REALISMO

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Este artículo trata del realismo en la filosofía de la ciencia actual.

Alejandro Carrera Tundidor

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Pluralidad de realismos


En la filosofía de la ciencia actual existen casi tantos tipos de realismo como filósofos realistas. Sin embargo, creo que, a pesar de las diferencias, podemos establecer dos grandes tendencias a las que denominaré: realismo veritativo y realismo constructivo interaccionista.

El primer tipo, el realismo veritativo, es el defendido por Sir K.R. Popper y sus seguidores. Se centra en las ideas de verdad, correspondencia y verosimilitud (ver Newton-Smith y Rivadulla Rodríguez). Este tipo de realismo plantea toda una serie de dificultades. De entrada, en relación con las ideas de verdad y correspondencia. Tanto los filósofos antirrealistas como los filósofos realistas no veritativos, encuentran inaceptables los análisis de Popper y sus seguidores. ¿Qué quiere decir esto? Que, antes de entrar a tratar del conocimiento científico y su desarrollo, el enfoque veritativo ya resulta inaceptable para la mayoría de los filósofos de la ciencia actuales. No puedo extenderme en exceso sobre las razones últimas de la debilidad de este enfoque. Sólo apuntaré a una fundamental. Durante años, Popper atacó tanto a Wittgenstein como a Carnap por dedicarse a "trivialidades" tales como el análisis del lenguaje, y no centrarse en lo realmente relevante: el conocimiento científico del universo, que era lo realmente propio de filósofos según Popper. El resultado de esto es que ni Popper ni sus seguidores desarrollaron un instrumental conceptual capaz de resistir los ataques de los filósofos analíticos: los sucesores de Wittgenstein y Carnap. La filosofía de la ciencia actual es mayoritariamente analítica, en cuanto a su origen. Los filósofos analíticos, en su proceso de formación, dedican mucho tiempo al estudio y al uso de un instrumental conceptual que luego les servirá para hablar y escribir de todo lo humano, lo infrahumano y lo divino. Este instrumental recibe diferentes nombres: en nuestra área cultural aparece, generalmente, bajo el rótulo de filosofía del lenguaje. En Alemania, y en los Estados Unidos, suele llamarse semántica filosófica. En Oxford, lógica filosófica. Lo que cuenta no son tanto los nombres como su contenido, que cubre, entre otras cosas, lo siguiente: análisis de la referencia, verdad necesaria, analítico, sintético, verdad, negación, existencia, identidad, clases naturales, nombres propios, etc. ... (ver Wolfram). Popper y sus seguidores no pueden resistir la crítica que se les realiza con este instrumental conceptual. Son como niños que se trataran de defender utilizando espadas de madera al ser atacados con misiles. El barco de los veritativistas hace agua por todas partes antes de tratar de filosofía de la ciencia propiamente dicha. Personalmente, no es éste el único defecto que le encuentro a la filosofía de la ciencia de Popper. Igualmente, su concepción logicista y deductivista de la ciencia me parece inaceptable. De esta cuestión ya he tratado con anterioridad (Carrera Tundidor, 2000 (1994), cap.3: Crítica del deductivismo), por lo que remito al lector interesado a la referencia bibliográfica. Pero aún hay más. Frente a lo que Popper y sus seguidores piensan, tampoco me parece que el concepto de verdad sea central, ni que tenga que ser el hilo conductor de un análisis adecuado del conocimiento científico. Al observar la práctica científica nos encontramos con que los científicos hablan poco de la verdad.

¿En qué situación nos encontramos ahora? En la siguiente: o bien decimos adiós al realismo, o bien buscamos otra forma de realismo que no plantee los problemas, ni tenga los múltiples defectos, del realismo veritativo. Si rechazamos el realismo tendremos que aceptar una forma u otra de antirrealismo. Ahora bien, nos encontramos con que la mayoría de los científicos naturales contemporáneos y actuales son realistas. Max Planck, A.Einstein y S.W.Hawking son sólo una pequeña muestra. Hawking, por ejemplo, escribe: "El objetivo final de la ciencia es proporcionar una única teoría que describa correctamente todo el universo" (Hawking, pág.29). Dejemos de lado lo de "única" y centrémonos en "teoría que describa correctamente todo el universo". Difícilmente se puede interpretar este texto si no es en términos realistas. El realismo de Einstein, por su parte, dejaba un tanto perplejos a los miembros del Círculo de Viena, como M.Schlick (ver en Carrera Tundidor, 2000 (1994), págs. 97-98, la carta de Einstein a Schlick) o R.Carnap, quien en su Autobiografía Intelectual escribe: "Reichenbach, al igual que Russell, Einstein, y muchos otros eminentes científicos consideraban que el realismo es la base indispensable de la ciencia" (Carnap, pág.90). Me he centrado en las ciencias físicas contemporáneas, porque son las que plantean más cuestiones sobre el realismo. Encontrar un biólogo o un geólogo, actual, que no sea realista resulta bastante difícil.

¿Adónde quiero ir con todo lo anterior? A lo siguiente: si tenemos inclinaciones un tanto "barrocas" y adoptamos una estrategia antirrealista tendremos que explicar, en un momento u otro, la "ilusión realista" de los científicos naturales. Si decimos de alguien que no ve lo que supuestamente percibe esa persona y sufre una alucinación, tendremos que dar cuenta de cómo se produce la alucinación. De cómo alguien no ve algo y, sin embargo, está convencido de que lo ve. El caso de los científicos realistas es más complejo, pues se trataría de una especie de "alucinación colectiva". Estos científicos, como Planck, Einstein o Hawking, creen que hablan sobre el universo, que lo investigan y que han llegado, en cierta medida, a conocer determinados aspectos del mismo. A mí, personalmente, me parece que los "barroquismos" de los antirrealistas están fuera de lugar. Voy a presentar, en este artículo, una formulación del realismo que esté de acuerdo con las ideas de los propios científicos realistas sobre su actividad. Es lo que denomino realismo constructivo interaccionista. El tipo de realismo que voy a presentar no ha surgido de la nada, sino que tiene sus fuentes. Algunas, sólo algunas, las voy a mostrar a continuación.
 

Las fuentes del realismo constructivo interaccionista

La revolución copernicana de Rom Harré


El oxoniense, de origen neozelandés, Rom Harré, en su obra The Principles of Scientific Thinking (1970), propugna una revolución copernicana en la filosofía de la ciencia. Harré cree que lo que predomina en la filosofía de la ciencia es una mitología. La mitología del deductivismo. ¿Cuáles son sus grandes mitos? 1) El mito de que los acontecimientos son el objeto primario del conocimiento científico. 2) El mito de los vehículos del pensamiento. La idea de que los únicos vehículos del pensamiento científico son lingüísticos. 3) El mito de los sistemas deductivos. La matemática es adaptada como un ideal del conocimiento científico.

