SITUACIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EN MATERIA DE PRODUCCIÓN Y TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS Y DELITOS CONEXOS

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robertexto.com

Lic. Gustavo Druetta
Instituto de Drogadependencia
Universidad del Salvador

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Para elaborar un adecuado diagnóstico, en primer lugar debe observarse cuáles son las cifras del tráfico ilícito de estupefacientes para América Latina y el Caribe durante el primer lustro de la década de 1990.
En primer lugar nos apoyaremos en la base de datos del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de las Drogas (PNUFID). Los mismos se calculan sobre el supuesto de una proporción fija entre: a) las incautaciones comunicadas anualmente por los países, y b) el tráfico hacia ellos, dentro de ellos y desde ellos hacia otros países. Es decir, se trabaja aceptando un porcentaje fijo de interceptación de drogas sobre el tráfico real, con una variante optimista y la otra más moderada, ya que no es posible saber con justeza las diferentes eficacias en la represión de dicho tráfico que cada país ostenta, y cómo varía esa eficacia interceptadora cada año.
Otra relación que hay que tener en cuenta, es la proporción entre las incautaciones declaradas y la producción potencial de drogas ilícitas en cada uno de los países latinoamericanos y caribeños. En este último punto, una fuente de datos apreciable para América Latina y también el resto el mundo, son estimaciones de instituciones especializadas de los EE.UU. Es de notar un primer dato: en el caso de la cocaína, el porciento de incautaciones sobre la producción total mundial, no ha superado en el primer lustro de los '90 el 35%; en el caso de la heroína ese cociente desciende a menos del 9%. Y otro dato a tener muy en cuenta es el de aquellos países donde se verifican las mayores incautaciones en los distintos tipos de drogas. Por ejemplo, cerca de un 45% de las incautaciones mundiales de cocaína ocurren en los EE.UU., mientras en ese país sólo tiene lugar el 5% de las incautaciones mundiales de heroína.
Los cálculos más confiables sobre el movimiento de cocaína se realizan sobre la base de las "importaciones" del conjunto de los principales países consumidores, es decir, los miembros de América del Norte y de Europa de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en los cuales la cocaína se vende más. La vinculación de ello con América Latina es obvia: en ésta se encuentran los principales países productores de clorhidrato de cocaína y pasta base, es decir, es la principal exportadora de cocaína, y a la vez, el consumo interno de la misma es relativamente escaso, salvo en algunos países no productores del Cono Sur con creciente demanda, como Argentina, Chile y Uruguay, más el sur del Brasil. Así, podemos estimar a las cifras de producción de cocaína en Perú, Colombia y Bolivia, y en menor medida Ecuador, como similares a las cantidades que se "exportan".
No ocurre lo mismo con la heroína. Sus productores y exportadores se distribuyen entre varias regiones del mundo, como Asia sudoriental y sudoccidental, los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes (ex-URSS) del Asia Central, e incluso algunas zonas de América Latina. Además, en muchas de esas regiones, hay considerable consumo interno, por lo cual no puede considerarse a las exportaciones de heroína como un correlato de la producción en cada país poseedor de cultivos de amapola para la extracción de látex de opio. Un método más confiable es el de considerar a las incautaciones efectuadas en los puntos de exportación e importación como un indicador del tráfico internacional de heroína.
Por fin, la estimación de los valores probables de las drogas que son objeto de tráfico ilícito, se torna mucho más difícil pues:
a) los precios varían enormemente dentro de un mismo país y entre un país y otro;
b) los precios van en aumento cuando más lejos esté el consumidor del productor;
c) los precios cambian según la diferenciación entre productos o según su calidad;
d) los precios son muy distintos según las cantidades que sean objeto de transacción.

