INDUCTOR DE LA REVOLUCIÓN

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1966 Eric Hobsbawm: El ambiente del Barrio Latino althusseriano es en el que cada orgulloso estudiante de secundaria o universitario izquierdista es un maoista o al menos un castrista, en el que Sartre y Henri Lefebvre son antiguos monumentos y las autoflagelaciones de los intelectuales excomunistas de 1956 tan incomprensibles como el "oportunismo" de Waldeck Rochet y Roger Garaudy. Una nueva generación de rebeldes requiere una nueva versión de la ideología revolucionaria y M. Althusser es esencialmente un "duro" ideológico, que desafía la suavidad política e intelectual de su alrededor. (2-186)

 

1966 aprox. Bernard-Henri Lévy: Un recuerdo personal. La calle de Ulm. Louis Althusser. El maestro explica a sus discípulos el arte sagrado de la disertación. ¿Un bloqueo? ¿Un obstáculo? Id al diccionario, decía. Tomad una palabra. Luego otra. Seguidlas. Seguid sus pistas. Apretadlas tan juntas como podáis. Rompedlas. Separadlas. Uno se divide en dos. Dos se juntan en uno. En una palabra: escribid. Sobre todo no dejéis de escribir. Porque una vez más, es en el juego de palabras, en la continuidad de la escritura, donde se encuentra el secreto de la filosofía. Althusser-Ezequiel. Althusser y el diccionario inspirado. La filosofía es un trabajo. Es decir, una poesía. (70-8)

 

B.-H. Lévy:... ¿Nos decíamos entre nosotros: "Nuestro maestro está enfermo... Nuestro profesor está loco"? Esa "locura", que hoy lo define casi tanto como su relectura del marxismo, ¿cómo era vista por la mirada del discípulo que yo era? Pues bien, por extraño que parezca, creo que no me daba cuenta. Lo encontraba extraño, a veces... Un poco cómico... Tenía sus fases de exaltación... sus entusiasmos maníacos... Sus ausencias... Esas largas semanas, a veces meses, en que ya se podía picar en vano en la puerta forrada... Había también extrañas escenas, como esa famosa noche, más larga, en Midi, en la época en que yo ya había comprendido que le podía confesar sin riesgo mis lugares de veraneo... El aire es suave... La noche se acaba ... Las chicas son bonitas... Él es sensible a todo ello... Encuentra divertido que Jean-Paul Dollé cante a voz en grito: "Althusser-à-quoi, Althusser-les-fesses"... De pronto, como para ponerse a tono, empieza a "hacerse el Kruschev" golpeando la mesa con su zapato... Y he aquí que la joven que lo acompaña parece trastornada por este espectáculo y, sin explicación, estalla en sollozos. (72-410)

 

1/2-1966 Este año fue para los ulmianos un período de organización febril. La evicción de la izquierda debía poner fin al juego de báscula que fundaba su público. Sabían pertinentemente que habrían de subir a la próxima carreta de condenados. De momento, se esforzaban en ganar tiempo y conservar el statu quo: así como se habían negado a reconocer la disolución del círculo de Lyon, denunciaron el carácter ilegal de la disolución del sector de Letras parisino y decidieron trabajar con el "sector disuelto" dentro del marco del Colectivo Parisiense, como anteriormente. Ese Colectivo Parisiense "disidente" agrupaba a 6 de los 7 sectores de la UEC. Ya no reconocía la autoridad del Buró Nacional y pretendía plantear el problema de la represión burocrática ante el IXº Congreso de la UEC en abril de 1966. Cualquiera que fuera su importancia, cada sector no contaba más que con un voto. La tendencia de Ulm fue, pues, hegemónica, ya que tenía 3 sectores parisinos (Escuelas Normales Superiores, Preparatorias y Derecho), contra 2 de la izquierda (sector de Letras y Bellas Artes). Para los ulmianos, la "batalla por la reintegración" debía tener dos funciones: por una parte, permitir la construcción de su propia fracción y por la otra, lograr el aniquilamiento de la izquierda, que pensaban asfixiar por parálisis.(...)

 

Como la fracción izquierdista no tenía ninguna tendencia suicida y veía la batalla por la reintegración de un modo muy distinto (a los ulmianos), la alianza en el seno del Colectivo Parisiense fue breve. Y en febrero de 1966, los caminos se separaban definitivamente. (7-52)

 

1-1966 La iniciativa althusseriana había provocado ya una respuesta extremadamente hostil de sus oponentes en una asamblea de filósofos comunistas celebrada en esta fecha en Choisy-le-Roi. Las actas, nunca publicadas, fueron levantadas en presencia del Politburó y el Comité Central y quedaron marcadas por un violento ataque del antihumanismo teórico por parte de Garaudy, apoyado por Mury y con el contrachoque de Macherey (el único acusado directo asistente). Los debates en Choisy fueron al decir de Robert Geerlandt, apasionados. (2-191)

 

2-1966 Publica "Théorie, Pratique Théorique et Formation Théorique. Idéologie et Lutte Idéologique" en la revista "Casa de las Américas" nº34 de La Habana, traducción al español de un trabajo mimeografiado y fechado en Abril de 1965. (2-344)

 

11/13-3-1966 Se reúne el Comité Central del PCF en Argenteuil para cuestiones ideológicas y culturales. La resolución votada condena inequívocamente las tesis de Louis Althusser y toma por su cuenta la miserable papilla ideológica del garaudismo. Ese veredicto escandalizó a los ulmianos. Lo consideraron la ruptura definitiva del PCF con el marxismo-leninismo. Además señalaba el evidente fracaso de la táctica althusseriana de renovación del Partido. En realidad, el CC de Argenteuil tenía un valor histórico para los ulmianos, porque era el hito de una verdadera mutación en la naturaleza del PCF: de partido oportunista de la clase obrera se había convertido en "un partido 100% revisionista" que había que destruir y ya no enderezar. (2-54)

 

Argenteuil, como producto y repuesta al fermento teórico e ideológico de las filas del PCF, presagiaba la condena de la autonomía de la teoría. Sucesivos escritores habían pretendido que en Argenteuil Althusser fuera llamado al orden y que como resultado de las críticas dirigidas allí contra él, llegara al compromiso con el Partido de retractarse de su reivindicación de autonomía y reconocer la autoridad política del PCF a cambio de ser permitido continuar en sus investigaciones.

