CLASES SOCIALES Y REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

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Cecilio Santiago Alcalde

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Índice

1. Introducción

2. Marco institucional

3. Características de la industria moderna.

4. Las clases sociales.

4.1. Aspectos sociales

4.2. La burguesía industrial

4.3. La clase obrera

4.4. Las clases sociales en España

5. Conclusión

 

1. Introducción.

La revolución industrial es un periodo de cambio que se caracteriza por una ruptura importante en toda Europa con los anteriores sistemas existentes, ya sean tanto sociales, como de poder y económicos. Esta época vino marcada por las revoluciones burguesas que se dieron en general en este continente y que marcaron el sino de la historia contemporánea.

Ahora bien, en lo concerniente a lo económico-social, la revolución burguesa trajo consigo una nueva forma de entender la propiedad que vino aparejada con una nueva maquinaria y por ende, una nueva de producción que hizo modificar los substratos sociales del viejo continente. La aparición de las grandes fábricas hizo desaparecer paulatinamente la gran proporción de agricultores y jornaleros para dar paso a una gran clase obrera industrial que vivía en ciudades. Es por ello que me planteo varias ideas antes de profundizar en el tema. De un lado, la pobreza, las enfermedades y el desempleo. Me imagino un mundo sucio, con la basura en las calles y en las casas. Un mundo enfermizo, con gente que muere por pestes desconocidas para ese tiempo y que se multiplican a cada día. Un mundo desocupado, gente sin trabajo porque las maquinas pueden hacerlo mucho mejor o simplemente no son necesarios. Del otro lado, la riqueza, la tecnología y la expansión. En mente tengo a un mundo progresista, el esplendor de las ciudades gracias a los nuevos sistemas. Un mundo nuevo, la aparición de nuevas formas de producir, nuevos gases, sustancias, y metales que lo revolucionaron. Un mundo echando raíces, la gente empezó a elegir otros lugares para vivir, por pestes o porque era sencillo gracias a las nuevas vías de transporte.

Así, ante este planteamiento nos preguntamos, cuales fueron los elementos que rodearon a estas revoluciones y en que medida afectaron a la formación de estas clases sociales y de la sociedad en si, en un entorno económico que se movía a gran velocidad, muchas veces superando a los mismos agentes sociales inmersos en estos cambios.

 

2. MARCO INSTITUCIONAL.

Este fuerte desarrollo económico estuvo rodeado por una serie de factores ideológicos e institucionales que lo hicieron posible. Sabemos que el progreso económico puede tener lugar bajo distintos factores, pero también conocemos que ciertos ambientes sociales y jurídicos, así como sencillamente algunos ambientes naturales, son claramente más favorables al avance material que otros. Analicemos estos.

En cuento al marco legal, el documento básico del nuevo orden se encuentra en la Declaración de los Derecho del Hombre y del Ciudadano. Todos los ciudadanos tenían "igual acceso a todos los honores, oficios y empleos públicos, de acuerdo con... sus virtudes y talentos". La ideología que propugnaban los revolucionarios franceses era enormemente liberal, de forma que en 1971 la Asamblea francesa llegó a aprobar la drástica ley de Chapalier que prohibía las organizaciones o asociaciones tanto de trabajadores como de patronos.

La labor de purga de la revolución francesa no debe considerarse como meros actos negativos de demolición. Al tiempo que abolían las instituciones del Antiguo Régimen en los territorios que conquistaron, los franceses sentaron las bases de las nuevas. El código civil, que acompaño a los ejércitos franceses de ocupación, siguió en pie una vez que éstos se marcharon, habiendo tenido una gran influencia en los códigos de España, Bélgica y los países sudamericanos entre otros.

Por lo que respecta al pensamiento y política económicas, en las décadas de 1760 y 1770, los fisiócratas habían empezado a ensalzar las virtudes de la libertad económica y la competencia. En 1776 Adam Smith publicó "La riqueza de las naciones", la que iba a ser la declaración de independencia económica individual. La mayor preocupación de Smith en todo el libro, sin embargo, era demostrar que la abolición de las "poco razonables" limitaciones para la empresa individual desencadenaría el fenómeno positivo de la competencia dentro de la economía, y esto, a su vez, maximizaría la "riqueza de las naciones".

