseo interno de adaptación que se manifiesta por un sentimiento o impulso interno del organismo que lo induce a la formación del órgano apropiado, 3º que el uso y desuso de las partes del organismo conducen al mayor o menor desarrollo del órgano e incluso a su degeneración, y 4º que las modificaciones que se acumulan en un individuo a lo largo de la vida, se transmiten a la descendencia (herencia de los caracteres adquiridos). En otros términos, Lamarck inicia el denominado «transformismo» biológico, diciéndonos que todos los cambios son explicables, que la función hace al órgano, que no hay necesidad de pensar en ninguna divinidad, que las especies cambian con el tiempo, que el ambiente influye en la acomodación orgánica y que hay herencia de los caracteres adquiridos. Georges Cuvier (1769-1839) defensor del «fijismo» y «creacionismo» es opositor a Lamarck, que sin darle importancia al microscopio ni a la química, descubrió sin embargo las relaciones morfológicas orgánicas en un individuo biológico y funda con su «anatomía animal comparada» la «paleontología»; propugna una doctrina denominada de «catástrofes» bio-geológicas que explicaría la pululante creación de las especies en cada nueva era geológica, debido a la voluntad divina y al origen que determinan los gérmenes sobrevivientes.

        La historia parece seguir empecinada con el empirismo, tal vez por lo que ya sabemos todos: que es una época floreciente capitalista donde los subsidios a la ciencia tecnocrática se acrecientan. Surge entonces en medio del período otro de los tantos genios, me refiero a Pedro Simón Laplace (francés, 1749-1827) que realiza estudios sobre astronomía, matemática y cálculo de probabilidades, también sobre electrodinámica, y que a mi entender «permitirá resolver contemporáneamente el escepticismo causal de Hume a través de la transformada matemática que lleva su nombre». Se suele considerar como período de la «química neumática» la transición de los siglos XVII-XVIII. Para eso a mediados del siglo XVIII Joseph Black realiza trabajos sobre gases. Una floreciente figura, Antoine Laurent Lavoisier (francés, 1743-1794), revoluciona la química como científica y funda su nomenclatura, postula la ley de la conservación de la materia en la frase célebre: «Nada se crea, nada se pierde; todo se transforma», es pionero en confeccionar de un sistema coherente de conocimientos químicos, descubre la composición del aire y sus propiedades, del diamante y de la combustión por el oxígeno, utiliza la balanza, supera la teoría del «flogisto» (vocablo del griego que significa «llama» y que consistía en el principio de inflamabilidad formulada por Stahl a principios del siglo XVIII) puesto que dijo que la materia del fuego no está en los materiales sino en el aire y el material del calor es un «fluido ígneo» alojado entre las partículas de los cuerpos entre otras más innumerables cosas; estudia junto con Laplace la naturaleza del calor e inicia la «termoquímica» en 1783, realiza estudios sobre la respiración y la transpiración desde el enfoque calorimétrico, e hizo trabajos en pólvora. Joseph Priestley (1733-1804) descubre el oxígeno en 1774 (desconociendo los trabajos de Scheele) y observa que el aire viciado por la respiración lo pueden restablecer las plantas. El químico Karl Wilheilm Scheele (sueco, 1742-1786) es el primero en descubrir el oxígeno, el cloro, el ácido arsénico, la glicerina, etc. Claudio Berthollet (francés, 1745-1822) químico, descubre las propiedades decolorantes del cloro, de la pólvora, etc. J.D. Van der Waals generaliza la ecuación de los gases de Boyle a partir de los trabajos de Regnault. Reynolds hace trabajos en fluidos.
         A continuación vemos un período de investigación de electricidad y magnetismo. Rowland los hace. Jean C.A. Peltier descubre la fuerza electromotriz en la soldadura de distintos metales. Henry Cavendish (inglés, 1731-1810) 

es el primero en experimentar en 1798 en su laboratorio la fórmula de fuerza gravitatoria de Newton («F = k.m1.m2 / d2»), como asimismo hizo estudios de la composición del agua. Rumford (1753-1814) realiza trabajos en calorimetría y abandona la teoría del calor como fluido invisible. Thomas Johann Seebeck (1770-1831) descubre la fuerza motriz inducida en metales por temperatura (par termoeléctrico) como unión de los efectos Peltier y Thomson; Andrés María Ampére (francés, 1775-1836) experimenta en electricidad y magnetismo.

