LA CULTURA DEL AUTISMO

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Por Gary Mesibov y Victoria Shea

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Traducido por María Russo de Lahoud

Miembro de SOVENIA

Caracas, Abril 1999.

Venezuela

 

LA CULTURA DEL AUTISMO: DEL ENTENDIMIENTO TEORICO A LA PRACTICA EDUCATIVA

 

PRINCIPIOS EDUCACIONALES DEL TEACCH

Dadas las características cognitivas y los patrones conductuales del autismo, el programa TEACCH ha desarrollado formas de ayudar a los individuos autistas a funcionar en la cultura que les rodea. Con más de 20 años de trabajo con estos asuntos, la División TEACCH ha creado programas educativos que han sido extremadamente exitosos al satisfacer este objetivo. El programa TEACCH está basado en varios principios:

 

Fortalezas e Intereses.

Todos los estudiantes tienen fortalezas e intereses que pueden hacerse funcionales para ellos. Por ejemplo, si un estudiante está muy apegado al color rojo, las partes más importantes de sus trabajos pueden marcarse en rojo. A los estudiantes que prestan mucha atención a los detalles visuales, les enseñamos destrezas de clasificación, pareamiento y de oficina que pueden ser utilizadas en situaciones de empleo en la vida real. No podemos confiar que la compulsión de un estudiante por completar las tareas en una secuencia establecida le enseñe el uso de las listas de chequeo para una variedad de trabajos, tales como higiene personal, labores domésticas, destrezas vocacionales, y hasta destrezas para uso del tiempo libre. Aunque no podemos cambiar el autismo, posemos usarlo como un contexto para ayudar al estudiante a adquirir las destrezas que nuestra cultura requiere. 

 

Evaluación cuidadosa y constante.

Todos los estudiantes tienen el potencial para desarrollar mejores destrezas. Desde el retardado severo, no verbal, con problemas de higiene y agresión, hasta el individuo de alto funcionamiento que puede leer, escribir y pasar tiempo solo en la comunidad, todos los estudiantes autistas tienen fallas en las destrezas, y todos tienen potencial para el progreso. En el Programa TEACCH, comenzamos el proceso diseñando un programa educativo luego de observar la aproximación del niño a una variedad de materiales, instrucciones y actividades, presentadas en modalidades diferentes con diferentes cantidades de estructura. Prestamos atención particular a las áreas de comunicación, auto-ayuda, destrezas vocacionales, y destrezas de recreación/uso del tiempo libre. Las necesidades se ordenan por orden de prioridad, y luego se establecen los objetivos en cada área.

 

Asistencia para Comprender Significados.

Todos los estudiantes con autismo tienen limitaciones en su capacidad para entender el significado de sus experiencias. Tal como lo hemos dicho antes, la dificultad en la comprensión de los significados es central en el autismo. Jamás podemos suponer que nuestros estudiantes comprenden: porqué les pedimos que hagan ciertas cosas; cómo se relacionan las destrezas y las conductas que les enseñamos; o hasta qué, específicamente, les estamos pidiendo. Aún los estudiantes autistas más inteligentes con frecuencia se sienten confundidos o inseguros acerca de las expectativas y de las costumbres en nuestra cultura. Los maestros no deben perder de vista la necesidad constante del estudiante de un guía que sienta empatía y que les ayude con nuestro ambiente tan confuso y difícil de interpretar.

 

Incumplimiento Resultante por Falta de Comprensión.

La mayoría de las conductas que exhiben los estudiantes se deben a su dificultad cognitiva para comprender qué se espera de ellos. De acuerdo a nuestra experiencia, es extremadamente raro que un estudiante con autismo sea deliberadamente desafiante o provocador. Desdichadamente, algunos observadores interpretan sus conductas de esta manera, particularmente cuando el estudiante con autismo les mira directamente y luego hace lo opuesto de lo que se le ha pedido, o hace lo que está prohibido. En otros estudiantes, podríamos suponer correctamente que tal conducta se ejecuta para expresar rabia, o para afirmar la independencia del estudiante. Estas explicaciones son raramente las apropiadas para tales conductas cuando se trata de alumnos autistas; no obstante, es mucho más probable que el estudiante no comprenda las palabras utilizadas, la expresión facial y el lenguaje corporal del hablante, o las expectativas sociales de la situación. El estudiante podría estar movido por fuertes impulsos de actuar sin tomar en cuenta las reglas o las consecuencias, o pudiera estar agitado o abrumado por la estimulación sensorial dentro del aula. Las reglas pudieran ser demasiado abstractas o demasiado vagas. El incumplimiento es raramente un concepto útil en el autismo.

 

Colaboración de los Padres.

