TIPOLOGÍA DE LOS CRIMINALES

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¿ES FACTIBLE LA APLICACIÓN DE TRATAMIENTOS?

       La suposición de que si resulta posible proporcionar a los malhechores jóvenes y adultos un tratamiento correccional capaz de reducir las cifras de reincidencia criminal el cual logre exclusivamente el carácter. Una de las organizaciones que puedan llevar una total rehabilitación; es de disponer mayores presupuestos a ser extensiva la práctica de la libertad vigilada (titular), mejorar los esquemas de clasificación, y aumentar el número de personal de rehabilitación. Todo esto influirá para aminorar la reincidencia y aún mejor se espera una reducción en las cifras de criminalidad y delincuencia.

 

ADIESTRAMIENTO DE PERSONAL DE REHABILITACIÓN

        La doctrina correccional es como una inquisición pedagógica donde hay capacitación a personal de rehabilitación para las correccionales. Para considerar al tipo de personal de rehabilitación se debe formar de acuerdo con una ideología consistente, el cual proviene de un cuerpo de doctrina unitaria. El adiestramiento se debe alojar dentro de una área académica integrada por disciplinas específicas; y así se podría estandarizar el adiestramiento efectuando una serie de comparaciones. La capacitación deberá incluir un estudio minucioso de teología y de acervo empírico el cual disponga modelos de diagnósticos y principios terapéuticos.

         Profesionistas que no están de acuerdo en seder en el campo correccional son los trabajadores sociales, los cuales carecen de un cuerpo de doctrina unificado y coherente. Otro de los problemas de la falta de capacitación es no saber manejar los problemas que se confrontan en el trato con los pacientes reclusos, cuya inmensa mayoría no se ajusta al modelo convencional del paciente voluntario. Según el punto de vista, la capacitación para las correccionales no alcanza a suministrar los conocimientos necesarios sobre la naturaleza del crimen y la delincuencia, y sobre todo las variantes que pueden influir en los transgresores, ni las trabas que la sociedad impone a los organismos correccionales.

 

FACTORES CAUSALES DEL DELITO

         Uno de los problemas que surgen en teoría es cuando se pretende formular las tipologías de diagnóstico y tratamiento, estableciendo necesariamente diversos tipos de delincuentes. A mi criterio la elaboración de tipologías, así como los postulados que se fundan en tales clasificaciones son verdaderamente tomados de una etiología, los cuales tienen un carácter exploratorio y que simplemente tienen una formulación de teorías sobre las causas del crimen y la delincuencia.

         Aproximadamente hace 10 años los análisis que fueron efectuados sobre la delincuencia y el crimen se abocan decididamente a la postulación y a la existencia de factores de patrones específicamente distintos al comportamiento delictuoso. Esta adhesión, la cual tiene una tendencia de localizar y circunscribir, distintos patrones de conductas delictivas en los cuáles quiero desplazar la antigua práctica de postular teorías generales y unitarias que dan razón al crimen y a la delincuencia. Desplazar teorías que establecen un sondeo en la delincuencia, aconteciéndose estos en la medicina, anulando cuadros clínicos específicos “enfermedades”.

         Al término de mi observación de orden general daré una reseña panorámica de los diferentes ensayos de la formulación de cuadros de clasificación de transgresores. Una vez que se halla expuesto resumidamente los avances logrados en la formulación de mi tipología examinaré los requisitos de orden lógico que deberán llenar los delincuentes o criminales para entrar al sistema clasificatorio de estos campos.

         Las normas que se siguen para la clasificación de los transgresores, según la ley se establecen en función de: la tipología del delincuente o criminal, el color de cabello, su raza, su edad, existencia de reincidencia urbana o rural. Lo ideal sería que la elección del delincuente fuera atinada al cuadro clasificatorio, los cuales exhiban los esquemas clasificatorios de este; sin embargo esta muestra se distingue ya que ninguno de los hechos delictivos nos permite establecer una clasificación segura.

         Me atrevo a decir que el éxito logrado en este sistema es deficiente, ya que no emplearé ningún sistema clasificatorio en absoluto. Una norma, la cual se fundará en un criterio de acuerdo al transgresor: trayectoria personificada adoptada, patrones de delito, cuadro de personalidad y finalmente imagen de si mismo.

