DEL PARADIGMA DE LA RAZÓN POSITIVA AL PARADIGMA DE LA RAZÓN NEGATIVA

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MAURICIO FUENTEALBA T.

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INTRODUCCIÓN

La inabordable cantidad de material bibliográfico y autorial nos pone frente a un insoslayable dilema. La numerosa cantidad de información e infinitud de accesos temáticos hace que limite el trabajo sólo a los aspectos más significativos de cada contenido.

            Teniendo esto en cuenta, el objetivo central del presente es dar a conocer descriptivamente el paso del paradigma de la razón positiva a la razón negativa. Para esto el trabajo está dividido en dos partes.

            En la primera se expondrá el contexto que vió nacer al período denominado ilustración, marcando el acento en el proyecto de racionalización del mundo de la vida -según Habermas. La segunda se caracteriza por las criticas al proyecto de la ilustración.

            De modo general, la razón positiva, nos sitúa en el contexto adecuado, no por eso menos conflictivo, para pensar el proyecto de la ilustración. Aquí los conceptos claves son: tiempo lineal, progreso e historia. El objetivo de esta parte es dar cuenta de la imposibilidad de fundar una teoría del conocimiento basada -exclusivamente- en la "empiria" o, en su forma embrionaria como recolección progresiva de datos. Precisamente aquí es donde podemos hablar de la ley de los grandes números como resultado de la matematización de la explicación social.

            La insuficiencia de esta teoría se puede apreciar en el intento nietzscheano de plantear una teoría pragmática del conocimiento. Al mismo tiempo, la revisión que lleva a cabo lo lleva a pensar en la "voluntad de poderío" que toma cuerpo en cada disciplina y especialización.

            De modo general, la segunda parte -la razón negativa- se caracteriza por poner en entredicho a la anterior. Para esto explicaré la ley actual, a saber: el correcto uso de la cosa o, más atingentemente conocida como la instrumentalidad.

            En esta parte me será necesario explicar por qué la técnica deviene instrumentalidad para la razón ilustrada. Aquí, el principal objetivo es mostrar que su campo de acción inmediato lo constituye el "mundo de las cosas".

            Luego de situado el contexto de la ilustracíón, su crítica está en manos de Nietzsche, Foucault y Adorno los cuales aparecerán -intespectivamente- en las secciones segunda y tercera de la segunda parte. Respectivamente, la atención se centra en el contrapunto entre razón y locura y, en las explicaciones míticas del mundo como un nuevo falso programa.

            De este modo, el objetivo de la segunda parte es dar a conocer las críticas a la razón positiva y, a su vez, dar cuenta de las principales características de la razón negativa.

           

PRIMERA PARTE: La razón positiva

Sección primera: El proyecto de la Ilustración

            ¿Habríamos de tratar de asirnos a las intenciones de la Ilustración, por débiles que sean, o deberíamos declarar todo el proyecto de la modernidad como una causa perdida?.

            Ésta es la pregunta que articula el texto de Habermas "La modernidad: un proyecto inconcluso, pero además sirve de base para describir el proyecto de la Ilustración y los diferentes intentos de negación de la cultura, los cuales visualizan el colapso total del proyecto de la modernidad.

            Pero veamos cómo es definido el proyecto de la Ilustración. Habermas identifica dos momentos centrales en la constitución de la modernidad. Primeramente, en el siglo XVIII vemos que el concepto de lo "moderno" sirve para designar la relación entre la tradición y el presente. Más precisamente, este primer momento nos abre a una cierta conciencia histórica del mundo. Pasado y presente son articulados como referentes.

            El tiempo histórico es sustantivizado como espacio de acción de los hombres. Todas sus acciones están mediadas por una tradición que se impone.

            Del mismo modo, la conciencia estética marca una nueva relación con el arte, a saber: los clásicos determinan los canónes a seguir.

            Pero, los ideales de la Ilustración francesa pone en entredicho el concepto de moderno. 