Frente a estos tres mitos, Harré enuncia los principios del pensamiento científico, basándose en un estudio de las ciencias reales: 1) el mundo está constituido por un conjunto de estructuras semipermanentes. Los científicos han logrado un cierto conocimiento sobre la naturaleza de estas estructuras y su comportamiento; 2) los vehículos del pensamiento científico no son exclusivamente lingüísticos y 3) una teoría científica tiene como núcleo al menos un modelo y no requiere una formulación deductiva.

Según Harré, la revolución copernicana en la filosofía de la ciencia consiste en pasar a considerar a las teorías científicas como modelos. No, como habían pensado los deductivistas, sistemas deductivos de leyes o generalizaciones. Los científicos lo que desarrollan son modelos sobre el universo. El que se pueda reconstruir una teoría científica como un sistema deductivo es algo secundario. Harré desarrolla un análisis detallado de los modelos en las teorías científicas (1970a, cap.2) con casos concretos como el de la teoría de la evolución, y su modelo de la selección natural por medio de la lucha por la existencia.

Téngase en cuenta que Harré no es alguien ajeno al mundo de la matemática, que ataca el deductivismo, el logicismo y el matematicismo desde fuera, buscando ejemplos de sus ideas en la Biología. El primer trabajo de Harré, antes de ir a Oxford, fue la enseñanza de las matemáticas aplicadas durante varios años (1986b, pág.135). Harré examina las ciencias reales y percibe que no se puede extrapolar sin más, a éstas, una determinada concepción de la matemática. Que una cosa son las ciencias reales naturales que tratan del universo y otra las matemáticas. Las Matemáticas se pueden utilizar y se utilizan en las ciencias reales, sobre todo en la Física. Pero la Física no es matemáticas sin más. La Física trata del mundo y su núcleo es un conjunto de modelos. Si queremos entender las ciencias reales naturales, no podemos hacerlo, sin más, en términos lógicos o matemáticos.

En su obra de 1972, The Philosophies of Science, Harré nos presenta su concepción de la filosofía de la ciencia como un conjunto de investigaciones lógicas, epistemológicas y metafísicas relacionadas entre sí. Harré, al analizar las formas del razonamiento científico, critica tanto el inductivismo de los positivistas como el falsacionismo de Popper. El inductivismo se parece muy poco a la práctica científica real. El falsacionismo de Popper conduce a eliminar elementos del discurso científico real. Dicho en otros términos, los científicos cuando hacen ciencia no suelen ser ni inductivistas ni falsacionistas. A los científicos les va bastante bien sin el inductivismo y sin el falsacionismo. Por lo que no tienen ninguna necesidad de adoptar uno u otro.

El realismo, según Harré, mantiene que algunos términos teóricos se refieren a entidades hipotéticas. Algunas entidades hipotéticas son consideradas, por los científicos, como candidatas a ser existentes. Algunas candidatas a ser existentes resulta, tras una ardua investigación, que existen. Por ejemplo, los virus. Otras candidatas a ser consideradas como existentes, tras mucho investigar y pensar, al final son declaradas ficciones. En este proceso juegan un papel importante los instrumentos que utilizan los científicos para investigar la naturaleza. El realismo cuadra perfectamente, según Harré, con la Anatomía, con la Fisiología y con la Química. La frontera de la Física es susceptible de ser interpretada en términos positivistas o fenomenistas.

Harré, al hablar de la metafísica, se refiere a la ontología de la ciencia. Al estudio de las categorías más generales: materiales, individuos, cualidades y relaciones (entre éstas, las causales). Discute varias ontologías. La ontología aristotélica, que ha servido de base a las investigaciones biológicas del propio Estagirita, a las investigaciones sobre el arco iris de Teodorico de Freiberg y a la escuela de física matemática del Merton College oxoniense. La ontología corpuscular, que ha conducido a incoherencias y contradicciones cuando ha tratado de desarrollar un sistema consistente de la acción mecánica, mediante el contacto de los cuerpos sólidos. Harré apunta a la necesidad de desarrollar una tercera ontología que nos ofrezca una comprensión conceptual de las investigaciones de Faraday sobre la electricidad, el magnetismo y la luz. Algo de lo que la ontología corpuscular es incapaz. La ontología alternativa a la corpuscular tendrá que centrarse en un análisis del concepto de campo.

En la segunda edición de 1985 de The Philosophies of Science, en su prefacio, Harré contrapone dos grandes posiciones en la filosofía de la ciencia actual: la positivista y la realista. La posición positivista sería aquella que tendería a tratar las teorías científicas como meras estructuras lógicas, cuya eficacia residiría únicamente en hacer predicciones. Para esta posición positivista, el conocimiento científico quedaría reducido a un conjunto de generalizaciones sobre la experiencia. La posición realista, en contraposición a la positivista, subraya el papel de la imaginación humana. En el desarrollo de concepciones sobre los vínculos reales que existen más allá de la experiencia. Para esta posición realista, el contenido de las teorías científicas tiene el carácter de conocimiento empírico.

En esta edición, Harré amplía el ámbito de la filosofía de la ciencia. La filosofía de la ciencia trataría, además, de aquello que ya hemos enunciado: de las relaciones entre la ciencia y la sociedad. Trabajos en el marco de la Sociología de la Ciencia, como Knowledge and Social Imagery (1976), de B.Latour y S.Woolgar, han conducido a Harré a esta problemática. Especialmente le preocupa el que la identificación de influencias sociales en la formación, y en la evaluación, de las teorías científicas, por parte de los sociólogos de la ciencia, haya conducido a ciertos filósofos a proponer una forma de relativismo radical. La ciencia, para Harré, es una actividad social que es desarrollada por grupos de personas y cuyos destinatarios también son grupos de personas. Los resultados de la ciencia son utilizados por diferentes comunidades. Harré señala que hay que establecer una diferencia entre la ciencia en la sociedad (y los problemas filosóficos a los que conduce esta relación) y la ciencia como una sociedad (que nos llevaría a plantearnos cuestiones filosóficas que surgen cuando concebimos a los científicos constituyendo una comunidad, o incluso una tribu, con una cultura y unas costumbres específicas).

En Varieties of Realism. A rationale for the natural sciences (1986), Harré comienza con la temática con que concluía la anterior. El trabajo científico es realizado por una comunidad socialmente estructurada de hombres y mujeres. La ciencia que consumimos es el producto final de la interacción compleja entre fuerzas sociales y prácticas cognitivas y materiales.