 

DELINCUENTES JUVENILES

         Busco identificar por grupos las diversas formas de delincuencia en las subáreas de cultura, dándole razón, expansión y persistencia de dichas. Diferentes criminólogos han coincidido con la clasificación de los delincuentes, se han identificado plenamente 3 de estas categorías, los prosociales, los antisociales, y los asociales. Hay delincuentes cuya actitud frente a la vida es de índole “convencional” (prosocial), una segunda clase que mantiene la misma actitud del ambiente “subcultural” del que procede (antisocial) y la tercera clase cuya actitud es flexible y “ambivalente” son los (asociales). Sin embargo estas categorías están hechas sobre bases de actitudes sociales de la situación al medio ambiente, por lo tanto, no es posible encontrar en ellas un esquema propuesto por psicólogos o psiquiatras.

         Los factores donde la criminalidad prospera organizadamente, son en las culturas del pandillerismo las cuales están integradas por jóvenes, los cuales se les utiliza para que cometan robos y desmanes, iniciándose en una carrera que culmina en los actos del adulto criminal; aquí es donde la atención viene a crear una subcultura de conflicto permanente, creando un arquetipo de la criminalidad juvenil.

         La proposición que hago de acuerdo a la teoría es, por un lado descartar la arqueología de las organizaciones juveniles y así mismo retomar la naturaleza del fenómeno y de los procesos causales que lo implican; También construir un grupo sociocultural según los miembros de esta subcultura, por lo tanto se descartará las características del delincuente en general, de tal manera nos permitirá concluir y reintegrar a estos transgresores jóvenes.

 

VARIACIONES ORIGINADAS POR LOS ANTECEDENTES FAMILIARES

         El medio ambiente familiar y los procesos de interacción que constituyen una de las perspectivas generales de los transgresores. La estructura familiar y las actividades que ella constituye son esencialmente determinadas en la naturaleza de la conducta delictiva

·     La familia es una de las bases donde los fenómenos de las clases sociales cobran expresión, en otras palabras a través de la interacción desarrollada en el marco de las situaciones familiares es donde las personas aprenden, además los valores profesados por la clase social donde pertenecen. Por lo tanto la familia constituye uno de los eslabones más importantes del aprendizaje, comunicación e información.

·     Otra de las diferencias que observo es que dentro del grupo familiar comparten el estilo de vida, siendo este un factor determinante para su desarrollo futuro; por lo tanto son muchos los patrones de delincuencia que parecen guardar vínculos de relación con interacciones familiares o problemas: practica del incesto, asaltos, agresión familiar y homicidio

 

PORQUE FICHAN AL INDIVIDUO

         Mediante este organismo la ley aprende y castiga o corrige a los transgresores. Uno de los principales factores que se da para fichar al delincuente, consiste en llevar un registro oficial y así mismo señalarlos ante la sociedad como un elemento “malo o nocivo”, por lo tanto es probable que se le conceptué así siempre, independientemente del sesgo real de su conducta..

 

1.- EL DELINCUENTE PANDILLERO LADRÓN

CARACTERÍSTICAS IDENTIFICANTES:

Configuración de delitos. Este transgresor incurre en diversos delitos contra la propiedad ajena, incluyendo robos con escándalo y latrocinios graves. También suele hallarse comprometido en actos de vandalismo, y en transgresiones de índole sexual. Este tipo de delincuentes se muestran muy versátil en sus delitos, sin embargo se siente atraído hacia lo que deja dinero en efectivo.

Escenario de interacción. Se suele catalogar a estos jóvenes como “pandilleros” por sus frecuentes lasos de asociación con otros delincuentes. Sin embargo, la afiliación pandilleril que demuestran es de muy diverso grado, desde donde participan pandillas numerosas o bien organizadas hasta la comisión de delitos donde participan dos o tres. Finalmente estos jóvenes van cambiando de cómplices en su trayectoria delictiva.

Imagen propia. La imagen que de sí mismos tienen estos transgresores es de delincuentes. Se sienten seguros de sí mismos y de su “sangre fría”. Se enorgullecen de su fama de rebeldes. Con mucha frecuencia exteriorizan este sentimiento jactándose de que no tienen problemas.