        Viejos temas vuelven a ocupar la atención. Francisco J. Bichat (1771-1802) inicia los estudios de anatomía general y hace aportes en histología. Thomas Young demuestra en 1800 que la luz puede producir interferencias y se inclina al concepto ondulatorio. Joseph Louis Gay-Lussac (francés, 1778-1850) retoma los estudios de Jacques A. C. Charles y descubre con precisión en 1802 una de las propiedades térmicas de los gases .

Etienne Louis Malus (francés, 1775-1812) hace trabajos en fotoconductividad en 1809 («I = Imáx cos2q»). Amadeo Avogadro (italiano, 1776-1856) realiza trabajos en química; J. Fourier los hace en matemática y calorimetría en 

cuanto a la propagación del calor. Karl F. Gauss (alemán, 1777-1855) se aplica a los sistemas de fuerza y hace el teorema de la «constricción mínima», y determina otro célebre teorema que lleva su nombre para la resolución de 

problemas de la electrodinámica («D.ds = q»). Juan Ortd (danés, 1777-1851) es el primero en observar los fenómenos magnéticos creados por corrientes eléctricas; José Fraunhofer (alemán, 1787-1826) hace trabajos en la difracción de la luz. Pedro Dulong (francés, 1785-1838) y Petit descubren en 1819 que la capacidad calorífica de los metales depende del número de moléculas y no de su masa. Juan Biot (francés, 1774-1862) y Savart descubren en 1820 el campo magnético que produce la circulación de corriente eléctrica en un conductor (denominada equívocamente «ley de Ampere» como «H = i.senq.dl»).  

Robert L. Stephenson (inglés, 1781-1848) inventa la máquina a vapor. Thomas Young y Augustin J. Fresnel (francés, 1788-1827) se aplican a la interferencia y la difracción en la luz donde muestran con evidencia la teoría ondulatoria y miden la longitud de onda lumínica; Georg Simon Ohm (1789-1854) descubre y postula una ley fundamental en la resolución de circuitos eléctricos que lleva su nombre («v = i.R»); Juan Daniell (inglés, 1790-1845) inventa la pila que lleva su nombre, al igual que Weston; Miguel Faraday (inglés, 1791-1867) descubre las leyes de la descomposición de la electrólisis, la acción del campo magnético sobre la luz polarizada y la fuerza eléctrica motriz inducida fundamentales para la confección futura de los transformadores, motores y generadores eléctricos.

Sadi Carnot (francés, 1796-1832) aborda con precisión por primera vez en 1824 el problema de rendimiento de un motor térmico (orientado al motor de vapor) y propone un ciclo para el motor térmico («ciclo Carnot»); José Henry (norteamericano, 1797-1878) experimenta en autoinducción eléctrica; Augusto Comte (1798-1857) hereda de Saint-Simón la necesidad de reorganizar la sociedad y tiene también influencias del empirismo y de los enciclopedistas del siglo XVIII (D´Alembert, Turgot, etc.), inicia el positivismo y funda la sociología como ciencia, enseñando a la misma como una necesidad en el «orden» y el «progreso», y destacando que la historia del conocimiento humano se ha dado por tres estadíos: el teológico o ficticio, el metafísico o abstracto y finalmente al maduro positivo o científico; Charles Wheatstone (inglés, 1802-1875) idea en 1843 un circuito eléctrico para mensuras de electricidad que lleva su nombre; H.F.E. Lenz (alemán, 1804-1864) experimenta en trabajos de autoinducción eléctrica.