            Esta modernidad reciente se caracteriza principalmente por no ser un ideal fijo. Noten que la relación anterior con los clásicos y su conciencia del tiempo hacía que toda acción humana se refiriera indiscutiblemente al pasado. Ahora, en cambio, la Ilustración se opone de manera abstracta a la relación entre tradición y presente.

            Habermas nos dice:  "Este modernismo más reciente establece una oposición abstracta entre la tradición y el presente y, en cierto sentido, todavía somos contemporáneos de esa clase de modernidad estética...".

            La pregunta de este momento es por el presente. La actualidad recobra su brillo gracias a la preocupación constante por la mejoría social y moral. Precisamente en este momento Kant escribe "¿Qué es la Ilustración?". Este texto ejemplifica la pregunta por su actualidad. De hecho la definición misma repercute políticamente en ese instante.

            Me interesa mostrar que esta nueva resignificación de lo moderno instala una nueva conciencia epocal. En una palabra la creciente autoconciencia de "ser" un resultado siempre nuevo modifica la conciencia anterior.  

            El presente es objeto de estudio, al igual como fue el pasado. Pero, además, esta conciencia estética impugna un presente nuevo, aún sin conquistar. La metáfora vanguardista del tiempo es central. El tiempo nuevo por conquistar llega a ser base sólida para el arte.             Dice Habermas: "Desde entonces, la señal distintiva de las obras que cuentan como modenas es lo "nuevo". Lo modenro ya no toma prestada su fuerza de ser un clásico de la autoridad de una época pasada, sino que una obra moderna llega a ser clásica porque alguna vez fue auténticamente moderna. Nuestro sentido de la modernidad crea sus propios cánones de clacisismo. La relación entre moderno y clásico ha perdido claramente una referencia histórica fija".

            El caso más paradigmático de este período, a saber: Baudelaire, no sólo sitúa al presente como una de sus mayores preocupaciones, sino que también hace estallar la conciencia del tiempo. Lo transitorio, lo elusivo y lo efímero dan cuenta de la exaltación de un presente inmóvil y estable.

            Recordemos que este cambio en la conciencia del tiempo y, la recuperación del presente como objeto de investigación se complementa con la búsqueda desenfrenada del progreso social y moral. La idea de progreso es central.

            Todo esto es posible gracias a la ciencia moderna y su creencia en el progreso infinito del conocimiento.

            Pero, el proyecto de la Ilustración no sólo es transición entre pasado y presente, artísticamente entendido. De hecho el arte constituye una de las tres esferas necesarias para la explicación del proyecto moderno.

            Habermas siguiendo a Weber nos dice: "...la modernidad cultural se caracteriza por la separación en tres esferas autónomas: la ciencia, la moralidad y el arte..." Cada uno de los cuales tendrá su forma de legitimación, como también de generar pautas de acción. Cada problema requiere de una solución técnica.

            El proceso por el cual la modernización cultural y social se transforma en una cuestión de técnicos hace de la distancia -irresuelta- entre expertos y gente común un lugar vacío. Este vacío virtual es ocupado por relaciones determinadas -principalmente- por la instrumentalidad. El "correcto uso de la cosa" lo hemos definido como la aplicación práctica de la racionalidad instrumental.

            Esta racionalidad se distingue de otra por tener presente al mundo de las cosas como primer ámbito de acción. La utilidad de un objeto adquiere mayor rendimiento en su adecuado uso.

            La cultura de los expertos hace que aparezcan las estructuras de la racionalidad cognitiva-instrumental, moral -práctica y estético-expresiva.

            La modernidad estalla en esferas autónomas, las cuales aumentan la distancia entre expertos y gente común. Habermas: "...la diferenciación de la ciencia, la moralidad y el arte ha llegado a significar la autonomía de los segmentos tratados por el especialista y su separación de la hemeneútica de la comunicación cotidiana. Esta división hace que neguemos la cultura de los expertos...".

            No queda claro la conexión que hay entre la negación de la cultura de los expertos y la división de las eferas. Digamos que,  es posible esta conexión, cuando se piensa así como lo hará Nietzsche.

