CRIMINALIDAD INFANTIL: LA VIOLENCIA Y EL DELITO EN LOS NIÑOS

archivo del portal de recursos para estudiantes
robertexto.com

PATRICIA HERVIAS

IMPRIMIR

 

Martes 24 de Marzo de 1998. Jonesboro (Arkansas), dos niños de 11 y 13 años ataviados con uniformes de camuflaje y provistos de fusiles con mira telescópica provocaron una falsa alarma de incendio en su escuela y, emboscados en unos árboles del exterior dispararon a granel contra los alumnos y profesores conforme iban saliendo. Mataron a 4 alumnas, a una profesora y otras 10 personas resultaron gravemente heridas. Estos dos niños salieron corriendo hacia la ciudad después de provocar la masacre. Al parecer no se encuentran indicios de que los chicos seleccionaran los objetivos.

Es el 3er suceso de este tipo en los Estados Unidos en los últimos 5 meses...

1 diciembre en Kentucky un chico de 14 años abrió fuego en los pasillos del su instituto matando a tres alumnos.

Dos meses antes, uno de 16 años mató a su madre en Pearl (Mississipi) y después a dos compañeros del instituto.

El viernes 26 marzo, un niño de 4 años fue sorprendido en la guardería llevando una pistola del calibre 9 mm a una guardería de Cleveland (Ohio). Según la directora de la guardería, la pistola le fue encontrada en el bolsillo del abrigo y lista para disparar.

26 Marzo, un chico de 14 disparó contra el director de su instituto, enfadado con él por haberle castigado en Daly City (California).

Según la Asociación Nacional del Rifle(NRA) de Estados Unidos, el problema no es la venta indiscriminada de armas, sino que estas armas están tan al alcance de los chicos como el mando a distancia, y esto tiene que ver más con "un problema social". Esta sociedad fue denunciada por un grupo contra la violencia por promover el gusto por las armas en los institutos.

Una ONG (Fondo para la defensa de los Niños) dice que los niños tienen 12 veces más posibilidades de morir por disparos en EEUU que en otros países industrializados, y el investigador de la universidad de Harvard, David Kennedy, opina que "existen comerciantes desaprensivos que les están vendiendo pistolas semiautomáticas por el precio de unas zapatillas deportivas".

El directivo de la Asociación Americana de Pediatras Howard Spivack dice que "vivimos en una cultura en la que a los niños, tanto en las ciudades como en el campo, se le enseña a resolver sus problemas y sus enfados a través de la violencia".

Los expertos en violencia infantil consideran que los adolescentes con problemas han invertido el sentido de su agresividad: decrece la tasa de suicidios entre niños y adolescentes, pero hay cada vez más actos violentos contra otras personas, vuelcan contra los demás la violencia que antes volcaban contra ellos.

El último estudio sobre violencia en los colegios cifra en 50 la media de muertes violentas entre estudiantes cada curso académico en Estados Unidos; de esas 50 muertes, 45 son por homicidio y 5 por suicidio, una proporción inversa a la de la mayoría de los países desarrollados.

 

QUE LES LLEVA A ESA AGRESIVIDAD

Los especialistas en estadística subrayan la importancia de los factores familiares, sociales y económicos de la delincuencia juvenil.

Se ha de tener gran cuidado a la hora de enseñar a los niños, ya que estos no pueden prever las consecuencias de sus actos.

No se podrá negar que la imagen cinematográfica, televisiva y de los cómics es para el niño especialmente sugestiva. Es en sí un estimulo poderoso, ya que está al alcance de todos estos niños. Se dice que el joven aprende ante la pantalla y los dibujos las técnicas del crimen, también que algunas imágenes excitan en él la agresividad o una sexualidad creciente.

Muchos de estos chicos se ven inmersos en un mundo cinematográfico y televisivo agresivo, lo cual llega a ser realmente pernicioso para ellos. Está lleno de imágenes agresivas y de sexualidad, de morbosidad malsana en las que dominan escenas de violencia, torturas, raptos y secuestros, con superhombres que todo lo consiguen, que triunfan ante cualquier obstáculo.

Esto hace que el joven se sienta identificado con ciertos personajes de la pantalla, aquellos que están al margen de la sociedad pero que son simpáticos por algún motivo

La mayor parte de los jóvenes delincuentes han sufrido una carencia afectiva producida sea por la muerte de ambos padres la de uno, por su separación o por su indiferencia y frialdad, sea por su egoísmo o incapacidad para amar.