1. ANALISIS SEGUN SUSTANCIAS
1.1. Cocaína

Entre Bolivia, Colombia y Perú, se cultivaron a razón de un promedio anual de 200.000 Ha. de coca entre 1990 y 1993, correspondiéndole 110.000 Ha. al Perú, 50.000 Ha. a Bolivia y 40.000 Ha. a Colombia, como promedio anual de cada uno de estos países en el cuatrienio 1990/93. Lo que significó una producción promedio anual de hojas de coca de 190.000 Toneladas en Perú, 80.000 en Bolivia y 30.000 en Colombia durante el cuatrienio, lo que hace un total promedio de 300.000 T. anuales de producción de hojas de coca entre los tres países.
Y a pesar de que Perú tiene una capacidad potencial de producir unas 500 T. anuales de clorhidrato de cocaína, seguida de Bolivia con una capacidad potencial de 250 T. anuales, mientras que Colombia sólo podría producir unas 60 T. anuales por un rinde de hojas de coca/Ha. muy inferior a Bolivia en una cantidad similar de tierras cultivadas, es Colombia la que concentra casi totalmente la elaboración y exportación ilícita de cocaína, para lo cual necesita importar cantidades ingentes de insumos intermedios y precursores químicos, desde países vecinos, entre ellos Argentina y Brasil, y desde otras regiones, especialmente algunos países de la Unión Europea.
Un dato que explica la alta tasa de beneficio de este negocio ilegal, es que la relación entre el valor de la exportación desde Colombia y el valor de la importación en los EE.UU., es de 1 a 10; la misma relación respecto de Europa occidental es de 1 a 30.
Los EE.UU. siguen siendo el principal mercado de la cocaína, la mayoría de las rutas de entrada pasan por México, a veces con escala en Centroamérica, y por el Caribe, aunque también salen de Colombia directamente a la costa occidental de los EE.UU. y pasan por Venezuela para llegar a La Florida y la costa sudoriental estadounidense. La Argentina y en rápida expansión el sur de Brasil, son rutas alternativas de la cocaína de los países andinos hacia el litoral oriental de los EE.UU.
El tráfico hacia Europa se dirige mayormente a la península ibérica, ingresando frecuentemente por Portugal con destino y tránsito por España, países por los cuales pasa el 75% de la cocaína, antes de seguir camino hacia Francia, Alemania y países de Europa Central y Nórdica. A su vez, a Gran Bretaña hay reenvíos desde los EE.UU., y a Italia y Grecia ingresa atravesando el África previa escala en el sur brasileño.
También hay indicios de que Aruba, Suriname, Jamaica y otras islas del Caribe son puntos de tránsito de la cocaína andina, hacia los EE.UU. y Europa.
Europa central y oriental junto a los Estados bálticos son mercados de tránsito de creciente importancia hacia la Comunidad de Estados Independientes (ex-Unión Soviética), con el consiguiente consumo interno por pago en estupefacientes a los nuevos socios, entre los cuales se destacan los puertos polacos. En 1993 las incautaciones de cocaína en Polonia casi igualaron a las de Portugal.
África, sobre todo los países de sus costas occidental y meridional, reciben cocaína procedente del Brasil, destacándose el caso de Nigeria como plataforma de reexportación a Europa. Sudáfrica es abastecida de cocaína a través de Argentina y Chile, siendo el segundo lugar de importancia en incautaciones después de Nigeria, ambos países con montos de incautaciones muy inferiores a los EE.UU. y Europa.
Se ha agregado el Líbano al club de los exportadores de cocaína, una parte de la cual es elaborada en su territorio y distribuida en todo el Oriente Medio, y la otra parte proveniente de Sudamérica vía Brasil-Africa, siendo punto de tránsito para Europa, lo cual conlleva crecientes vínculos entre los carteles de la droga sudamericanos y las organizaciones delictivas libanesas.
Cocaína en tránsito desde Brasil, luego de su escala en Sudáfrica, ha sido incautada en Australia, el Japón y Hong Kong, adonde también arriba por ruta marítima y aérea dentro de la Cuenca del Pacífico, desde los países andinos de la costa occidental de sudamérica, incluyendo como país de destino a la República de Corea.
Las incautaciones mundiales de cocaína que en la segunda mitad de los años ´70 alcanzaron 4.500 Kg. en todo el mundo, en la segunda mitad de la década del ´80 habían ascendido a más de 160.000 Kg. En el primer lustro de la última década del siglo, las incautaciones tuvieron un pico de más de 300.000 Kg. sólo en 1991 para descender significativamente a unos 250.000 Kg. hacia mediados de la década.
Mientras en América el número de países que han comunicado incautaciones de cocaína se mantuvo en el orden de 30 a 35 en la primera mitad de los '90, en Europa pasaron de 22 (1990) a 34 (1993) los países que denunciaron haber incautado cocaína, lo cual refleja el ingreso de los países de Europa Central y Oriental en la "globalización" del tráfico ilícito y el consumo indebido de estupefacientes. A su vez África pasó de 13 a 17 países donde la cocaína ha logrado hacer pie, en su mayoría en tránsito hacia Europa, Medio Oriente, Oceanía, los países asiáticos de la Cuenca del Pacífico y Japón.
Atendiendo al tonelaje de las incautaciones por región y estimando el tráfico real de cocaína en base a la hipótesis más optimista de un porcentaje de 39% de intercepción a las importaciones de cocaína (postulado como límite máximo de la eficacia de la represión del narcotráfico por los EE.UU.), mientras que para 1993 se estimaba que las importaciones mundiales de cocaína, tanto como destino de tránsito o para consumo final, rondaban las 661 toneladas, a los EE.UU. le correspondían 625 T. de aquellas importaciones de cocaína. Es decir que, el resto de los cocainómanos del mundo se conforman con sólo 36 T. o que, a raíz de una hipotética menor eficiencia del resto de los países en capturar alijos de cocaína, las 661 T. anuales mundiales de tráfico estimado fuesen en realidad sólo una parte de un tráfico mucho mayor.
El cálculo de 1993 resulta de una incautación mundial de 266 T., de las cuales 245 T. correspondieron a los EE.UU. y 19 T. a Europa. En 1991 las incautaciones mundiales habían acusado 800 T., es decir, casi 300% más que en 1993, tendencia que ha seguido levemente a la baja hacia 1995 como resultado quizás de tres factores: los éxitos resonantes de Colombia al desarticular los Carteles de Medellín y de Cali, el crecimiento del mercado de la heroína en los EE.UU. con sus mayores beneficios con menor volumen de carga, y la tenencia creciente al consumo de anfetaminas y drogas de diseño como el "éxtasis" en sustitución del más legalmente riesgoso y más costoso consumo de cocaína.
Como advierte el PNUFID, debe considerarse a las cifras totales sobre tonelajes de tráfico señaladas, como los límites inferiores del tráfico real, por dos razones: la elección de un índice de interceptación elevado (39% hipótesis más optimista en los EE.UU.) y falta de comunicación oficial de las incautaciones realizadas en muchos países por ineficiencia y/o corrupción.
Para estimar el valor del tráfico de cocaína, se consideran que los precios de compra/venta en los puertos de destino en los EE.UU. y en once países de Europa occidental, es igual al valor mínimo de los precios al por mayor en el interior de esos países. Para 1992, fueron 11.000 dólares por Kg. en los EE.UU. y 47.000 dólares por Kg. en Europa. Y éstos precios se multiplican por las cifras del volumen total de las importaciones en EE.UU. y e Europa, estimadas sobre la base de considerar que se incauta un 39% del tráfico real (correspondiente al último año para el que se tengan datos de incautaciones). Agregando los datos del resto de los países que importan cocaína (una cantidad que ronda las 5 toneladas) se llega al valor mínimo probable del tráfico mundial.
El costo mínimo de las importaciones de cocaína en el año 1992 -un año bastante representativo del tráfico promedio del primer lustro de los '90- habría sido de 7.205 millones de dólares en los EE.UU., 2.250 millones en Europa y 55 millones de dólares en el resto de los países importadores. Lo que da un total de 9.500 millones de dólares para el total de las importaciones mundiales de cocaína. Aún manteniendo como indicador de los precios mínimos mayoristas los valores de compra/venta en los puertos de destino de EE.UU. y Europa -que son con seguridad demasiado bajos-, pero aplicando el límite inferior para el índice de interceptación, dado por la Dirección de Lucha contra la Droga de los EE.UU., de 24%, las importaciones mundiales de cocaína para el año 1992, habrían sido de 14.500 millones de dólares. Todos estos guarismos estimados pueden sufrir sustanciales variaciones según sea la pureza de la droga traficada, además de los avances o retrocesos en los índices de interceptación.

