CULTURA RURAL Y TRABAJO COMUNITARIO: REALIDADES Y PERSPECTIVAS

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robertexto.com

Manuel Alejandro Gutiérrez Guiñez
Jaime Iván Mena Rodríguez

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El trabajo Comunitario debe considerar como premisa y principio fundamental que: el ser humano está situado en varias dimensiones, por un lado se encuentra  el espacio  natural y social que ejercen  sobre él una influencia determinante durante toda su vida.  Por otro existe en el tiempo, que lo provee de un pasado histórico que lo enriquece y proporciona una identidad, además se suma su sentido de futuro donde se plasman los anhelos, proyecciones y aspiraciones.  Así, en un momento y espacio determinado lleva adelante sus actividades como integrante de una sociedad, de la cual es y se siente parte, desarrollando un sentido de membresía e identidad con sus pares y congéneres, cooperando con ellos en el mantenimiento y continuidad de su grupo.

Lo antes señalado esboza  en cierta medida el concepto de cultura, concepto orientador en la ponencia que pretendemos desarrollar, pues consideramos que para intervenir en las comunidades rurales es imprescindible distinguir las creencias, costumbres y tradiciones que orientan la vida cotidiana de la personas de estos sectores. 

La importancia de esta temática, radica en los imaginarios que se manejan de la ruralidad y de la carencia de marcos referenciales y metodológicos que apoyen de forma real la intervención de los profesionales de la práctica.

Por último cabe destacar, que esta ponencia se sustenta en trabajos prácticos que dan cuenta de experiencias desarrolladas y sistematizadas con anterioridad.

La cultura rural o campesina posee características que la distinguen y  que se constatan en su historia, formas de trabajo, organizaciones y en el diario vivir.  Para nuestro país uno de los criterios de  definición de ruralidad se centra en el número de habitantes y la concentración de la mano de obra en el sector primario, principalmente en labores relacionadas con la agricultura.

Dentro del debate que hoy en día se ha establecido respecto a lo antes señalado, dos teorías  han llamado nuestra atención.  La primera de ellas es sustentada por Chayanov quien postula que existiría una economía campesina que no está “... basada en el mercado sino en pautas culturales que determinaban la existencia de un nivel específico de expectativas de consumo.  Para este autor lo que define a un campesino y lo diferencia de los empresarios y los proletarios más que su economía, es su modo de pensar la racionalidad”.  (Rivera, R. 1986, P: 25).  De acuerdo a esto, el campesinado no se adscribe a la racionalidad capitalista, puesto que su interés no está en producir utilidades y dejar la economía en manos del mercado, sino que producir, en relación a las necesidades reales que presenta un núcleo familiar.  Esta afirmación es rebatida por Rigoberto Rivera en su libro Los Campesinos Chilenos, en el cual  “cuestiona la hipótesis de una supuesta “resistencia campesina al capitalismo”, oponiendo economía campesina versus economía capitalista como los dos polos de articulación de la sociedad rural”  (Rivera, R. 1986, P: 27).  Para sostener esto se basa en la complejidad que presenta el mundo rural, sobre todo en aquello relacionado con el aspecto laboral, donde se han introducido nuevos ámbitos como el comercio y la diversificación de los servicios.

Basándonos en  lo dicho anteriormente,  pensamos  que los campesinos constituyen una clase social distinta a las demás y que posee una historia que se ha desarrollado en forma paralela a las urbes, respecto de lo cual existen dos teorías que explican como se originó el campesinado en el mundo.  La primera de ellas señala que el campesinado puede originarse a partir de una población indígena preexistente sobre la que se establece o inserta una economía mercantil, este es el caso típico de muchos asentamientos de Asia, Europa, África y América.  El segundo tipo de origen se entiende como un proceso de la acción mercantil, este sería el caso del campesinado chileno.

Nuestro propósito no es profundizar mayormente en este debate, puesto que se alejan de los objetivos de nuestro estudio, pero son importantes para considerarlos en análisis posteriores.

