DESEO Y ARTE EN EL TEXTO SEGÚN MICHEL FOUCAULT

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Por Iris Emilce Páez

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"...Los llamados, las evasiones, las incitaciones circulares, han dispuesto alrededor de los sexos y los cuerpos no ya fronteras infranqueables sino los espirales perpetuos del poder y del placer".

MICHEL FOUCAULT. "Historia de la Sexualidad".

1-La Voluntad de Saber

En un juego provocativo dentro de los pliegues del lenguaje, se manifiesta un movimiento deconstructivo derridiano, fundándose la posibilidad de desplazamiento en y desde la escritura. Es en éste espacio escritural donde nos vemos tentados compulsivamente a escribir (antes decir) sobre un retraso originario. He aquí la pregunta fundante del filósofo francés Jacques Derridá : ¿Cómo no hablar?. Si en éste acto se plantea el gozo desde las expresiones más heterogéneas en el campo de la deconstrucción. Desde ésta perspectiva nace el presente trabajo pensado en un plano discursivo como se presenta ante vuestros ojos.

Derridá (cuya inspiración saussuriana, al igual que Roland Barthés y Lacán, pertenecientes a los moderno y estructuralistas dentro de la teoría social francesa) plantean una importante primacía del discurso, del texto, de la palabra, del significante; no deja de implicar éste trabajo un sobreseimiento de la hegemonía de lo simbólico en la literatura, las bellas artes y la música por lo inconsciente y lo corporal. Pero es aquí en éste plano donde nace la ruptura de la post-modernidad teórica al igual que la estética con los formalismos.

Foucault, Lyotard y Deleuze; (cuya inspiración nietzscheana) dan muerte a la hegemonía de lo "escrito". Así Foucault desarrolló en los años sesenta una noción de lenguaje no-discursivo que podía utilizarse para contrapesar y construir resistencia contra el discurso. Sabemos que Foucault opone la Genealogía al método histórico tradicional, conceptualizándola como un modo de hacer historia orientado al desciframiento de la singularidad de acontecimientos "fuera de cualquier realidad monótona".

Los acontecimientos para Foucault han de entenderse como una trama de fuerzas cambiantes, móviles que responden al azar de las luchas, no a un "destino ni a una mecánica" que se expresan a la manera de sucesión de formas de una intención, ni adquiere la forma de un resultado.

Desde ésta perspectiva, la Genealogía involucra la exigencia de liberarse de la red de nociones articuladas al supuesto de la continuidad:

I. La noción de tradición.

II. La noción de influencia.

III. La noción de desarrollo.

IV. La noción de mentalidad o de Espíritu de una época.

La conceptualización y efectuación de la Genealogía en la propuesta foucaultiana, comporta el acto de deconstrucción de las representaciones habituales asociadas a las imágenes de continuidad, de permanencia, de orígenes y fines últimos de variaciones de lo constante, de sujeto-conciencia constituyente, de manifestación de un centro.

Con respecto a la noción de sujeto, Foucault nos dice que los sujetos están siempre bajo sujeción (son "sujetos" de algo); son el punto de aplicación de técnicas normativas y disciplinas: -"...No existe un sujeto soberano, fundacional, una forma universal de sujeto que pueda hallarse en cualquier parte. El sujeto es constituido a través de prácticas de sujeción o de una manera más autónoma a través de prácticas de liberación, de libertad, como en la antigüedad, sobre la base, de una cantidad de reglas, estilos, invenciones, que se pueden hallar en el contorno cultural".

El Deseo de ser un sujeto de moral y la búsqueda de una ética de la existencia, eran en la antigüedad solamente un intento de afirmar la propia libertad.

Foucault toma de Nietzsche los conceptos de Procedencia (herfunk) y Emergencia (entstechung) contraponiéndola a las imágenes de búsqueda de un origen (ursprung) y de evolución histórica.

El concepto de Procedencia nos permite poner de manifiesto que las Verdades Históricas se apoyan siempre sobre un campo complejo, heterogéneo, frágil y contingente de relaciones de fuerzas, posibilitando así reconocer que vivimos en miríadas de sucesos perdidos y por ende sin referencias, originarias, toda vez que con la indagación de procedencias el análisis genealógico conjura la quimera del origen.

El concepto de Emergencia permite considerar el presente no finalísticamente sino que es percibido como el momento de actualización del entramado de acontecimientos en los que se objetivan las confrontaciones entre fuerzas que pugnan por el control y la dominación y su supresión de acontecimientos como materializaciones de ejercicios de poder y como las luchas diversas y diferenciadas.

De allí, me permito decir que Foucault califica a la obra de arte como una ficción ya que desde una Estética de la Transgresión, lo MISMO y lo OTRO aparecen engendrados en toda ésta búsqueda de construcción de un nuevo tipo de historia.

