PSICOLOGÍA SOCIAL

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HERNÁNDEZ GONZALEZ MARIBEL

MENDOZA ANAYA MARTHA ANDREA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA

MATERIA: PSICOLOGÍA CLINICA TEORICA IV

PROFESOR: DAVID JIMÉNEZ

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1. Antecedentes históricos de la psicología social.

La polémica que se instala en la disciplina es que la Psicología Social está en crisis.

Para algunos esta crisis se debe a la JUVENTUD de la disciplina; para otros se debe a su modo particular de instauración de una disciplina a partir de tradiciones o actitudes intelectuales vividas y de requerimientos sociales concretos. Para otros simplemente la falta de actualización como producto de las dos disciplinas que le dieron origen: la Psicología y la Sociología.

El debate generalmente se instala en términos dicotómicos: unos enfatizan lo sociológico y otros lo psicológico, entre los defensores de la observación y los métodos naturales de recolección de datos y los defensores de la experimentación y los métodos controlados de recolección de datos, entre los defensores del modelo humanista del hombre y los defensores de un modelo mecanicista del hombre, entre los defensores de un enfoque positivista y los defensores de un enfoque fenomenológico, entre los estructuralistas y los culturalistas, entre la psicología social burguesa y la psicología social marxista.

En síntesis esta crisis se enfoca, ya sea desde un punto de vista teórico – metodológico (posible generalización de resultados), ya sea desde un punto de vista ideológico (modelo de hombre que subyace).

Como producto de estas dicotomías polémicas, se han logrado identificar dos Psicologías sociales. Una Psicología Social Psicológicas y una Psicología Social Sociológica.

Los rasgos más resaltantes de cada una:

Integrar métodos como objetos de estudio y concepciones teóricas (interdisciplinarias).

Adaptar y elaborar teorías psicológicas y sociológicas de forma que sean mutuamente compatibles.

 

Antecesores de la disciplina

Antecesores desde la perspectiva sociológica en Europa.

La mayoría coincide en señalar a Comte entre los antecesores de la Psicología Social. Muy pocos mencionan a Marx, y casi ninguno reconoce la influencia de Saint-Simons (Siglo XVIII-XIX), señala Torregrosa (1974), que en Saint-Simons se da una concepción de la realidad social y de la perspectiva que debe adoptarse para su estudio que son socio – psicológicos. De los postulados de S. Simons se origina una bifurcación en sociología que va a consistir en el desarrollo por un lado del positivismo y por el otro del marxismo.

Marx recoge de S. Simons la línea que interpreta la realidad social en función del progreso (totalidad social, antagonismo de clases).

Allport señala que el padre la Psicología Social es Comte y reconoce un aporte fundamental: los lineamientos que planteara para una ciencia que se llamaría moral positiva, esta ciencia debía tratar por un lado los fundamentos biológicos de la conducta del hombre (Psicofisiología), y por otro debía ocuparse del lugar del hombre en la cultura y la sociedad, (psicología social).

La influencia de Marx es más amplia y menos precisa, sus conceptos sobre la influencia de las estructuras institucionales, técnicas, materiales y culturales sobre el individuo y sobre la dialéctica individuo – sociedad, fueron determinantes en la génesis de la Psicología Social.

Tanto A. Comte como K.Marx ambos herederos de S. Simons sientan las bases de la Psicología Social, uno reconocido e identificado como tal otro prácticamente desconocido o conocido y no identificado como parte de ella.

Antecesores sociológicos del S.XIX en Europa.

Jhon Stuart Mill (1806-1873), planteó la necesidad de crear una nueva ciencia (etología), que pusiera en relación los postulados de la sociología y la psicología. Hebert Spenser (1820-1903), incide a través de su doctrina evolucionista y de los planteamientos derivados de ella, sobre la relación individuo – medio ambiente.

Tres sociólogos europeos del S.XIX aparecen como claves: Gabriel Tarde, Gustavo Le Bon y Emilio Durkeim. Tarde trabajo con los fenómenos de imitación y sugestión sobre la interacción social. Le Bon desarrollo una psicología de las multitudes describiendo fenómenos particulares que se dan en las muchedumbres. Durkeim planteó la necesidad de crear una ciencia que se ocupara de estudiar la distinción entre consciencia individual y consciencia colectiva.

Los aportes de estos tres autores han dado origen a la escuela francesa de una psicología social con enfoque sociológico.

Moscovici los aborda y reformula la idea de las representaciones colectivas de Durkeim en términos de representaciones sociales que revive la psicología de las masas a partir de los planteamientos de Tarde y de Le Bon.

Antecesores desde la perspectiva sociológica en Estados Unidos de Norteamérica.

El más mencionado es Chares Culey, quien subrayó la importancia de lo social en el desarrollo de sí mismo y ejerció una influencia en la aparición del interaccionismo simbólico. La obra de éste representa el nacimiento de la psicología social.

Antecesores de la perspectiva psicológica en Europa.

Los fundadores de la gestalt ( Ehrenfels, Wertheimer, Kofka, Kurger, Kohler), al creador de la reflexología, Pavlov, y a W. Wundt, fundador del primer laboratorio de psicología.

La psicología se nutre de estos postulados, más no nace como productos de ellos, sino en respuesta a la demanda explícita de que una ciencia se ocupara de los fenómenos de la interfase de lo psicológico y de lo social.

Mead Herbert, tomó de Wundt el concepto de gesto como punto de partida para el desarrollo de su psicología social. Wundt consideró que los procesos superiores tales como el razonamiento, las creencias, los mitos, el pensamiento y el lenguaje, pertenecían a una esfera no reducible a los procesos intra – individuales.

Antecesores desde la perspectiva psicológica en Estados Unidos de Norteamérica.

Se identifica a William James, fundador del Pragmatismo y fundador, junto a Dewey del funcionalismo Americano. James aporta la concepción de hábito, unidad de estudio de la Psicología Social.

Dewey aporta en su concepción funcionalista de la adaptación del individuo al medio ambiente, base del objeto de estudio de la Psicología social: la interacción individuo medio ambiente.

La necesidad de que se cree la Psicología Social se hace sentir primero entre los sociólogos europeos y se observa que en Estados Unidos de Norteamérica son más bien los postulados teóricos de los psicólogos.

La obra de Cooley está relacionada con la aparición de la Psicología Social Sociológica en Estados Unidos de Norteamérica.

Fundadores de la Psicología Social

James Schellenberg, presenta como fundadores de la Psicología Social a Freud, Mead, Lewin y Skinner, dando éstos origen a cuatro corrientes teóricas de decisivo impacto para la Psicología social: el enfoque psicoanalítico, el interaccionismo simbólico, la teoría de campo y el enfoque conductista.

Reconoce a Skinner como el fundador del enfoque de mayor impacto sobre la psicología en este siglo. Freud ha tenido un impacto menor. A partir de ellos no se crea una escuela de psicología social que aspire a dar explicaciones a los fenómenos que engloba esta disciplina sino que producen aportes aislados.

Aquellos sobre quienes existe un mayor consenso para considerarlos como fundadores de la psicología social son: Edward Ross (1866-1951) y WilliaM Mc Dougall. Estos dos autores publican un manual titulado de Psicología Social en 1908, pero a la vez Gabriel Tarde había publicado en Francia en 1898 una obra titulada "Estudios de Psicología Social", no sería considerado, sin embargo, como el fundador por su enfoque individualista.

La psicología social psicológica desarrollada en Estados Unidos de Norteamérica estaba llamada a ser la que sentara las bases y diera identidad a esta ciencia social.

Los constructores de la Psicología Social.

La influencia decisiva la tuvieron tres autores: George H. Mead, Floyd Allport y Kurt Lewin, sobre la adaptación de posturas teóricas metodológicas.

Mead, Hebert (1863-1891), merece ser considerado como constructor de la psicología social por el trabajo que desarrolló respecto a la relación entre el individuo y su ambiente, considerándola como una relación dialéctica. Genera una escuela en Chicago que Blumer le da el nombre de Interaccionismo Simbólico.

Dio origen a un nuevo conductismo que se denominó conductismo social, en esta concepción el hombre deja de ser un reactor o individuo que reacciona ante el ambiente en función de instintos incontrolables o de estímulos que se sitúan fuera de él, para convertirse en un interprete de su medio y de sus relaciones con los demás. Sostiene que la relación entre los seres humanos se construye conjuntamente durante la interacción a la que se añade el elemento simbólico, pues se da una conversación de gestos y de lenguajes que poseen símbolos significantes.