Harré señala que, con relación al universo, tenemos que distinguir tres dominios: 1) el de la percepción humana común; 2) el de los seres que podrían ser observados dadas determinadas condiciones históricas y técnicas y 3) el de las entidades que, por una variedad de razones, están más allá de toda capacidad humana observacional. Aquí hay que señalar que algunas entidades no observables pueden llegar a ser observadas. Lo que hoy pueden observar los científicos, no es lo mismo que lo que podían observar los científicos a mediados del siglo XIX, ni esto a lo que era observable en 1550. Los hombres que pintaban en las cavernas podían observar muy poco en comparación con lo que pueden observar los científicos a finales del siglo XX. Ahora bien, los científicos naturales, especialmente en la Física Fundamental, manejan teorías que tratan de describir los estados y relaciones de algunas entidades que nunca podrán ser objetos de la experiencia común, aunque se use el instrumental más desarrollado y sofisticado.

Existen tres tipos de teorías en la ciencia de hoy en día. Teorías del tipo 1: son objetos cognitivos que poseen propiedades pragmáticas. Las teorías del tipo 1 nos permiten la constitución, clasificación y predicción de los fenómenos observables. Un ejemplo de teoría del tipo 1 es la cinemática de Newton. Teorías del tipo 2: estas teorías son objetos cognitivos que poseen propiedades icónicas. Las teorías de este tipo nos permiten la representación de una determinada clase de entidades inobservables. Un ejemplo de este tipo 2 es la teoría de las enfermedades producidas por las bacterias. Este tipo de teorías conlleva una representación de un sistema físico que, en el momento de su formulación, no había sido aún observado. Harré observa que la mayoría de las teorías científicas actuales pertenecen a este tipo 2. Teorías del tipo 3: Las teorías de este tipo nos permiten la representación de sistemas de entidades, sus comportamientos e interrelaciones, que no son susceptibles de ser "pintadas". Estos sistemas constituyen una clase específica de inobservables, porque nunca podrán ser observados por los seres humanos. La teoría especial de la relatividad, en la formulación de Einstein, es un ejemplo de este tipo 3.

Paralelamente al desarrollo de su filosofía de la ciencia realista, Rom Harré realizó una serie de estudios sobre la práctica real de los científicos. The Method of Science (1970) no es un manual de generalidades sobre el método científico al uso; es un estudio muy detallado del trabajo científico de Teodorico de Freiberg, William Gilbert y Stephen Hales. Harré muestra cómo se relacionan, en la investigación científica, los supuestos ontológicos, las teorías y el trabajo experimental. Es decir, tanto respecto a las investigaciones sobre el arco iris de Teodorico de Freiberg, sobre el magnetismo de William Gilbert y como sobre la vida de las plantas de Stephen Hales, se pone de manifiesto que no podemos analizarlos exclusivamente en términos teoreticistas, ni en términos empiristas, o suponiendo que estos investigadores no tienen ninguna idea sobre las entidades que existen y su comportamiento (que no tienen ideas ontológicas).

En The Methodology of the Advanced Studies (1972), (en Harré y Secord), Harré señala que el trabajo experimental que se realiza en las ciencias naturales no está destinado siempre a confirmar o a refutar las hipótesis o las teorías científicas, como piensan los empiristas lógicos o los popperianos. Subraya la importancia que tienen los estudios exploratorios en las ciencias y las investigaciones experimentales vinculadas a ellos. Gran parte de la actividad científica tiene un carácter exploratorio. El científico, o grupo de científicos, que realizan estos estudios exploratorios sólo tienen una idea muy imprecisa sobre lo que va a ocurrir y sobre lo que pueden encontrar. En la Química estos estudios son los más abundantes. En la Física son ejemplos paradigmáticos, de este tipo de investigaciones, la Óptica de I.Newton y las Investigaciones experimentales sobre la electricidad de Michael Faraday. Estas investigaciones cuando tienen éxito conducen a ampliar el conocimiento común y a la formulación de descripciones críticas.

Great Scientific Experiments (1981), como su subtítulo enuncia, presenta veinte experimentos que cambiaron la visión del mundo. Desde los estudios biológicos de Aristóteles hasta los trabajos de J.J.Gibson sobre la percepción en los años 60. Harré critica la filosofía de los experimentos de los inductivistas, la del falibilismo de K.R.Popper y la de los convencionalistas. Ninguna de estas filosofías resiste una confrontación con la historia de la ciencia experimental. Harré realiza un detenido análisis de los instrumentos y sus usos, que son variados, en la investigación científica. Los instrumentos se usan para: 1) la medición; 2) para ampliar la capacidad perceptiva de los científicos (por ejemplo, los microscopios y los telescopios) y 3) para aislar influencias y tendencias, permitiendo que los científicos puedan estudiar cada una de ellas de forma independiente.

Los científicos en su trabajo empírico: 1) exploran las características de un proceso que tiene lugar de forma natural; 2) tratan de decidir entre hipótesis rivales; 3) intentan descubrir la forma de una ley inductivamente; 4) usan modelos para simular procesos que de otra forma no podrían ser investigados; 5) explotan un accidente que surge en el proceso de investigación; 6) obtienen resultados negativos que tienen implicaciones teóricas importantes; 7) encuentran el mecanismo oculto de un efecto conocido; 8) realizan pruebas que determinan la realidad, o no, de entidades cuya existencia se considera desde un punto de vista teórico; 9) descomponen un fenómeno que era aparentemente simple; 10) muestran que existe una unidad subyaciendo a una diversidad de fenómenos aparente; 11) intentan aumentar la precisión y el cuidado en la manipulación de fenómenos y 12) tratan de aumentar la potencia y la variedad de aplicaciones de los aparatos que utilizan.

Los autores que vamos a presentar, a continuación, han recibido la influencia de Harré de forma directa (Ian Hacking y Mary Tiles) o de forma indirecta (Ronald N.Giere).
 

El realismo experimental de Ian Hacking


En 1981, se pregunta Ian Hacking: Do we see through a Microscope? La pregunta puede parecer un poco extraña e, incluso, quizá extravagante. Alguien podría preguntar: ¿para qué se construyen los microscopios si no es para ver a través de ellos? Pero no resulta tan extraña la pregunta cuando nos enteramos de que existen filósofos y sociólogos de la ciencia antirrealistas que dudan que los científicos vean, realmente, a través de los microscopios.

Hacking señala: 1) que ver a través de un microscopio es algo que se aprende. Algo que se aprende no simplemente mirando, sino haciendo cosas. Los estudiantes de Biología o Medicina tienen que hacer prácticas de microscopia. Según van adquiriendo una mayor habilidad en el uso del miscroscopio, van viendo más cosas y mejor; 2) que se necesita hacer uso de la teoría física para construir un microscopio. Pero un biólogo o un médico no necesitan conocer la física, del microscopio que utilizan, para ver a través de él. Las observaciones y las manipulaciones que realiza un biólogo, en la muestra que analiza con el microscopio, raramente tienen alguna relación con una determinada teoría física; 3) que los microscopios que están construidos a partir de principios físicos completamente diferentes, permiten ver a los científicos las mismas cosas. Las diferencias entre lo que ven los científicos, usando uno u otro microscopio, son mínimas. Por tanto, según Hacking, la argumentación antirrealista carece totalmente de solidez. Los científicos ven, a través de los microscopios, realidades existentes. Ven y manipulan estas realidades al mismo tiempo.