Discurso y Lenguaje no-discursivo son elementos de una especie de modelo espacial con que Foucault ha trabajado en los años sesenta.

El espacio del MISMO se caracteriza por la luz, es el espacio del DISCURSO. Los elementos que caracterizan el espacio del OTRO, el ámbito de la oscuridad, son los que han sido excluidos por el discurso ( y por el Mismo) son las figuras de locura, sexualidad y muerte.

Foucault intenta en su plan general estudiar la sexualidad en los límites del Saber y del Poder, descubriendo con posteridad que en el sujeto se ha constituido la experiencia de la sexualidad como Deseo.

En ésta experiencia discursiva sexual el artista es aquel que permite levantar la represión y la levanta a un terreno simbólico. Ese movimiento es repetido por el espectador, unos y otros alrededor de la obra y esto implica el Goce de la misma.

Para Foucault la idea de represión sexual es ambigua. De hecho no niega el concepto, por el contrario trata de demostrar que la represión siempre ha formado parte de una estrategia política mucho mas compleja sobre la sexualidad. No solo se reprime (diría Foucault en "La Historia de la Sexualidad") sino que existen en torno a la sexualidad numerosas normas defectivas, en las que los efectos negativos de la inhibición son equilibrados por los efectos positivos de la estimulación.

El modo en que la sexualidad en el siglo XIX fue tanto: reprimida como puesta en evidencia, acentuada y analizada a través de técnicas de la Psicología y de la Psiquiatría, indica claramente que no se trataba simplemente de un fenómeno represivo; era mucho más que eso, un cambio en la estructuración de la conducta sexual.

Técnicamente el concepto de sublimación, es la pulsión coartada de su fin sexual y derivada hacia un nuevo fin no sexual y que apunta hacia objetos socialmente valorados. Este término evoca a la vez la palabra "sublime" titulada especialmente en el ámbito de las bellas artes para designar una producción que sugiere grandeza, elevación. Es aquí donde me permito decir que Foucault pone su huella en el análisis del orden natural del desorden de la Historia de la Sexualidad, solidificando así, a través de una mecánica de poder la disparidad de discursos con respecto a ésta temática, ya que al diseminarlos, trata de incorporar éstos a los individuos. De ésta manera se establecen las llamadas por Foucault "Líneas de penetración" incorporando en el texto artístico los conceptos de Poder y Placer.

"...El Poder que se impone el deber de rozar los cuerpos, los acaricia con la mirada, intensifica sus regiones, electriza superficies, dramatiza momentos turbados, abraza con fuerza al cuerpo sexual"

Se pone de manifiesto lo siguiente:

a) Acrecentamiento de las eficacias.

b) Extensión del Dominio controlado.

c) Sensualización del Poder.

d) Beneficio del Placer.

Estableciéndose un doble efecto:

1) Un impulso es dado al poder por su ejercicio mismo.

2) Una emoción recompensa control vigilante y lo lleva más lejos.

De esta manera el placer descubierto fluye hacia el poder que lo ciñe.

El Placer irradia sobre el poder que lo persigue; el poder ancla el placer que acaba de desembozar.

En la obra de arte, placer y poder son dos piezas del mismo dispositivo que se articula gracias a un elemento central que es la verdad del sexo. La que durante años ha tenido una multiplicidad de discursos y en un juego donde el placer se mezcla con lo involuntario. ...

Extraer del sexo no solo placer sino saber y todo un sutil juego que salta del uno al otro: saber sobre el placer, placer en saber sobre el placer, placer-saber; es esto lo que representa la puesta en escena del texto artístico.

De esta manera se vislumbra la potencialidad no de quién crea la obra sino de la obra misma en su total desnudez y en su vindicación con lo OTRO; en un espacio no discursivo, como la había nombrado antes, pero en el límite más abierto y catastrófico del lenguaje ... he aquí la transgresión en su más crucial momento.

Desde la perspectiva musical, cuando se comparan las últimas partituras de Mozart con las primeras comprendemos el valor de la disonancia desde el análisis literario, su poder de penetración a través de los estratos de la mera belleza para alcanzar zonas más profundas. Es lo que en mayor escala ha pasado con la literatura de nuestro tiempo: La disonancia de Rimbaud, en Dostoievsky, en Joyce; es como dinamita que hace estallar los paisajes convencionales para poner al desnudo las verdades últimas y muchas veces atroces que hay en el subsuelo del hombre.

Claro es que la Disonancia no ha sido descubierta por la literatura de nuestros tiempos, sino más bien recreada a un nivel discursivo. En el texto Foucaulteano podemos apreciar la Disonancia: Placer-Dominio desplegándose en espacios transgresivos para formular el lenguaje artístico en la inspiración más significativa de la historia: ¡LA VERDAD, SOLO LA VERDAD DEL SABER!...

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