EDUCACIÓN EN ESPAÑA: DEBATE SOCIAL Y RETOS PARA EL SIGLO XXI 

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Daniel Vila

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PROFESORES INSATISFECHOS

El papel y la tarea del profesor aparece cada vez más cuestionada. Paradójicamente, mientras su trabajo pierde valoración social sus responsabilidades se multiplican: tiende a desempeñar varios roles de forma simultánea, ha de acometer las reformas educativas y debe enfrentarse al fenómeno creciente de la indisciplina escolar, circunstancias que muchas veces le producen una enorme insatisfacción. Expertos y profesionales en diversas áreas analizan esta situación en el último informe de la Fundación Encuentro, junto con otras cuestiones de carácter educativo y social.

El impacto de la inmigración, el Estado del Bienestar, la protección de la tercera edad, la integración de las personas discapacitadas o el desarrollo urbano son algunos de los desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad en el nuevo siglo. Estos y otros temas, como el titulado “Educación en España: debate social y retos para el siglo xxi”, son objeto de análisis en el Informe España 2001 a cargo de expertos y especialistas en diversas áreas.
Así, se estudian cuestiones que afectan al sistema educativo, desde el debate entre escuela pública y privada hasta la escolarización de los inmigrantes, pasando por el rendimiento académico, la participación de los padres o el papel de las nuevas tecnologías. El principal protagonista de la educación, el profesorado, es considerado en el informe como un colectivo profesional en buena medida insatisfecho: un 54,7 por ciento de los docentes de la enseñanza pública manifiesta estar “muy insatisfecho” ante el reconocimiento de su trabajo y otro 56 por ciento cree que la valoración social de su tarea es hoy peor que hace unos años. ¿Las causas? Son variadas, pero entre ellas habría que citar el cuestionamiento continuo de su profesión, la adaptación a las reformas educativas, la falta de consideración social o los problemas disciplinares en el aula.
“Los profesores, verdaderos catalizadores de la educación, se ven muchas veces excluidos de los procesos de toma de decisiones en asuntos en cuya aplicación forzosamente han de ser agentes de primer orden”, indican los redactores del estudio. Un ejemplo es la reforma educativa: durante los últimos años las quejas sobre los profesionales de la enseñanza se han camuflado en la adaptación de la misma, algo que indirectamente ha llevado a pensar que el malestar se debe a las dificultades para asumir este proceso, cuando “no se ha contado de manera suficiente con ellos, no se les ha preparado bien y no se les ha motivado para ello”, indica el informe.

 

Imagen Social
“Las causas de la insatisfacción son numerosas y suelen encadenarse”, dice el profesor de la Universidad Complutense y doctor en Psicología y Pedagogía, Valentín Martínez-Otero. “No es extraño encontrar profesores desalentados, deprimidos y estresados. En la actualidad la labor docente es más compleja que la de hace pocas décadas, lo que hace necesario replantearse con seriedad qué papel ha de representar el profesor y cómo se le puede ayudar”. Y en su opinión esto último pasa por favorecer su estabilidad laboral, mejorar su formación, incrementar su sueldo, estrechar la colaboración entre escuela y familia y dedicar más recursos a la enseñanza. Pero “también es preciso mejorar la imagen social del profesorado y aunar esfuerzos entre las instituciones para que los docentes no se sientan solos ante los numerosos desafíos que entraña la tarea de educar”, subraya Martínez-Otero.
Lo cierto es que el magisterio ya no aparece como un trabajo prestigiado socialmente. Tampoco pervive la vieja imagen del maestro rural como una figura con autoridad moral y social en su entorno. Para los autores del estudio resulta paradójico que la labor del profesor sea cada vez menos trascendente y, al mismo tiempo, cada día más cargada de exigencias, una contradicción que lleva a los docentes al aislamiento, rebajando su nivel de expectativas, procurando “no quemarse”. Ese mismo contrasentido aparece reflejado en una encuesta de la Fundación Hogar del Empleado en la Comunidad de Madrid, según la cual mientras el 71,3 por ciento de los padres declara estar “bastante” o “muy satisfecho” con la manera de enseñar de los profesores, un 45,4 por ciento de ellos estima que debería cambiar “mucho” o “bastante” su preparación.

 