1.2. Heroína
Es sabido que los llamados "Triángulo de Oro" del Asia sudoriental (Lao, Tailandia y Myanmar) y "Media Luna de Oro" del Asia sudoccidental (Afganistán, Pakistán e Irán) producen conjuntamente el 94% de la cosecha de resina de opio. Tres estados latinoamericanos, Colombia, México y en menor medida Guatemala, y cinco países del Asia central, aportan el pequeño resto.
Colombia cultiva 20.000 Ha. de amapola y potencialmente puede producir 20 T. de opio y 2 T. de heroína; México, a pesar de que sólo cultiva unas 4.000 Ha. puede producir 50 T. de opio y 5 T. de heroína por el alto rinde de sus sembradíos; y Guatemala no supera a las 500 Ha. sembradas de amapola con capacidad para producir 4 T. de opio y 300 Kg. de heroína. La producción potencial mundial de opio es de 3.700 T. y la de heroína unas 340 T., según estudios del Departamento de Estado de los EE.UU. para 1993, con una tendencia al aumento del 2% anual desde 1990. Otros cálculos consideran esa producción como mucho más voluminosa.
Cada 8 a 10 Kg. de resina de opio se produce 1 Kg. de heroína, según la tecnología que se utilice. Lo que ha variado desde la década de 1980 a la actualidad es la pureza de la heroína producida, que pasó del 7% a cerca del 40%. Tanto el aumento de la oferta que reduce los precios y la hace más accesible, como la calidad del producto que lo hace más apetecible por los heroinómanos, explican que desde comienzos de la década de 1990 el consumo mundial de heroína se haya expandido.
Los mercados de oferta y demanda de heroína se han expandido por todo el mundo en la última década, con excepción de América del Sur, salvo Colombia, especialmente hacia los países en desarrollo o subdesarrollados, además de extenderse dentro de las zonas de mayores ingresos económicos de los países de la OCDE. Los puntos de entrada de la heroína que eran alrededor de 350 en todo el mundo en 1990, a mediados de la década superan los 500 puntos de ingreso, ya sea en tránsito o como destino final. Algo similar a lo ocurrido con la cocaína pero en mayor magnitud y a propósito de la habilitación del continente africano como vía de tránsito desde los variados mercados productores del Asia y el extremo Oriente, hacia Europa y hacia los EE.UU. y Canadá.
La heroína producida en Colombia y México, sigue para su entrada en los EE.UU. rutas similares a las de la cocaína. No se registran envíos desde esos países a Europa. La ruta terrestre desde Colombia a los EE.UU. recorre todo Centroamérica y las rutas marítimas y aéreas también pasan por las islas del Caribe hacia Florida y la costa oriental, o directamente desde Colombia a la costa occidental de los EE.UU.
Las incautaciones mundiales de heroína se estiman en alrededor de unas 30 Toneladas. En 1993 habían comunicado incautaciones de heroína 11 países de América, mientras sólo 5 países americanos lo habían denunciado en 1990. Pero los dos tercios de las comunicaciones sobre incautaciones mundiales de heroína siguen teniendo lugar en Europa y Asia. En los últimos años, el mayor incremento en el volumen de la heroína incautada se registra en África.
A su vez, el porcentaje de heroína incautada sobre el total del tráfico se estima como muy inferior al índice de interceptación de la cocaína, siendo su límite superior de un exiguo 11%. Por lo cual el tráfico mundial de heroína se calculaba en 240 T. en 1993.
El valor anual del tráfico de heroína en todo el mundo en el primer lustro de la década de 1990, se calculaba en 6.800 millones de dólares, correspondiéndole 2.500 millones a Europa; 2.100 millones al Cercano y Medio Oriente; 1.500 millones al Asia, y 700 millones de dólares a América, si se toma los precios mínimos al por mayor como indicadores de los precios de importación en el puerto de destino y sabiendo que esos precios varían considerablemente entre las cuatro regiones consumidoras señaladas.
Un último dato: la heroína ha tenido un incremento importante aunque mucho más moderado que la cocaína. Desde la segunda mitad de la década de 1970 (2.236 Kg. incautados), pasando por el segundo lustro de la década de 1980 (19.000 Kg. incautados) hasta un promedio de 25.000 Kg. incautados sólo en cada año del primer lustro de los '90.