Además del libre comercio, también se planteó la necesidad de la reducción del papel del Estado en la economía, lo que originó el mito del Laissez faire o "dejar hacer". La comprensión popular de ésta era que los empresarios debían liberarse de toda traba gubernamental para conseguir sus propios fines egoístas. Sin embargo, en la práctica el principal objetivo del "dejar hacer" era desmontar la regulación del viejo aparato de la economía, que en nombre de intereses nacionales creaba reductos de privilegios especiales y monopolios e interfería en otros sentidos con la libertad individual y la consecución de riqueza.

Por lo que respecta a la educación y a la alfabetización, se produjo un crecimiento importante de ésta última. En todos los países las tasas alfabetización crecieron entre los años 1800 y 1850. De esta forma, hubo una correlación entre industrialización y alfabetización. Además, con anterioridad al s. XIX apenas existían las instituciones docentes públicas. La gente acomodada empleaba a tutores para sus hijos, e incluso parte del poder se oponía a la alfabetización de los "pobres trabajadores". La Revolución Francesa introdujo el principio de educación libre y pública y las escuelas especializadas de ciencias e ingeniería, muy imitadas en toda Europa.

 

3. CARACTERÍSTICAS DE LA INDUSTRIA MODERNA Y DE LA LÓGICA CAPITALISTA.

Podemos decir, teniendo en cuenta la definición de Marc Baldó Lacomba: "La revolución industrial fue un cambio cualitativo y universal, según el cual se transformaron las condiciones técnicas y sociales de la producción".

Entre 1400 y 1700 la civilización moderna sufrió el primer cambio económico importante de esta era. Fue llamada la revolución comercial que termino con la economía estática de la edad media y la sustituyó un capitalismo dinámico. Éste, fue tan solo el primer cambio rápido relacionado con los bienes de este mundo. Pronto lo siguió la revolución industrial.

La revolución no fue un fenómeno que se produjera solo en las fabricas. La revolución nació de una multiplicidad de causas. Algunas mas desarrolladas que otras. La agricultura, los sistemas de comunicación, la población (en el sentido de crecimiento y distribución), el comercio, las finanzas, la estructura social y la educación también estuvieron presentes.

Así, el papel de la agricultura se vio profundamente modificado, ya que disminuyó en gran manera en la sociedad industrial moderna, al mismo tiempo que se producía un fuerte incremento en la productividad de los campos, de forma que se pudo alimentar suficientemente a un gran número de población no agrícola. Durante el periodo de industrialización propiamente dicho, que se extiende desde comienzos del s. XVIII en Gran Bretaña hasta la primera mitad del s. XX, la principal característica de la transformación estructural de la economía fue el nacimiento del sector secundario (minería, manufacturas y construcción), que se puede observar en la proporción tanto de mano de obra especializada como de producción. Podemos definir la industria moderna siguiendo a Cameron:

En el curso de esta transformación, que se puede designar con más rigor [...] como el "nacimiento de la industria moderna", fueron surgiendo gradualmente algunas características que distinguen con claridad la industria "moderna" de la "premoderna". Estas son: 1. el uso extensivo de maquinaria mecánica; 2. la introducción de nuevas fuentes de energía inanimadas, especialmente combustibles fósiles; y 3. el uso generalizado de materias que normalmente no se encuentran en la naturaleza. Característica relacionada con ellas es la mayor escala de las empresas en la mayoría de las industrias (Cameron, 1992: p. 198).

Estas modificaciones en la producción supusieron un cambio generalizado en la forma de entender la economía por parte de los detentadores de las industrias, que se plantearon una nueva manera de producir, el capitalismo, que aparece a continuación de la revolución industrial. Sus características esenciales han sido determinadas por distintos autores de manera muy diversa. Marx acentuó, como características esenciales del capitalismo, las de la propiedad privada de los medios de producción fabril mecanizada y la existencia de clases. Weber añadió mas tarde, como principio fundamental, la racionalización, el principio de lucro y su característica de economía de mercado. Según Weber, "una de las particularidades fundamentales de la economía privada consiste en que racionaliza sobre la base de un calculo matemático riguroso aparece orientada conforme a un plan y, exclusivamente, hacia el logro del resultado económico deseado". Existen, según Dahrendorf (1979, p. 58) siete factores que caracterizan al capitalismo:

Organización de la circulación económica.

