LA PERSONA CON DISCAPACIDAD VISUAL Y LA COMUNICACIÓN ESCRITA

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Profesora Especializada en Discapacitados Visuales.

Especialista en Rehabilitación Funcional y Laboral de Personas Ciegas o con Baja Visión.

Ex Docente y Directora del Centro de Habilitación para Adultos Ciegos y Disminuidos Visuales de San Fernando.  

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Texto publicado en el Periódico sobre discapacidad "El Cisne", edición de septiembre de 1998.

 

Permanentemente nos comunicamos por escrito. Recibimos y enviamos correspondencia, hacemos tareas escolares, anotamos un teléfono, una dirección, completamos una ficha para hacer un trámite, firmamos nuestra tarjeta de crédito, tomamos apuntes, enviamos una esquela a la maestra de nuestro hijo. Algunas de estas acciones quedan circunscriptas a la esfera íntima de quien las realiza. Otras necesitan ser mostradas, compartidas con otros y exigirán competencias diferentes. Mientras que para un apunte personal no importa si es prolijo, si tiene abreviaturas personales, o si está en sistema estenográfico; el escrito que debe ser compartido con otro debe ajustarse a ciertas convenciones.

Lo antedicho también puede trasladarse a la esfera de la discapacidad visual. Mientras que para una anotación personal el sistema Braille será adecuado, no lo será si el material a comunicarse debe ser compartido con alguien que desconoce este código.

Es objetivo de este artículo reflexionar sobre los diferentes medios de comunicación escrita y su relación con la ceguera y la baja visión.

 

CEGUERA

El Braille constituye el sistema de lecto-escritura propio de las personas ciegas. Ideado a principios del siglo XIX por el genio de Luis Braille fue y sigue siendo su código por excelencia. Previo a la invención de este sistema los niños ciegos estaban condenados al analfabetismo o, en el mejor de los casos, al aprendizaje de la lectura y la escritura con letras “comunes” en relieve, método muy poco adecuado al tacto.

En el caso de la ceguera de nacimiento o adquirida en edad temprana no hay dudas de la necesidad de este sistema para el aprendizaje de la lecto-escritura. En el caso de personas adultas que quedan ciegas no siempre es conveniente su enseñanza. Muchas personas no se adaptan a este modo de lecto-escritura mientras que otras se convierten en fervorosos “braillistas”. Por otra parte hay patologías que conjuntamente con la ceguera provocan problemas de sensibilidad  (como la diabetes) que impiden o dificultan seriamente la lectura táctil

Ahora bien, el sistema Braille tiene protagonismo sin lugar a dudas en la vida de las personas ciegas. En el ámbito escolar-estudiantil permitirá el aprendizaje de la lecto-escritura, la lectura de la bibliografía que esté escrita en este código, la confección de trabajos escolares. En el ámbito de la vida diaria posibilitará la anotación de una dirección, una receta, un dato laboral, etc.  pero siempre lo producido o será de uso personal o podrá compartirse sólo con quien conozca el sistema (otra persona ciega, el maestro especializado). Es por ello que resulta muy importante el aprendizaje o conservación de la escritura convencional ya que tendrá una función práctica  y social relevante.

 

La escritura “en tinta”

En el caso de los niños ciegos deberá impartirse en los últimos años de la escolaridad primaria  con el único fin de posibilitarles un medio de comunicación escrita que puedan compartir con quien no conozca el sistema Braille. No siempre se le da importancia a la enseñanza de esta técnica, quizás porque se confunda su objetivo. No es la meta que el niño produzca un escrito “como si viera” sino que aprenda los caracteres gráficos de la escritura convencional (sólo en imprenta mayúscula) para poder anotar un teléfono a alguien que ve, dejar un corto mensaje a un familiar o a un compañero de trabajo. A veces los maestros confunden los objetivos a lograr sometiendo a los niños a largos escritos obteniendo de esta manera el rechazo a una actividad que les brindaría oportunidades sociales y laborales. Es importante impartir esta técnica en una edad donde los chicos puedan comprender su finalidad y ponerla en práctica (por ejemplo enviando una esquela a alguien con vista) ya que si se realiza solo como una obligación escolar carece de sentido. Constituye “el broche de oro” el aprendizaje y práctica de la firma, siendo  relevante el explicarle a los chicos cuál es su significado social y legal.[1]

En el caso de personas que se discapacitan en edad adulta sólo deberá enseñarse a usar las diferentes técnicas que existen para escribir en tinta[2] ya que  se trata de conservar algo aprendido. Cada persona elegirá el dispositivo más adecuado y optará por el tipo de letra (cursiva o imprenta) que le resulte más fácil. Es relevante destacar que si  la escritura no se ejercita se pierde la memoria motriz de los trazos tornándose ilegible lo producido.

