REFLEXIONES PSICOANALÍTICAS SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD

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Entrevista con el Psicoanalista Armando Colognese Junior, docente del Curso de Formación en Psicoanálisis del Instituto Sedes Sapientiae

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BuenaSalud: ¿Para el psicoanálisis, qué es la homosexualidad?

Dr. Armando: Es una pregunta ciertamente compleja, pues el tema en sí mismo es muy discutido y el psicoanálisis trata de abrir espacios para reflexiones, más que buscar respuestas herméticas. Pienso que talvez sea mejor comentar cómo el psicoanálisis comprende a la homosexualidad y no lo que ella significa para mi profesión.

El estudio de la sexualidad, para el psicoanálisis, sólo tiene sentido cuando involucra la comprensión del psiquismo de una persona, sus identificaciones, la formación de la persona como sujeto de una cultura, su comportamiento de un modo general.

En el ser humano no existe la sexualidad disociada de la persona como un todo. Estoy afirmando que la sexualidad en el ser humano no es algo instintivo, considerando la definición de instinto de la biología, como algo heredado, rígido y fijo dentro de una misma especie. Es un componente de nuestras vidas. La identidad sexual es una de las identidades que desarrollamos, al igual que la identidad profesional, del adulto, de la madurez, de hijo, padre, madre, etc. La sexualidad es algo inherente al placer; en psicoanálisis afirmamos que todo aquello que está ligado al placer es de carácter sexual.

Específicamente, cuando existe una homosexualidad, la tenemos que entender como el modo posible de relacionarse que tiene una persona, una disposición interna a relacionarse de esta forma. Me refiero a un modo de relacionarse consigo mismo, con los otros, con la vida. En cierta forma podemos decir que es la manera en que la persona puede expresarse, relacionarse, exponerse como persona.

En la teoría psicoanalítica, una persona que presente una psiquis homosexual está buscando alejarse de las diferencias; son personas muy sensibles a los choques de opinión y generalmente tuvieron en la infancia que lidiar con cuestiones radicales constantemente, al igual que con posiciones incoherentes, contradictorias, principalmente de sus educadores. Busca, a través de la igualdad, librarse de sentirse presionado por las diferencias y lo diferente. No tienen porqué relacionarse, necesariamente, con parejas del mismo sexo. Es lo que llamamos componente narcisista de la personalidad. Por lo tanto, pueden buscar parejas para relaciones íntimas, al igual que comerciales, sociales, personales.

 

BS: ¿La homosexualidad puede considerarse una perversión sexual? (y de ser así, ¿quiere decir que es una enfermedad?)

Dr. Armando: La homosexualidad no puede ser resumida como una enfermedad o como una perversión. La definición de perversión presenta otra complejidad teórica en el psicoanálisis. De un modo simple, podemos afirmar que la perversión no se define por el comportamiento sexual actuado por una persona.

El comportamiento sexual es el modo como alguien se expresa y, principalmente en el caso de la perversión, es un error tratar de definirla por un comportamiento, por un acto aislado, mucho menos por el comportamiento sexual de cualquier persona, sea homosexual, sádica, masoquista. La perversión involucra, principalmente, comportamientos destructivos con relación a otras personas, demostrados con mucha sofisticación, armaduras y cinismo. Muchos comportamientos tenidos como "normales" pueden esconder fantasías y hasta actitudes perversas, sin las cuales el acto no se consumaría. Lo contrario es perfectamente posible; encontramos parejas homosexuales sin manifestación de perversión.

 

BS: ¿Qué piensa de las teorías que dicen que la homosexualidad es genética?

Dr. Armando: Cada día sabemos más sobre el ser humano, principalmente en el aspecto genético. Estamos gateando en ese terreno. En trabajos se ha publicado que existe la posibilidad de que algunos hombres presenten una alteración en el cromosoma que define la sexualidad y que esto podría determinar la homosexualidad. Son estudios no muy desarrollados aún. Sin embargo, no creo que la homosexualidad, como es entendida por el psicoanálisis, sea definida por la genética. La genética parece favorecer un comportamiento en el hombre, más femenino, pero no homosexual.

 

BS: ¿Es posible prevenir la homosexualidad? ¿Entonces, cuáles son sus causas y tratamientos?

Dr. Armando: Es difícil responder de esta manera, pues así ya lo definiríamos como una enfermedad. Existe una única forma de manifestación considerada como enfermedad, en los manuales de clasificación de las enfermedades: cuando una persona siente inclinaciones homosexuales, llegando a veces al acto, pero no acepta su inclinación y gesto. Aun así, es debido al conflicto que surge - querer y no querer - y no a la homosexualidad en sí, que se evalúa la enfermedad. En cuanto a la prevención... Es muy cuestionable hablar sobre prevención. Tendríamos que preguntarnos: "¿Prevenir qué? Si no es una enfermedad, ¿no será que nos estamos dejando llevar por valores morales?