Colaboración de dos grupos de población.

Simultaneidad de dirección y propiedad de los medios de producción por uno de aquellos grupos.

La existencia de "solo trabajadores" carentes de patrimonio, que integran el otro grupo.

La relación entre uno y otro por medio del mercado.

El principio de lucro.

El racionalismo económico.

 

4. LAS CLASES SOCIALES.

Para hablar de clases sociales creemos necesario y pertinente definir una serie de ideas que nos aclararan ciertas lagunas conceptuales que podamos tener. Así, utilizando las palabras de Harold Kerbo, diremos que:

La desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que la sociedad valora. Tal desigualdad puede surgir en cuanto al modo en que individuos y grupos se ordenan y son evaluados unos por otros, pero, más importante aun, se relaciona con las diferentes posiciones de la estructura social [...].

Estratificación social significa que la desigualdad ha tomado cuerpo o se ha institucionalizado, y que existe un sistema de relaciones sociales que determina quién recibe qué y por qué. Cuando decimos institucionalizado, queremos decir que se ha establecido un sistema de jerarquía en capas. Las personas esperan que los individuos o grupos de cierta posición sean capaces de exigir más influencia y respeto y de acumular una parte mayor de bienes y servicios. Esta desigualdad puede o no ser aceptada por igual por la mayoría de la sociedad, pero se reconoce como la forma en que funcionan las cosas [...].

Podemos definir clase como un agrupamiento de individuos con posiciones similares y con semejantes intereses políticos y económicos dentro del sistema de estratificación (Kerbo, 1998: pp. 11-13. La cursiva es mía).

Durante este periodo se van a empezar a estructurar dos clases sociales completamente diferentes y que albergan unas ideas y expectativas que los distinguen fácilmente. Por un lado, la burguesía (propietaria de los medios de producción: tierras, fábricas, empresas de servicios, etc.) que impondrá su poder económico y su nuevo poder político; por el otro lado vemos al proletariado (que no posee los medios de producción y trabaja en ellos: jornalero, obrero o empleado de una empresa). Los conflictos entre ambas, entre el capital y el trabajo, son el comienzo de una historia que nace en este momento.

La lucha de las clases sociales fue un problema que apareció en la aparición de una clase de obreros de fábricas, cuyos únicos medios de producción eran sus manos y sus hijos: un proletariado. Estos, frente a las normativas liberales existentes, trataban que instaurarse como clase para tener fuerza frente a los burgueses, propietarios de los medios de producción y participes del poder político, mediante el cual intentaban frenar la formación de una conciencia de clase en los obreros mediante la prohibición de las manifestaciones colectivas, como los sindicatos o las huelgas. A pesar de estos intentos, a partir de 1785, estos obreros se agruparon y declararon huelgas, todo ello de manera ilegal, que iban acompañadas de violencia contra las maquinas y contra las personas, lo que fue conocido como el ludismo, y exigieron que el parlamento que dictase una legislación protectora para los trabajadores y que fuese mas permisiva con la formación de organizaciones sindicales. Para Dahrendorf:

Por una serie de causas, el conflicto de clases llega después a exteriorizarse de manera en extremo aguda. Como condición determinante de esta violencia actúa, junto al paralelismo entre estructura de dominación y sector social, la identidad entre conflicto industrial y político de clases, lo que motiva la participación en dicho conflicto de un número creciente de personas con múltiples funciones sociales.

Este endurecimiento de los frentes clasistas y la consiguiente agudización del conflicto, aparecen subrayados por la ausencia de un proceso democrático, tanto en la empresa industrial como en el Estado (Dahrendorf, 1979: p. 267-268).

