EL PARALELO ENTRE IRAK Y VIETNAM

archivo del portal de recursos para estudiantes
robertexto.com

enlace de origen

IMPRIMIR 

Con la masacre de Haditha retorna a EE.UU. el fantasma de Vietnam

Se teme que, como la matanza de My lai, las sucedidas en Irak provoquen cambios.

Ana Baron
WASHINGTON. CORRESPONSAL.



A medida que se multiplican las denuncias sobre la matanza de civiles en Haditha, un pequeño pueblo situado a 200 kilómetros de Bagdad, vuelven a la memoria lenta y penosamente las imágenes de otra terrible masacre, la de My Lai en Vietnam. Y con ellas, aparece la idea de que la historia se repite: la sangre inocente, la crueldad, el encubrimiento, la impunidad, y eventualmente la falta de castigo para los responsables y los que dieron las órdenes.
Sucedió el 16 de marzo de 1968, en el marco de lo que se llamo la ofensiva Tet. Ese día soldados norteamericanos ingresaron en la aldea de My Lai en busca de guerrilleros comunistas del Frente para la Liberación Nacional de Vietnam con órdenes del capitán Ernst Medina de exterminarlos. Cuando descubrieron que no había ninguno, liderados por el teniente William Calley, en vez de retirarse, los soldados mataron a cientos de viejos, mujeres, niños y bebés. Algunos fueron torturados y/o violados sexualmente. Otros fueron obligados a cavar sus propias fosas antes de ser ejecutados. En un momento Calley expresó incluso su deseo de tirar una granada contra un fila de hombres y mujeres. En total murieron 347 vietnamitas.
Todavía no está tan claro lo que sucedió el 19 de noviembre del 2005 en Haditha, pero todo indica que se trató de una masacre tan horrorosa como la de My Lai aunque en menor escala. Los testigos del incidente afirman que tras haber caído en una emboscada, un grupo de marines asesinaron a 24 civiles.
De acuerdo a la revista Time (el primer medio en revelar lo ocurrido), entre los muertos hay niños, un anciano en una silla de ruedas y dos pasajeros de un taxi que pasaba por allí. El director del hospital local, el Dr Whalid dijo que los marines llevaron esa noche 24 cuerpos al hospital asegurando que habían muerto por esquirlas de bomba. "Pero había orificios de bala en los cuerpos". Una de las sobrevivientes. Eman Waleed, 9 años, contó a Time, cómo los soldados mataron a todos los miembros de su familia.
El mundo tardó 20 meses en enterarse de la verdad de lo sucedido en My Lai, mientras que, en el caso de Haditha, sólo transcurrieron 7 meses. Sea como sea, el encubrimiento fue flagrante en ambos casos.
El coronel Oran Henderson estuvo a cargo de entrevistar a varios soldados que habían intervenido en My Lai. Su informe es una pieza histórica abominable.
Dice que en el incidente murieron sólo 22 civiles que quedaron atrapados en el tiroteo. El ejército seguía describiendo el evento como una victoria en la que habían muerto 128 enemigos. Poco después el joven soldado Colin Powell, luego ex secretario de Estado de George W. Bush, fue el encargado de investigar múltiples denuncia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los soldados en Vietnam.
Powell escribió luego un informe que decía que "las excelentes relaciones entre los soldados norteamericanos y el pueblo vietnamita es la mejor prueba de la falsedad de esas acusaciones". Confrontado con ese informe en el programa de TV de Larry King, Powell se disculpó diciendo: "Yo estaba en la unidad que era responsable de My Lai. Llegué una vez que todo había pasado. Pero en la guerra, ese tipo de cosas horrible suceden de vez en cuando. Igualmente son deplorables".
También la primera versión en Irak oficial indicaba que el 19 de noviembre pasado una bomba mató al marine Miguel Terrazas, un texano de 20 años. Según el Pentágono con la explosión de la bomba murieron además 15 civiles y tras el tiroteo que tuvo lugar después cayeron 8 personas más, todos insurgentes.
El 17 de marzo de 1970 el ejército de Estados Unidos presentó cargos contra 14 oficiales por encubrimiento, pero la justicia no le dio lugar casi ningún de estos cargos. En 1971 el teniente William Calley fue condenado por asesinato premeditado por haber ordenado los disparos. Fue sentenciado a prisión perpetua, pero dos días mas tarde el presidente Richard Nixon ordenó su liberación hasta que no se resolviese su apelación. Finalmente Calley estuvo apenas 3 años y medio en prisión domiciliaria hasta que el juez Robert Elliot lo dejó libre por ser un caso de obediencia debida. Su jefe Ernest Medina negó luego haber dado las órdenes pero no fue procesado. Hoy, su caso se conoce como el Medina Standard.
Bush prometió una investigación a fondo por el caso de Haditha. A juzgar por lo que ocurrido en My Lai, es muy probable que todos argumenten obediencia debida. Después de todo fue el propio Donald Rumsfeld que dijo "atrapen a aquellos que haya que atrapar y hagan con ellos lo que quieran".
My Lai fue el detonador del Movimiento para la Paz que pidió el retiro de las tropas de Vietnam en los 70. Haditha seguramente impulsará también el pacifismo. Lo sucedido en Irak es todavía más grave porque se trata de tropas con soldados profesionales y no de reclutas que hacen el servicios militar como fue en Vitenam.