            Toda formulación de conocimiento por inadecuada y alejada que se encuentre del Estado puede, en cualquier momento, ser resultado de la voluntad de poderío que radica en el hombre mismo. Aquí, la explicación es esencialistas. El supuesto - la voluntad de poder- es considerado como naturaleza humana. Su objetivo es la obtención de la sobrevivencia. Todo sobreviviente esta predispuesto a la lucha.

            Hemos puesto de manifiesto el contexto desde el cual se constituye la Ilustración y lo que ésta significa en términos históricos, a saber: la separación de las esferas y la consiguinte negación de la cultura de los expertos. Además vimos que el proyecto de la Ilustración no se agota en la esfera estética, abarcando la esfera instrumental y práctico-moral.

            Nos falta mostrar el objetivo principal del proyecto. Esto es, la iluminación del pueblo o, más conocida como la racionalización del mundo de la vida.

            La razón Ilustrada busca en el pueblo el lugar de descanso para la racionalización. Por lo mismo, la discusión se centra en la definición de "lo racional". Por ejemplo, Hegel dice "lo real es racional, y lo racional es real". Weber define el "ethos" occidental en términos de la acción racional con arreglo a fines.

            Para la ilustración del pueblo se tiene en cuenta la función de la educación y del Estado. En Hegel podemos ver como el despliegue progresivo de la conciencia en ámbitos más evolucionados -dejando fuera la discusión de si efectivamente existe evolución o no- sirve para llevar desde el amor por el saber hasta el saber real, entendiendo por este la expresión de lo racional. Así, el saber que entregado en la educación proporciona grados de conciencia mayor.

            Por el momento concluyamos con Habermas -acerca de este objetivo- que: "Una praxis reificada sólo puede remediarse creando una libre interacción de lo cognitivo con los elementos morales-prácticos, y estético-expresivos. La reificación no puede superarse obligando a una de esas esferas culturales altamente estilizadas a abrirse y hacerse más accesibles". Y agrega "...el proyecto de la modernidad todavía no se ha completado..." "...la gente ha de llegar ha ser capaz de desarrollar instituciones propias que pongan límites a la dinámica interna y los imperativos de un sistema económico casi autónomo y sus complementos administrativos...".

            Me interesa mostrar que si bien el proyecto de la Ilustración aún no se ha llevado a cabo, y que la negación de la cultura de los expertos pasa por una nueva fase, la burocratización de las relaciones sociales, es posible pensar -transparentemente- en el legado racional del proyecto moderno.

            Digamos que la tarea a realizar -según Habermas- "desarrollar instituciones propias que pongan límites a la dinámica interna", al menos, requiere del autocercioramiento de la acción, ya sea individual e institucional y, además, nos habla del nivel crítico con respecto de las redes normativas con las cuales los mismo sujetos interactúan. Esto no puede ser sino una esperanza en lo racional y en la capacidad de comunicación de los diversos individuos.

 

Sección segunda: Tiempo lineal y progreso

            Teóricamente, (por no decir analíticamente) es posible identificar la pretensión de progreso en la modernidad reciente. La ciencia basada en los esquemas explicativos, por tanto en la idea de causalidad, no sólo ve en el tiempo una sucesión de momentos ininterrumpida, sino que ve en la  duración (de cada uno) un momento constante para formar la ley científica. En una palabra, la inducción.

            El conocimiento científico debe considerar el paso del tiempo como algo natural.

            Discursivamente es importante recalcar que el tiempo es entendido como sucesión natural de hechos.

            Los eventos pueden ser determinados en la sala de experimentos, pero no así en la sociedad. La consecuencia de esto es que el tipo de conocimiento que se genera sólo puede funcionar allí donde las variables se aislen adecuadamente, situación que en lo asuntos propiamente humanos no es posible.

            La principal objeción al criterio naturalista del conocimiento se debe a la coronación del azar en la acción. La casualidad de los eventos reduce la determinación por parte de un sujeto. La idea central para entender esto es que la sucesión de hechos no puede ni confirmar ni inducir la ley científica.

