BREVE PANORAMA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA PRIMERA PARTE

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Índice

INTRODUCCIÓN

Capítulo I

FILOSOFÍA GRIEGA

Capítulo II

LA FILOSOFÍA MEDIEVAL

Capítulo III

LA FILOSOFÍA DEL RENACIMIENTO

Capítulo IV

LA FUNDAMENTACIÓN DE LAS CIENCIAS NATURALES MODERNAS

Capítulo V

EL PERIODO DE LOS GRANDES SISTEMAS FUNDAMENTALES

Capítulo VI

EL PERIODO DEL ILUMINISMO (Siglos XVII y XVIII)

Capítulo VII

LA FILOSOFÍA CRITICA DE IMMANUEL KANT

Capítulo VIII

NACIONALISMO, IDEALISMO Y PESIMISMO EN ALEMANIA

Capítulo IX

LA FILOSOFÍA ANGLOSAJONA

Capítulo X

LA FILOSOFÍA FRANCESA DEL SIGLO XIX

Capítulo XI

LA MODERNA FILOSOFÍA GERMÁNICA

Capítulo XII

LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

 

INTRODUCCIÓN

A. EL HOMBRE, ENTIDAD PSICO-SOMÁTICA

|1. El hombre ante el mundo. En la génesis del conocimiento individual ocurre algo parecido a lo que sucede al niño de pocos meses de nacido: que primero se va dando cuenta del mundo que lo rodea y que más tarde comienza a descubrirse a sí propio como sujeto de los conocimientos o experiencias que va adquiriendo. Otro tanto sucede, al parecer, con el hombre primitivo, que antes que sentirse uno y único en su irreductible personalidad individual, se siente como parte de un todo: su tribu, su ambiente geográfico, sus antepasados y sus creencias colectivas. | 1

Pero ese mundo que rodea al hombre primitivo, y que de ordinario le es adverso, produce en él terror antes que asombro. Surgen entonces fórmulas conjuratorias que, articuladas dentro de sistemas de carácter mágico le permiten evitar los peligros atraerse el favor de los espíritus o deidades que le rodean y evitar la cólera de los elementos que para el son encarnación de entidades adversas a su felicidad Este conjunto de creencias derivadas del hilozoísmo primitivo, es el punto de partida de las diversas religiones. | 2

En todo caso, para el hombre primitivo, el mundo objetivo es la entidad primordial y avasalladora. Sólo cuando consigue superar el medio que le rodea, comienza a encontrarse a sí mismo como sujeto de conocimientos. Ya veremos cómo la filosofía de Occidente se inicia como una filosofía de la naturaleza, y solo en épocas más recientes se llega a la filosofía antropocéntrica, iniciada por Sócrates. | 3

|2. El hombre ante sí mismo. El encuentro con el propio yo es de ordinario un fenómeno deslumbrador y turbador a un mismo tiempo. Y, posiblemente, el momento más importante en la vida infantil. Pero el niño va encontrándose a sí mismo muy paulatinamente: de lo contrario sufriría -muy posiblemente- un traumatismo psíquico irreversible. Ocurre otro tanto con el hombre que, saliendo ya de las etapas primitivas de la simple existencia vegetativa y material, principia a reflexionar. Es decir, a darse cuenta de sus propias emociones y a valorar, así sea rudimentariamente sus propias ideaciones. Es entonces cuando comienza a abrirse una brecha cada vez más honda entre el propio yo y la realidad circundante.

Esto es lo que lleva al hombre, en un largo proceso, a afirmarse ante el mundo. Y ante sus semejantes. Engrandecido así su ego, su progreso intelectual se acelera cada vez más. Adviene entonces, para él, la necesidad de examinar sus propias experiencias cognoscitivas y volitivas, lo que le conduce al descubrimiento de sus propias facultades anímicas. Este es un largo proceso individual e irreductible, en el que la ajena experiencia interviene muy escasamente. Todo lo cual quiere decir que el hombre sólo puede enfrentarse a sí mismo cuando consigue superar las etapas primitivas de la existencia. | 4 De la vida puramente vegetativa, asciende a la sensitiva y de ésta, en un momento crucial, a la intelectiva. En ese preciso instante puede decirse que comienza -individualmente al menos- la preocupación filosófica.

|3. Los caminos del conocimiento. Conocer es "captar" mentalmente un hecho, una realidad concreta o un concepto. Los primeros conocimientos humanos son de orden concreto, porque a la abstracción y a la generalización solamente se llega después de un largo proceso evolutivo de la inteligencia. Ventanas abiertas sobre el mundo son nuestros sentidos, que nos proporcionan imágenes subjetivas del mismo. Estas imágenes son un principio de conocimiento, apenas, porque el simple conocimiento sensorial es insuficiente si no lo ilumina una inteligencia crítica, que es la que permite al hombre la introspección, o examen de su propia fenomenología. Desde la vida sensorial, y por la vía de reacciones instintivas, no tarda en llegarse a la vida emocional. Más tarde, el hombre ascenderá a la vida intelectual propiamente dicha.

Disciplinas filosóficas especiales, como la lógica y la epistemología, se consagran al estudio de los modos del conocimiento. Pero a este respecto, tiene la última palabra la psicología, ciencia que ha evolucionado y progresado enormemente en los últimos cien años. En todo caso, puede afirmarse que existen muchos modos de conocimiento, muchos caminos al respecto: la experiencia interna, la experiencia externa, el raciocinio inductivo y el deductivo, las síntesis conceptuales y -en un estadio más eminente todavía- la intuición científica y la intuición creadora. | 5

B. CONCEPTO Y ESENCIA DE LA FILOSOFÍA

|1. Ciencia y filosofía. Algún filósofo afirmó que la ciencia es el saber o conocimiento parcialmente unificado y que la filosofía es el saber totalmente unificado. Objeto propio de las ciencias es la formulación de leyes o normas de constancia o de regularidad fenoménica. Hay ciencias llamadas "exactas", como la matemática, y otras que no lo son ni pueden serlo, como la historia o la gramática. El conjunto de explicaciones que sirven para la comprensión racional de un fenómeno o de una serie de fenómenos, constituirá una ciencia. Cada ciencia relaciona, dentro de su propio campo, una problemática a cuya solución aporta toda una serie de fórmulas y procedimientos especiales.

Sin embargo, toda ciencia es una disciplina especializada. La filosofía, en cambio, es una disciplina mental generalizadora, dentro de la cual caben innumerables cuestiones relativas al ente, a lo esencial y lo accidental, al conocimiento mismo y a su validez, a la axiología, etc. etc. Pero esto no es lo importante. Lo que ocurre es que la filosofía es una ciencia totalitaria o totalizadora. Pero en la cual es el hombre mismo quien especula con su propia inteligencia. Por esto no hay ni puede haber filosofías absolutas ni definitivas. Además, hay muchas filosofías que son o quieren ser "métodos" para el conocimiento racional. Y otras que buscan "lo absoluto", es decir, ese mundo de valores en que cabe formular hipótesis, más o menos abstractas, de índole universal. | 6

|2. Las metas del pensamiento filosófico. Son y han sido múltiples, precisamente porque no existe una filosofía, sino muchas filosofías. La enumeración de estas metas resultaría tarea interminable y fuera de lugar en este exordio. Tales metas y finalidades sólo se pueden conocer y comprender a medida que se avance en el estudio de la historia de la filosofía. Un ejemplo, sin embargo, aclarará este punto: para los eleatas, la meta de la filosofía consistió en encontrar el principio esencial y primordial del mundo material; para Sócrates, en conocernos a nosotros mismos.

|3. La filosofía y las filosofías. La actitud investigativa y generalizadora de la mente humana, frente a los problemas del ser y del existir, del espacio y del tiempo, de la apariencia y de la realidad, etc., es la esencia de la Filosofía. Se es filósofo cuando se raciocina generalizando o tratando de llegar, mediante una serie articulada de raciocinios, a una generalización legítima. Que si bien puede no ser más que una hipótesis provisional, eleva a quien la formula, desde el terreno de lo particular al reino de lo general. La Filosofía (así, con mayúscula) es, en este sentido, una actitud y una aptitud de la mente humana. Las filosofías, en cambio, son los distintos sistemas formulados por los filósofos. En este sentido se habla de la filosofía platónica, de la filosofía idealista, de la filosofía evolutiva, etc. O, más sencillamente, del tomismo, del kantismo o del marxismo. | 7
 

Capítulo I

FILOSOFÍA GRIEGA

 

A. LA FILOSOFÍA CLÁSICA GRIEGA

1. Los sofistas

Las guerras médicas produjeron grandes cambios políticos en el mundo helénico, tal como escribe Julián Marías: "Este hecho alteró la vida: en la guerra se opusieron dos mundos distintos, el griego y el persa; (...) se incorporaron a la del Estado, las clases inferiores; la democracia ateniense se extendió a las otras ciudades y los hombres se convierten en ciudadanos. Importa sobremanera la vida pública, la política y por tanto el hombre y, en fin, la retórica, mediante la cual se manejan los hombres y se influye en la política". | 18

Es entonces cuando surge el concepto de la pedagogía ( |paideia), que menos que una ciencia es un arte que permite alcanzar la felicidad personal. Este tema, el de la felicidad personal, no tarda en reemplazar al de la naturaleza o esencia de lo material. En este momento histórico, surgen los |sofistas y, con ellos, la |retórica. | 19

|a. Protáqoras de Abdera afirmó que "el hombre es la medida de todas las cosas". Ya no se trata aquí del ente, sino de las cosas, tales como aparecen en la sensación. Es decir, que no son nuómenos sino fenómenos, para emplear la terminología Kantiana. Protágoras afirmó que la verdad es una relación y que en tal relación el hombre hace de medida. Esto es puro relativismo filosófico, posición que obviamente conduce al escepticismo. Y este fue el paso que dio Gorgías.

|b. Gorgias, autor de una obra titulada |Sobre el no ser o sobre la filosofía, afirmó que nada es; que si algo llegara a ser, resultaría incognoscible y que si fuera cognoscible sería incomunicable. En otras palabras: que el ente no existe, pero que si existiera sería algo que la mente humana no podría abarcar. Esta |filosofía negativista no es otra cosa que el |escepticismo absoluto.

En cierta manera, sin embargo, la sofística fue una especie de inversión de la filosofía: ésta se había preocupado del ente, y la sofística se preocupa de la opinión. Si todo es apenas relativo y si, además, ninguna esencia es cognoscible, que es lo que importa? Convencer a los demás hombres acerca de aquello en que estemos interesados. Si solamente existen opiniones, cualquiera es buena, con tal de que -profesada por los demás- favorezca nuestros propósitos. La posición de los sofistas coincide con la transformación de los antiguos sistemas aristocráticos de gobierno en sistemas democráticos en los que resulta muy importante conquistar la adhesión de la mayoría de los ciudadanos.

 

2. Sócrates y la filosofía antropocéntrica

a. La posición ética de Sócrates

La importancia de Sócrates, nacido en Atenas en el año 470 y fallecido en la misma ciudad en el 399 antes de Cristo, dimana de que hizo de la preocupación filosófica un instrumento para el propio conocimiento. Oponiéndose a los sofistas, Sócrates parte de una posición ética ante la vida. El hombre puede aproximarse al ente, es decir, puede conocer la verdad. Y debe conocerla mediante un esfuerzo ético, que al mismo tiempo que presupone la actividad intelectual incluye a las potencias volitivas. Nuestros actos deben dimanar de un concepto racional, de una diferenciación entre lo justo y lo injusto, entre lo bueno y lo malo, entre lo verdadero y lo falso. Esta fue, en realidad, la gran contribución de Sócrates a la filosofía: la subordinación del conocimiento a la conducta o, mejor dicho, el que la conducta del hombre -ser racional- debe corresponder a su naturaleza espiritual. | 20

Sócrates experimenta, pues, una preocupación fundamental por el hombre, sujeto consciente de sus propios actos. Y cree que el individuo de la especie humana posee una disposición o capacidad radical, distinta para cada uno, que es "su virtud", fuerza o disposición que se puede perfeccionar.

b. La introspección

Sin embargo, el problema consiste en descubrir esa fuerza o virtud individual. Para ello, aconseja Sócrates la instrospección: -"Conócete a ti mismo". Vale decir que el hombre es capaz de descubrir por sí mismo la verdad, porque forma parte de una verdad total. Esta consideración le lleva a una primera conclusión: que el hombre debe adoptar una actitud ética ante la vida. Pero en la búsqueda de la verdad orientadora de la vida, el hombre tiene que ser ayudado. Y es aquí donde surge el pedagogo: Sócrates fue el primero de los grandes pedagogos del mundo occidental.

c. La mayéutica

Para ayudar al hombre a encontrar en sí mismo la verdad, Sócrates inventó un procedimiento didáctico indirecto: la |mayéutica o "arte de hacer dar a luz los espíritus". Este procedimiento se apoya en el principio de que la ciencia o "sabiduría" no se comunica, sino que cada cual puede descubrirla en sí mismo a condición de que sepa buscarla metódicamente. En lo que puede ser ayudado mediante preguntas hábilmente formuladas y graduadas. En realidad el método del diálogo socrático se basa en definiciones y clasificaciones de conceptos. O se examinan todas las especies posibles para incluirlas en un género único, o se divide el género en todas sus especies. | 21

Sin embargo, para Sócrates los géneros y las especies no son simples nociones, sino definiciones o proposiciones. El paso de una proposición a otra opera a virtud de un razonamiento deductivo o inductivo, pero fundado siempre en dos tipos complementarios de relaciones abstractas: la inclusión y la exclusión. Para Sócrates, la definición consiste en delimitar el qué es cada cosa o el qué de cada cosa, así se trate de un concepto abstracto o de una cosa concreta, de tal modo que no se confunda con otra. Definir correctamente equivale a encontrar la esencia de cada cosa.

 

3. Platón y el Idealismo

a. El ser de las ideas

La importancia de Platón (427-347 a. C.) se deriva no solamente de la importancia de su ideología, sino del hecho de que sus obras son las primeras que se conservan completas dentro del ciclo de la filosofía griega. Además, en esas obras, Platón consignó las doctrinas de su maestro Sócrates, desarrollándolas muy posiblemente por su propia cuenta Platón vivió en una época de crisis política y moral, en la que reinaba el escepticismo y claudicaban los valores morales. Cuando no hay |valores, sino simples |opiniones, el verdadero filósofo tiene que buscar un camino para encontrar la verdad. Y este camino, para Platón, fue la |episteme, ciencia de lo que son las cosas en sí mismas. Como para su maestro, para Platón conocer una cosa es delimitarla, definirla, lo que nos permite llegar a su |esencia. | 22

La palabra idea ( |eidos) significa "aspecto". Pero Platón afirma que si veo un objeto de color blanco es porque ya poseo la idea de lo blanco. La |idea de las cosas es lo que permite percibirlas. Pero tales ideas son entidades inmutables y eternas, son algo comparable al ente de Parménides. La idea es el |ontos on, lo que verdaderamente es. Y es aquí donde comienza Platón a distinguir entre el mundo de las cosas sensibles (apariencias) y el de las ideas, entidades existentes en sí mismas. Así comienza la fundamentación de su doctrina |idealista.

Estos planteamientos llevaron al gran pensador a estudiar el problema crítico y esencial de la filosofía: |el del conocimiento. Si conocemos las cosas gracias a las ideas, cómo puedo poseer éstas? A través de un mito, explica entonces que en una existencia anterior, las ideas o arquetipos de las cosas fueron contempladas por nosotros. Conocer, por consiguiente, no es percibir lo que esté fuera de nosotros, sino recordar lo que esté dentro de nosotros. Las cosas son una especie de estímulo que nos permite ascender al reino de tas ideas eternas.

b. El amor platónico

El amor consiste en buscar aquello que no se tiene. Es un movimiento de atracción. El amante busca lo que le falta y es así como persigue la belleza. Aquí se revela Platón como un estético, valga un calificativo propio de la filosofía moderna.

El carácter idealista de la filosofía platónica se acusa especialmente en su concepto del amor. La belleza es algo más fácilmente perceptible que la verdad y que nos puede conducir a ésta. Es así, por consiguiente, como el amor nos lleva al mundo de las ideas: -"No se entra en la filosofía sino por |eros".

Hay que recordar, sin embargo, que el amor platónico no equivale al amor que prescinde de las apetencias genésicas. Todo lo contrario. Amor es integración total en el plano de las relaciones inter-sexuales.

c. La entidad humana

Para Platón, el hombre es un ser decaído de otra existencia más alta que la actual. Pero en esa pasada existencia, pudo contemplar las ideas, "alimento de los dioses". Siendo las ideas verdaderas por esencia, debe existir una cierta propensión del hombre hacia la verdad. Es decir, una adecuación entre la mente humana y la esencia de la cosas. De donde esa mente participa en cierto modo de las cualidades de las ideas, entre otras de su perennidad. Dicho de otra manera: Platón es partidario de las tesis de la inmortalidad del alma humana. | 23

d. La estructura de la realidad

La situación del hombre en relación con la filosofía y, a la vez, la estructura de la realidad, se encuentran simbólicamente expuestas en el célebre mito de la caverna (Libro VII de La República ). Lo que simboliza este conocidísimo "mito" es lo siguiente: la caverna es el mundo sensible, con sus sombras que son las cosas (meras apariencias); el mundo exterior, que los prisioneros no pueden ver porque se encuentran de espaldas a él, es el mundo verdadero, que es el de las ideas.

De donde la realidad no es lo que vemos, sino lo que recordamos. Desde luego, el contenido de nuestros verdaderos recuerdos es la imagen de las ideas prototípicas contempladas en una existencia anterior. El idealismo platónico, como resulta fácil de comprender, inspira fundamentalmente el pensamiento cristiano primitivo (la patrística), y renace modernamente en los sistemas de filósofos ilustres.

e. Los dos mundos platónicos

Son, en concepto de Platón, el mundo sensible de las cosas (apariencias) y el inteligible de las ideas (realidades trascendentes). Por la percepción sensible conocemos las primeras; por la percepción inteligible, ascendemos a las segundas. Pero existe un demiurgo, agente de la idea del bien, que es el artífice del mundo sensible. Este forma parte de un "alma universal", de la que el hombre forma parte. En el alma humana, finalmente se distinguen tres zonas: la concupiscible, relacionada con las necesidades biológicas; la irascible, que dice orden a impulsos y afectos, y la racional, que es la que permite al hombre ascender al conocimiento de la realidad.

f. La ética platónica

Partiendo de tal base, afirma Platón que cada zona del alma humana posee una virtud que le es propia: la templanza, la fortaleza y la prudencia. La primera nos permite regular nuestros apetitos; la segunda dar sentido constructivo a nuestros impulsos afectivos, y la tercera, proceder metódica y ordenadamente por el camino del conocimiento. Del armónico concurso de estas tres virtudes surge una virtud más alta, la justicia, entendida como un obrar conforme a la razón y en función de la idea del bien. | 24

 

4. Aristóteles y la Filosofía Sistemática

Aristóteles, discípulo de Platón, nació en el año 384 y falleció en el 322 antes de Cristo. Fue un erudito universal y sistematizó todos los conocimientos de la época en una serie de tratados y de obras que pueden clasificarse en tres grupos: a) las que versan sobre la Lógica, o instrumento para el conocimiento de las ciencias; b) las relativas a ciencias teoréticas, como la Física, y los catorce libros de la Filosofía primera, y c) las que se refieren a ciencias prácticas, como la Ética y la política Aristóteles se ocupó también de la Retórica y de la Poética.

a. La ideología aristotélica

Existe una jerarquía de modos de conocimiento: a) la sensación, que el hombre comparte con los animales; b) la experiencia, que procede ante todo por acumulación memorística y observación directa; c) la técnica, que consiste en saber hacer ciertas cosas; d) la ciencia o sabiduría, que nos permite remontarnos a la esencia de las cosas. Pero la ciencia suprema es la que nos permite conocer las cosas en lo que son, mediante sus causas y principios, es decir, la Filosofía primera o Metafísica.

b. Los modos del ser, o "categorías"

Referida a las cosas, la palabra "ser" tiene varios sentidos. Lo que predicamos de las cosas, en alguna manera se refiere a su esencia o a sus características diferenciales. Aristóteles distingue cuatro modos de "ser": a) ser por esencia o ser por accidente; b) ser por razón de la categoría a que pertenece; c) ser verdadero o falso, y d) ser en potencia o en acto.

Cuando de un sujeto decimos que "es" tal cosa, si el predicado pertenece a la esencia del sujeto estaremos refiriéndonos al "ser por esencia". Así cuando decimos que el hombre es animal racional. De lo contrario, estaremos refiriéndonos al "ser por accidente", o sea a una cualidad accidental, como cuando afirmamos que Pedro es valiente o es cobarde.

Después de formular la anterior distinción, que es válida, el criterio sistemático de Aristóteles desciende hasta la formulación de diez tipos de predicados que podemos atribuir al sujeto: |sustancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión. Ejemplos, en su orden: hombre, un millar, blanco, hijo, en Atenas, ayer, sentado, vestido o desnudo, enseña, aprende. Algunos de estos predicados o "categorías" aluden a la esencia del ser, y otros no, sino pura y simplemente a su apariencia.

c. Materia y forma

La sustancia es el soporte de los accidentes, según Aristóteles. Hay |sustancias primeras (separadas, independientes) y |sustancias segundas, solo separables mentalmente. Partiendo de esta distinción, el filósofo elabora su teoría de |materia y forma.

La sustancia se compone de dos elementos distintos pero inseparables: la materia, que es aquello de que algo está hecho, y la forma, aquello que hace que algo sea lo que es. La forma no es apariencia o estructura geométrica, sino elemento que determina la materia y le confiere "su ser propio". Consecuencia analógica será que la materia, equivalente a lo indeterminado, se corresponde con la potencia y la forma, como lo determinado, se corresponde con el acto. | 25

d. Teoría de las causas

Cuando preguntamos el por qué de algo, inquirimos por su causa, por su razón de ser. Aristóteles distingue cuatro especies o tipos de causas: material, formal, eficiente y final. Causa material es aquello de que está hecha una cosa; causa formal, lo que hace que un ser sea lo que es y no otra cosa; causa eficiente, el principio o fuerza que hace que algo pase de la potencia o posibilidad al acto o realidad; causa final, el fin de un ser, el "para qué" existe o está hecho.

La teoría de las causas, así entendida, ha sido objeto de muchos reparos. Y no constituye, propiamente, uno de los grandes aportes de Aristóteles a la filosofía occidental.

e. La lógica aristotélica

Es la disciplina que se ocupa de estudiar el logos; lo que las cosas son. Pero la lógica aristotélica es simple ontología. Así, los principios "lógicos", como los de identidad y contradicción, son más propiamente ontológicos, porque se refieren "al comportamiento" de los entes en sus mutuas relaciones. (Si A es igual a C y C igual. a B, B será igual a A - No puedo pensar que A es B y no es B al mismo tiempo, etc.)

El primer móvil intelectual de Aristóteles, en el terreno de la lógica, es buscar el camino que nos puede llevar al conocimiento de lo que es verdadero y de lo que es falso. Pero desciende luego a clasificaciones puramente verbalistas, que no constituyen propiamente un método para el conocimiento de la verdad. Sin embargo, fueron estas distinciones y clasificaciones aquella parte de su doctrina que más influyó en la mayoría del, pensamiento escolástico medioeval.

f. La ética y la caracteriología

En este terreno, el, pensamiento aristotélico tiene mayor importancia. La conclusión práctica de su sistema ético es la de que la virtud consiste en el término medio entre dos tendencias contrapuestas. Sin embargo, esta afirmación puede llevarnos a una posición totalmente negativa, así como la semisuma de dos cantidades iguales pero de signo algebraico contrario equivale al cero.

La caracteriología de las virtudes, su caracterización, ocupa gran parte de la ética aristotélica. Hay virtudes |dianoéticas (propias del pensar) y propiamente éticas (del carácter). Estas últimas, examinadas en la |Ética a |Nicómaco, son las siguientes: valor, moderación, nobleza, independencia, justa estimación de sí mismo, dulzura, veracidad, alegría, amistad y justicia. Cada una de ellas es el termino medio entre dos extremos que deben ser evitados. Así el valor, respecto de la temeridad y la cobardía. Cabría preguntar, empero, si la amistad o la justicia son virtudes o, ante todo, situaciones o actitudes. Así, por ejemplo, la amistad -hecho humano- es algo que pertenece al mundo afectivo y que no se relaciona directamente con las virtudes o defectos de los seres humanos que se ligan en amistad.

g. Ideas políticas de Aristóteles

La Política de Aristóteles, posiblemente, contiene lo más permanente y valioso de su pensamiento. El hombre es un animal político ( |zoon politikon) por naturaleza. Y la ciudad (el "Estado-Ciudad") es una realidad natural. Sociedad y Estado se identifican, precisamente, por ser el hombre un ente sociable. De otra parte, el ideal político del Estado-Ciudad será la |autarquía, el que pueda bastarse a sí mismo.

El bien vivir o bienestar común es el fin que persiguen naturalmente todos los hombres. Cuando se aspira a esta finalidad bajo la dirección de un solo hombre surge la polis organizada como una monarquía; si tal fin se persigue mediante el gobierno de varios ciudadanos, aparece el sistema aristocrático, y si todos los asociados participan en su propio gobierno, nos encontraremos frente a la democracia.

Ahora bien: si predomina el interés personal sobre el bien común, la monarquía degenera en tiranía; la aristocracia en oligarquía, y la democracia en demagogia. Todo lo cual posee actualidad permanente y constituye un aporte definitivo de la ética a la política. | 26

 

B. LAS ESCUELAS POST-ARISTOTÉLICAS

1. Cínicos y cirenaicos

a. Antístenes y Diógenes de Sinope

Con posterioridad a Aristóteles, la filosofía se aparta de la tendencia metafísica y retorna a la especulación moral: se trata, por consiguiente, de un retorno a la posición socrática, pero modificada radicalmente por factores socio-políticos y psicológicos.

|Antístenes, discípulo de Sócrates, fue el fundador de la escuela de los cínicos, que fue continuada por Diógenes de Sinope (siglo IV antes de Cristo). Para estos filósofos, la felicidad humana consiste en no necesitar nada: quien suprime necesidades, que las más de las veces no son tales sino urgencias momentáneas o caprichos, evita la intranquilidad y conquista la beatitud del ánimo. El cínico vive "en compañía de sí mismo" y renuncia a lo que los demás consideran como bienes o dones de la vida. | 27

b. Aristipo de Cirene

Este filósofo perteneció al círculo socrático. Afirma que los hombres buscan instintivamente el placer, pero que los placeres son fugaces, alteran la serenidad del hombre y con frecuencia se transmutan en estados moralmente dolorosos. Renunciando a la búsqueda de los placeres, o sea dominándose a sí mismo, es como puede el hombre conquistar la serenidad, la independencia y la imperturbabilidad del ánimo: Estos estados anímicos son los verdaderos placeres de la existencia. | 28

Cínicos y cirenaicos asumen, pues, una posición análoga y sólo se diferencian por el método que prescriben para alcanzar la felicidad y por el énfasis que Aristipo pone en lo propiamente psicológico, en tanto que los cínicos aluden más bien a la renuncia de los bienes económicos.