Disciplina
Partes, expedientes sancionadores, retrasos injustificados, incumplimiento de tareas, maltrato físico y verbal, actos de violencia, discriminación, enfrentamientos que implican a profesores y alumnos, disputas entre estos últimos y desde hace algún tiempo la falta de disciplina y la violencia escolar se muestran como un fenómeno creciente en las aulas, todo un desafío para el colectivo docente. “Son problemas frecuentes en la escuela actual y el profesor se siente a veces indefenso ante ellos, cuando no víctima, utilizando también en este caso como reacción un mecanismo defensivo que consiste en evitar los problemas, en procurar que no los haya, en pasar hábilmente por las situaciones conflictivas sin implicarse”, reza el trabajo de la Fundación Encuentro.
“La indisciplina en los centros escolares obedece a un conjunto de factores –explica Martínez-Otero– y es habitual oír, por ejemplo, que la positiva extensión de la escolaridad obligatoria se traduce en un mayor número de alumnos desmotivados e indisciplinados. Por otra parte –agrega–, los medios de comunicación, sobre todo la televisión, con frecuencia presentan modelos pocos recomendables. Tampoco hay que pasar por alto que estamos en una sociedad conflictiva y sería extraño que la escuela fuese un campo aislado y paradisiaco”.
El denominado “comportamiento antisocial” en los centros educativos ha adquirido en los últimos años una curva creciente, como lo demuestra uno de los últimos informes del Defensor del Pueblo, según el cual un 4 por ciento de los alumnos reconoce haber sufrido agresiones físicas y otro 30 por ciento agresiones verbales e insultos. Otras encuestas, como la antes referida de la Fundación Hogar del Empleado, viene a refrendar la gravedad de esta situación: un 57,5 por ciento de alumnos de Secundaria afirman conocer a chicos de su edad que llegan a agredirse físicamente, el 60,5 por ciento manifiesta saber que hay compañeros que no se atreven a decir que otros les están molestando y un 55,8 por ciento considera que la escuela debería adoptar medidas más duras.

Modelo Tradicional
Según psicólogos y expertos, el origen de esta conflictividad tiene mucho que ver con el modelo tradicional de escuela, donde no se ha sabido sustituir el autoritarismo por la autoridad democrática, lo que lleva a que los estudiantes sean más conscientes de sus derechos que de sus deberes. Otras críticas se dirigen a las reformas educativas: junto al reforzamiento de las materias básicas, el apoyo a las Humanidades o la introducción de las nuevas tecnologías en el medio educativo, son muchos los docentes de la escuela pública que echan en falta una formación que les permita afrontar el fenómeno de la diversidad y la inmigración.

Para el profesor Martínez-Otero la solución a estos problemas “exige una profunda reflexión, proporcionar formación psicopedagógica e intercultural a los profesores, contemplar en las programaciones los cambios sociales y escolares, favorecer la participación de toda la comunidad educativa”. Desde su visión “hay que transitar de las medidas punitivas al establecimiento compartido de normas que regulen la convivencia”, y fomentar la figura del mediador escolar, “en cuanto persona imparcial que permite llegar a un acuerdo entre grupos enfrentados”.
A pesar de todas estas circunstancias desfavorables, la labor de educar tiene también su lado positivo, sobre todo cuando se tienen en cuenta los aspectos tradicionalmente llamados “vocacionales”. Así, tomando como referencia un amplio estudio de Comisiones Obreras, una gran mayoría de docentes de la enseñanza pública se sienten contentos con la responsabilidad y naturaleza del trabajo que desempeña, e incluso con las retribuciones que percibe. Pero son críticos con la actitud de los padres, al considerar que el 54 por ciento de éstos son muy pasivos a la hora de colaborar en el colegio.
El informe de la Fundación Encuentro apunta una serie de propuestas para mejorar la imagen de los profesionales de la enseñanza y su formación inicial y permanente, entre otras, la reforma del Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), fomentar el intercambio de experiencias, incentivar su promoción profesional, crear formas de encuentro con los padres, premiar la innovación e instruirles en el campo de las nuevas tecnologías. Según el estudio, estas últimas entrarán efectivamente en la escuela cuando los docentes, además de disponer de medios, se impliquen en ellas. “Para lograrlo necesitan perderles el miedo primeramente, luego adiestrarse en su manejo y finalmente aplicarlas al proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy asistimos a situaciones paradójicas en las que determinados alumnos saben manejar mejor un ordenador que sus profesores”.

 

DESEQUILIBRIOS Y RESULTADOS ACADÉMICOS

Donde se produce una clara descompensación entre centros de titularidad estatal y de propiedad privada es en el caso de alumnos con necesidades educativas especiales. Según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) en el curso 1996-97, 21 de cada 1.000 alumnos presentaban dichas necesidades y de ellos el 90 por ciento estaban integrados en centros públicos y sólo el 10 por ciento en centros privados. Y prácticamente se daban los mismos parámetros en lo que respecta a la escolarización de alumnos gitanos, inmigrantes y minorías étnicas, a pesar del crecimiento que estos colectivos han experimentado en los últimos cursos en la enseñanza religiosa concertada. Un reciente estudio de CC.OO. incide sobre esta misma cuestión y viene a señalar que el 82 por ciento de los inmigrantes estudia en centros públicos.
En cuanto al rendimiento de los escolares según la variable pública-privada, los datos del Sistema estatal de indicadores de la educación 2000 –referido a alumnos de 12 a 16 años y sobre las áreas de Lengua Castellana, Literatura, Matemáticas, Comprensión lectora y Reglas Lingüísticas– muestran que en Primaria, en todas las áreas consideradas, se registran unos mejores porcentajes entre los alumnos de la red privada. Pero, sin embargo, a los 16 años los resultados tienden a igualarse, lo que “hace pensar –según el informe– en la influencia de otros factores, como la familia y los contextos socioculturales, para explicar esas diferencias iniciales”.