            De modo general, hemos visto que los supuestos que se necesitan para generar conocimiento científico no son suficientes para formular un conocimiento respecto de lo social. En particular, se puede decir que la teoría de los grandes números, incorporada por la matematización de la explicación social, es incapaz de proporcionar la dimensión justa a lo social. Por tanto, no por estar al margen de los "grandes números" un acontecimiento, la acción de un individuo o el desarrollo de un país, denota la desviación o la ilegalidad del mismo. Todo lo contrario, plantea la incapacidad del marco explicativo.

            Recordemos que la ciencia y su pretensión de progreso se basa en lo anteriormente dicho.   A su vez, la idea de tiempo lineal se nos presenta  como momentos que se suceden. Más sutilmente, el tiempo es entendido como espacio en donde ocurren hechos. A diferencia de la idea de tiempo circular, en aquel los momentos tienen el carácter de "insustituibles". Los hechos pasan una sólo vez. Por lo mismo, la experiencia del presente es tan importante en la Ilustración.

            Este invariante acontecer de hechos suministra el contexto experiencial del hombre. Justamente la experiencia moderna, resultante de la conjunción del tiempo lineal y de la idea de progreso, se caracteriza por que "al sujeto le pasan cosas". Pero esto aún no es suficiente para lograr un progreso. Digamos que el progreso -entendido modernamente- es producto de la conciencia del rendimiento inmediato que se tiene de la experiencia de una cosa.

            De ahí que,  el progreso de la humanidad hacia la mejoría social y moral se complemente perfectamente con la pregunta por el presente. Cada observación y aseveración del presente tiene como predicado el rendimiento de la experiencia de un sujeto -en este caso de la humanidad. La superación efectiva del momento anterior -idea de proceso- nos conduce a un progreso.

            Me interesa mostrar que todo progreso moderno transcurre en un tiempo lineal. No por eso su dirección es "hacia adelante". La linealidad da cuenta por un lado, de la matematización de la explicación del avance social y moral de la humanidad y, por otro, nos habla del deseo de continuidad en la historia.

            De este modo, la Ilustración ha generado un concepto de razón que, al considerar de modo "positivo" los hechos, se positiviza a sí misma. La razón positiva queda presa de la necesidad de la sucesión positiva de los hechos.

            Aclaremos que he entendido la razón positiva como expresión de la racionalidad científica. No se agota en esta. Más bien, la manera epocal -ilustrada- en que se han considerado los asuntos propiamente humanos, nos hace pensar en prácticas mediadas, en su totalidad, por una razón positiva.

             Aquí el punto difícil de precisar es que el paso desde la razón positiva a la razón negativa, al parecer, sólo es resultado de la "crítica al conocimiento empírico". En cambio lo que he tratado de mostrar es que los mismos supuestos -conocimiento empírico, progreso, idea de tiempo lineal- que la razón negativa ha criticado, aún permanecen en su interior. Esto se debe a que no ven -en el alcance de su crítica- que es precisamente la "racionalidad científica" la que se ha encargado de las ficciones de la razón positiva.

            Indudablemente que la critica de Nietzsche y Foucault apuntan a la racionalidad científica. Sobretodo en este último quien, siguiendo al primero, ve en la disposición de la razón una voluntad de verdad mediada históricamente.

            De manera general, hemos puesto de manifiesto que la razón positiva trae de contrabando los mismo supuestos que la racionalidad científica. Además he sugerido que la pregunta por el presente -en la Ilustración- tiene como correlato la sucesión incesante de los distintos momentos en el tiempo.

            Lo anterior nos condujo a pensar en la idea de progreso. Este es un avance con respecto a un momento anterior. Pero además se refiere al rendimiento que una conciencia hace de sus experiencia -en este caso, humanidad entendida como sujeto.

            Una de las consecuencias de esta sección es que la razón positiva afirma un momento actual sólo a condición de su creciente autocercioramiento. Esta razón se instala, ingenuamente, en un mundo que se le da como "evidencia" para el conocimiento. Justamente la idea de positividad da cuenta por un lado, de la ausencia de reflexión crítica respecto de sus "supuestos" (no hay que olvidar que existe la reflexión del presente) y, por otro, de un mundo objetivo.

