RELATO DEL PSICOANÁLISIS DE UN NIÑO

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Melanie Klein

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SESIÓN NÚMERO SESENTA Y UNO (Martes)

Richard encuentra a M.K. en la esquina, y le comunica que tiene muy malas noticias. En ese momento Paul, que le ha traído en auto, pasa en él por la calle y saluda a M.K. con la cabeza, mientras M.K. hace lo mismo. Richard se queda muy contento, diciendo que quería que viera a su hermano, pues en realidad es un muchacho muy bueno. Después sigue diciendo que ha pasado algo horrible, pero que no se lo va a contar hasta no estar dentro de la casa. Una vez adentro, espera hasta que los dos están sentados (introduciendo ya en esto un elemento de dramatización) y cuenta que esa mañana, temprano, encontró a su papá tendido en el suelo, enfermo y casi desmayado. Llamó entonces a mamá quien "entró corriendo en la habitación" seguida por Paul, y juntos lo llevaron al dormitorio y le metieron en la cama. Richard cuenta esto en forma dramática, gozando del papel que representa al poder relatarle un hecho tan importante, pero al mismo tiempo es evidente que está muy preocupado. Añade que espera que su padre se mejore. La descripción detallada que da de su padre mientras era atendido, muestra que en su imaginación, éste se ha convertido en bebé, mientras que él es un adulto que lo cuida . Pregunta a M.K. lo que piensa de todo y se alegra cuando ésta le expresa su simpatía. Continúa diciendo que va a contar lo que ha pasado a todo el mundo del hotel, pero luego se corrige y agrega que no a todos, sino a algunas personas. A raíz de todo eso se tiene que quedar solo en "X" hasta el fin de semana, y es una suerte, comenta, que esté mucho mejor y menos asustado, y que pueda hacerlo. Explica que hay dos razones por las que su padre se ha enfermado: primero, a causa de "X", que es un sitio muy cerrado; segundo, porque ha trabajado demasiado, y ha tenido un invierno muy cansador. (Aquí otra vez parece genuinamente preocupado.) No le van a tener que operar, cosa que Richard temió que fuera necesario; y se alegra de ello, pues teme que no pudiera soportar la operación. Mientras habla, repite con énfasis que hizo lo que mejor pudo, pero que él solo no podía llevar a su padre a la cama, pues es muy pesado. Tras relatar todos estos detalles se opera en Richard un gran cambio. Antes estaba emocionado, aunque bastante compuesto, y con una cara vivaz y expresiva. Ahora se queda inquieto, palidece, y cobra un aspecto angustiado y de perseguido. Trata de mirar dentro de los paquetes que dejaron el día anterior en el cuarto y da un puntapié a los palos... Después vuelve hacia la mesa y refiriéndose una vez más a la enfermedad de su padre, repite que es una suerte que no tenga que ser operado. Saca entonces de su bolsillo una navaja, y dice que como es de él, ya no necesita pedírsela prestada a M.K.; la abre, y con ella empieza a raspar los palos. Después. se dirige a la ventana y, de espaldas a M.K., se golpea los dientes con la navaja.

M.K. interpreta que el día anterior pensó en dos maneras de enfrentarse con el padre intruso: una fue echar fuera de la habitación al Sr. y a la Sra. Moscardón para dejarlos libres, aunque reconociera después que los había sacado de su hogar para echarles a la lluvia.

Aquí Richard interrumpe y pregunta cuál es la otra manera.

M.K. interpreta que fue lo que le hizo al moscardón, al que opero y luego mató en representación de su papá. Cuando hace un rato trató de cortar los palos con la navaja fue porque temía haber atacado a su padre, y como éste está ahora realmente enfermo, siente que es por su culpa [Deseo omnipotente.]

Por sentirse ahora culpable, desea castigarse, y por esta causa ha vuelto el cuchillo contra sí mismo, golpeándose los dientes con él. Tras esta interpretación Richard se tranquiliza y el color vuelve a sus mejillas. Está impresionado y tiene cara de haber comprendido. (Al parecer el autoconocimiento que acaba de adquirir se encuentra en un plano casi consciente.) Pero pronto se pone muy agresivo con la navaja. Raspa los palos y el marco de la ventana, trata de cortar la mesa y está ya por cortar los paquetes, cuando M.K. le pide que no lo haga. También se mete varias veces la hoja de la navaja en la boca, pero como M.K. le previene que puede llegar a hacerse daño, deja de hacerlo. Después da vueltas por la habitación con la navaja bien abierta y dirigida contra si mismo, de modo tal que de caerse, se dañaría. Una vez más M.K. le previene contra esto, y Richard termina por cerrarla (nota 1).

M.K. interpreta que siente que tiene dentro de sí al padre-polilla dañado, cortado en pedazos y muerto, sentimiento que ha aumentado al ver a su padre realmente enfermo y al temer que llegue a morirse. Quiere sacar de dentro de si a este padre peligroso, enfermo o muerto, y por ello vuelve el cuchillo contra sí mismo, lo cual implica además dañarse, o incluso llegar a matarse él mismo. El palo, que representa el gran órgano sexual de su padre, también siente que se encuentra dentro de él, y también a él está atacando. Y el intento de romper la mesa y de cortar la ventana tiene el mismo sentido. Como se siente muy culpable por tener tantos impulsos agresivos, se quiere luego castigar.

Richard está muy asustado y triste, y dice que le gustaría "no estar aquí".

M.K. interpreta que el "X que es tan cerrado" que ha enfermado a su padre, la representa a ella y al análisis. Ella se ha transformado ahora, en efecto, en la mamá dañada que contiene al papá también dañado, y por lo tanto, peligroso. Y se siente tan culpable que está tratando de culparla a ella (quien representa también a la mamá mala) de la enfermedad de papá.

Richard se pone a explorar la habitación. Se dirige a la cocina, abre las puertas del horno y saca de dentro un poco de hollín. Con un hacha que encuentra golpea la tabla de escurrir, aunque lo hace con bastante prudencia, y enseña a M.K. algunas marcas que ya estaban hechas de antes. Después golpea las cañerías del fogón con el hacha y dice que si esta casa fuera de él, lo rompería todo.

M.K. interpreta que tiene miedo de lo que hay en el interior de ella y de mamá, así como de su propio interior; siente que es el pene de papá, enorme y destruido, que ahora es particularmente peligroso, ya que teme que su padre se muera. De manera que piensa que no le queda más remedio que romperlo mientras está adentro, o sacárselo mediante una operación. Por eso ha estado cortando varias cosas con la navaja, y acaba de golpear la tabla de escurrir y la cañería con el hacha. Quizá también sienta que sólo mediante una operación se le pueda quitar la enfermedad a papá (nota II).

Richard limpia un poco el hollín que hay en el fogón. Explora dentro de uno de los paquetes, logrando meter en él la mano, pero no logra averiguar qué es lo que contiene. Vuelve a mencionar que se debe de tratar de un oso y pregunta si les importaría a los demás que él abriera realmente el paquete o lo cortara. Después barre el suelo, diciendo que quiere que esté en buenas condiciones para la demás gente que usa la habitación. Al encontrar una escobilla se pone a limpiar el inodoro y se queda muy contento al comprobar que tras ello queda mucho mejor. Mientras ejecuta afiebradamente esta actividad, sólo pregunta unas cuantas cosas, siendo la última si la R.A.F. ha hecho algún bombardeo.