Para ubicarnos en el mundo rural partiremos señalando que existen varios actores sociales que se agrupan en diferentes clases sociales, tales como:

Productores que participan directamente en el trabajo que demanda el proceso productivo, y

Productores que no participan directamente en el trabajo que demanda el proceso productivo.

Una de las actividades más importantes y que concentra la mayor parte de la mano de obra, es sin duda, la agricultura.  El trabajar la tierra representa la simbiosis existente entre el ser humano y la naturaleza.  Es así, como la tierra “A diferencia de otros medios de producción accesibles al campesinado a través del mercado o de su propio trabajo, ... no sólo no puede ser reproducida como otras mercancías, sino, además, su disponibilidad en el mercado es limitada y la escasez de capital del campesinado lo margina del acceso al mercado de la tierra.” (Archetti E., y otros, 1985, P: 54), de esta forma, la tierra se transforma en “el medio de producción”, el punto de partida para sobrevivir. Lo anterior, es una característica de la economía rural que se manifiesta en un tipo especial de cultura, que se plasma en el trabajo y en la organización del campesinado.  En cuanto al trabajo cabe precisar que este se circunscribe principalmente en actividades de carácter primario, es decir, en aquellas labores donde no se aplican procesos industriales que transformen las materias primas.

Por otra parte, cabe destacar que el trabajo en el mundo rural involucra a todo el núcleo familiar, es así, como se observa que toda la familia o gran parte de ésta trabaja en el huerto casero.  Sin embargo, es preciso señalar que cuando la superficie de tierra es demasiado extensa, parte de la mano de obra familiar es destinada a otras funciones  relacionadas también con la agricultura, así por ejemplo, podemos apreciar que se trabaja como temporero (a).  De esta forma; “El trabajo en la unidad de producción campesina se puede observar descompuesta en varios ítems:  una parte efectivamente usada en los medios de producción propios de la parcela (en labores agropecuarias y en otras labores no agrícolas como el  trabajo doméstico) y una parte disponible para ser vendida a cambio de un salario; otra parte no utilizada por razones del tipo de producción a la cual se dedica.” (Archetti E., y otros, 1985, P: 53).

Por ello, es preciso señalar que existe una clara relación entre  la cantidad de tierra disponible para el cultivo y el número de individuos que componen la unidad familiar, lo que determina en gran medida,   las alternativas sociales y económicas que se necesitarán adoptar para salvaguardar la existencia del grupo familiar.  Estas alternativas se  denominan “estrategias”, destacándose y dentro de éstas destacan las estrategias del hogar cuya hipótesis central señala: “que los sectores más pobres de la sociedad elaboran racionalmente planes de actividades, que les permiten una distribución óptima de sus recursos de fuerza y de trabajo en distintas esferas u objeto de tener un nivel mínimo de medios de subsistencia” (Rivera R, 1988, P: 32).

Otro aspecto importante de considerar son las formas particulares en que el campesinado se organiza, sus organizaciones están preferentemente destinadas a producir, es así, como se distinguen las Cooperativas, Comunidades Agrícolas; Agrupaciones de Productores, Canalistas, etc., todas con el objetivo claro de mejorar las oportunidades de producción, lo que probablemente también obedece a un tipo de “estrategia agrícola de subsistencia”.

Lo dicho hasta aquí,  corresponde a una visión externa al medio rural, que no ha considerado el parecer de los sujetos que lo viven y forman parte de esta trama que se desarrolla en su cotidianeidad. 

Como se viene desarrollando en forma previa, existen diversas variables que intervienen o detonan  la pobreza en las zonas rurales, y que a su vez le entregan particularidades distintivas.     Siguiendo  esta línea, algunos analistas han revisado varias hipótesis sobre los determinantes de la pobreza rural, las cuales se pueden agrupar en cuatro categorías:

A.    La Hipótesis del Capital Humano; que sostiene que la pobreza se debe en gran medida al bajo acceso a la educación y a su mala calidad (Shultz, 1964 y1971).