Los interaccionistas simbólicos estudian las relaciones entre individuos en situaciones concretas y consideran que la conducta social no se puede predecir, ya que en la interacción humana no existen determinismos sociológicos ni psicológicos. La conducta social sólo puede ser entendida dentro del contexto de la estructura social en la cual toma lugar. Con el tiempo este enfoque evoluciona y dar lugar a un interaccionismo simbólico estructural.

Allport, Floyd, considerado como uno de los constructores definitivos de la psicología social en tres sentidos: a) es defensor de una psicología social psicológica. Para él el individuo debería ser el centro de la psicología social. Afirma que dentro del individuo se pueden encontrar los mecanismos conductuales y conocimientos que son fundamentales en la interacción entre individuos. b) es precursor del conductismo como el enfoque válido para el estudio del ser humano en interacción; c) es precursor del experimentalismo. Fue el primero que se basó en los resultados de la experimentación más que en la observación, las teorías y la especulación.

La influencia de su obra fue definitiva en determinar lo que sería después la psicología social más conocida actualmente.

Lewin, Kurt (1890-1947), House lo identifica como el principal fundador de la psicología moderna. Rosemberg señala que fue uno de los primeros y más elocuentes proponentes del enfoque matemático en la teoría socio – psicológica. Esta considerado como el primero que realizó estudios sobre dinámica de grupo. Enfatiza el estudio de los procesos psicológicos. Su teoría del campo surge de la fusión de concepciones de la psicología gestáltica y del conductismo.

De la amplía gama de estudios que realizó se afianzan dos líneas directrices de la psicología social posterior a él: a) el énfasis de los procesos cognoscitivos contribuye a que la psicología social se desplace del enfoque conductista al cognitivista; b) desarrollo de la psicología social aplicada en términos de investigación – acción y sobre la base de sus inquietudes de los problemas de la vida diaria y de los grupos sociales.

Con Lewin, vemos como la psicología social psicológica pasa del modelo Estimulo Respuesta (E-R) al modelo Estimulo Organismo Respuesta (E-O-R). Pero éste aspiraba ir más allá de esta visión y encontrar la relación entre el individuo que actúa como E-O-R y la sociedad a través del estudio de la dinámica de grupos y combinando el método experimental con los estudios de campo.

Evolución teórica de la disciplina.

El psicosociólogo Ignacio Martín Baró (1983) considera que la historia de la psicología social puede dividirse en tres etapas:

1º) la de fines del S.XIX, durante este primer periodo se concibe la sociedad como un todo unitario y se trata de "compaginar las necesidades del individuo con las necesidades del todo social, examinando para ello los vínculos entre la estructura social y la estructura de personalidad". La pregunta que se trata de responder es "¿Qué nos mantiene unidos en el orden establecido?"

2º) la que va de los albores del S. XX hasta los años setenta que corresponde al periodo de americanización de la psicología social. La pregunta que se intenta responder es "¿Qué nos integra al orden establecido?". Asumiendo que el sistema social es el representante de un orden social incuestionable. Este periodo se caracteriza por el énfasis en lo psicológico y en el individuo como unidad de análisis y por la visión de la disciplina desde el poder. Es el individuo el que debe adaptarse a la estructura social, militar o industrial, no la estructura la que debe cambiar.

3º) el tercer periodo es el que emerge recientemente. Durante él la pregunta cambia como consecuencias de la crisis que sufre la disciplina, por la derrota militar y política en la guerra de Vietnam. La pregunta es "¿Qué nos libera del desorden establecido?". La psicología social se ocuparía de estudiar la manera como el hombre construye y es construido por su sociedad. Desde principios de esta década hemos entrado en este periodo en el cual se distingue entre dos psicologías sociales: la moderna y la postmoderna.

 

Enfoques teóricos de psicología social psicológica.

El conductismo

El conductismo es la corriente más influyente en la psicología social hasta la década del 60.Sus máximos exponentes son Watson (1878-1858) y Skinner (1904-1990).Los principios comunes en éste enfoque son los siguientes: -Se caracteriza por analizar la manera como el ambiente afecta al individuo pero no la manera como el individuo afecta a su ambiente. El conductismo Watsoniano estudia la relación entre un estímulo y una respuesta; este primer conductismo es considerado insuficiente por Skinner quien hace notar que no todas las respuestas del organismo se producen en presencia de un estímulo identificable por lo que buena parte de la conducta queda sin explicar en éste enfoque que él denomina condicionamiento respondiente. Para complementarlo, Skinner propone la existencia de respuestas operantes, cuyo mantenimiento o extinción van a depender, no de un estímulo que las antecede, sino de un estímulo que las sucede y al cual denomina refuerzo.

Siguiendo la línea de Skinner surge un nuevo enfoque dentro de esta nueva corriente: el neoconductismo, sostiene que entre el E - R hay un mediador interno que son las cogniciones del ser humano.

En cuanto al aprendizaje social, Bandura, señala que además de la función reforzadora, las consecuencias de una conducta social cumplen una función informativa y una función motivacional. La mayoría del aprendizaje social se produce a través de la imitación o modelaje de las conductas observadas en otro en donde varios factores inciden sobre el proceso de atención, percepción e imitación de conductas.

La gestalt.

La psicología gestáltica ha formulado una serie de principios para tratar de explicar la percepción. En esencia "la gestalt se refiere a una cualidad que está presente en todo pero ausente en cualquier componente del todo". Se identifican dos nociones claves en este enfoque teórico: 1- que los fenómenos psicológicos ocurren en un campo cuyos elementos son interdependientes. 2- que ciertos estados del campo son más simples y ordenados que otros y que intentamos lograr un estado del campo tan bueno como las condiciones lo permiten.

Lewin se interesó por las emociones, relaciones sociales y motivaciones. En su teoría plantea la existencia de un campo vital de constante cambio, que se puede representar como un campo de fuerzas.

Hay una tensión producto de una necesidad que conduce a la locomoción dentro de ese campo donde se encuentran fuerzas positivas que nos atraen y fuerzas negativas que tratamos de evadir. Para conocer a un individuo, según este autor, debemos conocer la totalidad de fuerzas que operan en su campo psicológico.

Las críticas que merecen estas teorías son por un lado que se centran en el individuo (en su conducta o en sus cogniciones) e ignoran el contexto social, por otro lado que se centran en el aquí y ahora, ignorando la historia. En síntesis se la acusa de asocial y ahistórica. También se le censura por haber hecho uso casi exclusivamente del método experimental para someter a pruebas sus hipótesis.

Enfoques teóricos de la psicología social sociológica.

Dentro de esta vertiente se citan dos escuelas: la de los Estados Unidos de Norteamérica y la escuela francesa.

Interaccionismo simbólico procesual.

Los antecedentes de esta corriente se encuentran en el conductismo, en el evolucionismo y el pragmatismo.

El significado de los objetos, el desarrollo del sí mismo social como una función más bien del aprendizaje social que de los instintos, la actividad mental como procesual los seres humanos como seres activos, el rol activo del organismo en el moldeamiento de su ambiente, el cambio societal a través de los esfuerzos humanos y un énfasis sobre las situaciones cotidianas, fueron los principios fundamentales de esta teoría. Cooley, consideraba que la naturaleza humana no es innata, sino que se determina en al interacción social y se expresa a través del sí mismo.

Blumer (1937), define los principios básicos de esta corriente como:

Los objetos sociales no tienen un significado inherente, sino que es el individuo en la interacción con otros quien le asigna un significado particular.

La conducta del individuo es función del significado que éste le atribuye a los objetos.

El individuo es un ser humano que construye la realidad en la cual vive.

Los interaccionistas consideran que la conducta no se puede predecir, que los conceptos mediadores (creencias, valores, actitudes), no son lo que en última instancia determinan la acción del hombre, que los roles no están definidos de una manera estática ya que la persona los redefine en cada situación. Esta corriente fue criticada por su carácter ahistórico y por reducir lo social a la interacción en pequeños grupos.

El interaccionismo simbólico estructural.

Este enfoque propone desarrollar una línea de pensamiento sensible al impacto de la organización social sobre el yo, combinando el énfasis de la teoría de los roles con el del interaccionismo simbólico.

Kuhn, define el sí mismo como una estructura en la cual se integran los diferentes status y roles del individuo y no como un proceso.