Así, las formas más usuales de solidaridad de las clases trabajadoras fueron los sindicatos y, más tarde, los partidos políticos de clase. En la primera mitad del s. XIX los sindicatos eran débiles de carácter local y generalmente de vida limitada al tiempo que durara la oposición de patronos concretos y legislación represiva específica. La mayoría de las naciones occidentales han pasado al menos por tres fases en su actitud oficial hacia los sindicatos, la primera fase, la de prohibición o supresión inmediata, con penas de prisión para aquellos que los organizasen o perteneciesen. La segunda fase, en la cual los gobiernos fueron tolerantes con la formación de los sindicatos, pero a los cuales persiguieron por implicarse en algunas acciones públicas como las huelgas. Y una tercera fase, en el s. XX, en la cual el derecho a la sindicación se convierte en un derecho constitucionalmente reconocido, permitiendo a los trabajadores la capacidad de organizarse y tomar parte de actividades colectivas.

 

4.1 Aspectos sociales

Según Harold Kerbo, la historia de las sociedades humanas puede observarse como una historia de crecientes desigualdades que van desde la relativa igualdad de las sociedades cazadoras y recolectoras, hasta la extrema desigualdad de las sociedades agrarias avanzadas. Esta tendencia parece romperse en las sociedades industriales avanzadas, donde la desigualdad se reduce en cierta medida. Sin embargo, en los inicios de la industrialización es cuando se produjeron mayores desigualdades.

Para saber bien él porque de esta situación es necesario que nos adentremos en las circunstancias sociales de la época. Hablando sobre Inglaterra, la población creció debido a algunos factores. Primero en estas fechas la tasa de natalidad aumentó gracias a la disminución de la fecha de matrimonio que se produjo en las parejas, que ya no debían esperar a poseer una granja para casarse, pues el trabajo en las fábricas les permitía obtener el dinero necesario para instalarse. Más importante aun fue el descenso de la mortalidad debido a varios factores interrelacionados, como la vacunación desde 1798, los avances en el conocimiento de la medicina y el establecimiento de nuevos hospitales, el incremento de la producción agrícola, etc.

Igualmente se produjo una fuerte inmigración interna que llevo a grandes masas de población a las ciudades industrializadas, ya que las fábricas podían pagar sueldos mas altos que los jornales agrícolas que anteriormente percibían porque la productividad del trabajo era mayor como resultado de los avances tecnológicos, lo cual produjo cambios notables en la densidad de la población, que paso del sudeste al noroeste y en el aumento de la urbanización.

Estos incrementos poblacionales en las ciudades trajeron nefastas consecuencias para los obreros, que, ante la falta de viviendas y capital para construirlas, vivían en casas destartaladas y miserables en las que se hacinaban sus familias, con cuatro e incluso cinco personas por habitación. Igualmente, las instalaciones sanitarias eran casi inexistentes y se tiraban a la calle todo tipo de desechos.

En parte, estas deplorables condiciones fueron consecuencia del extremadamente rápido crecimiento, de la insuficiente maquinaria administrativa, de la falta de experiencia de las autoridades locales y de la consiguiente ausencia de planificación. Que la gente consiguiera vivir en tales condiciones es prueba de las enormes presiones económicas que les forzaron a trasladarse.

Redundando en la idea inicial expuesta, según la cual las diferencias en esta época fueron las mayores que se han conocido, citaremos también a Cameron:

La mayoría de los trabajadores, incluyendo a los peor pagados, mejoraron su situación ligeramente, pero los ingresos de aquellos que vivían principalmente de la renta, el interés y el beneficio se elevaron en proporción mucho mayor. En otras palabras, la desigualdad en la distribución de los ingresos y la riqueza, que era grande en la economía preindustrial, se hizo incluso mayor en las primeras etapas de industrialización (Cameron, 1992: p. 225).

 

4.2 Burguesía industrial

La burguesía deja de ser considerada una clase inferior a los nobles gracias a la posición política alcanzada. El crecimiento de poder económico de la burguesía favoreció para que ésta llegara a esa posición socioeconómica. Esto igualmente se vio facilitado por la política que practicaron algunas familias nobles empobrecidas de realizar enlaces matrimoniales con otras parentelas de empresarios y comerciantes adinerados, de manera que las primeras aumentaban su capacidad económica y las segundas conseguían aumentar su poder. En estos casos, las mujeres burguesas adineradas, que no trabajaban, jugaban un papel importantísimo en la creación de alianzas sociales y el mantenimiento del estatus adquirido.