B.    La Hipótesis de la Tecnología/Información; que sugiere que los campesinos son pobres porque desconocen las tecnologías y las prácticas de producción modernas (Ruttan, 1982).

C.    La Hipótesis de los Mercados Imperfectos; Que subraya que la falta de acceso al crédito para los pequeños agricultores, los mercados imperfectos de tierras y el bajo acceso a la tierra de los agricultores pobres son factores importantes, que impiden a un amplio segmento de la población rural mejorar sus condiciones (De Janvry, Saudolet y Young, 1989).

D.    La Hipótesis del Desarrollo de la Infraestructura Regional; que sugiere que la pobreza rural está asociada con una inadecuada infraestructura regional que incluye escasez de caminos, sistema de mercados inadecuados y falta de diversificación económica regional (Mosher, 1981 y Wortman y Cummings, 1978).        

Aunque las cuatro hipótesis pueden  no ser   mutuamente excluyentes desde un punto de vista conceptual, sus implicancias  políticas probablemente sí lo son.  Las prioridades de la inversión y gasto públicos son distintas, y dado que los recursos públicos son limitados, los gobiernos no pueden implementar eficazmente, al mismo tiempo y con igual fuerza, las recomendaciones emanadas de estas hipótesis.  La ponderación relativa de cada uno de los factores fundamentales de la pobreza rural es probable que varíe según las características específicas de cada país y su nivel de desarrollo.

En este estudio, damos por sentado que las variables contenidas en las cuatro hipótesis expuestas con anterioridad actúan y se interrelacionan conjuntamente e influyen en forma decisiva en las condiciones de vida de las personas en situación de pobreza en el medio rural nacional, esto sin duda se encuentra fuertemente relacionado con lo afirmado y citado al comienzo de esta unidad, en el sentido de la directa influencia de tres elementos en la conformación de cultura: factores ambientales, factores orgánicos y los significados que nacen en la realidad cotidiana.  Los tres elementos pueden ser fácilmente asociados a las cuatro hipótesis descritas, es así por ejemplo que tanto la hipótesis del capital humano como la hipótesis de la tecnología/información se encuentra en directa relación con el elemento de la influencia de los significados a los cuales accedemos, en tanto la hipótesis del desarrollo de la infraestructura regional y la hipótesis de los mercados imperfectos pueden ser perfectamente ligados con el factor ambiental en el origen de la pobreza y de sus  manifestaciones culturales que le subyacen.

En resumen, resultaría ineludible reconocer la influencia de los elementos contenidos en lo que denominamos como “determinantes de la pobreza rural” en la conformación de condiciones de vida específicas, con manifestaciones particulares y distintivas, o en una palabra: cultura.   

 

Trabajo Social:  Su Papel en la Intervención de los Escenarios Cotidianos

Antes de iniciar las conclusiones relativas a este punto, hemos querido considerar la metodología utilizada y  aplicada en el transcurso de esta investigación.  Pues ella ha sido la que ha orientado la recopilación y el tratamiento de la información.  El modo en que se abordó la realidad con el propósito de conocer ciertos fenómenos que en ella acontecen.  De aquí su importancia, ya que un diseño metodológico deficiente puede tergiversar los hechos y falsear los datos recopilados.

La metodología adoptada en nuestro estudio, obedece a fundamentos fenomenológicos, que como ya señalamos, busca esclarecer los hechos que ocurren en la vida cotidiana de las personas, se busca llegar a la esencia que encierran los significados y conceptualizaciones elaborados por la gente con el fin de definir y darle sentido a su entorno.  Para ello se diseñan instrumentos, cuya finalidad es aprehender la mayor información posible.

Lo anterior involucra una dificultad que nos ha tocado vivenciar y que deseamos explicitar.  La realidad sociocultural es un fenómeno complejo, donde convergen una amplitud de factores internos y externos, que se conjugan en un todo indivisible, interdependiente e interralacionable que obstaculizan la labor del investigador.  Dado esto uno debe optar por fragmentar la realidad en variables o focos de análisis, con la consecuencia de pasar por alto elementos constituyentes que permitirían una mayor y mejor comprensión del fenómeno. Es claro que esto responde a un factor de la subjetividad humana y al hecho de que uno es parte de la realidad y como tal, influye y se ve influido por ésta.