 

2. Los estoicos

a. Zenón de Citiuni

El estoicismo fue iniciado por este pensador chiprióta, de origen fenicio, hacia él año 300 antes de Cristo. Zenón fundó en Atenas una escuela en el |Stoa Poikile, especie de museo decorado con frescos de Polignoto. En la evolución de esta escuela se distinguen tres etapas: a) El estoicismo antiguo, en que sobresalen Zenón y, Crisipó; b) El estoicismo medio -Siglo II a. de C.-, en que sobresale Posidonio, y c) El estoicismo nuevo -Siglo I a. C. hasta el II de la era cristiana- que se desarrolla en Roma y en una de sus provincias: España. | 29

En general, no hubo un estoicismo, sino tantos como etapas e inclusive como filósofos se inscribieron dentro de esta posición intelectual, que evoluciona notablemente desde sus orígenes, hasta alcanzar un punto en que predomina la preocupación ética tal como entre los cínicos y los cirenaicos. Por lo demás, los estoicos tomaron muchas doctrinas de diversa procedencia, intentando en ocasiones formular algo así como un sincretismo más o menos afortunado. De aquí que sea mejor estudiar el conjunto de las doctrinas estoicas al terminar la enumeración de sus principales representantes.

b. Posidonio y el estoicismo medio

Continuador de Zenón fue |Cleanto y discípulo de éste lo fue |Crisipo, autor de centenares de tratados filosóficos. Adviene mas tarde |Panecio de Rodas, que hacia fines del Siglo II a. de C. era ya el director de la escuela ateniense fundada por Zenón. Panecio, desde luego, estuvo en contacto con la vida romana.

Discípulo de Panecio fue |Posidonio de Apamea (Siria), contemporáneo de Cicerón y de Pompeyo, quien realizó largos viajes, fundó en Rodas una escuela estoica y por último se estableció en Roma, donde falleció. Dejó una obra caudalosa, en que se aproxima al neoplatonismo y parece que acaricié el propósito de fundir todas las filosofías en una sola. De sus enseñanzas surgió el estoicismo nuevo, que corresponde ya a la historia del pensamiento romano.

c. El estoicismo nuevo

Máximas figuras de esta tercera época fueron Séneca, nacido en Córdoba (España); Epicteto, esclavo liberto, y el emperador Marco Aurelio (121-180 d. de C.). Séneca ejerció enorme influencia a través de toda la Edad Media, hasta el umbral de los tiempos modernos. Epicteto y Marco Aurelio, menos universales, formularon -ante todo- una especie de filosofía de la resignación, muy acorde con la época en que vivieron, agitada y decadente.

|Séneca. Sus obras mas importantes se titulan Sobre la brevedad de la vida, Sobre la ira, Sobre la vida feliz, y Cuestiones naturales. En esta última, que es una especie de enciclopedia, se afirma que en el universo reina una jerarquía de valores. Al conocimiento del alma, se añade el de la naturaleza, porque así como los hombres están subordinados a los dioses, la filosofía moral (o ética) esta subordinada a la naturaleza. Hay, por lo demás una "filosofía de los dioses" y una "filosofía de los hombres" vale decir un orden intelectual divino y otro humano. | 30

|Epicteto. Libertado por Nerón, fue expulsado más tarde de Roma por Domiciano y se estableció en Nicopolis (Apiro). Enseñó que el placer es el bien supremo pero que el verdadero placer consiste en el triunfo de la razón y de la voluntad sobre las pasiones. Sus principales tratados se titulan Disertaciones y Enquiridion, este último compilado por Flavio Arriano, su discípulo. En esta obra, explica Epicteto qué entiende por "placer": ante todo, el goce de la libertad.

|Marco Aurelio. Sus doctrinas se aproximan ya al misticismo cristiano. Distingue más claramente que sus antecesores entre cuerpo y espíritu, pero predica una filosofía práctica no de la contemplación, sino de la acción. Lo que se explica por su posición política: es sabido que este emperador combatió con éxito a los invasores bárbaros. -"En las reflexiones que Marco Aurelio se dirige a sí mismo, escribe Félix Ravaisson, el pensamiento de la unidad del mundo y de la obligación que de ello resulta para todos los hombres de no existir más que los unos para los otros desempeña un papel decisivo".

d. El estoicismo, en su conjunto ideológico

Los estoicos dividen la filosofía en tres disciplinas: lógica, física y ética, que consideran inseparables. El conocimiento consiste en una aprehensión de la cosa por la mente: a través de los sentidos, el objéto "deja su huella" en el espíritu. Cuando esta impronta es clara, provoca el asentimiento de la mente. La representación que lleva al asentimiento o "fantasía cataléptica" es el complejo resultado de muchas percepciones. Se trata, por consiguiente de una doctrina sensualista del conocimiento, opuesta radicalmente a la platónica.

Pero si a través de los sentidos aprehendemos y formamos ideas, a través de ellos también conocemos las cosas naturales. La física estóica, en cierto sentido, es "materialista", pero admite un principio pasivo -la materia- y otro activo -la razón- y a esta última atribuyen un carácter divino, bien que se trate de una fuerza o energía actualizadora y ordenadora, distinta de la divinidad misma.

Dios y el mundo, en algunas obras estóicas, se identifican. Pero todo acontecer esté sometido a una ley inexorable, el |hado o |fatum. Este determinismo universal, sin embargo, se manifiesta en forma ordenada y bella. Es algo así como una |providencia universal, que demuestra el carácter divino del mundo. Algo del futuro panteísmo de Spinosa se anticipa en las doctrinas estóicas.

 

3. Los epicúreos

Fundador de esta escuela fue Epicuro de Samos, nacido a mediados del Siglo IV antes de Cristo. En el epicureísmo, la teoría del conocimiento no es cosa distinta que una introducción a la física, y ésta lo es de la ética, meta de los esfuerzos mentales de dicho filósofo.

Por |canónicas entendían los griegos el conjunto de preceptos para el empleo de los tres medios de conocimiento: |sensación (percepción sensible), |anticipación (representación a priori o hipótesis) y |pasión (inclinación hacia el objeto de conocimiento). Pero para Epicuro no existe más que un medio de conocimiento y un criterio de verdad: la percepción sensible.

En lo relativo a la física, el sistema de Epicuro es racionalista, porque tiende a eliminar del concepto del universo todo elemento sobren que el hombre pueda vivir tranquilo y feliz, no debe temer a los dioses. Por lo demás, todas las cosas son agregados de átomos, que actúan mecánicamente. Se niega así la existencia de un principio animador.

De aquí que la física epicúrea sea la base fundamental de la ética: aquello que conviene a nuestra naturaleza es lo que produce placer, y, viceversa. Pero los epicúreos prefieren los placeres espirituales a los sensuales precisamente porque estos o disminuyen la vitalidad del hombre o deprimen su ánimo. De donde el ideal de la vida perfecta es el reposo inalterable del ánimo (ataraxia). | 31

 

4. Los escépticos

Los primeros escépticos fueron los sofistas. Pero el verdadero iniciador del escepticismo filosófico fue |Pirrón de Elis (Siglo II antes de Cristo). Concepto central de este Sistema es la "suspensión" o "retención" del juicio, a fin de buscar, de investigar. De donde el escepticismo de Pirrón no es negativista, como el de los sofistas, sino que se anticipa a la duda metódica de Descartes.

Sucesores de: Pirrón fueron los filósofos de la "Academia media" y de la "Academia nueva", a dolos cuales entronca el escepticismo con el platonismo. Más tarde, surge una nueva escuela escéptica, de la que fueron máximos representantes |Enesidemo (Siglo I de nuestra era) y |Sexto Empírico de Alejandría (Siglo II después de Cristo).

Enesidemo renovó el pirronismo y concibió los diez |tropos o tipos de fundamentación de a duda. Estos tropos tratan de demostrar la relatividad esencial de todos nuestros conocimientos, que estén condicionado por las distintas y muy personales aptitudes de apreciación de cada sujeto pensante.

Frente a las corrientes dogmáticas del pensamiento antiguo insurge, finalmente, el pensador Sexto Empírico, médico de profesión y autor de los cinco libros |Contra los dogmáticos. En disquisiciones muy penetrantes, Sexto sostiene que es imposible obtener pruebas absolutamente concluyentes, que el principio de causalidad es solamente relativo y que no existe prueba dogmática sobre la existencia de Dios. | 32

 

5. Los eclécticos

La palabra eclecticismo se deriva de un verbo griego que significa elegir, escoger. El eclecticismo filosófico consistirá, de consiguiente, en combinar o tratar de armonizar opiniones y tesis derivadas de distintos sistemas filosóficos. Tal procedimiento se deriva de la consideración de que los sistemas son defectuosos o incompletos, y que muchas veces son verdaderos por lo que afirman y falsos por lo que niegan. Como las religiones.

La cultura filosófica romana -como entre otros historiadores lo advierte Julián Marías- fue esencialmente ecléctica. Y de esta posición fue representante Cicerón, el grande orador y escritor romano (106-43 antes de Cristo). De otra parte, el judío Filón de Alejandría (Siglo I después de Cristo) se esforzó por conciliar la Biblia con la filosofía griega, valiéndose para ello -principalmente- de las ideas platónicas. | 33

 

6. El neoplatonismo

Es el último de los sistemas metafísicos de la filosofía antigua. Su iniciador fue |Plotino, pensador nacido en Egipto en el año 204 después de Cristo. Sus escritos fueron recogidos por uno de sus discípulos, |Porfirio, en seis grupos de nueve libros cada uno, lo que explica el título de tal compilación ( |Enéadas).

El neoplatonismo deriva de la filosofía hacia la mística. Es esencialmente panteista e idealista y explica todo lo existente como emanación |del Uno o |lo Uno, entidad suprema que se identifica con tres nociones básicas: el ser (existencia), el bien (lo bueno y lo justo) y la divinidad. Esta es el ser por esencia, inmanente en cuanto substancialmente idéntico al mundo -es decir, no trascendente-, pero que constituye la totalidad esencial del mundo. | 34

Existen, sin embargo, muchos estados o grados de perfección en el mundo. El alma del hombre, caída en la materia inferior, puede no obstante liberarse de ésta y unirse -vale decir, identificarse- con el Uno: en esto consiste el éxtasis, o "salida de la materia que la rodea". El neoplatonismo tuvo vigencia hasta el siglo VI después de Cristo e informó el pensamiento de los Padres de la Iglesia Cristiana.

 

C. APÉNDICE

RAÍCES HELÉNICAS DEL PENSAMIENTO MODERNO

1.  Las anticipaciones de los presocráticos

Escribe Alfred Weber en su Historia de la Cultura que para Grecia el mito se convirtió en una forma de interpretación general del mundo emparentada con la concepción mágica, a la que transforma y concluye desplazando. Muy próximo al mundo germinal del mito se ubica el pensamiento de los presocráticos, los pitagóricos y los eléatas.

a. Tales de Mileto

Para Tales, como es sabido, "el mundo está lleno de dioses". Esta metáfora, con la cual el pensador de Mileto sugirió la esencia energética de la naturaleza, entrañaba un concepto hilozoísta o hilopsiquista de la materia. La posterior evolución de la filosofía de contenido o tendencia cosmológica aporta el concepto cuantitativo de la materia, debido a Demócrito. Resultante de la ecuación |hilozoísmo-atomismo es en cierta manera la moderna fisio-química y su postulado final: -La materia es una, como una es la energía.

b. Anaximandro

Coincidiendo con los recientes descubrimientos de la biología y de la oceanografía, sostuvo Anaximandro la primacía cronológica del mundo marino, de un ambiente "húmedo" propicio a la vida orgánica, al que hubo de seguir el ciclo terrestre, coronado por el largo proceso de la evolución de la especie humana. Una variación correlativa a cada uno de los ciclos evolutivos es atribuida por Anaximandro a cada manera especifica de vida.

El |apeiron, substancia ilimitada e indeterminada que Anaximandro de Mileto ubicó en el principio del mundo, representa un avance conceptual de largo alcance para la filosofía de la naturaleza, toda vez que constituye la premisa indispensable de todo sistema evolucionista. Para abarcar la singular importancia del apeiron concebido por Anaximandro, recuérdese que el concepto de "infinitud en camino de inagotable autodefinición" en ese apeiron contenido, fluye a través de Heráclito y de Empédocles para resurgir muchos siglos más tarde en la obra de Leibniz, informar la filosofía de la historia en los planteamientos de Lessing y de Herder, estructurar el pensamiento trascendental de Hegel y, en el orden biológico, culminar con Darwin.

 

2. La corriente pitagórica

A la escuela pitagórica, entre otras cosas, se debe la fundamentación filosófica del pensamiento matemático, no menos que  la búsqueda de una metodología matemática para el discurrir filosófico, tendencia esta última que adquiere en nuestros días trascendental importancia. La determinación del cuadrado de los números, la formulación matemática de las relaciones musicales, el descubrimiento o intuición de la rotación de la tierra en tomó a su eje y la búsqueda de una armonía total del cosmos -la misteriosa "armonía de las esferas"- fueron adquisiciones y anticipaciones debidas a Pitágoras de Samos y a sus continuadores, precursores de muchos aspectos del pensamiento contemporáneo.

Los astrónomos pitagóricos hicieron posible la teoría copernicana, de la que fue primer expositor Aristarco de Samos. Por fin, es más que probable que fuesen los discípulos de Pitágoras quienes acuñaran la palabra cosmos para indicar la totalidad de las "oposiciones" de que consiste el mundo.

Para los pitagóricos, el principio de todo lo existente es el número y, por lo tanto, ya no un algo material sensible, sino un concepto o imagen inteligible. El hombre comienza a imprimir al universo sus propios valores intelectuales y a interpretarlo a través de ellos.

 

3. Heráclito y los eléatas

Ser y devenir. Lo estático y lo dinámico. Lo inmutable y lo cambiante. Estas posiciones fundamentales escinden en dos campos el panorama de la filosofía griega a partir de Heráclito, "el oscuro", para quien todo fluye en perpetuo cambió: -"No puedes entrar dos veces en el mismo rio' . Para los representantes de la filosofía eléata -Parménides, Zenón y Melisos- el sér, uno e inmutable, totaliza y comprende toda realidad.

Como bien lo anota Vorlander, en el devenir de Heráclito está implicado el germen de la duda sofística de todo cuanto existe y, lo que es más importante aún, subyacen todas las directrices del pensamiento histórico-evolutivo, en tanto que los eléatas buscaron en su sér único "el polo inmóvil del fenómeno", siendo así los descubridores del concepto de ley.

A continuación de su antecedente helénico, inscribamos su moderno consecuente filosófico, en tres casos ejemplares:

|Parménides: -"Porque lo mismo es pensar y ser". |Berkeley:- "Esse est percipi".

|Zenón de Elea: Aporías. Infinita divisibilidad del espacio. Modernos: Cálculo infinitesimal.

|Parménides: Eros, divinidad omnipresente, primer propulsor de todas las cosas. |Freud: Pansexualismo.

 

4. Empédocles y Anaxágoras

Los últimos grandes representantes de la "filosofía de la naturaleza", en Grecia, Empédocles de Agrigento y Anaxágoras de Clazomene, procuraron armonizar la tesis de Heráclito con el postulado eleático, realizando así el primer intento ecléctico de que tengamos noticia.

En el poema Sobre la Naturaleza, escribió Empédocles: -"Hay una doble generación de las cosas perecederas, y una doble destrucción, porque la reunión de todas las cosas produce una generación y la hace perecer; la otra crece y se desvanece al dividirse las cosas, y este cambio continuo no cesa nunca: una vez todas las cosas se juntan en uno por el amor; otra se separa cada una de las demás a impulsos del odio, de la Discordia. Así, en la medida en que lo uno suele surgir de muchos, y los muchos resultan de la división de lo uno, llegan a ser y no tienen vida permanente; pero en la medida en que jamás cesa su cambio continuo, permanecen inmóviles en el círculo de la existencia".

Anaxágoras, por su parte, escribió: -"Los griegos no hacen un recto uso de los términos 'llegar a ser' y 'perecer', porque ninguna cosa llega a ser, ni perece, sino que hay mezcla y separación de cosas que son; y así denominarían rectamente al llegar a ser, |mezcla; y al perecer, |separación".

Como anteriormente, podremos ahora inscribir, a continuación de su antecedente helénico, un moderno consecuente filosófico, y ello en tres casos importantes:

|Empédocles: Los semejantes se atraen y los contrarios se rechazan. Modernos: Afinidades electivas químicas.

|Empédocles: Percepción como resultado de la reacción de los órganos perceptores ante las emanaciones de los objetos. |Johann Müller: Ley de la energía inmanente de los sentidos (1826).

|Anaxágoras: Nada se produce o desaparece, sino que se compone o se descompone por mezcla de otras cosas existentes.

|Pasteur: Refutación de la generación espontánea. (En la física anterior al descubrimiento del radium, ley de la conservación de la energía).

 

5. Sofística y racionalismo

La perenne actualidad de la filosofía griega se precisa al abordar con algún detenimiento el aporte de los sofistas, a quienes correspondió una labor crítica fundamental. Los "heterodoxos" del pensamiento helénico plantearon problemas básicos en el orden de la epistemología, de la creencia religiosa y de la filosofía política.

Protágoras dé Abdera afirma que el hombre es la medida de todas las cosas e inicia así el relativismo. Lo "verdadero" será un concepto o, mejor, un "estado mental" que más que del mundo objetivo depende del subjetivo. Pero el hombre permanece idéntico a sí mismo, mientras que todo fluye a su alrededor, de donde lo único que está dotado de entidad real es la opinión que de las cosas forma el hombre. Corolario de este principio es que toda opinión, por el hecho de ser concebida por el hombre, que es medida invariable, es idéntica a sí misma y verdadera por lo tanto.

Dentro del extremo relativismo de su maestro, Gorgias reacciona en sentido antitético llegando el nihilismo crítico: todas las opiniones son falsas. Así, el escepticismo absoluto presupone el relativismo radical y deriva de éste. |Toda opinión es verdadera; toda opinión es falsa. Estos conceptos antagónicos, idénticos en el fondo a fuer de igualmente exagerados, informan la sofística griega. El antagonismo llega hasta nuestros días, dividiendo en dos anchas corrientes la actividad del pensamiento heterodoxo.

En tres direcciones principales se ejerce aún la influencia de la sofística griega: en la esfera religiosa con el racionalismo rudimentario de Pródico de Keos; en la del derecho natural con el incipiente naturalismo de Hipias de Elis y el anarquismo de Trasímaco y de Calicles; en la esfera de la política, con los esbozos democráticos de Licofrón y Alcidamas y el esquema comunista de Faleas de Calcedón.

Del coro de los sofistas griegos destacamos a Pródico de Keos, el gramático, uno de los más caracterizados representantes de la intensa crisis religiosa que hacia el siglo y antes de Cristo desplazó, del |mitos al |logos el pensamiento griego. Suyo es el tratado sobre Las |edades de la vida, fuente muy probable del ideario pesimista del |Axíoco, diálogo atribuido muy fundadamente a Platón. Pródico explicaba, antecediendo en muchos siglos a los modernos racionalistas, que el hombre primitivo enaltecía hasta el nivel de lo divino todo aquello que satisfacía sus necesidades vitales. Encontramos aquí un punto de vista utilitario que conlleva un escepticismo radical. Desde luego, la mitología griega, propicia a su tesis, suministró a Pródico preciosos ejemplos: el pan en Demeter, el vino en Dionisos, el agua en Poseidón.

Para superar el rudimentario pero vigoroso realismo utilitario de Pródico preciso será esperar al demiurgo platónico y a la causa motora de Aristóteles.

 

6. La fundamentación de la filosofía política

Como es bien sabido, el pensamiento de Rousseau, fuente caudalosa del liberalismo clásico, se perfila en su |Discurso sobre las artes y las ciencias (1750) para culminar en el |Contrato social (1762), tratado cuyas premisas encontramos en el |Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1755).

La ideología del célebre precursor del romanticismo se distingue por su coherencia y generosa sinceridad. En realidad, frente al pensamiento de Rousseau, podemos desechar sus bases conceptuales, pero resulta imposible sustraemos a la seducción de sus desarrollos.

Dos aportes fundamentales débense a Rousseau: de una parte, la oposición entre "naturaleza" y "civilización", entre lo necesario y lo supérfluo de la estructura social; de otra, la afirmación de que ningún hombre tiene el derecho de enajenar en provecho de otro su libertad moral y cívica.

Esas tesis, tan típicamente dieciochescas, tienen un remoto antecedente, sin embargo: el pensamiento del sofista Hipias de Elis, poeta y polígrafo, investigador y artífice. Hipias mantuvo en sus escritos y enseñanzas la incompatibilidad entre lo que según naturaleza posee perdurable valor y lo que el hombre finca en instituciones esencialmente mudables. Para Hipias, la ley es un torcedor de la conciencia, que nos lleva a comportamientos contrarios a naturaleza. Este primitivo "naturismo" hace del inventor de la nemotécnica un precursor, anticipado en veintidós siglos, del polifacético rival de Voltaire.

Las teorías de Hipias fueron llevadas a sus extremas consecuencias, en lo atañadero a filosofía política, por sofistas cuyas doctrinas conocemos principalmente a través de los diálogos platónicos. Por rumbos "heterodoxos" transitaron Trasímaco y Gorgias, impugnadores de las leyes y críticos de las costumbres, instituciones que a juicio del primero son producto de intereses creados y, en concepto del segundo, creación de la masa de los débiles.

Por su parte, Calicles sostiene, en el Gorgias platónico, el derecho exclusivo del más fuerte ala felicidad. Los ejes conceptuales de la ideología de Nietzsche -fobia de los débiles y moral del superhombre- esbozan ya su perfil en el pensamiento antiguo.

La exaltación de la personalidad humana, en cambio, lleva a Licofrón y a Alcidamas a insinuar la abolición de la esclavitud y a combatir los privilegios aristocráticos a virtud de un principio que de inmediato nos recuerda el primero de los axiomas liberales contenidos en la |Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano: -"A todos ha hecho libres la divinidad; la naturaleza a nadie ha hecho esclavo".

Es digno de notarse cómo un concepto hipertrofiado del derecho natural llevó a algunos de estos antiguos pensadores a postulados de libertad e igualdad, mientras que a otros condujo a una posición radicalmente aristocrática. En todo caso, la evolución del "librepensamiento" griego remata en una síntesis de poderosa vitalidad, que en veintitrés centurias anticipa y prefigura la realidad histórica. Nos referimos al proyecto comunista de Faleas de Calcedón, pensador cuyas aspiraciones teórico -práticas - limitación de la propiedad privada, producción en común y consumo comunitario- se consagran en un esquema de constitución estatal comunista debido al ingeniero Hipodamo de Mileto, el constructor del puerto del Pireo.

Esta labor de rastreo de la ideología contemporánea en las fuentes del pensamiento de los antiguos filósofos griegos, tarea deleitable, podría continuarse indefinidamente, por cierto.


FILOSOFÍA CLÁSICA GRIEGA 

 

Capítulo II

LA FILOSOFÍA MEDIEVAL

 

A. CARACTERIZACIÓN DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL

La filosofía cristiana de la Edad Media se subordinó totalmente a la teología, e inclusive a la mística. Convendría recordar esto si que en sus comienzos el cristianismo insurgió como un desafió revolucionario contra la realidad social y política de los primeros siglas de nuestra era etapa de máximo poderío del Imperio Romano.

El cristianismo primitivo se desentendió de la investigación filosófica propiamente dicha. Es más: los nuevos creyentes se apartaron de toda filosofía, lo que resulta explicable porque todos los sistemas hasta entonces conocidos eran el producto intelectual de culturas precristianas, paganas por esencia y definición.

Pero para dominar, a base dé nuevo ideal de vida, el mundo pagano, los primeros escritores cristianos trabajaron con los conceptos y fórmulas del pensamiento griego, elaborando así una |construcción doctrinal, es decir, una |dogmática. Este proceso se inicia tan pronto como el cristianismo deja de ser una secta perseguida y comienza a conquistar a personalidades cultas e influyentes.

El pensamiento de los primeros expositores cristianos -los padres de la Iglesia- se ha denominado |Patrística. En este ciclo, predominó el idealismo platónico. Advino después la |Escolástica, en que predomina el pensamiento sistemático y totalizador de Aristóteles.

 

B. LA PATRISTICA

1. La corriente gnóstica primitiva

El ciclo patrístico se inicia con una tendencia |gnóstica, en que la doctrina cristiana se explica a través de teorías filosóficas de origen pitagórico, platónico y neoplatónico. Después de los Padres Apostólicos, continuadores de los apóstoles, advienen los apologistas de la época de los emperadores Antoninos, entre los cuales se distinguió |San Justino de Naplusa (hacia 100-163).

De la posición gnóstica fue máximo representante |Valentino, ferviente platónico, que tuvo numerosos discípulos en Lyon. Y un decidido adversario en |San Ireneo (140-203). En general, los gnósticos fueron esencialmente dualistas: preocupados por la idea del mal y por el problema de su relación con Dios, enfrentaron los conceptos de divinidad y, materia. Pero en su última esencia, la gnosis fue un impulso místico: el conocimiento verdadero, según esta tendencia, sólo se consigue en |Dios. Meta suprema de todo conocimiento, por lo tanto, será la unión del hombre con su creador. | 35

 

2. La tendencia apologética

A esta primera tendencia, propiamente |sincretista, sigue la posición apologética de muchos Padres de la Iglesia. Se trataba de defender, con argumentos racionales, la nueva fe y sus implicaciones dogmáticas. La figura más notable de este período fue |Tertuliano (c.155-245), cuyo temperamento jurídico le lleva a afirmar que el cristianismo se impone a la razón humana como una |nueva ley de la vida. Poseedor de un vasto conocimiento de la filosofía griega, Tertuliano defendió en sus obras, con argumentos racionales, la nueva fe. Y creó la terminología básica de la teología cristiana.

 

3. Hacia una filosofía de la religión

Hacia este objetivo tendieron los esfuerzos de dos Padres de la Iglesia: |Clemente de Alejandría, fallecido en el año 215, y |Orígenes, desaparecido en el año 254 y discípulo del anterior. Las obras de este último son un esfuerzo heróico para elucidar el contenido de las Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamento) a la luz de la filosofía griega, y en especial de la metafísica neoplatónica. Sus obras se relacionan con la casi totalidad de la ciencia eclesiástica: exégesis y crítica de las Escrituras (exégesis escrituraria), apologética, ascética, moral, polemística y dogmática. | 36

 

4. La nueva patrística: Agustín de Hipona

La Nueva Patrística, o período final de este gran ciclo de la primitiva filosofía cristiana, encuentra en Agustín de Hipona su máximo representante. Este ilustre pensador nació en Tagaste (Africa) en el año 354 y falleció en el 430, siendo obispo de Hipona. Había sido pagano, y se convirtió al cristianismo después de prolongadas vacilaciones y de vastos estudios. En su conversión tuvo parte decisiva San Ambrosio de Milán.

Para el objeto de nuestro estudio, su principal aporte a la cultura del mundo occidental es su obra |La Ciudad de Dios (De civitate Dei), primer intento de formulación de un sistema de interpretación filosófico-teológica de la Historia, es decir, del acontecer humano. Las tesis que contiene esta obra se estudian en la segunda parte de este libro.

Punto de partida de la filosofía agustiniana es la propia certidumbre de la experiencia interna, que es la que nos indica lo que es verdadero y lo que es falso. En este terreno, se muestra platónico, como lo demuestra su célebre sentencia: - |Noli foras ire, in te ipsum redde, in interiore hominis habitat veritas.

Otro de los conceptos básicos del pensamiento agustiniano es el de que la esencia del hombre radica en la voluntad. Inclusive la actividad de los sentidos, que se proyecta al exterior, es una impulsión anímica ( |intentiones animae). La fe religiosa, según San Agustín, reposa también en un acto de voluntad.

En las obras de San Agustín, el concepto de |libre albedrío se limita cada vez más, cediendo el paso al de la predestinación: corresponde a Dios "elegir  a los que quiere". Aquí, su pensamiento abandona el campo especulativo propio de la filosofía racional y se adentra en el de la teología. | 37

 

C. LA ESCOLASTICA

1. Caracterización y crónología

Se da el nombre de Escolástica a aquello filosofía cristiana que aspira a desarrollar y fundamentar la doctrina de la Iglesia como sistema científico (Vorlander). Debe su nombre a las escuelas en que fue enseñada. |Doctores scholastici, o escolásticos, se llamó originalmente a los maestros de las siete "artes liberales": gramática, dialéctica y retórica ( |trvium);  aritmética, geometría, música y astronomía ( |quadrivium).