Consideramos que lo que distingue el enfoque de esta perspectiva respecto a las anteriores es que para ellos lo social es algo que se construye y no sólo un calificativo de una conducta o de un estímulo; prefieren el estudio de la identidad y los roles y su postura metodológica se fundamenta más en la observación que en la experimentación.

La escuela francesa.

El fundador de esta escuela es Moscovisi. Nace del psicoanálisis. Toma los aportes de Durkeim, Piaget, Levi – Bruhl y de Freud, proponiendo una teoría de las representaciones sociales, compartiendo con los interaccionistas su interés por el estudio del significado y de la construcción de signos y símbolos del lenguaje a través de la interacción, puede por ello definirse como epistemología del sentido común. Moscovisi señala como constituyentes principales del pensamiento lo imaginario, lo simbólico, lo ilusorio, que le dan forma a la información que recibimos del exterior y a nuestro mundo. Define las representaciones como sociales, porque se quiere significar que ellas son una creación del universo mental y material que elaboran los propios individuos, son el resultado de un diálogo permanente y tienen como función principal la comunicación y la acción. Estas representaciones sociales son construcciones cambiantes, propias de las sociedades contemporáneas que no les deja tiempo para asentarse y convertirse en conocimientos estables como los mitos. Por ello propone identificar como representación social únicamente las preguntas simples de la vida cotidiana.

Para concluir al estudiar las representaciones sociales nos propones conocer por un lado, lo que piensa la gente y cómo llega a pensar así y por otro lado, la manera en que los individuos conjuntamente construyen su realidad, y al hacerlo, se construyen a sí mismos. El lenguaje juega un papel de fundamental importancia en la transmisión y comunicación de símbolos y significados.

Las críticas que recibió esta teoría son que no define claramente una metodología que se pueda aplicar siguiendo algunos pasos concretos que permitan determinar lo válido de lo inválido desde el punto de vista científico, se centra en la falta de rigor científico atribuida a los métodos cualitativos.

Enfoques de la "Otra" psicología social.

El enfoque social para una psicología social marxista.

La finalidad de ésta es "aprehender al individuo como ser concreto, manifestación de una totalidad histórico – social". Siendo su finalidad práctica transformar el orden social a través de una acción profesional que se ubica en la relación del investigador con sus grupos, es decir, una forma de investigación – acción.

Las categorías fundamentales son: lenguaje y representaciones sociales, consciencia / alienación, la ideología y la identidad.

El lenguaje cumple una función de mediación ideológica al reproducir los significados de las palabras producidas por la clase dominante. Al interiorizarlo desde la infancia internalizamos una ideología, unas normas y valores que reflejan los intereses de un sector privilegiado de la sociedad. Por otra parte a través de él reproducimos cierto de relaciones sociales y, desde que comenzamos a hablar construimos nuestras representaciones sociales entendidas como una red de relaciones que el niño establece a partir de su situación social, entre significados y situaciones que le interesan para su supervivencia.

Estudiar la ideología, la consciencia y alienación tiene como objetivo develarlas ante las personas implicadas con la finalidad de que se conviertan en sujetos activos de su historia al definirse así mismo en términos de su inserción dentro de un conjunto de relaciones sociales y al desempeñar actividades que buscan la transformación de estas relaciones. El análisis de la ideología debe considerar tanto el discurso donde son articuladas las representaciones, como las actividades desempeñadas por el individuo.

Esta teoría entiende que conscientizar significa enseñar a pensar, a enfrentar y analizar críticamente las contradicciones confrontándolas con la realidad. Cada vez enfrentamos las contradicciones y pensamos nuestros actos se amplía nuestro ámbito de análisis y de acción, la consecuencia de esto es la conscientización; planteando la necesidad de investigar las representaciones (lenguaje, pensamiento) conjuntamente con las acciones de un individuo, definido éste por el conjunto de sus relaciones sociales, para llegar así al conocimiento de consciencia / alienación en un momento dado.

En cuanto a la identidad se propone analizarla desde una perspectiva que va más allá de la respuesta a ¿quién soy yo?, en respuesta a esto se puede captar la manera como nos representamos nuestra identidad, pero no los aspectos constitutivos, de producción de esa identidad. Un problema para definir la identidad del hombre moderno es la escisión entre individuo y sociedad. Por lo tanto esta escuela plantea la necesidad de desarrollar en los seres humanos un pensamiento crítico que los conduzca a percibirse a sí mismos sujetos activos de la historia y ha salir de la alienación que los mantiene en la condición de objetos pasivos que sufren la historia. Esta tarea implica la constatación de una necesidad de transformar la sociedad y de eliminar los diferenciales de poder que atribuyen a unos el derecho de definir la realidad a su modo y conveniencia y a otros el rol de aceptar estas definiciones como una verdad, como un hecho natural. La idea de conocer no se queda a nivel de desarrollos abstractos, es conocer para conocerse a sí mismo y para hacer conocer y conocerse a los demás, es pues una tarea aplicada, de contacto directo con los individuos y grupos sociales.

La psicología social crítica.

Wexler propone un psicología social crítica fundamenta en tres categorías para el análisis teórico:

La sociopolítica del capitalismo.

Las contradicciones históricas de la experiencia vivida.

La socio – psicológica de la nueva clase silenciada.

La primera tiene relación con la alienación, la mercantilización y la explotación de la fuerza laboral. La psicología social cumple su función de reforzar los puntos ceguera cultural, analizando los procesos relacionales que han sido excluidos de los paradigmas psicosociales tradicionales.

En la segunda se trata de descubrir la realidad social en sus tres categorías: sí mismo, interacción e intimidad.

En la tercera se intenta resolver el problema de la negación de las bases sociales particulares de las explicaciones teóricas. Wexler plantea hacer una psicología social que deshaga la dominación, comenzando por reconocimiento de la deprivación y dominación y moviéndose hacia la realización de las formas de vida negadas.

Del modernismo al postmodernismo: el movimiento construccionista.

El postmodernismo.

La dicotomía modernismo / postmodernismo es la más reciente bipolaridad que se presenta en el seno de esta disciplina. Keneth Gergen (1988), sostiene que lo que diferencia al modernismo del postmodernismo es que para este último:

Es a través del discurso científico que construimos la materia que estudiamos por lo que no hay como el modernismo, un objeto de estudio básico.

El postmodernismo se interesa por entender las circunstancias históricas de cada producción científica.

No tiene sentido buscar la verdad científica, esa verdad no es un reflejo de la realidad, sino de aquellos profesionales quienes, a través del discurso o retórica narrativa de investigaciones empíricas o teóricas intentan producirla.

En síntesis la ciencia psicosocial no es otra cosa que el discurso de los psicosociólogos. El rasgo más característico del postmodernismo es su viva preocupación por el lenguaje.

Gergen afirma que desde las perspectivas postmodernas la observación no genera la comprensión teórica de las cosas. El investigador postmoderno no está sujeto a la naturaleza de la observación. Las únicas limitaciones de la innovación teórica son fijadas por las convenciones predominantes del lenguaje.

El paradigma del modernismo es el de la profundidad, indagar lo que está detrás de las apariencias, lo que las engendra, las estructuras latentes; el del postmodernismo es el paradigma de la complejidad, no se trata de ir más a fondo sino más a la complejidad.

El construccionismo.

Aparece como respuesta o alternativa frente a la crisis de la psicología social. No ha elaborado hasta ahora una propuesta teórica sino una propuesta metateórica. Ibañez (1989), recoge la esencia de la propuesta de una psicología social construccionista:

El reconocimiento de la naturaleza simbólica de la realidad social: ello implica que el adjetivo social no puede ser desvinculado del lenguaje y de la cultura. Lo social no se ubica ni fuera ni dentro de las personas sino entre las personas.

El reconocimiento de la naturaleza histórica de la realidad social: lo que las prácticas sociales son en un momento dado es indisociable de la historia de su producción, por otra parte, la propia historicidad de la realidad le asigna un carácter procesual por lo que no se puede separar proceso y producto.

Seguir estos principios implica aceptar el carácter construido, constituyente, procesual tanto de la realidad social como de los conocimientos que acerca de ella se elaboran.

 

2. ¿Qué Es La Psicología Social?