M.K. interpreta que está tratando de usar otro método para poder enfrentarse con el miedo que tiene: piensa a este respecto que si logra desembarazar su interior, el de mamá y el de ella, de todo "lo grande" que contienen (el cual en este momento es para él lo mismo que el escarabajo, la polilla y el pene peligroso de su padre), quizá con ello todos se pongan bien. Esto implica, además, que también quiere desembarazar a su padre de lo que lo haya enfermado, que, según él, es "lo grande" que él ha puesto dentro de su cuerpo, y que representa bombas.

Richard sigue explorando la habitación, y encuentra en un armario varias cosas que hasta ahora nunca ha tocado. Entre ellas hay unas cajas que abre, sacando de ellas las cosas sueltas que contienen; pero, como de costumbre, tiene mucho cuidado en volverlo a colocar todo tal como estaba, sobre todo por miedo a las niñas exploradoras. Coge un libro y se pone a mirar las ilustraciones. Está considerablemente más tranquilo ahora. Pregunta varias veces a M.K. si hoy va a ir al pueblo, y se pone contento cuando ésta le contesta que tiene que ir al correo.

M.K. le pregunta entonces por qué prefiere que vaya allí en vez de a la tienda de comestibles o a la del señor Smith.

Richard contesta que si va al correo debe caminar más tiempo con él. (Lo cual no es verdad, pues el correo queda más cerca del cuarto de juegos que las otras tiendas.)

M.K. le sugiere entonces que si prefiere que vaya al correo y a la zapatería es porque en estos sitios sólo hay mujeres, y que entonces no necesita asustarse tanto de los hombres "horribles" que son para él el señor K., el señor Smith, el señor Evans y el tendero.

Llama la atención en esta sesión, que Richard sólo haya tenido pena por la enfermedad de su padre al principio de la hora. Cuando menciona la manera en que éste fue metido en la cama y cuidado, se hace evidente que en su imaginación el padre se ha convertido en un bebé hacia el cual siente una gran compasión. Pero los sentimientos predominantes del resto de la sesión son de orden persecutorio, y se refieren a peligros internos, que amenazan tanto a él como a su madre (nota III). Puede verse también una gran urgencia por arreglar las cosas. El hecho de que los ataques que lleva a cabo son dirigidos contra perseguidores internos, a pesar de que en apariencia fueran hechos contra los objetos externos de la habitación, se hace evidente si consideramos que Richard no ha mirado a los transeúntes con la intensidad con que suele hacerlo. Más tarde, en la calle, sigue sin interesarse en niños ni en adultos, pero para entonces ha cambiado de humor. Se ha puesto serio y triste, y al despedirse de M.K. sigue todavía muy pensativo. Sin duda una vez más ha llegado al máximo la preocupación por su padre y la ansiedad que su enfermedad le provoca.

 

Notas de las sesión número sesenta y uno

I. He indicado ya antes que el analista tiene a veces que impedir que el niño le haga daño; ahora quiero añadir que es igualmente importante evitar que se haga daño a sí mismo.

II. Uno de los móviles que da mayor ímpetu a la agresión, se deriva de la necesidad de salvar el objeto, arrancando o cortando de él lo malo que contiene. Este mecanismo es de gran importancia para comprender la delincuencia. Daré un ejemplo de ello: un niño de cuatro años, cuya madre estaba embarazada, sentía una enorme angustia por el embarazo de ésta. Aunque deseaba tener un hermanito, sentía al mismo tiempo muchos celos de él, y además temía que hubiera algo malo dentro de su mamá debido a que ésta se sentía a menudo mal. Varias veces llegó a cortar las sábanas de su cama, la tela de un biombo y hasta su propio pijama; y nada le podía impedir que hiciera esto, si no era poner las tijeras fuera del alcance de su mano. Resulta bien claro que estos ataques se dirigían en parte a él mismo, que contenía a la madre con el niño; pero en parte también se dirigían contra su madre, tratando con ello de salvarla del bebé malo y peligroso que estaba dentro de ella. En el caso de este niño, es bien evidente la asociación que hay entre sus actividades destructivas y el embarazo de su madre; pero también se da esta necesidad de cortar cosas en niños cuyas madres no están embarazadas. Y no me cabe duda de que a pesar de que también entren en las motivaciones que llevan a ello otras ansiedades, siempre está en operancia una necesidad muy intensa de mirar dentro del cuerpo de la madre y de sacar de él los bebés en potencia que contiene o el pene malo del padre.

III. En esta sesión he interpretado sobre todo los sentimientos de persecución de Richard, aunque preguntándome todo el tiempo si mis interpretaciones eran adecuadas, ya que sin duda también estaban presentes sentimientos de tristeza y de preocupación. El curso que sigue la sesión, el evidente alivio del niño al finalizarla, me sugieren, sin embargo, que mis interpretaciones han sido correctas. Además, el cambio que se opera en Richard al finalizar la sesión, cuando queda triste y pensativo, demuestra que esta parte de sus sentimientos ha podido ponerse en un primer plano, como consecuencia de la previa interpretación de las ansiedades persecutorias.

En varias oportunidades he sugerido que, a menudo, la ansiedad persecutoria queda reforzada cuando la depresión se hace intolerable. Este refuerzo significa, además, que los sentimientos de amor, compasión y culpa, se encuentran sofocados. Por otra parte, cuando la ansiedad persecutoria es muy intensa desde el nacimiento, la posición depresiva no puede llegar a elaborarse. Enfrentado entonces con una persecución tan intensa, el individuo es incapaz de manifestar o vivenciar el dolor producido por la depresión y la culpa. En nuestro trabajo clínico, empero, nos enfrentamos a veces con sentimientos de persecución que duran largos períodos de tiempo, y es esto lo que debe ser interpretado entonces. Nuestro conocimiento de que la culpa y la depresión también obran en cierta medida en todo individuo, aguza nuestra atención respecto de cualesquiera indicios de estas emociones, que pudieran aparecer en el curso ulterior del análisis. Inversamente, se dan casos de personalidades en las que, al principio, encontramos en especial sentimientos de depresión o las defensas erigidas contra éstos; y en estos casos debemos tener en cuenta que también están en operancia ansiedades persecutorias, que en el transcurso del análisis se irán poniendo en un primer plano.

La conclusión a que llegamos, pues, es que debemos dirigir nuestra atención a cualquier tipo de emoción que prevalezca en el momento, teniendo siempre en cuenta, sin embargo, que también se van a manifestar otros tipos de situaciones de ansiedad.

 

SESIÓN NÚMERO SESENTA Y DOS (Miércoles)

Richard se encuentra con M.K. frente al cuarto de jugar. Está serio y triste y no tan perseguido como el día anterior. Cuenta que su madre le ha llamado por teléfono, para decirle que su padre ha pasado una buena noche y que el doctor está contento con él, cosa que le ha alegrado mucho. Una vez adentro, dice que su mamá le ha dicho que arregle los horarios de manera de tener la sesión del viernes por la tarde, para así poder irse a casa el jueves por la noche y volver a tiempo para la sesión del viernes. Parece preocupado al hacer este pedido, y aunque M.K. en seguida se muestra de acuerdo, le pregunta dos veces cuándo va a saber si puede hacerle este cambio de horario.

M.K. le señala que el cambio es posible, pero que parece dudar de que algo que desea se pueda hacer realidad. A Richard se le ilumina el rostro cuando por fin se da cuenta de que M.K. está de acuerdo con que se vaya a su casa, y de que no se ha producido ninguna oposición entre ella y su madre.

