EJERCICIO DE MACROECONOMÍA DE MODELOS DINÁMICOS

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Exceso de sensibilidad y exceso de suavidad del consumo respecto de la renta

 

Marcos Mailoc López de Prado y López
Macroeconomía Avanzada.

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        ( Enunciado: Analiza bajo qué supuestos se produce el EXCESO DE SENSIBILIDAD y el EXCESO DE SUAVIDAD del consumo respecto de la renta.

        ( Resolución:

        Sólo tiene razón de ser estudiar estos conceptos en el marco de la Hipótesis del Ciclo Vital de Ando y Modigliani y la Hipótesis de la Renta Permantente de Friedman. Ambas fueron elaboradas en un contexto sin incertidumbre, pero el análisis económico reciente las ha desarrollado sobre tres pilares básicos de la Macroeconomía Moderna:

Fundamentación Microeconómica a partir del comportamiento de un agente representativo.
Las decisiones de consumo, ahorro e inversión son tomadas en un contexto dinámico.
Adopción de un contexto de incertidumbre, en el cual juegan un papel crucial las expectativas (racionales) de los agentes.

Para la Hipótesis del Ciclo Vital, el núcleo del problema consiste en determinar, mediante la solución de un programa de optimización dinámica, cuál es el plan de consumo óptimo a lo largo de la vida del sujeto. Según estas teorías, el plan de consumo óptimo en el período actual es proporcional al valor descontado de la riqueza total de la unidad de consumo, de tal forma que el consumidor puede separar el perfil temporal del consumo del correspondiente a la renta, resultando, por tanto, que el consumo actual no está restringido por la renta actual.

Hemos afirmado que la senda del consumo en cualquier momento concreto del tiempo no depende de la renta en dicho momento, sino de los recursos totales, es decir, del valor de los activos más el valor descontado de la renta laboral. Esto implica una relación de proporcionalidad entre la senda de consumo y la de la renta, de manera que no procede hablar de la independencia del consumo de un período respecto de la renta del mismo período.

Dos conclusiones fundamentales debemos extraer de la Hipótesis del Ciclo Vital:

El ahorro es el medio de obtener un plan de consumo óptimo, trasladando la renta en el tiempo.
Derivado de lo anterior, un corte transversal debería mostrar que la propensión media al consumo disminuye cuando la renta aumenta.

Alternativamente, Friedman desarrolló su Hipótesis de la Renta Permanente, en la cual destaca el concepto de redistribución intertemporal del consumo. Para este autor, la pregunta a responder es cuál será el nivel de consumo que un agente podrá mantener permanentemente en el tiempo sin que se altere su riqueza total. En este contexto, entendemos por:

Renta permanente: es el flujo de renta que se puede mantener permanentemente manteniendo intacta la riqueza de la que proviene.
Consumo permanente: es una proporción fija de la antedicha renta permanente.
Consumo transitorio: son shocks transitorios de consumo que se producen con ocasión de gastos inesperados. A nivel individual pueden ser muy importantes, pero a nivel agregado –y en virtud de la Ley de los Grandes Números- es muy probable que se cancelen.
Renta transitoria: son shocks transitorios de renta que se producen con ocasión de ingresos inesperados. A diferencia de sus homónimas del consumo, Friedman supone que las rentas transitorias positivas y negativas de los agentes no se cancelan en la agregación en su totalidad, de modo que siempre habrá alguna parte de la renta agregada que puede considerarse de esta naturaleza.

De estos conceptos, la Hipótesis de la Renta Permanente deriva, como conclusión fundamental, que el consumo depende principalmente del nivel de renta permanente, si bien es capaz de reaccionar frente a shocks transitorios de renta.

        Ambas teorías, según hemos podido comprobar, comparten una hipótesis básica: el consumidor se comporta “mirando hacia el futuro” (forward looking) e intenta moderar o suavizar la senda de consumo a lo largo de su vida. En la Hipótesis del Ciclo Vital, el consumo depende de las rentas futuras. En la Hipótesis de la Renta Permanente, el consumo viene determinado por el nivel que puede mantenerse indefinidamente en el futuro. No obstante, los modelos econométricos estimados recogen un comportamiento del consumidor caracterizado por una gran persistencia de hábitos, esto es, “mirando al pasado” (backward looking) que contrasta fuertemente con el comportamiento teórico postulado, que claramente estaba orientado al futuro.