 

El leitmotif de las contribuciones al debate del Comité Central era la inadmisibilidad de la teoría de la práctica teórica. Aunque los críticos de Althusser se mostraran afectados por su hiper-leninismo y dogmatismo, la verdadera razón de su antagonismo era la incautación de la prerrogativa de líder por un filósofo: hacer de árbitro de las posiciones teóricas. Nadie se indignó mas que Garaudy, quien rotundamente denunció a Althusser en nombre de "el auténtico humanismo de nuestro tiempo" (el marxismo), aquel que corresponde al "mas bello sueño del hombre". Sève, que ocupaba el (semioficial) campo intermedio entre el antihumanismo teórico de Althusser y el garaudismo, criticó la postura del primero sobre la relación Marx/Hegel, se quejó de su valoración de la filosofía francesa no marxista a costa de la tradición marxista francesa y se refirió intencionadamente a la "crítica fraternal del Partido". Michel Simon expresó sus temores sobre los efectos "doctrinarios" y la "lectura inculta" que "Para leer El Capital" pudiera inducir, lamentando la ausencia de cualquier referencia a la literatura del Partido (p.ej. Thorez) en los textos althusserianos y la consecuencia de que, salvo Mao, nada que mereciera la pena había sido producido por el movimiento obrero internacional desde Lenin. La amplia resolución adoptada por el CC declaraba que "hay un humanismo marxista", "el humanismo de nuestro tiempo"; ensayaba la aplicación de la teoría del capital monopolista del Estado a la formación social francesa; y afirmaba la afiliación del PCF a la ortodoxia pro-Moscú del movimiento comunista internacional. Al mismo tiempo fue reconocida la libertad de los intelectuales a continuar sus investigaciones. En su resumen -El marxismo y los caminos del futuro- Waldeck Rochet repudió firmemente el anti-humanismo del PC Chino y alertó a los comunistas franceses acerca de un deslizamiento cómplice hacia él, anunciando que el "comunismo sin humanismo no sería comunismo".

 

Las únicas referencias de Althusser en sus escritos a las deliberaciones de Argenteuil son positivas. (En "La Filosofía: arma de la Revolución", entrevista con M.A. Macciocchi y en "Respuesta a John Lewis"). (2-191)

 

16-3-1966 Durante las deliberaciones de Argenteuil, Althusser mantuvo silencio públicamente. En contraste, la respuesta del Círculo de Ulm fue inmediata y dramática. En una reunión tenida tres días después de la del Comité Central, el 16 de Marzo, se adoptó un texto titulado "Le Marxisme n'est pas un humanisme" en el que argumentaba que al "liquidar" la teoría marxista, el CC había perdido la lealtad de los militantes, concluyendo: "contra la resolución del CC, defensa de la teoría marxista-leninista". (2-192)

 

Al día siguiente de la publicación por l'Humanité de la Resolución final (15 de Marzo de 1966), los militantes del Círculo de Ulm eran llamados a una reunión de la dirección del sector cuyo objeto era la preparación del Congreso de la UEC. La convocatoria hecha daba detalles de la Resolución: "En la línea del Sector (bajo los principios de organización marxistas-leninistas), la teoría m.-l. ocupa un lugar principal. La resolución del CC declarando que hay un humanismo marxista la pone en causa".

 

En la reunión de la dirección del sector fue adoptado por 29 votos contra uno y dos abstenciones un texto atacando la resolución, texto que llevaba por título: "El marxismo no es un humanismo". Terminaba así: "El CC con su resolución ha quebrado la base de granito del Partido: la teoría. El CC, responsable único de la estrategia y de la táctica de los comunistas, se ha atribuido un derecho que no tiene: liquidar la teoría marxista-leninista. No es suya la disciplina de acción cuando el Partido renuncia a los principios de la teoría. La sola disciplina en esta coyuntura, no puede ser mas que una rigurosa disciplina de opinión. La frase a la orden en esta hora es: contra la resolución del CC, defensa de la teoría marxista-leninista". (6-148)

 

4-1966 Se distribuye por la UEC el panfleto impecablemente althusseriano titulado "¿Hay que revisar la teoría marxista-leninista?" (2-193), plaqueta demoledora que maltrataba bastante a los ideólogos del Partido. (7-54) (Texto íntegro y en francés del anterior panfleto en 6-149)

 

10-4-1966 El IXº Congreso de la UEC se inaugura en Nanterre. Los delegados habían sido cuidadosamente seleccionados. Aquel congreso iba a ratificar la disolución de los sectores mas militantes de la Unión y a adoptar cláusulas estatutarias que darían plenos poderes disciplinarios a la dirección. Una veintena de delegados de las ciudades provincianas, miembros de la fracción de izquierda, lograron atravesar las barreras de las delegaciones. Esos militantes denunciaron por última vez dentro del marco de la organización del PC el curso político ultraderechista de la dirección del Partido (...). Hecho eso, los delegados abandonaron la sala y fueron a unirse a la primera Conferencia Nacional de la JCR que sesionaba simultáneamente en París (...)

 

Con ocasión del IXº Congreso realizaron su acto de ruptura los ulmianos. Pero el caballo de batalla (¿es o no es humanismo el marxismo?, etc.) expresado en el panfleto "¿Hay que revisar la teoría marxista-leninista?" no hizo mucha mella en la filial confianza que tenían los delegados provincianos en la dirección del Partido. (7-53)

 

4-1966 Publica "Matérialisme Historique et Matérialisme Dialectique" en los Cahiers Marxistes-Léninistes,11. (2-345)

 

4-1966 Publica "Réponse à André Daspre" en "Deux Lettres sur la connaissance de l'Art" en La Nouvelle Critique 175. (2-345)

 

5-1966 Maria Antonietta Macciocchi parte a la conquista de Althusser: amistad a primera vista. (50-176)

 

(De la conversación telefónica de encuentro:) Althusser: No concedo entrevistas, no hablo con periodistas (...) no soy para conocer (...) He estado enfermo (...) No concedo entrevistas ni hago declaraciones. ¿Se interesa usted por azar por Régis Debray? No tengo nada que decir.