En Experimentation and Scientific Realism (1982), Hacking pasa de la Biología y la Medicina a la Física Experimental. Esta ofrece la evidencia más sólida, según Hacking, a favor del realismo científico. Entidades de las que habla el físico, que en principio no pueden ser observadas, son continuamente manipuladas por los científicos, con el objeto de producir nuevos fenómenos que les permitan investigar otros aspectos de la naturaleza. Las entidades del físico se convierten en herramientas, en instrumentos, no para representar la realidad, sino para realizar diferentes cosas en ella. Hacking se introduce en una instalación de física experimental para ver qué ocurre allí. Para ver qué ocurre allí con el electrón. Con lo que los filósofos de la ciencia contemporánea han llamado una "entidad teorética". Hacking muestra cómo los electrones se han convertido en entidades experimentales. En entidades que utilizan los experimentadores. Cuando los físicos experimentales llegan a comprender ciertas propiedades causales de las "entidades teoréticas", las utilizan para desarrollar instrumentos y experimentos con objeto de investigar otras "entidades teoréticas". Para Hacking, los debates meramente teoréticos sobre el realismo y el antirrealismo no son concluyentes: los debates entre los realistas veritativos y los filósofos antirrealistas. Sólo en el plano de la práctica experimental el realismo científico es ineludible. El realismo experimental es realista sobre las entidades que los científicos manipulan, que utilizan como herramientas de trabajo. Hacking señala que la inmensa mayoría de los físicos experimentales son realistas con relación a las entidades que investigan. Cuando alguien utiliza los electrones para experimentar sobre otra cosa, se le hace imposible dudar que existan los electrones. Los electrones, en la física experimental actual, son herramientas de trabajo experimental. El conocimiento de entidades como el electrón es utilizado para construir instrumentos y aparatos, cada vez más potentes y con mayor capacidad de discriminación. El conocimiento de la física experimental es incorporado a la ingeniería. Ahora bien, esto no nos debe llevar, según Hacking, a pensar que toda la realidad está exclusivamente constituida por aquello que los científicos y los técnicos son capaces de manipular. No sólo existen las entidades del científico experimental. Existen también, por ejemplo, las estrellas, los océanos, los árboles y los animales de las selvas. Una cosa es ser un realista experimental y otra cosa es ser un megalómano antropocéntrico. Hacking observa que en el universo, con toda seguridad, existen entidades y procesos sobre los que los hombres nunca llegarán a saber absolutamente nada. Lo que es inaceptable es la idea del científico como un mero espectador. Como, en el mejor de los casos, un perceptor-pensador muy agudo. Los científicos son agentes que interfieren en la naturaleza continuamente.

En Representing and Intervening (1983), Ian Hacking desarrolla su realismo experimental en el marco de las ciencias físicas, tratando de la representación de y de la intervención en la naturaleza. Crítica a la filosofía de la ciencia contemporánea y actual, que se limita a hablar de la representación de la naturaleza. El limitarse a hablar y escribir sobre la verdad y la representación distorsiona la imagen de la realidad y de la ciencia. La realidad está relacionada con la causación. Nuestras nociones sobre la realidad se forman a partir de nuestras capacidades para intervenir en el mundo y cambiarlo. Nuestra idea de la realidad está relacionada con aquello que puede causar algún efecto en nosotros y aquello en lo que nosotros podemos causar algún efecto. El realismo científico tiene que discutirse, no en el marco de las representaciones, las teorías y la verdad, sino en el marco de la intervención. Consideraremos real aquello que podemos utilizar para intervenir en el mundo con objeto de causar algún efecto en otra cosa, o aquello que puede causar algún efecto en nosotros. La realidad concebida como representación, según Hacking, sólo empezó a articularse con la realidad concebida como intervención con la ciencia moderna. La ciencia natural, desde el siglo XVII, ha consistido en la aventura de unir el representar con el intervenir. Hacking afirma que ya es hora de que los filósofos tomen nota y traten de comprender un proceso que se inició hace trescientos años.

Hacking muestra con numerosos casos de la historia de las ciencias físicas, de la ciencia actual y de su propia experiencia, en instalaciones de física experimental, que la "experiencia", de la teoría y experiencia (ver Stegmüller) de la filosofía clásica de la ciencia, ha sido mal analizada, tanto por los empiristas lógicos como por los popperianos, los wittgensteinianos y los quineanos. Y esto no sólo afecta a la "experiencia", sino también a la "teoría". Al analizar, en forma inadecuada, la "experiencia", estos filósofos, igualmente, caracterizan de forma inaceptable la relación entre "experiencia" y "teoría", así como la relación entre "teoría" y "experiencia". Incidiendo directamente en una inadecuada intelección de las teorías científicas. La experiencia no existe. Lo que existen en la ciencia actual son: la medición, la experimentación y la creación de fenómenos. Tampoco existe la "teoría". Lo que existen son: las especulaciones de los científicos, la elaboración de modelos, su articulación y el tratamiento matemático, así como las aproximaciones que desarrollan los científicos. Es decir, frente a la pluralidad que manifiesta la ciencia actual, la filosofía de la ciencia empirista lógica, la popperiana y las de raíz wittgensteiniana y quineana nos presentan visiones de la ciencia monistas, simplificadoras y unilaterales. Estas filosofías lo poco que analizan lo hacen de una forma inadecuada. La ciencia actual tiene que ser concebida como la interacción entre la experimentación, la especulación, el desarrollo de modelos, la invención y la tecnología, en numerosas formas. Para Hacking, los especuladores, los constructores de modelos y los articuladores matemáticos pueden ser antirrealistas en las ciencias físicas en su estado actual. Los experimentadores tienen que ser realistas. Según Hacking, no es el pensar sobre el mundo, sino el cambiarlo, lo que, en última instancia, tiene que hacernos realistas científicos.
 

El Realismo Constructivo de Ronald N.Giere


El realismo constructivo de Ronald N.Giere se desarrolla en polémica con el empirismo constructivo de Bas C.Van Fraasen, el empirista actual más destacado. Van Fraasen y Giere están de acuerdo, frente al empirismo lógico, en que lo que importa, en el análisis de la teorización, no es la estructura lingüística de las teorías científicas, sino los modelos. En la ciencia son los modelos, no las formas lingüísticas, los que ocupan el centro del escenario.