            La recolección de datos que se lleva a cabo a partir del mundo objetivo nos pone frente a la neutralidad valorativa (punto que criticará más adelante Adorno).

 

Sección tercera: Nietzsche y la razón ilustrada

            Nietzsche nos dice:

"Retirado del presente.- Hay grandes ventajas en retirarse un día de su época en una amplia medida, y, por así decirlo, dejarse arrastrar desde su orilla al océano de las concepciones pasadas del mundo. Desde allí, mirando hacia la playa, se abarca por primera vez sin duda la configuración de conjunto, y cuando se acerca de nuevo a ella, se tiene la ventaja de comprenderla mejor en todo, que quienes nunca la han dejado, de comprenderle mejor".

            Con que fuerza este aforismo se nos impone como el motivo por el cual Nietzsche va en busca del arte griego. El eterno retorno al océano de las concepciones pasadas lo disponen con una mejor visión de conjunto. ¿ Acaso con un punto de vista universal ?.

            Su atención se dirige al pasado, buscando en la tradición, los caminos errados del prodecer alemán. Todo error actual tendrá una "procedencia" histórica. Pero no la búsqueda de un origen último. Foucault nos dice en La microfísica del poder "...la procedencia designa la cualidad de un instinto, su grado o su debilidad, y la marca que éste deja en un cuerpo...la procedencia se enraiza en el cuerpo. Se inscribe en el sistema nervioso, en el aparato digestivo. Mala respiración, mala alimentación, cuerpo débil y abatido respecto al cual los progenitores han cometido errores...".

            Estamos hablando del cuerpo, y no necesariamente de un sujeto. Más bien, la disociación del yo es un evento histórico. Y el cuerpo esta impregnado de historia. Esta es la función de la genealogía, a saber: poner en entredicho lo actual con un fundamento histórico. Por tanto, se busca la procedencia del cuerpo, del hombre.

            Nietzsche en la genealogía de la moral nos dice: "- Mis pensamientos sobre la procedencia de nuestros prejuicios morales- pues de ellos se trata en este escrito polémico- tuvieron su expresión primera, parca y provisional en esa colección de aforismos que lleva por título Humano, demasiado humano". De este modo, trata lo "bueno y lo malvado"; "culpa" "mala conciencia" y los "ideales  ascéticos".

            Este método no fue acaso el motivo por el cual se escribe el nacimiento de la tragedia.

            Pero detengamos en un punto de interés. La idea de buscar la esencia del arte actual lo lleva a encontrarse con la expresión artística de  un mundo antiguo. Pero no se trata de la "mirada del anticuario" que por excelencia se deja atrapar por los trastos viejos y en desuso. Todo lo contrario, su mirada -si bien mesiánica- conjura un mundo nuevo. El mundo de Zaratustra, el descifrador de enigmas.

            Nietzsche en el ocaso de los ídolos dice:

            "Lo que yo debo a los antiguos

            Mi sentido del estilo, del epigrama como estilo, se despertó casi de golpe, al contacto de Salustio...se puede reconocer en mí, hasta mi Zaratustra, una ambición muy seria al estilo romano, al aere perennius en el estilo. Una cosa parecida me pasó en mi primer contacto con Horacio".

            El verdadero sentido de la tradición no lo deja a uno encerrado en el pasado, sólo nos da la oportunidad de recobrar lo perdido.

            Y con respecto a los que deben nos dice:

            "¡ Es mejor seguir en deuda que pagar con una moneda que no lleve nuestra efigie! así lo quiere nuestra soberanía". (La gaya ciencia, pág 166, aforismo 252).

            Todo esto constituye -en principio- el gesto nietzschenao con respecto al pasado y la tradición. Agradecido de los antiguos no puede dejar el mundo -así como él lo encontró- cual la belleza se ha perdido, excluído de las grandes distancias y ciego, se ve guiado por los fenómenos morales, la verdad, la unidad del yo, el ser, Dios los cuales no son sino prejuicios acerca del hombres mismo.