Actitudes. Los individuos aquí clasificados manifiestan actitudes antisociales: marcada hostilidad hacia los agentes de la policía, de las instituciones correccionales y, en general, también hacia los ciudadanos apegados a la ley. Su idea de la vida es que no hay nadie que no este envuelto en algún “negocio turbio”. En general, en toda actividad delictuosa de este tipo de transgresores se ve claramente que se consideran a si mismos víctimas de una sociedad que niega toda clase de oportunidades a las personas que son como ellos.

Trayectoria de actuación. Suele encontrarse en todos estos adolescentes una temprana iniciación en las actividades delictuosas aproximadamente a la edad de los 8 ó 9 años. Así mismo, también hay una rápida evolución en la imagen propia considerándose en un principio no delincuentes y experimentar después cierta tensión antisocial, hasta culminar en la autoimagen definida de delincuentes y en la consolidación de actitudes hostiles, suspicaces y típicamente antisociales.

Experiencias con organismos consignatorios. Generalmente los transgresores clasificados en este tipo tuvieron que ver con la policía desde una edad temprana, y muchas veces, el número de sus experiencias policiacas es mucho mayor a la del adulto. Los tribunales para menores han tratado de rehabilitar a delincuentes de esta índole. Sin embargo, los pandilleros ladrones consideran a los representantes de la ley y de las instituciones rehabilitatorias como “farsantes”.

 

2.- EL DELINCUENTE PANDILLERO PENDENCIERO

CARACTERÍSTICAS IDENTIFICABLES

Configuración de delitos. Este tipo lo forman adolescentes varones que son miembros de “pandillas de vagos” que merodean en las calles y se dedican a buscar problemas. Gran parte de la actividad de estos transgresores no es delictuosa, pues se dedican a “vagabundear”. Algunos de estos jóvenes experimentan con drogas enervantes, y otros se preocupan por las satisfacciones sexuales. A veces también incurren en actos de latrocinio pero no en la misma forma sistemática, ni con la frecuencia de los adolescentes del tipo anterior.

Escenario de interacción. Los pandilleros pendencieros si pertenecen a organizaciones delictuosas bien definidas y que inclusive ostentan emblemas y distintivos en el vestir. En estos delincuentes es mas acendrado el sentimiento de pertenecer a una pandilla y los amigos se hacen casi exclusivamente dentro del mismo clan.

Imagen propia. La imagen que de si mismos tienen los pandilleros pendencieros no es tan coloreada como los delincuentes del tipo anterior. Estos transgresores más bien se conceptúan a si mismos como miembros de una pandilla rebelde. La mayoría de los pandilleros pendencieros no piensan que son aprendices en la carrera del crimen.

Actitudes. Giran al rededor de una idea central que consiste en creer que el mundo les niega casi todas las oportunidades. No es tanto que le disguste la idea de trabajar, sino que duda muchísimo de tener la oportunidad de conseguir un trabajo ventajoso. La base de sus actitudes antisociales esta en la hostilidad hacia la policía a la que acusan de no saber comprender sus sentimientos como miembros de una pandilla.

Trayectoria de actuación .La Trayectoria de este tipo se inicia hasta los años de la adolescencia. La afiliación con estos delincuentes culmina en actos repetidos de riñas callejeras y de otra índole delictuosa.

Experiencias con organismos. El pandillero pendenciero suele tener muchas oportunidades de entrar en contacto con instituciones comunitarias que van “fichándolo” como mal elemento. Cuando participa en actividades comunitarias termina siendo expulsado por su comportamiento agresivo y su disposición a provocar agitaciones. Otra experiencia frecuente en estos jóvenes es la de los altercados con la policía, sin que proceda en la mayoría de estos casos una diligencia de carácter oficial. El resultado de estas experiencias es que formen sentimientos de hostilidad para con los representantes de la ley y de los organismos sociales o de rehabilitación; sin embargo, tal parece que no llegan a quedar iniciados para tomar la delincuencia adulta.

 

3.- EL DELINCUENTE PANDILLERO OCASIONAL

CARACTERÍSTICAS IDENTIFICABLES

Configuración de delitos. En algunos casos, los pandilleros ocasionales participan en riñas, y otras veces cometen robos y vejaciones. En su edad más temprana, no es posible distinguir por sus actividades delictuosas.