 


Haditha, una masacre escamoteada al estilo estadounidense

Jorge V. Jaime

Redacción Central, 2 jun (PL)

 

La matanza de Haditha escandaliza hoy al mundo y parece coronar un punto de máximo ultraje contra el pueblo de Iraq, país que vio morir decenas de miles de civiles durante los últimos años.

La carnicería perpetrada por tropas estadounidenses el pasado 19 de noviembre también es interpretada por analistas como un resultado lógico de la disparatada agresión alentada por el presidente George W. Bush contra la nación árabe.

Washington y varios de sus aliados militares atacaron a la nación asiática en marzo de 2003, desde esa fecha y como consecuencia de operaciones castrenses de todos los niveles y envergaduras, unos 42 mil civiles murieron bajo las balas.

Varias agencias internacionales llevan el registro de las bajas de los efectivos norteamericanos -unas dos mil 470 actualmente-, pero escasean los inventarios sobre las muertes de ciudadanos iraquíes.

Según el medio alternativo Iraq Body Count, alrededor de 42 mil 434 iraquíes desarmados perdieron la vida desde el comienzo de la ocupación extranjera, caídos por el fuego de soldados interventores.

El hecho es que ahora hay que añadir a esa luctuosa lista otra veintena de fallecidos.

Durante la última semana trascendió que un grupo de marines arremetió contra 24 civiles en noviembre de 2005. Además se conoció que la barbarie fue encubierta por las tropas, quienes desinformaron a varias autoridades.

Al parecer, se registró una "sobre-reacción" furiosa de los soldados después que la explosión de una bomba colocada al borde de la carretera matara a un militar.

Lo cierto es que el pelotón norteamericano penetró al pueblo iraquí de Haditha, al noroeste de Bagdad, y disparó indiscriminadamente sus armas contra una vecindad indefensa, incluso contra ancianos, mujeres y niños.

Luego los marines explicaron a reporteros y oficiales superiores que los civiles fueron destrozados por el mismo explosivo que mató a su compañero.

Medios de prensa comparan este incidente con los sucesos en la villa de My Lai, cuando soldados de Estados Unidos asesinaron a centenares de campesinos el 16 de marzo de 1968, durante la guerra en Viet Nam.

Una misión que empezó como una "operación de búsqueda de hostiles", concluyó con el exterminio de 300 residentes desarmados de My Lai, entre ellos (también) mujeres, bebés, y ancianos. Algunos fueron torturados y sexualmente violados.

Según el congresista demócrata John Murtha, no hay duda de que la cúpula de los marines intentó encubrir las muertes de Haditha. Alguien en la cadena jerárquica castrense decidió congelar la investigación, aseveró el legislador.

Lo peor, agregó Murtha, es que la población iraquí sabía del asunto. Incluso las familias recibieron indemnizaciones de las fuerzas militares estadounidenses.

Ahora la pregunta básica: ¿Qué castigo prevé la Casa Blanca para sus tropas convertidas en escuadrones de la muerte?

Cuando el tristemente célebre escándalo de My Lai, sólo cuatro soldados fueron llevados ante un tribunal militar. Finalmente recibieron el perdón federal y ejecutivo del entonces presidente Richard Nixon.