Entonces se pone a investigar si las niñas exploradoras han cambiado de sitio alguna cosa, pues sabe que han usado la habitación el día anterior, y se pone contento al verificar que todo sigue igual. Después descubre, sin embargo, que han desaparecido los paquetes y los palos... Repite con gran sentimiento que se alegra mucho de que su padre esté mejor y le cuenta a M.K. algo que le pasó la noche anterior: Paul, que se quedó con él hasta después de cenar, dijo a la gente del hotel (según la versión de Richard) que "deberían portarse bien".

M.K. pregunta si con esto quiere decir que está contento de que Paul se haya quedado con él y haya sido amable.

Richard contesta con énfasis que su hermano fue muy bueno, y sigue contando que el niño que vive en el hotel ahora está muy bien y no le molesta para nada. También las camareras son muy amables. Cuando Paul se fue, se metió en la cama y se puso a leer para darse ánimo, pero luego se sintió muy solo y lloró hasta quedarse dormido. Pero no lloró mucho, pues se durmió en seguida. Tras decir esto, mira a M.K. y le dice: "Sé que sientes pena por mí", y después agrega que quiere pedirle algo, aunque sabe que ella no va a querer: tiene muchas ganas de ir a visitarla por las tardes, o de ser posible, de dormir en su casa y en su misma habitación. Y pregunta, dudoso, si esto también quiere decir que desea meter su órgano sexual dentro del de ella. Mientras lo dice, se mete los dos dedos meñiques en la boca (nota 1).

M.K. interpreta que aunque a veces desea meter su órgano sexual dentro de mamá, tiene al mismo tiempo mucho miedo de hacerlo. Pero, de todas maneras, no es esto lo que sintió anoche cuando se encontraba solo y triste. En ese momento, su deseo era que ella le consolara en representación de mamá; quería meterse en su cama y que ella le quisiera y le mimara. También deseó entonces poder chupar de su pecho, pues los dos dedos meñiques que se mete en la boca representan los pezones. Hubiera querido ser otra vez un bebé y estar en sus brazos. M.K. le pregunta luego en qué se quedó pensando antes de dormirse.

Richard contesta que deseaba estar en su casa, y que pensó en papá, mamá, y también en la enfermera de papá. Parece una mujer muy buena, y le gustaría verla más... Empieza a dibujar (dibujo 53) y al mirar el dibujo 52 se divierte pensando que "Brumbruk" significa "marrón"* . También se fija en las ballenas del dibujo. Refiriéndose al dibujo número 53, dice que en la parte de la izquierda hay un patio donde docenas de trenes van a dormir

 

M.K. interpreta que le hubiera gustado ir a dormir con Paul con docenas de Paul, que fueran hermanos buenos-, para entonces juntar todos sus penes. Esto es también lo que puede haber deseado de pequeño, cada vez que se sentía solo y abandonado por mamá. Le señala, además, que para hacer este dibujo ha usado el lápiz marrón, cosa que no suele hacer, y que mientras ella le interpretaba, se lo metió en la boca. En este dibujo, las figuras que hay, y que están en el patio, indicadas por puntos dibujados en los extremos de los trenes, representan su materia fecal, su interior y el de mamá, el cual siente que ha incorporado dentro de sí. Comerse estas cosas marrones que saca de dentro de su mamá, también significa que se quiere comer las ballenas y el órgano genital de papá. Pero aunque quiere apropiarse del órgano sexual de éste, al que tanto admira (el "Longline", el rey, el "Roseman") también tiene miedo, y entonces se dirige al de Paul, el cual siente que es mejor y mas seguro.

Richard protesta y dice que si hoy ha usado el Lápiz marrón es porque es el más afilado de todos. Pero se queda dudoso ante esta explicación y añade: "...O por lo menos, es uno de los más afilados". Se refiere entonces a "Rinkie", que es la única palabra que hay en el dibujo aparte de "a Lug", y dice que significa pista de hielo** , y "kie" significa "llave", aunque lo haya escrito de una manera diferente*** . Mientras da esta explicación, Richard se pone a jugar con el tejo, el cual ha levantado antes de sentarse a la mesa. Y anteriormente, en un momento en que M.K. le preguntó en qué pensaba cuando se sentía tan solo, dio al tejo, que es de goma, la forma de una "B" mayúscula. Tras esto habla otra vez de la enfermedad de su papá.

M.K. interpreta que desea tomar el pecho, el cual está representado por la letra "B"**** , deseo que antes demostró al chuparse los dedos. Tiene muchas ganas de ver a la enfermera de papá, porque ésta le hace recordar a la niñera que él tuvo y a quien tanto quiso de bebé. Hace poco, en una ocasión en que su madre estaba en "Y", su niñera vino a X" a quedarse con él por unos días, y sintió entonces que todavía la echaba de menos. Además, su padre está ahora en la cama desvalido, mientras le cuida la enfermera, lo cual le convierte en su imaginación en un bebé: el bebé que siempre ha esperado que su mamá tenga. Por esto tiene celos de papá, como los hubiera tenido de un bebé recién nacido. Teme perder por su causa el amor de mamá y el de su niñera; además, el sentir que papá se ha convertido en bebé, le hace revivir a él mismo el deseo de serlo también [regresión]. Pero como esto no puede ocurrir de verdad, se dirige hacia Paul, para buscar en él compañía y cariño.

Richard está muy interesado en esto que M.K. le interpreta, y se muestra muy amistoso hacia ella, aunque se pone triste al oír la descripción de su soledad. Cuando oye esta interpretación particular, se pone el tejo de goma en la cabeza y dice sonriendo: "Tengo una aureola en la cabeza", tras lo cual pone cara de inocente.

M.K. interpreta que parece que se siente como si fuera un santo. Le gusta sentir que ella tenga pena de él y está tratando de ganarse así su cariño. Representa para ello el papel de "Larry el cordero", y de niño inocente.

Richard se queda divertido al oír esta interpretación y comprobar que ha sido descubierto, y se muestra de acuerdo con ella.

M.K. le interpreta que papá representa además para él a su propio bebé. En realidad le gustan los bebés lindos, aunque tema o le den asco los sucios y los niños de los barrios bajos, quienes representan a los bebés dañados y por lo tanto peligrosos.

Richard responde a esta interpretación plenamente, pues dice que a su padre le están dando Alimento Benger, que es una comida para bebés. Luego se inquieta y se pone a mirar por la ventana. Ve entonces que el señor Smith pasa por la calle y le saluda sonriente. Sin duda el señor Smith le hace también un gesto amistoso, pues cuando vuelve a la mesa está contento, pero no hace ningún comentario sobre él ni pregunta a M.K. si se lo ha encontrado antes, lo que es extraño. Después se pone a buscar su navaja, dudando de si la ha traído o no, pero descubre que sí. La abre, ve la marca que tiene y dice recalcando: "Hecha en Alemania". En ese momento mira por la ventana y al ver pasar a un hombre comenta que es horrible,

M.K. le pregunta por qué.

Richard contesta que porque tiene una nariz grande y horrible. (En realidad no hay nada que llame la atención en él.) Se pone a dar vueltas por la habitación y hace un leve corte en un palo de madera, pero pronto vuelve a guardar la navaja. Levanta luego el palo y lo deja caer haciendo un ruido fuerte... Pregunta a M.K. si la R.A.F. ha llevado a cabo algún bombardeo, y cuando ésta contesta que no lo sabe, se molesta y le pregunta por qué no escucha el noticiario radial de las mañanas... Después se dirige a la cocina donde coge el hacha, golpea con ella la cañería del fogón, deja de hacerlo y vuelve a explorar el fogón por todos lados. Abre el horno, saca el hollín, martilla algunos caños para sacarles el hollín que tienen, abre el regulador de la chimenea y descubre la manera como el fogón se conecta con el tanque. Después saca agua del grifo, llena un cubo con agua y le pide a M.K. que lo vacíe. Todas estas actividades hacen que el suelo de la cocina se ensucie mucho, con lo que se queda muy preocupado, agradeciéndole a M.K. que lo limpie todo.