La planificación educativa debe ser sensible al ambiente al cual va a ir el estudiante cuando regrese a casa en la noche, y donde vivirá como un adulto. Es importante incorporar los deseos y el estilo de vida de la familia del alumno al programa educativo. Si los padres quieren o necesitan que el estudiante tome su cena con la familia o que ocupe su tiempo libre de manera productiva, intentamos de la mejor manera a nuestro alcance de enseñarle estas destrezas.

 

OBJETIVOS EDUCACIONALES DEL TEACCH

Si estamos en lo correcto al conceptualizar el déficit cognitivo primario como un problema de comprensión de significado, luego sigue que uno de los principales objetivos educacionales es el de enseñar al estudiante que su ambiente si tiene significado. No es suficiente enseñarle a cumplir con lo que pide el maestro, cumplir con las reglas, o destrezas con materiales o lenguaje, porque la enseñanza de una variedad de conductas y destrezas que a los ojos del estudiante, nos están relacionadas, no trata los problemas básicos o el fracaso para entender, hacer conexiones, y generalizar. Nuestro objetivo más importante es que nuestros estudiantes encuentren que hay patrones en el universo, y que ellos pueden identificar estos patrones y seguirlos esté o no presente un maestro o un adulto familiar al alumno. Aunque los maestros son los que capacitan a sus estudiantes para lograr este objetivo, en última instancia lo que queremos es que los estudiantes autistas sean capaces de funcionar sin la intensiva supervisión de un maestro, por la simple razón que nuestra cultura no provee recursos para maestros de por vida. Por tanto, el objetivo educacional de enseñar al estudiante a encontrar significado y orden en su mundo es una reflexión práctica del objetivo general de ayudarlo a encajar dentro de nuestra cultura cuando sea adulto.

Otro de los objetivos educacionales es el de enseñar al estudiante el concepto de causa y efecto. Aunque algunos niños con desarrollo normal y muchas personas con autismo aprenden esto a una edad temprana, algunos autistas, particularmente lo que tienen un retardo mental importante, no comprenden que ellos pueden causar eventos que suceden de manera confiable y predecible. Este es un concepto clave de la comprensión que tiene nuestra cultura del universo y que está ausente entre algunas personas autistas. Es un requisito previo para la comunicación, y es importante para otras destrezas, como por ejemplo para comprender como vestirse (cuando halo, la camisa sale por mi cabeza), o cómo utilizar los materiales (cuando muevo un trapo, el polvo desaparece). El dominio del concepto de causa y efecto es un avance tremendo en la habilidad de una persona para cuidar de sí misma, realizar un trabajo productivo, y vivir en una comunidad.

La comunicación es un objetivo educacional extremadamente importante para todos los estudiantes. Algunos estudiantes con autismo deben aprender primero que la comunicación existe, que es posible que una persona tenga influencia sobre el comportamiento de otro por algunos actos expresivos. La naturaleza de esta acción puede ser individualizada al nivel del estudiante, con un rango de opciones que incluyen producir un sonido, tocar una campana, intercambiar un objeto, decir palabras, tipear palabras, o usar gestos o señales simbólicas. A los estudiantes que tienen algunas destrezas comunicacionales se les pueden y se les deben enseñar algunos refinamientos, tales como vocabulario adicional, estructuras de oraciones más complejas, o extender los sistemas de lenguaje (por ej. Lenguaje escrito y lenguaje oral).

Los objetivos educacionales de TEACCH están planeados también para desarrollar destrezas significativas para la vida adulta. Destrezas y conductas que no tienen como mira su propio bien, sino para su utilidad funcional para el futuro del individuo. Aún a los niños más pequeños les tratamos de enseñar las destrezas básicas para que tengan la mayor independencia posible en las áreas de auto-ayuda, comunicación, destrezas vocacionales e intereses recreacionales y de tiempo libre, vida en comunidad. De modo pues que concentramos nuestro día de clases en eventos muy concretos como son: uso del baño, ponerse los zapatos, pedir ayuda o algo para beber, caminar hasta un restaurante, o viajar en el autobús a una piscina.