 

Macciocchi: El profesor Althusser precisa de un rápido esbozo. Que tenga cincuenta años importa poco, como el resto de sus particularidades somáticas. Lo que importa es su mundo interior. Tanto deseoso de celebridad como ansioso de no tener ninguna. Está en perenne contradicción consigo mismo en torno a estos dos polos inconciliables: lo trastorna hasta la neurosis la idea de convertirse en un personaje oficial, y sin embargo se sume en crisis depresivas cuando la cultura filosófica y política le niega un papel de primer plano, como intérprete de Marx. Aterrorizado por la batalla política, que le da no poco miedo, al mismo tiempo está obsesionado por la primacía que tiene que darle a la política en su vida filosófica. Incierto, pues, entre el limbo filosófico y la "guerra política filosófica"; entre su retirada definitiva a Marx, y la lucha abierta para desalojar al filósofo socialdemócrata Garaudy del sillón oficial que ocupa en la Dirección del PCF, para arrojarlo al infierno de Kautsky (...)

 

Alt.: Está bien, venga a mi despacho en la École Normale. A las 18. Entre en el jardín, coja a la derecha, hay una escalerilla y una puerta, doble a la derecha otra vez, llame al timbre un buen rato.

 

Mac.:(...) El celebérrimo Althusser abrió la puerta en persona, con jersey y camisa, sin corbata. Hizo sentar a su invitada en una butaca, exactamente enfrente del escritorio, desbordante de libros y dossiers, entre cajetillas de "Gitanes" y ceniceros sucios. Se notó en seguida que el hombre quería ser fiel a su imagen, difundida por los mass-media, de intelectual proletarizado o de proletario del intelecto (...) después de haber leído su prefacio a Pour Marx he empezado a interrogarme sobre el sentido de la vida de todos nosotros (...) No lo he entendido todo, mejor dicho, casi nada, pero acaso París sea ahora, sobre todo, una ciudad donde vive y trabaja un hombre como Althusser, como usted. Althusser no replicó. Se puso amable, ofreció un Gitane a su visitante , quien empezó a fumar con ansia. Pero el tabaco era fuerte, tosió y la cabeza le daba vueltas. Las sombras caían sobre el despacho y por las ventanas se distinguían apenas las hojas de los árboles, detrás de polvorientas cortinas. El gran astro estaba allí, reflexionando aún sobre lo que haría, como embalsamado detrás del escritorio. La alta frente blanca parecía la única cosa luminosa. Después rompió el silencio y dijo bruscamente:

 

Alt.: ¿Qué me dice de salir a cenar? -más exactamente utilizó la expresión popular "casser la croûte"-. Seguiremos hablando (...) Espere un momento, quiero presentarle a Hélène.

 

Mac.: (...tras pormenorizada descripción de Hélène) Después de cenar, fuimos al piso que Althusser ocupaba en la escuela, detrás de su despacho. En el cuarto de estar, Hélène sacó bebidas de un viejo mueblecito apolillado, licores de hierbas aromáticas, de colores (...) miré a mi alrededor y advertí que también la sala era tan austera como el despacho, y encima pobre. El despacho era la habitación más bonita, con la librería que formaba como una pared a sus espaldas, como un escudo, con el viejo escritorio, una única silla con respaldo de madera crujiente y, a la izquierda, un sillón antiguo de piel con la crin asomando por los brazos. En la pared, sujeto con chinchetas, había un cartel de Klee. A la izquierda del escritorio se abría la ventana, con un geranio canijo en el alféizar, una flor que jamás conseguiría brotar en aquel patio de piedra de la escuela "fábrica de cerebros".

 

A partir de entonces cogí la costumbre de ir a visitarlo. Me hablaba de todo. Una tarde se rió, mirándome curioso: "Ya, ustedes, en Italia, conocen sobre todo a Sartre, ¿verdad? Después de Rousseau, por lo demás, Sartre es el intelectual más honesto que Francia haya tenido. Pero no es un filósofo. Él mismo no se toma por un filósofo. Siento mucha admiración por él. Es un gran periodista, al igual que Lenin era un gran periodista (...) Yo he escapado a la mundanidad. También él lo ha conseguido. Un hombre profundamente honesto, que moral y políticamente nunca ha accedido a compromisos. Es lo que Marx decía de Rousseau. Su vida es modesta, sencilla, desprecia el dinero, no le da importancia".

 

(...) Gracias a Althusser me sentía segura y bien dispuesta hacia la vida. En su despacho, inmerso en una eterna penumbra incluso cuando había sol, donde se ensanchaban las manchas de humedad sobre la pared, Althusser hacía de mí un "cerebro filosófico", educándome pacientemente en su vívido pensamiento.

 

(...) necesité cierto tiempo para darme cuenta de que Hélène era su mujer desde hacía muchos años. Pero que no vivían juntos. Trabajaba en el CNRS, como socióloga, y vivía en un apartamento donde había una habitación para Louis, en la Tour Montparnasse. Lo comprendí una vez que él la acompañó primero a ella y después a mí, en su coche cubierto de una gruesa capa de polvo.

 

(...) A veces me hablaba de la École, para desmitificarla: "La Normale forma parte de los mitos de Francia. De ella han salido grandes hombres como Charles Péguy, Sartre, Nizan, aunque sea sobre todo un centro de rebelión individual. Y además, el ochenta por ciento de los normalianos se convierten en profesores de instituto y llevan vidas tristes y mediocres". (50-312)

 

Macciocchi: Althusser era el hombre de modales más gentiles y amables que yo haya conocido nunca... Tenía una alta frente pálida que se escurría hacia los cabellos castaños, los ojos celestes y como atónitos; las largas manos episcopales, siempre agarradas a los bordes de la cátedra cuando hablaba, o del escritorio, cuando recibía a sus amigos, como una tabla de salvación; en el estudio estaba protegido por el escudo de los libros, todos alrededor, sin solución de continuidad. A su izquierda se abría la ventana con el geranio aterido, que no lograba crecer en aquel patio de piedra de la escuela de la Rue d'Ulm. Cuando salía (y lo hacía con cualquier tiempo) se encasquetaba una gorrita y se ponía un impermeable lleno de manchas. Odiaba los salones, los círculos intelectuales, los snobismos parisinos. Rechazaba aparecer en televisión, hacerse fotografías; en una palabra, ser tratado como un hombre célebre.