            Hemos visto de que manera el gesto nietzscheano rompe con la linealidad del tiempo. Su idea de progreso no pasa por la acumulación progresiva de conocimientos acerca de algún fenómeno que nos interese sino todo lo contrario, el nuevo mundo -de la mano del arte y la poesía- se nos abre como una dimensión crítica de la realidad. Como escépticos del conocimientos. Con la sonrisa del que esta en las alturas del tiempo nuevo, por conquistar. En definitiva como al animal-hombre que siempre hemos sido.

            Luego se pregunta "...ya que los errores de la humanidad nos han llevado a la barbarie ¿ la verdad estará en condiciones de volvernos a nuestra naturaleza?.

 

SEGUNDA PARTE: La razón negativa

Sección primera: Crítica a la modernidad: Locura v/s Razón

            Huelga mencionar que he suprimido la sección anterior, a saber: "lo positivo" y "lo negativo" de la razón. Este constituía la conexión entre la primera y la segunda parte. Mostraba esquemáticamente la relación entre lo positivo y lo negativo de la razón y cómo ésta adquiere nueva forma. Entonces, al perder la conexión (siempre entendible) doy paso a las críticas de la modernidad o, conformación de la razón negativa.

            M. Foucault parece ser el indicado. En su texto "Historia de la locura en la época clásica" Tomo I, intenta describir el porceso por el cual la razón ha hecho de todo su entorno algo iletimo. Detengámonos en este punto. La legitmidad de la razón se materializa en las diversas disciplinas del saber. Cada una de ellas conlleva una pretensión de verdad, que no es más que expresión de la voluntad de poder. Por tanto, lo externo, el entorno de la razón pierde legitimidad. Al mismo tiempo, la locura -como el afuera de la razón- queda excluída, primeramente, luego, recluída.

            El proceso de inclusión de la locura y de los marginados es complemento de la clinificación de los asuntos propiamente humanos. El nacimiento del hospital general es muestra del poder ejercido por un saber sediente de poder.

            Si el límite lo impone la razón, si los excluídos tienen como referente último a la razón, los marginados se ven desposeídos de una explicación entonces la razón se convierte en el último Bastión de los dispositivos de gobernabilidad humana.

            ¡ Ni que hablar del origen de las ciencias sociales! Disciplina que tiene por objeto al hombre, sólo aparece en el siglo XIX como el medio más eficaz de controlar a los individuos. Conceptos como desviados, anomia y control social son centrales.

            Por otro lado, tanto la voluntad de saber como la voluntad de verdad se aunan en la voluntad de poder. Precisamente el tema de la voluntad nos dificulta el acceso a la relación entre locura y razón.

            La sinrazón es vista con ojos asustadizos. El mayor problema de los locos es estar condenados.

            Pero -se pregunta Foucault- ¿cómo es que la razón es tal? ¿De qué modo a llegado a ocupar el lugar en el que se encuentra?. Pues bien, la razón sólo se define según todo lo que excluye y aborrece. Por tanto se determina negativamente. ¡Yo no soy esto ni aquello! Entonces, resulta ser el lugar desde donde se legitima el discurso del saber.

            Nietzsche le dice a sus hijos...a los rumiadores: "¿Cuándo se ha llevado a cabo la historia de un amor, de la codicia, de la envidia, de la conciencia, de la piedad, de la crueldad? Ni siquiera se ha logrado totalmente realizar una historia del derecho o simplemente de los castigos" (La gaya ciencia, pág. 52. aforismo 7 "Nota para los laboriosos".

            ¡Los primeros intentos se levantan, adquieren la fuerza del edificio del saber y la legitimidad de la institución los apoya! Foucault "el laborioso" pone en entredicho la historia del derecho y la historia de los castigos. De cualquier forma, me interesa mostrar la dependencia discursiva entre razón y locura como tambien, la voluntad de poder en todo saber.

            Hemos puesto de manifiesto, de modo general, que la critica central a la razón positiva hace alusión a la insuficiencia en su capacidad de autodefinirse, y que sólo a condición de excluir y dominar puede ejercer su poder. El reino de la razón es avasallado por el reino de la razón negativa.