Con la Escolástica, coincide en Alemania el desarrollo de corrientes místicas que culminan en el tercero de los períodos que adelante se determinan. Conviene recordar, además, que en la Edad Media florecieron también filosofías no cristianas: árabe y judía, especialmente.

La historia de la Escolástica se puede dividir, cronológicamente, en tres períodos:

1. Sus comienzos (siglo IX a inicios del XIII),

2. Su culminación (siglos XIII y XIV), y

3. Su decadencia (siglo XIV -fines- y siglo XV).

 

2. Comienzos de la Escolástica

Figuras importantes, dentro de este período, fueron |Juan Eriugena o |Escoto, |San Anselmo de Caterbury y |Pedro Abelardo.

|Eriugena (siglo IX) tomó parte en la controversia teológica sobre la predestinación. Experimenté la influencia del pensamiento agustiniano y escribió la obra |De divisione naturae, que es una filosofía de la naturaleza, pero de carácter místico. Para Eriugena, las cosas sólo existen en cuanto son conocidas. Y son manifestaciones de Dios (" |teofanias"). Nuestra personal existencia, además, es la revelación de Dios en nosotros mismos, porque nada existe fuera de él.

En la célebre discusión de "los universales" -nominalistas y realistas- intervino |San Anselmo de Caterbury (siglo XI). Esta disputa consistió en que ciertos filósofos escolásticos afirmaban que los conceptos universales constituyen lo que verdaderamente existe ( |realismo), en tanto que los otros afirmaban que tales conceptos universales son meras palabras o abstracciones del intelecto ( |nominalismo, de "nomen", palabra). Eriugena fue "realista" lo mismo que San Anselmo de Canterbury. Este formuló la célebre "prueba ontológica" de la existencia de Dios: -El ser más general tiene también que ser el más real y el más perfecto, y como tal no puede menos que existir, porque su existencia es su esencia. | 38

|Pedro Abelardo (1079-1142) era francés de origen y su existencia fue apasionada y romántica. En la discusión sobre los universales adopté una posición intermedia, afirmando que la realidad de lo universal se manifiesta en la individualidad de cada ser ( |universalia in rebus) y que las formas -ideas- de las cosas existen de antemano en el espíritu divino como conceptos, pero que estos conceptos divinos solamente pueden ser conocidos por el hombre en las cosas y mediante el ejercicio de su propia razón.

Sus aportes más importantes fueron de carácter dialéctico. Sostiene que, en materia religiosa, los puntos de vista o argumentos puramente autoritarios deben sustituir por argumentos racionales, toda vez que la razón nos fue dada para el bien, por lo cual no debemos desconfiar de ella. Ser cristiano, afirma Abelardo, equivale a ser lógico. Este gran pensador interpretó muchos dogmas y afirmaciones bíblicas en sentido meramente simbólico. Así, la ascensión de Cristo significa para un intelectual la elevación de las almas al plano de lo extraterreno. Afirmó, además, que en el mundo intelectual no caben los conceptos puramente materiales de un cielo o de un infierno.

También se ocupó Abelardo de la ética. En este terreno, su principal afirmación es la de que el hombre solo peca cuando obra contra su conciencia. La ley natural es anterior a toda revelación, es decir, la norma moral antecede a creencia religiosa. Y el amor es la virtud que nos salva y redime. De aquí que en su |Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano, no llegue a ninguna conclusión sobre "la mejor" de las religiones; en cambio, los interlocutores terminan poniéndose de acuerdo partiendo de la ley moral, que nos obliga al amor hacia toda la humanidad.

Como puede verse, las tesis de Abelardo -revolucionarias para su época- han comenzado a ser aceptadas oficialmente por la Iglesia Católica: Su modernidad hace de este gran pensador la figura más importante del primer período escolástico.

 

3. La culminación de la Escolástica

a. Filosofía árabe

En la Edad Media, existieron dos escuelas filosóficas "árabes"; la oriental, con sede en Bagdad, y la occidental, que floreció en España y especialmente en la ciudad de Córdoba. | 39

En Bagdad, |Al-Quindi (siglo IX) afirmó que el estudio de las matemáticas y de las ciencias de la naturaleza era condición previa indispensable para ascender al campo de. las generalizaciones filosóficas.

En España, |Avenpace (siglo XII). -en su Guía del solitario- describió los grados del conocimiento,.desde él instinto animal hasta el conocimiento puro, que es aquel que emana de la divinidad y formé parte de su esencia.

El más celebrado de los filósofos árabes españoles fue |Averroes (siglo XII), teólogo, jurista, médico y pensador tan ilustre como influyente. En su filosofía, fue aristotelista puro y sistemático. De aquí que sus obras hubiesen modelado la filosofía escolástica del último período, porque fueron traducidas del árabe al español, al italiano y a otros idiomas modernos.

b. La filosofía judía

El más célebre de los pensadores judíos de la Edad Media fue |Maimónides (1135-1204), nacido también en Córdoba (España). En su obra |Guía del atribulado explica cómo el hombre que ha perdido la fe debido al estudio de la filosofía, puede recobrarla mediante el estudio de la ciencia. Para Maimónides, el bien supremo es el conocimiento de la verdad científica, pero el fin y el sentido de toda sabiduría es la moral, es decir, la ética personal enfrentada a la vida real. | 40

Remotamente, Maimónides se muestra así como un precursor del pensamiento filosófico de Albert Schweitzer, para quien no es posible divorciar la ética de la filosofía ni de la ciencia. Sobre la. vida y las ideas del célebre misionero,. músico y filósofo alsaciano consúltese su libro |Ma vie et ma pensée (Club des Editeurs. Albin Michel. París, 1960) y principalmente su |Filosofía de la Civilización, de la que existe traducción española por Héctor Vaccaro Editorial Sur, S.A. Buenos Aíres, 1962.

c. Los grandes pensadores escolásticos

La filosofía escolástica culmina en el siglo XIII con las obras deAlberto Magno, de origen alemán (1206-1280) y de Santo Tomás de Aquino, nacido cerca de Nápoles hacia 1225 y fallecido en 1274, cuando viajaba para asistir al Concilio de Lyon. | 41

1) Alberto Magno

Mejor que un pensador original, fue un erudito, razón por la cual recibió el nombre de "Doctor universalis". Pero fue quien más influyó entre los filósofos occidentales cristianos, en el sentido de inclinar el pensamiento crítico por las vías del aristotelismo. Y esto, hasta el punto de que varias de sus obras son comentarios e inclusive paráfrasis de los tratados del Estagirita.

En Alberto Magno se presenta una muy interesante conjunción del criterio sistemático de Aristóteles, la dogmática de San Agustín y los postulados puramente científicos de Galeno e Hipócrates. Sostiene que las cuestiones de la filosofía deben ser tratadas con los mismos medios que proporciona esta disciplina y que, por el contrario, la teología tiene que seguir su propio camino, en cuanto se basa en la verdad revelada por Dios al hombre. | 42

De aquí que diferencie claramente el conocimiento natural (filosófico) del conocimiento sobrenatural (teológico). Esta posición básica pasa a su discípulo Tomás de Aquino.

2) Tomas de Aquino

Fue y sigue siendo, indudablemente, el más importante e influyente de los filósofos cristianos de la Edad Media. Su misión consistió, esencialmente, en la ordenación -dentro del mundo conceptual de la iglesia- del antiguo concepto del mundo, que toma de Aristóteles. La razón natural, en este sistema, es aceptada como fuente última de toda verdad, porque lo que de ella emana, lo que ella reconoce como cierto, no sólo tiene validez en filosofía sino en teología. | 43

|Metafísica. Existe, según Santo Tomás, una serie continua de evolución desde las formas inferiores de la existencia, pasando por la vida de las plantas ( |anima vegetativa) y la de los animales ( |anima sensitiva) hasta la existencia humana, animada por el espíritu ( |anima racionalis). Y, más allá todavía, hasta llegar a los ángeles -espíritus superiores incorpóreos-, y finalmente a Dios.

|Ética. El fin moral del hombre consiste en el desarrollo de su naturaleza racional. Decidido intelectualista, Tomás de Aquino considera que es el entendimiento el que rige la voluntad. Esta puede elegir libremente, pero decide basándose en actos racionales, o sea en el conocimiento de las cosas.

|Política. El derecho es de origen divino. La monarquía es la mejor forma de gobierno, porque equilibra los intereses de la aristocracia y los del pueblo. En todo caso, la existencia presente no es sino una preparación para la vida futura, y lo divino de esta existencia por venir se revela o hace visible en la Iglesia Católica. De donde todos los reyes y soberanos deben obedecer al Papa, que es el representante de Cristo en la tierra.

Intentar una síntesis esquemática de las doctrinas de pensadores sistemáticos es tarea tan peligrosa como imposible. En todo caso, debe recordarse que la |Suma filosófica y la |Suma teológica son obras de síntesis realmente grandiosas. La última en particular, es un verdadero compendio del pensamiento tomista e, inclusive, de todo el pensamiento escolástico.

Muchos de los aportes conceptuales de Tomás de Aquino, y muchas de sus doctrinas, pertenecen a un pasado irreversible. Subsisten de su pensamiento, en cambio, facetas que coinciden con el pensamiento y con la ciencia moderna.

 

D. APÉNDICES

1. Pedro Abelardo

Nació cerca de Nantes en el año de 1079, de familia de soldados. Se le considera como la grande figura filosófica de los siglos XI y XII. Su avasalladora personalidad le rodeó en París de innumerables discípulos.

Fue posiblemente el primero de los grandes agitadores de ideas y por ello se anticipó en muchos siglos a su tiempo. Pero su inmenso prestigio fue la fuente de sus desgracias. Enamorado de la sobrina de un canónigo colega suyo, cuya educación le había sido confiada -Eloísa- la sola presencia de la amada excitaba su inteligencia en grado eminente. Gozaba desplegando ante ella su, prodigiosa imaginación y la muchacha le correspondía primero con su admiración y luego con una pasión que llegó hasta la sublimidad del sacrificio.

Cuando el tío de Eloísa conoció la naturaleza de sus relaciones con Pedro Abelardo, hizo mutilar cruelmente a este y obligó a Eloísa a tomar hábitos religiosos.

La correspondencia de los dos amantes sigue siendo ejemplar en su género. Y a pesar de la humillación irreparable y del desastre de su vida, Pedro Abelardo continuó carrera de pensador y de maestro. Muchas de sus tesis teológicas, demasiado audaces para, su tiempo, fueron condenadas en el Concilio de Soissons. Por último, se retiró al monasterio de Cluny, donde falleció en 1142.

Pedro Abelardo fue un dialéctico sutil, riguroso y abrumador, calificativos que le aplica con justicia Jacques Chevalier.

Su filosofía

Para Pedro Abelardo la filosofía es la "ciencia del discernimiento", que permite al espíritu comprender y apreciar las causas ocultas de las cosas y por la duda y la búsqueda, llegar a la perfección de la verdad y a la distinción de lo verdadero y de lo falso (Precursor de Descartes).

De Platón tomó el idealismo, más por su aspecto estético que por el filosófico, y de Sócrates adoptó el "Conócete a tí mismo" como regla de la moral. A diferencia de los hombres de su tiempo, fue un espíritu abierto a todas las inquietudes y que a través de todos los sistemas y religiones persiguió lo que en ellos y en ellas se encuentra de verdadero.

Sostiene que la experiencia vital es de condición indispensable para enseñar a los demás, porque nadie puede transmitir sino aquello que ha comprendido y experimentado de antemano en sí mismo.

Rectificó continuamente sus obras y modificó constantemente sus concepciones básicas. Su pensamiento estuvo siempre en perpetuo devenir, porque consideraba que la ciencia no es algo estático, sino dinámico. (Precursor de Hegel y, en general, de todo el pensamiento filosófico y científico moderno).

Su última obra, el célebre |Dialogus inter yudaeum, philosophum et christianum, contiene algunas de sus más bellas páginas y de sus más sugestivas visiones intelectuales. Como la gracia es la culminación de la naturaleza, la verdad cristiana se aparece a Abelardo como una verdad total que incluye a todas las demás. Por esto mismo, estas verdades parciales también son verdades. El cristiano que presenta en su diálogo trata de convencer al filósofo pagano y al judío no negando las verdades a que ellos adhieren, sino integrándolas en la fe cristiana, en la que toman su sentido y
encuentran su plenitud. Dicho de otra manera: el paganismo y el judaísmo son verdades que se integran evolutivamente en una verdad más alta, que es el cristianismo. (Precursor del evolucionismo religioso).

Consideró a la política como una ciencia práctica de las costumbres, al lado de la ática y de la economía, anticipando así las doctrinas de Juan de Salisbury.

Demuestra, además, que el análisis completo de la noción de justicia implica una ciencia de la utilidad, es decir, una ciencia o filosofía natural del orden social y político (Precursor de Bentham, Stuart Mill y demás utilitaristas del siglo XIX).

En la querella de nominalistas y realistas asumió una posición absolutamente original. Para él lo importante no es saber si los "universales"(conceptos genéricos universales) tienen existencia real o no la tienen, es decir, si son nombres o realidades. Lo importante es que lo universal, que no existe para nosotros más que |in re, existe en el espíritu divino |ante rem. (En esto, se presenta como precursor de Tomás de Aquino).

En psicología formuló con perfecta claridad la teoría de los dos principios complementarios de que está hecha la Verdad total: la distinción radical y al mismo tiempo la estrecha unión de la percepción sensible y de la percepción intelectual propiamente dicha. Cuerpo y alma son entidades diferenciables y distintas, pero se compenetran en el acto del conocimiento.

De toda la filosofía de Pedro Abelardo fluye un racionalismo cristiano que más adelante desarrollará y sistematizará genialmente Tomás de Aquino. Los fundamentos de la fe son y deben ser racionales y por lo tanto pertenecen al fuero íntimo de la conciencia de cada cual. (Recuérdese la declaración sobre libertad religiosa promulgada por el II Concilio Vaticano).

 

2. El pensamiento de Tomás de Aquino (Según Vorlander)

1. Su vida

Nace en las proximidades de Aquino, territorio de Nápoles, hacia 1225. Era noble y a los 16 años ingresó en la orden dominicana. Fue el discípulo preferido de Alberto Magno, al que siguió en sus viajes a Colonia y a París. Enseñó en esas ciudades, y también en Bolonia, Roma y Nápoles. Murió en 1274 cuando viajaba a! Concilio de Lyon. Desde el siglo XV se le llamó "el Doctor Angélico".

2. Sus doctrinas

a. Relación de la Teología con la Filosofía.

Esencialmente, el aporte tomista consiste en ordenar, dentro de la ideología cristiana, la filosofía aristotélica, construyendo así lo que Vorlander llama "un imponente sistema". La razón natural no es rechazada, sino que aquello que por ella es reconocido como cierto tiene también validez para la Teología. Pero allí donde no alcanza la razón, debe guiamos la revelación. Así, la razón nos demuestra la existencia de Dios, pero no alcanza a abarcar el misterio de la Trinidad, por ejemplo. En este terreno, solo sirve la razón como auxiliar, explicando ciertas analogías y refutando objeciones, pues las doctrinas no son contrarias, sino superiores a la razón.

De aquí que, a fin de cuentas, la ciencia humana sea solamente una servidora de la Teología, y la naturaleza una realidad precursora de la Gracia. Esta, recibida de Dios, no suprime la naturaleza, sino que la completa.

b. Metafísica y psicología.

Toda la lógica, toda la psicología y la ática de Aristóteles pueden se incorporadas sin daño a la doctrina de la iglesia, inclusive ciertos capítulos de su metafísica. La tesis aristotélica de la materia y la forma es acogida integralmente por Santo Tomás. El principio de la individuación de las cosas concretas consiste en que la materia es determinada por las formas. Formas primeras son espacio y tiempo, que van unidas inseparablemente a la materia. En, un plano más elevado se encuentran las formas inmateriales separadas, o inteligencias, jerarquía en la cúspide de la cual se encuentra la divinidad, causa eficiente y al propio tiempo causa final de todo lo creado por ellas.

El alma humana es una de las formas inmateriales o inteligencias y es el principio animador de la parte corpórea de los seres humanos. Existe una serie Continua de evolución desde las formas inferiores de existencia hasta la divinidad misma. Por lo demás, existe una cierta independencia en el curso de la naturaleza y en la existencia deL hombre, pues el azar (cruzamiento de causas y efectos) y la voluntad libre no son incompatibles con la providencia divina.

La división de las facultades y actividades del alma, la toma Tomás de Aquino de Aristóteles, pero -contra Averroes-, afirma que la inmortalidad del alma en el sentido cristiano se sigue esencialmente de su inmaterialidad.

c. Ética y Política.

En estas dos disciplinas, también siguió Tomás de Aquino a Aristóteles. Así, el fin moral del hombre consiste en el desarrollo de su naturaleza racional. A las antiguas virtudes filosóficas, agrega tres virtudes cristianas: fe, esperanza y caridad, que son las que conducen a la eterna bienaventuranza, en tanto que las primeras solo aseguran la satisfacción del hombre en la vida presente. En la ática tomística es esencial el postulado de que la voluntad puede elegir libremente, pues lo hace racionalmente. De aquí que atribuya al primado de la ática no a la voluntad, sino al conocimiento.

En cuanto a la Política, en las doctrinas de Tomas de Aquino no nos encontramos ya con la contraposición rígida de San Agustín entre el Estado mundano y pecador y la Civitas Divina. Por el contrario, el hombre -como animal político- está llamado por la naturaleza a una vida social, de donde surgen los vínculos de familia, de comunidad y de gobierno o Estado.wEste último, es una institución puramente humana y su fin, realizar la felicidad del hombre en la tierra. Pero el derecho es de origen divino. La monarquía es la mejor forma de gobierno, pero debe rodearse de garantías en parte aristocráticas y en parte democráticas para que no degenere en despotismo.

El Estado tomista contiene muy pocos elementos propiamente socioeconómicos. Así, afirma que la comunidad de bienes no haría más que fomentar la discordia, y considera la servidumbre feudal algo tan natural e intocable como era la esclavitud para Aristóteles. Además, muestra muy poco aprecio por el comercio, que en su opinión es oficio bajo.

Termina Vorlander: -"Santo Tomás es el verdadero representante de la concepción católica y medioeval del mundo, formulada a través de un sistema que demuestra habilidad y penetración en sus detalles. Enlazó íntimamente la investigación antigua con el pensamiento del Occidente cristiano y, al distinguir entre saber natural y revelación, reconoce la independencia de la ciencia. Las objeciones que pueden concentrarse contra él, desde el punto de vista de la ciencia moderna y de una filosofía ya independiente, no se refieren a su persona, sino a su concepción del mundo.

 

Capítulo III

LA FILOSOFÍA DEL RENACIMIENTO

Con los revolucionarios aportes de los científicos europeos de los siglos XV y XVI se inicia el pensamiento moderno. Aquí, mejor que en el terreno propiamente histórico, la cronología tradicional resulta útil y facilita la comprensión del proceso evolutivo del pensamiento filosófico. En el panorama de este "pensamiento moderno" cabe distinguir siete grandes etapas.

 

A. LAS ETAPAS DE LA FILOSOFÍA MODERNA

1. Período de transición, con dos subperíodos: a. La filosofía del Renacimiento (siglos XV- XVI); b. La fundamentación de las ciencias naturales modernas (siglos XVI-XV II);

2. El período de los grandes sistemas fundamentales (siglo XVII);

3 El del "Iluminismo" (siglos XVII-XVIII);

4. El del criticismo kantiano (Kant: 1724-1804);

5. El del auge de la filosofía alemana: nacionalismo, idealismo y pesimismo (desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XIX);

6. El de la formulación de las nuevas corrientes anglosajonas: utilitarismo, evolucionismo y pragmatismo; la influencia del positivismo comtiano y la reacción psico-vitalista de Bergson, en Francia, y la nueva orientación del pensamiento alemán: neo-kantismo, neo-metafísica inductiva, vitalismo, fenomenologismo y neo-ontologismo (desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX);

7. El de la filosofía propiamente contemporánea, que examinamos a través del existencialismo.

 

B. CARACTERIZACIÓN DE LA FILOSOFÍA RENACENTISTA

Qué fue el Renacimiento? Este gran movimiento de ideas -en que surgen pensadores, científicos y artistas creadores de mentalidad privilegiada y visión integral de la existencia- puede ser avizorado desde diversos puntos de vista: el simplemente humanístico, que se refiere a la literatura y a las artes; el político, que alude a la historia europea y esencialmente a la desaparición del sistema y del ideario feudal, y el filosófico. | 44

Para Wilhelm Dilthey es, esencialmente, "la liberación del espíritu de los pueblos modernos por el humanismo y la Reforma". Y presenta, como  aspectos esenciales los siguientes: una "renovación" o "revaloración" del pensamiento antiguo; la iniciación de una "nueva ciencia" del mundo, y el comienzo de una "filosofía de la sociedad". El primer aspecto estaría representado por los humanistas neoplatónicos, como Marsilio Ficino, y por los impugnadores de Aristóteles, como el español Luis Vives; el segundo, por Nicolás de Cusa, Teofrasto Paracelso y, posteriormente, Giordano Bruno; el tercero, por Nicolás Maquiavelo, Tomás Moro y Juan Bodin.

Afirma Wudnt | 45 que en el origen del pensamiento filosófico y científico del Renacimiento se encuentran tres aportes fundamentales: la idea de lo |infinito o |ilimitado, enunciada por Nicolás de Cusa (1401-1464); el concepto de la |relatividad de los fenómenos, debido a Copérnico (1473-1543) y la idea del |microcosmos, el alma como arquetipo del universo, concebida por Paracelso (1493-1561).

A esta trilogía sin embargo, habría que agregar los nombres de otros varios humanistas, pensadores y científicos europeos, que aportaron una serie de conceptos básicos para la fundamentación del |concepto moderno de filosofía, insurgieron contra fórmulas puramente verbales, o se aproximaron a la naturaleza para estudiarla directa e inclusive experimentalmente.

Así, como iniciadores renacentistas de la filosofía moderna tendríamos que mencionar también al inglés Tomás Moro (1480-1535), al italiano Nicolás Maquiavelo t1469-1527), al francés Michel de Montaigne (1533-1592) y al genial italiano Giordano Bruno (1548-1600) para no citar sino a los más ilustres e influyentes. Por haber sido un continuador de Copérnico y por la exaltada plenitud de su pensamiento, las principales ideas de Giordano Bruno se esbozan en el punto A del próximo capítulo.

Atendiendo a la orientación de su pensamiento y a su especial actitud frente a su época, los pensadores más representativos del Renacimiento se pueden clasificar en dos grupos: el de los científicos y el de los humanistas.

 

C. LOS CIENTÍFICOS

1. |Nicolás de Cusa (1401-1464), nacido cerca de Treveris, llegó a ser cardenal romano. Fué una figura de transición entre la Edad Media y la Moderna, pero se anticipó científicamente a su tiempo, enseñando que la tierra gira sobre su propio eje y proponiendo la experimentación metódica en el terreno de las ciencias naturales. Señala las matemáticas como modelo de certidumbre; sostiene que el conocimiento es una medida espiritual, porque consiste en la "asemejación" del sujeto que conoce y de su objeto, y formula el concepto de la infinitud. Asume, por lo demás, una actitud de tolerancia religiosa inusitada en su tiempo: "No hay más que una religión". Lo que, a contrario sensu equivale a decir que todas las religiones son válidas. | 46

2. |Luis Vives (1492-1540), español nacido en Valencia, fue ante todo un humanista. Pero la trascendencia de sus ideas científicas permite clasificarlo en este grupo. Ante todo, porque combatió a los escolásticos y a Aristóteles y porque en la más extensa de sus obras - |De Disciplinis, 1531- aspiró á una nueva fundamentación de las ciencias mediante la experiencia. Su posición "moderna" se revela también en que no sólo desprecia la metafísica, sino que considera que lo importante no es saber qué cosa es el alma, sino cuál es su actividad: Lo que implica una posición psicológica absolutamente nueva. | 47

3. |Teofrasto Paracelso (1493-1561), médico y químico nacido en el actual territorio suizo, sostuvo el concepto unitario de todas las manifestaciones vitales, es decir, la relación espiritual de todo el universo, como explica Vorlander: el hombre solo se conoce a través del mundo, y éste, solamente a través de los hombres. No hay causas exteriores, sino fuerzas interiores inmanentes. El hombre es un compendio del mundo ("microcosmos") y por lo tanto no debe oponérsele radicalmente al concepto total del universo ("macrocosmos"), puesto que de este forma parte.

 

D. LOS HUMANISTAS

A la corte florentina de Cosme de Médicis llega hacia 1438 el filósofo neo-platónico bizantino Georgios Gemistos Plethon, quien consiguió fundar una Academia platónica en Florencia. El renacimiento filosófico surge así bajo el signo del idealismo de Platón.

1. |Marsilio Ficino (1433-1499) fué discípulo de Plethon, y director de la citada Academia. Tradujo al italiano las obras de Platón y de Plotino y ejerció notable influencia en sus continuadores, entre los que se cuenta el enciclopédico Pico de la Mirándola (1463-1494). El primero, admirador de Savonarola, terminó siendo enemigo del gran reformador florentino. El segundo, después de haber expuesto tesis de singular audacia -tanto en el orden teológico como en el filosófico- terminó retractándose y adentrándose por los caminos de la mística.

2. |Erasmo de Rotterdam (1467-1536) figura entre los precursores de la Reforma protestante. Todas sus obras son índices de su posición racionalista y, en ocasiones, un tanto escéptica y epicureísta. Si, como filósofo, Erasmo no es una figura significativa; su muy especial psicología explica la influencia intelectual que ejerció en su época. La más leída de sus obras -el |Elogio de la locura- es una crítica sutil de la Iglesia Romana y, al propio una especie de "ética" del término medio: - verdadera sabiduría consiste, en cuanto somos humanos, en no querer ser más prudentes de lo que pide la propia naturaleza". | 48

3. |Miguel de Montaigne (1533-1592) célebre humanista francés, perteneció a una generación muy posterior a la de Erasmo, con el que coincide en una posición escéptica, que acentúa y sistematiza en sus admirables Ensayos. Para Montaigne, conforme a lo que escribe lúcidamente Vortander, no existe conocimiento al que pueda ser admitido universalmente por los sentidos ni por el entendimiento: -"Nosotros mismos somos los que valoramos las cosas y hemos creado los conceptos del bien y del mal"-. Montaigne se desentiende de la realidad política y religiosa de su tiempo y se somete al orden existente, porque ante todo le preocupa su propio bienestar y porque sonríe ante el delirio dogmático de los hombres. | 49

A las doctrinas de Tomás Moro, Maquiavelo y Bodin, nos referimos en la Parte II de esta obra en cuanto sus aportes se relacionan, mejor que con la historia de la filosofía, con la de la filosofía de la historia.

 

Capítulo IV

LA FUNDAMENTACIÓN DE LAS CIENCIAS NATURALES MODERNAS

Es en el terreno propiamente científico donde más claramente se comprueba el total divorcio del espíritu moderno respecto de la ideología medioeval. La filosofía renacentista de la naturaleza tiene todavía nexos con la metafísica y la teología.

Cronológicamente, conviene establecer aquí dos etapas: una que se inicia con Leonardo da Vinci y Copérnico y que culmina con Giordano Bruno, y otra que se inicia con Kepler y llega hasta Newton.

 

A. PRIMER PERIODO

1. |Leonardo da Vinci (1452-1519) fue un genio universal que, anticipándose a su época, asumió una actitud investigativa frente a las ciencias físicas y naturales. Ingeniero, humanista, y creador de nuevas técnicas en la pintura, anticipó el caso polifacético de Goethe. Como para muchos otros pensadores renacentistas, las matemáticas son para Leonardo el fundamento de todo conocimiento verdadero. La mentalidad analítica y sistemática, y la versatilidad intelectual del grande artista italiano, son signos luminosos de los tiempos nuevos.