La información presentada a lo largo de este estudio, es el resultado de nuestra investigación empírica que ha tratado de extraer los significados más próximos a la percepción  de las personas involucradas en el estudio.  Sin embargo, deseamos dejar en claro que lo que más se aproxima a ello son las fotografías que ellos mismos han captado con la cámara y los comentarios que han formulado al respecto.  En este espacio aparece su verdad y esencia de una forma simple, sin que por ello se deje de lado la rigurosidad que deben acompañar a todo estudio que se precie como tal.  Además se hace llegar al lector el medio físico en el que se desenvuelve las personas, con lo cual pueden palpar con mayor nitidez lo que se expresa.  Es por ello que resaltamos esta técnica que nos ha permitido dejar un testimonio lo más cercano a lo que se da en los habitantes rurales que viven en “situación de pobreza”.

La técnica de la fotografía como elemento innovador y graficante de lo que a trabajo social le interesa explicitar, nos significa un aporte sobre todo en estudios que buscan indagar en los significados y percepciones que los sujetos manejan en torno a una temática determinada, esto se debe a que las personas pueden expresar a través de las imágenes lo que la palabra oral o escrita no puede, esto cobra mayor importancia en el mundo rural donde un número significativo de personas no sabe leer, ya sea por que no tuvo las oportunidades para acceder al sistema educacional formal o por desuso, lo cual representa un obstaculizador para las técnicas tradicionales, como por ejemplo, cuestionarios, pápelo grafos, test, etc.  También se encuentra el hecho de que los sujetos pueden tomar las fotos que ellos consideren más relevantes, teniendo sólo en consideración el tema de investigación.  Esto reviste una instancia que comprime el tiempo y que además facilita un análisis más exhaustivo de la realidad, puesto que una imagen puede gatillar sentimientos que responden a factores de orden emocional y racional  que pueden ser explicitados con esta técnica.

Respecto a las conclusiones relativas al Trabajo Social, consideramos que su actuar en el mundo rural se sitúa preferentemente en el ámbito de las carencias y necesidades (materiales y no materiales) no satisfechas, que conforman parte de la cotidianidad de una comunidad.  Dentro de esto es que visualizamos un espacio donde nuestra disciplina puede intervenir y generar propuestas que vayan en beneficio de las personas que componen la ruralidad:  Esta intervención estaría dada en las rupturas y/o quiebres que pudieran provocar una transformación en las vivencias (acción cotidiana y obvia) en experiencias (acción de aprendizaje) para llevar a un proceso de toma de conciencia que permitan la formulación de proyectos factibles para superar estos estados de necesidades.  Pero que además ayuden a la autorealización del individuo y sobre todo del colectivo involucrado.  Esto sólo será posible si se conocen las condiciones que delimitan la calidad de vida, cultura e identidad de los sujetos implicados.  Por lo tanto la generación de evaluaciones desde los mismos actores, para que estos reflexionen y analicen su entorno y realidad, lo cual se constituye necesariamente en un instrumento clave de trabajo y donde nuestra profesión tiene un acervo de conocimientos que aportar.