        Ya estamos a mediados del siglo XIX. Schleiden y Schwann formulan la teoría celular. Möebius (1790-1867) realiza trabajos en topología e idea la célebre cinta que lleva su nombre. El matemático Boole (1815-1864) hace grandes aportes al tema, e idea el álgebra que llevará su nombre y que fundamentará la binaria computacional actual. Charles Robert Darwin (inglés, 1809- 1882), fisiólogo y naturalista, postula su teoría de la «evolución por selección» entre 1854-9 inspirado por su tenaz espíritu investigativo y por el economista Malthus (Ensayo sobre el principio de la población, 1798, justificando la lucha por la existencia de la sociedad en que el aumento poblacional es geométrico y el de la subsistencia de recursos es lineal), logrando con ello unir a su vez tres teorías: la del concepto de especie, la del concepto de adaptación y la del concepto de evolución propiamente dicha, deducidas a partir de la variación hereditaria, la multiplicación y la lucha por la supervivencia —criticada como tautológica en la frase de Spencer «la supervivencia del más apto», pero superada por recordar que los individuos de una especie varían entre sí (es decir que la selección natural es una perdida diferencial) y posteriormente por Popper por considerarla infalsable. Así Darwin remarca los siguientes puntos para la «selección natural»: 1º que el crecimiento es geométrico y los recursos alimenticios lineales (Malthus), 2º que el número está acotado por los recursos alimenticios (Malthus), 3º que hay una necesaria lucha por la existencia (deducido de 1º y 2º), 4º que subsistirá el más apto (deducido de 3º), 5º que los cambios no son universales sino propios del hábitat, y 6º que hay herencia de los caracteres adquiridos (Lamarck). Destaca asimismo que esta «selección natural» —como el nombre lo indica— no es algo artificial, sino que es meramente un enfoque descriptivo y no orientado a nada ni a ningún tipo de prejuicio, como tampoco implica necesariamente la existencia un agente "seleccionador". Es interesante destacar en este tema el aporte del historiador Gilson; éste dice que Darwin no habló de «evolución» (del latín "lo inverso a «in-volución»") porque en realidad lo que tenía mentado era la «transmutación», puesto que este primer término es meramente filosófico sin aplicabilidad científica, y que el error se hubo propagado por dos de sus intérpretes seguidores. Por otra parte, encontramos en Darwin que excluye al «fijismo» pero no al «creacionismo», como también que deja sentadas las bases antropológicas para el estudio de la posibilidad de demostrar que el hombre evoluciona del simio. Cabe mencionar a Alfred Russell Wallace (1823-1913) que llegó también, independiente de Darwin, a la idea de evolución por selección natural.

 

        El físico Jacobo Prescott Joule (1818-1889) experimenta en la propagación de la energía calórica y determina el «equivalente mecánico del calor», ofreciendo con ello la ley de calentamiento de los conductores por corriente eléctrica que lleva su nombre, como también descubre que el calor es una forma de energía en 1878. León Foucault (francés, 1819-1868) que trabaja sobre la teoría ondulatoria de la luz con la velocidad de la misma en medios líquidos con propagación rectilínea y difractados, como asimismo hace experiencias en el magnetismo del hierro. John Tyndall (1820-1893) realiza determinaciones de la cantidad de energía radiada por unidad de tiempo desde la superficie de un cuerpo. El antropólogo Rodolfo Virchow (1821-1902), defensor del «fijismo», hace estudios sobre patología celular. Louis Pasteur (francés, 1822-1895) niega la «generación espontánea», postula en 1865 su teoría de «los gérmenes en las enfermedades», funda la bacteriología y descubre la vacuna antirrábica. William Thomson (o lord Kelvin) (1824-1907) descubre la fuerza electromotriz en extremos de un conductor circulando una corriente cuando se lo sumerge a una temperatura no uniforme en su recorrido; propone medir la temperatura desde el cero absoluto («-273,2 ºC»); estudia la antigüedad de la Tierra a través de principios termodinámicos (del enfriamiento total de su masa a la temperatura actual), e introduce el término «energía» (aunque esto también ha sido atribuído a Helmoltz, Rankine, Joule, Maxwell, etc.) y determinó diferentes maneras en que se presenta.

 Gustav Robert Kirchoff (1824-1887) postula dos leyes fundamentales de la resolución de circuitos eléctricos que llevan su nombre: la regla de las mallas («Si = 0») y la regla de los nodos («S = 0»). El matemático Jorge Riemann (alemán, 1826-1866) crea una geometría no-euclidiana. El genio del físico James Clerk Maxwell (escocés, 1831-1879) basado en especulaciones matemáticas explica la teoría de la luz como ondas electromagnéticas y lo demuestra teóricamente en 1873 indicando que un circuito eléctrico oscilante puede radiarlas, como también determina la expresión eléctrica-magnética de la velocidad de propagación, ofeciendo con todo ello las «ecuaciones unificadoras electromagnéticas» en el espacio libre («H.dl =  D/t. ds,  E.dl =-B/t. ds,  D. ds = 0,  B. ds = 0») y en medios dieléctricos.

Nos estamos acercando al fin del siglo. La física va dejando su ingenuidad para madurar en un tamiz profundo y académico. El químico Demetrio Ivanóvich Mendeleiev (ruso, 1834-1907) ordena los elementos en una tabla que lleva su nombre. Josef Stefan (1835-1893) basándose en Tyndall dedujo en 1879 la cantidad de energía radiada por unidad de tiempo desde la superficie de un cuerpo. 

