PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

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La Psicología Evolutiva, en términos generales, trata de estudiar el cambio psicológico que ocurre a lo largo de la vida humana y que llamaremos desarrollo humano. Existe una cierta confusión en la documentación a la hora de definir tanto el contenido como el término utilizado. Frecuentemente, encontramos la misma definición bajo la etiqueta de Psicología Evolutiva, Psicología del Desarrollo o en términos generales bajo la denominación de ‘Desarrollo Humano’. A mi modo de ver, esta profusión coincidente de definiciones se debe a la propia evolución epistemológica e histórica de la Psicología Evolutiva. Así, Serra (1979) define la Psicología Evolutiva como ‘el estudio de los cambios y su evolución que acaecen en el desarrollo a lo largo del tiempo, en el curso vital del individuo’; Palacios (1999) define la Psicología Evolutiva como “la disciplina que se ocupa de estudiar los cambios psicológicos que en una cierta relación con la edad, se dan en las personas a lo largo de su desarrollo, es decir, desde su concepción hasta la muerte”. Su objeto de estudio, se materializa en "la descripción, explicación y optimización del cambio intraindividual de comportamiento a lo largo del ciclo vital y de las diferencias interindividuales, así como de las semejanzas, en el cambio intraindividual" (Baltes, Reese y Nesselroade, (1977/1981, p. 27)). Serra, Pérez y Viguer (1994) apuntan en la misma dirección cuando explican que el estudio del desarrollo implica: describir, explicar e intervenir. Por consiguiente la comprensión de los cambios y su secuencia a lo largo del ciclo vital, tanto en función de la edad (aspecto madurativo) como en relación con las diferentes culturas, momentos históricos, grupos y subgrupos históricos, como determinantes y mecanismos subyacentes  del desarrollo humano, son los objetivos que vertebran la actuación de los psicólogos evolutivos.
El gran cambio conceptual en la Psicología Evolutiva se produce sobre los años setenta, cuando emerge y se desarrolla la Psicología Evolutiva del Ciclo Vital, diferenciándose conceptual y metodológicamente de los modelos anteriores, centrados en los cambios en la niñez y la adolescencia. Esta evolución conceptual justifica en cierta medida que, aún hoy en día, se utilicen términos que podríamos considerar sinónimos. Estos cambios son perceptibles en los manuales al uso; así, en la edición de 1990 del manual de Palacios, Marchesi y Coll aparecen cuatro grandes  núcleos temáticos:

La Primera Infancia
Los años Preescolares
De los seis a los doce años
La adolescencia

En la edición revisada del mismo manual diez años después (1999), se introduce junto con los cuatro núcleos temáticos anteriores, el siguiente:

Desarrollo psicológico en la adultez y la vejez

En el texto de Monedero (1986) denominado ‘Psicología Evolutiva del Ciclo Vital’  ya se incluía todo el ciclo vital :

El periodo intrauterino
El primer año
La primera infancia
La Segunda Infancia
La Adolescencia
La Edad Adulta
La Vejez

Para Monedero (o.c.), la Psicología Evolutiva ‘se ocupa del estudio de la evolución del ser humano desde el momento de su formación hasta su muerte, considerando su evolución desde el punto de vista psicológico’ (Monedero, C. (o.c.) pag. 24). Otra característica que señala el mismo autor es la naturaleza del objeto de estudio, ‘...el hecho de la existencia de cambios psicológicos relacionados con la edad o con el paso del tiempo. Los cambios psicológicos de una edad a otra de la vida son más que cuantitativos propiamente cualitativos, por lo que la Psicología Evolutiva se impone la tarea de describir las características psicológicas propias de cada edad...’ (o.c.). El propio Monedero nos explica que la Psicología Evolutiva no puede limitarse a describir los cambios, debe dar una explicación del porqué de los mismos.
La Psicología del Desarrollo ha pasado a la aplicación. Fisher y Lerner (1994) definen la Psicología del Desarrollo Aplicada, no sólo como una evolución o la salida práctica de la Psicología del Desarrollo. Entienden que es una evolución de toda el área de Psicología convirtiéndola en un campo de acción interdisciplinar. La Psicología del Desarrollo Aplicada ‘está definida como el conjunto de conocimientos que intenta mejorar el proceso de desarrollo humano y prever los posibles problemas que a lo largo del ciclo vital se puedan plantear’ (Fisher & Tryon (1988). El cuerpo de conocimientos generado ha sido de tal magnitud que ha hecho emerger nuevas disciplinas y especialidades.
La Psicología del Desarrollo Aplicada se inicia en 1980 con la  aparición del ‘The Journal of Applied Developmental Psychology’,  consagrándose posteriormente con los trabajos de Morrison, Lord  y Keating (1984) y Sigel (1985), así como en otras publicaciones dirigidas hacia la formación de los profesionales, cuestiones éticas de la intervención y en definitiva la regulación del campo de actuación. (Birkel, Lerner, & Smyer, (1989); Fisher & Brennan, (1992); Fisher & Koocher, (1990); Fisher & Tryon, (1988, 1990); Goldstein, Wilson, & Gerstein, (1983); Scholnick, (1983); Wenlieb, (1983)).  En general, los contenidos aplicados están relacionados con la influencia del contexto en el desarrollo, por ejemplo en el texto de Fisher y Lerner(o.c.) se recogen entre otros, los siguientes tópicos:

Influencia del contexto en el desarrollo
Desarrollo de la memoria en contextos de abuso sexual
Desarrollo de la identidad del adolescente: perspectiva contextual
Correlación del desarrollo y los usos sociales
La influencia del empleo materno en el desarrollo de los niños.
Embarazo y paternidad juvenil.
Asesoramiento para el desarrollo (Developmental Assessment)
Asesoramiento en la infancia
Asesoramiento en niños con psicopatología
Asesoramiento en la relación padres-adolescentes
Asesoramiento en las competencias de la vida diaria de las personas mayores.
Diseño y evaluación de la intervención en el desarrollo
Prevención del consumo de drogas
Diseño y evaluación de intervenciones en Jardines de Infancia (Nursing Home)

Los contenidos, como se puede observar, tienen un marcado punto de vista social y clínico. Rice (1997), en su texto ‘Desarrollo Humano: Estudio del ciclo vital’, introduce un nuevo elemento en esta dirección  al decir que ‘la meta de la Psicología del Desarrollo durante el ciclo vital es ayudarnos a llevar una vida significativa y productiva’ (o.c. pag. 5), de forma que da un carácter aplicado y de corte clínico.
Como bien han sintetizado Marchesi, Palacios y Carretero (1983 pag. 298), el objeto de la Psicología del Desarrollo es describir los procesos de cambio, explicar por qué ocurren y suministrar bases para intervenir, ya que “el proceso evolutivo está siempre abierto a la posibilidad de ser optimizado por la interacción modeladora del entorno”. En el plan de estudios de Psicología del año 1994 y en la actual reforma, se han introducido diferentes disciplinas que recogen la aplicación y desarrollo de contenidos aplicados de la Psicología del Desarrollo (Transiciones Evolutivas, Optimización Evolutiva y Educativa, etc.).
Lefrançois (2001) define la Psicología del Desarrollo como el estudio de los cambios en la conducta y el pensamiento de los seres humanos debidos al tiempo. Los componentes del desarrollo se centran en el crecimiento, maduración y el aprendizaje. El crecimiento se refiere a los cambios físicos (fundamentalmente cuantitativos). La maduración son cambios que se producen con cierta independencia del ambiente como pueden ser los cambios sexuales en la adolescencia, relacionados con la herencia. Ahora bien, casi todos los procesos madurativos tienen relación con el aprendizaje o al menos con la oportunidad de realizar la actividad. Por último, el aprendizaje se define como los cambios relativamente permanentes que se deben a la experiencia (cambios cualitativos). En resumen, el desarrollo es el proceso gradual por el que nos adaptamos  a nuestro ambiente (Lefrançois (o.c.) pag. 6). Aunque el desarrollo relativo al crecimiento físico se detiene, el desarrollo en términos de cambios  y adaptación continúa durante todo el ciclo vital (Datan, Rodeheaver y Hughes (1987).
El hecho de que el desarrollo físico se detuviera en el tiempo hizo pensar a los psicólogos que el desarrollo terminaba coincidiendo con esta etapa, generando el modelo organísmico de acuerdo con el cual, el desarrollo consiste en el progreso secuencial hacia una meta evolutiva (genitalidad adulta para Freud o las operaciones formales para Piaget). Los hechos evolutivos descritos por Freud y Piaget, se relacionaban íntimamente con la maduración biológica, pero el error fundamental de ambos fue considerar que el desarrollo termina cuando la maduración acababa de ocasionar cambios.
Es verdad que existen influencias normativas en el desarrollo relacionado con la edad, es decir dependiente de la maduración; pero no es menos cierto que  existen  influencias normativas relacionadas con la cultura y la historia, es decir influencias sociales, y también existen eventos no normativos que tienen una influencia clara en el desarrollo humano (Palacios, 1999 pag. 48). Esta diferenciación ha sido consecuencia de la evolución conceptual, desde la concepción clásica de la Psicología Evolutiva, hacia la Psicología del Desarrollo o Psicología Evolutiva del Ciclo Vital (Palacios (1999)).
El enfoque del ciclo vital no es un descubrimiento que se origine en los años setenta. Existen antecedentes en la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson. Probablemente este sea uno de los autores más significativos de la tradición psicoanalítica. Erikson abre nuevas etapas evolutivas a la vez que reconceptualiza la dinámica evolutiva. Por otra parte, el desarrollo humano es un proceso complejo que generalmente  se  divide  en  cuatro  dimensiones  [Eric Erikson (†1902-1994)] básicas: desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. El estudio del Desarrollo Humano, se ha convertido en una ciencia multidisciplinar que toma elementos de la biología, fisiología, medicina, educación, psicología, sociología y antropología (Baltes, (1987); Hinde (1992)). Según García Madruga (1991), para explicar los cambios producidos en función del tiempo, en muchas ocasiones se tiene que recurrir a otras disciplinas como la biología, fisiología, bioquímica, o en general las neurociencias.
Durante los últimos años se han realizado numerosos y excelentes trabajos de revisión teórica, tanto del concepto como de los modelos teóricos dentro de la Psicología Evolutiva. Aquí podemos citar los trabajos de Coll (1979), Marchesi, Palacios y Carretero (1983), García Madruga (1985); Lacasa y García Madruga (1986); Palacios, Marchesi y Coll (1990); Delval (1994), Palacios, Marchesi y Coll (1999), entre otros demostrando el dinamismo de los contenidos que estudia. La Psicología Evolutiva contemporánea, escribe Palacios (1999 pag 59), ‘es un conjunto de perspectivas teóricas diferentes con distinto grado de compatibilidad y complementariedad entre si. Sin duda alguna, la Psicología evolutiva contemporánea presenta en su interior una enorme diversidad de enfoques, de contenidos y de metodologías’.