La tarea planteada reviste grandes exigencias para nuestra profesión, que pareciera no gozar de una legitimidad que le permita con mayor facilidad innovar en las políticas que ejecuta el Gobierno Local (descartamos el referiremos a las políticas de orden macro que diseña el Supremo Gobierno, pues la factibilidad de intervenir y generar propuestas a ese nivel creemos que aún esta vedada a nuestra disciplina).  Sin embargo, al interior de las comunas rurales existe un espacio donde se nos valora y necesita, tal vez esto obedezca al rol tradicional que hemos desarrollado con mayor eficiencia  a  lo largo de nuestra historia, nos referimos al rol asistencial que tantas veces ha sido deslegitimizado por nosotros mismos.  Desde nuestra experiencia consideramos que tal vez sea hora de retomarlo con orgullo y otorgarle un peso teórico del cual ha estado desprovisto todo este tiempo.  La profesión  necesita expertizaje en un ámbito que puede ser este.  Para ello se requiere aprender a diseñar y manejar los instrumentos que hoy se utilizan para diagnosticar las problemáticas sociales de nuestra sociedad entre otros.  Así resulta inverosímil, que un Asistente Social al momento de ingresar al campo profesional desconozca lo que es una Ficha CAS o CASEN, ignorancia que llama la atención y asombra a las personas que trabajan directamente con nosotros, escuchándose comentarios tales como “para que estudió cinco años”.

Igual importancia cobra el hecho de “defender”  y darle sentido a las visitas domiciliarias, este espacio que ha sido tan poco valorado por los Asistentes Sociales ha comenzado a ser invadido por distintos profesionales de las ciencias sociales y de la educación.  Hoy se hace imprescindible elaborar instrumentos específicos donde sólo el Trabajador Social tenga competencia.  Pensemos un momento que, si  el único profesional que puede aplicar un test de personalidad es el sicólogo por que ellos se han especializado y creado un ámbito que es intocable para el resto de las demás disciplinas, hay técnicas como las visitas domiciliarias que también deberían ser de exclusividad del Trabajo Social puesto que conocemos su significado e importancia, así como la interpretación de la información verbal, gestual y del entorno en que se desenvuelven los sujetos.

Nuestra propuesta a lo anterior, que sin mayores pretensiones considera como relevante tener en cuenta el factor cultural  que presenta una determinada realidad y los cambios que en ella se producen.  Para lograr esto es preciso romper con los esquemas que hemos internalizado y que responden a un conocimiento “tradicional” que muchas veces ha surgido a la luz de un escritorio sin ir más allá, esto porque muchas veces los constructos teóricos elaborados por otras ciencias y disciplinas no se ajustan a la realidad, puesto que esta, como señalamos se presenta en forma inestable, cambiante, compleja y dinámica (hecho del que somos casi todos concientes), en la cual subyacen valores y principios que llevan implícitos una intencionalidad, todo lo cual nos plantea nuevas y más exigentes demandas.  Dado esto y considerando que por mucho tiempo hemos trabajado en la complejidad y la incertidumbre que nos plantea la realidad, es que podemos construir nuestros propios modelos de intervención y por ello los instrumentos que los lleven al terreno de lo práctico.

En esta tesis, no hemos podido realizar grandes planteamientos al respecto, pues no está considerado dentro de sus objetivos, pero nos ha hecho reflexionar respecto a nuestro quehacer y como está siendo llevado a la práctica, queda claro que debemos sacar desde nuestra intervención los elementos que nos hagan crecer y avalarnos ante las demás disciplinas.

 

Propuesta Metodologica de Intervencion en el Mundo Rural

            El "Mundo Rural" al contar con distinciones gravitantes que lo distancian  de Las características de la vida urbana, debe proveerse de fundamentos metodológicos específicos  que procuren  en etapas sucesivas un acercamiento  a la "cosmovisión", historia, intereses y aspiraciones  de las personas que conforman este habitat humano que nos permita la elaboración de un soporte de los aspectos culturales centrales de los espacios sociales específicos en los cuales se trabajará, todo ello como paso previo al proceso de intervención, el cual será sustentado en un principio básico del Trabajo Social,  es decir nacerá de las propias personas que forman parte de este mundo social específico.

Lo anterior, para los efectos de esta  propuesta de intervención será entendido de la siguiente forma:  El modo en que el equipo de trabajo se integre al proceso que vivan los sujetos o personas objetos de intervención estará dado por nuestro rol de facilitadores, rol que nos permitirá interactuar con las personas y recoger las impresiones y percepciones que estas tengan respecto a   sí mismos y a sus espacios cotidianos.