La psicología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad, sostiene Moscovisi. En cuanto, a su objeto dice que no existe unanimidad en este punto, pero formula como objeto central, exclusivo de la psicosociología todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenados según su génesis, su estructura y su función. Los primeros consisten en sistemas de representaciones y de actitudes; a ellos se refieren todos los fenómenos familiares de prejuicios sociales o raciales, de estereotipos, de creencias, etc. Expresan una representación social que individuos y grupos se forman para actuar y comunicar. Son estas representaciones las que dan forman a esta realidad mitad física y mitad imaginaria que es la realidad social. Por lo que hace a los fenómenos de comunicación social, estos designan los intercambios de lenguajes lingüísticos entre individuos y grupos. Se trata de medios empleados para transmitir una información determinada e influir sobre los demás. Sostiene además que la psicología social es la ciencia de los fenómenos de la comunicación y de los fenómenos de la ideología. Agrega que ningún límite preciso separa a la psicología social de otros campos de la psicología, al igual que en otras divisiones de la psicología comparten un mismo interés por las interacciones humanas y los grupos humanos. Concluye que la psicología social no se distingue tanto por su territorio como por el enfoque que le es propio. Esta psicología utiliza una lectura binaria que corresponde a la separación del sujeto y del objeto. Entiendo al sujeto no como un individuo sino como una colectividad y al objeto como poseedor de un valor social, representando un interés o una institución. En todos los casos nos encontraríamos ante un sujeto y un objeto diferenciado según criterios económicos o políticos, éticos o históricos. Además se desea saber como la acción de cada individuo, provista de sus propios intereses y metas se transforma en una acción colectiva.

También existe una visión psicosocial que traduce por una lectura ternaria de los hechos y relaciones, su particularidad consiste en sustituir la relación a dos términos (sujeto y objeto), por una relación en clave de tres términos, sujeto individual – sujeto social – objeto, (Ego – Alter – objeto). Esta relación de sujeto a sujeto en su relación con el objeto puede concebirse de manera estática (co-presencia) o dinámica (interacción), que se traduce en modificaciones que afectan el pensamiento y el comportamiento de cada individuo.

A este respecto se puede distinguir dos mecanismos la facilitación social por una parte y la influencia social por la otra. La primera consiste en que la simple presencia de un individuo o grupo haga que un individuo prefiera o aprenda con mayor facilidad las respuestas familiares y las menos originales, mientras que la segunda consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de un grupo adopte las opiniones y las conductas de dicha autoridad o grupo. Esto lleva a definir con mayor precisión la manera en que se puede considerar el Alter (individuo o grupo), para analizar las relaciones con la realidad, con el objeto social o no social, real o simbólico. Nos encontramos ya sea ante otro similar, un Alter- Ego o ya sea ante otro diferente, un Alter sin más. Dependiendo de que se trate del primero o del segundo consideramos fenómenos distintos. Los dos mecanismos psicosociales fundamentales, el de comparación social y el de reconocimiento social, corresponden a dos maneras de percibir al otro en el campo social. El autor destaca dos obstáculos epistemológicos: el primero consiste en la opinión bastante difundida según la cual hay que agregar un suplemento espiritual a los fenómenos sociales. Esto significa que se debe explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva. Por realidad objetiva debemos comprender la realidad económica y social, entonces volvemos a la psicología social y se le pide que comprenda lo que la gente piensa y siente. El segundo obstáculo guarda una simetría perfecta con el primero. Es sabido que la psicología estudia una suma impresionante de fenómenos: la percepción, el razonamiento, la ansiedad, el desarrollo infantil, etc, pero los estudia en el individuo aislado, como si fuese autista. También señala Moscovisi, que el individuo por estar aislado no deja de pertenecer a un grupo, a una clase social, y sus reacciones son influenciadas por esta pertenencia; la sociedad está ahí.

La psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales. Este es el caso de las comunicaciones de masas, del lenguaje, de las influencias que ejercemos los uno sobre los otros de las imágenes y signos en general, de las representaciones sociales que compartimos y así sucesivamente.

El autor señala tres tipos de teorías que conviene distinguir:

Las teorías paradigmáticas, cuyo papel esencial consiste en proponer una visión global de las relaciones y comportamientos humanos.

Las teorías fenomenológicas generalmente intentan describir y explicar una familia de fenómenos conocidos y muy conocidos; cada teoría responde a dos preguntas: ¿Cómo? y ¿Por qué?. Y al hacerlo todas ellas abrigan la ambición de revelar la causa de un cierto número de efectos.

Las teorías operatorias, tratan de llegar a un mecanismo elemental, desconocido hasta entonces y que explica un conjunto de hechos. También prevén hechos nuevos y sorprendentes.

Los tres tipos de teorías coexisten dentro de la psicología social.

Según Moscovisi existen dos métodos de verificación de las teorías y de observación de las realidades: el método de observación sistemática y el método experimental. El método de observación consiste en una investigación llevada a cabo sobre el terreno, es el mejor método para comprender la vida del individuo y del grupo simultáneamente en varios campos (religioso, político, cultural, etc.), y sus conexiones. Para evitar las el inconveniente de que las personas sometidas a investigaciones sepan que son observadas, el instrumento más apropiado son las encuestas. El análisis de los resultados es la parte más delicada, pues dependen en gran parte de la finura de la descripción y del don de la persona que la lleva a cabo.

El método experimental intenta de provocar una serie de reacciones en condiciones determinadas de ante mano, por una parte delimita las causas y por la otra prevé los efectos.

La investigación experimental requiere dos factores: el factor que el experimentador varía sistemáticamente recibe el nombre de variable independiente. El comportamiento resultante de la manipulación experimental es denominado variable dependiente. Para dominar la relación entre dos variables, el investigador se ve obligado a trabajar en un laboratorio.

En psicología social se utilizan cómplices, estos son individuos parecidos a los que participan en la experiencia y que deben hacer lo que hacen los otros, pero en realidad han recibido instrucciones con anterioridad. El primer método marco los inicios de nuestra ciencia el segundo predomina en su estado actual.

 

3. Concepto y características metodológicas de la psicología social.

Según Rubio, la psicología social es un estilo peculiar de acercarse a los fenómenos sociales y que en el transcurso de su historia se han vertido diversos modelos teóricos y aproximaciones metodológicas. Opina que esta disciplina es una forma de analizar la conducta humana y para determinar los aspectos claves de este modo de análisis es necesario examinar el proceso histórico que da lugar a la configuración de esta modalidad de conocimiento.

Al interés por el pasado en atención al presente lo denomina orientación presentista y que cumplirá las siguientes funciones:

Establecer la identidad de la disciplina.

Justificar nuestra investigación actual, y

Aprender del pasado lo que es útil y no merece atención.

La psicología social basa su entidad en un estilo de análisis, fundamentalmente el psicólogo social centra su interés en aquellos fenómenos basados en la existencia de una continúa y mutua influencia y relación entre individuo y sociedad, es decir, la lógica que guía los fenómenos de que se ocupa y la manera de encararlos teórica y metodológicamente es la interdependencia. Par dar cuenta de esta interdependencia es necesario tener en cuenta tres elementos fundamentales que el autor considera como sigue:

La estructura social en la que tiene lugar la interacción.

Los nexos que mediatizan la influencia de la estructura social sobre la interacción. Los procesos psicológicos por medio de los cuales, los determinantes sociales influyen en las personas individuales, que en definitiva son las que hacen posible la interacción.

Al ocuparse Parsons del estudio de la interacción, la describe como un proceso de lo que ocurre dentro de una unidad actuante (sea una persona o una colectividad) y lo que ocurre entre tales unidades. La psicología social puede ser definida como el estudio científico de los procesos psicosociales implicados en la génesis, desarrollo y consecuencia del comportamiento interpersonal.

 

4. Socialización primaria y socialización secundaria

Internalización de la realidad.

Socialización primaria.

Berger y Luckman entienden a la sociedad en términos de un continúo proceso dialéctico compuesto de tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella. Estar en sociedad es participar de su dialéctica; sin embargo el individuo no nace miembro de una sociedad nace con predisposición hacia la sociedad y luego llegar a ser miembro de la misma; por lo tanto el individuo es inducido a participar en esta dialéctica. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización que constituye la base, primero para la comprensión de los propios semejantes y segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto a realidad significativa y social. Esta aprehensión no resulta de las creaciones autónomas de significado por individuos aislados, sino que comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros. No sólo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en el ser del otro.

Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede considerárselo miembro de la sociedad. El proceso – ontogenético por el cual ésta se realiza se denomina socialización, puede definirse como la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o un sector de él.