En Constructive Realism (1985), Giere desarrolla su interpretación del realismo analizando el desarrollo del modelo del ADN por parte de James Watson y Francis Crick. Giere subraya que ni sus formuladores ni los demás biólogos, que posteriormente aceptaron el modelo, dudaron, en ningún momento, en darle una interpretación realista. El modelo es considerado una representación aceptable de la estructura del ADN. Leyendo la historia de la biología molecular, afirma Giere, uno se da cuenta que toda la profesión está buscando la estructura real de las moléculas. Las posiciones antirrealistas sólo han aparecido, en la historia de la ciencia, en momentos muy concretos. Con la astronomía de origen heleno, con la termodinámica a finales del siglo XIX y con la teoría cuántica en el siglo XX. La mayoría de las ciencias actuales son decididamente realistas: la Química, la Biología Molecular y la Geología. Para Giere, las teorías que admiten una interpretación antirrealista son aquéllas cuyos modelos son difíciles de comprender, a pesar de sus muchos éxitos empíricos. Es el caso de la teoría cuántica. Giere considera que el que los científicos adopten una concepción realista de la empresa científica les posibilita para tener más éxito a la hora de hacer descubrimientos. El realismo es científicamente más fructífero que el antirrealismo.

En Explaining Science (1988), Giere trata de ofrecer una interpretación de la ciencia que dé cuenta tanto de su estado actual de desarrollo, como de su pasado. En esta obra se manifiesta la influencia de Ian Hacking. Giere, como hizo Hacking, se introduce en una instalación de física experimental. En una donde se realizan experimentos con un ciclotrón. Hay que tener en cuenta que Giere completó sus estudios de Física antes de estudiar filosofía en Cornell, con Max Black. Cuando Giere se introduce en el laboratorio de física experimental comprende lo que están hablando y lo que hacen los físicos y técnicos que allí trabajan. No es como cuando un antropólogo va a estudiar un pueblo que vive en una selva y no conoce nada de la lengua que allí hablan las personas, ni nada sobre su forma de actuar o pensar. Giere es un físico que se ha dedicado a la filosofía de la ciencia. Que, además, conoce la sociología de la ciencia actual y las llamadas ciencias cognitivas (psicología, sociología, antropología...). Giere concibe a los científicos como agentes cognitivos y a los modelos científicos como representaciones. Es realista porque piensa que los científicos tienen, algunas veces, éxito en sus intentos por representar la estructura causal del mundo. Existe una continua interacción causal entre los científicos y el mundo. Para ello, los científicos actuales hacen un uso masivo de la tecnología. Tecnología que es construida mediante el uso del conocimiento científico actual.

Los científicos tratan de representar el mundo mediante la formulación de teorías científicas. Los científicos producen conocimiento y una importante parte de éste, es conocimiento teorético. Para determinar qué es una teoría científica, Giere parte de un análisis de las formulaciones actuales de la mecánica clásica. De los textos avanzados en los que los científicos futuros aprenden la mecánica clásica. El estudiar la mecánica clásica es especialmente relevante porque: 1) fue la primera teoría científica física moderna en ser formulada; 2) ha sido considerada un paradigma para desarrollar otras teorías científicas posteriores; 3) las técnicas matemáticas que fueron creadas en el desarrollo de la mecánica, como el cálculo, luego han sido aplicadas a todo tipo de teorías científicas; y 4) la formación científica de los físicos, y de otros científicos, suele empezar con un estudio serio de la mecánica clásica.

En las presentaciones actuales de la mecánica clásica, el lugar central lo ocupan los modelos. La mecánica clásica, en sus formulaciones actuales, no es un conjunto de leyes. Es una familia de modelos. Las teorías científicas, como la mecánica clásica, están formadas por modelos y por hipótesis teóricas. Una teoría científica es una familia de modelos y un conjunto de hipótesis que vinculan los modelos con sistemas del mundo real. Los modelos están conectados entre sí por relaciones de semejanza. Las relaciones entre los modelos y los sistemas reales también son relaciones de semejanza. Al examinar una teoría científica actual, según Giere, lo primero que hay que hacer es buscar los modelos y, después, las hipótesis que emplean esos modelos. Los modelos suelen ser caracterizados tanto verbalmente, como mediante el uso de diagramas. Pero hay que tener en cuenta que un lenguaje es un medio. Un medio para caracterizar una familia de modelos. La mecánica cuántica es una familia de familias de modelos. La relación primaria entre los modelos y el mundo real no es la verdad, la correspondencia o un isomorfismo. Es una relación de semejanza. Donde hay que especificar los respectos y los grados. Respecto a qué es semejante y en qué grado es un modelo semejante a un sistema real. El realismo de Giere es constructivo porque subraya que los modelos son construidos por los científicos, socialmente construidos. La naturaleza no les revela a los científicos la mejor forma de representarla.

En su estudio de laboratorio, Giere llega a conclusiones muy parecidas a las de Ian Hacking en el suyo. Giere analiza cómo, por medio del ciclotrón, los científicos utilizan protones para estudiar núcleos. Giere señala que los físicos nucleares que realizan el trabajo experimental son realistas. Los científicos producen protones, con determinadas características, para utilizarlos al investigar las propiedades de varios núcleos. Producir y utilizar protones implica que los protones existen. Los que se consideran "teoréticos" son los detalles de la estructura nuclear, en el contexto de la investigación nuclear. Para este tipo de investigaciones se ha desarrollado una tecnología, de la que es un ejemplo el ciclotrón. Ciclotrón que se construye a partir de los conocimientos físicos actuales. Los científicos no hablan de observación y teoría, en el sentido de los filósofos de la ciencia. Hablan de datos y de modelos. Los modelos contienen detalles sobre la estructura del núcleo. Los datos son utilizados para tomar decisiones sobre los modelos. Los físicos nucleares experimentales no discuten su trabajo únicamente de forma verbal, sino también dibujando diagramas. Giere recuerda que Einstein afirmaba que pensaba con imágenes no verbales. Los físicos nucleares discuten con modelos visualizables, la mayor parte de los cuales pueden ser dibujados en un papel, o una pizarra, sobre la marcha. Los físicos nucleares trabajan con un grupo de modelos a la vez, y no con ningún sistema deductivo.

Lo que conecta, fundamentalmente, las capacidades cognitivas de los científicos y el micro mundo de la física nuclear es la tecnología. Un laboratorio científico actual está lleno de máquinas y de instrumentos. El desarrollo de la ciencia actual depende tanto de nuevas máquinas, como de ideas nuevas. Los protones son parte de la tecnología utilizada. Son instrumentos de la investigación. Los científicos tienen, por supuesto, un conocimiento mucho mayor de la tecnología que utilizan, que sobre aquello sobre lo que investigan. Mucha de la tecnología que se utiliza se construye en los propios laboratorios donde se va a emplear, por los propios miembros del equipo de investigación. Al desarrollar investigación punta, necesitan tecnología punta. Cuando no está disponible tienen que construirla ellos mismos. Los científicos están haciendo cosas que nunca se habían hecho previamente, por lo que la tecnología existente muchas veces no les sirve. Según van produciendo datos, si encuentran algunos que no les cuadran en absoluto, lo primero que hacen es revisar la tecnología que emplean y, si es necesario, la modifican. Según van produciendo nuevos conocimientos, éstos se van incorporando a la producción de nueva tecnología. El ciclotrón está construido a partir del conocimiento que tienen los científicos de los protones y sus propiedades causales. La fabricación de nueva tecnología es una clara manifestación de la existencia del desarrollo o progreso científico.