Lo mismo pasa con el tratamiento. Tenemos que atenernos al conflicto y cuando la homosexualidad no se presenta como un conflicto, el psicoanalista no lo tendrá como paciente. En mi práctica clínica, atendí muchos homosexuales manifiestos (popularmente conocidos como "asumidos"), los que después de presentarme sus angustias, a veces después de dos entrevistas, comentan que son homosexuales. Lo que los llevó al análisis son otros conflictos, como: pérdidas, conflictos profesionales, inseguridades diversas.

 

BS: ¿Es posible distinguir la homosexualidad desde la infancia?

Dr. Armando: Es posible observar niños que presentan inclinaciones y tendencias a escapar a confrontaciones con sus padres, generalmente sentidos como violentos o inaccesibles; el progenitor del mismo sexo del niño generalmente es la fuente de angustia del niño. La mayoría de las veces esta cuestión es parte de la fantasía del pequeño y no ocurre realmente. Tenemos que considerar, de cualquier modo, que por lo menos existe una comunicación truncada en curso.

 

BS: ¿La homosexualidad es una opción?

Dr. Armando: ¡Tanto como la heterosexualidad! (risas) Las identidades se forman a lo largo de la vida y sus bases más fuertes están calcadas en los primeros 6 (seis) años de vida. Es difícil creer que alguien pueda haber "elegido" qué ser, principalmente en términos de identidad sexual. Debido a la complejidad de la formación de nuestra personalidad, yo siempre digo que uno es lo que pudo y no lo que quiso ser. La condición de la aceptación de esto, o sea, de aquello que pudimos ser, también determinará un mayor o menor contenido de conflictos emocionales.

 

BS: ¿Cuál es la relación entre la bisexualidad infantil y el adulto homosexual?

Dr. Armando: Tendemos a conectar una a la otra. En verdad, la bisexualidad infantil es una etapa vivida por los niños, en una época donde la identidad sexual todavía no se encuentra establecida. Esto ocurre antes de los 5 (cinco) años de edad y es común que un niño, ocupe roles del otro sexo. Debemos recordar que la bisexualidad favorece la identidad sexual en los adultos, ayudándolos como tal. Quiero decir que todos tenemos, en lo que se refiere a la sexualidad, las dos identidades; sólo una de ellas será más pronunciada. ¿Cuál es la importancia de esto? Es importante para un hombre poder comprender a una mujer, tener dentro de sí una identidad latente femenina, y viceversa. Cuanto menos conflictiva sea esa identidad latente, más fácil será la convivencia con el sexo opuesto.

 

BS: ¿Cómo se relaciona el proceso de identificación con la homosexualidad del adulto? (la cuestión del Edipo)

Dr. Armando: La teoría del complejo de Edipo nos ayuda a entender la importancia de las identificaciones en el proceso de desarrollo del ser humano como un ser social. Las identificaciones en ese momento de la vida (entre los 3 y 5 años de edad) son determinantes para que el futuro adulto tenga las condiciones necesarias para lidiar con las diferencias, con los diferentes, con lo nuevo, con las competencias y rivalidades y, principalmente, con la dura realidad de no ser perfecto y completo. Debe prepararlo para aceptar que ser adulto implica tener que saber depender y relacionarse en grupo, ya que el ser humano es un ser gregario.

 

BS: ¿Existe alguna relación entre la paranoia y la práctica de la homosexualidad?

Dr. Armando: Existe una relación entre la paranoia y la práctica de la homosexualidad, pero no con la homosexualidad como la tratamos hasta aquí, ya que hablamos de homosexualidad como la posibilidad de expresarse como persona. Estoy proponiendo, ahora, una diferencia entre homosexualidad y la práctica de la homosexualidad como una figura de lenguaje, para introducir una otra forma de observar el comportamiento homosexual.

Es más complicado porque tenemos que entrar en el campo de las patologías. Trataré de ser breve y puedo pecar al simplificar un tema que pienso que no es nada simple. Existe la posibilidad de que las personas expresen homosexualidad como una forma de demostrar ciertos conflictos, como por ejemplo, hostilidad con relación al progenitor del mismo sexo, como forma de repudio al sexo opuesto. Aquí estamos ante un síntoma, una forma de representar un deseo, que no puede ser expresado conscientemente de forma directa. No está en cuestión el tema de las identificaciones, como vimos anteriormente, sino otros conflictos y ahora entramos en el campo de las patologías.

El conflicto del paranoico es la aceptación de su contenido interno, principalmente su hostilidad y presenta fuerte tendencia narcisista como una defensa para no sentirse muy expuesto. Una forma de agresión común que encontramos en la mente paranoica es la actividad homosexual, donde existe la fantasía de estar lesionando, castrando, sometiendo a su pareja, a través de un acto de "aceptación mutua". Debemos recordar que hablamos de una mente enferma, donde existe mucha confusión emocional, pues se sienten internamente poblados de malos sentimientos y deseos de una actitud peor aún. La correlación teórica que se hace, en psicoanálisis, es que la homosexualidad estaría evitando un colapso psíquico mucho más avasallador, como por ejemplo, una crisis paranoica, una psicosis.

Creo que debemos dejar esa discusión para otra oportunidad, donde podríamos abordar el tema de los comportamientos homosexuales como forma de expresión de conflictos reconocidamente enfermizos.

 

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