            Pero ¿en qué consiste la razón negativa? Es una constante crítica. Su fin es lo intelectivo y no lo edificante. Como bien apunta Hegel "La filosofía debe guardarse de pretender ser edificante" (Hegel, La fenomenología del espíritu, pág. 11 "La formación del presente").

            Edificante así como lo ha hecho la razón es estos últimos miles de años. La voluntad de saber, el deseo de conocer debe remitir siempre a "lo conocido". Pero esto no significa que, todo deseo se empalme con la legitimidad cuasi natural del "uso correcto de la cosa", sino que, deben ser develadas las formas históricas a través de las cuales han tenido lugar. Desmitologizar a la razón es nuestra primera tarea. ¡La risa estrepitosa de la sinrazón se hace presente!.

 

Sección segunda: Critica a la modernidad: Mito e Ilustración

            T. W. Adorno parece ser el indicado. En su texto "Dialéctica del iluminismo" en conjunto con M. Horkheimer analizan el paso de las explicaciones míticas, en donde la magia es su manera de proceder hacia las explicaciones racionales del período ilustrado, en donde el saber científico constituye su método.

            De modo general precisaré las principales ideas y conclusiones:

- En su itinerario hacia a la nueva ciencia los hombres renuncian al significado. Sustituyen el concepto por la fórmula, la causa por la regla y la probabilidad (Ibid, pág. 17);

- El iluminismo reconoció las antiguas fuerzas y persiguió como superstición la pretensión de verdad de los universales. El Iluminismo cree aún descubrir en la autoridad de los conceptos generales el miedo a los demonios (Ibid, pág. 18);

- Las diversas figuras míticas son todas reducibles, según el iluminismo, al mismo denominador, es decir, al sujeto (Ibid, pág. 19);

- El iluminismo reconoce a priori, como ser y acaecer, sólo aquello que se deja reducir a una unidad; su ideal es el sistema, del cual se deduce todo y cualquier cosa (Ibid, pág. 19);

- La lógica formal ha sido la gran escuela de la unificación. La lógica formal ofrece a los iluministas el esquema de la calculabilidad del universo (Ibid,pág. 20);

- El mito perece en el iluminismo y la naturaleza en la pura objetividad (Ibid, pág. 22);

- Para que las prácticas limitadas del brujo cediesen su puesto a la técnica industrial universalmente aplicable era antes necesario que los pensamientos se independizasen de los objetos tal como ocurre con el Yo adaptado a la realidad (Ibid, pág. 24);

- Así como los mitos cumplen ya una obra iluminista, del mismo modo el iluminismo se hunde a cada paso más profundamente en la mitología (Ibid, pág. 25);

- En los mitos todo acontecimiento debe pagar por el hecho de haber acontecido. Lo mismo acontece en el iluminismo: el hecho se anula apenas ha ocurrido (ibid, pág. 25);

- El iluminismo mantiene el satus quo, se conforma con la realidad (Ibid, pág. 26);

- El iluminismo destruye lo inconmensurable (Ibid. pág. 26);

- El iluminismo es la angustia mítica vuelta radical (Ibid, pág. 29);

- Su instrumento es la igualdad (Ibid, pág. 30);

- No debe existir ya nada afuera ya que es condición de la angustia (Ibid, pág. 29);

- El iluminismo rechaza la exigencia de pensar el pensamiento; Su procedimiento matemático se vuelve necesario y objetivo (Ibid, pág. 41);

- La pretensión de conocimiento es abandonada, ya que es justamente la negación determinante de lo que es inmediato (Ibid, pág. 42);

- El individuo queda determinado como "cosa" (Ibid, pág. 44);

- La razón se ha convertido en un simple accesorio del aparato económico omnicomprensivo (Ibid, pág. 46);

- La razón es el utensilio universal (Ibid, pág. 46);

- La maldición del progreso constante es la incesante regresión (Ibid, pág. 52);

- El iluminismo al servicio del presente se transforma en el engaño total de las masas (Ibid, pág. 59).

 

                    Detengámonos en la crítica a la noción de sujeto. El iluminismo hace del individuo una "cosa" objetiva a la cual se le pueden aplicar ciertas leyes. Más arriba he mencionado la ley de los grandes números.