La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez, por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Se advierte que la socialización primaria suele ser la más importante para el individuo y que la estructura básica de toda socialización secundaria debe asemejarse a la primaria. Porque comporta algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo dado que, se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional. El niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales pero sean estas cuales fueran la internalización se produce sólo cuando se produce la identificación. El niño, acepta los roles y actitudes de los otros significantes o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve se vuelve capaz de identificarse él mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible. El individuo llegar a ser lo que los otros significantes lo consideran.

Afirman los autores que la identidad se define objetivamente como ubicación en un mundo determinado y puede asumírsela objetivamente sólo junto con ese mundo. Recibir una identidad comporta adjudicarnos un lugar específico en el mundo. Así como esta identidad subjetivamente asumida por el niño también lo es el mundo al que apunta esta identidad.

La socialización primaria crea en la consciencia del niño una abstracción progresiva que va de los roles y actitudes de otros específicos a los roles y actitudes en general. Esta abstracción se denomina el otro generalizado. Su formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no sólo con otros concretos sino con una generalidad de otros, con una sociedad, siendo esto, como sostienen los autores, una fase decisiva de la socialización, entendiendo además que el lenguaje es el vehículo principal de este proceso. La relación entre el individuo y el mundo social es como un acto de equilibrio continuo.

En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación, ninguna elección de otros significantes; son los adultos los que disponen las reglas del juego, porque el niño no interviene en la elección de sus otros significante, se identifica con ellos casi automáticamente. Por esta razón el mundo internalizado en esta socialización se implanta en la conciencia con mucha más firmeza que en los mundos internalizados en socializaciones secundarias. Afirman que es por sobre todo el lenguaje lo que debe internalizarse, con él y por su intermedio, diversos esquemas motivacionales e interpretativos, se internalizan, como definidos institucionalmente. En la socialización primaria se construye el primer mundo del individuo.

La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo.

Socialización secundaria.

La socialización secundaria afirman, los autores, es la internalización de submundos institucionales o basados sobre instituciones. Su alcance y su carácter se determinan por la complejidad de la división del trabajo y la distribución social concomitante del conocimiento. Además sostienen que ésta requiere la adquisición de vocabularios específicos de roles, lo que significa, la internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área institucional. Los submundos internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el mundo de base adquirido en la socialización primaria. Además los submundos también requieren, por lo menos los rudimentos de un aparato legitimador acompañados con frecuencia con símbolos rituales o materiales.

Mientras que la socialización no puede efectuarse sin una identificación con carga emocional del niño con sus otros significantes, la mayor parte de la socialización secundaria puede prescindir de esta clase de identificación y proceder electivamente con la sola dosis de identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los seres humanos.

Los roles de la socialización secundaria comportan un alto grado de anonimato, vale decir se separan fácilmente de los individuos que los desempeñan; son intercambiables.

El conocimiento en esta socialización debe ser reforzado por técnicas pedagógicas específicas, debe hacérselo sentir al individuo como algo familiar.

La distribución institucionalizada de tareas entre la socialización primaria y la secundaria varia de acuerdo con la complejidad de la distribución social del conocimiento.

A modo de conclusión la socialización primaria internaliza una realidad aprehendida como inevitable esta internalización puede considerarse lograda si el sentido de inevitabilidad se haya presente casi todo el tiempo, al menos mientras el individuo está en actividad en el mundo de la vida cotidiana, mientras que en la socialización secundaria, siendo su carácter más artificial la realidad subjetiva es más vulnerable por hallarse menos arraigada en la conciencia. Se señalan dos tipos de mantenimiento de la realidad, mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis, el primero está destinado a mantener la realidad interiorizada en la vida cotidiana y el segundo en las situaciones de crisis. El vehículo más importante del mantenimiento de la realidad es el diálogo.

Los autores sostienen que cuando se produce una transformación casi total (individuo permuta mundos), la designan alternación, la cual requiere procesos de resocialización. También señalan que puede hablarse de un grado de éxito en la medida que se logra y se mantiene una simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. Inversamente la socialización deficiente debe entenderse en relación de la asimetría existente entre la realidad objetiva y subjetiva.

 

5. Teorías de la identidad.

Torregrosa señala que la identidad es identificación, identificación desde otros y que nuestra identidad es, con anterioridad nuestra, personal una identidad para otros. Solo desde los otros podemos tener noticia inicial de quiénes somos. La realidad radical de nuestra identidad personal no es nuestro cuerpo, en el que obviamente tiene que apoyarse, sino las relaciones específicas con que hemos estado respecto de los otros.

La individualidad personal y su identidad son una construcción social, una realidad social.

Al abordar a Blumer, toma en consideración que el interaccionismo simbólico descansa en tres supuestos fundamentales, el primero es que los hombres se relacionan con las cosas y con ellos mismos, de acuerdo con los significados que tienen para ellos. El segundo supuesto es el que esos significados se derivan o surgen en el proceso de interacción social. Y el tercero el de que la utilización y modificación de esos significados se produce a través de un proceso activo de interpretación de la persona al tener que vérselas y tratar con los objetos de su entorno. De aquí se deduce que la identidad personal surge a través de un proceso social.

Cooley, desarrolla el concepto del yo – espejo o del yo – reflejado, y refiere que el sentimiento, de autovaloración o cualquiera otra idea que tienda a formar el concepto de sí mismo la autoidentificación o identidad personal surge a través de la captación de la imagen de uno mismo en el otro, pone de manifiesto, como el yo, deviene en objeto, para sí mismo desde otro.

Mead otorga un papel fundamental al lenguaje en la emergencia y constitución de la realidad social. Para él la persona no sólo surge de un contexto social sino que es, en sí misma una construcción social y una estructura social. La adopción o experimentación de la actitud de otro es lo que construye la conciencia de sí. Para que la persona se constituya plenamente es necesario, además de asumir la actitud de los otros aisladamente, adoptar la actitud de la comunidad o grupo de la que forma parte como un todo. Mead no solo sitúa el campo de la identidad en el nivel de las relaciones interpersonales, sino en el de la organización social y la cultura. Esta matriz sociocultural, cuya apropiación individualizada es, el otro generalizado, hace posible la comunicación simbólica y a través de ella el surgimiento de la persona. El proceso comunicativo que posibilita el surgimiento de sí mismo se instaura en la interioridad misma de la persona. El diálogo lo llevaran a cabo las dos instancias que el autor distingue en el sí mismo: el yo y el mí. El yo es la instancia actuante, expresiva, espontánea, la que en cada momento representa la iniciación del acto; el mi es la incorporación de las actitudes de los otros hacia mi mismo, el otro generalizado, que responde, evalúa y controla lo que el yo hace. El mi establece el marco en el que el yo, tiene que actuar, el yo es la reacción del organismo a las actitudes de los otros, el mi es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta uno mismo.

Este autor proporciona una visión sociologista de la personalidad que elimina la individualidad específica de la persona concreta al disolverla en el contexto de sus determinaciones sociales. Su objeto fue mostrar ese necesario entronque de lo individual en lo colectivo y viceversa.

Goffman amplía la perspectiva desde el proceso de socialización primaria. Señalando que en toda situación de interacción el individuo proyecta una definición de la misma de la cual forma parte importante su propia autodefinición; ésta tiene que ser revalidada por los otros partícipes en la misma.

El yo, tiene, para esta autor dos aspectos: uno como actor y otro como carácter, imagen o persona que se intenta representar, un yo – actor y un yo – actuado o representado. El primero es el que programa y prepara los detalles de la representación y el segundo el que resulta proyectado en la representación misma. Además distingue tres niveles en el proceso de conformación y funcionamiento de la identidad estigmatizada.: el de la identidad social, el de la identidad personal y el de la identidad del yo.

Por identidad social entiende el carácter o rasgos atribuidos desde indicios o señales que una sociedad emplea normalmente para establecer amplías categorías o clases de personas. Se trata de identidad personal en tanto que identificación por los otros por medio de determinadas marcas o señas que las sirven de referencia. La identidad personal se apoya en el supuesto de que un individuo, puede ser distinguido de todos los demás, y de que entorno a todos estos medios de diferenciación puede adherirse una historia continua y única de hechos sociales. Ambas identidades la social y la personal están íntimamente entrelazadas. La identidad del yo hace referencia a las concepciones y valoraciones de la propia persona sobre sí misma.