2. |Nicolás Copérnico (1473-1543) redescubre el sistema heliocéntrico, lo que le llevó a formular un principio de relatividad: el movimiento aparente de las cosas reposa muchas veces en nuestro propio movimiento o en nuestra propia inmovilidad. Además, nuestro planeta ya no es el centro del cosmos y, por consiguiente, el hombre tampoco lo es. | 50

3. |Giordano Bruno (1548-1600) llevó una vida errante y agitada, que terminó con el martirio. Este gran pensador, precursor de Leibniz, dió una nueva dimensión a las tesis copernicanas, afirmando que el universo es "inmenso", tanto como la fuerza misma de nuestra imaginación. Nuestro sistema solar es solamente uno, entre infinitos que se forman y desaparecen constantemente. La forma no se opone a la materia, porque ésta es de esencia divina, y evoluciona hacia formas cada vez superiores. A esta tesis panteísta, que señala a Bruno como antecesor de Spinoza, se agrega su teoría de las mónadas, en que se anticipa a Leibniz. "El átomo no es el límite final de la división, sino también el punto de partida de la reflexión", condición esencial de la existencia. Las partes mínimas de la materia son realidades físico-mecánicas, pero animadas por el espíritu: estas entidades o mónadas son, a su turno, mónadas de entidades superiores. Así, la tierra es una mónada del sistema solar, y éste una mónada del cosmos. Dios, final mente, es la "mónada de las mónadas". Cada mónada reproduce la infinita perfección de la mónada suprema, y a ella aspira. Para Bruno, de otra parte, la filosofía es disciplina totalizadora, que envuelve a las artes y a las ciencias. | 51

 

B. SEGUNDO PERIODO

1. |Johann Kepler (1571-1631), influenciado por las doctrinas neo-pitagóricas, partió de la tesis de que son las relaciones cuantitativas las que mejor comprende el hombre. Pero su aporte fundamental es que ya no se preocupa por explicar las causas, sino por encontrar las leyes que presiden el orden cósmico, especialmente por lo que dice a la astronomías. En su concepto, sin embargo, la ciencia debe partir de hipótesis o presupuestos mediante los cuales se pueda explicar la relación de las cosas, sin contradecir la experiencia.

2. |Galileo Galilei (1564-1642) reaccionó contra el aristotelismo, como Kepler. Fue un empirista, pero afirmó que la percepción sensible, por sí sola y sin la intervención de la inteligencia, puede engañarnos, aunque el error no está en las percepciones, sino en su interpretación, es decir, en el juicio. Respecto de Kepler, y en el terreno científico, da un paso atrás, porque coloca en la base de toda ciencia el principio de causalidad. Pero coincide con aquél en que opina que el objeto de la investigación de la ciencia de la naturaleza es lo que puede determinarse matemáticamente (lo mensurable), o sea lo cuantitativo. Formuló Galilei, además, la problemática de la realidad intensiva (fuerza) por oposición al problema de las magnitudes extensivas. | 52

3. |Bacon de Verulam (1561-1626), el célebre canciller de Inglaterra, es considerado como el fundador de la ciencia y de la filosofía modernas, especialmente por las teorías que expuso en su |Novum Organum. Como creador de hipótesis y tesis historiográficas, políticas y socio-económicas, se le estudia en panorama correspondiente a la Filosofía de la Historia. En el Novum Organum, Bacon preconiza como base de todo conocimiento científico la experimentación y el evitar las conclusiones precipitadas y las generalizaciones excesivas. Divide la filosofía en Doctrina de Dios, Doctrina de la Naturaleza y Doctrina del Hombre. Pero estas tres grandes ramas tienen como fundamento una Filosofía prima, que consiste en la formulación de los principios comunes a todas las ciencias. | 53

4. |Pierre Gassendi (1592-1655), provenzal, renové en cierta manera las doctrinas epicúreas, en cuanto quiso restablecer en su ciencia preferida -la física- el atomismo de Epicuro y de Lucrecio. Matemáticamente, se puede dividir ad infinitum; físicamente, no se puede, porque se llega al átomo impeñetrable. Gassendi introdujo el concepto de moléculas como enlaces de átomos. En otros aspectos de su pensamiento se muestra casi escéptico: respecto de la naturaleza, el entendimiento humano está sometido a límites. Desde luego, sostiene en el terreno metafísico la existencia del alma, entidad inmaterial creada por Dios, y no simple agregado de átomos, como para los epicúreos.

5. |Robert Boyle (1627-1691), inglés, formulé un sistema de "filosofía corpuscular", según el cual solamente existe una materia, común a todos los cuerpos. Los corpúsculos, movidos por Dios, se agrupan en cuerpos compuestos secundarios, es decir, en moléculas. En cuanto a las "cualidades secundarias" (sabor, olor, color, etc.) están basadas únicamente en nuestros sentidos, es decir, son cualidades subjetivas que el observador atribuye al objeto observado.

6. |Christian Huighens (1629-1695), holandés, aporté a la ciencia moderna su teoría ondulatoria, que actualmente -bien que modificada- tiene plena vigencia científica. Inventó el péndulo experimental y derivé de su' observación la correspondiente ley pendular sobre el comportamiento del movimiento oscilatorio. Sostuvo, además, que la verdadera filosofía debe explicar todos los fenómenos de la naturaleza, y sus efectos, por razones mecánicas, y que hay que "objetivar la percepción sensible".

7. |Isaac Newton (1642-1727), ilustre pensador inglés, formuló la ley de la gravitación universal ( |Philosophiae naturalis principia matemática: 1687). Sus aportes a las matemáticas y a la astronomía, que no es del caso examinar aquí, son fundamentales. "La idea de la unidad de la naturaleza y de la regularidad natural que en conjunto e inviolablemente la domina, era desde sus comienzos una idea fundamental del racionalismo. Pero solamente con Newton se convierte esta idea -dejando de ser un simple programa físico, como en Descartes, o de idea metafísica, como en Spinoza- en teoría científica elaborada, comprobada mediante cálculos, observaciones y experimentos. En la ley de la gravitación está la ley fundamental de la naturaleza". | 54

La ley de la gravitación universal -expuesta en tres principios fundamentales- no es otra cosa que la comprobación científica de que todos los cuerpos se atraen: entre dos cuerpos o partículas cualesquiera, existe una fuerza de atracción directamente proporcional al producto, de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Pero lo que para la historia del pensamiento humano, y de las disciplinas científicas, tiene mayor trascendencia, es el que fue Newton quien demostró por vez primera que los fenómenos del mundo físico se pueden determinar y |pre-determinar mediante cálculos precisos.

 

Capítulo V

EL PERIODO DE LOS GRANDES SISTEMAS FUNDAMENTALES

 

A. RENE DESCARTES (1596-1650)

Su obra más importante -el |Discours de la méthode- se publico en el año de 1637. En ella, formuló el célebre y discutido principio de la duda metódica. Partiendo de una posición en que se abstiene de afirmar ninguna existencia y de formular afirmaciones a priori -vale decir, de una actitud intelectual antidogmática- observa Descartes que en esa misma actitud de duda algo subsiste: la duda misma y, por lo tanto, la existencia de alguien que duda, o sea de un yo, de un ente pensante. Esa duda, por consiguiente, revela al hombre su propia existencia: - |Jepense, donc je suis ( |Cogito, ergo sum). De este principio deduce Descartes que todo aquello que se pueda formular en forma tan clara, será verdadero. Así, los principios matemáticos.

Descartes aportó a la filosofía un argumentó antropológico -o psicológico- sobre la existencia de Dios, partiendo de una triple clasificación de nuestras representaciones mentales: |ideas innatas, |ideas adventicias -nuestras percepciones sensibles- e |ideas que surgen de la fantasía. Las primeras están fundadas en la esencia misma de nuestro espíritu; las segundas provienen de las cosas exteriores y las últimas son creaciones arbitrarias y puramente imaginativas. Pero entre las de la primera especie hay una que puede proceder de una fuerza desconocida que obra en nuestro intelecto: la idea de Dios.

El mundo corporal y el espiritual son reales, pero absolutamente distintos. De aquí el sistema |dualista de Descartes: cuerpo y espíritu y Dios y el mundo son las categorías irreductibles de este dualismo sistemático: El otro aporté cartesiano a la filosofía moderna, más importante que el dualismo, es el principio de la explicación |puramente mecanicista del mundo, que excluye toda intervención de entidades sobrenaturales en el orden de la existencia física. Esto, porque según Descartes, sólo Dios es sustancia y se encuentra no en el mundo sino fuera de él. Consecuencia de lo anterior es su afirmación de que los cuerpos vivos son máquinas y que los procesos de la vida son mecánicos y como tales hay que explicarlos.

Duda metódica, dualismo y mecanicismo son, en definitiva, los principales aportes del gran matemático y pensador francés a la filosofía moderna. Sus teorías, ásperamente combatidas por los jesuítas, fueron adoptadas por los jansenistas en su famoso enclave monástico de Port Royal. | 55

 

B. THOMAS HOBBES (1588-1679)

Este pensador inglés formuló lo que se ha llamado |teoría empírico- nominalista del conocimiento. Todo saber se basa en la experiencia y tiene como finalidad proporcionar enseñanzas prácticas y útiles al hombre. Así, mediante el estudio de la historia podemos conocer los móviles de la conducta humana, a fin de aprender a tratar os hombres y a gobernarlos. El desarrollo político de esta ideología se encuentra en la más célebre de sus obras -el |Leviathan- que se examina en la parte que en e presente curso se consagra a la Filo de la Historia.

Hobbes es un empirista. Cabría preguntar, entonces, cómo puede conciliarse esa posición con el método matemático, es decir, con la afirmación de que todos los conocimientos pueden ser deducidos a partir de definiciones y axiomas básicos. Esta cuestión lleva a Hobbes a la afirmación de que los "axiomas" científicos no son conocimientos innatos, ni evidentes por sí mismos, sino hipótesis o aserciones que necesitan comprobarse. ¿Cómo pueden comprobarse? Por el hecho de que las consecuencias que de ellos se deriven coincidan con la experiencia y sean útiles para los fines intelectuales que se persiguen. Este principio, empirista y utilitarista a un mismo tiempo, a la vez que muy típico de la mentalidad anglosajona, ha sido fecundo en el campo de las ciencias. | 56

 

C. BARUCH SPINOZA (1632-1677)

Este gran pensador holandés, judío de estirpe española, es por excelencia "el clásico del racionalismo y del dogmatismo", como escribe Ludwig Busse. En su concepto, el método geométrico es el modelo que debe seguir la filosofía. De aquí que su obra fundamental se titule |Ethica ordine geometrico demonstrata. | 57

El dogmatismo filosófico de este gran pensador consiste en aseverar que as como todas las cosas se derivan lógicamente de las causas o fundamentos últimos de la realidad, así también deriva la mente humana, por un proceso rigurosamente lógico, del concepto de un ser universal la noción de las cosas a las que en su conjunto llamamos "realidad".

Según esto, en la cima del sistema surge |una causa que es causa de sí misma, o sea un ser independiente, cualidad que es propia de la substancia, según el criterio cartesiano. Así, el concepto de |causa sui llega a coincidir con el de substancia, que es cosa distinta del modo y del atributo: el |modo es algo que existe en "otra" substancia; |atributo es una determinación o connotación esencial de la substancia, sin la cual esta dejaría de ser lo que es. Ahora bien: Dios es la única substancia, puesto que su infinito número de atributos excluye toda otra substancia. De donde se deduce que Dios es idéntico al mundo o naturaleza: el mundo, como un infinito que comprende todo lo particular, es Dios.

Así, del dualismo cartesiano pasa Spinoza al |panteísmo, cuya formulación rebasa los límites de este estudio propedéutico. En todo caso, en cuanto razón suprema del mundo, o sea de sí mismo, Dios es |natura naturans y en cuanto totalidad de todo lo existente es |natura naturata. De la substancia divina proceden los modos infinitos y de estos se siguen los modos finitos: los primeros (extensión y pensamiento, entendimiento y voluntad, movimiento y reposo) se identifican con los atributos de la divinidad; los segundos son las cosas materiales y espirituales que en su conjunto componen el mundo. De estos modos finitos, Dios es causa y también esencia y en cada uno de ellos cabe distinguir un aspecto material y otro espiritual. El hombre es un modo de la substancia divina, en el que también cabe distinguir una doble entidad: la material y la espiritual. Este dualismo paralelo explica, en último análisis, la posibilidad del conocimiento.

 

D. GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ (1646-1716)

Fué, en realidad, el primero de los grandes filósofos alemanes, a más de eminente jurista y matemático, y coincidió con Newton en la formulación del cálculo infinitesimal. Sus obras fundamentales son la |Teodicea y la |Monadología. Oponiéndose a la idea de substancia corporal, puesto que ésta es un compuesto divisible, observa Leibniz que la materia tiene como atributo la extensión -divisible por esencia- y que es inerte, en tanto que la substancia es actuante. De donde las cosas en sí, es decir, las substancias, tienen que ser incorporales y por ende concebidas como entidades del orden espiritual. | 58

Surgen aquí, a cambio de los átomos físicos, los "étomos psíquicos", las mónadas. Toda realidad es espiritual; todas las cosas son unidades anímicas y todas son mónadas. Cada mónada es única y distinta, pero es -al propio tiempo- un espejo del universo. Y se encuentra ordenada dentro de una escala infinita, que comienza con las m limitadas o imperfectas y termina con la más perfecta e ilimitada por esencia, es decir, Dios. El hombre es también una mónada: una "mónada espiritual".

En cuanto a la teoría del conocimiento, Leibniz distingue verdades de razón y verdades de hecho. La mónada, al respecto, todo lo deriva de sí misma en cuanto es un "espejo del universo" y porque procede independientemente de las demás, pero opera dentro de una armonía preestablecida. Esto no obsta para que el filósofo admita que, en relación con el entendimiento humano, existen verdades fundadas en la razón y verdades derivadas de la experiencia. Entre las primeras figuran las concepciones metafísicas, al igual que los conocimientos lógicos y matemáticos. Entre las segundas, se encuentran los postulados de las "ciencias inductivas", como la Física, que no son eternas ni generales en absoluto y en que pueden presentarse variaciones.

Racionalismo y empirismo no resultan totalmente conciliados dentro del sistema filosófico de Leibniz. Sin embargo, su mérito principal consiste, como anota Messer, en que frente a la tendencia monista de Spinoza, asume una posición propia, un "pluralismo metafísico", en cuanto lo esencial del mundo no es su unidad, sino su multiplicidad: -"Así como para la metafísica de Spinoza sirve de modelo la geometría, para la de Leibniz lo es la aritmética". | 59

 

Capítulo VI

EL PERIODO DEL ILUMINISMO (Siglos XVII y XVIII)

 

A. CONCEPTUACION Y PRECISIONES

Afirma Karl Vorlander que, tal como en la antigüedad, en la época moderna un período esencialmente antropológico sigue a otro de signo cosmológico y metafísico: lo que fue la filosofía socrática respecto de la eleática, en Grecia, es el Iluminismo en la historia del pensamiento post-renacentista. Esta tendencia se origina en Inglaterra y pasa a Francia, llegando finalmente a Alemania, donde entronca con las doctrinas de Leibniz. El iluminismo alemán, sin embargo, carece de la importancia y de la trascendencia del inglés y del francés. Ocurrió, tal como escribe J.E. Spenlé, que las universidades alemanas de la época, bajo la influencia del pensamiento de los filósofos ingleses y franceses, se convierten en focos del nuevo espíritu de crítica racionalista que ha recibido el nombre de Aufklarung.

"Iluminismo", en efecto, es traducción de ese vocablo alemán, que en cierta manera equivale a la palabra francesa Ilustración. El iluminismo es una especial actitud de la mente frente a la problemática de la filosofía; conlleva -hasta cierto punto- una superación de la preocupación predominantemente metafísica y se caracteriza por la aparición de nuevas disciplinas intelectuales que -como la Filosofía del Derecho la del Estado y la de la Religión- son índices de una nueva aproximación real del hombre al mundo en que vive y a los problemas propios de su condición como ente social.

 

B. EN INGLATERRA DE LOCKE A HUME

1. John Locke (1632-1704)

Estudio inicialmente ciencias naturales y medicina pero la lectura de las obras de Descartes lo inclinó a la filosofía. En cierta manera, Locke fué un continuador de Bacon, en cuanto adoptó el empirismo, que trató de fundamentar mediante investigaciones sistemáticas sobre el origen y la validez del conocimiento derivado de la experiencia. | 60 Su obra más importante - |An Essay concerning Human Understanding- se publicó en 1690.

Locke, como escribe Busse, parte de la formulación de un problema fundamental: -Cómo aparece el conocimiento, qué valor posee y cuáles son sus límites? Respecto del primer punto, reacciona contra la teoría de las representaciones innatas: el hombre debe lo que sabe a la experiencia. Pero existe una diferencia epistemológica entre los conocimientos que, en cuanto necesarios, no necesitan ser confirmados por la experiencia y otros que la presuponen o que necesitan ser confirmados por ella. Las ideas son simples o complejas: las primeras provienen de los sentidos; las segundas son construcciones de la mente.

En cuanto al valor de tales ideas, segundo punto de la pregunta fundamental, las simples son aprehendidas en la conciencia tal como son en la |realidad sensitiva, pero no en la |realidad objetiva. Lo que tales ideas nos dan a conocer son nuestras propias representaciones y no las propiedades de las cosas en sí mismas consideradas. Las cualidades que corresponden efectivamente a las cosas, según Locke, se llaman |primarias; las que nosotros les atribuímos, se llaman |secundarias. Por lo que dice a las ideas complejas, entre las cuales se encuentra la de substancia, no se trata de ideas innatas, ni de hechos de conciencia inmediatos, sino de un producto de nuestro pensamiento.

En lo relativo a los criterios de verdad y de certeza, Locke afirma que las representaciones no son verdaderas ni falsas: lo son los juicios mediante los cuales las relacionamos y subordinamos. Sin embargo, en el último de los cuatro libros de su obra fundamental, Locke niega implícitamente su punto de partida exclusivamente empírico, al distinguir entre verdades de absoluta certeza, que no requieren de la experiencia para su confirmación, y verdades empíricas, cuyo valor sólo es probable.

El conocimiento, por lo demás, no es ni puede ser ilimitado, pero podemos ampliarlo o por medio de la experiencia o por medio del razonamiento, pasando de lo particular a lo general y de lo simple a lo complejo. | 61

Locke se ocupó también de la moral, la religión, el estado y la educación. Fuente de toda virtud es la voluntad libre; de la moral, la revelación divina; del estado, una libre convención entre los hombres, para asegurar y proteger sus derechos. En educación, sostiene que ésta debe desarrollar de un modo natural las disposiciones innatas del niño, afirmación que influyó especialmente en Rousseau.

2. George Berkeley (1685-1753)

Irlandés, convirtió el empirismo de Locke en un idealismo subjetivo. Escribió su obra fundamental - |A Treatise concerning the principies of Human Knowledge- en el año de 1710: en ella negó la posibilidad de la existencia de las ideas abstractas, es decir, del nominalismo, y también la existencia independiente o autónoma del mundo exterior.

Sólo en nuestras representaciones existen las cosas externas, porque |ser es igual a ser percibido. Sin embargo, qué es lo que realmente existe? El yo, alma o espíritu percipiente. Entre las ideas producidas arbitrariamente por la mente y las producidas a consecuencia de representaciones proporcionadas por los sentidos, media una gran diferencia. Estas últimas son más fuertes y su fundamento radica en ciertas leyes naturales que dimanan de Dios. La verdadera realidad de las pretendidas cosas o ideas, como escribe Vorlander, consiste se esto en la fijeza y en el orden de su mutua relación. O, mejor, en su identificación: cosas e ideas son lo mismo.

Enfocando desde otro punto de vista el idealismo subjetivo de Berkeley, explica Salomón Reinach que las sensaciones no son cosa distinta a sueños o alucinaciones y que tienen una causa independiente del sujeto. Esa causa no puede ser otra que Dios. Los únicos seres reales son Dios y los espíritus, entre los cuales se cuenta el alma humana. | 62

3. David Hume (1711-1776)

Trató de conciliar las consecuencias de los postulados de Locke y de Berkeley. Sus obras más importantes son las tituladas |A treatise on Human Nature (1739-1740) y |Enquiry concerning Human Understanding (1748).

La filosofía de Hume tiene un carácter empirista, porque para él todas las representaciones mentales provienen de nuestra experiencia, y de la asociación de estas experiencias, inclusive la noción de causa y efecto. Pero también es sensualista, porque afirma que las sensaciones son el punto de partida de la actividad psicológica del hombre. Reconoce, sin embargo, la necesidad de ciertas ideas o verdades necesarias, independientes de la experiencia, con lo cual asume una posición intermedia entre la de los racionalistas puros y los puros empíricos.

En la primera de las obras citadas, Hume se consagra a estudiar primordialmente la psicología del conocimiento; en la segunda, a examinarlo críticamente. Por lo demás, el escepticismo debe preceder a toda la disciplina filosófica: aquí, el pensamiento de Hume enlaza con el de Descartes.

La experiencia y la costumbre son caminos del conocimiento práctico. Hume se abstuvo de especular sobre los principios, las esencias y lo absoluto, conceptos de los que a su juicio puede prescindir la ciencia, que es lo que en realidad le interesa y preocupa. Pero la crítica que realiza respecto a la naturaleza y el valor objetivo de nuestros conocimientos influyó poderosamente en Kant, toda vez que alude al problema crítico y fundamental de toda filosofía: el de la validez de tales conocimientos, el del tránsito del orden subjetivo del pensar al orden objetivo del ser. | 63

 

C. EN FRANCIA: DE BAYLE A ROUSSEAU

El período de la "Ilustración" francesa es de pura esencia racionalista. Los pensadores franceses del siglo XVIII asumieron una posición de vanguardia, sobre la base de que la razón y la ciencia pueden libertar a la humanidad de una doble servidumbre: las tiranías políticas y religiosas y la ignorancia. En el comienzo de esta etapa encontramos las opiniones de Bayle.

1. Bayle y el escepticismo

|Pierre Bayle (1647-1706) fué el autor de un |Dictionnaire historique et critique, antecedente de la célebre Enciclopedia y verdadero arsenal de la crítica histórica y del escepticismo filosófico que caracterizan el pensamiento francés del siglo XVIII. En asuntos religiosos se abstuvo prudentemente, sin embargo, de anteponer la razón a la fé. | 64

Dentro de la "Ilustración" cabe distinguir varias tendencias: una ecléctica, otra sensualista, otra materialista y, finalmente, una naturalista o naturista.

2. El eclecticismo de Voltaire a Diderot

Los dos pensadores más influyentes, dentro de esta tendencia, fueron |Voltaire (1694-1778), |Montesquieu (1689-1755) y |Diderot (1713-1784). Voltaire, mejor que un pensador sistemático, fue un polígrafo y un intelectual de temperamento aristocrático; luchó por la libertad de conciencia y ejerció una influencia que se prolonga hasta nuestros días. |Montesquieu no insurge -como Rousseau- contra la cultura de su época, ni es un polígrafo como Voltaire. Fue un historiador y un jurisconsulto cuya obra fundamental - |El espíritu de las leyes- se estudia en la segunda parte de esta obra. Diderot, a par de D'Alembert, osciló entre una posición que recuerda las doctrinas de Epicuro y un panteísmo en que el universo resulta ser un organismo total, dotado de vida y sensibilidad. Para Diderot, la función de la ciencia es describir matemáticamente el mundo de los hechos.

3. El sensualismo: Condillac

Correspondió a Condillac (1715--1780) formular la teoría del sensualismo puro, que resulta ser la transformación del sistema empírico del conocimiento enunciado por Locke. Para Condillac, la "observación" es la presencia de la sensación en la conciencia de quien percibe; la "comparación" radica en la coexistencia de sensaciones, y el "recuerdo" es un eco de la sensación. Tratando de demostrar lo anterior, imagina Condillac una estatua a la que pudieran infundírsele sucesivamente los sentidos externos, desde el olfato hasta el oído y el tacto. En tal caso, esa estatua poseería lo que llamamos "conciencia". | 65

4. El materialismo: de La Mettrie a Holbach

Cabe suponer que la teoría sensualista del conocimiento conduce directamente al materialismo, tal como lo exponen en sus obras |La Mettrie (1709-1751). |Helvecio (1715-1771) y |Holbach (1723-1789). Leyendo las obras de estos autores ( |El hombre máquina, del primero; |Acerca del Espíritu, del segundo, y el |Sistema de la Naturaleza, del tercero) se comprende fácilmente que este materialismo ateo sea la menos interesante y mas revaluada de las contribuciones del pensamiento francés a la filosofía. Todo lo psíquico queda reducido a una simple actividad "nerviosa" y cerebral; las religiones son engañosos inventos de los sacerdotes y no existe sino un solo bien: la felicidad terrenal del hombre. Para superar la ignorancia, la superstición y el error, la ciencia nos ofrece sus caminos: se trata, desde luego, de una ciencia concebida dentro de un estrecho criterio sensualista. | 66

5. Rousseau y el naturalismo

El m influyente de los representantes de esta posición fué |Juan Jacobo Rousseau (1712-1778). Adversario del intelectualismo, sostuvo Rousseau la necesidad de retornar a la naturaleza, para escapar a los vicios e injusticias de la sociedad. Obras en las que las tesis de Rousseau encuentran sistemática formulación son, principalmente, |El origen de la desigualdad entre los hombres, el |Contrato social, el |Emilio y las |Confesiones. Las dos primeras son el fruto de las preocupaciones socio-políticas de Rousseau y de su concepto del Estado; el Emilio es un tratado de pedagogía naturalista, y las Confesiones son una autobiografía reflexiva de muy interesante lectura y de acusado interés literario y psicológico. Rousseau fue deísta, y su posición dentro del racionalismo es excepcional, en cuanto opuso "la Naturaleza" a "la Cultura", así como se oponen la Ciencia y la Religión. En la Parte II de esta obra se estudia el contenido ideológico |del |Contrato social. | 67

 

Capítulo VII

LA FILOSOFÍA CRITICA DE IMMANUEL KANT

 

A. POSICIÓN INTELECTUAL DE KANT

Inmanuel Kant (1724-1804) adviene en un momento propicio para la renovación fundamental del pensamiento filosófico. Tarea a la cual, después de una larga preparación, se consagró por completo. Para esta misión disponía de profunda inteligencia singular capacidad metódica y, lo que no es menos importante, absoluta tranquilidad de espíritu.

El idealismo racionalista culmina con Leibniz: toda explicación racional del universo se apoya en la demostración de la existencia de Dios, autor de la armonía que existe entre todas las mónadas. De otra parte, con Hume llega el empirismo inglés a su más rotunda formulación: para ese filósofo, la existencia es algo meramente subjetivo y sólo median diferencias de grado entre la noción de "algo existente", que en realidad poseemos o creemos poseer, y la impresión puramente imaginada de ese "algo existente".

El tercero de los antecedentes de la filosofía kantiana es la física de Newton. En tanto que el empirismo concluye afirmando la imposibilidad de todo conocimiento |trascendente -término opuesto a |inmanente-, la física permite un conocimiento exacto de la naturaleza.

La oposición entre la física de Newton y las teorías de Hume, y la afirmación básica de Leibniz respecto a la existencia de Dios, movieron a Kant -después de un largo período de meditación: la "etapa precrítica"- a formular una filosofía que, teniendo en cuenta el empirismo de Hume, se aproximara por su estructuración a la física de Newton. Se trataba de conocer la realidad, de saber si es posible el conocimiento objetivo, planteando así -como base de una futura metafísica- el problema previo de la crítica del conocimiento humano. | 68

 

B. LA CRITICA DE LA RAZÓN PURA

Conocer equivale a captar el ser de las cosas. Si estas existen fuera de mí mismo, es decir, en sí mismas, serán trascendentes, y conocerlas equivaldrá a conocer algo que existe fuera del sujeto pensante. Por el contrario, si lo exterior no llega a nosotros sino deformado, o si el hombre solamente puede conocer lo que hay en sí mismo, tal como afirmaba Berkeley, el conocimiento trascendental será imposible, porque lo que podemos conocer es apenas algo meramente subjetivo: nuestras propias ideas.