 

Lo conocí en 1963 [1966, según todos los cálculos], en el apartamento de servicio de la gran escuela de filosofía, un lugar mítico y cerrado, donde Althusser llevaba una vida de benedictino, rodeado casi siempre sólo de hombres, sus estudiantes y sus escasos amigos. Una tarde, después de nuestra primera y larga conversación, la puerta del estudio se entreabrió y una mujer delgadísima, pequeña, asomó la cabeza gris, tímidamente, como pidiendo permiso. "Es Hélène", dijo Althusser. Pensé que era una celadora de la escuela, ya fuese por lo avanzado de la hora, ya por la discreción con la que ella se había asomado. Sólo después, al haber ido juntos los tres a cenar, comprendí que Hélène era desde hacía muchos años su mujer. Entre nosotros nació una amistad tumultuosa, pasional y discorde, que se ha mantenido a través de todas las tempestades, sin que nos hayamos perdido de vista ni un solo momento. Incluso cuando he batallado con Althusser por sus incoherencias políticas frente al PCF, sabía que el hilo de complicidad que se había anudado entre nosotros en aquél lejano año 1963 [1966?], seguía intacto.

 

Althusser no respondía a mis provocaciones. Sólo mediante Jacques Derrida supe que estaba deprimido o enfadado por aquello que yo escribía; o también que rechazaba testarudamente comentarlo. Acercándome a su casa, al inicio, encontraba a menudo a Hélène (que vivía en su apartamento de la Torre Montparnasse). Con el tiempo me di cuenta de que el desarrollo intelectual y político de Althusser estaba estrechamente trenzado con la existencia de la mujer a la que el otro día estranguló (...)

 

De vez en cuando, la encontraba vestida con una bata de lana gris y un gorro calado hasta las orejas, en el mercado de la Rue de Buri, donde escogía las primicias para su Louis. "He comprado el mejor jamón de Parma que se pueda encontrar en París, ese que le gusta a Louis"(...)

 

Intentábamos no contradecir a Hélène en las conversaciones que manteníamos en el polvoriento saloncito: sillas rígidas, un sofá que parecía de piedra, los licores de hierbas medicinales que ella servía, parsimoniosa. Una casa donde ningún objeto cambiaba nunca de lugar, y donde el póster de Modigliani, con un cuerpo de mujer descarnado, se despegaba por los bordes y otras flores languidecían en el alféizar de la ventana, sofocadas, entre las piedras del patio y la alta cancela de hierro que delimitaba aquella fábrica de cerebros filosóficos que era la Escuela Normal. (71-8)

 

6-1966 "A Waldeck Rochet, que admiraba a Spinoza y me habló de ello extensamente un día de junio de 1966". Dedicatoria de los Elementos de Autocrítica. (55-7)

 

14/16-7-1966 Clandestinamente se celebra en Andresy la Conferencia nacional de células marxistas-leninistas de la UEC. Una reunión previa de algunos delegados había tenido lugar en Abril de 1966. Desde entonces se sabía vagamente que existía una "organización" en el seno de la UEC. Los revisionistas no la tomaron muy en serio persuadidos de que permanecía en la órbita de Althusser.

 

En Andresy mientras tanto se reúnen unos sesenta militantes, de los cuales algunos vienen de provincias. Se leería un texto de Althusser que finalmente no asiste. El momento importante es la presentación de un informe político por un dirigente de la célula de Ulm. La cuestión es abiertamente planteada sobre si procede o no procede la adhesión a la Federación de Círculos marxistas-leninistas (después de Junio, MCF). Pero la respuesta estaba contenida en la pregunta. Los estudiantes de la UEC hacían tres reproches al MCF: 1º Desplegaba un anti-intelectualismo sumario. 2º Profesaba un estalinismo extremo. 3º Y que una organización cuyos miembros han salido en su mayoría del PCF, luego marcados por él, habrá de estar estigmatizada por el revisionismo.

 

El objetivo a largo plazo es pues la necesidad de llegar a ser un Partido. En lo inmediato es necesario continuar la lucha interna. Como en el pasado, el acento va a ser puesto en la formación teórica. (6-196)

 

El dato de que en esta Conferencia se leyera una carta de Althusser fue negado por Robert Linhart en una entrevista dada en París en 4-1986.(2-193)

 

8-1966 Publica "Cremonini, Peintre de l'Abstraction" en Démocratie Nouvelle 8. (2-345)

 

8-1966 Carta a Marta Harnecker sobre el ateísmo. (56-20, incl. parte)

 

10-1966 A la apertura de curso de la universidad, el principio de la lucha interna domina en todo momento, como testimonian algunos periódicos de células (Drapeau Rouge, célula Eugène Varlin por ejemplo). La justificación de esta posición será la necesidad de ganar un cierto número de círculos de provincias. Parece por tanto que la decisión de llevar la lucha a cara descubierta -que va a ocupar hasta final de año-, se debe a toda una serie de factores exteriores. Uno de ellos es el llamamiento ("l'Appel") lanzado por un grupo de estudiantes de la UEC que invita a los militantes (m.-l.) a unirse al MCF. La precaución dada por el MCF a este "Appel", la publicidad que le será dada en l'Humanité nouvelle, nº26 (3-11-66) será por otra parte uno de los puntos de desacuerdo entre la UJCml y el MCF. El Círculo de Ulm es en efecto vivamente criticado en este "Appel".

 

Si se examinan las publicaciones del Círculo de Ulm -los Cahiers Marxistes-Léninistes- cuyo primer número fue publicado en febrero de 1965 (extractos fueron reproducidos mas tarde en La Nouvelle Critique nº163), se distinguen diversos períodos, alguno de los cuales mantiene solo una relación remota con el marxismo-leninismo. Es la gran época de la "dictadura" de Louis Althusser y de las diversas tendencias que indudablemente coexistieron hasta el fin del verano de 1967. Están los "intelectualistas" puros para los que el estudio de la teoría marxista-leninista es por esencia independiente de toda práctica; hay un grupo para el que Cuba, después el "Che", son los modelos (Régis Debray escribirá en el nº 5 de los C.M.L.). Están aquellos que, poco a poco, después del fracaso de su tentativa de apartar a Althusser del PCF, después de haber tenido relaciones con Jean Baby, constituyeron el núcleo m.-l. de la UJCml. (6-196)

 

11/12-1966 El cambio de rumbo político e ideológico de los círculos m.-l. de la UEC aparece con el nº14 de los C.M.L. consagrado a la Gran Revolución Cultural Proletaria, toda vez que las críticas mas serias surgieron de ciertos textos que contiene, lo que no tiene nada de asombroso cuando se sabía que algunos de estos textos habían sido revisados por el mismo Althusser. Mas determinante fue la preparación de este C.M.L. que daba lugar a discusiones y a un trabajo de formación que tenía por eje la Gran Revolución Cultural Proletaria. (6-197)

 