Pero no nos adelantemos, para estudiar la burguesía debemos internarnos en sus orígenes. En plena revolución manufacturera nos encontramos con productores mercantiles que eran dueños de sus talleres, donde trabajaban junto a su familia, oficiales y aprendices. Al crecer la demanda de mercadería, no todos estuvieron en condiciones de adaptarse a través de la tecnología y aquí, podríamos decir que este grupo se dividió en dos: los que pasaron a ser parte del proletariado y, los mas afortunados, que lograron tecnificarse. Este ultimo grupo junto a labradores acomodados y comerciantes-empresarios son la base sobre la que se construyo la burguesía industrial.

Sin embargo debemos aclarar que de estos dos últimos grupos proviene el grueso de esta clase social, por esta razón creo necesario un análisis breve de cada uno de ellos.

Los terratenientes se enriquecieron combinando actividades agrarias y alquilando tierras que explotaban racionalmente otros labradores junto a las suyas. Una parte de este sector de campesinos ricos fue prosperando, añadieron con el correr de los años mas y más lotes de tierras y de capital. Para trabajarlas solían invertir en nuevas técnicas y la mano de obra era de los vecinos más pobres. Sólo unos pocos, dueños de tierras propias o arrendatarios lograron terminar siendo ricos granjeros.

Los comerciantes-empresarios fueron los que a través de créditos, con socios capitalistas o con ahorros propios montaron pequeños negocios. Lo cierto es que estas pequeñas empresas aprovecharon el momento y usando o creando la tecnología e invirtiendo el capital que tenían o pedían prestado, y usando la mano de obra disponible, fueron creciendo, en algunos casos, y en otros casos fueron absorbidos por el sistema y sus competidores. La lucha entre estos competidores era tan salvaje que él que no era capaz de seguir el ritmo de las innovaciones estaba condenado al fracaso.

A estos grupos dentro de la burguesía debemos agregar a algunos "inventores" que promovieron la tecnificación de las industrias y que, con ayuda de socios capitalistas, fueron capaces de crear sus propias industrias.

Dentro de este sistema se desarrolló la división técnica y social del trabajo característica del capitalismo industrial, en la cual los fabricantes se diferenciaban socialmente de sus trabajadores. Los fabricantes contrataban a trabajadores y los hacían trabajar en sus máquinas. Además privatizaban las ganancias derivadas de la venta de las mercancías, reinvirtiéndolas, con frecuencia en ampliar el negocio.

La introducción de las maquinas y la centralización productiva en las fábricas aceleraron el proceso de proletarización de millares de menestrales que aun eran relativamente independientes. En este proceso la nueva generación de obreros desplazó a los menestrales, a los trabajadores manuales de las manufacturas, a los trabajadores a domicilio. Este proceso no fue automático, pero para los artesanos y trabajadores manuales el maquinismo fue una catástrofe, aunque muchos trabajadores compitieron desde sus talleres contra la industria fabril, hasta que terminaron, la gran mayoría, desapareciendo.

 

4.3. La clase obrera.

Debemos empezar viendo como se formo la clase obrera, lo que se produjo por medio de un largo proceso histórico. En principio hubo dos clases sociales que terminaron en la clase obrera: 1) los campesinos que fueron echados de las tierras que cultivaban o de sus pequeñas propiedades; y 2) trabajadores domésticos y artesanos mas o menos independientes.

Una clase social se forma por la posición objetiva que ocupa cada persona. En el capitalismo, aquella persona que, por no ser propietaria de medios de producción, venda su capacidad o fuerza de trabajo a cambio de salario, ocupa, una posición definida en la estructura socioeconómica. Por eso, grupos sociales tan distintos pronto se fueron integrando en la clase obrera.

Probablemente, el primer factor en la formación de la clase obrera fue la disminución de la población agrícola, y el aumento paralelo de la población urbana. Una vez que habían abandonado las tierras la población rural, en Inglaterra, fue perseguida y obligada a trabajar. Los campesinos se conviertan de un día para el otro, y en pocos años, en manesterosos, mendigos, pobres, rufianes, pícaros, ladrones, bandidos y criminales. Según los jueces "la clase peligrosa". En Londres uno de cada ocho de ellos era de la "clase peligrosa". Ellos merodeaban por ahí, los pueblos, campos, caminos y ciudades.