También realiza el análisis de los roles sociales lo cual permite una segmentación y diferenciación de los sistemas sociales en unidades o constelaciones más directamente observables que la totalidad de las que forman parte. Desde el punto de vista psicosociológico la relevancia del concepto de rol se deriva de su naturaleza relacional, del hecho de que además de constituir una unidad distinguible del sistema social tiene como contrapartida una interiorización del mismo, un rol interiorizado o una identidad o sub-identidad personal. Sirve de vehículo de inserción de la personalidad en la estructura social. Infiere que en el concepto de rol pueden ir implicados varios componentes y niveles de análisis: a) en tanto que contrapartida del status o de la posición social, y, por tanto, como unidad de la estructura sociocultural, el rol constituye una especificación de las prescripciones a las que la conducta del ocupante de dicho status debe atenerse; b) las expectativas del rol, el contenido normativo no es contemplado desde las normas que lo conectan con la estructura sociocultural, sino de desde las expectativas que los ocupantes de los roles complementarios tienen sobre los ocupantes del rol focal; c) el concepto de rol desde su actuación y eventual elaboración en la interacción. En este sentido los roles se definen como pautas de conducta reiterativas, pero que se configuran específicamente en la interacción social concreta; subrayando su carácter procesual y dinámico.

Goffman se refiere a los estigmas y considera que una posibilidad fundamental en la vida de una persona estigmatizada es la colaboración que presta a los normales al actuar como si su diferencia manifiesta careciera de importancia y no fuera motivo de una atención especial. Señala también que la segunda posibilidad importante en la vida de una persona estigmatizada aparece cuando su diferencia no se revela de modo inmediato y no se tiene de ella un conocimiento previo, es decir, cuando no se trata en realidad de una persona desacreditada sino desacreditable. El problema consiste en manejar la información que se posee acerca de su deficiencia. Otro sería el encubrimiento, donde la persona oculta información sobre su identidad personal, recibiendo y aceptando un trato sobre suposiciones falsas respecto de su persona, que desacreditan al yo.

La información es reflexiva y corporizada, es trasmitida por la misma persona a la cual se refiere y ello ocurre a través de la expresión corporal. Los símbolos de prestigio pueden contraponerse a los símbolos de estigma, aquellos signos especialmente efectivos para llamar la atención sobre degradante incongruencia de la identidad. Los signos que trasmiten información social varían según sean o no congénitos y, en caso de que no lo sean según que, una vez empleados se conviertan o no en una parte permanente de la persona. Los signos no permanentes empleados sólo para transmitir una información social pueden o no utilizarse contra la voluntad del informante, en caso afirmativo tienden a ser símbolos de estigma.

También plantea el problema de la visibilidad de un estigma particular es decir, en qué medida ese estigma sirve para comunicar que el individuo lo posee. En primer lugar hay que distinguir la visibilidad de un estigma de su conocimiento. Cuando un individuo posee un estigma muy visible, el simple contacto con los demás dará a conocer dicho estigma. Pero el conocimiento que los demás tienen de él dependerá de otro factor además del de la visibilidad corriente, en segundo lugar la visibilidad debe distinguirse a su imposición por la fuerza. Cuando un estigma es inmediatamente perceptible sigue en pié el problema de determinar hasta que punto interfiere con el fluir de la interacción. En tercer lugar es separar la visibilidad de un estigma de ciertas de posibilidades de lo que podría denominarse foco de percepción. En conclusión al hablar de visibilidad hay que distinguirla entonces de otros problemas: el conocimiento del atributo, la fuerza con la que se impone y su foco de percepción.

En todo del problema del manejo del estigma influye el hecho de que conozcamos o no personalmente al individuo estigmatizado, para tratar de describir en qué consiste esa influencia es indispensable formular el concepto de identidad personal. Es sabido que dentro de los círculos sociales pequeños y de larga data cada uno de los miembros llega a ser conocido por los demás como una persona única. El término único entraña ideas de importancia.

Una idea implicada en la noción de unicidad es la de una marca positiva o soporte de la identidad, como por ejemplo la imagen fotográfica que tienen los demás de un individuo o el conocimiento de su ubicación especial dentro de una determinada red de parentesco. La segunda idea implicada en la noción de unicidad es que, la mayoría de los hechos particulares relativos a un individuo también puede aplicarse a otros, advertimos que en ninguna otra persona en el mundo, se encuentran combinados, la totalidad de los hechos que se dan en aquella que conocemos íntimamente, este es un recurso más que permite distinguirla positivamente de cualquier otra. Según una tercera idea lo que distingue a un individuo de todos los demás es la esencia de su ser, un aspecto general y central de su persona que lo hace enteramente diferente de quienes más se le asemejan.

El autor entiende por identidad personal las dos primeras ideas; las marcas positivas o soportes de la identidad y la combinación única del ítem de la historia vital, adherida al individuo por medio de esos soportes de su identidad. La identidad personal se relaciona, entonces, con el supuesto de que el individuo puede diferenciarse de todos los demás y que alrededor de este medio de diferenciación se adhieren y entrelazan los hechos sociales de una única historia continua. La identidad personal puede desempeñar un rol estructurado, rutinario y estandarizado de la organización social precisamente a causa de su unicidad.

 

6. Las actitudes y el cambio actitudinal

Vander Zanden determina que una actitud es una tendencia o predisposición adquirida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo a una persona suceso o situación y actuar en consonancia con dicha evaluación. Constituye una orientación social, una inclinación subyacente a responder a algo de manera favorable o desfavorable. En tal sentido una actitud es un estado de ánimo.

Los psicólogos sociales disciernen tres elementos componentes en una actitud. El componente cognoscitivo que es el modo en que se percibe un objeto, suceso o situación; los pensamientos, ideas, creencias que un sujeto tiene a cerca de algo. Cuando el objeto de la actitud es un ser humano, el componente cognitivo con frecuencia es un estereotipo, vale decir un cuadro mental que nos forjamos de una persona o de un grupo de personas. Lo que se hace es tipificar a individuos y grupos en juicios de tipo abarcador. Si bien los estereotipos son convenientes tienen una importante falle carecen de exactitud. Son generalizaciones acientíficas. El componente afectivo de una actitud consiste en los sentimientos o emociones que suscita en un individuo la presentación efectiva de un objeto, suceso o situación, o su representación simbólica. El nivel emocional se diferencia del cognitivo pero ambos pueden presentarse juntos. El componente conductual es la tendencia o disposición a actuar de determinada manera con referencia a un objeto, suceso o situación. La definición pone el acento en la tendencia no en la acción en sí.

En cuanto a la funciones de las actitudes Kats define cuatro tipos: función de adaptación, los seres humanos procuran maximizar las recompensas y minimizar las penalidades, por lo tanto desarrollan actitudes que los ayudan a cumplir con ese objetivo. Tienden a favorecer a partidos o candidatos políticos que promuevan su fortuna económica. Función de defensa del yo, ciertas actitudes sirven para protegernos de reconocer variedades básicas sobre nosotros mismos o sobre la dura realidad de la vida. Actúan a manera de mecanismo de defensa evitándonos padecer un dolor interior uno se esos mecanismos es la proyección: atribuimos a otros ciertos rasgos nuestros que consideramos inaceptables y hacerlo así nos disociamos de tales rasgos. Función de expresión de valores, estas actitudes nos ayudan a dar expresión positiva a nuestro valores centrales y al tipo de persona que imaginamos ser; refuerzan nuestro sentimiento de autorrealización y expresión de sí. Función de conocimiento, en la vida procuramos alcanzar cierto grado de orden, claridad en nuestro marco personal de referencia, buscamos comprender los acontecimientos que nos afectan y conferirles sentido. Las actitudes nos ayudan al suministrarnos patrones de evaluación, mientras que los estereotipos nos brindan orden y claridad respecto de las complejas y desconcertantes cuestiones que obedecen a las diferencias humanas.

La teoría funcionalista de este autor ayuda a explicar también el cambio actitudinal. La modificación o reemplazo de una actitud vieja por otra nueva es un proceso de aprendizaje, y el aprendizaje parte siempre de un problema o de las dificultades de un sujeto para ser frente a una situación. El cambio actitudinal no procede de la modificación en la información de la persona o en su percepción de un objeto sino más bien de la que sufren las necesidades de su personalidad y sus motivaciones subyacentes.