El desarrollo del conocimiento científico, según Giere, hay que analizarlo en varias dimensiones. Por una parte, los modelos se producen cada vez con mayor detalle según se van descubriendo nuevos aspectos de la realidad. El número de sistemas reales que los modelos científicos cubren aumenta. Por otra parte, algunas cosas que los científicos llegan a conocer hoy son incorporadas a las herramientas de la investigación de mañana. Ayer se consideraba al protón como una de las partículas más teoréticas. Ahora el protón ha sido incorporado al equipo que se utiliza para investigar otras partículas y estructuras: quarks, gluones, estructura del núcleo... Esta es otra dimensión, para Gliere, del progreso científico.
 

Algunas observaciones de Mary Tiles sobre la ciencia y la filosofía de la ciencia actuales


En Science and the World (1988), Mary Tiles afirma que la ciencia moderna se caracteriza por dos rasgos: 1) el énfasis en lo cuantitativo, en los principios formulados matemáticamente; y 2) el énfasis en los experimentos. La ciencia moderna se inicia en el siglo XVII pero se desarrolla con dos troncos separados: el de los científicos matemáticos y el de los científicos experimentadores. Hasta mediados del siglo XIX no se empieza a desarrollar la combinación de matemáticas y experimentación que hoy conocemos como característica de la ciencia natural. En el siglo XVIII, y en la primera mitad del XIX, en la Física, tenemos, por un lado, a los físicos matemáticos y, por otro, a los físicos experimentadores.

La ciencia contemporánea considera que, sólo interviniendo en el mundo, se puede llegar a una comprensión de las fuerzas que determinan la naturaleza. La ciencia contemporánea no se limita a observar y a pensar sobre ella. La ciencia contemporánea desarrolla una tecnología y construye instrumentos para tratar de llegar a un conocimiento de la naturaleza. Los científicos formulan preguntas a la naturaleza y tratan de obtener respuestas interviniendo en ella. Los científicos tratan de buscar la estructura causal del mundo, que es la que determina los fenómenos que tienen lugar de forma natural. Los promotores de la ciencia matemática-experimental proponen una nueva forma de concebir la relación entre la ciencia y el mundo y una nueva concepción del conocimiento científico.

La ciencia contemporánea no puede seguir siendo concebida como el resultado de la contemplación especulativa de la naturaleza, observada desde un punto de vista externo. La ciencia actual es el resultado de la actividad práctica y la intervención en el mundo. La ciencia que realiza una investigación sobre los últimos constituyentes de la naturaleza es experimental y tecnológica.

Para Mary Tiles, los filósofos realistas, que yo he denominado veritativos, y los filósofos antirrealistas se ubican al nivel de una ciencia anterior al siglo XVII. Estos filósofos, tanto en la forma que tienen de plantear las cuestiones como en la forma de tratarlas, parecen filósofos escolásticos. Según Mary Tiles, la ciencia que se ha desarrollado desde el siglo XVII no ha causado ningún impacto en las concepciones de los filósofos veritativos y antirrealistas sobre el conocimiento científico. Estos filósofos no han introducido ninguna modificación en sus ideas sobre la forma en que la ciencia se relaciona con el mundo. Siguen en un plano especulativo-observacional.

En Method and the Authority of Science (1989), Mary Tiles critica a K.R.Popper. Popper no distingue entre la observación científica y la observación corriente y cotidiana. Entre las observaciones que efectúan los científicos y las observaciones de los seres humanos que no realizan investigación científica. En la observación científica actual se hace un uso continuo y masivo de tecnología, de instrumentos. Estos instrumentos sirven para observar y discriminar infinitamente más de lo que pueden los seres humanos con sus capacidades normales. Popper, al hablar de la observación, se ubica en un estadio anterior al siglo XVII. No todo conocimiento empírico es conocimiento científico. Todos los seres humanos tienen en mayor o menor grado conocimiento empírico, pero sólo una parte de los humanos tiene conocimiento científico. Aún es mucho menor el número de personas que producen conocimiento científico. Que participan en el desarrollo de modelos, instrumentos, observaciones y experimentos científicos.
 

Realismo Constructivo Interaccionista


Una vez examinadas algunas de las fuentes del realismo constructivo interaccionista, trataré de responder a la pregunta ¿qué es el realismo constructivo interaccionista?

Es realismo, en primer lugar, porque trata de analizar e interpretar, filosóficamente, lo que realmente hacen los científicos al desarrollar una investigación científica y teorizar. El realismo parte de que las ciencias están ahí y de que hay que estudiarlas y analizarlas tal cual son. El realismo se enfrenta a otras filosofías de la ciencia contemporáneas, y actuales, por no tomar en consideración lo que los científicos realmente hacen. Por simplificar las complejas realidades que constituyen las ciencias reales actuales, tratando de reducirlas a esquemas relativamente simples. Por tratar de imponer modelos normativos sobre lo que tendría que ser la ciencia. Para el realista, estos intentos que tratan de "mejorar" la ciencia, en su estado actual, no parten de la realidad actual de las ciencias. Suelen ser intentos de extrapolar modelos que pueden ser aceptables para las ciencias formales. Para la Lógica Formal y la Matemática.

El realismo se opone, fundamentalmente, al empirismo. El empirismo es la única alternativa razonable al realismo. El empirismo en sus formas más sofisticadas actuales, como el empirismo probabilístico de Patrick Suppes (1980) y el empirismo constructivo de Bas C.Van Fraasen (1985). Tanto el uno como el otro son intentos de superar el empirismo lógico. Suppes y Van Fraasen creen que el fallo del empirismo lógico está en su carácter logicista. Ciertamente el logicismo es inaceptable. Pero ahí se quedan estos eminentes filósofos. Porque el problema del empirismo lógico no sólo es el logicismo, sino también el empirismo.

Los empiristas creen que nuestro conocimiento del mundo se reduce a la experiencia. La realidad se agota en los fenómenos empíricos. Ahora bien, el conocimiento del universo que tienen los científicos no se limita a lo observable o a lo experienciable. Los científicos hablan con pleno sentido de los materiales, entidades, propiedades y relaciones del universo. Los modelos que desarrollan los científicos tratan de representar las realidades de la naturaleza. Para el empirista el conocimiento científico se limita a los datos obtenidos mediante la observación y la experimentación. A los fenómenos y sus correlaciones. Para el realista, en cambio, el conocimiento científico consiste en lo que saben los científicos sobre las diferentes realidades que constituyen el universo y sus relaciones: sobre las galaxias, las estrellas, los planetas, las partículas subatómicas, el átomo, las moléculas, las sustancias, los minerales, las plantas, los animales, las lesiones celulares, las inflamaciones, los trastornos del flujo sanguíneo y de los líquidos del organismo, las degeneraciones tisulares y los depósitos patológicos de sustancias, los tumores, etc.... El conocimiento científico actual está constituido por todo aquello que aceptan racionalmente los físicos, los químicos, los astrónomos, los geólogos, los biólogos y los médicos, en cuanto tales.