Por "razón pura" entiende Kant una manera de conocimiento que no proviene de nuestros sentidos y que es independiente de toda experiencia. Es posible, en realidad, este conocimiento? Porque si lo es, presupondrá que podemos adquirir nociones no deformadas por los datos de nuestros sentidos: conocimientos trascendentales. De donde podrá existir una metafísica capaz de suministrarnos conocimientos ciertos sobre el verdadero ser, sobre la verdadera realidad de las cosas, es decir, sobre el ser trascendental. Kant recorrió un largo camino antes de dar una respuesta a tal interrogante.

 

1. Nuómeno y fenómeno

El conocimiento es inmanente o es trascendente, tal como lo había planteado ya la filosofía clásica de los griegos. Pero solamente en el segundo caso podrá ser posible una metafísica. La disyuntiva es resuelta por Kant afirmando que el conocimiento es |trascendental, lo que en este caso quiere decir que capta la realidad de lo objetivo, de las cosas, pero lo capta en el sujeto pensante. Ahora bien: a la cosa como la conozco, da Kant el nombre de |fenómeno; a la cosa tal como es, la llama nuómeno. El nur mo conocido en el fenómeno no es la cosa en sí, ni puede serlo, pero es |el ser trascendental.

 

2. Los modos de saber

Tendido así un puente entre lo subjetivo y lo objetivo, entre el fenómeno y el nuómeno, habrá que preguntarse si hay |modos de conocimiento, y cuáles son. Para Kant existen tres: la sensibilidad, el entendimiento discursivo y la razón. Pero el conocimiento es |a priori o |a posteriori: el primero no reposa en la experiencia y el segundo la presupone. Sólo el conocimiento a priori es universal y, además, necesario. De donde la ciencia -tal como ocurre en (a Física y la Matemática- será un conocimiento a priori. Pero, qué ocurre respecto de la Metafísica? Para responder a esta pregunta -se trata de saber, en definitiva, si es posible conocer el nuómeno- Kant se pregunta inicialmente cómo es posible la Matemática; luego, cómo es posible la Física.

Siendo la ciencia un armónico conjunto de juicios, en los que radica la verdad y en (os que consiste el conocimiento, Kant comienza formulando una teoría lógica de los juicios. | 69

 

3. La teoría del juicio

Hay juicios analíticos y juicios sintéticos. Los primeros son aquellos cuyo sujeto contiene al predicado: así al predicar el género respecto de una especie, o una propiedad esencial respecto de esta. Los segundos son los que unen un predicado a un sujeto que carecía de tal predicado. Esta última clase de juicios, por consiguiente, es la que enriquece el concepto del sujeto.

Como los juicios son comparaciones, los analíticos resultan ser |a priori, porque basta con contraponer sujeto y predicado, para conocer si son compatibles o incompatibles, es decir, verdaderos o falsos. En cuanto a los juicios sintéticos, son en su totalidad |a posteriori? Este es, para Kant, el problema central, porque si contestamos afirmativamente la pregunta, ocurre que todo conocimiento realmente nuevo -y que no sea simple deducción de algo que ya sabemos- es un juicio posteriori, y por tanto no será necesario ni universal. Dicho de otra manera: la ciencia, que procede a base de realizar nuevos descubrimientos, o no es necesaria y universal, o es solamente la reiteración, mediante juicios analíticos, de lo que ya se sabe.

Ante esta dificultad, y en vista de realidades científicas como la física de Newton o el cálculo infinitesimal de Leibniz, piensa Kant que tienen que existir juicios que amplíen el conocimiento, es decir, juicios sintéticos que sean necesarios y universales, o sea juicios sintéticos a priori. Es entonces cuando enuncia el problema preguntándose: cómo son posibles, si es que lo son, los juicios sintéticos en la matemática, en la física y en la metafísica?

 

4. Espacio y tiempo

Todo fenómeno se ordena dentro del espacio y el tiempo. Pero estas "formas" serán también fenómenos? Kant precisa que son algo a priori, pues no las conocemos por experiencia, sino que -por el contrario- condicionan nuestra experiencia. De donde deben considerarse como |formas a priori de la sensibilidad, anteriores a los objetos ("cosas") y propias del sujeto. Tales formas nos separan de la realidad objetiva, del nuómeno.

En este punto, asume Kant una posición diametralmente opuesta a los empiristas ingleses: se puede pensar en objetos fuera del espacio, pero no se puede pensar que el espacio no existe. El espacio es una representación a priori, una condición de la experiencia. Como el espacio, el tiempo posee también una "idealidad trascendental", como explica Vorlander. | 70

 

5. Las categorías

Así como en la sensibilidad encontramos formas a priori, también en el entendimiento. A éstas últimas, las denomina Kant categorías. Que son las modalidades del concepto de objeto. Estos "modos de ser" dependen del sujeto y no del objeto, como en las categorías aristotélicas. A esta nueva concepción -fundamentalmente revolucionaria- llamó Kant "giro copernicano" de la filosofía.

Los "modos de ser" se manifiestan en los juicios. De donde el filósofo deduce el cuadro de las categorías derivándolo de un análisis de los distintos tipos de juicios, así;

|Cantidad

|Cualidad

|Relación

|Modalidad

Tipos de Juicios:

 

 

 

Universales

Afirmativos

Categóricos

Problemáticos

Particulares

Negativos

Hipotéticos

Asertóricos

Singulares

Infinitos

Disyuntivos

Apodícticos

Categorías:

 

 

 

Unidad

Realidad

Sustancia

Posibilidad

Pluralidad

Negación

Causalidad

Existencia

Totalidad

Limitación

Comunidad

Necesidad

Las categorías son conceptos puros del entendimiento. Son los distintos modos de que dispone el entendimiento para formular un concepto relativo a una entidad externa, a un nuómeno. Estas categorías posibilitan la formulación de distintas clases de juicios, y son anteriores a toda experiencia. Son formas a priori del entendimiento, a diferencia de espacio y tiempo, que son formas a priori de la sensibilidad, tal como ya se dijo.

 

6. Las antinomias

Explica Jacques Chevalier | 71 , aclarando notoriamente los conceptos, que cuando la razón pretende prolongar fuera de los límites de la experiencia la serie de las condiciones de esta misma experiencia, se producen proposiciones sofísticas (antinomias), porque aunque no encierran en sí mismas contradicciones e inclusive encuentran en la razón condiciones que las hacen necesarias, las afirmaciones contrarias también descansan en la razón y resultan no menos necesarias. Las cuatro antinomias de la razón pura son las siguientes:
 

TESIS

ANTITESIS

1.  El mundo tiene un comienzo en el tiempo y está limitado en el espacio.

1. El mundo no tiene ni comienzo en el tiempo ni límite en el espacio.

2.  Toda sustancia compuesta lo está de partes simples y no hay nada que no sea simple o compuesto de partes simples.

2. Ningún compuesto consiste de partes simples, y no existe nada "simple" en el mundo.

3.  La causalidad natural no es la única de la que pueden derivar los fenómenos del mundo. Para explicarlos, es necesario admitir también una causalidad libre.

3. No hay libertad, en el mundo todo sucede únicamente a virtud de leyes naturales.

4.  En el mundo, como parte de él o como causa del mismo, existe un ser necesario.

4. Ni en el mundo, ni fuera del mundo, existe un ser necesario que sea su causa.

A favor y en contra de estas tesis, y de sus respectivas antítesis, militan argumentos. Pero si es imposible dar a tales proposiciones una solución dogmática, es posible en ocasiones darles una solución crítica. Esto, porque existe una estructura antinómica de nuestro espíritu. Las antinomias de la razón pura se reducen a una oposición dialéctica. Tanto en las tesis como en sus antítesis encontramos afirmaciones que sobrepasan los límites de la experiencia sensible. Y es más: las dos primeras tesis y sus correspondientes antítesis, que son antinomias matemáticas, son igualmente falsas, porque tanto las unas como las otras consideran al mundo como una "cosa en si", siendo así que el mundo no existe independientemente de nuestras representaciones, es decir, de lo fenomenológico.

Las tesis tercera y cuarta, y sus antítesis, son dinámicas, porque superan el terreno de las relaciones entre magnitudes de la misma especie y nos descubren nuevas perspectivas, en las que encontramos la síntesis de lo heterogéneo: las tesis se referirán a las cosas en sí, y las antítesis al mundo fenomenológico.

La doctrina de las antinomias es otro de los grandes esfuerzos mentales de Kant para conciliar la radical oposición que él mismo se encargó de establecer entre nuómenos y fenómenos.

 

7. Matemática, física y metafísica

a. La matemática pura.

En tanto que conocemos el espacio y el tiempo de manera apriorística, los juicios que se refieren a tales "formas" son a priori aunque sean sintéticos. De este modo, afirma Kant que es posible la matemática como ciencia, pues versa sobre las relaciones de las figuras |espaciales y de la sucesión |temporal de unidades que son base de los números.

b. La física pura.

A base de las nociones o "formas" de espacio y tiempo, y de las categorías, el entendimiento elabora los objetos de la física pura. Así, al aplicarse al espacio, la categoría |sustancia proporciona el concepto de |materia: la categoría |causalidad, en función del tiempo, producirá el concepto físico de causa y efecto, etc. Kant observa que, como en este terreno continuamos dentro del a priori -vale decir, fuera de la experiencia y sin tener que recurrir a ella- cabe formular en la física pura juicios sintéticos a priori. De donde esta ciencia es válida, como la matemática.

c. La metafísica.

De acuerdo con la clasificación de Christian Wolff (1679-1754), de la que parte Kant, esta disciplina filosófica presenta dos grandes divisiones: la metafísica general u ontología, y la metafísica especial, integrada por tres campos de estudio: la psicología, la cosmología y la teología racional. | 72 La pregunta de si es posible una metafísica como ciencia es resuelta negativamente por Kant.

El conocimiento |real presupone una materia dada y sensaciones que se ordenan de acuerdo con las formas a priori de la sensibilidad -espacio y tiempo- y con las categorías. De aquí que el conocimiento real sea a posteriori. Pero la metafísica aspira a ser conocimiento real y por tanto a posteriori, y además conocimiento científico puro, es decir, universal y necesario y por lo tanto a priori.

Afirma Kant que carecemos de intuiciones acerca de Dios, del mundo |como totalidad y del alma. La |síntesis de la materia intuida y de las formas a priori, que es lo que constituye el conocimiento real, no se consigue en los tres grandes campos de |realidad intelectiva ya enunciados: la divinidad, la totalidad del mundo y el alma o espíritu inmortal del hombre. Afirma Kant que se trata de "síntesis infinitas". Y como éstas no son mesurables ni abarcables, la metafísica no es posible como ciencia.

Suprimida o negada la intuición de alguna noción a priori sobre el Ser Supremo, es natural que Kant examine críticamente el argumento ontológico sobre su existencia, partiendo de su formulación cartesiana. Para concluir diciendo que como de Dios no hay "nada en nosotros", que somos fenómenos ante nosotros mismos, y aquello porque carecemos al respecto de intuiciones, no tenemos de donde deducir la existencia de Dios.

Entiéndase que esta conclusión negativa es racionalista, pero no escéptica. Kant niega la posibilidad de una metafísica científica, pero no la existencia de Dios, ni la del Cosmos, ni la del alma humana. Tampoco niega la metafísica, ni la importancia de su problemática, sino la posibilidad de estudiarla como ciencia.

 

C. LA CRITICA DE LA RAZÓN PRACTICA

Algún divulgador de la filosofía escribió que en la Crítica de la Razón Pura, Kant había dado muerte "al buen Dios". Y que para resucitarlo, había escrito la Crítica de la Razón Práctica. Frase tan ingeniosa como carente de sentido.

Vorlander ha hablado, refiriéndose a Kant, de "una nueva fundamentación de la filosofía". Nada más cierto. Téngase en cuenta que Kant se preparó durante largos años para esta labor. La primera de las obras citadas se publicó en el año de 1781. La segunda, en 1788. En el intermedio, publicó |los Prolegomenos para toda metafísica futura que haya de presentarse como ciencia (1783), el |Fundamento para una metafísica de las costumbres (1785) y los |Principios metafísicos de la ciencia de la Naturaleza (1786). Estas tres obras pueden considerarse como desarrollos de la |Crítica de la Razón Pura, y al propio tiempo, "prolegómenos" de la |Crítica de la Razón Práctica. A ésta sigue la |Crítica del juicio (1790). El conjunto de estas obras contiene lo más sustantivo del pensamiento Kantiano. Y su estudio integral es imprescindible para comprenderlo en su exacta dimensión.

La |Crítica de la razón práctica es un intento por encontrar una base teorética para la metafísica. Esta, según Kant, sólo es posible como metafísica de las costumbres, es decir, como una moral. Como explica magistralmente Chevalier, se trata de saber de qué manera la razón, en su |uso práctico, puede hacernos percibir en su |aspecto real conceptos que no pueden ser representados por la razón especulativa más que de una manera problemática, y cómo el orden de la libertad, que lo implica y presupone todo, es posible al lado del orden de la naturaleza. Aquí también se trata de salvar la distancia antinómica que existe entre dos conceptos o realidades aparentemente antagónicas: la libertad y el orden de la naturaleza.

El hombre trata de aprehender aquello que subyace en la multiplicidad de sus propias experiencias y en los datos de un cierto "sentido íntimo" que posee acerca de sí mismo y de sus propias acciones. Pero aunque libre, como se verá adelante, obra y quiere reconociendo necesariamente la existencia de una ley: el imperativo categórico "incondicionalmente obligatorio" de la ley moral, tal como explica Ernst von Aster. | 73

|Queremos ser felices pero |debemos ser morales. El imperativo categórico, que brota de nosotros mismos, garantiza nuestra seguridad y, por lo tanto, nuestra felicidad. Y su formulación, según Kant, es la siguiente: -"Obra de manera que en todo tiempo puedas aspirar a que sus acciones puedan convertirse en ley universal". La segunda máxima involucrada dentro del imperativo categórico kantiano dice así: -"Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, como un fin y no solamente como un medio". Y la tercera: -"Obra en el reino de los fines como si fueses a la vez el autor y el sujeto de una legislación universal".

Pero para que esta autonomía de la voluntad sea razonable y posible, debe presuponer un orden de libertad. Nuestra capacidad de determinarnos a nosotros mismos de conformidad con el imperativo categórico, o sea con la ley moral, implica una "causalidad libre". Ahora bien: existe la libertad? No dentro del mundo de los fenómenos que la ciencia reduce a su propio dominio. Pero sí en el mundo de la voluntad. La existencia de la libertad humana es un "postulado de la razón práctica".

Dos postulados de la misma especie complementan el mundo de la moral kantiana: la existencia de Dios, entendida como existencia de un orden universal definitivamente válido, y la inmortalidad del alma. Pero la adhesión a estos principios es una |creencia, y más específicamente una |creencia religiosa racional. Esta teoría, bastante contemporizadora, se sistematiza en una obra escrita por Kant en el año de 1793: |La religión dentro de los límites de la mera razón.

 

D. PROYECCIONES DE LA FILOSOFÍA KANTIANA

-"La filosofía kantiana -escribe Ludwig Busse- constituye, de una parte, la conclusión de fa evolución que la precede, y por otra, el punto de partida de una nueva evolución. Lo último sucede porque, aparte de los nuevos puntos de vista que aquella presenta, no pudo reunir en un todo sin contradicciones las diversas teorías que pretendía conciliar. Al contrario, aparecen en ella contrastes que constituyen el punto de partida de nuevas direcciones ideológicas, de opuestas tendencias". | 74

Precisamente por lo que anota Busse, la filosofía kantiana tiene una proyección de excepcional importancia: no sólo en cuanto es continuada en sentido evolutivo por muchos pensadores, sino mejor por el hecho de haber suscitado nuevas teorías y abierto el camino para rectificaciones fecundas. En todo caso, la filosofía alemana posterior a Kant puede clasificarse dentro de una doble y antitética tendencia: una dirección idealista (Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer, Hartmann), y una dirección realista (Lotze, Herbart).

El hecho es que, tal como explica Chevalier, a pesar de sus esfuerzos, Kant no pudo conciliar el irreductible dualismo entre el mundo de la ciencia y el de la creencia, entre el determinismo fenoménico y la libertad nuoménica: -"De esta no sabemos si existe: la cosa en sí permanece inaccesible al saber humano". Para escapar al escepticismo trascendental dejando a salvo los valores morales, Kant se vió precisado a establecer dos distintos órdenes filosóficos: el de la razón pura, que conduce a la negación de la metafísica como ciencia, y el de la razón práctica, en el que tiene que apelar a presupuestos de simple experiencia y, en ocasiones, de conveniencia.

El esfuerzo titánico del pensador alemán, sin embargo, no fue perdido. De una parte, obligó a sus sucesores a buscar caminos distintos al dogmatismo. De otra, aportó una serie de conceptos fundamentales, sobre muchos de los cuales reposa todavía el pensamiento filosófico.

Mediado el siglo XIX, y como reacción contra el pensamiento materialista, adviene una corriente neo-kantiana: así Federico Alberto Lange (1828-1875), Hermann Cohen (1842-1918), Paul Natorp (1854-1924), Rodolfo Stammler (1856-1929) y los pensadores de la "Escuela de Marburgo". Las tendencias de esta escuela fueron introducidas a España, e influyeron en Hispanoamérica, gracias a José Ortega y Gasset.

 

Capítulo VIII

NACIONALISMO, IDEALISMO Y PESIMISMO EN ALEMANIA

 

A. JOHANN GOTTLIEB FICHTE (1762-1814)

No sin contradicciones internas, el pensamiento filosófico de Fichte evoluciona desde la época en que presentó a Kant su |Ensayo de una crítica de toda revelación (1791) hasta sus célebres Discursos a la nación alemana, pronunciados en la Academia de Berlín entre 1807 y 1808, en los que preconizó -frente al poderío napoleónico- el renacimiento de Alemania mediante un nuevo sistema de educación. El dogmatismo científico de Fichte, de esencia germánica, suscité una vigorosa oposición. Y renace transitoriamente al estallar en 1914 la primera guerra mundial.

Las obras más importantes de Fichte son las que escribió entre los años de 1794 y 1800. Así los Fundamentos del conjunto de la |Teoría de la Ciencia la Primera Introducción a la |Teoría de la Ciencia la Segunda Introducción a la |Teoría de la Ciencia los Fundamentos del Derecho Natural según los principios de la Teoría de la Ciencia y |Sobre el destino del hombre. A partir de 1800 la filosofía de Fichte evoluciono hacia un idealismo absoluto teñido de misticismo.

Para este pensador, el nuómeno es una pura hipótesis: lo irreductible es el espíritu humano -el yo, el sujeto- del que es preciso derivarlo todo aplicando el principio matemático de la identidad. Al afirmarse, el yo crea por oposición el |no yo. Pero ambas entidades están subordinadas a un principio de unidad total: el |yo absoluto, o sea Dios. Corolario de lo anterior será que la regla suprema de la conducta humana consiste en subordinar el no yo, y ser libre. Conservar la propia libertad, explica Reinach, es la esencia del derecho, y respetar la libertad ajena es el principio básico de la contrapartida del derecho, es decir, del deber.

Pero el yo solamente existe cuando piensa: el acto de pensar es el principio de la existencia, y el pensamiento es el punto de partida de la creación de contenidos de conciencia. Evidente retorno a Descartes. Pero lo que da su signo idealista a la filosofía de Fichte es que, al parecer, el pensador llega a la conclusión de que inclusive la materia es "una creación" del sujeto pensante. El objeto de la |Teoría de la Ciencia, noción que Fichte identifica con la de |Filosofía, es explicar este proceso. Una serie de consideraciones de carácter abstracto y sutil permiten a Fichte contraponer proposiciones reductibles o irreductibles, pero sometidas todas a tres principios fundamentales o "acciones del pensamiento", sobre los cuales reposan los de |identidad, |contradicción y |razón suficiente.

De la manera como el yo entra en contradicción consigo mismo por la "posición" del no yo, y elimina esta oposición mediante la limitación de ambas entidades, fluye el proceso de la evolución, que es infinito y que se traduce o formula en el método dialéctico de la tesis, la antítesis y la síntesis. Este es el inmediato antecedente del |devenir hegeliano y, posiblemente, el aporte más fecundo de Fichte al pensamiento moderno.

Distingue Fichte una filosofía teorética y una filosofía práctica, en lo que sigue a Kant, pero su posición es totalmente idealista, toda vez que en su filosofía todo fluye del yo pensante. Ahora bien: en eL saber o conocimiento se realiza la síntesis del orden subjetivo y del objetivo, del yo y del no yo: se llega así a una unidad trascendental, objeto propio "de la más alta filosofía". | 75

 

B. GEORG FRIEDRICH HEGEL (1770-1831)

Las principales obras de este gran pensador son la |Fenomenología del espíritu (1807), la |Ciencia de la Lógica (1812-1816), el |Esbozo enciclopédico de las Ciencias Filosóficas (1817), el |Esbozo de la Filosofía del Derecho (1821) y sus célebres cursos sobre |Historia de la Filosofía, |Filosofía de la Religión y |Filosofía de la Historia. Sobre las tesis contenidas en estos tratados y las consecuencias que al respecto tiene su dialéctica, puede consultarse la segunda parte de la presente obra.

Hegel aspira a "un conocimiento absoluto", es decir, un saber que abarque tanto al yo como al no yo. Pero la realidad se nos aparece como algo que se impone absolutamente y que está en continua evolución -aporte este debido a Schelling-. luego el no yo deriva de la razón y todo lo real es racional, así como todo lo racional es real. Por ésto Hegel dé el nombre de "Lógica" a la Metafísica.

La razón humana opera dialécticamente, al igual que la realidad: a un estado, que llama tesis, se opone otro llamado antítesis, y ambos se resuelven en un tercer estado, la síntesis: ser, no ser y devenir. Después de lo cual, la síntesis pasa a constituir la tesis de una nueva tríada, conceptual y real a la vez, y así sucesivamente hasta el infinito.

Este proceso arranca en el ser, que es la tesis, o sea "un algo no concreto". Al pensar el ser, "se piensa en nada". Y la nada es lo puesto al ser, y por lo tanto su antítesis. El paso del ser a la nada constituye un tercer estado que implica una relación conceptual y real, la síntesis. Por esto último, precisamente, este proceso no ocurre solamente en el plano de la inteligencia sino en el de la realidad. -"Cuando pienso en el ser, explica Julían Marías, veo que lo que de verdad pienso es la nada; lo cual significa que, en general, en cada estado se encuentra la verdad del estado anterior (...). Cada estado se apoya en los anteriores y contiene la verdad de todos los pasados". | 76

Sobraría insistir en la importancia que entraría el carácter evolutivo de la dialéctica hegeliana, que arranca de Fichte, pero que en último análisis fluye de las tesis de Heráclito. La dialéctica adquiere aquí un sentido trascendental y sistemático, porque abarca toda la realidad. Pero como toda la realidad es lo |absoluto, y lo absoluto es Dios, la existencia divina consiste en un devenir dialécticamente necesario. Los seres finitos o perecederos son estadios o grados de ese proceso evolutivo, que llega a identificarse con la esencia misma de la divinidad. Esto explica cómo el sistema de Hegel es, en el fondo, de carácter netamente panteísta.

Siguiendo el mismo criterio de lo que pudiéramos llamar tricotomía integracional, Hegel observa que, frente a la naturaleza, el |espíritu significa |interioridad, orden subjetivo. Este orden será también evolutivo y abarcará tres estados, que el gran pensador denomina |espíritu subjetivo, e |spíritu objetivo y |espíritu absoluto.

El espíritu subjetivo es el sujeto que se conoce a sí mismo, y en el que distingue Hegel tres estados: |alma, o sea el espíritu que unido al cuerpo anima a éste; |conciencia, que es el espíritu que vigila su propia actividad, y |espíritu propiamente dicho, que es la síntesis de los dos primeros estados. Este último realiza plenamente las funciones congnoscitiva y volitiva.

El espíritu objetivo es la síntesis de la realidad o naturaleza, considerada como tesis, y del espíritu subjetivo, que surge como antítesis. Para Hegel, la suprema creación o manifestación del espíritu objetivo es Estado. Aparece aquí otra tríada, porque el primer estadio del espíritu objetivo es el |derecho, y el segundo la |moralidad: síntesis de ambos será la |eticidad, forma suprema que envuelve y transfigura los dos primeros estadios.

El |espíritu absoluto es el fundamento de todo lo demás: es el espíritu "en sí y para sí", que se identifica con toda verdad trascendental. De donde la Filosofía es lo absoluto en cuanto se conoce a sí mismo. A través de los senderos del arte y de los anhelos de la religión, el espíritu absoluto avanza hasta culminar en la Filosofía. Esta es la última de las grandes triadas de integración formuladas por Hegel, a la cual -desde luego- no puede llegarse conceptualmente sino después de un estudio conjunto de sus obras y, también, de la evolución de su pensamiento.

-"La filosofía hegeliana, escribe Ludwig Busse, es la síntesis definitiva en la que están contenidos los sistemas anteriores. En ella, el espíritu absoluto se hace consciente de sí mismo de manera total y reconoce, en la evolución histórica, que ha recorrido todo el contenido de su propia esencia". | 77

 

C. FRIEDRICH WILHELM SCHELLING (1785-1854)

El aporte fundamental de este pensador es la llamada "Filosofía de la identidad". Schelling partió de Fichte y concibió la realidad o naturaleza como "espíritu hecho visible" y, a la vez, como un medio de que el Creador se sirve para suscitar una conciencia en los espíritus individuales. Lo cual ya nos está diciendo que el pensamiento de este filósofo linda con la mística.

De acuerdo con Fichte, sostiene Schelling que la filosofía tiene -necesariamente- que derivar la noción de lo real de algún principio supremo. Pero este principio no reside en el yo, sino que consiste en la identidad de sujeto y objeto, de espíritu y naturaleza. Todo tiende a "concienciarse", porque la conciencia, como explica hermosamente Salomón Reinach, duerme en el mineral, late en la planta, sueña en el animal y se despierta en el hombre. | 78

De otra parte, la razón de lo absoluto se desarrolla o evoluciona precisamente en los contrastes que presentan el sujeto y el objeto, lo ideal y lo real, el espíritu y la materia. Pero en el proceso de "concienciación" existen dos líneas o corrientes: una real y otra ideal. Ambas fluyen en tal forma que su curso tiende a confundirse, creando una entidad superior, a la manera que de la reunión o confluencia de dos corrientes de agua puede nacer o nace un gran río.

La evolución de la línea real pasa de fenómenos en que predomina la materia a otros en que ésta se transforma y espiritualiza, tal como ocurre con la luz o con los seres de la escala biológica. Por su parte, la línea ideal alcanza su máximo desarrollo en la intuición estética, que para Schelling no es otra cosa que la unidad del aspecto inconsciente (real) y del consciente (ideal) del espíritu. Pero sólo en el conjunto del universo se da la absoluta identificación de ambos factores. Parece ser que tal conjunto no es otra cosa que una entidad creadora, intuída por la filosofía. En definitiva, una "entelequia divina", un nuevo nombre de Dios.