            Respecto a la diferencia de roles que jugaran los sujetos y los facilitadotres, cabe señalar, que aunque no hay una relación plenamente horizontal, cabe precisar que al interior de un grupo o comunidad, los diferentes sujetos que interactúan en ella no cumplen los mismos roles, sino que en ellos existe una heterogeneidad de funciones que coexisten y se influyen mutuamente.  Desde esta perspectiva, nuestra labor será además de gatillar en los individuos involucrados en la investigación quiebres que los motiven a la reflexión de los modos particulares de organizarse y trabajar, de aquí lo más importante a observar serán las relaciones y los significados que los sujetos le atribuyen a dichas variables.

            Para el logro de lo relatado anteriormente deben consolidarse encuentros entre los equipos interventores y la población en la cual se desarrollará el proyecto o inversión social a concretar, los cuales representarán  un espacio de análisis y objetivación de los intereses, emociones, motivaciones y problemáticas de una comunidad determinada, donde los  interlocutores validados para transmitir dicha información están conformados por los distintos actores que dan forma a la realidad local cotidiana, en otras palabras; los vecinos, dirigentes vecinales, dirigentes y líderes naturales asociados a otras organizaciones de la comunidad, representantes de instituciones que han intervenido o intervienen en las localidades, representantes del gobierno local, autoridades intermedias como directores de escuelas, profesores, sacerdotes, etc., todos ellos mediante un trabajo estructurado participativamente, darán a conocer y graficarán mediante sus particulares percepciones la situación actual y proyecciones para las localidades y sus habitantes.

            Los espacios de reunión anteriormente expuestos,  deben proveerse de los elementos que permitan un acercamiento horizontal y cara a cara entre los "facilitadores" y las personas objetos de intervención, para de esta forma  otorgar una ambientación que posibilite un diálogo fluído, ameno y en confianza, donde el conjunto de personas que participaran compartan en una sola "mesa"  e interactúen y expresen sus opiniones no importando su condición de autoridad, o su status social y económico,  priviligiándose la igualdad en el debate, en otras palabras resaltando la importancia del rol de cada uno de ellos para el desarrollo de su habitat específico.  

            Los espacios de reflexión que se desarrollen deben estructurarse a partir de ejercicios atingentes a las aspiraciones de las personas con una isoslayable orientación del equipo ejecutor del programa o proyecto a ejecutar, donde a todos los participantes se les dotará de amplia libertad para expresar y debatir sus opiniones. 

Alguno  de los ejercicios y/o dinámicas que pueden ser elementos de gran utilidad en este proceso, son los siguientes:

1.     Análisis de la Realidad Social.

2.     Ventana al Beneficiario.

3.     Análisis FODA.

I.       Análisis De La Realidad Social.

            Este ejercicio se desarrolla en dos etapas, la primera de ellas tiene como nombre La Visión la cual consiste en la expresión del imaginario futuro que la comunidad desea y requiere para su sector o localidad, dando a conocer las principales características de lo que realmente los participantes del ejercicio esperan en lo referente al mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores, y los elementos necesarios para contribuir al desarrollo de sus espacios. 

            Posteriormente se realiza la segunda parte del ejercicio que se denomina La Misión cuyo propósito es reflexionar acerca de los papeles y delimitación de las acciones que debe asumir los distintos estamentos que conforman el espacio social específico a intervenir (Comunidad, autoridades, Municipalidad y las Empresas u otras instituciones), para alcanzar y consolidar lo que anteriormente se concibió cómo La Visión de la Localidad.

II.       Ejercicio Ventana al Beneficiario.

Esta dinámica tiene como eje conductor las necesidades y requerimientos que manifiestan  los habitantes de una determinada localidad, desarrollándose la reflexión en torno a los siguientes focos de análisis:

A.    Lo que se quiere y no se tiene: Este foco se presenta cómo una herramienta que permite el hacer conscientes las necesidades más urgentes que una localidad o sector determinado presentan, y  cuyas medidas para darles solución no se concretarían en un futuro inmediato.