3-11-1966 El MCF ataca a Althusser en un artículo no firmado aparecido en l'Humanité nouvelle. El principal reproche hecho a Althusser es el de que él, "pretende fiarse exclusivamente de un conocimiento absoluto, una teoría pura que verifique tan sólo una práctica teórica, es decir una actividad únicamente intelectual. Las consecuencias de este error fundamental son graves: Althusser se ve llevado a separar lo teórico de la vida política real, a aislarse del contacto con las masas, a rehuir la posibilidad de dar a sus hipótesis la única confirmación posible, la de la experimentación social. Es porqué Althusser, rechazando numerosos errores oportunistas de la dirección del PCF, cree poder limitar el debate al sólo plano filosófico y se abstiene de romper con una política, un partido en el que no ve que el revisionismo de principios y el revisionismo práctico constituyen una sola y misma realidad". (6-198)

 

30-11-1966 Es en ese contexto que el PCF interviene decidiendo la disolución del Círculo de Ulm. En una moción del 30 de Noviembre de 1966 el Círculo UEC de Saint-Cloud no parece aún presagiar la salida de la UEC ya que exige la reunión de un Congreso extraordinario de la UEC "suficiente para dictaminar sobre un punto: quiénes son los escisionistas". Esta moción anuncia la creación de un Colectivo de secretarios de sectores de París. (6-198)

 

6-12-1966 Es ese Colectivo (de la "U.E.C.F") el que convocará, con los círculos de la J.C. un mitin en la Sala de los Horticultores el 6 de diciembre, mitin en el que uno de los temas es la defensa de la Revolución Proletaria China y de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Con motivo de reuniones y conferencias, en los primeros días tuvieron lugar enfrentamientos físicos entre los m.-l. y los elementos revisionistas de la UEC y del PCF. El punto de ruptura llega. Lo había precipitado además la publicación de Garde Rouge (nº 1 de noviembre) que se presentó como el órgano de las Juventudes comunistas marxistas-leninistas de Nancy y que toma posición abierta contra el revisionismo del PCF. (6-198)

 

10/11-12-1966 En estas fechas se celebró "la primera sesión del primer congreso de la UJCml". La escisión de la UJCml arrastró lo que quedaba de los militantes de la organización estudiantil, o sea un núcleo de 200 a 300 militantes, concentrados en la región parisina. Con unas cuantas excepciones (Nancy, Lyon) la tendencia de Ulm no había tenido tiempo de implantarse en provincias. Pero pronto la UJCml iba a tener un importante flujo de adhesiones. (7-54)

 

16-12-1966 Un centenar de militantes de la UEC se reúnen y deciden la creación de la U.J.C.(m.-l.). La ilusión de la adhesión de Althusser aún se mantiene: tiene un doble beneficio. El más importante el de arrastrar a un cierto número de vacilantes hacia la ruptura. Y en segundo lugar, pero no menos importante, disuadir a aquellos que hubieran preferido unirse a una organización ya existente, una organización donde se encontraran los obreros, los trabajadores. En efecto, el MCF había sido llevado a atacar poco antes a Althusser en el artículo no firmado de l'Humanité nouvelle del 3-11-1966.

 

Al término de su Congreso constitutivo la nueva U.J.C.(m.-l.) hará público una Resolución política en la que se recogen las conclusiones (segundo texto). El tercer texto es el acta de nacimiento de una célula de provincias de la Unión, la de Lyon. En cuanto al primero, publicado en Garde Rouge, es el anuncio oficial de la creación de la U.J.C.(m.-l.). (6-198)

 

A la fundación en Diciembre, la UJCml contaba entre otros con Robert Linhart, Jacques Rancière, Pierre Victor y Dominique Lecourt. Balibar y otros, por contraste, siguieron a Althusser persistiendo en el PCF. (2-193)

 

En un espacio de 6 meses, la UEC había dado vida a dos organizaciones nuevas, la JCR y la UJCml (...) La UEC perdió toda su sangre militante y no pudo sobrevivir a tal gestación. Rápidamente se convirtió en un grupúsculo más y probablemente uno de los más débiles. Fueron sus hijos ilegítimos la JCR y la UJCml, los que heredaron sus funciones. En adelante serían ellos quienes iban a desempeñar el papel de los comunistas en el medio estudiantil. (7-55)

 

11/12-1966 La base de la ruptura que en el otoño de 1966 dio nacimiento a la UJCml no era ya la lucha contra el humanismo sino la Revolución cultural. Y la creación de la UJ en modo alguno era el desarrollo lógico de la empresa althusseriana. Ella Había supuesto en los hechos una doble separación del núcleo de los "políticos" del círculo de Ulm; con el grupo de Cahiers pour l'analyse, preocupado al principio por desarrollar la problemática teórica del "sujeto", y después con el grupo de los althusserianos de estricta obediencia, preocupado por quedarse en el Partido; separación a la cual había correspondido una fusión con elementos de la izquierda estudiantil venida de otros horizontes. (8-94)

 

11/12-1966 Publica "Sur la Révolution Culturelle" en los Cahiers Marxistes-Léninistes,14. (2-345)

 

Desde el número 14 en adelante (11/12 1966), los C.M.L. se convirtieron en el órgano teórico y político de la UJCml. El primero de tres números estaba dedicado a la Gran Revolución Cultural Proletaria; entre los artículos sin firma que contenía, uno se titulaba "Sur la Révolution Culturelle", elegido por Claude Prévost del PCF como un terrible aviso de los extremos a los que el marxismo de Althusser en manos jóvenes podía conducir. El artículo al final era del propio Althusser, según mas tarde señaló Rancière y confirmó Etienne Balibar en entrevista de Junio de 1985. (2-193)

 

Macciocchi: Era, aquella [la de Althusser], la obra filosófica que desde 1964 había nutrido en el mundo a las nuevas generaciones: antiestalinistas, revolucionarias, contestatarias, maoístas; la generación del 68, que imprimió, en los subterráneos de la escuela, bajo el apartamento de Althusser, una revista rojo fuego con los textos de Mao sobre la dialéctica. (71-9)

 

29-12-1966 A diferencia de Lévi-Strauss, quien afirma en 1983 no haber leído Pour Marx ni Lire le Capital, en una ocasión por lo menos Lacan devolvió el interés mostrado por Althusser hacia su obra. En Figaro Littéraire del 29 de Diciembre de 1966, Lacan declara su convicción de que la división althusseriana del pensamiento de Marx podía ser tomado como definitivo. (2-65)