 


Un marine relata la sangrienta matanza de 24 civiles en Irak; "aún siento el olor de la sangre"
Rone Tempest
Los Angeles Times / Clarín

Fecha de publicación: Martes, 30/05/06 08:30pm

http://www.aporrea.org/dameverbo.php?docid=78451

         

Imagen tomada del vídeo grabado por un vecino al día siguente de la matanza. En el suelo, civiles asesinados por los 'marines' el 19 de noviembre de 2005

 

Cuerpos amortajados de asesinados en la matanza
de Hadiza del 19 de noviembre

 

El cabo interino Roel Ryan Briones dice sentirse atormentado por dos recuerdos del 19 de noviembre de 2005, en Haditha, Irak. El primero es el del cuerpo de su mejor amigo y "marine" destrozado por una bomba en un camino.
El segundo es el del cuerpo sin vida de una nena iraquí, uno de los tantos civiles desarmados supuestamente asesinados por miembros de su unidad de Camp Pendleton —la Compañía Kilo, Tercer Batallón de "marines".
Doce integrantes de ese batallón están siendo investigados por haber supuestamente abatido con sus armas y granadas a 24 civiles, entre ellos un anciano amputado de 76 años que usaba una silla de ruedas y chicas y chicos de entre 14, 10, 5, 4, 3 y 1 año de edad.
Cinco hombres, cuatro estudiantes de secundaria que regresaban a sus casas después de un fin de semana y el taxista que los transportaba también fueron asesinados, en presunta venganza por la muerte de un "marine". El episodio preocupa al gobierno de George Bush, que ayer participó del Día de los Caídos.
Comandantes del cuerpo de "marines" en Washington han advertido ya que el caso es muy serio. Algunos funcionarios militares dijeron que se está ante un escándalo como el que rodeó a la prisión de Abu Ghraib y sus episodios de torturas a iraquíes detenidos en esa cárcel en Irak
En una entrevista realizada el domingo en su casa familiar en Hanford, California, Briones, un joven de 21 años enjuto y de hablar tranquilo, dijo que no estaba en el pequeño grupo de marines que habrían asesinado a civiles.
Sin embargo, Briones dijo que sacó fotos de las víctimas y ayudó a retirar los cuerpos de sus casas como parte de una operación de limpieza cumplida la tarde en que se cometieron los asesinatos.
"Había desde bebés pequeños hasta hombres y mujeres adultos. Nunca voy a poder sacarme eso de la cabeza. Aún puedo sentir el olor de la sangre. Me dejó algo en la cabeza y el corazón", dijo Briones, que borró las fotos digitales que sacó en la escena después de entregarlas al centro de comandantes de Marines de Haditha. Dijo que los investigadores de la Marina más tarde lo interrogaron sobre las fotos y confiscaron su cámara.
El Pentágono lleva adelante dos investigaciones del incidente en Haditha, que tal vez sea el peor caso de mal procedimiento criminal por parte de las fuerzas norteamericanas en los tres años de guerra en Irak.
De los 12 "marines" investigados, se cree que tres o cuatro llevaron a cabo la matanza. Los demás son investigados por no impedir los asesinatos y por no informar sobre el incidente.
Briones es el primero de su unidad en hablar públicamente sobre los acontecimientos. Su relato ofrece un panorama de la atmósfera y las actividades ese día y los recuerdos traumáticos que le dejaron después.
Poco después de las 7 de la mañana del 19 de noviembre, Briones dijo que su equipo de cinco hombres fue llamado a responder a la explosión de una bomba en las afueras de la Base Sparta de la Compañía Kilo. Cuando llegaron, a los 10 minutos, dijo que vio los restos de su mejor amigo, el cabo Miguel "T.J." Terrazas, con el cuerpo partido a la mitad. "Tenía un agujero gigante en el mentón", recordó Briones, que dijo haber cubierto el cuerpo de su amigo.
Después de la explosión, los "marines" iniciaron una barrida metódica de las casas en busca del atacante o de gente que conociera su identidad. En algún momento durante la redada, los "marines" entraron en tres casas cercanas y mataron a la gente que estaba adentro.
Briones dijo no haber visto nada de esto y que regresó con su equipo a la base Sparta. "Esperamos allí", dijo. "Todos estaban medio locos, tenían un sentimiento horrible por lo que le había pasado a T.J.".
Cuando regresaron a la escena, Briones dijo que ayudó a otros "marines" a retirar los cuerpos y que el peor momento fue cuando recogió el cuerpo de una nena a la que le habían disparado en la cabeza.
"Yo era uno de esos 'marines' que decían que el estrés postraumático es una estupidez", dijo Briones, que toma antidepresivos y pastillas para dormir. "Pero todo esto me sigue carcomiendo la cabeza".

LIBRERÍA PAIDÓS

central del libro psicológico

REGALE

LIBROS DIGITALES

GRATIS

música
DVD
libros
revistas

EL KIOSKO DE ROBERTEXTO

compra y descarga tus libros desde aquí

VOLVER

SUBIR