El empirista y el realista tienen dos ideas diferentes de la ciencia. Los supuestos últimos de ambos son discrepantes. Si somos empiristas hacemos ciencia de una forma, si somos realistas de otra. El empirismo juega al juego de no equivocarse. El realista juega al juego de conocer el universo tal como es. Las reglas de los dos juegos difieren. Para el empirista, el realista está muy expuesto al error y a la especulación vacía. Para el realista, el empirista, con su obsesión por alcanzar un conocimiento en sentido fuerte indubitable, se limita a lo obvio, a lo dado, a lo que necesita explicación. En definitiva, se le escapa la realidad que es el objeto del conocimiento científico. El empirista, para el realista, es un fundamentalista gnoseológico obsesivo. EL realista, para el empirista, es un especulador, un posible constructor de castillos en el aire. Para el empirista, sólo existe una sucesión regular de clases de fenómenos. Estos se descubren, se observan, se describen, se correlacionan y se pueden predecir. En sentido estricto, para el empirista, la ciencia no explica. Para el realista, hay que explicar por qué y cómo se dan ciertas correlaciones entre determinados tipos de fenómenos y no otras. Hay que determinar qué tipos de materiales, entidades, propiedades, estados, acontecimientos y procesos existen en el universo. Hay que estudiar las clases de entidades, sus naturalezas y las relaciones que se dan entre sí, incluyendo las relaciones de causación. Para el empirista, causación es sinónimo de sucesión entre clases de fenómenos. Para el realista, hay que estudiar las estructuras de las entidades que intervienen en los fenómenos y sus relaciones. Para el empirista, las correlaciones entre fenómenos observables constituyen lo más preciado del conocimiento científico. Para el realista, estas correlaciones, una vez enunciadas, hay que explicarlas.

El empirismo de Suppes y el empirismo de Van Fraasen tienen fundamento in re. Lo que sucede es que estas filosofías, como interpretaciones que aspiran a ser totales y razonadas de las ciencias reales en su estado actual, son inaceptables. Estos empiristas toman una parte de la ciencia actual por el todo de la misma. Lo atípico en la ciencia actual es la mecánica cuántica. Pero resulta absurdo con respecto a la Química, la Biología o la Geología, en su realidad presente.

El realista no afirma que se sepa todo sobre todo, actualmente. Lo que dice es que se sabe más que a mediados del siglo XIX, mucho más que en el siglo XVII y muchísimo más, sobre todo, que en la época de Tales de Mileto. El conocimiento científico actual no es uniforme ni homogéneo. Sobre algunas cosas los científicos saben mucho, sobre otras algo, sobre otras un poco y sobre otras muy poco o prácticamente nada. Los realistas tampoco piensan que los científicos ya saben algo sobre todo lo que existe. Lo mismo que ahora los científicos conocen realidades que, a mediados del siglo XIX, eran totalmente desconocidas, podemos razonablemente pensar que existen realidades que aún no han sido descubiertas. Es más, es posible y probable que los científicos nunca lleguen a conocer determinadas realidades que existen en el universo.

Los filósofos realistas son también realistas: 1) porque consideran que el objeto de las ciencias es el conocimiento de las realidades del universo, y 2) porque consideran que los científicos conocen realmente, en diferentes grados, ciertos aspectos de algunas de estas realidades.

Es constructivo porque considera que los modelos y teorías científicas, los instrumentos, etc. son construcciones de los científicos y sus colaboradores técnicos. Las teorías no están ahí y hay que recogerlas. Las teorías y los modelos tienen que ser elaborados a partir de los materiales de que disponen los científicos. Los albañiles construyen edificios; los científicos modelos y teorías. Sin el trabajo de aquéllos, o el de éstos, no habría ni casas ni ciencias. La ciencia actual no consiste en un mero contemplar, sea con los ojos del cuerpo y/o del alma. Los científicos actuales son trabajadores que producen conocimiento científico. No son meros teóricos, en el sentido de algunos filósofos de la Hélade clásica. Son agentes teórico-práctico-poiéticos. Si se quiere comprender la ciencia actual, hay que hacerlo desde una articulación de la teoría, la práctica y la poiésis científica. Nada es más falso que el concebir al científico de hoy en día como un espectador. En las construcciones científicas, tiene un papel fundamental la imaginación. Para desarrollar modelos de las realidades del universo, hay que emplear la imaginación. La estructura causal del universo, en la medida en que la conocen, se debe a la imaginación desarrollada por los científicos.

Es interaccionista porque constata y asume que el conocimiento científico actual es el resultado de: 1) las interacciones de los científicos entre sí y con otros seres humanos; y 2) las interacciones de los científicos con la naturaleza. Es absolutamente inaceptable la idea que concibe al científico como un ser aislado que se enfrenta al universo para revelar sus secretos. El científico no está solo. Está ubicado en un marco histórico-sociocultural concreto, en el que actúa e interactúa. El científico tampoco está frente al universo, sino en el universo. Interviniendo continuamente en la naturaleza, junto con otros científicos y técnicos.

El realismo constructivo interaccionista rechaza totalmente el antropocentrismo del racionalismo, del empirismo, de los idealismos de diferentes observancias, así como el pragmatismo y sus vástagos contemporáneos y actuales. El antropocentrismo es un desarrollo peculiar de la idea medieval del mundo, como diría José Gaos (1973). La idea medieval es teocéntrica y geocéntrica. El hombre es concebido como creado a imagen y semejanza de Dios. El hombre habita en la Tierra, que está ubicada en el centro de la creación. Todo el resto de la creación, todo lo que no es el hombre, está al servicio del hombre: los ríos, las plantas, los animales... A partir del siglo XVI Dios es progresivamente apartado del centro de la escena. Laplace le dice a Napoleón en relación con Dios: "que no tiene necesidad de tal hipótesis". Al final de este proceso Dios queda fuera del escenario o como una mera Idea del hombre. El hombre pasa a ocupar el lugar central. Tenemos el antropocentrismo. Se dan casos, especialmente de filósofos, de megalomanía donde se concibe a los hombres o, más concretamente, al filósofo como semidivino. Las filosofías antropocéntricas actuales (empiristas, kantianas, pragmatistas) no están en sintonía con el conocimiento científico actual del universo. El antropocentrismo es un vestigio del pasado totalmente gratuito. Los filósofos antropocéntricos no toman en consideración, entre otras cosas, la Astronomía y la Psicología Cognitiva actuales. Ni los seres humanos están ubicados en el centro del universo ni tienen nada de divinos. Por esto se ha requerido el esfuerzo y el trabajo de tantos seres humanos dedicados a la investigación científica para llegar a saber lo que, hoy en día, consideramos conocimiento científico. Desde Tales de Mileto, hace 2.600 años, hasta hoy, la inmensa mayoría de los que han contribuido al desarrollo del conocimiento científico son personas cuyo nombre y obra permanece desconocida para la inmensa mayoría de los seres humanos que actualmente existen.