1.3. Cannabis
No hay más de 20 países en el mundo donde se cultiva la hierba de cannabis y en la mayoría de ellos la parte de la producción propia que se consume es muy alta y por tanto, pocos países intervienen significativamente en el tráfico internacional. Y aunque el volumen, es decir el peso de los alijos ilícitos de cannabis es mucho mayor que los de cocaína y heroína, el valor en términos monetarios es menor y hay más escasa relación entre la producción mundial y el volumen o tonelaje del tráfico.
Además, si bien la hierba de cannabis da marihuana y la resina de cannabis se conoce con el nombre de hachís, al requerirse poca elaboración antes de su llegada al consumidor, no se complica la misma por insumos de precursores químicos ni especiales instalaciones de elaboración.
Las ganancias relativamente escasas el tráfico de cannabis, sumado a la dispersión de los países productores y a las proporciones limitadas de su comercio ilícito internacional, han hecho que toda una serie variada de grupos lo comercialicen en una estructura abierta y no oligopólica como la del tráfico de cocaína o la heroína.
La producción de Marruecos, México y Sudáfrica representa cerca de la tercera parte de la oferta mundial comunicada de marihuana, excluyendo la de América del Norte que es significativa pero de la cual no hay suficientes estudios concluyentes.
Tomando la evolución hasta 1993, a la cabeza con 50.000 Ha. cultivadas y 15.000 T. de producción de marihuana, y 85 T. de hachís figura Marruecos. Lo sigue México con 16.650 Ha. y 13.300 T. El tercer lugar lo ocupa Sudáfrica con un cultivo de 5.000 Ha. con un alto rinde que acusa 12.700 T. de producción de marihuana. Luego siguen los EE.UU. con una cantidad de Ha. sembrada no comunicada al PNUFID y una producción estimada en 6.500 T. de marihuana. En quinto lugar aparece Colombia con 5.000 Ha. sembradas y 4.100 T. Casos aparte son Kazajstán que tiene 170.000 Ha. de cannabis silvestre y una producción estimada en 5.000 T. y el del Líbano que tiene en cultivo 9.000 Ha. sin datos sobre producción.
Hasta 1993 habían comunicado incautaciones de marihuana 71 países, de los cuales la mitad se encuentran en Europa, y habían aumentado con mayor rapidez las incautaciones en América. Aplicando un índice de interceptación del 30% da un volumen de tráfico de 2.860 T. (calculado como el 100% al que se le han incautado ese 30% o sea 858 T.) De esta última cifra de incautación mundial de resina de cannabis en 1993, es decir 858 T., que comparada con la incautación mundial de cocaína de 264 T. y de heroína de 27 T. en el mismo año 1993, significa un volumen muy superior a esos dos estupefacientes más "duros", y en la cual Europa participa con 437 T., Cercano y Medio Oriente con 225 T., África con 108 T. y América con 74 T.
Respecto de los EE.UU., en abril de 1990, una autoridad del Instituto Nacional de Padres de Familia para la Educación Antidrogas, afirmó que la cosecha e marihuana había llegado a 4 millones de toneladas en 500.000 Ha. sembradas, lo cual significó un valor de 19 millones de dólares, mientras la cosecha de maíz sólo llegó a los 11 millones, hallándose en el note de California la mayor concentración de marihuana por metro cuadrado. A su vez, William J. Bennett, el "ex-zar" de la droga durante el gobierno de Bush, había explicado que el 25% del mercado norteamericano de marihuana lo abastecía la producción nacional a comienzos de los años '90.

1.4. Sustancias psicotrópicas
Como en la fabricación de sustancias psicotrópicas es necesaria la presencia de una industria química relativamente desarrollada, incluso sin mayor grado de sofisticación en el caso de algunas sustancias, los países de la OCDE junto a otros países muy industrializados, proporcionan el grueso de una producción de amplia gama.
Es muy escasa la información estadística disponible, pero sí se sabe que la mayor parte de las exportaciones e importaciones tiene lugar entre los principales país de la OCDE, los cuales a su vez suministran cierto número de sustancias a los países en desarrollo o con economías en transición, como es el caso de muchos países de América Latina y el Caribe, por lo cual se invierte la relación de proveedor de estupefacientes a los países desarrollados de América del Norte, Europa, Oceanía y Japón.
Asimismo, entre algunas de esas economías en transición y sobre todo entre algunos de esos países en desarrollo, se da un volumen apreciable de tráfico de psicotrópicos.
Las incautaciones comunicadas son muy difíciles de interpretar, ya que muchos países utilizan categorías muy amplias como "sedantes" o "estimulantes" demasiado amplias, lo cual se suma a serias deficiencias en materia de detección del trafico ilícito, ya que al tener múltiples empleos en medicina e investigación farmacológica dichas sustancias pueden ingresar a un país o ser producidos con fines lícitos pero ser desviadas hacia fines ilícitos para cubrir las demandas de su uso indebido en el mercado negro.
Gran Bretaña encabezaba en 1993 la lista de países que incautaron anfetamina (995 Kg.) seguida de Tailandia (396 Kg.). En cuanto la metanfetamina, las mayores cantidades incautadas corresponden a los EE.UU., Japón y la República de Corea. Existen laboratorios clandestinos en Australia, Filipinas, Tailandia, además de los tradicionales centros de elaboración en la provincia china de Taiwán. En África aumenta la disponibilidad de sustancias psicotrópicas "desviadas" de importaciones lícitas desde Europa y Asia, y en Sudáfrica existen laboratorios clandestinos de metacualona. También Europa oriental participa en esos suministros luego desviados.
Con la difusión geográfica y el perfeccionamiento tecnológico creciente de la industria química, el desvío de sustancias psicotrópicas sufrió un incesante aumento, y en ciertos países de la OCDE fue reemplazando en alguna proporción al consumo de estupefacientes como la cocaína, aunque su tráfico fuese todavía claramente menor.