Van de Gaaff inventa un generador de alta tensión que lleva su nombre. Guillermo Conrado von Röentgen (alemán, 1845-1923, Premio Nobel de Física en 1901) descubre casualmente los rayos X. Llega ahora el incansable genio

creador de Thomas Alva Edison (estadounidense, 1847-1931) y observa por vez primera en 1883 la «emisión termoiónica» en la rectificación de la válvula diodo, y hace un sinnúmero de invenciones (película cinematográfica, lámpara incandescente, reproductor magnetofónico en 1887, etc.). Johann Jakob Balmer (1825-1898) determina y clasifica en 1885 el espectro de frecuencias del hidrógeno. El sacerdote y botánico Juan Gregorio Mendel (austríaco, 1822-1884) postula las leyes de la herencia que llevan su nombre luego de aproximados veinte años de experiencias, y que dicen: 1º ley: «todo individuo tiene un par de alelos para cada gen, los miembros de ese par se separan durante la formación de los gametos y se restablece el par durante el proceso de fecundación», 2º ley: «los distintos caracteres que se separan en los gametos lo hacen en forma independiente unos de otros». Ernesto Mach (austríaco, 1838-1916) filósofo, historiador de las ciencias, reduce todo el conocimiento a lo inmediatamente dado en la conciencia y elimina todo supuesto metafísico, haciendo con ello aportes en la epistemología científica. Alexander Graham Bell (1847-1922) inventa el teléfono. Alberto Abrahán Michelson (estadounidense, 1852-1931, Premio Nobel de Física en 1907) determina experimentalmente junto a Morris con gran precisión la velocidad de la luz.  

El matemático Peano (1858-1932) asombra por sus  aportes. Enrique Hertz (alemán, 1857-1894)  demuestra  experimentalmente la teoría de Maxwell en aproximadamente 1888 con un circuito radiador  de ondas proponiéndolas en un medio «éter»  tercer concepción del «éter»— y las iguala al calor y a la luz, como trató también de basar la mecánica sobre la idea de eliminar el concepto de «fuerza». Otto propone un ciclo para el motor a combustión («ciclo Otto»), al igual que Rankine para el motor a vapor («ciclo Rankine»), y que Rodolfo Diesel (alemán, 1858-1913) para el motor a combustión («ciclo Diesel») e idea el motor a gas-oil. George Cantor hace aportes a la matemática en varios temas y especialmente determinando la racionalidad de los números infinitos («transfinitud»); Svante Arrhenius (1859- 1928) realiza una interpretación del paso de corriente eléctrica en un electrolito. Guillermo Crookes (inglés, 1832-1919) físico y químico descubridor del talio y fabricador de los tubos de rayos catódicos.

 

        Surgen dos familias notables. La primera, la Becquerel, con Antonio César (1788-1878) que hace estudios sobre electricidad, Alejandro E. (francés, 1820-1891, hijo de Antonio César) descubridor del cloruro de plata, Antonio Enrique (francés, 1852-1908, hijo de Alejandro, comparte con los esposos Sklodowska-Curie el Premio Nobel de Física en 1903) es descubridor de la radiactividad, y Juan (nacido en 1878, hijo de Antonio Enrique) que hace aportes al electromagnetismo. La segunda es la familia Curie (1859 al 1956), formada por María Sklodowska de (polaca, 1867-1934, comparte con Pedro Curie y Becquerel el Premio Nobel de Física en 1903, y el de Química en 1911), Pedro su esposo (francés, 1859-1906, comparte con María Sklodowska y Becquerel el Premio Nobel de Física en 1903), ambos descubren el radio y el polonio y hacen aportes al electromagnetismo; e Irene (francesa, 1897-1956, hija de Sklodowska-Curie, comparte con su esposo Federico Joliot el Premio Nobel de Química en 1935) física y química que descubren con su esposo el principio de radiactividad artificial.