 

PSICOLOGIA DE LA EDUCACIÓN E INSTRUCCIÓN
El segundo gran tópico de nuestra área de conocimiento es la Psicología de la Educación. Desde un punto de vista etimológico, el término ‘Psicologia de la Educación’ incluye dos conceptos relacionados, el de la Psicología y el de Educación. La relación entre ambos delimita una extensa área que matizará el contenido y el sentido de la disciplina en función de donde pongamos el acento, si en el sustantivo o en el adjetivo. Educación se refiere al cambio de estado producido intencionadamente en el transcurso del proceso de Enseñanza/Aprendizaje.
Coll (1999) plantea una revisión conceptual de la Psicología de la Educación. Según Coll (o.c. pag 40-42), la Psicología de la Educación ha pasado por varias etapas; la primera consistiría en la concepción de la Psicología de la Educación como la aplicación de los conocimientos psicológicos al mundo de la educación. Esta etapa se caracterizaría por una excesiva confianza en las aportaciones de la psicología científica para orientar, guiar y mejorar la educación. Esta fase está dominada por el concepto de aplicación de la psicología a la educación. A mediados de siglo pasado, se hace evidente que los conocimientos psicológicos alcanzados normalmente en el laboratorio no  cubren las expectativas puestas en ellos. Los psicólogos se refugian en sus laboratorios para contrastar sus resultados y refinar sus teorías, mientras que los educadores se centran en los problemas prácticos buscando soluciones al  margen de  las  teorías  psicológicas.
 