M.K. le pregunta si tiene miedo de las niñas exploradoras por haber ensuciado todo.

Richard dice que no, pero que no quiere que se pongan furiosas con ella.

M.K. interpreta que está buscando dentro de ella el órgano sexual grande de papá, que tanto le asusta, el cual está representado por la nariz grande del hombre de la calle, y la navaja alemana que tiene en el bolsillo; y que también quiere descubrir de qué tamaño es el que está dentro de él. Quiere romperlo y cortarse el cuerpo para sacarlo de dentro de si, y por esto ha atacado el palo de madera.

Pero otra vez, igual que ayer,. ha decidido luego limpiarse por dentro, cosa que ha expresado al limpiar el fogón. El fogón es además el interior de M.K., y la navaja el señor K. que cree que está dentro de ella, lo cual le hace sentir que tiene en ella al papá enfermo y asustador. También ha tratado de limpiar el interior de papá y de sacarle la materia fecal mala que cree que le ha bombardeado (cuando siente que la R.A.F. le representa). Al decir que teme que la suciedad que ha hecho cause un conflicto entre las exploradoras y ella, es porque cree que su suciedad -su materia fecal- puede hacer lío entre la gente, y en especial entre sus padres.

Cuando todo está limpio, Richard coge el calendario, se pone a mirar sus láminas y admira algunos paisajes. Al encontrar una que representa una casita con techo marrón -toda la lámina tiene esta tonalidad-, dice que no le gusta, pasa de hoja rápidamente y se detiene a admirar otra. Aunque parece molesto cuando M.K. le pregunta la causa de su disgusto, contesta, sin embargo, con desgano, que no le gusta el techo. En cambio el cuadro que está admirando representa una escena de corderos y ovejas que se llama "Soledad' y que le emociona.

M.K. interpreta que se siente solo y que desea estar con sus padres; las ovejas le hacen recordar a su hogar.

Richard contesta que le gustaría, en efecto, estar de vuelta en su casa, pero que en realidad no se encuentra triste. Muchas de las láminas que pasa rápidamente son de color sepia.

M.K. vuelve a interpretar este hecho, diciendo que le disgusta su propia materia fecal, y que el techo marrón de la casita representa la casa de sus padres y sus cuerpos, los cuales siente que ha ensuciado y estropeado.

Richard entonces le enseña dos cuadros que están en marrón y que sí le gustan; el sol brilla en ellos y hace que una parte de la lámina parezca dorada.

M.K. le recuerda que muchas veces el sol ha representado para él a la mamá buena y cálida que le ayuda, y que ahora cree que puede llegar a arreglar "lo grande" y convertirlo en algo bueno. Una vez se refirió a sus zapatos diciendo que brillaban como el oro al sol.

Richard, que se está empezando a preparar para marcharse, echa una rápida mirada a los dibujos; refiriéndose al 49 dice, al tiempo que se estremece un poco: "El águila horrible nos está mirando a ti y a mi".

M.K. interpreta que el águila representa a papá y a mamá mezclados y ennegrecidos por la materia fecal; la boca, que está abierta, significa que le van a devorar. Estos padres malos están mirando para ver qué hacen y dicen él y ella, que es la mamá buena.

Pero en su imaginación piensa que también se los ha comido a ellos y que ahora le están observando tanto a él como a sus pensamientos desde adentro. En este momento, sin embargo, el águila representa, de una manera especial, al papá enfermo y dañado, unido a la mamá hostil .

 

Notas de la sesión número sesenta y dos

1. Conscientemente, los pensamientos sobre las relaciones sexuales han estado todo el tiempo fuertemente reprimidos, pero el material inconsciente da evidencia de su existencia. En la actualidad, los deseos y las situaciones orales se encuentran reforzadas por la regresión motivada por la enfermedad del padre. Esto ya lo he señalado claramente en la nota de la sesión cincuenta y seis. La ansiedad sentida por la rivalidad con este padre enfermo en la situación edípica, se hace por ello intolerable. El material anterior nos ha mostrado ya varias veces, la manera como en el juego de la flota Richard trata de renunciar a todo deseo genital y a la consecuente rivalidad con su padre, para poder así mantener la paz dentro de la familia. La enfermedad del padre incrementa esto y contribuye a que Richard haga una regresión hasta situarse en el nivel de un bebé También el padre, por su parte, se ha convertido a los ojos del niño en un lactante, pues tiene una enfermera que él mismo dice le interesa mucho, transformándose para él en el bebé que le quita el pecho de mamá. Por otra parte, cuanto más se acerca la fecha de mi ida más quedan reforzados sus deseos orales, y como su ansiedad está tan centrada en el acto sexual de los padres, pareciéndole la genitalidad muy peligrosa por ésta y otras razones, la regresión a la oralidad queda aún más reforzada. Resulta significativo, pues, ver cómo los celos que trata de evitar en un plano edípico, vuelve a aparecer en el plano oral.

Algunos de los factores que ya he mencionado, tales como el miedo de dañar el genital del padre en una situación de rivalidad, el temor a la venganza de éste, y la angustia ante el órgano sexual materno dañado y peligroso (por contener el pene destructivo del padre) suelen constituir generalmente la causa de la impotencia o de la reducción de la misma. Podría añadir, además, que el anhelo por un pecho alimenticio bueno, expresado en muchas sublimaciones, constituye un rasgo que persiste a través de toda la vida y que por lo tanto se re activa fácilmente cada vez que surgen ansiedades de origen interno o externo. Por ello tenemos que tener en cuenta, no sólo la regresión, sino también la influencia que ejercen los más tempranos deseos todavía no abandonados y que afectan a todo el desarrollo ulterior del individuo.

 

SESION NÚMERO SESENTA Y TRES (Jueves)

Richard se encuentra con M.K. unas casas más allá del cuarto de juegos. Está apoyado contra la verja de un jardín pretendiendo que no la ve, y haciendo muecas con los ojos medio cerrados. Con tono de broma dice que se estaba preguntando si le iba a reconocer, y que se estaba haciendo el "viejo tonto". Cuenta además que su madre le ha llamado por teléfono, y que va a ir con ella y con Paul a pasar el día a "Z" si es que su padre se pone lo suficientemente bien como para dejarle solo con la enfermera. De no ser así, no podrán hacerlo. Una vez en la habitación se sienta a la mesa y dice que no ha venido la flota porque no ha querido ni venir ni ver a M.K.

M.K. interpreta que parece tener sentimientos contradictorios hacia ella, quien en cierto sentido, le parece peligrosa. La flota representa a una parte de su mente además de a su familia, y quiere dejarla en un lugar seguro mientras él está con ella.

Richard acepta esta interpretación, pero dice enfáticamente que tenía muchas ganas de venir y que la quiere mucho. Comenta que ha pasado una noche completamente feliz y que ha dormido bien. La tarde anterior se fue al cine, donde vio una buena película y tuvo la suerte de conseguir su asiento favorito, que queda en el lado derecho de la parte más alta, de manera que domina los demás asientos. Tras decirle a M.K. el número que tiene, comenta que estuvo completamente solo en esa parte del cine. Había, como es natural, mucha gente en los asientos baratos; pero no le hubiera importado que la gente se sentara cerca de él con tal de estar en su asiento. Había también algunos niños que cree se quedaron mirándole, pero él no les hizo ningún caso y no le volvieron a mirar. Después se fue otra vez al hotel, donde leyó un rato antes de irse a dormir; durmió bien y ahora se siente bien también.