        De esta manera nos preguntamos sobre el bagaje que nos ha traído el siglo XIX. En resumidas cuentas, podemos decir que le debemos la invención de las máquinas eléctricas rotativas (motor y generador) y del transformador; la de la lámpara incandescente y la iluminación artificial en general; la invención de la fotografía y de la película cinematográfica; la del telégrafo, del teléfono, de la teletipo, la del fonógrafo y de la radiodifusión; el descubrimiento de las leyes de la herencia y de las leyes de la evolución de las especies biológicas; los grandes cimientos arquitectónicos de la ingeniería civil en las edificaciones (torre Eiffel, edificios, puentes, etc.); la invención del submarino, del avión y del helicóptero, del automóvil y otros rodados; las invenciones de artefactos de comodidad domésticos: eléctricos y termodinámicos; el aumento de la «esperanza de vida» debido a la invención vacunas y los primeros estudios sobre antibióticos; la instrumentación teórica y práctica de las ondas electromagnéticas; el aprovechamiento de las fuentes energéticas de gas y petróleo; la invención del disco magnetofónico; la ordenación sistemática de los elementos químicos; la invención de la anestesia, etc.

        Entramos así, al siglo XX: «¿Cambalache y febril?»

        Ya no se ven ni son tangibles de ningún modo los fenómenos físicos. Será entonces a la mejor manera de Eudoxo la posibilidad de abordar hipotéticamente los cometidos científicos. Es José Juan Thomson (inglés, 1856-1940, Premio Nobel de Física en 1906) quien mide en el 1900 la relación carga a masa del electrón y Enrique Antón Lorentz (holandés, 1853-1928, Premio Nobel de Física en 1902) quien lo hace con su masa y aporta trabajos sobre magnetismo, electricidad y la luz. Se perfeccionan los estudios sobre el electrón y la «emisión termoiónica» de Edison en 1903 a través de Owden Guillermo Richardson (inglés, 1879-1959, Premio Nobel de Física en 1928) y se convierte con ello el primero en estudiar la corriente eléctrica volátil obtenida de un material al calentarlo. Contemporáneo le será S. Dushman quien determina la máxima corriente eléctrica (saturabilidad) volátil obtenida de un material al calentarlo. Patricio Blackett (inglés, nacido en 1897, Premio Nobel de Física en 1948) relaciona la gravedad y el campo electromagnético de los cuerpos estelares.  La medicina hace su aporte con Alejandro Fleming  (inglés, 1881-1955, que comparte con Florey y con Chain el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1945) y Howard Florey (inglés, 1898-1968, que comparte con Fleming y con Chain el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1945) que descubren la penicilina (antibiótico) y la aplican. Ernesto Boris Chain (inglés, nacido en 1906, que comparte con Fleming y con Florey el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1945) aplicando la penicilina.

        Surge entonces la era electrónica propiamente dicha. Es otro Fleming (estadounidense) quien introduce estudios a la electrónica de vacío en 1904 y crea la válvula de vacío diodo (1ra generación en electrónica), y poco más tarde Lee de Forest inventa en 1907 la válvula amplificadora triodo; Robert Andrews Millikan (estadounidense, 1868-1953, Premio Nobel de Física en 1923) mide entre 1908-1917 la carga del electrón aislado y verifica experimentalmente la teoría fotónica-eléctrónica de Einstein a posteriori. Un nuevo genio asoma, me refiero a Ernst Rutherford (inglés, 1871-1937, Premio Nobel de Física en 1908) que hace trabajos en la radiactividad, en 1905 sugiere averiguar la antigüedad de las rocas a través del análisis radiactivo lo que permite a la geología determinar con precisión la edad del planeta que vivimos, y a la antropología y paleontología en la determinación de la antigüedad de los fósiles a través del isótopo carbono 14; es pionero en la verificabilidad experimental de la composición atómica núcleo-electrones y propone un modelo atómico en 1911 con un núcleo y electrones que giran a su alrededor, sostenidos por la fuerza eléctrica del núcleo versus fuerza centrífuga, aunque el mismo adolece del inconveniente de que la radiación propia electrónica desintegraría al átomo. Estos logros permite a Geiger idear el detector de radiactividad que lleva su nombre.

 