        Al introducir las Expectativas Racionales en las mencionadas hipótesis (modelo de Hall), se concluyó que los resultados fundamentales a los que hemos aludido previamente se mantenían intactos. Pero, una vez más, la contratación empírica de las predicciones contenidas en estos modelos no avalan totalmente la teoría. La evidencia muestra dos hechos:

Efecto Exceso de Sensibilidad del consumo frente a la renta: Los cambios en el consumo son mayores que los cambios contemporáneos y pasados de la renta, es decir, el consumo no se comporta como un paseo aleatorio. Este efecto parece provenir del hecho de que las imperfecciones en los mercados de capitales, bien sean por restricciones de crédito o restricciones de liquidez, impiden a los consumidores seguir su senda de consumo óptima, en cuyo caso la dependencia del consumo actual respecto a la renta actual no es inconsistente con la Hipótesis del Ciclo Vital con Expectativas Racionales, sino consecuencia del incumplimiento de una hipótesis fundamental del modelo: Los mercados de capitales son perfectos, en el sentido de que los consumidores pueden prestar o pedir prestado contra las rentas futuras al tipo de interés real dado.
Efecto Exceso de Suavidad del consumo frente a la renta: Los cambios en el consumo reaccionan muy poco ante las sorpresas o innovaciones en la renta. La respuesta a esta paradoja parece venir de la mano de hábitos en las decisiones de consumo, la no separabilidad de las preferencias entre consumo y ocio, o la importancia del ahorro por motivo de precaución.

Las implicaciones deducidas de los modelos expuestos se han basado en una serie de supuestos cuya relajación permite desarrollar hipótesis que tratan de ajustarse más a la realidad. Por tanto, si bien toda teoría debe aspirar a ser una abstracción de la realidad, parece que el haber partido de supuestos excesivamente simplificadores nos ha conducido a que, más allá de los resultados predichos por las teorías enunciadas, un determinado porcentaje de familias no pueden maximizar su utilidad esperada.


A.- Imperfecciones en los Mercados Financieros.

        El modelo inicial supone que los agentes pueden prestar y endeudarse en cantidades ilimitadas a un mismo tipo de interés. Pero este libre acceso a los mercados financieros no se da en la realidad, ya que se observan diferentes tipos de interés para las operaciones de endeudamiento y préstamo así como techos o límites al crédito solicitable, lo cual nos conduce a hablar de restricciones de liquidez. Como consecuencia, nos encontramos con dos factores que sensibilizan nuestro consumo:

Se altera el plan de consumo óptimo de los agentes, haciéndolos más sensibles a los movimientos transitorios de su renta disponible.
En presencia de Expectativas Racionales, la anticipación de la existencia futura de restricciones de liquidez aumentará, en función de la impaciencia por consumir del agente, las necesidades de ahorro por el motivo de precaución ante una incertidumbre mayor que la meramente asociada al comportamiento de la renta. En la medida en que los agentes se enfrenten a restricciones de liquidez presentes o futuras, limitarán su consumo corriente, sometiéndolo a los movimientos observados de su renta disponible: su consumo está sujeto a las fluctuaciones transitorias de su renta.


B.- La no separabilidad intertemporal de las preferencias.

Según el modelo inicial, la función de utilidad del agente representativo es intertemporalmente aditiva, esto es, la suma de las funciones de utilidad de cada uno de los períodos. De no poder suponer este extremo, la utilidad de hoy dependerá de la decisión de consumo de hoy, pero también del consumo del período anterior: La utilidad presenta cierta persistencia en las decisiones de consumo. Entonces, el ajuste del consumo ante una innovación en la renta no es instantáneo, sino que se produce de forma paulatina. De ahí que lleguemos a la conclusión de que el consumo no sigue un paseo aleatorio, pues la información pasada determina el consumo actual. Esto permite explicar el exceso de sensibilidad del consumo respecto a la renta actual.


C.- El comportamiento del consumo agregado en bienes no duraderos y duraderos de consumo.


A modo de conclusión, podemos recordar sucintamente que de la integración en el modelo de estas “críticas” se desprende que la política de estabilización puede considerarse efectiva (contrariamente a lo que postulaba el modelo de Hall), ya que el consumo no parece seguir un paseo aleatorio. En la medida en que se acepte la variabilidad del tipo de interés real, o el carácter endógeno de la renta, se incorporen los bienes de consumo duradero o se admitan restricciones de liquidez, las medidas de política que, siendo o no anticipadas, afecten a dichas variables tendrán, por consiguiente, efectos reales en términos del nivel de consumo.

 

 ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA

 

Argandoña, A., C. Gámez y F. Mochón (1996): Macroeconomía Avanzada I, Ed. McGraw-Hill, Madrid, Capítulo 4.
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Carrol, C. (1992): “Buffer stock saving and the permanent income hypothesis”, Brooking Papers of Economic Activity.
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Estrada y López Salido (1994): Consumption and income relationships in Spain: An empirical model with macro data, Documento de Trabajo del Banco de España, nº 9417.
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Romer, D. (1996): Advanced Macroeconomics, McGraw-Hill, New York, Capítulo 7.
Sachs, J. (1994): Macroeconomía en la Economía Global, Ed. Prentice-Hall, Madrid, Capítulo 4. 

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