2. CONCLUSIONES SOBRE EVOLUCION DEL TRAFICO 1986-1993
De lo expuesto hasta aquí pueden extraerse conclusiones parciales sobre la evolución del tráfico desde mediados de la década de 1980 hasta 1993, a nivel mundial.
1. El fin de la guerra fría y la liberalización y globalización de la economía internacional y en especial transnacional, han disparado la magnitud y complejidad del tráfico ilícito de drogas, a partir de la distensión iniciada por la perestroika soviética
2. Muchos países en desarrollo o con economías en transición, tal es el caso de Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, México y Uruguay en América Latina, han comenzado a aumentar el consumo de una variedad creciente de drogas.
3. La destrucción en la primera mitad de la década de los '90 del principal cartel de la cocaína en Colombia, el de Medellín, al que sucedería también la disgregación del cartel de Cali, no parece haber afectado en demasía el tráfico ilícito de cocaína salvo una leve disminución en el número de incautaciones y una estabilización de la oferta.
4. Aumentaron rápidamente las incautaciones registradas en opio y resina de cannabis, al mismo tiempo que el tráfico de cocaína quedaba en gran medida estacionario en lo que respecta a las importaciones en América el Norte y Europa, mientras se advertía una ofensiva para abrir nuevos mercados en África y el Cercano y Medio Oriente.
5. En la hipótesis muy moderada sobre el valor de las importaciones totales anuales de cocaína, heroína, cannabis y sustancias psicotrópicas, se estimaba que era de 20.000 millones de dólares en 1993. En las hipótesis menos moderadas sobre volúmenes y precios al por mayor, esa cifra podía ser elevada a 60.000 millones de dólares.
6. Teniendo en cuenta las grandes diferencias de precios entre el tráfico al por mayor y el comercio al por menor, el valor mundial de la venta ilícita callejera podría haberse fijado en 300.000 millones de dólares en 1993.
7. Se insinuaba ya, entre 1990 y 1993, el inicio de una evolución en el consumo, sobre todo en los países de la OCDE, parcialmente sustitutiva (pero sin eliminar los consumos mixtos) de las drogas ilícitas tradicionales por las drogas sintéticas.