M.K. interpreta que su asiento favorito del lado derecho se encuentra en la misma posición que la silla del cuarto de juegos donde se sienta con ella. Estar sentado con ella le da la sensación de estar seguro y protegido contra quienes puedan perseguirle, cosa que le ha dicho varias veces. Cuando ayer se consideró más seguro en su asiento del cine fue porque sintió que ella le estaba protegiendo, pues siente que la tiene dentro de sí de una manera más segura que antes. Esto también significa que tiene mayor confianza en la mamá buena interna. Le recuerda con respecto a esto el fin de semana en que sintió que ella estaba con él (sesión número siete) y le dice que anoche ya no era el águila horrible la que le observaba (sesión sesenta y dos), sino la mamá buena interior; por ello no se sintió solo a pesar de estar separado de su familia durante la noche. Además está orgulloso de poder estar solo sin sentirse triste, pues le demuestra que el análisis y ella le han ayudado; lo cual a su vez le hace sentir de nuevo que tiene dentro de si a la mamá buena.

Richard se queda mirando a M.K. en forma cálida y afectuosa, y le acaricia la manga mientras comenta que le gusta la chaqueta roja que tiene; le pregunta si todas las señoras del continente usan chaquetas tan lindas... Después se da cuenta de que el señor Smith está pasando por la calle, aunque no estaba prestando atención a lo de afuera. El señor Smith parece tener prisa y Richard se queda muy desilusionado al no poder lograr que le mire, entonces golpea los cristales de la ventana y se siente aliviado cuando el señor Smith le sonríe después de todo.

M.K. interpreta que se hubiera quedado preocupado de no saludarle el señor Smith, porque teme que el papá bueno se transforme fácilmente en el papá malo. Y quiere tener amistad con los hombres que representan a su padre, porque cuando estaba apoyado en la verja siendo "un viejo tonto" le estaba haciendo burla a éste, y ahora se siente culpable y asustado.

Richard levanta uno de los extremos de un palo de madera muy pesado, de tal manera que podría haberse lastimado fácilmente si el palo se le hubiese caído.

M.K. interpreta que de esta manera está mostrando el miedo que le tiene al órgano sexual grande y vengativo de papá. Y que quiere además averiguar lo peligroso que es levantándolo en el aire, igual que antes quiso asegurarse de que el señor Smith seguía siendo su amigo. [Prueba de la realidad.]

Richard se va entonces a la cocina y empieza a explorar el fogón. No lo hace, sin embargo, con violencia como el día anterior, limitándose a explorarlo y a limpiarlo. Tras haber sacado agua de un tanque, al cual llama el "tanque-bebé", indica a M.K. que en la abertura del caño hay microbios, y dice que desearía poder sacarlos de allí. Llena entonces el cubo de agua, y al principio no lo deja muy lleno, de manera que él solo lo puede volcar; pero luego pide a M.K. que se lo vacíe mientras le dice: "odio tener que pedir a una dama que haga esto, pero ¿te importa hacerlo?" Cuando M.K. se lo vacía, encuentra un cepillo y limpia el fogón, sacando de él y de las cañerías una cantidad de hollín.

M.K. interpreta que desea sacar de su cuerpo a los bebés peligrosos -los microbios-, o más bien a los bebés enfermos, y hacerla sentir bien limpiando el órgano sexual manchado y enfermo del señor K., que a su vez puede mancharla y enfermarla a ella. De la misma manera está también tratando de curar a su padre.

Richard se ha manchado las manos y la chaqueta con el hollín, y con aire que expresa que no le molesta, dice que si uno se pone a limpiar debe por fuerza ensuciarse (nota 1).

M.K. le indica que al limpiar se ha quedado él con algo de la suciedad y de los microbios que cree que su mamá y ella tienen adentro, y que siente que les ha aliviado al quedarse él sucio en vez de ellas.

Richard vuelve a dirigirse al tanque, del cual saca varios cubos de agua.

M.K. le pide que no los llene demasiado, pues pesan mucho como para que ella los pueda vaciar.

Richard pregunta qué pasaría si dejara el grifo abierto, inundando el agua la casa hasta levantarla, y el río se la llevara flotando. Piensa que entonces el río tendría muy poca profundidad y que cientos de personas se quedarían sin agua.

M.K. interpreta que al pedirle ella que no llenara demasiado el cubo, le ha hecho sentir como si estuviera robándole el pecho bueno a mamá, y dejando sin él a los demás bebés. Al no poder sacar toda el agua que quiere, siente que el grifo deja de ser el pecho bueno, para transformarse en el pene malo de papá, el cual puede inundar, destruir y llevarse a mamá: la casa que flota por el río.

Richard vuelve a preguntarle algo que ya ha preguntado al principio de la sesión: si M.K. va a ir hoy al pueblo. Aunque sabe que los jueves John tiene su sesión de análisis poco después de la suya y que por esta razón M.K. se va derecho a su casa, le pregunta en forma suplicante: "¿Tienes realmente que ir a tu casa?"

M.K. interpreta que él sabe bien que John tiene ahora su sesión, pero que le gustaría que ella sólo le dedicara a él su tiempo. Esta puede haber sido la razón por la cual también, hace unos días (sesión cincuenta y seis), le pidió que le diera dos sesiones consecutivas. Además teme que por estar ella con John se vuelva a quedar sucia y dañada, y tales sentimientos incrementan a su vez los celos que siente de mamá, quien ahora está cuidando a papá y a Paul, pudiendo quedar manchada y dañada también por ellos.

Richard se pone entonces a cerrar la tapa del tanque; lo hace varias veces y con bastante violencia.

M.K. le interpreta que está cerrando su pecho y su órgano sexual, para que los otros, y en especial John, no los puedan tener. Además, cuando siente celos, desea que tanto el señor K. como John golpeen con fuerza su pecho y su genital, hasta hacerle daño; y esto hace que se preocupe tanto por lo que le puede pasar a mamá durante las relaciones sexuales... Mientras M.K. habla, una de las tapas del tanque se separa y cae dentro de éste. M.K. lo saca, pero al hacerlo se mancha la mano y el brazo, y debe lavárselos.

Richard se seca las manos al mismo tiempo con el otro extremo de la toalla y comenta que se la están repartiendo entre los dos. También ayuda a M.K. a colocar otra vez la tapa, poniéndose evidentemente contento al ver como ésta hace estas cosas por él.

M.K. interpreta que desea compartir cosas con ella, lo cual significa tenerla, tanto externa como internamente, como una mamá buena.

Richard encuentra una pelotita, a la cual hace rodar por la habitación, de un extremo a otro. Hace lo mismo con otra que es un poco mayor, y luego hace chocar a las dos.

M.K. interpreta que parece sentir que su órgano sexual, aunque pequeño, puede meterse dentro del de ella (el cuarto), lo cual significa hacer algo por ella y asegurarse su amor. De esta manera siente que puede estar en mejores condiciones para compartirla con John (o con Paul en relación con mamá), pues la pelota más grande representa a John y a su hermano.

Richard saca entonces de la cartera de M.K. una pelota que es aún mayor, y se pone a jugar con ella como lo hizo con las otras.

M.K. interpreta que ahora está compartiendo a mamá tanto con Paul como con papá.

Antes de irse, Richard se mira la chaqueta, la cual está manchada de hollín. No parece preocuparse mucho, sin embargo, y comenta que aunque su mamá le va regañar por ello, no será demasiado malo lo que pase. Se separa de M.K. amigablemente, sin estar demasiado excitado o exaltado, pero tampoco perseguido ni deprimido. Ultimamente la fobia a los niños de la calle apenas se ha manifestado, y durante esta sesión casi no ha prestado ninguna atención a los transeúntes.