Vemos así que a las sistemáticas y rigurosas construcciones de Kant, e inclusive de Hegel, sigue un pensamiento filosófico basado en intuiciones de carácter místico y propiamente |poético. Una vez más tuvo razón Reinach al terminar el comentario que consagra al autor del |Sistema del Idealismo Trascendental: -"Schelling nos deja el recuerdo de un poeta de alto vuelo, extraviado en la filosofía y en la ciencia". | 79

 

D. ARTHUR SCHOPENHAUER (1788-1860)

El autor de El mundo como voluntad y como representación y Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente aparentó ser un implacable adversario de los idealistas, y en particular de Hegel. Pero no pudo escapar al signo de su tiempo, de su cultura y de su raza. Sólo que fue un pensador cuyas ideas reflejaron, ante todo, su vida emocional, sus pasiones y sus propios complejos. Sin embargo, fue muy grande su influencia, porque sus tesis coincidieron con el auge de la sensibilidad romántica.

El mundo, para Schopenhauer, es una "representación", es decir, una apariencia. Pero entre las cosas que conocemos hay algunas que no son apariencias: así nuestra propia entidad, que se nos revela -ante todo- como voluntad de vivir, como un querer o inclinación vital e intelectual que nos lleva a aspirar a algo y en ocasiones a conseguirlo, pero que en ambos casos nos conduce al dolor.

Aparece aquí, en el pensamiento de Schopenhauer, la influencia de determinadas filosofías orientales. Porque si la vida es dolor, y el placer un paréntesis dentro de ese dolor, la voluntad de vivir es un mal. Del cual sólo podemos escapar mediante la anulación de nuestra propia voluntad. Vale decir, dejándonos llevar "por la corriente Nirvana". De donde el pensamiento de Schopenhauer resulta ser pesimista en sus planteamientos y todavía más pesimista en sus conclusiones.

La redención, por consiguiente, será la destrucción o la autodestrucción. Esta es la tesis negativista que ilustré Ricardo Wagner en muchos de sus grandes dramas musicales y, particularmente, en |Tristan e Iseo, bien que complementándola con la del amor que redime, pero aniquila.

Schopenhauer se preocupó especialmente por los asuntos concernientes a la belleza artística y concedió, en este terreno, una importancia fundamental a la música, como elemento libertador y purificador. -"Mas la felicidad que la consideración estética proporciona, explica Busse, es de corta duración. La voluntad interviene de nuevo y, tras del goce que nos proporciona, nos hace apreciar como doblemente dolorosa la infelicidad de la existencia. Una redención verdadera sólo puede alcanzarse por la negación de la voluntad de vivir". | 80 Sin duda, la filosofía de Schopenhauer es la que corresponde a un hombre genial, infortunado y misógino.

 

Capítulo IX

LA FILOSOFÍA ANGLOSAJONA

Consideramos que en la historia de la filosofía moderna se inicia un nuevo ciclo con el aporte de los pensadores que incorporaron al ámbito filosófico preocupaciones de índole económica y política y, especialmente, con la formulación del evolucionismo moderno, que se inicia en el terreno de la biología con Charles Darwin y culmina en nuestros días con el evolucionismo cristiano y trascendental de Teilhard de Chardin. En realidad, la posición de Bentham, Stuart Mill y Darwin es más "actual" que la de Schelling y Schopenhauer, aunque cronológicamente hablando estos últimos sean posteriores a Bentham.

Bajo el presente epígrafe agrupamos el utilitarismo de Bentham, el positivismo utilitarista, de Stuart Mill, el evolucionismo de Darwin y de Spencer y el pragmatismo del norteamericano William James, cuya contribución a la psicología tiene todavía vigencia.

 

A. EL CRITERIO UTILITARISTA

El utilitarismo fue la filosofía de muchos de los fundadores de las nuevas nacionalidades hispanoamericanas. De aquí el que tenga para nosotros especial interés. Su iniciador fue Jeremías Bentham; su sistematizador John Stuart Mill, máximo divulgador del positivismo en Inglaterra.

 

1. Jeremy Bentham (1748-1 832)

En el año de 1777, Bentham concluyó su carrera jurídica y se consagró a la filosofía del derecho: buscaba, ante todo, la base para formular un sistema racional de gobierno. En este itinerario fue influído inicialmente por Locke, Montesquieu y Beccaria | 81 y, más tarde, por Helvecio y por Hume. En 1789 publicó su |Introduction to the principies of morais and legislation, en la que expone la teoría de que la "utilidad" es el principio básico de todas las instituciones sociales y estatales. El principio utilitario consistirá, desde luego, en "asegurar la mayor felicidad para el mayor número". | 82

Como observa Touchard | 83 , moral y contabilidad, felicidad y utilidad están estrechamente vinculadas en el pensamiento de Bentham, quien inicialmente se ocupó de reformas sociales, considerando que la política es tan sólo un medio para afianzar el orden y conseguir tales reformas. En cuanto dice orden a la economía política, Bentham coincidió con Adam Smith | 84 : -"El conocimiento de los medios adecuados para producir el máximo de felicidad, en la medida en que este fin más general tiene como causa la producción de riquezas para el máximo de la población" es el fin propio de dicha disciplina.

En el Capítulo I del Libro I de los |Principios de Legislación | 85 escribió Bentham: -"Hacer la felicidad de la comunidad es el objeto del legislador; la |utilidad general deberá ser la base de su razonamiento. Conocer bien los medios de procurar aquélla constituye la |ciencia, y hallar el modo de aplicarlos forma el |arte". Y más adelante: -"Por |utilidad entendemos la propiedad o la tenencia de una cosa para procurar algún |bien o para preservar de algún |mal. (...) Lo conforme a la utilidad de un individuo es lo que aumenta la suma total de su bienestar, y lo conforme a la utilidad pública es lo que aumenta el bienestar de los individuos de la comunidad que la componen".

Juzgar de una norma jurídica, o de una institución cualquiera, en razón de su utilidad -y especialmente de su utilidad para la comunidad- es un postulado legítimo, constructivo y, en ultimo análisis, profundamente cristiano. Pero las doctrinas de Bentham escandalizaron a muchos tratadistas, expositores y pedagogos colombianos del pasado y del presente siglo. Por entonces, fuéra de la moral |eclesiástica -que no propiamente |católica- resultaba sacrílego buscar una fórmula de moral social capaz de conciliar el bienestar individual con el común. | 86

 

2. John Stuart Mill (1806-1873)

Stuart Mill reveló precoz inteligencia, hasta el punto de que a los diez años pudo iniciar estudios de cálculo diferencial y a los trece asistió y se examinó brillantemente en un curso de economía. Mas tarde, emprendió estudios autodidácticos de filosofía y derecho, fue un benthamista entusiasta y experimentó la influencia de Carlyle, Comte y los saint-simonianos, pero sin compartir las tendencias neo-místicas del fundador del positivismo.

Sus obras más importantes son el |Sistema de lógica deductiva e inductiva (1843) y los |Principios de la economía política (1848). Desde que publicó la primera, ejerció extraordinaria influencia intelectual en Inglaterra y fuéra de ella, influencia que declina rápidamente a partir de 1870. A manera de tardía vindicación, Stuart Mill escribió en 1861 su tratado |Utilitarianism, en que estudió el verdadero contenido de tal concepto, sus relaciones con el principio de justicia y la validez de la moral utilitaria: -"Justicia, escribe Stuart Mill, es el nombre que se da a ciertas exigencias morales que, consideradas colectivamente, ocupan un lugar preferente en la escala de la utilidad social y son, por lo tanto, de una obligatoriedad más destacada que cualesquiera otras".

Los aportes más interesantes de Stuart Mill son sus tesis sobre la lógica empírica, o doctrina del conocimiento, y la sobre filosofía de la religión.

a. La lógica empírica

Para Stuart Mill, la única ley universal es la de causalidad. El método inductivo es el que permite la formulación de juicios generales porque todas las ciencias "deductivas" son generalizaciones de la experiencia. Además, la investigación del lenguaje es indispensable para la lógica y ésta es "la ciencia de las operaciones intelectivas que sirven para la estimación de la prueba". De donde su misión es la de examinar los métodos de que se valen las ciencias experimentales. Estos métodos son cuatro: el de la concordancia, el de la diferencia, el de los residuos y el de las variaciones concomitantes. | 87

Las acciones humanas está sometidas, igualmente, a la ley de causalidad. Es posible una ciencia de la "naturaleza humana", pero sus principios serán generalizaciones aproximadas. Stuart Mill distingue tres "ciencias del espíritu": la psicología, la "etología" o ciencia de la formación del carácter, y la sociología, disciplina en formación en que no puede utilizarse el método experimental, ni la teoría del interés enunciadas por Bentham, sino el sistema "concreto y deductivo" propio de la física, por lo que dice a su aspecto o parte general, y el "deductivo" o histórico en lo que se refiere a sus aplicaciones particulares.

b. La filosofía de la religión

Para Stuart Mill, la ática es un arte ("lógica de la práctica") y no una ciencia. Su principio supremo debe derivarse de una doctrina de los fines, de una teología que está por elaborar. Por su fin, y no por sus principios, se relaciona así la moral con la religión. Pero el pensamiento del filósofo inglés evolucionó constantemente y es así como en sus últimas obras, publicadas póstumamente (así |La utilidad de la religión, escrita hacia 1856), el antiguo librepensador radical llega a reconocer que la religión constituye, a la vez, un problema de orden cultural y una "necesidad psicológica", asumiendo así una posición muy avanzada.

Entre 1868 y 1870 redactó Stuart Mill, finalmente, un estudio sobre el Teísmo, publicado también con posterioridad a su muerte. Aquí, considera "posible" la existencia de una entidad divina, pero no omnipotente, porque es probable que necesite de nuestra ayuda para alcanzar su propio fin el triunfo del bien.

 

B. LAS TESIS DEL EVOLUCIONISMO

1. Conceptuación previa

Podría afirmarse que la ciencia propiamente "moderna" se inicia con el evolucionismo científico, es decir, con la formulación de hipótesis generalizadas sobre la transmutación paulatina de las especies biológicas. Sólo que estas hipótesis se basaron en la observación sistemática de lo que ocurre y ha ocurrido en la realidad de la naturaleza, en lo que se diferencian radicalmente de las adivinaciones o intuiciones puramente intelectivas de algunos pensadores de la antigüedad greco-romana.

Del campo de la biología, el evolucionismo se desplaza a otras disciplinas. Esta, precisamente, fue la tarea de Herbert Spencer. Así, hasta culminar en las doctrinas del evolucionismo espiritualista de nuestro tiempo, dentro del cual se han formulado doctrinas e hipótesis de trascendencia realmente ecuménica.

Conviene recordar que quien primero expuso claramente la tesis del evolucionismo biológico fue el ilustre naturalista francés |Jean Baptiste Lamarck (1744-1829) quien afirmó que las especies se derivan unas de otras, que las "nuevas circunstancias" (variaciones del medio) crean nuevas necesidades, que los organismos vivos reaccionan entonces espontáneamente modificando sus órganos apropiadamente y que "la función hace al órgano". Además, que los caracteres adquiridos se fijan en las respectivas especies y se convierten en hereditarios. La paleontología no tarda en acudir en pro de la doctrina evolucionista. Así, |Geoffroy de Saint-Hilaire (1772-1884) encuentra animales fósiles en los que cree encontrar "eslabones" entre los reptiles y los mamíferos. Desde luego, sólo hasta 1861 se descubren los restos del |arqueopterix | 88 , pero ya en 1830 Goethe -comentando un debate entre Cuvier y Saint-Hilaire habido en la Academia de Ciencias de París- habla del "estallido del volcán", vale decir, del hallazgo de una tesis fundamental para las ciencias de la naturaleza: -"El método sintético que Geoffroy acaba de iniciar en historia natural no podrá desaparecer", dijo entonces el ilustre poeta y humanista alemán. | 89

 

2. Charles Darwin (1809-1882)

Este ilustre naturalista inglés estudió en Edimburgo y en Cambridge y en 1831 participó en la expedición comandada por el capitán Fitzroy, visitando la América del Sur y las islas del Pacífico. Fue durante ese viaje cuando acumuló las observaciones y experiencias de las que pudo deducir las tesis expuestas en la más célebre de sus obras: |El origen de las especies por la selección natural (1859). Darwin opina que las especies vegetales y animales derivan unas de otras; que los individuos menos aptos desaparecen y los más aptos sobreviven (selección natural) y que "toda variación, aunque sea muy pequeña, si es útil al individuo, se conserva".

En 1871, Darwin publicó otra de sus obras fundamentales: |El origen del hombre y la selección sexual, en la que extendió sus doctrinas a la especie humana y afirmó que el hombre actual desciende de formas animales inferiores, a virtud de un largo proceso de selección sexual y ambiental. De manera totalmente gratuita, los adversarios del darwinismo le atribuyeron la tesis de que el hombre desciende del mono. Lo que afirmó Darwin es que tanto el hombre como los demás cuadrumanos y otros mamíferos superiores descienden de un tronco común. | 90

La geología, la paleontología y la genética modernas, desarrollando las tesis darwinistas, han ensanchado enormemente el panorama prehistórico de la humanidad. Así, gracias a los métodos propios del evolucionismo cuantitativo, se puede ya "medir" la antigüedad de los restos fósiles, tarea a la que la física ha contribuído con el método del Carbono-14. Hoy en día, se sabe, por ejemplo, que el comienzo de la era primaria se remonta a 600 millones de años, y el de la secundaria a 230 millones. Todo lo cual ha desembocado en la formulación de teorías científicas sobre las "velocidades" y "aceleraciones" de la especie humana, y de las civilizaciones y culturas que son el producto de su actividad individual y colectiva. | 91

 

3. Herbert Spencer (1820-1903)

Positivismo y evolucionismo se fundieron en la vasta labor filosófica del pensador inglés Herbert Spencer, quien aplicó los principios del evolucionismo no solamente a la biología, sino también a la psicología, a la sociología y a la ática. Esta tarea enciclopédica y sistemática la realizó en un lapso de más de treinta años y se contiene en las siguientes obras: Los primeros principios (1860), |Principios de la biología (1864-1867), |Principios de la Psicología (1870-1872), |Principios de la Sociología (1876-1896) y |Principios de la Ética (1879-1893). En total, once grandes y densos volúmenes, a más de una serie de opúsculos y de una muy interesante Autobiografía.

Para Spencer, tal como explica Vorlander | 92 , no es cognoscible el ser sino el devenir y la ciencia significa el conocimiento parcial de ese devenir, en tanto que su conocimiento total es la filosofía. Presupuestos fundamentales del conocimiento y por lo tanto verdades a priori son: a) la indestructibilidad de la materia; b) la conservación del movimiento, y e) la conservación de la fuerza. Ahora bien: la evolución es el tránsito de un estado "inconexo" a otro más organizado, y al propio tiempo el paso de una "homogeneidad indeterminada" a una "heterogeneidad determinada". El primer fenómeno es la |integración, el segundo la |diferenciación.

La vida es "la adaptación constante de las condiciones internas a la externas", de donde la biología es la ciencia que investiga las recíprocas relaciones entre el individuo y el medio ambiente. En forma análoga, la psicología "objetiva" enfocará los fenómenos de la consciencia como adaptaciones de lo interno a lo externo: Spencer no niega la validez de la psicología "subjetiva", basada en la introspección, pero sí la posibilidad científica de "explicar" la conciencia. A virtud de un proceso de progresiva concentración, diferenciación y determinación, se desarrolla la "vida psíquica", que es la historia de la evolución de la conciencia y de sus facultades o aspectos integrantes (instinto, memoria razón, sentimiento y voluntad).

La sociología de Spencer se basa en los principios fundamentales ya enunciados. También las organizaciones humanas progresan desde el estado tribal primitivo a virtud de una continua y cada vez más perfecta adecuación del hombre a su medio social y material. De aquí que inicie sus Principios de la Sociología afirmando que hay tres tipos de evolución: la inorgánica, que comprende la astrogenia y la geogenia; la orgánica, que abarca los fenómenos físicos y psíquicos de los "agregados vivientes", y la superorgánica, que es la que corresponde a los "agregados sociales". | 93

La ética spenceriana se vincula estrechamente con sus concepciones sociológicas. El tipo primitivo de sociedad es aquel en que impera la cooperación por coacción; en un segundo estado -el "industrial"- predomina la cooperación libre; en un estadio futuro y temible será inevitable el socialismo, en el que "ningún hombre podrá hacer lo que quiera, sino lo que se le ordene". Es aquí, precisamente, donde entronca la ética con la sociología en el sistema spenceriano, porque la ática demuestra la posibilidad de un cuarto estadio muy remoto, en el que la evolución del individuo solamente estará limitada por la evolución de sus semejantes. Spencer coincide, esto sí, con los utilitaristas cuando afirma que la única motivación ética de la voluntad es el sentimiento del placer o del dolor, pero estima que hay sentimientos que producen la felicidad y otros que traen consigo la desgracia.

La influencia ejercida por Spencer fue persistente y dilatada. A comienzos del presente siglo, el escritor colombiano Carlos Arturo Torres pudo escribir: -"Con la muerte del ilustre filósofo inglés que en la segunda mitad del siglo XIX ocupó en las regiones de la intelectualidad un puesto sólo comparable al de Aristóteles, por la unificación total del conocimiento en su época, pierde el mundo el pensador que más intensa influencia haya ejercido sobre la orientación del humano espíritu en la época contemporánea. | 94

 

C. LA POSICIÓN PRAGMÁTICA:  WILLIAM JAMES

En Norteamérica, la fusión del criterio utilitarista con el de la adaptación, propio este último del evolucionismo, conduce a la formulación del |pragmatismo, cuyo máximo expositor y sistematizador fue el eminente psicólogo William James (1842-1910). Son los |resultados prácticos de un juicio o de una teoría la piedra de toque para apreciar su valor: "verdad es utilidad". como explica von Aster. | 95

En el fondo del pragmatismo hay una especie de retorno a Protágoras, porque entraña un relativismo filosófico de carácter cuasi-experimental: sólo en sus aplicaciones, y por sus aplicaciones, tendrá validez el juicio o la doctrina filosófica. De donde el pragmatismo, como advierte Vorlander, no pretende ser un sistema, sino un método: -"Tiene de común con el nominalismo el permanecer en lo individual; con el utilitarismo, el punto de vista de la utilidad y con el positivismo, el desprecio hacia las abstracciones metafísicas". | 96

-"El pragmatismo, explica el mismo James, representa una actitud completamente familiar en Filosofía: la posición empírica. Mas la representa a su vez, tanto en un sentido más radical como en la forma menos objetable en que nunca se ha presentado. (...) Deja a un lado la abstracción, las soluciones verbales, las razones a priori, los principios fijos, los sistemas cerrados, los 'absolutos' y los 'orígenes'. Por el contrario, vuélvese hacia lo concreto y adecuado, hacia los hechos, hacia la acción, hacia la fuerza, en todo lo cual domina el temperamento empírico, afirmándose el racionalista. Deja abierta la puerta a todas las posibilidades de la Naturaleza contra la artificialidad, el dogma y la pretensión de un finalismo en la verdad". | 97

 

Capítulo X

LA FILOSOFÍA FRANCESA DEL SIGLO XIX

El pensamiento filosófico francés del siglo XIX esté dominado por el positivismo de Comte. Pero a par de esta tendencia totalizadora, que termina degenerando en una grotesca parodia del culto católico, coexisten otras corrientes de cierta importancia: así el espiritualismo de Alfredo Fouillée (1838-191 2) y de Víctor Cousin (1892-1867) y el neocriticismo de Carlos Renouvier (1815-1903).

 

A. ESPIRITUALISMO Y NEOCRITICISMO

A |Fouillée se debe la formulación del sistema de las |ideas-fuerzas, que consiste en considerar que la idea no es tan solo una representación .mental, sino un "principio que tiende a realizarse". "Así, explica Reinach, en la controversia entre libre arbitrio y determinismo, concluye que ambas tesis se apoyan en argumentos irrefutables, pero que el hombre posee la idea de la libertad y que esa idea le hace libre; parejamente, la idea de justicia nos hace justos, y la idea de moral, que es un hecho de conciencia, nos lleva a la moralidad." | 98

|Cousin profesó una doctrina ecléctica de signo espiritualista. -"Los sistemas filosóficos, escribió, no son la filosofía: la filosofía los sobrepasa con toda la superioridad de un principio respecto de sus aplicaciones. Los sistemas se esfuerzan por realizar la idea de la filosofía, así como las instituciones civiles se esfuerzan por realizar la idea de la justicia". Cousin asumió siempre posiciones intermedias y conciliadoras, pero afirmando a la razón como árbitro supremo.

|Renouvier, ya en su madurez, intentó conciliar los sistemas de Hume y de Kant, pero en realidad asumió una posición muy original. Afirma que el nuómeno kantiano es "un vestigio de la metafísica escolástica"; que lo continuo es una ilusión; que la tesis de Hegel respecto a la identidad de los contrarios es insensata, y que los actos libres no son efectos sin causa, toda vez que su causa es el hombre mismo. Por lo demás, consideró que si la naturaleza debe ser explicada matemática y mecánicamente, lo cierto es que el mecanismo no es otra cosa que la apariencia exterior de esa misma naturaleza, en la que subyace esencialmente el pensamiento.

Examinaremos inicialmente el sistema positivista de Comte, y luégo lo que pudiera calificarse de "psicologismo vitalista", es decir, los aportes de un pensador francés que constituye un eslabón intelectual entre el Siglo XIX y el Siglo XX: Henri Bergson (1859-1941).

 

B. AUGUSTO COMTE Y EL POSITIVISMO.

El pensamiento comtiano, en cuanto incide en la filosofía de la historia, se examina en la segunda parte de esta obra. Nos corresponde aquí explicar -antes que otra cosa- los fundamentos de su |Cours de Philosophie positive (1830-1842), "obra llena de ideas, pero larga y pesada". | 99

El conocimiento humano, como la humanidad misma, se desarrolla en tres estadios: el teológico, el metafísico y el positivo. En este último, la mente humana comprende que es imposible abarcar la esencia absoluta de la realidad y que únicamente se pueden establecer, como explica Messer, los hechos y sus leyes, valiéndose para esto de la observación y de la experimentación y entendiéndose por "leyes" las regularidades en el curso de los fenómenos. | 100 Ahora bien: a diferencia de lo que ocurría en los estadios anteriores, en el positivo se llega a la conclusión de que todo conocimiento es relativo, porque la realidad es avizorada desde el punto de vista del hombre y porque las leyes naturales nada nos dicen sobre "la esencia" de los fenómenos, sino sobre sus relaciones.

Por lo que dice a la teoría del conocimiento, el positivismo comtiano es rigurosamente empirista. -"El Positivismo, escribe Preti, es decididamente laico, revolucionario y, por ello, antimetafísico. A las nebulosidades y arbitrios de un saber fundado en la fe, en el 'corazón', o en la intuición genial, contrapone el método objetivo, experimental o 'positivo' de la ciencia natural". | 101 Esto porque, dentro del ámbito espiritual europeo, el positivismo se presenta ante todo, como una reacción intelectual y racionalista contra el romanticismo y, por ende, contra el primado de la intuición, de la "sensibilidad" y de la "imaginación creadora".

En la Primera Lección de su |Curso de Filosofía Positiva declaró Comte: -"La filosofía teológica y la filosofía metafísica se disputan hoy la tarea, demasiado superior a las fuerzas de una y otra, de reorganizar la sociedad; entre ellas solas subsiste aún la lucha en este respecto. La filosofía positiva no ha intervenido hasta ahora en la contienda más que para criticarles a las dos (...). Situémosla, por fin; en estado de desempeñar un papel activo, sin inquietarnos por más tiempo de los debates, que ahora ya son inútiles Completando la vasta operación intelectual comenzada por Bacon, por Descartes y por Galileo, construyamos directamente el sistema de ideas generales que esta filosofía está destinada a hacer prevalecer indefinidamente en la especie humana, y que determinará esencialmente la crisis revolucionaria que atormenta a los pueblos civilizados". | 102

Comte, de consiguiente, concibió su filosofía como algo definitivo y apto por excelencia para informar una revolución social inevitable. La sociedad, su contexto y su evolución, constituían en definitiva la meta de la inquietud mental de Comte. De aquí que después del |Curso de Filosofía Positiva redactara su |Systéme de politique positive ou traité de sociotogie (1852-1854). En el |Preámbulo general de esta última obra, escribió Comte: -'El positivismo se compone esencialmente de una filosofía y de una política, necesariamente inseparables, como formando la una la base y la otra el fin de un mismo sistema universal, en el 'que la inteligencia y la sociabilidad se hallan íntimamente' combinadas. En efecto, por una parte, la ciencia social no es sólo la más importante de todas, sino que ante todo proporciona el único lazo, á la vez lógico y científico, que desde ahora soporta el conjunto de nuestras contemplaciones reales (...). Y, por otra parte, a medida que el curso natural de los acontecimientos caracteriza la gran crisis moderna, la reorganización política se presenta cada vez más como necesariamente imposible sin la reconstrucción precedente de las opiniones y de las costumbres. Una sistematización real de todos los pensamientos humanos constituye, pues, nuestra primera necesidad social, análogamente referente al orden y al progreso". | 103

Los títulos de las obras de Comte prometen más de lo que ofrecen en realidad. El pensador francés, sin embargo, tuvo el mérito de haber acuñado el nombre y sentado las bases de la nueva ciencia de las sociedades. es decir, de la sociología. Y de haber contribuído a la filosofía de la historia con algunas tesis de cierta importancia.

 

C. EL PSICOLOGISMO VITALISTA DE HENRI BERGSON

Henri Bergson fue, sin duda, el pensador más penetrante e influyente entre los franceses de su generación. Su carrera universitaria fue excepcionalmente brillante y sus escritos se distinguen por la claridad expositiva y las virtudes de un estilo literario de gran calidad.

Obras fundamentales de Bergson son las siguientes: |Essai sur les données inmédiates de la conscience (1889); |Matiere et mémoire (1897); |Le rire (1900); |L'évolution créatrice (1906) y |L'energie spirituelle (1920). El pensamiento de Bergson, ajeno al prurito sistemático, fluye de una posición esencialmente psicológica: la intuición directa de los datos inmediatos de la consciencia. Para Bergson, uno de los primeros pasos en el camino de la filosofía consiste en distinguir el tiempo verdadero, que es el tiempo psicológico, de su traducción especial, o sea del tiempo matemático. Además, la vida -al igual que la conciencia- es duración, movilidad, renovada creación, libertad. De aquí el que caractericemos su pensamiento bajo el epígrafe de "psicologismo vitalista".

Bergson niega que la conciencia sea una función del cerebro y que la vida espiritual sea un "efecto" de la existencia somática del hombre. "Todo sucede, explica Reinach, como si el cuerpo fuera simplemente utilizado por el espíritu. No hay razón alguna para suponer que cuerpo y espíritu estén indisoluble y recíprocamente ligados; por ende, la supervivencia del espíritu desligado del cuerpo es una hipótesis inverificable, pero no absurda". | 104

Bergson insurgió también contra toda teoría mecanicista, e inclusive contra el evolucionismo de Darwin y de Spencer. El mundo viviente es el mundo de lo imprevisto y de lo imprevisible, y allí donde hay imprevisibilidad existe libertad de elección. El principio de toda existencia es una |fuerza psicológica, posiblemente consciente, que evoluciona a través del tiempo real, y a la que llama Bergson impulso vital. Este impulso no tiende a un fin determinado, conseguido el cual tendría que detenerse. La finalidad, por consiguiente, no cabe dentro del sistema bergsoniano. Por el contrario, el perpetuo fluir de ese impulso vital es lo que constituye o produce una evolución creadora incesante.