3. EVOLUCION DEL TRAFICO ENTRE 1994 y 1995
El informe correspondiente a 1995 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) instaba a los gobiernos de América del Sur que todavía no lo habían hecho, a sentar las complejas bases jurídicas de la lucha contra el blanqueo de dinero, incluyendo el congelamiento de las cuentas, la incautación de bienes de origen ilícito, la vigilancia de los mercados financieros y la detección rápida de actividades sospechosas.
Señala que la cannabis, que sigue cultivándose en Brasil, Colombia y crecientemente en Paraguay, es la principal droga de uso indebido en la mayoría de sudamérica. Alerta sobre las repetidas incautaciones de heroína procedente de Colombia en algunos países de Europa y en América del Norte, utilizando las mismas redes de distribución de cocaína. Confirma que el mayor productor de hojas de coca es el Perú, seguido de Bolivia. Insiste en que, en la Argentina, Bolivia y Perú se sostienen opiniones y prácticas respecto al cultivo de arbustos de coca y la producción y consumo de hojas de coca, divergentes con las disposiciones de la Convención de 1961.
Bolivia y Perú son los principales productores de pasta de coca de la cual se provee Colombia para elaborar clorhidrato de cocaína, el cual también es cada vez más fabricado, en menor escala, en Bolivia y Perú. Respecto a la pasta de coca que se fuma en general mezclada con tabaco, ésta se obtiene fácilmente en Bolivia, Colombia y Perú. En los países de tránsito como Venezuela, sur de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, la cocaína que se entrega como medio de pago a los asociados del narcotráfico por los servicios de transportación a los lugares de reexportación para EE.UU. y Europa, deja una oferta interna disponible a precios relativamente bajos que ha provocado la generación de políticas de prevención y asistencia con una gran carga social. El consumo de opiáceos es aún bajo, aunque existe el riesgo de que el aumento de la producción de heroína en la región presione hacia mayores niveles de consumo. El terreno ya está preparado por el consumo de cannabis, cocaína y psicotrópicos, además de los elevados índices de alcoholismo adulto y juvenil.
Respecto al uso indebido de psicotrópicos, se ha informado sobre el creciente uso indebido de ansiolíticos (tranquilizantes) y pastillas de anfetamina en las zonas urbanas y suburbanas de América del Sur, favorecidos por el expendio sin receta médica o por prescripción irracional de preparados farmacéuticos con sustancias psicotrópicas de poder adictivo, especialmente en la Argentina, Brasil y Chile.
La prevención de la producción en laboratorios clandestinos en sudamérica, está obstaculizada por la corriente no reglada ni controlada de precursores químicos y solventes necesarios para la fabricación ilícita de pasta de coca y cocaína, que llegan desde Europa y los EE.UU. utilizando la importación a empresas legales o "de fachada" en los países de tránsito o en los mismos países productores, y desviando una parte de la mercadería hacia la producción ilícita interna o la de otro país. La cuenca amazónica es privilegiada para la provisión de químicos por vía terrestre a través de las fronteras del Brasil con los países andinos.
Se advierte que los países de América del Sur deberían definir unos marcos jurídicos adecuados y consensuados, y políticas coherentes a cargo de organismos eficientes, para limitar severamente ese flujo de inmenso de productos químicos y solventes, tal como se reconoce haberlo iniciado Colombia de acuerdo al modelo de la CICAD/OEA.
Con respecto a América Central y el Caribe, se define a sus países como afectados por el tráfico a gran escala de drogas ilícitas, y donde las lagunas legislativas y administrativas existentes y la falta de coordinación al interior de algunos países y entre ellos, son aprovechadas para establecerlos como lugares de tránsito de cocaína y heroína con bajo riesgo de interceptación, entre América del Sur y América del Norte, sobre todo en zonas de la costa atlántica, en la cual se producen grandes incautaciones de cocaína y cannabis.
Se evidencia el aumento de la violencia relacionada con la lucha por el control de rutas y de mercados, y los narcotraficantes adquieren cada vez más poder en el Caribe, planteando amenazas a la estabilidad política de la subregión. La zona oriental del Caribe es la preferida últimamente por el tráfico ilícito por la debilidad de los controles, y Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los EE.UU. son los puntos de entrada de los mayores alijos de drogas en ruta hacia América del Norte.
Por otra parte, las Antillas Neerlandesas, Aruba, las Islas Vírgenes Británicas y Martinica se usan como puntos de entrada en Francia, Países Bajos y el Reino Unido.
Dos iniciativas favorables a la coordinación regional se apuntan: la creación de un centro jurídico regional en Costa Rica para el mejoramiento de la legislación sobre drogas en América Central y el apoyo de Honduras al funcionamiento de una comisión permanente en América Central para la prevención del uso indebido, la producción y el tráfico ilícito de estupefacientes. El sistema de integración de América Central en desarrollo y la asociación de Estados del Caribe, son instancias fundamentales para encarar conjuntamente la problemática subregional de las drogas.
Una de las más importantes es la del lavado de dinero que aprovecha la debilidad de las estructuras bancarias y financieras en la región. Por lo cual urge promulgar leyes y establecer las instituciones fiscalizadoras, a ejemplo de lo avanzado por Panamá, las medidas adoptadas por Trinidad y Tobago en la banca comercial y sector financiero, y en la evolución de proyectos legislativos contra el blanqueo de dinero en las Bahamas y Jamaica. Costa Rica por su parte, ha asegurado que los bienes confiscados de origen ilícito se vuelquen a la lucha contra las drogas.
Cultivos de cannabis existen en todo centroamérica y el caribe, destinándose en gran parte al uso indebido local. Jamaica, importante productor, provee cannabis a Europa y América del Norte. En Guatemala se cultiva la adormidera en sus zonas remotas. Y pequeños cultivos de hoja de coca han aparecido en el sur de Panamá (el Darién). Al mismo tiempo que se reporta un aumento continuo del consumo de cocaína en varios países de la región centroamericana y caribeña. Finalmente, en la mayoría de los países de la región, los preparados farmacéuticos con sustancias psicotrópicas no se recetan, venden ni distribuyen de acuerdo a las disposiciones del Convenio de 1971.
Los dos factores que más influyen para que en América Central y el Caribe se haya expandido el uso indebido de cannabis y cocaína (más accesibles que la heroína y las anfetaminas por disponer de producción autóctona de la primera y por el pago en especies a los colaboradores por los grandes traficantes), es el aumento constante de la utilización de centroamérica y el caribe como lugares de almacenamiento clandestino y rutas de comunicación con los grandes demandantes mundiales: EE.UU. y Europa occidental, y por otro lado, la marginalización extrema de grandes segmentos de la población, sobre todo en las zonas metropolitanas, que encuentran en la "trafiadicción" un modo de sobrevivir y soportar la indigencia. Este fenómeno es común con el de las megalópolis de sudamérica como Caracas, Bogotá, Lima, Santiago de Chile, San Pablo, Río de Janeiro y Buenos Aires, incluidos sus cordones suburbanos, y obviamente, también el de la inmensa ciudad de México.
Finalmente, también grandes cantidades de efedrina se transportan desde Asia y Europa a través de Guatemala a México y los EE.UU. para la fabricación ilícita de metanfetamina. A pesar de ello, no ha habido ninguna comunicación de incautación de alguna cantidad de ese precursor o sustancias similares en la región, señal de la falla de controles en la exportación, en la importación y en la reexportación de los mismos.