Lee J. Cronbach (†1916-2001)    La segunda etapa se caracteriza por una cierta desconexión entre el mundo educativo y psicológico, corresponde a la fase histórica de las dos psicologías científicas (la orientación experimental y la orientación correlacional) que intentaría terminar Cronbach (1957, 1975). Por último, la tercera etapa que  podríamos   considerar   como  la actual, se inicia hacia finales de los años sesenta y se caracteriza, según Mayer (1999, pag. 9-13), por una relación bi-direccional entre la psicología y la  educación,  de  forma  que los psicólogos deben estudiar el modo de aprender y el desarrollo en entornos educativos, definiendo sus investigaciones a partir de las preocupaciones de los educadores; mientras que los segundos deben fundamentar sus decisiones instruccionales en las aportaciones de la psicología sobre como aprenden y se desarrollan los alumnos en estos entornos. Sin embargo, tal como insiste Coll ( o.c. pag. 41), sería un error que esta pauta de desarrollo histórico la interpretáramos como que en la actualidad hemos evolucionado hacia la tercera etapa. Más bien al contrario, en la actualidad persisten numerosos psicólogos y educadores que mantienen una postura epistemológica correspondiente a la segunda o primera etapa.
Para incrementar la confusión, hacia finales de la segunda etapa, emerge como consecuencia de la influencia del cognitivismo, la Psicología de la Instrucción. McKeachie (1974) afirma que el término ‘Instrucción’ implica la connotación de guía, dirección del profesor, planificación de la enseñanza, etc.; mientras que el término ‘Educación’ es de carácter más general e implicaría todas las relaciones con todo el proceso educativo de forma integrada. Por su parte, Glaser (1982) define la Psicología de la Instrucción como ‘... campo de estudio que se centra en la adquisición de la competencia humana, intentando comprender el desarrollo de los procesos y estructuras cognitivas que son indicativos de la competencia del individuo en materias particulares o en habilidades intelectuales’. Para Genovard, Gotzenz y Muntane (1981), la Psicología de la Instrucción tiene como objetivo el estudio de ‘la secuencia más efectiva de la interacción alumno-medio ambiente y el punto más importante es encontrar un procedimiento de instrucción para implantarlo’. Erik De Corte (1996) en la ‘International Enciclopedia of Developmental and Instructional Psychology’ (1996 pag 33), define la Psicología de la Instrucción ‘como el estudio de los procesos y resultados del aprendizaje humano en una variedad de situaciones educativas e instruccionales, y de la naturaleza y el diseño de ambientes que son apropiados para elicitar y mantener estos procesos de aprendizaje, dirigidos al logro de la competencia y de una disposición hacia el aprendizaje, pensamiento y solución de problemas de un dominio dado’.  Rivas (1997 pag. 1) define la Psicología de la Instrucción como ‘el estudio del cambio comportamental intencional y duradero que una persona experimenta en un medio sociocultural determinado como consecuencia de su participación activa en procesos de enseñanza/aprendizaje que se dan en la situación educativa’. Para Coll (1990 pag. 29), la Psicología de la Instrucción es ‘la parte de la Psicología de la Educación que se ocupa específicamente de los procesos de cambio provocados por las situaciones escolares de enseñanza y aprendizaje’. Del análisis de las definiciones de diferentes autores (Alcantud, F. (1986)) se deduce que la Psicología de la Instrucción es: a) una sub-área de la Psicología de la Educación; b) tiene carácter fundamentalmente instrumental; c) trata el estudio de todos los componentes del proceso de enseñanza/aprendizaje con la finalidad de optimizarlo y d) estudia los procesos de adquisición de habilidades y destrezas. En mi opinión, la Psicología de la Instrucción no ha llegado a generar un status diferencial al de la Psicología de la Educación pudiendo considerarse como una sub-especialidad de aquella.
Por otra parte, todos los autores consultados convergen en considerar a la Psicología de la Educación como una disciplina de carácter aplicado, con el objetivo de enriquecer y mejorar la teoría y la practica educativa. Este punto suele ser controvertido puesto que es el origen de enfrentamientos entre unos y otros, sobre todo a la hora de definir el campo de actuación de la Psicología de la Educación y de la Psicología de la Instrucción. Debo hacer hincapié en que el nacimiento del término Psicología de la Instrucción coincide con el desarrollo de la Psicología de corte cognitivo, de forma que muchos autores desarrollan su investigación de Psicología de la Educación de corte cognitivo bajo la etiqueta de Psicología de la Instrucción. Así por ejemplo, Snelberker  define la Psicología de la Instrucción como ‘la teoría y principios derivados de la aplicación de los principios psicológicos a la mejora de la enseñanza o que resulta cuando los psicólogos llevan a cabo investigaciones sobre varias formas de instrucción’ (Snelberker (1983), pag. 448). Resnick matiza y afirma que la Psicología Cognitiva de la Instrucción no es una Psicología básica aplicada a la educación, sino una ciencia orientada al estudio de los procesos de instrucción y aprendizaje (Resnick, (1981)). En definitiva, la psicología de la Instrucción tendría como características básicas el carácter prescriptivo –diseño de estrategias instruccionales óptimas- y la investigación sobre los procesos de adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades cognitivas complejas, como las implicadas en el aprendizaje o adquisición de tareas y contenidos escolares (Castejon, J.L. (1997)).