Esencialmente, es el estudio de las perturbaciones del carácter lo que nos revelan las estrechas correlaciones entre algunas irregularidades psíquicas y la delincuencia.

El impulsivo, con su propensión excesiva a la acción, con sus cóleras explosivas y sus violencias, su sed de goce, se encuentra pronto en el camino del delito (robo, golpes intencionados, atentados contra las personas...)

Frecuentemente la impulsividad se colorea de inestabilidad y se manifiesta en fugas y vagancia.

Se caracteriza por una dispersión de la realidad, algunos sujetos se caracterizan por su exaltación emotivo-imaginativa. Escapan de la realidad, viven los personajes, se mueven en situaciones míticas, adhieren a sus mundos imaginativos y creen en sus fábulas. Es entonces cuando, transponiendo a la realidad este desorden interior, se hallan expuestos a convertirse en delincuentes, ladrones y asesinos, creyendo que viven en un mundo de ficción y que no les sucederá nada después de su delito, y confiando que el mundo en el que viven, será igual que el mundo que imaginan vivir.

La apatía de un joven delincuente o, por el contrario, su excitabilidad, su nerviosismo, su tendencia a la exaltación, su hiperemotividad, su atraso intelectual, la violencia de sus impulsos sexuales, está condicionada por el estado del sistema neurovegetativo, por el hiper o hipofuncionamiento de sus glándulas. La fragilidad nerviosa y neuroendocrina facilitan a su vez una acción psicoorgánica. Es así como vemos a jóvenes delincuentes, y aún más a mujeres jóvenes delincuentes, manifestando generalmente una propensión a la exaltación y al exhibicionismo moral.

Algunos de los factores que lo produce son:

- Cuánto más perturbada está la individualidad del sujeto bajo el efecto de causas biológicas o psicológicas, tanto más las condiciones desfavorables del medio son nocivas y acentúan las irregularidades psíquicas

- Cuánto más desfavorables son las circunstancias familiares, sociales y económicas, tanto más absorbe la delincuencia juvenil a sujetos que en condiciones normales del medio no se harían delincuentes.

- A la fragilidad de la individualidad del joven delincuente corresponde con bastante frecuencia la fragilidad del medio familiar.

- El que vive en un medio familiar o extrafamiliar desfavorable se fija a ese medio, y si se aleja de él, busca medios similares.

Frecuentemente el paso a la acción de estos niños determina un estado momentáneo, hasta a veces fugitivo, que se califica con facilidad como "caída de conciencia". El niño se vuelve impotente para retroceder en lo que está haciendo, ante la realidad.

Cuando este niño está efectuando la acción, no sabe prever las consecuencias perjudiciales que tendrán sus actos. Todo intento de resistencia por su parte son inmediatamente abolidos por ellos mismos.

Estos fenómenos son las caídas de consciencia, posiblemente, los que llevan a los niños a declarar después de sus acciones frases como: "Yo no pude haber hecho eso es otro el que actuó... Tenía que estar loco... Era más fuerte que yo"...

Estas son las típicas expresiones que un niño, (asesino, delincuente, etc.) hacen después de haber cometido su delito y son cogidos. Simples excusas que trata de darse el niño, después de haberse cometido el crimen.

Sabemos de la insinceridad de los delincuentes jóvenes, pero tratándose del niño, este es sincero en su esfuerzo por explicar su acción delictuosa, acción que en la realidad le sobrepasa en su totalidad y lo asombra incluso si otra vez vuelve a hacerlo.

Pero en la realidad, poniéndonos en el caso de los EEUU, por el momento único lugar donde ocurren estas cosas tan a menudo, si no se tiene gran cuidado con el comportamiento de los adultos frente a esos niños.

Desgraciadamente seguirán ocurriendo este tipo de cosas. Cosas que no sólo sobrepasan a estos infantes, sino también nos sobrepasan a nosotros mismos... y la pregunta está en el aire...

¿A quién interesa seguir alimentando la violencia entre los más jóvenes de la sociedad?

 

Para más información: La infancia delincuente de Jean Chazal. Editorial Paidos

Copyright ©1997-2000 Pili Abeijón

LIBRERÍA PAIDÓS

central del libro psicológico

REGALE

LIBROS DIGITALES

GRATIS

música
DVD
libros
revistas

EL KIOSKO DE ROBERTEXTO

compra y descarga tus libros desde aquí

VOLVER

SUBIR