4. TENDENCIAS ACTUALES
En el avance del informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para 1996, cuyo reporte completo acaba de publicarse en la reunión de Viena de marzo de 1997, se dibujan las tendencias actuales que se han venido incubando desde comienzos de la década y que se han venido manifestado crecientemente entre 1994 y 1996.
Las tendencias actuales detectadas son las siguientes:
a) El surgimiento de mercados ilícitos para anoréxicos o "reductores de peso" que son a su vez estimulantes nerviosos, y un abuso en la prescripción de otras drogas para el tratamiento de problemas de conducta en los niños.
b) La expansión de cultivos de cannabis en gran escala en varias regiones, expansión del abuso de cocaína hacia el oeste de África y Europa del Este, y una rápida propagación del abuso de anfetaminas, principalmente en forma de "éxtasis".
c) La comprobación de la eficacia de controles internacionales coordinados para hacer más difícil a los laboratorios clandestinos de cualquier continente, obtener los productos químicos que necesitan para elaborar cocaína, heroína y estimulantes como anfetaminas, metanfetaminas y "éxtasis"; como lo demostró la incautación de 300 T. métricas de anhídrido acético para hacer un billón de dosis callejeras de heroína, y de 1.800 T. de precursores químicos, con destino a la elaboración de 100 T. de cocaína.
d) La ausencia de medidas adecuadas nacionales e internacionales para fiscalizar el cultivo de amapolas, con la consecuencia de la introducción y expansión del consumo de heroína en nuevos mercados como el de Europa del Este; medida que no deban perjudicar un suministro adecuado de morfina y otros opiáceos para paliar el dolor.
e) La expansión de la distribución de ciertos preparados farmacéuticos psicoactivos para mercados ilícitos de producción de estupefacientes y otras drogas, se imputa a serias fallas en los controles pautados a causa del fracaso de ciertos países de la OCDE como Bélgica, Canadá, Luxemburgo y Nueva Zelandia, en el cumplimiento de la Convención sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971. Suiza, importante país de manufactura y exportación de sustancias psicotrópicas, ha introducido un sistema de control de ese comercio internacional cuyos frutos se aguardan. Y Austria es el único país industrializado y único miembro de la Unión Europea que no ha ratificado aquel tratado.
f) La no implementación de ciertos controles recomendados para psicotrópicos que son exportados por Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda y el Reino Unido, provoca que los traficantes tomen ventaja comprando esas sustancias necesarias para sus laboratorios, como el caso de una firma dinamarquesa que envió más de 1.700 Kg. de materia prima para la producción de un tranquilizante (diazepam) a Nigeria, a pesar de que la necesidad legítima anual de diazepam es de apenas 700 Kg.
g) Varios países africanos están comunicando tráfico ilícito de preparados farmacéuticos con efedrina, y en el otro extremo, Camerún, Senegal y Myanmar (éste último perteneciente al "triángulo de oro" de producción de heroína) no respondieron pedidos de confirmación de legitimidad sobre órdenes de importación de partidas de químicos psicoactivos con destino sospechoso, mientras varios millones de tabletas conteniendo diazepam y otras sustancias peligrosas producidas en Asia fueron incautadas en rutas de contrabando a Nigeria.
h) La integración económica global, la apertura de fronteras y la desregulación del comercio facilitan el tráfico ilícito de narcóticos, psicotrópicos y químicos precursores o esenciales, a través de las zonas de libre comercio; como el ejemplo del "khat", una planta estimulante originaria del este de África, que ha sido incautada repetidamente en Europa, América del Norte y en el sur del Pacífico; o de la efredina, la cual en grandes cantidades es contrabandeada desde Asia y Europa, a través de Guatemala, y vendida dentro de México pero especialmente en los EE.UU. para producir una metanfetamina conocida como "speed" (sustituto de la cocaína y de efecto más veloz).
i) Con la expansión de la producción, el tráfico y/o el abuso de drogas dentro de mercados nuevos a partir de mediados de la década de 1980, los juzgados y centros policiales están saturados de casos de pequeños delincuentes del tráfico al por menor, que desvían el esfuerzo central de la represión contra los grandes narcotraficantes.
j) El inmenso poder económico de los narcotraficantes ha generado una ola de corrupción, delincuencia e intimidación que involucra a políticos, miembros de la justicia, policías, militares, autoridades impositivas y aduaneras, para lo cual la JIFE sugiere que los países den prioridad a la legislación sobre drogas y su correcta ejecución; y que se enfoque principalmente la persecución judicial de narcocriminales de alto nivel, mientras para los que poseen drogas en pequeñas cantidades se debe evitar el encarcelamiento; y se recomienda una acelerada y mutua ayuda legal entre Estados en materia de investigaciones, procesamientos, extradiciones y procedimientos judiciales, así como también la constitución de fuerzas internacionales conjuntas anti-narcotráfico y anti-mafias.
Para finalizar este panorama de la situación Latinoamericana y Caribeña en el contexto mundial del tráfico ilícito de drogas, destacaremos algunas otras tendencias identificadas en 1966, según lo expuesto en el avance del informe de la JIFE a la Comisión de Estupefacientes del Consejo Económico y Social de la ONU.