Definida como disciplina puente entre la Psicología y la Educación, Genovard (1979) expone algunos aspectos de la problemática conceptual con la que se enfrenta la Psicología de la Educación. Para este autor, la definición de Psicología de la Educación constituye una operación arriesgada, una vez que su historia está por realizar (Beltrán (1983; 1984)) y porque los diferentes modelos explicativos surgidos a lo largo de su desarrollo, son pautas teóricas en proceso de constitución. La crisis permanente de identidad de la Psicología de la Educación es puesta de manifiesto en una metáfora utilizada por Snow como presidente de la división XV del APA cuando dice: ‘es un campo difícil sino imposible de definir, como una disciplina científica o como una comunidad profesional... la psicología educativa es algo así como una cebolla –una colección de capas cuya unidad puede ser fácilmente desmembrada para no revelar ningún contenido- aunque todas las capas que forman la cebolla son parte de la cebolla y sirven para muchas otras cosas ‘(Snow, 1981, pag. 1). Los trabajos de Glover y Ronning (1987), Grinder (1989), Sheurman et alt (1993); Salomon (1995), Calfee y Berliner (1996), Hilgard (1996) coinciden en el mismo punto, la diversidad de puntos de vista y criterios.
Beltrán (1984; pag. 41) afirma que la Psicología de la Educación es una rama de la psicología que tiene como objeto, por tanto, el comportamiento humano (conducta y cognición), pero con el carácter de ciencia aplicada o tecnológica, por eso estudia un tipo especial de comportamiento: el que tiene lugar en situaciones educativas; o sea el comportamiento que cambia o el cambio de comportamiento que se produce como resultado de la práctica intencional, es decir, lo que llamamos aprendizaje. No obstante, en un trabajo posterior, el propio Beltrán (1987, 1995) señala que la problemática conceptual de la Psicología de la Educación en la actualidad, reside en el pluralismo epistemológico; el problema del contenido, a caballo entre la psicología y las ciencias de la educación; y en el estatus científico confuso, entre la ciencia básica y la ciencia aplicada.
En resumen, existe un grupo de autores que defienden que la Psicología de la Educación no tiene entidad propia, si no que consideran que las conclusiones de las investigaciones realizadas en Psicología en general o en algún área concreta en particular, pueden ser extrapolables directamente al comportamiento educativo.
Por el contrario, otros autores apuntan que la situación educativa tiene unas particularidades tales que es necesario realizar la investigación psicológica en esa misma situación, de tal forma que los propios conocimientos psicológicos pueden quedar modificados por la experiencia, creando así un cuerpo teórico propio, por lo que atribuyen a la Psicología de la Educación un papel de síntesis de conocimientos psicológicos aplicados a la situación educativa, con la finalidad de comprender el proceso que en ella se realiza e intentar mejorarlo.
De acuerdo con lo dicho hasta aquí, podemos decir que la finalidad de la Psicología de la Educación es el estudio de los procesos de cambio que se producen en las personas, como consecuencia de su participación en actividades educativas (Coll, C. (1999) pag.48). Esta definición abre un amplio campo de trabajo. Entendiendo que la Psicología de la Educación es la disciplina puente descrita anteriormente, trataría de estudiar los procesos de cambio pero como estos cambios se producen como consecuencia de una participación en las actividades educativas, éstas también serían objeto de estudio. En cuanto a los procesos de cambio, la psicología de la educación deberá estudiar los procesos de aprendizaje, desarrollo y socialización. El estudio de las actividades educativas y las variables que inciden en ellas, es más complejo en la medida que existen múltiples situaciones y actividades educativas. Por poner un ejemplo, la educación formal realizada en entornos escolares y la educación no formal realizada en escenarios como museos y la educación informal que se realizará por los medios de comunicación y en los entornos familiares (Rivas, F. (1997) pag. 31)..
La mejor forma de reflejar la complejidad y amplitud del campo de estudio es, parafraseando a Calfee y Berliner (1996 pag 2 y recogido en Coll, C. (1999) pag.51), definir la educación como el proceso en el que ‘siempre alguien (profesores, padres, instructores, monitores, medios de comunicación, etc.) enseña (actúa con la intención de influir) algo (contenido del currículo, hábitos, destrezas, actitudes, valores, etc.) a alguien (alumnos, hijos, empleados, espectadores, etc.) en un contexto institucional (escuela, familia, comunidad, museo, etc.) con un propósito (desarrollar capacidades, adquirir conocimientos, destrezas) y esperando unos resultados (en los destinatarios de la acción) que son a menudo evaluados (con el fin de verificar que se han alcanzado los propósitos)’.

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