Las leyes para reducir esta población son bien ilustrativas: solo los viejos e incapacitados podían tener derecho a mendigar, debiendo los demás trabajar. El que no trabajaba podía llegar a la horca. La legislación que va imponiendo la disciplina del trabajo asalariado, es en ocasiones, truculenta. Una serie de medidas legales producen este cambio. Se trata de cambios en las relaciones sociales de trabajo; modificación de los derechos de uso de los campesinos de forma que sus dominios útiles disminuyen a la misma oportunidad, si interesa, se les reconvierte en arrendatarios contractuales, se los proletariza perdiendo los campesinos sus antiguos derecho de uso. Mientras tanto los campesinos acomodados pudieron "rescatarse" con facilidad, formar parte de la clase burguesa, pero a medida que se disminuye en riqueza, la dificultad aumenta.

Los campesinos antes de ser asalariados fueron: 1) pobres que deambulaban por el país, 2) asalariados temporales que convivían la explotación agraria, trabajando pequeñas propiedades o trabajando a domicilio, o 3) asalariados permanentes de los talleres manufactureros. Luego con la industria se "mudaron" a las fábricas.

Los artesanos mientras fueron: 1) orgullosos artesanos independientes, 2) menestrales independientes de un comerciante-empresario, y 3) obreros asalariados en las fábricas.

La introducción de la producción industrial fue un aspecto decisivo en la formación de la clase obrera. Antes, en la época manufactura, en muchos oficios la producción dependía directamente del trabajador. El telar de Crompton, fue un golpe mortal en la época de la manufactura. Muchos trabajadores hasta entonces estaban parcialmente proletarizados, desde entonces, lo estuvieron por completo.

Durante este período la clase obrera pasó por distintas etapas, primero fue la experiencia: trabajar como asalariado y luego reconocerse y tomar conciencia. Este proceso fue gradual y complejo. Hubo resistencias, solían hacerse en el s. XVIII usando sistemas "tradicionales" de protesta social. De esta forma, las asociaciones protegían a sus socios, resistían la disminución salarial (reclamando salarios justos); garantizaban la defensa del trabajo "tradicional"; y en ocasiones recurrían a las huelgas. Estas asociaciones eran ilegalizadas pero funcionan de igual modo, e incluso invitaban a la violencia. Eso fue, en buena parte, lo que condujo a legalizarlas en 1824-1825, siempre y cuando se comprometiesen a terminar con la violencia.

Las experiencias empezaron a ser mucho más inmediatas y directas. Lo que a lo largo del s. XVIII pudo ser un conjunto de acciones y visiones próximas a un "sentimiento de clase latente", dio paso, desde finales de siglo a maniobras mas organizadas de los trabajadores, que se extendieron y en ocasiones unieron sus huelgas a clubes de reforma política y a movimientos democráticos.

Los trabajadores, al darse se dieron cuenta de su desfavorable situación al ser explotados, ya que trabajaban quince horas, había insalubridad en el ambiente, en las fábricas y en las viviendas, el trabajo era compartido con las mujeres y los niños, sumado a que con el transcurso del tiempo, la reducción del salario fue cada vez mayor. Todo esto llevo a despertar a conciencia de clase.

El ludismo fue el primer movimiento social contra de la producción industrial en serie. Este fenómeno se produjo durante el s. XVIII y parte del s. XIX. No solo debemos verlo como un movimiento de destrucción de maquinas, sino como un movimiento de resistencia a la propiedad burguesa y a las relaciones sociales que nacían del capitalismo. Con frecuencia los ludistas destruían a las maquinas que los dejaban sin trabajo, pero también organizaron acciones constitucionales, reclamando al parlamento protección para la pequeña propiedad mercantil simple, amenazada por la fábrica. Hubo iniciativas judiciales, costeadas por millares de artesanos. Los ludistas realizaron motines en Inglaterra. Los más importantes fueron: 1) Nottingham – Leicester – Derby, 2) los distintos laneros de West Riding, y 3) los distintos algodoneros de Lancashire.