Muchos investigadores han dado por sentado que las actitudes ocupan un lugar decisivo en nuestra conformación mental y como consecuencia, afectan nuestra manera de actuar. Desde este ángulo, las actitudes son motores poderosos que brindan la energía para nuestro comportamiento y lo dirigen; nos aprontan para cierta clase de acción. Entender nuestras actitudes es entender nuestra conducta, ya que las mismas permiten predecir con bastante exactitud nuestras acciones.

Concepto de representaciones sociales.

El concepto de representaciones sociales designa una forma de pensamiento social; son modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del ambiente social, material e ideal.

El estudio de las representaciones sociales se focaliza en la manera en la cual los seres humanos tratan de aprehender y entender las cosas que los rodean y de resolver los rompecabezas comunes sobre su nacimiento, su cuerpo, sus humillaciones y el poder al cuál se someten. El ser humano que nos presenta este modelo es un productor de informaciones y significados.

Moscovici distingue tres condiciones en las cuales es posible de calificar de social una representación:

Cuando se trata de señalar su extensión es una colectividad, el criterio adoptado en este caso cuantitativo.

Cuando se quiere considerarla como la expresión de una organización social: el criterio es un criterio de producción.

Cuando analizamos su contribución propia en el proceso de formación y orientación de las conductas y comunicaciones sociales: el criterio es un criterio funcional.

La representación social es una teoría que integra los conceptos de actitud, opinión, estereotipos, imagen, etc. logrando llegar a un todo que es más que la suma de las partes; son una forma particular de conocimiento.

Jodelet señala dos aspectos básicos para su definición, por un lado las representaciones sociales son una forma de conocimiento y por otro lado son, una forma de reconstrucción mental de la realidad. Como forma de conocimiento las representaciones sociales aluden a un proceso y a un contenido. Como proceso son una forma particular de adquirir y comunicar conocimientos y como contenidos son una forma particular de conocimiento. Como forma de reconstrucción mental de la realidad aluden al intercambio de información con otras personas.

La realidad en la cual vivimos está cargada de significados y cada uno de nosotros piensa y responde a esa realidad escogiendo un significado entre varios que coexisten.

Lo familiar, lo conocido, nos sirve como base para comparar y entender lo que sucede alrededor de nosotros, por lo que el principio de la representación es convertir en familiar algo que hasta entonces nos resultaba extraño.

Tres factores afectan la organización de una representación: 1- la dispersión de la información, nunca poseemos toda la información necesaria o existente sobre un objeto socialmente relevante. 2- presión a la inferencia, en la medida en que un nuevo objeto, situación o evento adquiere relevancia dentro de un grupo social, los miembros de ese grupo exigen de los demás el conocimiento de ese objeto. 3- el grado de focalización se refiere al grado de implicación o de interés que tiene un objeto dentro de un grupo social.

Se distinguen dos formas de determinación social de una representación: una central y otra lateral. A- central: se refiere a la influencia de las condiciones socio – económicas e históricas de una sociedad global sobre la representación. B- lateral: no sólo el contexto global condiciona la representación, también el colectivo particular y el individuo singular imprime en ella sus huellas. Las representaciones son totalidades heterogéneas en su contenido y su estilo, inacabadas y dinámicas.

Consideramos importante señalar que la determinación lateral cobra importancia en la medida en que aumenta el grado de democracia y de movilidad dentro de una sociedad; mientras que la determinación central adquiere mayor relevancia en la medida en que aumenta el grado de totalitarismo e inmovilidad dentro de una sociedad.

Estereotipos, prejuicios y discriminación.

Los estereotipos en esencia son creencias referidas a grupos, que a su vez se crean y comparten en y entre los grupos dentro de una cultura; sería el conjunto de atributos asignados a un grupo o categoría social. Suele ser considerado el componente cognitivo del prejuicio, la relación entre estereotipo y prejuicio ni es indisoluble ni es necesariamente inevitable, es decir que puede existir un estereotipo sin una actitud social de naturaleza prejuiciosa. Los estereotipos tienen un valor funcional y adaptativo, pues simplifican y ordenan nuestro medio social, lo cual facilita una comprensión más coherente del mismo, incluso su predicción a la vez que ahorramos esfuerzo analítico y tiempo. Facilitan identidad social e integración grupal y el ajuste a unas normas sociales: el estar integrado a un grupo, facilita la identidad social del individuo y un modo de ser aceptado por el grupo e integrarse en él, es aceptar e identificarse con los estereotipos predominantes en dicho grupo.

Los prejuicios son: creencias con una orientación y evaluación negativa, en relación, a una categoría social. La discriminación es el comportamiento derivado del prejuicio.

 

7. Teoría del vínculo.

Pichón Riviere, define al vínculo como la manera particular en que un sujeto se conecta o relaciona con el otro o los otros, creando una estructura que es particular para cada caso y para cada momento. La relación de objeto es la estructura interna del vínculo, por lo tanto un vínculo es un tipo particular de relación de objeto; la relación de objeto está constituida por una estructura que funciona de una determinada manera. Es una estructura dinámica en continuo movimiento, que funciona accionada o movida por factores instintivos, por motivaciones psicológicas. El vínculo incluye la conducta. Dice el autor que se puede definir al vínculo como una relación particular con un objeto, de esta relación particular resulta una conducta más o menos fija con ese objeto, la que forma una pauta de conducta que tiende a repetirse automáticamente tanto en la relación interna como en la relación externa con el objeto. Por lo dicho existirían dos campos psicológicos en el vínculo: campo interno (psiquiatría – psicoanálisis), campo externo (psicosocial).

El vínculo es un concepto instrumental en psicología social, que toma una determinada estructura y que es manejable operacionalmente. El vínculo es siempre un vínculo social, aunque sea con una persona a través de la relación con esa persona se repite una historia de vínculos determinados en un tiempo y en espacios determinados. El vínculo se relaciona luego con la noción de rol de status y de comunicación.

Se podría decir que un vínculo está preponderantemente en relación con el ELLO. En relación con el YO el vínculo es más operacional o que tiene más sentido del manejo de la realidad y en relación al SUPER - YO el vínculo es más culpógeno.

Vínculo y teoría de las tres d (depositante, depositario, depositado), rol y status.

Toda actividad mental de un sujeto está dedicada a establecer una comunicación, para establecerla necesita depositar parte de él en el otro. La labor del terapeuta reside en captar la comunicación, hacerse cargo de ella y trabajar con ella como un riel.

Para esto el terapeuta debe colocarse de una manera particular, como un recipiente abierto, dispuesto a controlar y cuidar lo depositado en él. El recibir no es un proceso mecánico sino un hacerse cargo de lo depositado en él. El primer contacto establecido va a quedar como muestra de contactos posteriores.

El temor de las cosas tomadas del sujeto o las propias colocadas en él con la finalidad de establecer un vínculo, y en la medida en que se produzca un entrecruzamiento entre ambos, es lo que hace que el terapeuta quede encerrado en la locura del paciente y contaminarse con ella.

Todo el psiquismo y toda la personalidad del sujeto, se expresan a través de gestos que tienen una significación simbólica total.

El rol es una función particular que el paciente intenta hacer llegar al otro. En la vida de relación siempre asumimos roles y adjudicamos roles a los demás y asumimos varios roles al mismo tiempo. Se establece un interjuego permanente entre el asumir y el adjudicar. Todas las relaciones interpersonales en un grupo social, en una familia, etc., están regidas por un interjuego permanente de roles asumidos y adjudicados. Esto nos crea la coherencia entre el grupo y los vínculos dentro de dicho grupo.

Mead sostiene que cada uno de nosotros tiene un mundo interno poblado de representaciones de objetos en el que cada uno está cumpliendo un rol y esto es lo que hace posible la predicción de la conducta de los demás. Cada integrante del grupo tiene una función y una categoría determinada. La función, el rol y la categoría y el nivel de esa función configura el status. Se llama status social al nivel del rol en términos de alto, bajo. El status tiene que ver con el prestigio. Los conceptos de rol y status están estrechamente relacionados: el aspecto cualitativo representa el rol y el aspecto cuantitativo representa el status. El nivel es el status y las características están dadas por el rol.

Para que se establezca una buena comunicación entre dos sujetos, ambos deben asumir el rol que el otro le adjudica.

En términos de roles podemos expresar que el insight por la toma de conciencia de ese doble juego de roles, el que está asumiendo y el que está adjudicando al otro.