El antropocentrismo también conlleva el considerar que todo está supeditado al hombre en el universo, con el consiguiente desprecio de otras realidades en cuanto tales. Las otras realidades tienen interés sólo en la medida en que le sirven al hombre para algo.

Los seres humanos vivimos en un planeta que es parte del sistema solar, que pertenece a una galaxia en la que existen 100.000.000.000 de estrellas. El Sol es sólo una de ellas. La galaxia tiene la forma de un enorme disco de 100.000 años luz de diámetro. Su forma es semejante a la de una gigantesca espiral con un denso cúmulo de estrellas en el centro y fajas de estrellas en los brazos giratorios. El Sol se halla ubicado en uno de estos brazos, a unos 30.000 años luz del centro. Las estrellas que pueden observarse en el firmamento forman parte de nuestra galaxia y se encuentran a distancias enormes del Sol. Existen otras estrellas a distancias mucho mayores, agrupadas en otras galaxias. Cada una de ellas contiene entre cien y cien mil millones de estrellas. Con el gran telescopio de Monte Palomar, en los Estados Unidos de Norteamérica, se pueden contemplar, en conjunto, más de 1.000.000.000 de galaxias. Muchas de ellas se hallan a una distancia de más de 5.000.000.000 de años luz.

La edad de la Tierra se estima en unos 4.500.000.000 años. Los fósiles más antiguos tienen 3.200.000.000 de años. Hace unos 4 millones, existía en África un homínido clasificado como Australophitecus. Hace 40.000 años apareció el Homo sapiens propiamente dicho. Tales de Mileto, al que se considera el primer filósofo y el primer científico occidental, vivió hacia el año 600 a.c.

La Psicología Cognitiva actual (ver Anderson), ha puesto de manifiesto algunas de las capacidades y de las limitaciones cognitivas de los seres humanos. Por ejemplo, ha mostrado la gran cantidad de errores que las personas cometemos con argumentos deductivos, al aceptar conclusiones que no se siguen de las premisas. Los seres humanos solemos aceptar conclusiones que se parecen a las premisas de un argumento. También, ha mostrado que las personas tienen especiales dificultades para adquirir y utilizar información negativa en relación con la evaluación de hipótesis científicas.

El realismo cognitivo interaccionista es una filosofía post-analítica. Es un desarrollo a partir de la llamada filosofía del lenguaje ordinario o filosofía lingüística oxoniense. Donde hay que destacar las figuras de John Langshaw Austin, Friedrich Waismann y, muy especialmente, Peter Frederick Strawson y su lógica filosófica. En España, el introductor de la filosofía lingüística oxoniense, entre otras muchas cosas, ha sido José Hierro S.Pescador. Algunos de los más destacados realistas españoles actuales son discípulos y alumnos suyos. Hierro S.Pescador, al hacer balance de la filosofía analítica contemporánea y actual, escribe: "¿Qué ha conseguido el método analítico? Yo respondería que, fundamentalmente, y en términos generales, una multiforme representación de: -las maneras en que el lenguaje afecta a la formulación de los problemas filosóficos, -los modos en que el lenguaje puede relacionarse con la lógica, -las consecuencias de trasladar el nivel trascendental desde el conocimiento al lenguaje. Y ello sobre diversos supuestos, entre los que me parecen destacables éstos, -un supuesto ontológico: en la realidad sólo hay aquello de lo que pueden hablar las ciencias, -un supuesto epistemológico: el conocimiento se reduce a experiencia y formalización, -un supuesto lingüístico: el lenguaje es intersubjetivo, suficiente para la representación del mundo e independiente de las diferencias sociales entre los seres humanos" (1990, págs. 43-44).

El realismo constructivo interaccionista es una filosofía post-analítica porque rechaza tanto el supuesto epistemológico como el supuesto lingüístico de la filosofía analítica. El realismo: 1) no acepta que el conocimiento científico se reduzca a experiencia y formalización, por las múltiples razones que ya he expuesto a lo largo de este escrito; 2) no acepta que el lenguaje sea suficiente para la representación del mundo. El lenguaje es uno de los medios que utilizan los científicos para la representación del mundo. También utilizan, por ejemplo, diagramas o modelos naturales como en el caso del ADN; y 3) el realismo considera que el lenguaje que emplean los científicos está determinado histórica-socio-culturalmente.

Hierro S.Pescador dice: "Si hay lenguaje es porque hay comunicación previa; y si se alcanza cierto grado de riqueza y complejidad en la comunicación es gracias a que hay lenguaje. La dialéctica de las relaciones entre el lenguaje y la comunicación pienso que es terreno casi virgen y de horizontes inmensamente más dilatados que los de la lógica (...) El otro aspecto (...) es el de las relaciones de dominación, que hacen que el lenguaje constituya el fenómeno ideológico por excelencia, como ya subrayó Bakhtine y que hace que las situaciones reales de intercambio lingüístico disten muy considerablemente de una situación lingüística ideal (1990, pág.46, subrayados de A.C.T.).

La filosofía realista constructiva interaccionista, en el dominio de las ciencias reales, se ha interesado tanto por el análisis de la comunicación como por las relaciones de dominación. Lo ha hecho, partiendo de los resultados de las investigaciones más recientes de los sociólogos de la ciencia. Ahora bien, creo que es necesaria una exploración e investigación detallada de la comunicación persuasiva. El estudio de las formas y mecanismos de persuasión, tanto en la ciencia como en la filosofía. Dicho en términos clásicos, de investigaciones retóricas. El supuesto conflicto de la retórica y la filosofía clásicas (ver Ijsseling y Kimball) oculta un hecho fundamental: el que los retóricos, en especial los sofistas, tenían una filosofía; y el que los filósofos –Sócrates, Platón y Aristóteles- tenían sus retóricas. El divino Platón no sólo es un filósofo, también es un excelente retórico. Analícese, por ejemplo, en su Politeia la forma en que argumenta en contra, y, por contraste, la forma en que expone su concepción del mundo. La retórica cuanto más eficaz es, cuanto más persuasiva, menos se nota su presencia. Pero el que no se perciba, de buenas a primeras, no quiere decir que no exista y que esté operando de forma eficaz.


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