 

PÚBLICA O PRIVADA

Cuando en España se habla de enseñanza una de las cuestiones más presentes en los debates es la división entre escuela pública y privada-concertada. El Informe España 2001 destaca que los puntos más conflictivos entre ambas redes son “la financiación, la aplicación práctica de los criterios para la admisión de alumnos y la presencia asimétrica en ambas redes de alumnos ‘con problemas’ (inmigración, integración y necesidades educativas especiales)”. Los datos reflejan que en España el 70 por ciento de la enseñanza es pública y el 30 por ciento de iniciativa social. Dentro de esta última, un 20 por ciento del total se imparte en centros católicos concertados, el 6 por ciento en centros no católicos concertados y el 4 por ciento en centros no católicos y sin concierto. Para los autores del estudio, las tensiones existentes entre ambos modelos de escuela se deben en gran parte a la desinformación y a los prejuicios históricos. “Más allá de algunas posiciones extremistas, se comparte la opinión de que la escuela pública y la escuela privada concertada constituyen un servicio público, dirigido al bien común de la sociedad y realizado por una doble vía, dos modelos que están llamados a colaborar desde la equidad y no a competir.”
Otro dato a tener en cuenta es el descenso en el número de alumnos matriculados en la enseñanza privada. Mientras que en el curso 1980-81 esta última escolarizaba al 38 por ciento de alumnos de Primaria y Secundaria, en el curso 1998-99 esa presencia se había reducido al 31 por ciento. Y eso que en España la enseñanza privada representa una parte muy considerable del panorama educativo: dentro de la Unión Europea nuestro país ocupa la tercera posición en cuanto al número de alumnos que cursan estudios en centros privados, tan sólo superado por Holanda y Bélgica.

 

LOS PADRES, PREOCUPADOS PERO AUSENTES

La controversia es una característica que define el papel de los padres en la educación. Especialmente, cuanto más alto es su nivel de estudios estos se muestran más preocupados en lo que afecta a la formación académica de sus hijos: una encuesta del INCE revela que más de dos padres de cada tres esperan que sus hijos obtengan un título universitario. Pero su participación en el centro escolar, ya sea en algún tipo de actividades o en la pertenencia a las APAs, es escasa. Los directores opinan que sólo dos de cada diez padres participan en actividades complementarias y que menos del 3 por ciento de los padres toman parte en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos. Según un estudio de la Fundación Hogar del Empleado, el 41 por ciento de los padres estaba bastante o muy de acuerdo en que la familia delega cada vez más en la escuela parte de sus responsabilidades educativas.

 

CIEN AÑOS DE PEDAGOGÍA

Con motivo del 25 aniversario de su nacimiento, la revista Cuadernos de Pedagogía ha publicado el libro Pedagogías del siglo xx, una cuidada edición que rinde homenaje a once educadores y educadoras cuyas ideas han transformado la escuela e influido en el pensamiento del profesorado de los últimos cien años. A lo largo de once capítulos, que han ido apareciendo como separatas en los números de la revista durante el año 2000, se analiza la forma de entender la educación de Montessori, Ferrer i Guària, Dewey, Giner de los Ríos, Freinet, Neill, Makarenko, Piaget, Milani, Freire y Stenhouse.
Para los responsables de esta edición son once historias “que cuestionan los métodos tradicionales y las formas de selección y exclusión escolar, y que proponen otros modos de concebir el proceso de enseñanza y aprendizaje. Propuestas que tratan de convertir los centros docentes en espacios de investigación, de diálogo interactivo y de cultura compartida. Para pensar, construir y vivir la escuela de una manera más plena, creativa y equitativa”.
Como señala el director de Cuadernos de Pedagogía, Jaume Carbonell, en el prólogo de la obra, “los apóstoles elegidos han adquirido ya, por la veneración y reconocimiento recibidos, el rango de clásicos”. Sus libros contienen propuestas de reflexión que incitan al diálogo y a la interrogación. La labor de todos ellos tiene además una serie de características coincidentes como la educación integral, la mayor proximidad entre docentes y alumnos, la consideración de la infancia como un periodo educativo específico, la relación con el entorno, la preparación para la vida y la visión del profesor como un dinamizador del proceso de aprendizaje.
Estas páginas sirven, por tanto, para acercarnos y conocer mejor la Escuela Moderna y las ideas educativas basadas en el pensamiento libertario de Francesc Feer i Guàrdia; para adentrarnos en la pedagogía de Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza; para descubrir las teorías y la investigación del entorno propugnada por Célestin Freinet; para repasar el principio de colectividad de Makarenko; o para familiarizarnos con las ideas transformadoras de Paulo Freire.
En la introducción del libro, el catedrático de Didáctica de la Universidad de Valencia, José Gimeno Sacristán, se refiere a estos once personajes como los “inventores” de la educación. “Ellos –dice– han sido decisivos para insuflar utopía y dar vuelo a la promesa de que la educación puede mejorar, a partir de diferentes modelos, la condición humana y la de la sociedad”.

D.V.

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