Escenario de interacción. Los actos delictuosos se perpetran en compañía, en ocasiones bien afiliados y, en otras, un tanto desarticulados; sin embargo, es muy común que este transgresor cometa sus fechorías sólo por “divertirse”. Lo que es más, el grupo de delincuentes, lo mira como acompañante ocasional, no -asiduo,  y así se considera él mismo, este delincuente aparecería clasificado marginalmente; es decir, sus compañeros verían en él una especie de “agregado” sin acordarle mayor estima.

Imagen propia. Estos transgresores ocasionales no se consideran a sí mismos “delincuentes”. Si bien es verdad dan muestra de percibir lo que es un pandillero ya que si pasan por ser “verdaderos delincuentes”. Su identificación con las normas más profesadas y su propia intervención en ellas tiende a ser mínima; y más bien ve a sus compañeros como los tipos que le conviene tener cerca.

Actitudes. Los pandilleros ocasionales muestran sierta hostilidad hacia la policía, sin embargo, si consideramos que casi todas las personas que pertenecen a la clase obrera muestran algún grado de hostilidad para con la policía, resulta que las actitudes “antisociales” de este transgresor no resaltan especialmente en los medios donde se mueve.

Trayectoria de actuación. Los delincuentes ocasionales se inician a menudo desde su edad temprana y en algunos casos continúan delinquiendo durante varios años; otras veces ponen fin a sus malos hábitos relativamente. El desenlace en la delincuencia ocasional viene a ser un reajuste en la vida adulta y la conversión a ciudadanos honrados.

Experiencias con organismos conciliatorios. Debido a que sus transgresiones son menos graves y frecuentes que la de los pandilleros clasificados. Casi siempre este grupo tiene contactos de tipo informal en donde la policía hace sus advertencias,  pero se abstiene de emprender una acción mayor. Es posible que dichos contactos con la policía y los organismos judiciales inciten al transgresor en volverse más repetidamente en las actividades delictuosas.

 

4.- EL DELINCUENTE CASUAL NO PANDILLERO

CARACTERÍSTICAS IDENTIFICABLES

Configuración de delitos. Sus transgresiones son relativamente ligeras e infrecuentes de los adolescentes que tienen disposiciones “latentes”. Estas pequeñas transgresiones van desde el hurto de menor cuantía, el manejo de vehículos sin licencia, fumar y emborracharse, hasta ciertos actos de vandalismo. En algunos casos llega a causar graves daños, pero esto sucede con mayor excepción.

Escenario de interacción. Estos transgresores operan en compañía de otros jóvenes que no pasan por delincuentes ante la sociedad de adultos; ni tampoco se consideran tales ellos mismos. El grupo se dedica a las actividades lícitas que son ordinarias entre jóvenes, pero no falta quien o quienes cometan de vez en cuando, alguna infracción a la ley. Dentro del grupo no se pierde prestigio por haber participado en algún delito, pero tampoco se  consigue con ello una mayor reputación.

Imagen propia. Estos jóvenes guardan de si mismos un concepto de no delincuentes. En el caso de llegar a ser aprendidos suelen reconocer que obraron torcidamente, y tienden a exibirse como apesadumbrados y avergonzados. Los transgresores miran sus delitos como una diversión, no como manifestaciones de verdadera delincuencia.

Actitudes. Quienes pertenecen a este tipo se caracterizan por mantener actitudes prosociales; no muestran hostilidad marcada para con la policía y trabajadores sociales.

Trayectoria de actuación. Las actividades delictuosas se inician a muy diversa edad, prevaleciendo la época de los 13 a 19 años. Los delitos son muy pocos en número y casi nunca graves; dejan de cometerse cuando el transgresor sale de los planteles de enseñanza media. De ahí es muy común que el transgresor pase a la facultad en donde servirá de sujeto de experimentación en los estudios que se realizan sobre “delincuencia latente”.

 

5.- EL DELINCUENTE DROGADICTO

CARACTERÍSTICAS ESPECIFICANTES

Configuración de delitos. La mayoría de los jóvenes hace de los enervantes su línea única y específica de transgresión. Entre ellos hay quienes cometen también otros delitos, sobre todo, en el género de la extorsión (Gigolismo, explotación de mujeres) pero su único propósito es conseguir dinero con que proveerse de droga.