 

1967 aprox. (Bernard-Henri Lévy) Benny Lévy (o Pierre Victor) no se acuerda seguramente del siguiente episodio, del que yo he conservado, con razón, un recuerdo muy preciso. Acabo de entrar en el "hypokhâgne" [Khâgne: curso de preparación para el ingreso en la Escuela Normal Superior. Hypokhâgne: curso precedente al khâgne]. Mi padre, un poco espantado por las mediocres notas de mis primeras disertaciones en francés, me envía, para consulta, a su amigo Jean-Pierre Vernant. Vernant, después de un rápido examen, me remite a su vez a un tal Louis Althusser. El cual me recibe en su famoso despacho, en la planta baja de la Escuela Normal, y muy profesional, muy en el papel de gran galeno que, seguro de su diagnóstico, te pone en manos de su interno más brillante, hace descender inmediatamente a un normaliano de rostro afilado que, al instante, comprendo que ve en mí al prototipo de hijo de familia con problemas de curso que, en la jerga de la escuela -lo sabré muy pronto-, llaman "tapir enjundioso". Me acuerdo de una sesión. Tal vez dos. me acuerdo de una presencia distraída, ausente, con algo de falso en la manera de hablarme, en el tono de explicación del texto (un poema de Ronsard, me parece; a menos que no sea Agrippa d'Aubigné) que ya el "gran jefe" de los maoístas parisinos se sintió impelido a improvisar y que me hacía pensar en una película mal doblada. (72-340)

 

B.-H. Lévy: Althusser. Las clases de Althusser. ¿Quién, en mi generación, puede jactarse de haber seguido una clase de Althusser? La generación anterior, vale. Los Balibar. Los Rancière. Todos esos althusserianos de la primera hornada que "cayeron" en un años en que él se sentía mejor y, milagrosamente, dio un curso. Bueno, un curso... Si es que se puede llamar a eso un curso. Una sesión... Dos acaso... Un seminario colectivo al que reservaba una hora... Dos... Y luego nada... El silencio... la extraña postración en que mi generación se lo encontró... Althusser era un maestro que no enseñaba. Un profesor que no daba clases. Contrariamente a lo que suele pasar -un discurso, ninguna pregunta-, la pregunta estaba ahí, pero era el discurso lo que faltaba. Los althusserianos nos contábamos por millares. Esperábamos. Acechábamos. Especulábamos hasta el infinito sobre las posiciones que adoptaría o no. Una sola palabra nos ocupaba. Un fragmento hacía nuestra felicidad. Cuando, por ventura, uno de nosotros encontraba en una vieja revista un artículo suyo desconocido, eso era motivo de fiesta en el Landernau. Fotocopias a ultranza. Se pasaba de mano en mano como un samisdat. Se lo veneraba como una reliquia. Pero por lo que toca a los cursos, a los verdaderos cursos, por lo que toca a las lecciones que anunciaba, en principio, al comienzo de cada año -después de todo, ¿no era él nuestro "caimán" de filosofía?-, el año pasaba, cada vez, sin que el curso hubiera comenzado. Pasé cuatro años en la Escuela Normal. Nunca oí hablar a mi profesor (...) "Esta teoría sobre esto o aquello, de la que, por el momento, no disponemos más que de las piedras angulares..." ¡Ah, esas famosas "piedras angulares" del althusserismo triunfante! ¡Esos eternos "cimientos", incansablemente reforzados, de los que no veíamos surgir nunca edificio alguno! Tenía un aire tan seguro de sí mismo, al decirnos eso... Parecía saber lo que decía... Adónde iba... Estamos en los prolegómenos -pensábamos-, ya llegará el sistema... Louis Althusser ha muerto. Nos hemos quedado en los prolegómenos. (72-407)

 

1-3-1967 Escribe una carta a Régis Debray a propósito de "¿Revolución en la revolución?", que luego se publica como anexo en "La crítica de las armas". (2-261)

 

1/8-1967 Constituida en Diciembre de 1966, la UJCml tuvo cierta boga en los medios estudiantiles. Era la época en que la Gran Revolución Cultural Proletaria entusiasmaba a los intelectuales culpabilizados. Al núcleo inicial de la UEC se fueron añadiendo otras adhesiones procedentes de horizontes diversos: militantes disgustados por la tendencia Hermier-Cathala, huérfanos que se apresuraban a sustituir al padre (Waldeck Rochet) que acababan de perder por otro padre (Mao); jóvenes intelectuales althusserianos atraídos por la reputación de los ulmianos en materia de teoría; ex minoritarios de la UNEF que buscaban el antídoto de lo que fuera su práctica sindical: masa de diletantes seducidos por la Revolución Cultural y fascinados por 700 millones de chinos...

 

La UJCml desplegó considerable actividad. Su evolución se subdivide claramente en dos períodos. De diciembre de 1966 a julio y agosto de 1967, la UJCml sigue el derrotero intelectualista de la tendencia ulmiana; en el verano de 1967 la agita una grave crisis interna, al término de la cual sufre una profunda mutación y toma frenéticamente el camino del populismo.

 

La crisis del verano de 1967 constituye para la UJCml un verdadero "corte epistemológico". Cuando acabó la crisis, la UJCml no solamente había cambiado de orientación política, sino también de práctica militante y de modo de organización. Verdaderamente había cambiado de "problemática". Renunciando a Althusser y Lenin, "impone en el puesto de mando la autoridad absoluta del pensamiento maoísta".

 

"La actividad teórica de los marxistas-leninistas representa un antecedente absoluto para una justa dirección de la actividad práctica". Este precepto, sacado de un artículo de fondo de Garde Rouge nº3 constituye el fundamento de la orientación política de la UJCml de diciembre de 1966 al verano de 1967.

 

La UJCml no ha analizado la formación social francesa. No ha estudiado la situación concreta de las masas laboriosas. Ni siquiera tiene en su masa el dominio de los conceptos que permitirían tal análisis. Su intervención política en cualquier nivel no tendría pues, fundamento científico y sería necesariamente empírica, pragmática y errónea. Reflejaría las presiones pequeñoburguesas que obran en esa organización. Ahora bien, una línea de acción errónea no dejaría de engendrar deformaciones ideológicas correspondientes a sus errores; repercutirían así en el nivel teórico y crearían nuevos obstáculos a la elaboración de una línea justa.