La madre habla con M.K. ese día y le cuenta que al enfermarse su padre, Richard se portó en forma razonable y útil, aunque, como de costumbre, dramatizara toda la situación. Aunque sabía que tendría que quedarse solo en el hotel de "X", y ésta es la primera vez que se queda solo de noche, comentó que aunque hubiera preferido quedarse en casa con su madre, se daba cuenta de que era mejor volver a "X" a analizarse. Estuvo muy decidido a hacerlo y, en opinión de la madre, el progreso que está haciendo se mantiene bien.

 

Nota de la sesión número sesenta y tres

I. Me parece significativo el autoconocimiento que supone reconocer la necesidad de ensuciarse para poder limpiar algo. En efecto, en este momento todo el desarrollo de Richard indica que la idealización ha disminuido, que se ha efectuado un progreso en su integración y que, por lo tanto, puede admitir mejor que una persona puede ser buena sin ser perfecta. Esto implica que él mismo puede ser sucio hasta cierto limite y, sin embargo, ser útil a la vez, ayudar y tener valor. La mayor tolerancia sentida hacia los demás le lleva a una mayor tolerancia hacia sí mismo y, por lo tanto, a la disminución de los sentimientos de culpa. Por otra parte la disminución de las ansiedades depresivas y persecutorias, implica también una disminución de los rasgos obsesivos.

 

SESIÓN NÚMERO SESENTA Y CUATRO (Viernes)

Llueve a cántaros. Cuando Richard llega al cuarto de juegos, le echa una ojeada con evidente disgusto; a M.K. no la mira en absoluto. Le ofrece el periódico local de "Z" que ya ha mencionado en otra oportunidad y le pide con urgencia que lo lea, pues así podrá conocer realmente algo sobre "Z" y le podrá gustar... Luego se saca un chelín del bolsillo y le pregunta si se lo puede cambiar por doce peniques.

M.K. le contesta que no tiene cambio.

Entonces Richard se sienta a la mesa, manifiesta que desearía no estar aquí y hace un gesto, el cual dice que significa tocar el timbre.

M.K. le pregunta a quién está llamando.

Sin un momento de duda, Richard dice que es para que venga la mamá celeste y se vaya la mamá azul oscuro. Señala entonces el vestido de M.K. que es azul marino, y le dice que ella no es del todo negra a pesar de ser azul oscuro. Es algo intermedio. Después le cuenta el viaje que hizo a "Z" con mamá y con Paul; se desprende de su relato lo importante que es para él haber traído de su casa no sólo algunos utensilios domésticos que necesitaba su padre, sino también su tren mecánico, al que se refiere con gran sentimiento . Tras esto hace el dibujo 54, que es, según él, el mapa de su tren. Uno de los cfrculos representa una silla, alrededor de la cual hay varias líneas que representan las vías. No explica lo que es el círculo que está encima. Se pone a imitar el ruido de la locomotora y habla con entusiasmo sobre la fuerza y la velocidad del tren. Es evidente que está tratando de vencer su miedo y la depresión [Defensa maniaca.]

M.K. interpreta que está muy contento de tener consigo su tren, no sólo porque le gusta jugar con él, sino también porque le representa a sí mismo (el pequeño Richard que vive y que se amamanta del pecho de mamá, representado por los dos círculos). Necesita sentir esto tanto más cuanto que teme que su padre esté muy enfermo y se pueda morir, cosa que a su vez le hace sentir más miedo de su propia muerte (nota 1).

Richard dice con seriedad y tristeza: "Papá está muy enfermo". Tras esto se va corriendo a la cocina, se sube encima de un cajón, mira a través de la ventana, y descubre que los paquetes y palos eran una tienda de campaña. Entonces le dice a M.K. que venga a ver, pidiéndole que le dé la mano parar saltar del cajón.

M.K. interpreta que quiere que le dé la rnano y los peniques para de esta manera transformarla en la mamá buena. Así no teme a la mamá dañada y bombardeada, representada por la casa de "Z" o por la maná-águila muerta (sesión cincuenta y nueve) la cual ahora representa a mamá que contiene a papá enfermo.

Richard se pone a recorrer la habitación de arriba abajo, mientras grita, pisotea y hace el paso de ganso... Después vuelve a la mesa y con mucha prisa y aspecto de estar enfadado, preocupado y perseguido, llena dos hojas de papel con su firma y con garabatos.

M.K. interpreta que el pisotear, gritar y garabatear con rabia, expresan la sensación que tiene de haber bombardeado y ensuciado a papá con materia fecal y con orina, y de ser como Hitler (el paso de ganso). Tiene, pues, miedo de haber enfermado a papá, cosa que le preocupa mucho, y también de haber hecho dalio a marná que le contiene dentro de sí. Por esto no sólo se siente culpable, sino además temeroso de que los padres internos le ataquen (el águila dentro de si mismo).

Richard se hurga la nariz (cosa que no suele hacer) y pregunta a M.K. si en caso de hacer algo peligroso para si mismo algún niño paciente suyo, ella le detendria o no.

M.K. le pregunta qué sería ese algo.

Richard contesta: "Comerse los mocos".

M.K. interpreta que al parecer ya se los ha comido antes, y que teme que sean tan malos y peligrosos como "lo grande", y que puedan dañarle a él y a sus padres.

Richard, echándole entonces una mirada de alivio, dice que a veces se los ha comido, en efecto, e inmediatamente se va corriendo a la cocina. Allí se pone a mirar dentro del "tanque-bebé" y se da cuenta de que el agua contiene algo de hollín; entonces mete dentro el atizador y se pone a remover el agua mientras dice: "Así está el corazón de papá cuando está enfermo".

M.K. le indica que siente que ha atacado a su padre enfermándole, al hurgar dentro de él. Pero que ahora, al mover el atizador de arriba abajo, está también tratando de que su corazón siga latiendo sin detenerse, igual que cuando mueve su tren siente que se mantiene él vivo y su papá también.

Richard cierra el tanque tirando la tapa sobre él, y una vez más ésta se cae adentro salpicando agua que cae sobre el fogón. Mientras M.K. saca la tapa, Richard, que se ha pasado todo el tiempo mirando con ansiedad la lluvia que cae, se va corriendo a la puerta lateral, la abre y la mantiene abierta, permitiendo así que se moje la cortina.

M.K. le pide que cierre la puerta e interpreta que tiene miedo de que la lluvia sea la orina de su papá enfermo , la cual ahoga, inunda y envenena. Al perrnitr que la cortina se moje, está tratando de ver si realmente es tan peligrosa como él cree.

Richard se pone a corretear por el cuarto, que ha sido limpiado y ordenado por las niñas exploradoras, y descubre unas tarjetas postales ni¡evas colocadas en el biombo. Lee entonces en voz muy baja la inscripción de una de ellas. Se trata del pato Donald, que ha dejado en su casa a un pinguinito que ha adoptado, mientras él se va a buscarle alimento. Al volver, se encuentra con que el voraz bebé se ha comido a un pececito de color. Mientras lee, Richard se pone a chupar y a morder un lápiz rojo nuevo, y lo hace con tanta fuerza que se le cae la pintura roja de la punta. Entonces pregunta a M.K. si le importa que haya mordido el lápiz nuevo que le acaba de dar.

M.K. interpreta que tiene miedo de ser él el bebé voraz que se ha comido al pececito de color, el cual representa el genital "Roseman" bueno de papá -ahora el lápiz-, dejándoles a ella y a mamá con el papá y con el Sr. muerto o dañado.