 

8. Teoría de la comunicación humana.

El estudio de la comunicación humana puede subdividirse en las tres áreas: sintáctica, semántica y pragmática, (Morris). La primera abarca los problemas relativos a transmitir información, refiriéndose a los problemas de codificación, canales, capacidad, ruidos, redundancia, etc. El SIGNIFICADO constituye la preocupación de la semántica (acuerdo entre emisor y receptor con respecto al significado de los símbolos). Por último la comunicación afecta a la conducta y este es un aspecto pragmático.

Los términos conducta y comunicación son usados por el autor como sinónimos (concomitantes no verbales y el lenguaje corporal), agregando a estos los componentes comunicacionales inherentes al contexto en que la comunicación tiene lugar. Así desde la perspectiva de la pragmática, toda conducta, y no solo el que habla es comunicación, incluso los indicios comunicacionales de contexto interpersonales afectan la conducta.

Puesto que el enfoque comunicacional de los fenómenos de la conducta humana, se basa en las manifestaciones observables de relación en el sentido más amplio está conceptualmente más cerca de la matemática que de la psicología tradicional; pues la matemática constituye la disciplina que se ocupa de manera más inmediata de las relaciones entre entidades y no de su naturaleza.

La teoría psicoanalítica postula que la conducta es el resultado de una interacción hipotética de fuerzas intra psíquicas que obedecen a leyes de conservación y transformación de la energía.

La interdependencia del individuo y su medio es como objeto de estudio poco frecuente en el campo psicoanalítico y es precisamente aquí donde el concepto de intercambio de información (comunicación) se hace indispensable. Este pasaje de energía a información es lo que el autor define como retroalimentación. Si esta es adecuada asegura la estabilidad del efector su adaptación al cambio ambiental. La retroalimentación puede ser positiva o negativa. La segunda se caracterizó por la homeostasis (estado constante) por lo cual desempeña un papel importante en el logro y el mantenimiento de la estabilidad de las relaciones. La primera lleva al cambio, esto es, a la perdida de estabilidad o de equilibrio. La retroalimentación negativa es la información que se utiliza para disminuir la desviación de la salida con respecto a una norma establecida, mientras que en la positiva la misma información actúa como una medida para aumentar la desviación de la salida y resulta así positiva en relación con la tendencia hacia la inmovilidad o la desorganización. Por estos los sistemas interpersonales pueden entenderse como circuitos de retroalimentación, ya que la conducta de cada persona oferta la de cada uno de las otras y es, a su vez, afectada por estas.

Además, el autor señala que cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos, y la usamos para comunicar algo acerca de la comunicación utiliza conceptualizaciones que no son parte de la comunicación sino que se refieren a ella, habla aquí de metacomunicación.

Axiomas Exploratorios De La Comunicación

Los axiomas son, según el análisis del autor, cinco y se detallan como sigue:

Imposibilidad de no comunicar. No hay nada que sea lo contrario de conducta, es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir de comunicación, por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar.

Los niveles de contenido y relaciones de la comunicación. Toda comunicación implica un compromiso y, por ende, define la relación. Una comunicación no sólo trasmite información sino que al mismo tiempo, impone conductas. En toda comunicación existen aspectos "referenciales" y "conativos". El aspecto referencial de un mensaje trasmite información y es sinónimo del contenido del mensaje. El aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es, y, por ende, en última instancia, a la relación entre los comunicantes. Lo importante es la conexión que existe entre los aspectos de contenido (lo referencial) y relaciones (conativos) en la comunicación. Lo referencial trasmite los datos de la comunicación y lo conativo, cómo debe entenderse dicha comunicación.

La puntuación de la secuencia de hechos. Una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de intercambios; la puntuación organiza los hechos de la conducta y resulta vital para las interacciones en marcha. La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes.

Comunicación digital y analógica. Esta parte específica de actividad nerviosa, que consiste en la presencia o ausencia de su descarga trasmite, por lo tanto información digital binaria.

En la comunicación humana es posible referirse a los objetos de dos maneras distintas, se los puede representar por un símil, tal como un dibujo, o bien mediante un nombre, es decir la palabra. Cuando está presente la palabra, hablamos de comunicación digital.

En la comunicación analógica hay algo particularmente similar a la cosa en lo que se utiliza para expresarla. La comunicación analógica es todo lo que sea comunicación no verbal, por lo tanto la encontramos en la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras.

Los seres humanos nos comunicamos tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.

Interacción simétrica y complementaria. A la relación simétrica y complementaria se la suele describir como relaciones basadas en la igualdad o la diferencia. En el primer caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca y así su interacción puede considerarse simétrica. Sean debilidad o fuerza, bondad o maldad, la igualdad puede mantenerse en cualquiera de esas áreas. En el segundo caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro, constituyendo un tipo distinto de gestalt y recibe el nombre de complementaria. Así, pues, la interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia mínima, mientras que la interacción complementaria está basada en un máximo de diferencia.

Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en los casos, madre e hijo, médico y paciente, maestro y alumno), o ser el estilo idiosincrásico de relación de una díada particular.

La interacción como sistema. La teoría de los sistemas generales permite comprender la naturaleza de los sistemas interaccionales.

Un sistema es, tomando la definición de Hall y Fagen, un conjunto de objetos así como de relaciones entre los objetos y entre sus atributos, en el que los objetos son los componentes o partes del sistema, los atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones mantienen unido al sistema. Sostiene el autor que, la mejor manera de describir los objetos interaccionales consiste en verlos no como individuos, sino como "personas que se comunican con otras personas". Así los sistemas interaccionales serán dos o más comunicantes en el proceso, o en el nivel, de definir la naturaleza de su relación.

Para un sistema dado, continuando con lo sostenido por Hall y Fagen, el medio es el conjunto de todos los objetos cuyos atributos al cambiar afectan al sistema y también aquellos objetos cuyos atributos son modificados por la conducta del sistema. Un sistema junto con su medio constituye el universo de todas las cosas de interés en un contexto dado. La definición de sistema y medio hace evidente que cualquier sistema dado puede ser subdividido a su vez en subsistemas. Los objetos pertenecientes a un sistema pueden considerase como parte del medio de otro sistema.

Los sistemas orgánicos son abiertos, entendiéndose por ello que intercambian materiales, energías o información con su medio. Un sistema es cerrado si no existe importación o exportación de energía en cualquiera de sus formas, tales como información, calor, materiales físicos, y por ende, no hay cambio de componentes.

Con este modelo conceptual resulta fácil ubicar un sistema interaccional diádico dentro de una familia más grande, una familia ampliada, una comunidad y un sistema cultural. Tales sistemas pueden superponerse con otros subsistemas, pues cada miembro de la díada participa en subsistemas diádicos con otras personas e incluso con la vida misma. En síntesis los individuos que se comunican se estudian en sus relaciones horizontales y verticales con otras personas y otros sistemas.

Dentro de la familia la conducta de cada individuo está relacionada con la de los otros y depende de ella. Toda conducta es comunicación, y por ende, influye sobre los demás y sufre la influencia de éstos. Específicamente, los cambios favorables o desfavorables en el miembro de la familia identificado como paciente ejercen por lo común algún efecto sobre otros miembros, sobre todo en términos de su propia salud psicológica, social o incluso física.

El análisis de una familia no es la suma de los análisis de sus miembros individuales. Hay características del sistema (patrones interaccionales), que trascienden las cualidades de los miembros individuales. Muchas de las cualidades individuales son inherentes al sistema.

Bibliografía

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-Leon Rubio, J. 1996. – "Conceptos, características metodológicas de la psicología social"

-Moscovici, Serge 1986. – "Psicología Social" -"Introducción: el campo de la psicología social" – Editorial Paidós – Barcelona .

-Pichon – Riviere, Enrique 1985. – " Teoría del vínculo" - Editorial Nueva Visión – Buenos Aires.

-Torregrosa, J.R. – "Perspectivas y contextos de la psicología social" – Editorial Hispano Europea – España.

-Vander Zanden, J.M. "Manual de psicología social" – Editorial Paidós – Buenos Aires – 1986.

-Waztlawick, Paul y otros – "Teoría de la comunicación humana" – Editorial Herder – Barcelona – 1986.

"Estereotipos, prejuicio y discriminación" en "Psicología Social. Una guía para el estudio" – Editorial Kronos – España.

"Concepto de Representaciones Sociales, análisis comparativo" Revista costarricense de psicología, Nº8-9, pgs. 27 – 40 – 1986. 

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