            El individuo, inmerso en relaciones burguesas, sólo puede ser pensado a condición de dejar de pensar el pensamiento mismo. Esto es, el pensamiento excluye la posibilidad de negar determinantemente lo que le es dado en la inmediatez. El pensamiento se ve a sí mismo como la "gran cosa". Pero en su condición objetiva pierde toda realidad.

            El sujeto, entonces, utilizando la "gran cosa", puede inquerir el presente sólo a condición de poner en jake la ejecución de su actividad. El sujeto, separado de la realidad, se ve aislado como una mónada. Su situación es precaria, en tanto se encuentra "arrojado" a un saber que lo desborda y no lo satisface.

            Las relaciones humanas pierden todo contenido histórico. Peor aún, la ilustración hace de sí el medio perfecto para engañar  a la masa.

            Cada sujeto se solidifica como unidad eterna, inmutable; al mismo tiempo precario, transitorio y fugaz frente a la inmensidad del conocimiento.

            Detengámosnos en la noción de razón. Esta se ha convertido en un medio del aparato económico. Digamos que Adorno no es tan ingenuo para pensar a la razón como un ente metafísico, más bien hay que entenderlo como el modelo para legitimar un estado de cosas -el status quo.

            La razón es el utensilio universal. ¡Qué engaño puede nublar la visión!

            Por un lado, sólo se le enseña a utilizar a algunos o, los que, conociendo su "correcto uso" no tienen las posibilidades materiales y políticas para ejecutarla -Adorno dirá culturales. Por otro, la universalidad de la razón queda determinada por la necesidad.

            Entonces, ¡Qué nos impide la abolición de la razón positiva!.

            Hasta el momento hemos puesto a la razón positiva al desnudo. Sus formas no satisfacen a la razón negativa. Su estructura corporal se asienta en el dominio y la exclusión. En tenerse como referente último de toda acción humana.

            La razón positiva se nos muestra como insuficiente. Pero, ¿acaso la razón negativa es su complemento natural?

            No. ¡Muerte al estado de cosas positivos! En la sinrazón, lo negativo es un acceso -una puerta. Es, en definitiva, el lugar que nos comunica con lo interior - con nosotros mismos.

 

CONCLUSIÓN

            Sólo una pregunta queda por responder, a saber: ¿la crítica a la razón positiva nos sitúa en una etapa nueva pero, moderna al fin? ¿o debemos pensar en la superación de la modernidad, en la completitud del proyecto moderno? ¿es la razón negativa el estadio de una nueva era? ¿o debemos pensar en tiempos y proyectos paralelos?

            Habermas -lúcidamente- se da cuenta de esta aporía. Ve en la incompletitud del proyecto un acceso -una salida. La modernidad, el estallido de las esferas, rompe con las explicaciones mítico-religioso y ve en la creciente multiplicación categorial, llevada a cabo por la ciencia, una salida.

            Las explicaciones -conceptualmente enriquecidas- aún no han podido dar con la incompletitud del concocimiento. Tal vez en Nietzsche es posible hallar la utilización práctica del conocimiento como artefacto para sobrevivir.

            De todas formas, la razón positiva y la razón negativa confirman el deseo -humano, demasiado humano- de alcanzarse, de encontrarse en la intimidad de la noche consigo mismo y descubrir que sólo la preocupación es - por excelencia- el modo simple de actuar.

 

BIBLIOGRAFIA

Nietzsche Friedrich, ..........................................La gaya ciencia

                                                                        Humano, demasiado humano

                                                                        El ocaso de los ídolos

                                                                        La voluntad de poderío

Hegel G. W. F...................................................La fenomenología del espíritu

Adorno T. W. , Horkheimer M..............................Dialéctica del iluminismo

Foucault M. .......................................................Microfísica del poder

 La historia de la locura en la época clásica I

Habermas J........................................................La modernidad: un proyecto incompleto

             El discurso filosófico de la modernidad: "la  modernidad: su conciencia del tiempo ysu necesidad de autocercioramiento"

 

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