 

Por lo tanto, la UJCml se abstiene temporalmente de intervenir en lo político (salvo en las luchas de apoyo al pueblo vietnamita, porque en ese punto preciso, la cuestión se plantea de modo diferente: China popular ha definido una posición clara y neta, universalmente aplicable). En lo que toca a las luchas de clase en Francia, es el momento de darse doblemente al estudio de los clásicos del marxismo, empezando por Marx y Lenin, para empaparse de sus métodos y asimilarse sus conceptos; y la escuela de formación experimentada en tiempos de la UEC, transformada y mejorada, llenará en adelante esta función.

 

Y estudio también de la formación social francesa, por medio de la compilación de estadísticas, la lectura de los especialistas burgueses y las "encuestas" entre las masas populares. Al final de este vasto movimiento de estudio y de encuestas, los marxistas-leninistas tendrán en mano los datos necesarios para la elaboración de un programa comunista. Entonces podrán formar un partido y pasar a la acción con consignas y objetivos de lucha científicamente determinados. Mientras tanto, deben dispersarse entre las masas, recoger información social y propagar las ideas marxistas.

 

El carácter superintelectual de esta orientación se acentuó aún más en el nivel de la aplicación. La escuela de formación tuvo mucho éxito y la frecuentaron 200 a 300 estudiantes, dos veces por semana. Pero (fenómeno curioso para los defensores de la Revolución Cultural) estaba concebida siguiendo el modelo del curso magistral: exposición-mazazo de dos horas de reloj, seguida de escasas preguntas. Nótese que el estudio de Marx (El Capital) y de Lenin era mucho más amplio que el estudio de Mao.

 

La prensa de la UJCml, Les Cahiers Marxistes-Léninistes, Garde Rouge, los primeros números de Servir le Peuple, era para intelectuales refinados. Los artículos eran interminables disertaciones de normalistas (excelentes a veces), redactadas con un estilo imponente y sembradas de "coqueterías intelectuales".

 

El movimiento de encuesta más que nada es el que nos permite captar el carácter intelectualista de la orientación marxista-leninista. El "trabajo de encuesta" se concebía como un momento necesario en la elaboración del programa comunista y debía producir análisis concretos que servirían para formular un cuerpo de reivindicaciones. Se realizaba esa labor en tres tiempos: el primero se dedicaba a la fase preparatoria, en que se trataba de examinar con enfoque marxista la documentación existente acerca del objeto de la encuesta, para determinar su "problemática".

 

El segundo tiempo se empleaba en formar el equipo de investigación, para lo cual se seleccionaban los militantes "mejor preparados". Finalmente, venía la encuesta propiamente dicha. Esta encuesta sobre el terreno era un ejercicio de validación de las teorías construidas en la fase preparatoria. Los que realizaban las encuestas trataban ante todo de "concretar sus análisis" e ilustrar su tesis inicial mediante una serie de casos concretos.(...)

 

Los dirigentes de la UJCml justificaban esta orientación con muchas citas de Lenin. "La conciencia socialista -había dicho éste- es algo introducido desde fuera en la lucha de clases del proletariado y no algo que ha surgido espontáneamente... Pues el movimiento obrero espontáneo es trade-unionismo y el trade-unionismo implica precisamente la esclavización ideológica de los obreros por la burguesía" (¿Qué hacer?).

 

Son los intelectuales revolucionarios, portadores de la ciencia, quienes hacen penetrar las tesis marxistas en las masas. "Privada de saber, la clase obrera no es nada...". "Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria...", etc...(...)

 

En realidad, la orientación teoricista correspondía a la voluntad implícita de los dirigentes de la UJCml de entregarse sin trabas a la "práctica teórica", o sea de limitarse a la clase de actividad que hasta entonces habían tenido.

 

En el curso de ese período, la UJCml elabora lo que podría denominarse un "maoísmo sutil". En todos los puntos donde la China popular toma una posición precisa y categórica, la dirección de la UJCml la sigue.

 

Sucede así a propósito del carácter capitalista -y hasta fascista- de la Unión Soviética, país que ha pasado por una contrarrevolución social, desencadenada en la esfera ideológica, en el momento del XXº Congreso. Sucede así con la apreciación de Stalin, marxista-leninista genial, glorioso continuador de Lenin. Sucede así con la teoría estalino-maoísta de la revolución por etapas y de la necesaria alianza con la burguesía nacional en un "bloque" llamado de las cuatro clases. (...)

 

Pero en las cuestiones donde no hay posiciones definidas por la dirección maoísta, o bien cuando esas posiciones son lo suficientemente vagas para prestarse a la interpretación libre, la UJCml "se emancipa" totalmente de la problemática maoísta.

 

Así sucede con los "elementos de análisis de la formación social francesa" aparecidos en Garde Rouge y en los primeros números de Servir le Peuple. Así sucede con la interpretación de la Revolución Cultural, presentada como una verdadera revolución política antiburocrática en el sentido casi trotskista del término. Así sucede con la táctica de reconstrucción del partido revolucionario en completa oposición a la táctica mucho más ortodoxa (y primaria) definida por el MCF y calcada de la actitud de todas las disensiones prochinas europeas.

 

En realidad, si la UJCml agita muy alto la bandera del maoísmo, ella en sí no es estrictamente maoísta y se esfuerza en conciliar a Mao y a Althusser, a Mao y a Lenin; cada vez que Mao no dice nada, hablan Althusser o Lenin. Cada vez que Mao es vago, Althusser o Lenin dan la trama de la interpretación. La UJCml no habla por sí misma como maoísta. Después de la crisis del verano, sus dirigentes calificarán severamente de ecléctico ese período en que la organización no se había asimilado realmente el pensamiento de Mao. (7-69)

 

4-1967 Publica "Sur le Travail Théorique. Difficultés et Ressources" en La Pensée 132. (2-345)

 

8-1967 Dos factores iban a precipitar la crisis del verano. En primer lugar, el movimiento de encuesta, en el curso del cual los militantes tuvieron la experiencia concreta de lo que es la actitud intelectualista y a dónde conduce. En segundo lugar, la formación de los Comités Vietnam de Base. Los CVB organizados por la UJCml ya en febrero de 1967, trataron de imponerse por la fuerza en las facultades y las secundarias, donde había comités de base del Comité Vietnam Nacional desde el comienzo del año escolar. Esta operación resultó un fracaso y en mayo de 1967 la dirección de la UJCml decide abandonar los comités estudiantiles para reinvertir a sus miembros en los barrios. Esta audaz iniciativa debía dar buen resultado y los CVB de barrio se desarrollaron mucho. Pero aquí también se encontraron los militantes frente a la realidad del movimiento de masas y los animadores de esa labor empezaron a tomar la orientación teoricista por lo que en realidad era: una torpe justificación ideológica de lo acertado de la inacción, que permitía a los teóricos entregarse a sus ocupaciones favoritas.