Richard entonces dibuja dos giros postales; el primero es por una libra, va dirigido a si mismo y está firmado por el rey; mientras que el segundo está a nombre de M.K., también lo firma el rey y es por el valor de once peniques.

M.K. interpreta que le está mostrando que también hay en él materia fecal buena (la orden postal dada por el rey, en representación de papá). Pero como a ella sólo le da once peniques, siente que le ha robado, ya que él tiene la libra, el pene bueno de papá y los bebés.

Richard se inquieta. Se dirige a la ventana a mirar la lluvia, vuelve a recorrer la habitación y luego se pone a escribir su nombre en otras hojas que también llena de garabatos.

M.K. interpreta que ahora tiene miedo de no tener después de todo "lo grande" bueno -la libra- que querría darles a ella y a mamá en reemplazo del pene-pez de color. Siente en cambio que solamente tiene materia fecal mala -los garabatos- y por esto piensa que no puede devolver a mamá lo que le ha robado, ni ayudarla en momentos en que está preocupada por la enfermedad de papá.

Richard señala el lápiz rojo y dice: "Se ha vuelto completamente marrón por haberlo mordido yo".

En esta sesión vemos que Richard expresa la ansiedad persecutoria que siente, haciendo a ratos mucho ruido y poniéndose inquieto. Pero también se ve claramente que vivencia sentimientos depresivos más plenamente que en las sesiones inmediatas a la enfermedad de su padre, y que se da cuenta de lo realmente angustiante de la misma (nota II).

 

Notas de la sesión número sesenta y cuatro

1. Hubiera sido apropiado añadir a esta interpretación algo que no fue dado en el contexto: que mantenerse Richard vivo (representado por el tren), implica también mantener con vida al padre interior. Este sentimiento está ligado a recuer dos infantiles de la primera infancia, que ahora vivencia el niño otra vez al volver a ver su hogar y que cobran nuevamente vigencia por el cariño y la preocupación que la enfermedad del padre le provocan, haciéndole desear renovar la vida familiar. Como puede verse en sesiones anteriores, la casa abandonada y bombardeada de "Z" también representa a su madre abandonada. Al volver a vivir el pasado y el amor a ella, Richard siente que puede deshacer o contrarrestar sus deseos destructivos y la identificación que ha hecho con el padre-Hitler. Es significativo que en este momento del análisis puedan darse más libremente y ser vivenciados con mayor plenitud los sentimientos amorosos que antes estaban ahogados por la ansiedad persecutoria.

Vemos además cómo, en el transcurso del análisis, no sólo vuelve Richard a vivenciar recuerdos muy tempranos, sino también emociones y ansiedades que ejercieron una gran infuencia en todo su desarrolloy que ahora bar pasado a ocupar un primer plano. Me refiero en particular a aquellos recuerdos de sentimientos que se re-montan a la primera infancia y que a menudo están ocuhos tras recuerdos encubridores. Estos recuerdos encubridores resultan de importancia sólo si conseguimos en el análisis descubrir las situaciones emocionales más tempranas y profundas que se encuentran condensadas en ellos.

II. Según podemos ver por el material que sigue inmediatamente a la repentina enfermedad del padre y por la actitud de Richard hacia la misma, lo que predominó en primer lugar fue la ansiedad persecutoria. Sólo tras el análisis y la consecuente disminución de esta ansiedad, pudieron llegar hasta un primer plano los sentimientos depresivos y de culpa, y el deseo de reparar. Un ejemplo de esto es el haber podido quedar solo en el hotel, logro éste que estoy segura se debe al análisis, y que en este momento particular Richard vive como una ayuda que presta a su madre, y como una manera de proteger su tratamiento analítico. En mi trabajo "Contribución a la psicogénesis de los estados maníaco-depresivos" (1935), señalo el hecho de que los sentimientos persecutorios se refuerzan como un medio para evitar el dolor que causa la vivencia de la culpa, la responsabilidad y la depresión; y también sugiero que la incapacidad de elaborar la posición depresiva puede a veces llevar a una regresión hasta la posición paranoide. El dolor que vivencia Richard, y que ahora puede soportar mejor, es muy agudo. El sentimiento de culpa que tiene, está liga. do a que se siente incapaz de poder devolver a su madre el pene bueno y los bebés que según fantasea, le ha robado, así como también de deshacer el daño que siente ha hecho a su padre y a ella con sus celos y sus deseos de muerte omnipotentes. También teme no poder ayudarla en la preocupación que tiene por la enferrmedad de su marido. Pero no sólo están movilizadas ansiedades de todos los orígenes (orales, anales y uretrales), sino que también lo están otros conflictos de lealtades relacionados con diversas situaciones, como ser el sentimiento de deber hacia el padre, que se encuentra en contraposición con el deber hacia la madre, y el que debe a su analista, también en conflicto con la lealtad hacia su madre. Al mismo tiempo siente celos de su padre por la atención que ahora le están prestando (en especial la enfermera), y estos celos entran también en conflicto con el sentimiento de que su padre debe ser mantenido con vida. También se siente culpable por haberse quedado el padre sólo mientras él, su madre y Paul se van a pasar el día afuera. Se da cuenta ahora, y en forma bien consciente, de que la vida familiar peligraría en caso de morirse, y de que su madre se quedaría sola y abandonada; y odo ello le hace sentirse muy culpable de los celos y las hostilidades que ha tenido en el pasado y que, hasta cierto punto, siguen operando todavía en la actualidad.

 

SESION NÚMERO SESENTA Y CINCO (Sábado)

Richard viene con una maleta, porque después de la sesión tiene que irse a su casa en el autobús. Está serio, pero tiene un aspecto amistoso y decidido. Le dice a M.K. que es su día de despedida, pues abandona el hotel para siempre.

M.K. le pregunta si lo siente.

Richard dice que sí, pues la gente del hotel ha sido buena con él. El lunes va a ir a vivir con los Wilson (quienes, como mencioné antes, son amigos de la familia y viven en "X"); allí va a dormir tres veces por semana, mientras que las otras noches y los fines de semana lo hará en su casa... Empieza a mirar por la habitación y le pide a M.K. que le ajuste los cordones de los zapatos de modo que la lazada le dure el día entero; M.K. lo hace. Se sienta entonces a la mesa y vuelve a hacer el gesto de llamar al timbre, comentando que llama para que entre ella, pues hoy es la mamá celeste y tiene puesta su linda chaqueta.

M.K. pregunta por qué la llama para que entre, estando ya allí.

Richard se sorprende ante esto y se queda pensativo. Contesta que M.K. tiene razón, y evidentemente él mismo no puede comprender por qué lo ha hecho.

M.K. entonces le interpreta que desea que ella sea la mamá buena, y que entre no sólo en la habitación, sino también dentro de él. El deseo de que le ajuste los cordones de los zapatos, expresa el deseo de mantenerla dentro de sí como mamá buena, todo el fin de semana que van a estar separados. Esta necesidad de que haga cosas por él como las hace su mamá, como por ejemplo, sacar la tapa del tanque, darle la mano cuando salta del cajón, darle cambio y atarle los cordones, significa que quiere que ella no sólo sea la analista cuya ayuda le hace sentir que representa a la mamá buena, sino además que llegue a reemplazar realmente a su madre, a la cual ahora ve menos que antes. Por otra parte, desea que haga por él todo lo que él necesita, porque teme que si no se convierta en la mamá mala, ya que así la vivió el día anterior. Lo mismo le ocurre con su mamá, de la cual quiere obtener toda la atención posible para asegurarse constantemente de que todavía le quiere y de que no se ha transformado en la mamá dañada y hostil -el águila- que contiene al papá enfermo y dañado.