        Entramos así al período cuántico, donde surge una primera escisión epistemológica con el abandono de la mecánica continua. Será Maximiliano Planck (alemán, 1858-1947, Premio Nobel de Física en 1918) quien propone un nuevo modelo atómico según los «niveles cuánticos» (fundación de la mecánica cuántica) en 1901 y descubre que la radiación de calor no es continua sino a «cuantos», determinando con ello el dualismo onda-partícula de las radiaciones. Seguidamente Niels Bohr (danés, 1885-1962, Premio Nobel de Física en 1922) propone una corrección en el modelo atómico de Rutherford en 1913 donde ya no hay radiación en el electrón al estar en una órbita, sino absorción-liberación de un «cuanto» en el cambio de órbita determinando los radios orbitales (múltiplos enteros de «h/2p»), como también cuantifica (de Planck)  la emisión fotónica (de Einstein)  en  longitudes  de onda  radiada («DE = h.f»). Guillermo David Coolidge (estadounidense, nacido en 1873) crea en 1913 el tubo de rayos X. Irving Langmuir (estadounidense, nacido en 1881, Premio Nobel de Química en 1922) y Rogers postulan las leyes de la emisión termoiónica en 1913. La Compañía System Bell da uso comercial en telefonía de la válvula amplificadora de vacío en 1915. El químico Federico Soddy (inglés, 1877-1956, Premio Nobel de Química en 1921) logra avances en la radiactividad. Afloran trabajos en astronomía también. Es Alexander Friedmann que los hace teóricos sobre la movilidad del universo en 1922 y propone tres modelos de expansión cósmica: el del Big-Bang a la contracción Big-Crunch, y los de la expansión y la limitación. Los astrónomos Edwin Hubble y Milton Humanson (estadounidense, 1891-1957) descubren cosmologías y verifican experimentalmente la expansión del universo (cobrando sentido la hipótesis del Big-Bang) en 1924.

        Es momento ya para otro genio epistemológico y creativo: Alberto Einstein (alemán, 1879-1955, Premio Nobel de Física de 1921) quien postula la teoría de la relatividad general (fundación de la física teórica) entre 1905-25 otorgando plasticidad al espacio, al tiempo («t= t0 [1-(v/c)2]-1/2») y a la masa («m = m0 [1-(v/c)2]-1/2»); también incorpora los fundamentos de la teoría corpuscular de la luz con precisión a través de su teoría de los fotones (paquetes mínimos de energía de luz) como «materiales», ofreciendo equivalencia entre la materia y la energía («E = mc2»), y diciendo que éstos poseen energía cinética («mc2») y cantidad de movimiento («mc») tal cual lo material sólido ordinario; asimismo descubre el «efecto fotoeléctrico» como la emisión fotoeléctrica cuantificada por la luz  en los metales («hf-U ³mv2/2»); y, desgraciadamente  a su propio pesar, ofrece las bases teóricas  para  la confección de la bomba nuclear; indica que la velocidad de la luz es constante para todos los sistemas d referencia (por lo tanto que es relativa al referente fijo) y no depende de su fuente productora propia.

        Estas cuestiones epistemológicas y empíricas producen una escisión humanística. La filosofía «gira» sus intereses a la sintáctica y la ciencia a la semántica, a través de los abocados pensadores del Círculo de Viena. Allí figuras como Rudolf Carnap, Ludwing, Bertarand Russell (inglés, nacido en 1872, Premio Nobel de Literatura en 1950), etc., hacen trabajos sobre lógica matemática. Enrique Poincaré (1854-1912) y A. S. Eddington tratan de interpretar, junto con Russell, esta nueva visión del mundo.

        Entramos en un tercer período epistemológico. Le corresponderá a Luis Víctor de Broglie (francés, nacido en 1892, Premio Nobel de Física en 1929) fundar la mecánica ondulatoria trabajando sobre el concepto teórico del electrón como onda-partícula en 1924, y proponiendo con esto otro modelo atómico, trayendo nuevas consideraciones.  Grondhal descubre el rectificador de óxido de cobre (inicio de la electrónica de semiconductores)  en  1926. } Gödel, Türing y Church introducen estudios sobre la algorítmica computacional y plantean el «problema algorítmico de autoaplicabilidad de las variables computables» —imposibilidad de los mecanismos autónomos de poder autoaplicarse a su tercer esquema formal. El físico Jacobo Chadwick (inglés, nacido en 1891, Premio Nobel de Física en 1935) logra nuevos avances en la radiactividad. Germer y Davisson (quien comparte Davisson con Thomson el Premio Nobel de Física en 1937) y más tarde Thomson, Jorge P. (inglés, nacido en 1892, que comparte con Davisson el Premio Nobel de Física en 1937) trabajan sobre la praxis del electrón como onda-partícula y verifican experimentalmente a de Broglie en 1927 y 1928 respectivamente. C.T.R. Wilson (inglés, 1896-1959) idea una cámara de niebla para el estudio de los rayos cósmicos y la trayectoria de partículas que intervienen en reacciones nucleares.