 

La crisis estalló sobre la base de esas dos experiencias a fines del verano de 1967. Esa crisis interna fue de mucha gravedad. Opuso a partidarios de la orientación de entonces y partidarios de otra nueva, fundada en el trabajo político empírico en el seno de las masas. Pero bajo esta oposición se disimulaba otra, mucho más profunda: la oposición entre quienes querían perpetuar el tipo de adhesión mitigada y en definitiva superficial al maoísmo y quienes exigían que "se implante la autoridad absoluta del pensamiento de Mao Tse-tung" y "se rechace todo cuanto no esté de acuerdo con el pensamiento de Mao Tse-tung". (en Garde Rouge nº8).

 

Estos acabaron por triunfar al final de un debate en que se trató principalmente el problema de las relaciones entre la labor política y el conocimiento teórico de la formación social.

 

En el curso de este debate, la UJCml mató a su padre. La problemática definida por Althusser fue denunciada como la base de los errores intelectualistas. Por su posición de clase intelectual burgués éste tenía del mundo una idea en que eran implícitamente los intelectuales y no el pueblo... los verdaderos protagonistas. Y justificaba esta concepción con ayuda de una teoría idealista del conocimiento; afirmaba poder conocer el desarrollo de la lucha de clases por otros medios distintos de "la aplicación de la línea de masas"... Preconizaba el estudio y el trabajo teóricos por sí mismos, sin darles inmediatamente un objeto revolucionario, un problema práctico que resolver. Enseñaba así un marxismo osificado... en resumen: él y su grupo eran una "autoridad académica burguesa" y su influencia sobre la UJCml había resultado gravemente perniciosa (en Garde Rouge nº8, noviembre 1967). Se había cortado el cordón umbilical que los unía a la tradición del marxismo clásico.

 

La nueva orientación nacida de esta crítica constituye la simetría exacta de la orientación teoricista. La orientación precedente se fundaba en una interpretación exagerada de la tesis leninista de que "las ideas revolucionarias le llegan al proletariado desde fuera". La nueva orientación se fundaba en el pensamiento maoísta. "Las ideas acertadas proceden de las masas, hay que tomarlas de las masas, es absolutamente imposible tomarlas de otro lugar" (...)

 

Al acabar el debate, la UJCml salía irreconocible. Profesando un obrerismo primario, iba a abandonar el medio estudiantil, desdeñosamente calificado de "pequeñoburgués" y por lo tanto de "reaccionario" (...) Los más resueltos de entre los militantes irán a trabajar a las fábricas (la UJCml enviará unas decenas de militantes a la producción). Los demás harán propaganda en los barrios populares (...)

 

Un alocado activismo va a reemplazar a la "práctica teórica". La Escuela de Formación ya no verá más la luz del día y a los militantes ya no se les dará ninguna otra formación política. Los Cahiers Marxistes-Léninistes y Garde Rouge serán publicaciones muy accesorias. Servir le Peuple será una curiosa crónica de las luchas obreras (...)

 

Esta transformación no se producirá sin agitación profunda. En realidad, la UJCml se resentirá fuertemente hasta febrero de 1968. Durante todo el otoño y el invierno de 1967, sus militantes desorientados darán muestras de ello (...) ..después del verano de 1967, la UJCml avanzó mucho por el camino que conduce a la degeneración sectaria. (7-72)

 

1967 Publica su "Prefacio" a la versión en castellano del "Pour Marx": "La Revolución Teórica de Marx" (Siglo XXI. Méx.-Bs.As.). (2-345)

 

Publicación de su correspondencia con R. Domergue: "Marxismo segundo Althusser: Polémica Althusser-Garaudy" (ed.Signal. Sao Paulo). (2-345)

 

10/11-1967 Dicta la Introducción al "Curso de filosofía para científicos" en la École Normale Supérieure de París (...) Esta inauguración es continuada con las intervenciones de Pierre Macherey, Etienne Balibar, François Regnault, Michel Pêcheux, Michel Fichant y Alain Badiou y duró hasta la víspera de los grandes acontecimientos de 1968. (10-5)

 

El curso desarrollado, se estructuró del siguiente modo:

I. Louis Althusser. Introducción al Curso de Filosofía para científicos: Filosofía y Filosofía Espontánea de los Científicos.

 

II.Pierre Macherey, Etienne Balibar. Experiencia y experimentación.

 

François Regnault, Michel Pêcheux. La "ruptura epistemológica".

 

Michel Fichant. Idea de una Historia de las ciencias.

 

Alain Badiou. El concepto de modelo. (14-apéndice)

 

Macciocchi recuerda: Althusser me invitó a asistir a su "cours aux scientifiques". Acudí intimidada al gran aula rectangular y elegí una silla al fondo. Pero todos notaron mi presencia y la primera fila no me quitaba ojo, con sus tres prebostes: Balibar, Macherey y Rancière. Louis, desde la cátedra, con sus grandes manos obispales que se aferraban a los bordes como las de un náufrago a la tabla de salvación, leía su intervención pronunciando con calma y elegancia sus conceptos. (50-319)

 

1-12-1967 Rino Dal Sasso publica en Rinascita un comentario sobre un capítulo de Leer El Capital (El marxismo no es un historicismo) aparecido en la revista "Trimestre" de Pescara. Althusser responde con una carta titulada "La filosofía, la política y la ciencia" que más tarde publicaría Rinascita con una breve respuesta de Dal Sasso y con intervenciones de Nicola Badaloni, Galvano della Volpe y Luciano Gruppi. (51-67)

 

Althusser comenta a Macciocchi: "Rinascita me ha atacado, han recogido mi ensayo 'El marxismo no es un historicismo' y Gruppi y Luporini han intervenido contra mí. ¿Debo responderles?. Mira después de haberte conocido, estoy pensando en la respuesta. Pero de otro modo ¿por qué no hacemos una 'piratería' en L'Unità? Tú me haces la entrevista y luego la publicas, ¿quieres? (...) Prepara las preguntas y vuelve a verme". (50-317)

 

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