Estas situaciones provocaron estallidos sociales y finalmente llevaron, a que los estados incluyeran dentro de los derechos, al trabajador. Las primeras leyes laborales estuvieron destinadas a la protección del descanso de los trabajadores y del trabajo de los niños y mujeres. A lo largo del siglo XX, la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dentro de la Sociedad de Naciones, hizo que el derecho laboral se fue ampliando hasta acabar todos los aspectos de las relaciones laborales que hoy conocemos y que forman parte de los derechos constitucionales de los ciudadanos.

 

4.4. Las clases sociales en España.

La caída de la monarquía absoluta y la inmediata guerra de la Independencia abrieron en España un siglo de transformaciones. Los procesos de cambio se vieron dificultados por los desastres provocados por la guerra a partir de 1808. Probablemente esta devastación puede explicar el limitado alcance de las rebeliones y revoluciones, burguesas o no, que tuvieron lugar durante el s. XIX.

Así, los grandes terratenientes españoles asistieron al cambio de régimen sin perder ni un ápice del control sobre la tierra del que ya tenían, e incluso llegaron a aumentarlas, siendo ahora sus tierras, por ley, individuales, plenas y libres. Pero esa transformación jurídica no les hizo más capitalistas o burgueses.

Si fue de importancia la llegada al gobierno del Estado liberal de dirigentes políticos procedentes de las burguesías mercantiles y de las clases medias. Su llegada al gobierno no fue consecuencia del triunfo de una revolución política sino de su disposición a apoyar un trono liberal, que estaba lejos de ser democrático e impedir la posible vuelta al absolutismo del antiguo régimen. El mayor enemigo de estas clases medias sería la Iglesia, a la cual combatirían.

La burguesía española, consciente de su propia debilidad, pactó con la nobleza para salvar el orden preestablecido. Frente a esta débil burguesía, quienes si tenían bases sólidas de poder eran los grandes terratenientes que poseían fincas de mas de 250 hectáreas y tenían conexiones con la nobleza. Lo decisivo para la consolidación de un poder económico-social de naturaleza oligárquica fue que la posición de la burguesía mercantil estaba estrechamente ligada a los intereses agrarios, de forma que siendo los intereses existentes los mismos de antaño, a la cabeza de la oligarquía permaneció la aristocracia tradicional.

En cuanto a las clases trabajadoras, los datos censales de 1860 y 1900 nos muestran el abrumador peso de la población agraria en la sociedad española, apareciendo millón y medio como "propietarios" y otros dos millones y medio como "jornaleros agrícolas". La clase obrera creció de forma sostenida hasta alcanzar a finales del s. XIX el millón de personas.

En las regiones caracterizadas por la gran propiedad, como Andalucía, se dieron las condiciones propicias para la formación de un proletariado rural, jornaleros sin tierra, mientras que en otras regiones, caracterizadas por la pequeñas propiedad, el campesinado se unirá a la causa carlista.

En cuanto a la clase obrera industrial, hay que reconocer su poca entidad, ya que el tipo de fábrica existente en las regiones españolas tenía un tamaño de producción bastante más pequeño que en las de la época en Inglaterra. La mayoría de las fabricas españolas de la segunda mitad del s. XIX eran más bien talleres en los que un patrono trabajaba con uno o dos oficiales. Entre los patronos y obreros existía una relación directa, no estando regulado el trabajo que en muchas ocasiones era a destajo.

Esto empezará a cambiar desde la instalación de los altos hornos en Bilbao, la dimensión de las unidades productivas comenzará a cambiar y sus efectos se extenderán a otras ciudades. Los cambios afectan de esta manera a la composición de la clase obrera, ya que el menestral sabe que se encuentra en un punto de la jerarquía gremial, mientras que el obrero de fábrica conoce que la habilidad vale de poco, pues es la máquina la que impone las tareas y su forma de ejecución.

Junto a estas categorías de trabajadores es preciso prestar atención a otro sector que crece desde 1850 hasta 1930 y que aparece en los censos como jornaleros y son trabajadores sin cualificación que trabajan en las fábricas o en la construcción. Van a las ciudades porque en los campos es imposible continuar, pero sin encontrar grandes oportunidades en las ciudades. Se instalan generalmente en barrios periféricos, carentes de infraestructura sanitaria, viven entre basura y no tienen empleo fijo.