 

        Hemos llegado a un momento de proliferación tecnológica. Se logra la sintetización de polímeros —fabricación del plástico; se inventa la cinta de grabación de audio como asimismo todo tipo de artefactos domésticos; se vuelven a crear nuevos antibióticos y vacunas; se perfeccionan los sistemas termodinámicos de frío (cámaras frigoríficas, heladeras, etc.); y la humanidad encuentra la aplicación social-cultural de la revolución de los anticonceptivos.

        La física no se deja esperar. Arturo H. Compton (estadounidense, 1892-1962, Premio Nobel de Física) amplía los estudios sobre rayos cósmicos y X, verifica la teoría corpuscular de Einstein en 1921 haciendo impactar un fotón con un electrón, y observando que se comportan como dos partículas en simple choque mecánico, propone, definitivamente, la doble interpretación onda-partícula de la luz. Wolfgang Pauli (austríaco, 1900-1958, Premio Nobel de Física en 1945) obtiene logros en el átomo (postula el principio de exclusión de los electrones que lleva su nombre). Max Born (alemán, 1882-1970, comparte con Bothe el Premio Nobel de Física en 1954) amplía la mecánica cuántica. La nueva interpretación epistemológica ahora la hace Wernwer Heisenberg (alemán, nacido en 1901, Premio Nobel de Física en 1932) al trabajar  sobre el concepto teórico  del electrón como onda-partícula  y  explica su principio de incertidumbre (o de indeterminación: «Dp.Dr³ h»), y provee con ello un nuevo «giro» a la concepción del model tómico. Emerge sin esperar el genio de Erwin S. Schrödinger (austríaco, 1887-1961, que comparte con Dirac el Premio Nobel de Física en 1933) demostrando definitivamente la dualidad onda-partícula de la materia (su ecuación independiente del tiempo es la siguiente, trabaja sobre el concepto  teórico  del  electrón  como onda-partícula de Broglie y llega a postular un nuevo modelo del átomo; sus estudios han determinado la verdadera introducción a la electrónica de semiconductores; también hace aportes a la biología con su concepto de «entropía negativa» y la hipótesis del «error» de la evolución dialéctica-cibernética de Darwin-Lamarck. No menos han sido los estudios de su compatriota Pablo A. M. Dirac (inglés, nacido en 1902, quien comparte con Schrödinger el Premio Nobel de Física en 1933) que postula matemáticamente la existencia de la antimateria, y la función irracional —de distribución y será Carl D. Anderson  (estadounidense)  quien observara  y  verificara  Dirac en 1932 por primera vez el electrón de carga positiva (positrón).  
    Ya entramos a una etapa gloriosa. Los avances físicos son también epistemológicos, dejando más un pensamiento que una inmanente realidad. Enrique Fermi (italiano, 1901-1954, Premio Nobel de Física en 1938) es precursor de la técnica neutrónica para la disgregación del átomo, trabaja en los niveles cuánticos de los materiales semiconductores (su función de probabilidad es «f (E) = [1+e(E-E f) / KT]-1») y logra los primeros experimentos sobre la pila atómica junto a Szilard y Zinn. F. Strtassmann y Hahn (alemanes) obtienen la fisión del núcleo de uranio en 1939 con el bombardeo de neutrones. Otón Stern (estadounidense, 1888-1969, Premio Nobel de Física en 1943) es descubridor del momento magnético del protón. Donald W. Kerst idea en 1941 el acelerador de inducción magnética (betatrón) para alcanzar grandes velocidades de las partículas subatómicas lo que permitirá a los físicos del futuro seguir estudiando el comportamiento y estructura del átomo.

        Ni Julio Verne se lo hubiera imaginado. Es época de la fabricación del televisor comercial en la década de 1940; del radar y sonar en la década de 1940; del microscopio electrónico, de la computadora (valvular y analógica según el modelo de von Neumann); se crean las técnicas de comunicación (modulaciones AM, FM, heterodinaje, etc.); aparece la transmisión de imagen por el facsímil; se implementa la energía nuclear motriz eléctrica; hay profundas invenciones de tecnología armamentista (bomba atómica en 1945, bombas defoliantes, etc.); en la tecnología espacial (cohetes, satélites, etc.); como también se logra la creación de la fotografía y la película cinematográfica a color, y no menos las pululantes invenciones en artefactos domésticos.