Con idénticos fines a los enunciados puede utilizarse una máquina de escribir con la ventaja de que no exige precisión motriz y la desventaja de su no portabilidad. Actualmente su uso está siendo desplazado por las herramientas informáticas.

 

BAJA VISIÓN

En el caso de personas con visión subnormal el código de lecto-escritura es el mismo que el de quienes ven normalmente. Sólo en algunas ocasiones (como por ejemplo cuando la visión central está muy disminuida) es necesario el aprendizaje del Braille como técnica alternativa sin descartar la lecto-escritura convencional. Es importante tener en cuenta si el resto visual es estable o si la patología visual es progresiva, para decidir (sobre todo en el caso de los niños) que sistema se enfatiza.

Lo relevante en el caso de las personas con baja visión no es el código (ya que es el convencional) sino cuál es el tipo y tamaño de letra más adecuado, el papel  y tinta mejor. Resulta vital un conocimiento acabado de cómo ve cada persona para buscar el medio más conveniente. Una correcta evaluación de la funcionalidad visual evitará errores. No siempre es cuestión de agrandar los caracteres (creencia muy extendida).  A modo de ejemplo diremos que si alguien tiene un recorte de campo y agrandamos excesivamente las letras no sólo no colaboraremos sino que lo perjudicaremos y este tipo de errores, sobre todo en niños que no saben “qué es ver bien” y no pueden modificar la situación son altamente iatrogénicos.

Existen sí, ciertas pautas generales que pueden tenerse en cuenta como por ejemplo que los trazos no sean ni excesivamente finos ni excesivamente gruesos, que el papel no produzca brillos, que la tinta sea de un color contrastante con el papel, que este último sea opaco y de buena calidad.

 

LA INFORMÁTICA

Quizás es en el ámbito de la comunicación escrita donde la informática hace su mayor aporte a las personas con discapacidad visual. Sintetizadores de voz, líneas Braille, softs magnificadores de caracteres, impresoras Braille permiten que la persona ciega o con baja visión se relacione en forma íntima con sus escritos a la vez que puedan compartirlos con personas con vista. Los beneficios que se desprenden de la tecnología informática merecerán por su amplitud  e importancia ser tema de futuros artículos.

 

Algunas definiciones

Braille: sistema convencional de comunicación inventado por Luis Braille que utiliza símbolos basados en un diagrama de seis puntos en relieve ordenados en tres pares horizontales superpuestos, llamado “célula Braille” (UNESCO).

Pauta o Pizarra Braille: aparato especial para la escritura en Braille. Se compone de dos placas metálicas o plásticas, articuladas en uno de sus lados y divididas en celdas del tamaño del signo generador (seis puntos). Las hay de diferentes tamaños (de página completa, de diez renglones, portátiles para anotaciones cortas, etc.). Se acompañan con un punzón especial que puede ser convencional o anatómico (Mon).

Escritura “en tinta”, “en negro” o “a lápiz”:  con estos términos se denomina a la enseñanza a los alumnos ciegos de la escritura común, la que utilizan las personas que ven. Significa capacitar al individuo ciego para que pueda comunicarse por escrito a través del medio universalmente empleado por la inmensa mayoría de las personas (Crespo).

 

Notas

[1] No siempren se obtienen los mismos resultados. Factores como la habilidad motriz, la motivación, el tiempo de ejercitación, inciden en la tarea. De todos modos debería contemplarse la realización de la firma como objetivo mínimo a lograr.

[2] Para la escritura en tinta por parte de personas ciegas existen tablillas de madera con una guía  metálica movible unida con una bisagra que oficia de “renglón”. El papel se coloca entre la madera y  la guía sujetándolo con unos broches que la pizarra tiene en su parte superior. Sólo sirve para caracteres de imprenta ya que la guía rígida impide los mivimientos de las letras cursivas. Un método muy económico y eficaz consiste en doblar un papel duro marcando los renglones y colocar sobre él el papel donde se va a escribir. Para la firma resulta útil la confección de un tiposcopio  consistente en un cartón al que se le realiza una abertura que se hace coincidir con el lugar destinado a la rúbrica. 

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