 

LIMITACIONES DE LAS TECNICAS EDUCATIVAS TRADICIONALES

El método más efectivo para enseñar a estudiantes sin autismo, es a través del uso del lenguaje verbal. Los maestros en la escuela regular y los padres en sus hogares, están hablando todo el día, explicando cada paso de la actividad a realizar: cómo usar las tijeras, cómo cepillarse los dientes, etc. Mientras que las explicaciones verbales pueden ser útiles para la mayoría de los estudiantes, para los alumnos con autismo éstas a menudo son inefectivas y muchas veces contraproducentes. Esto es cierto independientemente del nivel cognitivo del estudiante. Aún alumnos con un vocabulario amplio pueden tener limitación en sus habilidades para atender o procesar la explicación verbal del maestro o del padre. Esto es cierto independientemente del nivel cognitivo del alumno. Tal vez ellos no sepan que se están dirigiendo a ellos, quizás sólo sigan el patrón de movimiento de los labios del maestro, o también pudiera ser que estén pensando en el sonido del ventilador del aula, etc. Pero aún cuando están prestando atención, es probable que no comprendan lenguaje que contengan expresiones idiomáticas, connotaciones sutiles, inferencias lógicas, o un vocabulario complejo. Los alumnos con autismo que además tienen un alto grado de retardo mental tienen más dificultad para aprender a través del lenguaje verbal. Por esto el maestro y el padre no pueden utilizar el lenguaje verbal como única modalidad educativa porque resultará improductiva y frustrante tanto para el maestro o padre como para el alumno.

Otra forma de enseñanza en nuestra cultura es la demostración al alumno de lo que queremos que haga unido a la explicación verbal. Desdichadamente, esta técnica también puede ser inefectiva para el alumno con autismo, porque depende de la habilidad del estudiante para atender a la demostración e identificar los aspectos relevantes de la misma. Por ejemplo, tal vez la maestra quiera que Billy copie la forma en otro estudiante salta en un solo pie. Pero pudiera ser que Billy piense que el concepto que le están enseñando sea el de usar trenzas anaranjadas como las del otro alumno, o hacer el mismo ruido que él hizo, o tener rodillas que chocan como las del otro estudiante. O tal vez él vea la conducta del otro, pero no tenga la menor idea de cómo organizar su propia conducta para que resulte de la misma manera. Y por supuesto, el tal vez no tenga la menor idea de lo que la maestra le dijo, o a quién se supone que debe mirar.

Generalmente, en nuestra cultura premiamos los logros de los estudiantes con respuestas sociales tales como elogios, sonrisas, palmadas en la espalda y otros actos para comunicar: "Estoy orgulloso de ti." Estos actos dependen de la habilidad del estudiante para decodificar la simbología del placer que siente la maestra, y de lo que significa para el estudiante que la maestra esté orgullosa de él. Pero un estudiante con autismo tal vez no entienda la intención comunicativa de una sonrisa, una calcomanía, un abrazo, etc. O tal vez no encuentre que las expresiones de satisfacción de la maestra sean relevantes o signifiquen algo. De modo que el refuerzo social muchas veces tiene poca efectividad con nuestros estudiantes, aunque usualmente lo proporcionamos, debemos usarlo junto con otros métodos que sean más significativos para el alumno con autismo.

Los estudiantes autistas tienen dificultades para aprender con las técnicas educativas tradicionales pero esto ciertamente no significa que ellos sean incapaces de aprender, o que no existe ninguna técnica educacional efectiva, sino que se deben emplear técnicas y estrategias diferentes con estos estudiantes.

 

TECNICAS EDUCATIVAS DEL TEACCH

De todas las técnicas educativas que utilizamos, la más importante es la dependencia en la presentación visual de la información. Tal como lo hemos descrito antes, el empleo de explicaciones verbales como modalidad única de enseñanza resulta inefectiva para la enseñanza de los niños autistas. Se pueden usar palabras, alguna clave física que resulte útil, pero los materiales y la estructura física que guía visualmente al estudiante hacia la comprensión y el éxito son las más efectivas. En cualquier modalidad, las presentaciones complejas o gran cantidad de materiales tienen altas probabilidades de crear confusión, son abrumadoras o incomprensibles para el estudiante. Por lo tanto, enseñamos al estudiante las estrategias de trabajar de arriba abajo y de izquierda a derecha. Esta organización espacial es culturalmente normal para nosotros, y en la medida de lo posible organizamos de esta manera la mayor parte de la experiencia de aula de nuestros alumnos. Por ejemplo, ellos encuentran las partes que componen su trabajo en la izquierda, y los productos terminados se colocan a la derecha.