Con ciertas reservas, puede aceptarse el juicio crítico de Will Durant sobre el autor de |La evolución creadora: -"El materialismo mecánico que había servido de fundamento a la filosofía antes de Kant y Schopenhauer, recuperó todo su poder al comenzar nuestro siglo. Bergson lo atacó, no por medio de una crítica Kantiana del conocimiento, ni con la pretensión idealista de que la materia es conocida sólo a través del espíritu, sino siguiendo la dirección de Schopenhauer y buscando, tanto en el mundo objetivo como en el subjetivo, un principio animador, una |entelequia activa que hiciera más inteligibles los milagros y las sutilezas de la vida. Nunca el vitalismo fue defendido con tal fuerza, ni revestido de tantos atractivos. Bergson disfrutó de pronta popularidad porque defendió las esperanzas que brotan eternamente del pecho humano". | 105

Bergson ha sido vigorosamente defendido y combatido ásperamente. Entre sus impugnadores cuéntase el poeta, escritor y filósofo hispano-estadinense Jorge Santayana (1863-1952). Entre sus panegiristas figura el ilustre escritor italiano Giovanni Papini (1881-1956), quien llegó a afirmar que la tentativa intelectual de Bergson es "el esfuerzo más grande y poderoso que se haya hecho para alcanzar, finalmente, la pureza y la autonomía de la especulación". | 106

Por su ubicación científica, por las fuentes de su pensamiento e inclusive por su preocupación estilística, Bergson pertenece, mejor que al siglo XX, al siglo precedente, bien que su obra más significativa - |L'évolution créatrice- hubiera sido publicada en el año de 1906. De aquí el que lo hayamos incluído en el presente capítulo.

 

Capítulo XI

LA MODERNA FILOSOFÍA GERMÁNICA

A más de las tendencias y de los sistemas que examinamos aquí, nos correspondería estudiar las tesis materialistas de Karl Marx (1818-1883) y la filosofía de Federico Nietzsche (1844-1900). El pensamiento de estos dos filósofos, sin embargo, tiene proyecciones de tanto alcance en el siglo XX -en cuanto ha cristalizado en el acontecer histórico- que veremos de enfocarlas en la segunda parte de la presente obra.

Neo- kantismo, neo-metafísica inductiva, vitalismo, neo-ontologismo y fenomenologismo son las corrientes a las que se consagra este capítulo: sus representantes todos fueron pensadores cuyas respectivas posiciones señalan, al igual que las de Bergson en Francia, el tránsito: del ámbito intelectual del siglo XIX al panorama ideológico del XX.

 

A. EL NEO-KANTISMO Y LA ESCUELA DE MARBURGO

Tras el auge del idealismo filosófico de Fichte, Schelling y Hegel, se inicia en Alemania -hacia 1860- un movimiento de retorno al criticismo kantiano. Entre los representantes de esta tendencia figuró inicialmente Friedrich Albert Lange (1828-1875), autor del libro titulado. |La historia del materialismo y crítica de su significación en el presente, publicado en el año de 1866.

Este pensador insurge, a la vez, contra el idealismo dogmático y contra el materialismo exclusivista, que aspiraba a presentarse como el único principio válido para la concepción sistemática del mundo. En concepto de Lange, el materialismo es "el primer estadio de la filosofía" y debe ser incorporado al sistema crítico, pero a título de fermento -tal como explica Vorlander- | 107 y dentro de sus propios límites.

Tres neo-kantianos importantes surgen entonces: Hermann Cohen (1842-1918), Paul Natorp (1854-1924) y Rudolf Stammler (1856-1929). Cohen influyó notablemente en Natorp, y ambos enseñaron en Marburgo, donde se formó una escuela filosófica que ejerció vasta influencia durante los cuatro primeros lustros del presente siglo.

1. Hermann Cohen (1842-1918)

Este filósofo comenzó por analizar el pensamiento kantiano en sus obras |Teoría del conocimiento de Kant (1871-1885), |Fundamentación de la Ética de Kant (1877) y |Fundamentación de la Estética de Kant (1889) y terminó formulando sus propias teorías, hondamente influídas por Kant -desde luego- en otros tres libros: |Lógica del conocimiento puro (1902), |Ética de la voluntad pura (1904) y |Estética del sentimiento puro (1912).

Lógica, ética, estética y psicología -considerada esta última como "doctrina del hombre en la unidad de la conciencia cultural"- son las disciplinas que Cohen intentó sistematizar nuevamente, atendiendo a las tres "grandes direcciones de la cultura general", a saber: ciencia, moralidad y arte. La lógica, para Cohen, es lógica de la matemática y de a física, que es "la ciencia matemática de la naturaleza". La ática, en su concepto, es la doctrina de los principios de la filosofía del derecho y del Estado. Y la estética es la filosofía del arte, considerado como el tercero de los grandes "hechos culturales" de la humanidad. | 108

2. Paul Natorp (1854-1924)

Posiblemente, las obras más importantes de Natorp sean la Introducción a la psicología según el método crítico (1888), refundida y ampliada en su |Psicología general según el método crítico (1912); |La religión dentro de los límites de la humanidad (1894) y la |Teoría de la educación de la voluntad sobre la base de la comunidad (1899).

Vorlander distingue, dentro del |corpus de la producción de Natorp, una filosofía teórica y una filosofía práctica | 109 . Sin duda el aporte más considerable de este último pensador corresponde al dominio de la filosofía social. Los tres aspectos fundamentales de la coexistencia humana son la comunidad d trabajo, la regulación social externa por la técnica y el derecho y la crítica racional de las instituciones desde el punto de vista "de la unidad absoluta de los fines". A esos tres aspectos capitales corresponden, en su orden, la actividad económica, la actividad directiva o gubernativa y la actividad docente o pedagógica. | 110

3. Rudolf Stammler (1856-1929)

Fue ante todo, un filósofo del derecho, como lo demuestran sus obras fundamentales: |Economía y derecho según la concepción materialista de la historia (1896),  |La doctrina del derecho justo (1902) y la |Teoría de la ciencia del derecho (1917).

Posiblemente, la contribución más notable de Stammler haya sido su insinuación de un derecho natural. de contenido histórico variable | 111 y el primer intento para someter a un análisis crítico trascendental la experiencia del Derecho y sus conceptos fundamentales, independientemente de toda referencia concreta a los cánones del derecho positivo. -"Existen, escribió Stammler en la obra últimamente citada, formas puras de la conciencia y del pensamiento jurídico, necesarias en cualquier materia de Derecho como principios reguladores, si es que se trata de comprender científicamente un problema de Derecho y de buscar la unidad del pensamiento jurídico". | 112

 

B. LA NEO-METAFÍSICA INDUCTIVA

Explica Messer que cuando se agotó el interés por el idealismo especulativo, la metafísica acrítica del materialismo y la filosofía schopenhauriana, mediado el siglo XIX, predominaron en tos ambientes culturales. Y añade: -"En los círculos científicos, con espíritu crítico, preponderó el positivismo antimetafísico; los filósofos 'profesionales', bajo la influencia del neokantismo se ocuparon principalmente de investigaciones filológicas e históricas lógicas y epistemológicas. Justo a esto, encontramos solamente algunos metafísicos aislados que rechazaron tanto la actitud dogmática de los materialistas como la penuria del positivismo". | 113

Desde luego, la tendencia metafísica de estos pensadores consistió en buscar no un conocimiento seguro y dogmático de la esencia del mundo, sino un conocimiento probable de dicha esencia porque no en balde había demostrado Kant la invalidez de toda metafísica que proceda a priori. De aquí que la neo-metafísica a que se refiere Augusto Messer tuviese un carácter |inductivo. Sus principales representantes fueron Gustavo Theodor Fechner, Hermann Lotze, Edouard von Hartmann y Guillermo Wundt.

 

1. Gustav Theodor Fechner

Nació en 1801, falleció en 1887 y fue profesor de física en Leipzig. Fue uno de los iniciadores de la estética empírico-psicológica y de la moderna psicología experimental | 114 y sus investigaciones se encaminaron especialmente a buscar una fórmula general que permita medir o "regular" la relación entre lo físico y lo psíquico. Para lo cual parte de la hipótesis de que estos dos universos son, en realidad, modos o manifestaciones de una misma esencia.

Influído por doctrinas orientales, no menos que por Spinoza, Fechner defiende el |paralelismo psico-físico, que predica de todo lo existente. "No solamente los hombres, animales y plantas, sino también los cuerpos celestes están animados", explica Messer. Además, el universo entero tiene "un alma", que es Dios. "Para Fechner, la luz, el color, el sonido, el olor, no son meras sensaciones subjetivas; existen realmente fuera de nosotros, como sensaciones del espíritu divino".

Fechner renuncia a obtener el conocimiento por medio de una "intuición intelectual" como Scheiling, ni de una "intuición genial", como Schopenhauer. Lo que pretende es construir una metafísica basada en las ciencias empíricas, pero ampliando, generalizando y elevando los puntos de vista dados en ellas. Es así como trata de llegar al conocimiento de realidades que se encuentran más allá de la experiencia inmediata. | 115

 

2. Hermann Lotze

Nació en 1817, enseño en la Universidad de Gottinga a partir de 1844 y falleció en el año de 1881. Aceptó la concepción mecanicista de la naturaleza, pero defendiendo al propio tiempo una concepción teológica del mundo, porque para él existe una "naturaleza desvinizada" que no participa de la vida espiritual. El tránsito de la primera a la segunda de estas esferas universales se explica mediante la hipótesis de un "absoluto" que subyace en toda realidad.

La realidad no se compone de entidades independientes, sino que todo lo existente constituye un solo ser: de lo contrario, no sería posible ninguna acción recíproca entre tas cosas. El alma humana es |una sola substancia espiritual, pero el cuerpo o los cuerpos- son |una pluralidad de substancias. En esta forma, el sistema unicista de Lotze es una nueva formulación del panteísmo: -"Aprehendemos a Dios mismo, escribe Messer, en el sentimiento religioso, mediante el cual percibimos también nuestra afinidad esencial con él, y además (...) lo aprehendemos como amor". | 116

Posiblemente, lo más original del pensamiento de Lotze sea la formulación de la teoría de la "proyección sentimental" ( |Einfühlung), a virtud de la cual el fenómeno estético consistiría, esencial y psicológicamente, en una animación de lo existente por el psiquismo del hombre. En tal forma, lo bello resultaría ser una categoría del pensamiento y no propiamente una realidad nuoménica. | 117

 

3. Eduard von Hartmann

Hartmann (1842-1906) asumió una posición anticristiana, "irracionalista" y pesimista. Afirma que el método inductivo se impone en todas las disciplinas filosóficas, inclusive en la metafísica, y que en a zona de lo cognoscible hay que distinguir tres esferas: a) la ideal subjetiva, o sea el mundo fenoménico de la conciencia individual, b) la real objetiva, o sea la naturaleza, que debe ser conocida por la ciencia a través de los fenómenos naturales, y c) la metafísica, que corresponde a la substancia real y única.

Esta substancia única es "lo inconsciente", concepto oscuro y difícil de captar, dicho sea de paso. En todo caso, y según Hartmann, lo "inconsciente" -base de la naturaleza- opera en las "categorías" que constituyen la estructura lógica del mundo. Estas categorías resultan ser, al propio tiempo, condiciones básicas del mundo objetivo y funciones de la conciencia individual.

A través de una extraña fusión del pesimismo de Schopenhauer y del evolucionismo de Schelling y Hegel, Hartmann llegó a la formulación de una ética del pesimismo; todos los progresos de la cultura van unidos a una menor felicidad y la redención del mundo es el fin del mundo. Por estos rumbos llega Hartmann a la paradoja de que aunque sería preferible el no ser al ser, el mundo actual es -sin embargo- el mejor de los mundos posibles. | 118

 

4. Wilhelm Wundt.

Nació en 1832, enseñó fisiología en Heildelberg y filosofía en Leipzig, y falleció en el año de 1920. Sus aportes científicos son más valiosos que sus tesis filosóficas, como lo demuestran sus obras |Psicología fisiológica (1873), |Manual de psicología (1896) y |Psicología de los pueblos (1911), que resulta muy interesante comparar con su Ética (1886) o con su |Introducción a la filosofía (1900). De aquí el que nos limitemos al examen somero de sus aportes psicológicos.

Explica acertadamente Vorlander | 119 que si se considera el "alma" como fenómeno natural, y por ende a la psicología como a una ciencia natural, esta ciencia presupone para su estudio el método experimental. De donde la obra fundamental de Wundt -la |Psicología fisiológica- es ante todo un "manual de métodos" para la investigación "de aquellos fenómenos de la vida que son accesibles a la observación externa o fisiológica e interna o propiamente psicológica". Desde luego, ambos procedimientos deben utilizarse para "delimitar el dominio de una ciencia naciente".

Para Wundt, el vocablo "alma" designa solamente la experiencia interna en incesante fluir, no una entidad particular, tal como supone "un espiritualismo que es, en realidad, materialista". De aquí el que la psicología sea la ciencia "que estudia las influencias recíprocas de los factores subjetivos y objetivos de la experiencia inmediata y la formación de los diferentes contenidos de esta última".

Empirista irreductible en el campo de la psicología, muéstrase Wundt bastante idealista en su Sistema de filosofía, donde afirma que el paso de un conocimiento de experiencia a otro metafísico es inevitable y continuo. A la metafísica corresponderá, por lo tanto, examinar aquellos presupuestos que resultan "adecuados al grado actual de nuestro conocimiento y que mejor corresponden a la necesidad de unidad de la razón". Para comprender esto, hay que tener en cuenta que Wundt distingue, a la manera kantiana, entre entendimiento y razón: -"El entendimiento quiere comprender el mundo; la razón, como grado superior de aquél, hallar su fundamentación, es decir, concebirlo en su totalidad". | 120

 

C. VITALISMO, FENOMENOLOGISMO Y NEO-ONTOLOGISMO

Estas corrientes de la moderna filosofía alemana, mucho más interesantes que las que se han examinado anteriormente en el punto anterior, están representadas -en su orden por tres notables pensadores: Wilhelm Dilthey (1833--1911), Edmund Husserl (1939) y Max Scheler (1875-1928).

 

1. Wilhelm Dilthey

Dilthey (1833-1911).fue profesor de la Universidad de Berlín. Su obra más importante es la |Introducción a las Ciencias del Espíritu. Son también muy significativas otras de sus contribuciones a la psicología y la filosofía: así, las |Ideas sobre una psicología descriptiva y analítica, la |Teoría de las concepciones del mundo y |La esencia de la filosofía. | 121

Dilthey recibió de Comte dos tesis fundamentales: la de que todas las filosofías anteriores son enfoques parciales de un vasto contexto ideal y la de que la metafísica es imposible, de donde solo cabe ocuparse de las ciencias positivas.

Dilthey, sin embargo, aspiró a superar el positivismo. Al efecto, realizó un primer esfuerzo para aproximarse a la esencia de la historia por el camino de la psicología: si desarrollamos en nosotros mismos una verdadera conciencia histórica, afirma, podremos darnos cuenta de que toda realidad se nos aparece como un presente que subyace en el pasado y que se anticipa al futuro: - "Toda realidad está inmersa en la historia".

Para Dilthey, ¡a existencia es "un complejo de relaciones vitales". Pero todo individuo "tiene su mundo propio y exclusivo". Es decir, que el mundo es siempre "el mundo de un individuo". Consecuencia inmediata de esta tesis es la de que para conocer una cosa, hay que buscarla y estudiarla dentro del mundo a que pertenece, o sea en aquella vida individual a que corresponde. Al efecto, Dilthey preconiza el método de la "comprensión descriptiva", que aplicado al conocimiento de otras existencias, y por ende a la "vida del pasado", recibe el nombre de |hermenéutica.

Esta concepción vitalista se complementa afirmando que la esencia de la filosofía sólo puede encontrarse analizando lo que tal disciplina ha sido dentro de la realidad vital de los distintos filósofos. Esto presupone un conocimiento profundizado de la historia de la filosofía. A una |hermenéutica histórica contrapone así Dilthey una |hermenéutica filosófica. De la autognosis o conocimiento de si mismo solo puede llegarse al de la naturaleza mediante la hermenéutica, o sea, mediante el conocimiento de otras vidas.

Dilthey, finalmente, se presenta como un escéptico "parcial": el hombre sólo puede conocer ciertos aspectos del ser y del existir, porque su inteligencia es limitada. Para el hombre, toda verdad se encuentra doblemente condicionada: en primer término, por el contexto histórico a que pertenece, y en segundo lugar por la limitación de sus propios medios de conocimiento.

 

2. Edmund Husserl

En general se designa con el vocablo fenomenología la ciencia de los fenómenos que se manifiestan en la conciencia, en cuanto los objetos se nos revelan en la conciencia como representaciones, como "contenidos" concienciados, vale decir, como fenómenos. Como corriente filosófica sistemática, (a fenomenología fue iniciada por Edmund Husserl (1859-1938)

Husserl desarrolló su pensamiento en tres obras fundamentales: |Investigaciones lógicas, en dos volúmenes ( |Prolegómenos a la lógica pura: 1900, e |Investigaciones para la fenomenología y la teoría del conocimiento: 1901), |Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (1913) y |Lógica formal y trascendental (1929).

Walter Brugger | 122 explica con rigurosa claridad la esencia metodológica de la filosofía de Husserl: -"A fin de lograr una base inatacable para todas las ciencias, se sirvió del |método fenomenológico. Este empieza con una doble reducción: la |reducción eidética que prescinde por lo pronto de la existencia del yo, de los actos aprehensivos y de los objetos, considerando meramente la esencia de éstos (...) y la |reducción fenomenológica en que también es 'suspendida' la independencia de estos contenidos con respecto de la conciencia. La fenomenología considera sus objetos sólo 'como' objetos (teoría del objeto), como correlativos de la conciencia. Queda así la |conciencia pura, pero que no está en modo alguno vacía. Constituyen su estructura el 'tener conciencia' y 'lo tenido en la conciencia'. Lo 'tenido en la conciencia', sin embargo, no se halla contenido en el 'tener conciencia' como parte real, sino que es construído por ésta como objeto. De aquí que 'lo tenido en la conciencia' pueda ser aprehendido y descrito en una inmediata intuición de la esencia. Por eso la filosofía ha de definirse como una teoría puramente descriptiva de la esencia de las configuraciones inmanentes de la conciencia".

Se comprende que la fenomenología, tal como la concibe Husserl, hunde sus raíces en el pensamiento kantiano y tiene como remoto antecedente la duda metódica cartesiana. Sin embargo, Husserl se ubica dentro de una posición original, separándose diametralmente de los neokantianos, para quienes la deducción es el camino del conocimiento. La fenomenología, en cambio, opta por la inducción y se nos presenta como una especie de "metafísica epistemológica" en su anhelo por llegar a las esencias a través de los fenómenos de la conciencia individual.

 

3. Max Scheler

Max Scheler (1875-1928) parte de la fenomenología, por él considerada como fundamento de "una ciencia, intuitivamente fundamentada, del ser y de los seres en general" | 123 . Que desemboca, finalmente, en una metafísica o ciencia de lo absoluto. Von Aster anota perspicazmente | 124 que Scheler evolucionó desde una concepción católico-teísta, contenida especialmente en su obra De lo eterno en el hombre (1921-1923), hasta un concepto panteísta del universo.

Sin embargo, lo más interesante del pensamiento de Scheler consiste en su teoría de los valores (filosofía de los valores), esencialmente contenida en su obra más representativa: |El Formalismo en la Ética y la Ética material de los valores (1913-1916). Dicha teoría deriva del pensamiento de Lotze. -"La moderna filosofía de los valores, que procede de Lotze, distingue nítidamente entre 'valor' y 'bien'. Según ella, los bienes pertenecen al orden del ser, mientras que los valores se enfrentan a éste con 'suprema independencia' y forman un reino propio (...) Puesto que los valores son en sí ideas supremundanas que el hombre introduce en lo real, podemos denominar a esta opinión |idealismo valoral. Su contrario es el |realismo valoral, o mejor, la |teoría metafísica del valor, que supera la indicada separación entre los valores y el ser". | 125

Los valores, según esto, vienen a ser exigencias intelectuales, o módulos de pensamiento, que en cierta manera condicionan el orden de la realidad, aunque son independientes de este orden experimental. La aprehensión de los valores implica, por la vía "emocional", el |irracionalismo valoral, al que se opondría el |racionalismo valoral. A medio camino entre ambos itinerarios conceptuales, se ubica la aprehensión intelectual del valor, que es el procedimiento a virtud del cual la inteligencia, la sensibilidad y la simple apetencia confluyen en una síntesis ideológico-vital, que concilia las necesidades intelectuales del hombre y el orden práctico, o más propiamente existencial, de su psiquismo.

 

Capítulo XII

LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

 

A. CONCEPTUACIÓN

Prematuro e irrealizable sería el intento de resumir en un breve compendio expositivo todo el horizonte de la filosofía contemporánea, que entronca con una nueva ciencia de la naturaleza abriendo dilatadas perspectivas intelectuales sobre él mundo nuoménico y fenoménico, es decir, sobre el cosmos y el hombre o -si se quiere- sobre el macrocosmos y el microcosmos.

En todo caso, la filosofía más vigorosa y representativa de nuestro tiempo es, sin duda, el existencialismo. Esta posición o tendencia surge inicialmente, a fines del siglo XIX, como una reacción contra el idealismo alemán. Este había peregrinado en busca de la esencia o de las esencias metafísicas, alejándose cada vez más de los problemas propios de la existencia, de la vida del hombre concreto e irreductible.

 

B. EL EXISTENCIALISMO EN SUS ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Si se recuerda que el existencialismo contemporáneo no es solamente una reacción contra el idealismo alemán sino contra el positivismo francés, esto no debe hacernos olvidar que se trata ante todo de una posición vital de una actitud frente al hecho y al enigma del vivir. De aquí que, en sus raíces profundas al igual que en sus antecedentes históricos, el existencialismo no haya sido un sistema filosófico propiamente dicho.

En busca de sus orígenes, los investigadores han llegado hasta Sócrates, los antiguos estoicos y San Agustín. Luégo, han encontrado como antecedentes del existencialismo propiamente dicho, o sea de la filosofía existencialista actúa el, el pensamiento de Blas Pascal (1623-1662) y de Francois-Pierre Maine de Biran (1766-1824).

|Pascal -matemático genial, místico y polemista cristiano- pensó escribir una obra extensa para exponer sus ideas religiosas, pero sólo alcanzó a dejar unos apuntes, intitulados |Pensamientos sobre la religión. Aquí, Pascal enfocó el problema de la existencia individual del hombre, que es un ser racional, pero frágil e impotente, una "caña pensante que sufre, pero que posee una dignidad eminente entre las criaturas porque puede "conocer a Dios". Para Pascal no solamente existe el pensamiento o conocimiento por vía racional, sino también otro tipo de conocimiento de carácter espontáneo o intuitivo. En todo caso, preocupación fundamental de Pascal no fue la filosofía, ni los conocimientos que el hombre puede adquirir, sino el hombre mismo criatura que sufre en medio al desamparo intelectual y metafísico.


EL ARBOL EXISTENCIALISTA. Tomado, con modificaciones , de la obra
|Introducción a los Existencialismos, de Emanuel Mounier. Trad. española. Revista de Occidente. Madrid, 1951. 


Mame de Biran buscó, como Condillac, hecho primitivo de donde se derivan todos los conocimientos. Pero el sujeto pensante es un elemento activo, ante el cual -en el proceso del conocimiento- todo objeto conocido surge como un elemento resistente, como algo que se opone a ese sujeto. De aquí afirme que en este terreno existe una realidad, el esfuerzo, en que el sujeto -el yo- se opone a los objetos. -"Para el hombre, escribió todo es antítesis: él mismo es una antítesis primitiva e indeleble". Aquí el pensamiento de Maine de Biran se aleja de toda concepción armónica y totalizadora acerca del hombre y del mundo que le rodea. De donde surge a soledad del ser humano, su irreductible conflicto.

Partiendo de una tesis de Destutt de Tracy, Maine de Biran acentuó el papel de la voluntad en la percepción del mundo físico. Surge aquí un nuevo punto de vista psicológico y crítico: el de la voluntad como facultad que nos permite comprender que en nuestro propio yo existe un elemento "hiperorgánico" bien que -tal como escribe textualmente- "mi cuerpo y mi propia entidad forman un solo ser". Esta intervención cognoscitiva de la voluntad es una de las raíces del existencialismo, porque contribuyó decisivamente a superar el enfoque meramente intelectualista de la personalidad humana y de la propia existencia.

Pascal y Maine de Biran, por consiguiente, anuncian ya la posición de los fundadores del existencialismo contemporáneo: Soren Kierkegaard, el angustiado místico y pensador danés, y Federico Nietzsche, cuyos aportes son de importancia capital para la filosofía contemporánea.

 

C. LOS FUNDADORES DEL EXISTENCIALISMO

Observa Johannes Lotz | 126 que la llamada filosofía existencialista, "desarrollada de modo sistemático en el siglo XX", es "una reacción contra el idealismo aleman", tal como anotábamos atrás, y esto porque el pensamiento de Hegel terminó siendo interpretado "de tal suerte que el hombre individual quedaba volatilizado". Y añade: -"Frente a este despotismo de lo universal, prevaleció la sustantividad e indeductibilidad del individuo humano concreto". Esta, en efecto, es la tesis esencial del existencialismo -o mejor dicho, su posición fundamental-, tesis y actitud que encuentran en Soren Kierkegaard y en Federico Nietzsche a sus principales fundamentadores.

 

1. Soren Kierkegaard

Este atormentado místico y pensador danés (1813-1855) escribió, entre otras, una obra capital -El concepto de la angustia- en la que expone un nuevo concepto antropológico: el del hombre angustiado por su propia soledad. Desde luego, para Kierkegaard la existencia es anterior a la esencia y por ello enfrenta la voluntad a la simple razón. Estima también, que las teorías éticas pecan por exceso de racionalismo, por lo cual el hombre no puede ajustar a ellas su propia existencia. Además, la religión es algo que fluye del pensamiento existencial, ya que brota del interior del alma. -"La existencia de Dios, explica Bertrand Russell, ha de ser captada existencialmente (...) porque las demostraciones que se mueven en el reino de la esencia no pueden establecer esa existencia, por abundantes que sean". | 127

En tal forma, el hombre se encuentra solo frente a sí mismo. Y de esta soledad fluye la angustia que preside su existencia. Afirma Harald Höffding | 128 que la contribución m importante de Kierkegaard a la ética es su descripción de lo que llama "estadios de la vida". Estos estadios son tres: el estético, el ético y el religioso, y el tránsito de uno a otro se realiza "por un salto", o sea a virtud de un impulso "a pensar subjetivamente", a pensar cada vez con mayor fuerza y en función de la existencia.

En su teoría del conocimiento, afirma Kierkegaard que el conocimiento no puede agotar ni abarcar siquiera la existencia y que por ello en el mundo del pensamiento "hay que acometer continuamente nuevas empresas". La posición de Kierkegaard se precisa todavía m en sus obras |O esto o lo otro, Migajas filosóficas y Post-scriptum final no-científico a las Migajas filosóficas. En esta última podemos leer lo siguiente, por ejemplo: -"En esta cuestión de la existencia y de la exigencia de la ética respecto del hombre debe frenarse cuando cierta filosofía abstracta y de puro pensamiento quiere explicarlo todo escamoteando lo esencial" Y También: -"Existir, si no se entiende por ello un simulacro de existencia, no puede hacerse sin pasión. Por ello, cada pensador griego era también, esencialmente, un pensador apasionado".

Lo que pudiéramos llamar impregnación vital del pensamiento es, pues, una de las tesis m características de la filosofía de Kierkegaard, tesis llamada a tener trascendentales desarrollos en la filosofía del siglo XX. -"La verdad sólo puede establecerse en la forma de la subjetividad, explica Höffding, como objeto del sentimiento personal y de la pasión. Después de haber desarrollado, en esta forma, que la verdad sólo puede ser captada y afirmada de manera subjetiva y personal, que la verdad es la subjetividad, Kierkegaard invierte la frase y afirma: la subjetividad es la verdad. Porque solamente aquello que es aprehendido con pasión y energía subjetiva puede ser verdad". | 129

Esta tesis de Kierkegaard, lúcidamente explicada por Höffding, entraña la afirmación existencialista de que la verdad solamente tiene valor cuando nos la apropiamos afirmándola a virtud de un impulso o sentimiento personal. -"El valor personal de la verdad es lo decisivo. El criterio consiste en el movimiento que se despierta en la vida interior de la personalidad".