4.1. Áreas claves de preocupación a nivel global
- La proliferación de clubes de salud, centros de belleza, etc. en gran número de países, donde pueden obtenerse ilícitamente los reductores de apetito o "píldora adelgazante" que contienen propiedades estimulantes de tipo anfetamínico con riesgo de reacciones violentas, presión sanguínea elevada y hasta de síntomas paranoides, destacándose en el continente americano la Argentina, Brasil, Chile y los EE.UU., donde son consumidos en grandes cantidades.
- La suba de 3 a 10 Toneladas entre 1990 y 1995 del consumo de otro estimulante, el metilfenidate, cuya prescripción altamente frecuente para el tratamiento de niños con problemas de conducta, lidera EE.UU. Los casos de emergencia por intoxicación y trastornos adictivos por abuso de metilfenidate en niños de 10 a 14 años, han aumentado 10 veces desde 1990 y han igualado a los casos vinculados a la cocaína entre niños coetáneos.
- La recomendación de vigilar los movimientos de las sustancias psicotrópicas antedichas y de algunas otras en especial, como el anhídrido acético que se usa para la transformación del opio en heroína; la efedrina, ingrediente de los descongestivos que se usa en la producción ilícita de estimulantes; y los solventes comunes como la acetona y el metiletilketona, utilizados para transformar la pasta base en clorhidrato de cocaína.

4.2. Otras tendencias y hechos significativos por región
América Central y el Caribe
- En la región centroamericana y caribeña, se ha verificado un compromiso por parte de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá para desarrollar una legislación convergente y armónica en materia de lavado de dinero, control de precursores otros asuntos sobre drogas.
- Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras han introducido medidas para fiscalizar la exportación e importación de efedrina y otros precursores anfetamínicos, que pueden ser un modelo de aplicación en todas las subregiones de América.
- Hay una gran facilidad en América Central y el Caribe para obtener productos farmacéuticos que contienen sustancias psicotrópicas, situación que podría comenzar a revertirse si se adoptan sistemas de provisión farmacéutica según la Convención de 1971.
- Con la reciente adhesión de Belice, Cuba y Jamaica, todos los 22 Estados centroamericanos y caribeños son signatarios de la Convención Internacional contra el Tráfico Ilícito de Drogas de 1988.

América del Sur
- Sudamérica es aún la única región del globo que provee cocaína a otras partes del mundo, en especial a EE.UU. y Europa.
- El cultivo ilícito de amapola y la producción clandestina de opiáceos en Colombia, han determinado que grandes cantidades de heroína son contrabandeadas a EE.UU., pero habría habido una sobreestimación sobre la extensión de los cultivos en años recientes; hasta el momento sólo se ha comunicado la erradicación de 5.000 Ha
- Un hecho auspicioso es la firma de una Convención Interamericana en Contra de la Corrupción, realizada en Caracas en marzo de 1996, la cual espera la ratificación e implementación por los Estados americanos partes de la citada convención.
- Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay han intensificado los operativos para el cumplimiento de las leyes antidroga, incluso mediante acuerdos fronterizos conjuntos.
- Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela acordaron crear el junio de 1996, una unidad de inteligencia andina anti-drogas, para intercambiar información sobre embarques de precursores químicos y financiar proyectos de desarrollo alternativo.
- Chile, Bolivia y los EE.UU. han cooperado exitosamente en el desmantelamiento de una red de provisión ilícita de químicos adquiridos legalmente en Chile, a manufactureros de cocaína en Bolivia.
- También ha sido reportado el cultivo de amapola en el Perú y Venezuela; éste último país erradicó 1.660 Ha. cerca de la frontera con Colombia en 1995.
- Bolivia erradicó 5.500 Ha. de plantas de coca en 1996 y Colombia capturó 300 Toneladas de hojas de coca en el mismo año. Los esfuerzos del Perú, el mayor productor de hojas de coca, son intensos pero de éxito incierto.

Europa
- Mientras grandes cantidades de heroína, cocaína y hashish ingresan en la región europea, la prevalencia en el abuso de la heroína y la cocaína en muchos países de Europa occidental está declinando.
- Existe una tendencia ascendente en el abuso de drogas sintéticas producidas en laboratorios clandestinos de la propia Europa, que proveen de anfetaminas y "éxtasis" también a mercados fuera de Europa.
-Los avances técnicos en Hydroponics y otras tecnologías, los cultivadores internos de variedades de cannabis se han convertido en los proveedores más importantes de los propios mercados negros europeos.
- Si bien los precursores y químicos esenciales que se utilizan en la manufactura ilícita de varias sustancias se producen en muchos países europeos, sólo ciertos precursores están siendo decomisados y sólo en un número limitado de países de Europa del Oeste.
- Han sorprendido los anuncios de un proyecto suizo de distribución de heroína, a evaluar por la OMS, notándose una fuerte presión de grupos políticos hacia la ampliación de la distribución de heroína.
- Luxemburgo ha contribuido con 200.000 dólares capturados a narcotraficantes a proyectos de las Naciones Unidas, mientras España creó un fondo de dinero y bienes incautados al narcotráfico que será utilizado para la represión del tráfico ilícito, la prevención y rehabilitación de la drogadependencia, y la promoción de la cooperación internacional en materia de drogas, mientras los estados Bálticos carecen de eficiencia razonable en el control de las drogas.
-En Ucrania el número de infectados con HIV subió de 183 en 1994 a 5.360 en 1996, siendo el 705 de los enfermos de SIDA abusadores de drogas en forma intravenosa; en Croacia, República Checa, Hungría, Eslovaquia y Eslovenia ha sido reportado un rápido incremento de abusadores de heroína, como resultado de que el 75 % de la heroína que desde el Medio Oriente y Asia viaja a Europa, lo hace a través de la ruta balcánica ingresando por Bulgaria, Hungría y Rumania.
- En Gran Bretaña se detectó un laboratorio ilegal de anfetaminas con una capacidad de 600 Kg. por semana, y en Austria se capturó durante 1995, una cantidad de "éxtasis" en una proporción 10 veces mayor al año anterior.


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