B.    Lo que se quiere y se tiene: En este espacio de expresión de ideas el objetivo central es hacer conciencia acerca de los logros o productos concretos alcanzados por los habitantes de un determinado sector,  que ha permitido la superación o solución de problemáticas y necesidades.

C.    Lo que no se quiere y no se tiene: En esta parte del ejercicio los participantes tienen la oportunidad de dar a conocer aquellos elementos y características que sin estar presentes en el interior de la localidad, son entendidos como agentes nocivos que pueden aparecer en cualquier momento dificultando o problematizando el vivir cotidiano de la comunidad, debido a ello, dichos elementos,  no son bienvenidos.

D.    Lo que no se quiere y se tiene: Este foco se constituye como la parte final del ejercicio, en la cual se describen los diferentes aspectos que influyen en forma negativa en la localidad ocasionando molestias y dificultades a los habitantes de dicha localidad o sector determinado.

III.      Análisis FODA

            El análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), es un ejercicio de reflexión que tiene características muy similares a la dinámica anteriormente descrita, pretende una concientización  objetiva acerca de las características, problemáticas, potencialidades y desventajas que los habitantes de un determinado sector observan en su propio entorno.  Además busca rescatar ideas que hubieren quedado pendientes en el ejercicio anterior, así como la resaltación de aquellos requerimientos más urgentes.  Este tipo de análisis también se desarrolla en torno a los siguientes cuatro focos:

A.    Fortalezas: Es la primera parte del ejercicio, consiste en  objetivar las características positivas y/o elementos que se constituyen en sí cómo ejes de sustentabilidad para el desarrollo de una localidad determinada.

B.    Oportunidades: La finalidad de esta parte del ejercicio es indagar y/o evaluar las potencialidades tanto internas como externas que el sector o localidad pudiera aprovechar para sustentar lineamientos de desarrollo para sus habitantes

C.    Debilidades: En esta etapa del análisis se les solicita a los participantes mencionar aquellos componentes de la localidad que son considerados en forma negativa y que en cierta forma frenan y entorpecen el desarrollo normal de los ritmos de la población, obstaculizando su desarrollo.

D.    Amenazas: Este foco de análisis, con el cual se finaliza el ejercicio, pretende hacer conscientes los factores negativos que podrían presentarse o aparecer en la localidad, y que se constituirían en obstáculos para el progreso de la localidad, además de repercutir desfavorablemente en la calidad de vida de las personas.

III.     Fotografia

  Esta técnica cualitativa tiene como finalidad rescatar aquellas imágenes que contengan un mayor número de significados, tanto por parte de los sujetos de estudio como del equipo investigador.  Para ello proporcionaremos una cámara fotográfica a las personas con el objetivo de que ellas mismas reproduzcan sus percepciones a través de este lenguaje que expresa una realidad concreta filtrada por la transubjetividad de los individuos que componen el colectivo.

            Para un estudio la fotografía puede ser una excelente fuente de datos para el análisis, ya que ésta, nos permite describir y recuperar el desarrollo de un experiencia práctica.  Las imágenes aportan comprensión sobre lo que es importante para las personas y sobre la manera como se percibe lo que nos rodea, los elementos y escenarios más próximos que nos proporcionan identidad individual y colectiva.

            Tradicionalmente existen dos razones por las que se ha empleado este medio o herramienta, primero porque las fotografías resultan “confiables”, recuerdan lo que ven y pueden registrarlo de manera continua.  En segundo lugar, permiten jugar con el tiempo expandiéndolo o comprimiéndolo, haciendo visibles pautas, ritmos y elementos que de otro modo se desplegarían con demasiada lentitud o rapidez para ser aprehendidas.

            Las fotografías, también son un medio que permite ilustrar descubrimientos.  Las imágenes pueden ocupar el lugar de las palabras, o por lo menos, algo que las palabras no pueden reflejar, “una imagen vale más que mil palabras”.  Para el observador, las imágenes le proporcionan la sensación de “estar allí”, viendo directamente el escenario y las personas. 

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