El pensamiento de Kierkegaard es demasiado rico y complejo como para poder ser sintetizado en unas pocas líneas. Además, no es este el lugar para examinar su |teología existencial. Para él, lo religioso se reduce a |lo ético-religioso: lo que corresponde al dogma es un presupuesto, pero lo fundamental no es ni el dogma, ni la contemplación, ni la mística, sino |el problema de la voluntad del hombre frente a los designios divinos. La religión es un consuelo, pero un consuelo "que tiene como consecuencia un sufrimiento hasta entonces desconocido". Paradoja profunda, y que nos revela, entre otras cosas, la originalidad de la posición de Kierkegaard y, también, su muy característico y revelador |pesimismo existencial.

 

2. Friedrich Nietzsche

Los aportes de este célebre pensador a la filosofía de la historia son examinados con alguna detención en la segunda parte del presente libro. De consiguiente, nos limitaremos aquí a aquel aspecto en que su pensamiento lo presenta como a uno de los fundamentadores del existencialismo contemporáneo. Recordemos, sin embargo, que Nietzsche experimentó sucesivamente la influencia del historiador suizo Jakob Burckhardt, del filólogo Erwin Rohde, de Schopenhauer y del célebre compositor alemán Ricardo Wagner.

Escritor y poeta, como pensador fue Nietzsche un intuitivo genial, un auténtico "iluminado". Su actividad concluyo en el año de 1889, en que perdió la razón. Obras fundamentales suyas son |El origen de la tragedia; Humano, demasiado humano; Así habló Zarathustra; Más allá del bien y del mal y La voluntad de vivir.

Schopenhauer había formulado la teoría de la voluntad de vivir, afirmando que tal voluntad es un mal, algo que daña al hombre. Nietzsche parte de esta tesis, pero derivando de ella una conclusión opuesta: lo fundamental, el valor definitivo que debe buscar el hombre es la intensificación y elevación de su propia existencia. Nietzsche vuelve sobre la tesis de Heráclito, relativa al perpetuo retorno de las cosas y de los acontecimientos, pero sin concederle un contenido fatalista, puesto que el hombre puede ir transformando el mundo en que vive, así como puede transformarse a sí mismo. Este último impulso habré de aproximarlo al |superhombre, es decir, al hombre liberado de la angustia, dotado de una individualidad poderosa y capaz de superarse a sí mismo y de sobrepasar sus propias limitaciones. Sólo que para alcanzar este estadio supremo es preciso cambiar la "moral de los esclavos" por una nueva |moral aristocrática. De aquí que insurja contra la ética cristiana y afirme los valores vitales, es decir, todo aquello que engrandece la personalidad humana. | 130

En su obra La voluntad de poder es donde puede percibirse el contenido existencialista del pensamiento de Nietzsche, para quien "la voluntad del poderío" es un camino hacia el conocimiento verdadero.

En la primera parte de ese libro -"El nihilismo europeo"- se encuentra una de las claves esenciales de su pensamiento. Qué significa el nihilismo? -se pregunta Nietzsche. Y contesta: -"Que los valores supremos han perdido su crédito". El nihilismo radical es "la creencia en una absoluta desvalorización de la existencia". Pero qué son tales valores supremos? Precisamente aquellos a los que se opone la moral cristiana: -"Mientras creemos en la moral, afirma, condenamos la vida". Cosa distinta es que la moral del cristianismo haya considerado como "valores supremos" preconcepciones interesadas "de origen utilitario y mezquino".

La conclusión de las premisas que en esta primera parte de |La voluntad de poder expone Nietzsche es que "todos los valores por los que hemos tratado hasta ahora de hacer estimable el mundo para nosotros, y por los cuales precisamente lo hemos despreciado cuando se mostraron inaplicables, todos estos valores son, desde el punto de vista psicológico, los resultados de ciertas perspectivas de utilidad, establecidas para mantener y aumentar los campos de la dominación humana, pero proyectadas falsamente en la esencia de las cosas..."

 

D. EL PENSAMIENTO DE MARTIN HEIDEGGER

Muy posiblemente, Martín Heidegger, nacido en el año de 1889, es el filósofo alemán más influyente del presente siglo. Sin embargo, sus teorías y desarrollos filosóficos son de muy difícil comprensión, no solamente en cuanto al fondo, sino en cuanto a la forma expositiva, por cuanto Heidegger utiliza un vocabulario casi intraducible y que, inclusive en los textos originales, resulta en ocasiones incomprensible.

 

1. El "ser" y la "existencia"

De todas maneras, Heidegger -cuyas obras más importantes se titulan |Ser y tiempo, Kant y el problema de la metafísica y Sobre la esencia del fundamento- ha sido el representante más señalado de la corriente existencialista contemporánea.

Husserl había investigado lo relativo a "las esencias", pero dejando de lado el problema de la significación del "ser", que es precisamente el que más preocupa a Heidegger, para quien tal concepto es el presupuesto indispensable e imprescindible de cualquier otro. Pero la esencia o substrato del "existir" es precisamente la existencia en abstracto, modo de ser que para Heidegger equivale a "estar en un mundo". Ahora bien: el ser, o sea la esencia del existir, es la temporalidad.

En su estudio sobre el ser, apela Heidegger al método fenomenológico, considerando que los fenómenos |son los aspectos en que el ser se manifiesta. -"La ontología, que busca el ser verdadero, sólo es posible como fenomenología" | 131 . De donde la filosofía resulta ser una disciplina ontológica que versa sobre los fenómenos y aspira a una categoría universal. Pero tal disciplina tiene necesariamente que comenzar con una interpretación del |existir.

Conviene tener presente, sin embargo, que ese "existir" no puede separarse del concepto o experiencia de la propia entidad individual. La esencia del "existir" es algo profundamente nuestro o, mejor expresado, algo esencial e irreductiblemente individual y humano. Pero, al propio tiempo, "existir es también trascender del ego al mundo de lo nuoménico", de todo aquello que esté fuera de nosotros mismos.

Pero para el hombre, el "existir" es siempre |una posibilidad, algo inconcluso, pues termina con la muerte, es decir, con "el dejar de ser". De aquí que ese "existir" comporte la angustia, que no es otra cosa que la perspectiva de la muerte, de donde tal concepto aparece esencialmente ligado al tiempo. De aquí el título de una de las obras capitales de Heidegger: |Ser y tiempo. En tal forma, el pensamiento de Heidegger entronca con el de Kierkegaard, precisamente.

 

2. La analítica del "Dasein"

Algún comentarista ha escrito, con sobrada razón, que el punto de partida de la filosofía de Heidegger consiste en "una analítica del Dasein". Pero, qué es el |Dasein? A la letra, este vocablo podría traducirse como el " |ser-ahí", pero Heidegger lo utiliza para designar la manera de existir propia del hombre. Esa manera de existencia implica que, para el hombre, existir no es ser, |sino poder ser, es decir, una posibilidad existencial.

El "Dasein" de Heidegger resulta ser así algo como una "conciencia del propio existir en cuanto posibilidad". Pero en la comprensión de la existencia no debe verse un acto cognoscitivo propiamente dicho, sino "algo más fundamental y original que el conocimiento", o sea la captación de una posibilidad que radica "en la realización de la existencia".

Pero lo que explica vitalmente el "Dasein" es "la finitud esencial del hombre". El ser humano se encuentra en el mundo entregado a sí mismo "como un hecho" y sus posibilidades, desde que nace, estén agotadas porque la muerte no es para él algo "exterior", sino -por el contrario- algo que pertenece a su esencia. De aquí que cuando el hombre olvida o ignora esta realidad ineluctable no vive auténticamente. De este ambiente inauténtico, sin embargo, el hombre puede salir mediante la angustia, "la angustia ante la nada", que nos revela todo lo que de artificioso encierra nuestra existencia cuotidiana. La angustia, a fin de cuentas, es lo que revela al hombre su propia esencia. En esta tesis es donde mejor puede captarse la influencia ejercida por Kierkegaard sobre Heidegger.

Tratando de esquematizar y de simplificar la filosofía de Heidegger, el expositor se expone a desnaturalizarla. Quienes más han profundizado en ella, sabiendo que el ilustre pensador nunca llegó a derivar las conclusiones finales de su sistema, coinciden en afirmar que tal filosofía -"la más ardua y compleja que haya sido formulada nunca"- es más comprensible a través de las obras de sus discípulos directos e indirectos que en los textos originales. Vale decir, que resulta más importante y demostrativa por las influencias que ha ejercido que por sí misma.

Desde luego, Heidegger es un representante de la metafísica o de la neo-metafísica alemana. De aquí que su concepto del Dasein se encuentre comprendido dentro de la categoría temporal. Esto porque el ser y el tiempo se identifican, pero escatológicamente, es decir, en cuanto hace referencia a un futuro. Sin embargo, y retornando a la posición psicológica inicial, el hombre se encuentra atenazado por el problema de su propia entidad, y por la experiencia de su soledad irreductible. Su angustia fluye de la consciencia de su temporalidad, estado anímico que explica precisamente el que el hombre se proyecte sobre el futuro. Pero para el hombre, individualmente considerado, el futuro es "la nada", es decir, la muerte. Y también, paradójicamente, la posibilidad de llegar a conquistar su propia identidad, de "llegar a ser uno mismo".

Las anteriores premisas explican la paradójica conclusión a que llega Heidegger: -"La existencia humana no puede relacionarse con el ente si no es sosteniéndose dentro de la nada. El ir más allá del ente |es algo que acaece en la esencia misma de la existencia. Este trascender es, precisamente, la |metafísica: lo que hace que la metafísica pertenezca a la naturaleza del hombre". De aquí que, según Heidegger, la metafísica no sea una disciplina filosófica especial, sino un "cosmos intelectivo" dentro del cual hunde sus raíces la existencia individual e irreductible del hombre.

En esta forma, Heidegger vuelve a unir los contrarios, incorporando el problema de la existencia del hombre dentro del amplio panorama de la metafísica. A fin de cuentas, sólo la metafísica puede explicar la existencia humana, y sólo la existencia humana explica la preocupación metafísica. Es ésta una gran síntesis conceptual, en la que convergen grandes corrientes filosóficas, que desde la antigüedad clásica habían escindido en dos campos antagónicos el pensamiento sistemático.

Uno de los aspectos más discutidos, y más difíciles, de la filosofía existencial de Heidegger es el relativo a su concepto de "la nada", íntimamente relacionado con el de la angustia. Es aquí donde mejor se percibe la influencia que sobre Heidegger ha ejercido Kierkegaard, tal como ya anotamos, y donde también encontramos la explicación de la que, a su turno, ha ejercido Heidegger sobre Jean-Paul Sartre. En su obra |Qué es la metafísica?, publicada en 1929, leemos lo siguiente: -"Solemos decir que en la angustia 'está uno inquieto, desazonado'. Qué quiere decir este uno? No podemos saber de qué le viene a uno esa desazón. Nos encontramos así, y nada más. Todas las cosas, y nosotros mismos se sumergen, en un estado de indiferencia. Pero no como si fuera un mero desaparecer, sino como un alejarse que es un volverse hacia nosotros. No queda asidero ninguno. Lo único que resta y nos sobrecoge al escapársenos el ente es este ninguno. La angustia hace patente la nada". | 132

 

E. LA POSICIÓN DE KARL JASPERS

Jaspers, nacido en 1883, es autor de obras que han ejercido honda influencia en el pensamiento contemporáneo. Al español se han traducido, entre otras, las siguientes: Origen y meta de la historia, El ambiente espiritual de nuestro tiempo y Los grandes filósofos. Su actividad intelectual abarca campos propiamente psicológicos, filosóficos, humanísticos y, además, una constante preocupación por algunos de los problemas fundamentales de la filosofía de la historia. Sus desarrollos conceptuales, más claros que los de Heidegger, demuestran hasta donde ha profundizado Jaspers en las obras de Kierkegaard y de Nietzsche. En cambio, asume una actitud aparentemente alejada del criticismo kantiano.

 

1. La teoría del ser

Tres diferentes nociones integran la teoría del ser enunciada por Jaspers. En un nivel inferior encontramos el mundo objetivo, cuyo "ser" o esencia es el " |estar ahí" y el ser captado desde fuera, es decir, objetivamente, tal como explica Bertrand Russell | 133 . En un segundo nivel, encuéntrase lo que Jaspers denomina el "ser-yo", o sea la existencia. Este modo de ser ya no corresponde a las diversas categorías racionales que imperan en el ámbito del mundo objetivo, es decir, del "ser", del "estar-ahí". Por último, encontramos un nivel trascendente, en el que la existencia personal -el "ser-yo"- tiende a una meta ubicada más allá de tal existencia. A esta meta, a este nivel existencial, llama Jaspers el " |ser en sí mismo".

Nos encontramos así frente a una especie de progresión existencial, cuya base es el mundo objetivo o percibido, y en que a continuación de este nivel advienen la existencia y la trascendencia del propio yo. Sin embargo, estas tres distintas especies de "categorías existenciales" son también "categorías racionales". Y es aquí donde surge una contradicción, al menos aparente, entre la posición de los existencialistas, preocupados por el "ser" y el "existir", y la entidad racional de tales conceptos de experiencia inmediata. En realidad, Jaspers aspira a superar lo "simplemente racional", pero sin negar por ello la importancia de la razón.

Partiendo de esta clasificación del "ser" -objetividad, existencia y trascendencia- es como llega Jaspers a afirmar que la ciencia, cuyo carácter es eminentemente interpretativo, fracasa en cuanto a la captación de la realidad. Esto porque desde el momento en que admitimos que existe una distinción entre la interpretación y el objeto de tal interpretación, estamos admitiendo tácitamente nuestro fracaso intelectivo. -"La suposición, comenta Russell, parece consistir en que todas las aseveraciones son una desfiguración de los hechos, sencillamente porque una aseveración no es idéntica a la situación que es su objeto". Desde luego, no hay que olvidar que para Jaspers la filosofía corresponde al tercero de los niveles por él enunciados, o sea al "ser en sí mismo", a lo trascendente.

 

2. El humanismo existencialista

Al parecer, y de acuerdo los anteriores desarrollos, Jaspers piensa que el fracaso de la ontología es indiscutible, pero que no es un factor negativo, sino "una experiencia decisiva de la filosofía", porque ésta tiende -ante todo- a proyectar al hombre sobre sí mismo. Jaspers prescinde del racionalismo crítico, pero admitiendo que toda metafísica es "una tentativa de pensar lo que no puede ser pensado", tentativa que se detiene necesariamente en el umbral del ser, vale decir, allí donde comienza precisamente "el misterio del ser Lo importante, sin embargo, es la tensión existencial que nos lleva a superar el segundo de los niveles del ser -el "ser yo"- para pasar al estadio en que el yo es trascendente. -"Existir, trascender -pero no conocer un ser trascendente- e inclusive ser libre, son términos complementarios que describen la condición humana", explica Gaetán Picón. De aquí que la existencia no sea propiamente un hecho de experiencia, sino una "actitud de espectativa", algo así como la consciencia de una posibilidad trascendente.

Consecuencia de lo anterior es que "el hombre es más de lo que puede saber sobre sí mismo". Esta afirmación, según Jaspers, implica la |posibilidad de un humanismo. Cuál ha de ser y cómo puede ser este humanismo son cuestiones que Jaspers trata de dilucidar en dos de sus obras más representativas: |El ambiente espiritual de nuestro tiempo y |Hacia un nuevo humanismo. En la primera, Jaspers enfoca el problema del hombre contemporáneo y afirma, asumiendo una actitud optimista: -"La complejidad cotidiana de un mundo invadido por la técnica nos obliga a dominarla por medio de un rodeo que nos es accesible. La relación con las cosas se modifica, porque éstas se alejan de nosotros y se hacen indiferentes tomando la forma de funciones intercambiables; la técnica ha separado al hombre del presente inmediato. La nueva tarea que se le impone es encontrar, por medio de esas mismas realizaciones técnicas, una presencia inmediata de su ser en todas las cosas que constituyen su mundo".

Esta posición optimista se afirma en la segunda de las obras anteriormente citadas, donde Jaspers afirma que la incertidumbre espiritual que tortura al hombre, este "emplazamiento" a que se ve sometido, constituye precisamente su porvenir. -"Las posibilidades humanas no escapan a nadie. El hombre puede siempre hacer más de lo que hace y obrar lo que nadie hubiera esperado de él. El hombre está inacabado, es inacabable y se abre siempre al futuro".

 

F. GABRIEL MARCEL Y JEAN-PAUL SARTRE

Entre los más destacados filósofos existencialistas contemporáneos, figuran los escritores y pensadores franceses Gabriel Marcel y Jean-Paul Sartre. El primero representa la corriente cristiana del existencialismo; el segundo, la corriente pesimista "atea". Ambos, sin embargo, han contribuído poderosamente a orientar la filosofía contemporánea en un sentido vital, alejándose de la pura especulación y acentuando el carácter dramático de la existencia humana, tal como observa Gaetén Picón.

 

1. Gabriel Marcel y el existencialismo cristiano

Nacido en el año de 1889, Marcel es autor de obras muy significativas, entre las que sobresalen las tituladas |Etre et savoir (1918-1933), |Journal Metaphysique (1928), |Positions et approches concretes du mystére ontologique (1950) y |L'homme problématique (1955).

Marcel afirma la libertad del hombre, pero no propiamente la libertad individual, sino la libertad en cuanto se refiere a su universalidad y a su origen trascendente. El hombre se comprende a sí mismo, ante todo, muchos menos como ser que como voluntad de superar lo que, en conjuntó, "es y no es". El |ser, la esencia del hombre, no es tanto lo que es, sino aquello a que tiende, aquello a que aspira: -"No es el |Sum, sino el |Sursum..."

Los planteamientos de Marcel tienen un carácter evidentemente finalista. Posiblemente no existan "valores absolutos", sino en función de nuestro propio destinó. Este entender nuestro destino es "lo más verdadero que hay en nosotros mismos". Nos encontramos inmersos en un mundo que no siempre nos abre sus puertas, de donde la solución consiste en buscar en nosotros mismos una salida.

-"Orientar en esta forma nuestra vida hacia el más allá es, sin duda, tomar la posición contraria a la adoptada por la casi unanimidad de los filósofos contemporáneos (...) Podemos preguntarnos si la negación sistemática del más allá no origina la base de las convulsiones que, en nuestra época, han alcanzado su paroxismo. Quizá sólo pueda instaurarse un orden terrestre estable si el hombre conserva una conciencia aguda de lo que podemos llamar su posición itinerante". | 134

Así, el hombre, "a través de un mundo precario y en trance de hundimiento", tiende a un universo mejor estructurado éticamente. Nadie puede "establecerse" en un mundo que se hunde, de donde habrá que asumir el "atractivo riesgo" de seguir un camino incierto, pero promisorio. Comprendemos así que la posición de Marcel no es dogmática, sino probabilista. Pero, en todo caso, inspirada en un optimismo de esencia cristiana, en cuanto la existencia real abre perspectivas sobre un estado de cosas, sobre un ámbito superior a tal existencia. Ese estado de cosas es una meta, un desideratum. O sea que la vida presente ni se explica ni se justifica por sí misma, sino en cuanto es un estadio provisional. Marcel formula así una filosofía existencial, pero esperanzada.

Por esto ha podido escribir Lotz, aludiendo a Marcel por oposición a Sartre: -"El polo opuesto, en cierto modo, lo constituye Marcel, que ha llegado a sus ideas fundamentales independientemente de Kierkegaard y de la filosofía existencial alemana. También él investiga el misterio de la persona humana y de su libertad. Al elucidarse su situación concreta, el hombre aparece, primero, como fracturado y segregado de la propia vida. Sin embargo, la encuentra, hallándose con ello ante sí mismo, al rebasarse, mediante el recogimiento y la fidelidad, en dirección hacia la trascendencia, apoyándose así en el 'tu' divino. De esta manera, la existencia queda caracterizada, en Marcel, más por la esperanza y la adoración que por la angustia..." | 135

Observa Julián Marías que Marcel se convirtió al catolicismo en 1929 y que ha rechazado en ocasiones el calificativo de "existencialista cristiano", añadiendo -sin embargo- que su filosofía es una "filosofía de la existencia" en un cierto sentido bastante próximo al pensamiento de Jaspers. -"Marcel es, sin duda, una de las figuras más sinceras y veraces del pensamiento francés contemporáneo, y su fama se ha dilatado considerablemente en el último decenio". | 136

 

2. Jean-Paul Sartre y el existencialismo ateo

Sartre, escritor y filósofo francés, nació en el año de 1905. Su producción literaria es muy vasta y representativa, pero desde el punto de vista que nos preocupa, su obra más significativa es |L'Etre et le Néant (1943). En este libro desarrolla una doctrina existencialista que lo aproxima a Heidegger, de quien toma Las nociones del "ser en el mundo" y de "facticidad". Con anterioridad a su adopción de una posición existencialista, Sartre se había preocupado de los problemas fenomenológicos. Así en sus obras |Esquisse d´une théorie des émotions (1936) y |L'Imaginaire (1904).

-" |El ser y la nada, explica Gaetán Picón | 137 , se presenta no como una descripción de las esencias, sino como una ontología, como una búsqueda del ser, del fenómeno que no es, en sí mismo, tal fenómeno o aparición, sino la condición de todo descubrimiento. El ser es lo que persiste a toda interrogación". El pensamiento de Sartre, desde luego, se refiere al ser del "para-sí", que es el resurgimiento del "en sí", o sea el hecho de que a la conciencia se revela un ser que no es ella misma. Pero el "para sí" no es exactamente |nada, sino la nada que surge en el seno del "ser en sí". La conciencia introduce la nada en el ser porque es libertad, porque es su propio anonadamiento, porque niega su ser pasado y trasciende hacia el futuro, "Ser, para el |para sí, afirma Sartre, es aniquilar el en sí, lo que es". De donde su definición del hombre: |es lo que es y lo que no es.

Pero hay algo que procura al hombre la noción de que es "el ser por el que existen los valores", y ese algo es e psicoanálisis existencial. El |para-sí o sea el hombre, se vive como ausencia, pero los valores surgen de su impulso a realizar la síntesis de la conciencia y del ser. Desarrollando esta tesis, Sartre afirma que el hombre aspira a darse "una existencia absoluta", de la que estaría excluída la ausencia. O lo que es !o mismo, desea "llegar a ser Dios".

Sin embargo, el hombre es lo que es, un algo entregado a sí mismo en un mundo sin Dios. A este respecto, son fundamentales las tesis expuestas por Sartre en su conferencia |El existencialismo es un humanismo (1946). El hombre es libre y "está condenado a la libertad", pero al descartarse la idea de Dios, los valores del humanismo tradicional no pueden ser afirmados en sentido ético y trascendental, sino que se convierten en creaciones de nuestra libertad: -"El hombre, sin apoyo y sin socorro alguno, está condenado, en cada momento, a inventar al hombre".

La filosofía existencialista de Sartre es, en realidad, muy difícil de exponer sintéticamente. En todo caso, en algunos comentaristas y expositores encontramos explicaciones más o menos afortunadas por lo que dice al pensamiento -profundo y paradójico- del célebre pensador y escritor francés.

-"La paradoja de Sartre, escribe Mounier | 138 , ya implícita en Heidegger, consiste en hacer del movimiento del ser no el resultado de una plenitud, sino de una impotencia. Es el existente bruto, la existencia en lo que tiene de contingente y de absurdo, el |ser-en-sí, el que tiene una especie de plenitud. Sólo que es una plenitud de muerte. El |ser-en-sí, lo que es, no puede volver sobre sí mismo ni puede adelantarse a sí mismo y (...) respecto d mundo es superfluo; de ahí la |náusea, ese malestar vago y asfixiante que sienten, a su encuentro, todos aquellos que no son unos farsantes. El ser humano, el ser de la conciencia, el |ser-para- sí, no es un ser mas, sino |una descomposición del ser".

Desde una posición adversa, pero comprensiva, Lotz | 139 realiza por su parte una síntesis conceptual bastante afortunada de lo que de lo que de más esencial subyace en el pensamiento de Sartre: -"Sartre, escribe, arranca principalmente de Heidegger, Husserl y Hegel. Según él, en el hombre la existencia precede a la esencia, lo cual equivale a decir que sólo el hombre como libertad absoluta e ilimitada determina su esencia, y los valores importantes de la existencia. Puesto que en cuanto libertad debe buscar su camino enteramente desamparado, sin Dios y sin norma, parece condenado a ella como a una carga. La libertad incluye la conciencia, la cual se contrapone esencialmente a sí misma, y por lo tanto, no es enteramente ella. Impedida, por este |no o |nada, para ser completamente ella, es el ser roto por la nada. A él se enfrenta lo inconsciente corpóreo como ser pleno sin ruptura. Puesto que la conciencia tiende por necesidad, aunque en vano, a devenir consciente y completamente ella misma, muéstrase como pasión inútil o absurdo del cual da testimonio la náusea como experiencia fundamental de la existencia".

 

G. EL PENSAMIENTO DE UNAMUNO

Miiguel de Unamuno (1864-1936) fue una figura de primera magnitud dentro de la cultura española de la primera mitad del siglo XX. Entre sus obras fundamentales figuran las tituladas |Del sentimiento trágico de la vida (1913) y |La agonía del cristianismo (1925). Julián Marías opina, sin embargo, que las novelas de Unamuno -prototipo de lo que pudiera llamarse "novela existencial o personal"- tienen una significación filosófica "acaso aún mayor".

Explica el mismo Julián Marías que aunque Unamuno no fue un filósofo sistemático -cosa que todos sabemos-, en su obra literaria anticipa genialmente "muchos descubrimientos que en la filosofía existencial adquieren efectivamente rango teórico". Y añade que, para Unamuno, |la única cuestión -es decir, el problema humanó trascendental- es la inmortalidad personal del hombre concreto, que vive y muere y "no quiere morir del todo". Este problema de la inmortalidad personal plantea, a su turno, los de la muerte, la vida y la personalidad humana.

Unamuno, coincidiendo con Kierkegaard, opina que la razón no sirve al hombre para conocer la vida en su esencia profunda y total y que, por lo tanto, tiene que apelar para ello a la imaginación, "viviendo la vida y previviendo la muerte". Ahora bien: -"Para conocer la vida, que es temporal, que es historia, Unamuno se vale de la novela 'existencial' o 'personal' como método". | 140 Y afirma que hemos perdido nuestra alma, nuestra alma cristiana, entre otras cosas porque "no se puede matar a Dios impunemente" -alusión a Nietzsche- y porque los conceptos con los que se ha pretendido substituir la noción de lo divino -la Ciencia y la Cultura, entre otros- no bastan para proporcionar al hombre concreto una solución ni un camino ante su propio destino.

El Renacimiento, la Reforma y la Revolución han contribuido a "descatolizar" a Europa, "substituyendo el ideal de una vida eterna ultraterrena por el ideal del progreso, de la razón, de la ciencia". La pérdida de la fe en la inmortalidad del alma entraña la renuncia a reconocer la finalidad humana del Universo. De esta posición negativa es símbolo, como ente de ficción, el doctor Fausto, cuando suplica a Mefistófeles que le devuelva su alma. Unanumo recuerda que, en el simbólico drama de Goethe, Mefistófeles declara al doctor Fausto: -"Donde estamos, allí está el infierno, y donde esta el infierno, allí tenemos que estar siempre". | 141

|Agonía, en el lenguaje de Unamuno, es casi equivalente de la |angustia de Kierkegaard. Si el problema de la inmortalidad personal es el problema básico del hombre, y si de él se deriva la incertidumbre respecto a una existencia ultraterrestre, esta incertidumbre -que contrasta con la íntima necesidad de supervivencia que experimenta el hombre- explica su agonía, estado de espíritu que, a pesar de todo, tiene que "utilizar". En esto, cabalmente, consiste "el sentimiento trágico de la existencia". 

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