Escenario de interacción. El medio ambiente de estos jóvenes reviste a la configuración de una subcultura de “vividores inmorales”. Al asociarse con adictos a otra clase de estupefacientes siguen finalidades muy complejas. El tráfico de drogas requiere todo un sistema de ayuda mutua en que los adictos se trasmiten información sobre las fuentes de abastecimientos y los medios ilícitos de contacto. Por otra parte, el sujeto que se envicia definitivamente con alguna droga “heroica”, la consecuencia será que lo expulsen de los demás círculos. El adicto a la droga se le considera como sujeto anormal del que no conviene fiarse.

Imagen propia. Estos jóvenes casi nunca tienen de sí mismos un concepto de transgresores, sino simplemente de drogadictos. Alegan que la droga es un escape como tantos otros que se permiten a los inducidos, algo así como fumar o beber, simplemente. El drogadicto se ve en si mismo como una persona, cuyos azares de la vida se justifican para ser drogadicto. Algunos drogadictos tienen de sí mismos una imagen de vividores; Es decir de individuos de sangre fría que saben ganarse la vida manejando el arte de la extorsión.

Actitudes. La postura de estos se caracteriza por inacabables protestas en contra de la sociedad que no cesa de perseguirlo y que tiene tan poco que ofrecer a personas como él.

Trayectoria de actuación. Algunas veces son jóvenes que comienzan su carrera en el delito como simples pandilleros, pero después se alejan de su medio al ser aprendidos en el uso de la droga. El joven drogadicto continúa en su vicio hasta hacerse adulto y, una vez entonces es un heroinómano sin remedio.

Experiencias con organismos consignatorios. En el curso de su carrera delictuosa, los drogadictos experimentan numerosos contactos con organismos judiciales y consignatorios. Por una parte pone al individuo en un tratamiento psiquiátrico donde produzca efectos rehabilitatorios, cortándole el suministro de narcóticos y en segundo lugar ejerce un contacto con el drogadicto. El poder judicial, el cual contribuye directamente a la recaída del sujeto.

 

6.- LA JOVEN DELINCUENTE

CARACTERÍSTICAS ESPECIFICANTES

Configuración de delitos. Las jóvenes delincuentes suelen comparecer ante los tribunales de menores por delitos de muy variada tipificación: “rechazo de autoridad”, “descarrío”, “falta a la moralidad” y “desenfreno sexual”.

Escenario de interacción. Estas muchachas cometen transgresiones sexuales con sus parejas masculinas, pero no se ven envueltas en actividades de padilleraje con cómplices de su mismo sexo. Si bien es verdad que la joven delincuente prefiere asociarse con las compañeras de sus mismos hábitos, sin embargo, el grupo no llega a formar ninguna subárea de culturas delictivas.

Imagen propia. Las jóvenes delincuentes no se conceptúan a sí mismas como tales, sino que se justifican con la idea de que tienen problemas y obstáculos muy especiales. Muchas de ellas se juzgan “aguantadoras” y capaces de soportar el trato duro de los demás. Y son también muchas las que usan un lenguaje llamativamente profano, sobre todo cuando les acontece tratar con varones.

Actitudes. Su más característica actitud es la hostilidad hacia sus padres y los representantes de la ley. Estas muchachas suelen tener poca empatía con los varones.

Trayectoria de actuación. Estas jóvenes comienzan a cometer sus delitos sexuales recién pasadas de la pubertad; y luego continúan delinquiendo hasta que llegada a quedar bajo custodia o recluidas en instituciones.

Experiencias con organismos consignatorios. Las jóvenes delincuentes se ven envueltas en muchos problemas judiciales y con el personal de las correccionales. Cuando atraviesan por dichas circunstancias suelen mostrarse hostiles y desafiantes; sin embargo, hay base para suponer que dichas experiencias no influyan negativamente, en el sentido de estimular a las transgresoras a continuar en actos delictivos.

PROCURADURIA  GENERAL  DE  JUSTICIA

                                                          1 De Diciembre de 1997

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