        Arribamos a la era cibernética. N. Wiener (estadounidense) la define como feed-back (analogía del mecanismo de control en barcos de navegación) y funda la teoría del control automático en 1948; E. Shannon (estadounidense) por su parte funda la teoría de la información en 1948. Llegamos así a un momento culminante, donde Juan Bardeen (estadounidense, nacido en 1908, que comparte con Brattain y Schockley el premio Nobel de Física en 1956, y con Cooper y Schrieffer en 1972) y Gualterio Houser Brattain (estadounidense, nacido en 1902, que comparte con Bardeen y Schockley el premio Nobel de Física en 1956) inventan el transistor de contacto puntual en 1948 (2da generación en electrónica). Esto induce a W. Schockley (estadounidense, quien comparte con Bardeen y Brattain el premio Nobel de Física en 1956) mejorarlo con el transistor de unión (o también llamado de juntura) en 1951, determinando con ello la confección de distintos componentes electrónicos desde aproximadamente 1949 y es el inicio de la electrónica moderna.

        La biología pareciera celarse. La racionalidad positivista que estudiamos pretende una cosa, a saber: crear la vida artificialmente. Surge Miller Stanley (estadounidense) que sintetiza artificialmente los aminoácidos a principios de la década de 1950 aunque no logra las cadenas peptídicas de las proteínas —con la intención de crear proteínas. Eccles, Sperry y Penfield realizan trabajos fisiológicos y psicológicos en comisurotomía cerebral. Christian Barnard (estadounidense) logra el transplante de corazón en aproximadamente 1966.

        La ingeniería sigue en boga. Se logra la gran integración de materiales electrónicos semiconductores (3ra generación en electrónica) —circuito integrado o «chip» que determinará la invención de la computadora (con "chip" y digital). Se mejoran notablemente los equipos electromédicos (ecógrafos, tomógrafos, resonancias magnéticas, etc.); se determina la completitud de la molécula de ADN en la década de 1960; el hombre llega a la luna en 1969; se inventan los sintetizadores (de música, voz, etc.); hay nuevos descubrimientos de partículas subatómicas, nuevos transplantes e implantes de órganos y de miembros; se empieza a pensar en una biología molecular; se crean sistemas satelitales geológicos, climatológicos, etc.; surgen nuevos sistemas armamentistas amenazadores: bombas defoliantes, químicas y bactericidas, proyectiles autodirigidos, sistemas satelitales de control y marcialidad, etc.

        ¿Vuelve el hombre a preguntarse por sus orígenes tal cual la inquietud antigua? Stephen Hawking (inglés) estudia el comienzo de universo a través de la teoría del Bing-Bang y realiza trabajos teóricos sobre los «agujeros negros» del cosmos; el médico Sperry (estadounidense, Premio Nobel de medicina en 1980) demuestra la existencia de la doble conciencia cerebral en 1980; Ilya Prigogine (Premio Nobel) incursiona en la holística de los sistemas vivos celulares y sociales; Bill Gate (estadounidense, dueño de la Empresa Microsoft) crea el «sistema operativo de discos» (D.O.S.) a principios de 1980 y posteriormente copia de la Empresa Aple la idea de «ventanas» y crea Windows aproximadamente en 1985.

        Lo último. Esto, si vemos lo pasado, no es menos que aquello. Hay en estos años invenciones informáticas asombrosas (cinta grabadora de vídeo, discos flexibles y rígidos, alta integración de "chips" originando lo que algunos denominan 4ta generación en electrónica, etc.); devienen la implementación de los enlaces a microondas y fibras ópticas; emergen los robots de alta tecnología como paridos de la gran madre industria tecnocrática; surgen factores de gran comunicabilidad social (prensa sofisticada, telefonía celular, sistema INTERNET, radionavegación satelital, sistemas de comunicación satelital como INTELSAT e INMARSAT, etc.); Francine Patterson observa lenguaje e intelección en gorilas; hay logros en las fecundaciones, en la elección del sexo y en la crianza embrionaria por medios artificiales de laboratorios; descubren restos fósiles de microorganismos en meteorito extraterrestre; hay avances en la teoría de la fuerza gravitatoria en 1997;  y no menos todavía es el logro de la clonación animal en 1998.

Concluyendo, el hombre en su cultura y posición frente a la vida, necesariamente debe haber cambiado. Han ocurrido, especialmente en este siglo, determinaciones epistemológicas que debieron aguzar su ingenio y posición frente a la naturaleza, como también algunas situaciones que afrontar en cuanto a que pareciera advertir el toque de su identidad personal.Tal vez halla sido el pasado siglo el más rico en la historia de la ciencia.


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