También confiamos mucho en la información visual, siempre que es posible, enseñamos a nuestros estudiantes autistas el concepto de terminado. Este es un concepto importante que necesita ser incorporado en todas las actividades porque muchos alumnos autistas, como parte de sus dificultades para inferir el significado de los eventos, son incapaces de tener una idea de cuánto tiempo debe durar una actividad. Esto puede causarles angustia, de modo que a menudo imponen su propio punto de vista de cuánto tiempo trabajarán o qué cantidad de trabajo que realizarán. A través de medios visuales, nosotros intentamos mostrarles cuantas repeticiones de la actividad esperamos que ellos realicen antes de finalizar la tarea. Algunas veces los mismos materiales aclaran esto. Por ejemplo, cuando la caja de partes componentes está vacía, el trabajo está terminado; cuando llegas al final de la página, la sesión de trabajo está por terminar. Otras veces tenemos que ser más creativos para hacer visible el pasaje de tiempo: por ejemplo, cuando ha pasado cierta cantidad de tiempo, el maestro quita una pinza de ropa de la manga o del cinturón del alumno; cuando ya no quedan pinzas, la actividad ha terminado. Para nuestros estudiantes, usualmente es más satisfactorio terminar una actividad en una manera clara y definitiva que recibir un elogio, una calcomanía, dulces, etc. De hecho, nos parece que cuando se usan estas recompensas es más probable que ellos tiendan a servir para la función de indicar que algo está "terminado" en vez de servir de reforzadores por los cuales el estudiante se esforzará la próxima vez.

Otra técnica educativa utilizada durante el día es la de enseñar las rutinas con flexibilidad incorporada. Existen tres razones importantes para esto. Primero, las rutinas le brindan al alumno una estrategia para comprender y predecir el orden de los eventos a su alrededor, el cual generalmente disminuye la agitación y ayuda en el desarrollo de destrezas. Segundo, si el maestro no provee rutinas, resulta frecuente que el alumno desarrolle las suyas, lo cual pudiera ser menos adaptativo o aceptable. Por ejemplo, puede ser que el estudiante desarrolle una rutina de entrar al aula todas las mañanas y tirar al suelo todos los abrigos que están colocados en el colgador, o tal vez insista en lamer todas las cucharillas que saca en la mesa del comedor, porque esto fue lo que él hizo la primera vez. Las rutinas tales como "colgar abrigo, encender música" o "poner la cucharilla abajo (con supervisión) y luego ir al área de juegos" pueden ayudar a reducir las indeseables rutinas alternativas. Tercero, las rutinas enseñadas deben ser flexibles porque esto refleja la realidad de nuestra cultura. Nuestro mundo no es invariable, y esto es lo que resulta tan confuso para el estudiante autista. Sus intentos por hacerlo deben ser respetados pero retados gentilmente por parte del maestro, a través del uso de materiales de trabajo ligeramente diferentes, los caminos que se toman para los paseos, los juegos que se realizan, la comida que se presenta, etc. La estructura esencial debe permanecer predecible, más los detalles deben variar, para que el estudiante sea conducido a concentrarse en la estructura en lugar de hacerlo en los detalles.

La individualización es un concepto clave en los programas educativos del TEACCH. Nuestros estudiantes, a pesar de las características autistas que ellos puedan tener en común, son extremadamente diferentes entre sí, en términos de fortalezas, áreas deficitarias, e idiosincrasias. Hemos descubierto que nuestros alumnos no aprenden bien en grupo, debido a la variedad de destrezas y dificultades con al aprendizaje por observación a otros. También debemos recordar que dentro de nuestros estudiantes, los niveles de destreza generalmente no están correlacionados con la extensión en la que están en otros estudiantes. Por ejemplo, unas destrezas excelentes en percepción visual no nos indican nada acerca de las destrezas de lenguaje del alumno. La fluidez expresiva puede enmascarar brechas significativas en el lenguaje receptivo. Los estudiantes que son capaces de leer, cocinar, y procesar datos pueden ser incapaces de pedir un vaso de agua en público. Por otra parte, estudiantes con un retardo mental importante y con autismo pueden ser artistas o músicos talentosos. Por lo tanto, los maestros deben conocer extremadamente bien a sus alumnos, y estar preparados para enseñar al mismo estudiante en diferentes niveles en diferentes áreas de destrezas.

Las tendencias de nuestros estudiantes a concentrarse excesivamente en los detalles y a resistirse al cambio significa que debemos enseñarles en diferentes contextos, con variedad de materiales, para poder ayudarlos a ser tan flexibles como sea posible. Con relación a esto, también es importante enseñar destrezas en sus contextos naturales, ya que la habilidad de generalización de nuestros estudiantes es limitada. De allí que esperamos enseñar a trabajar en el sitio de trabajo, destrezas comunitarias en la comunidad, destrezas para la preparación de comidas en la cocina, etc.

 

CONCLUSION

Nuestro trabajo como educadores de personas con autismo es fundamentalmente el de ver el mundo a través de sus ojos, y usar esta perspectiva para enseñarles a funcionar en nuestra cultura de la manera más independiente posible. Mientras no seamos capaces de curar los déficits cognitivos subyacentes del autismo, al comprenderlos podemos diseñar programas educativos que sean efectivos para enfrentar el reto de este impedimento del desarrollo tan particular.

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