 

5. Conclusión.

La revolución industrial fue una época de grandes cambios que se trasladan hasta la actualidad de forma mas o menos acentuada. Las revoluciones burguesas provocaron una modificación en la organización de los estados europeos, de forma que los monarcas dejaron de tener el poder que anteriormente poseían para concedérselo de forma mayoritaria a los burgueses, que se elevaron por encima, y con la ayuda, del proletariado.

En la revolución industrial los cambios no fueron del todo positivos ni negativos, y hemos de analizarla tanto desde la perspectiva de la burguesía como desde el proletariado.

Empezando por las clases bajas, la aparición de la producción industrial hizo surgir esta clase social en si, el proletariado, que se encontró en unas difíciles condiciones sociales y laborales, ante su gran número, que los abocaba a salarios míseros, la escasa oferta de vivienda, sus altos precios y su baja salubridad. Los trabajadores, aun así, tuvieron que abandonar el campo para unirse a la mano de obra industrial debido a la escasez de ofertas de empleo en el campo y a los, aun más bajos, salarios.

Pero no todo fue negativo para la clase obrera. Con el paso del tiempo, el estado daba beneficios a las "villas" para mejorar las condiciones de vida. Igualmente empezaron a mejorar la medicina y las condiciones sanitarias, de igual forma que la agricultura industrializada comenzó a dar sus frutos en forma de mayor rendimiento y más diversidad en la alimentación. Así fue como la vida fue cada vez mas larga y la mortalidad cada vez fue menor.

Mientras tanto la burguesía industrial tenía otras perspectivas muy diferentes a las del proletariado. Los burgueses se vieron favorecidos con la introducción de la máquina de la industria porque de esta manera reducirían los costos en trabajadores e incrementando de manera inimaginable hasta ese momento su producción ya que la mayoría paso de ser comerciante, artesano o terrateniente a productor de productos industriales en serie, con un magnifico crecimiento en sus volúmenes de negocio. Además, esta revolución hizo que no importase si el origen de la persona fuese campesino, extranjero o artesano, todos tenían derecho a tener un poco de respeto frente a los demás, incluidos los nobles, y para ello solo bastaba un ingreso anual importante. Esto, obviamente, fue positivo, pero no todo lo fue.

La burguesía también tuvo cosas negativas. Con la aparición de la industria, llegó la competencia. Cuando una fábrica ponía una máquina para abaratar los costos, la competencia debía bajar los precios para poder competir. Lo mismo pasaba con los nuevos inventos. Cuando había una máquina con mejores servicios, más barata, y más rápida en la producción siempre aparecía otra que la superada y era necesario actualizarse para no quedar atrás, con las necesarias reinversiones y estrategias de mercado y de abaratamiento de costes que llegan hasta hoy.

En cualquier caso, debemos destacar que la Revolución Industrial fue una época de inmensas transformaciones que condicionaron de forma vital el devenir de la sociedad hasta nuestros días, marcando las directrices que actualmente predominan en la cultura occidental y, prefijando, la importancia de las relaciones económicas y la variedad de relaciones humanas que se realizan en los entornos productivos y sociales que se engloban en esta forma de sociedad que denominamos capitalismo.

 

6. Bibliografía

Baldó Lacomba, Marc, 1993: La revolución industrial, Madrid, Síntesis.

Cameron, Rondo, 1992: Historia económica universal, Madrid, Alianza.

Dahrendorf, Ralf, 1979: Las luchas sociales y su conflicto en la sociedad industrial, Madrid, Rialp.

Dargart, Yvon, 1987: Los primeros automóviles, Madrid, SM.

Guerrero Latorre, Ana C., Juliá Díaz, Santos y Torres Ballesteros, Sagrario, 1993: Historia económica y social moderna y contemporánea de España, Madrid, UNED.

Hobsbawn, Eric J., 1962: Las revoluciones burguesas, Londres, Guaderrama.

Kerbo, Harold R., 1998: Estratificación social y desigualdad. El conflicto de clases en perspectiva histórica y comparada, Madrid, McGraw-Hill.

Morisenier Roland y Labrousse Ernest, 1963: Historia general de las civilizaciones, Barcelona, Destino.

Segalen, Martine, 2000: Antropología histórica de la familia, Madrid, Taurus. 

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