Richard está de acuerdo con que está pidiendo que su madre le preste más atención... Después sale al jardín con M.K., cierra la puerta y dice que la ha dejado encerrada afuera.

M.K. interpreta que aunque ella está con él afuera, desearía dejarla encerrada dentro de él, representado ahora por la casa, y que necesita hacerlo porque se va a pasar afuera el fin de semana y porque ella a su vez pronto le va a dejar.

Vueltos a la habitación, Richard pide el cuaderno y se da cuenta de que los dibujos están guardados en un sobre nuevo, cosa por la cual muestra pesar. Pregunta a M.K. qué le ha pasado al sobre viejo (nota 1).

M.K. le contesta que se quedó empapado con la lluvia del día anterior.

Richard dice que le gustaba el sobre viejo, y pregunta si lo ha quemado.

M.K. contesta que no; que lo ha guardado como sobrante para la guerra* (nota II).

Richard evidentemente deseaba que le contestara esto; se le ilumina la cara al oírlo y dice que le alegra ver lo patriota que es. Se pone luego a mirar a través de la ventana y al ver pasar a una niña que tiene el pelo bastante rizado, comenta que se parece al monstruo del libro. Una vez más está chupando y mordiendo el lápiz, y pregunta a M.K. si le importa que chupe el lápiz "de ella". Añade que sabe que hasta ahora nunca se ha enfadado, pero puede ser que a pesar de ello se llegue a enojar. Después se pregunta si le habrá gustado el periódico que le enseñó, y de repente, muy preocupado, dice que también quería dárselo a la camarera del hotel, y que siente no poder hacerlo, ya que también quiere que lo tenga M.K. Sin embargo, agrega que no importa, pues la camarera ya lo ha leído.

M.K. interpreta que quisiera satisfacer tanto a la camarera como a ella, y que de la misma manera, cuando era más chico, trataba de ser leal tanto a su niñera como a la mamá buena. La mamá monstruo es la mamá que contiene al papá malo, que ahora está además enfermo, y desea mantener a ésta separada de la mamá buena. Esto lo ha demostrado al separar a la M.K. "buena" de la mala, representada por la niña que acaba de pasar y que "se parece al monstruo". Asociando esto con la enfermedad de su padre, M.K. le sigue diciendo que tiene miedo y se siente culpable, porque siente que su madre tiene dentro de ella a un papá dañado y por lo tanto peligroso, y que ello se debe a haberle él robado el genital al papá bueno. (El pez de color, "Roseman", "Prinking" y "Longline" que también significa "long-live") . Se ha referido, además, al lápiz rojo, preguntándole varias veces si le importa que lo chupe y lo estropee. Anteriormente, nunca se ha referido a los lápices como si fueran de ella, y si ahora lo hace, es porque siente que él es el responsable de que ella se quede llena de órganos sexuales peligrosos y malos, pues cree que ha chupado el genital bueno de su padre hasta quitárselo. Esto también se aplica a mamá. El lápiz rojo se ha convertido así en marrón, por haberlo chupado y mordido él. Y como le pertenece a ella, representa también su pecho y el de mamá, el cual teme haber mordido y ensuciado de la misma manera.

Richard se pone a explorar el cuarto. Un poco antes, ha mirado detenidamente la tienda de campaña que está afuera, comentando que ahora ya sabe lo que contienen los otros paquetes: otra tienda más. No hace, sin embargo, ningún comentario sobre el que la habitación haya sido limpiada y ordenada cuidadosamente.

M.K. le llama la atención sobre esto y le sugiere que quizá no le guste pensar que las niñas han limpiado el cuarto y la cocina, porque le hubiera gustado hacerlo a él.

Mientras M.K. le interpreta esto, Richard escribe otra orden postal, esta vez dirigida a nombre de su madre, y por la cantidad de diecinueve chelines y dos peniques.

M.K. interpreta que siente que así le está devolviendo a su mamá el pene bueno: la materia fecal buena; y además, no sólo ha dividido la libra que él recibiera antes del rey entre ella y su madre, sino que ha añadido más dinero aun. De esta manera está tratando de ser justo tanto con ella como con su madre, cosa que a menudo ha deseado hacer también dividiendo su afecto y su amor entre su mamá y la niñera, y entre su padre y su madre.

Richard se pone a garabatear; dice que se trata de escritura china (en realidad sus garabatos tienen cierta semejanza con los caracteres chinos) y que lo que ha escrito es una protesta hecha por el general Chiang Kai Shek, o dirigida a él; no sabe bien cuál de las dos cosas.

M.K. le pregunta de qué trata la protesta.

Richard contesta que tampoco lo sabe. Entonces dibuja una vía de tranvía en forma rara, que empieza y termina en la estación "Roseman", tras lo cual garabatea encima de todo, y repite una pregunta que ya ha formulado antes: si M.K. va a ir al pueblo después de la sesión. Luego marcha por todo el cuarto como lo hizo en la sesión anterior, con mucho ruido y haciendo el paso de ganso. Dibuja además una svástica que se extiende a través de toda la página, a la cual transforma luego en bandera británica y finalmente hace un gran avión, el cual dice, enfáticamente, que es inglés.

M.K. interpreta que lo del avión es igual a lo de la svástica que se convierte en bandera británica. El avión "británico", siente él en realidad que es un avión alemán por más que trate de ser inglés. Esto lo ha demostrado al hacer el paso de ganso, cosa que siente es un ataque contra el cuarto de juegos y contra ella, que representa a mamá. Pero al mismo tiempo desea protegerla.

Richard no hace ningún comentario sobre las hojas en que ha escrito su nombre y luego garabatos, pero sí dice que ha usado más hojas de cuaderno que el día anterior, y se pone a sacar más todavía.

M.K. interpreta que quiere sacar todo lo que pueda de ella, que está representada por el cuaderno, y esto debido a que el próximo día no estará con ella por ser domingo. Por esta misma causa se siente enojado y frustrado.

Richard contesta con énfasis, que sí que se quiere ir a su casa y que no desea quedarse en "X".

M.K. contesta que aunque es verdad que quiere irse a su casa y estar con su madre, sin embargo también quisiera quedarse con ella, y que está resentido por verse privado de su sesión de los domingos, pues tiene celos y rabia al pensar que otro se pueda quedar con ella. Le interpreta, además, que parece que siempre que se separa de ella, se queda con sospechas y temeroso de lo que pueda hacer mientras él no está.

Cuando M.K. le interpreta que quiere irse a su casa a ver a su madre, Richard contesta que esto es verdad, pero añade que además tiene muchas ganas de ver el tren que ha traído de "Z". Empieza a describir entonces con gran entusiasmo y riqueza de detalles, la enorme velocidad con que corre la locomotora. Dice además que es roja, mientras que los vagones de pasajeros son de color marrón (aquí mira a M.K. significativamente), pero también estos son bonitos. Mientras habla, se pone a dibujar (dibujo 55). La línea superior del triángulo y la que lleva al genital los añade más tarde. Explica que los dos lados del triángulo son huesos, pero antes de añadir lo demás, levanta el dibujo de repente y pone sus labios contra uno de los pechos. Después, tras haber añadido la línea que va al órgano genital, completa la cabeza añadiéndole el pelo.

 

M.K. interpreta que el no venir este domingo, le hace sentir como se sentía de bebé cuando le privaban del pecho de mamá y del biberón que lo reemplazaba. Todo esto lo está reviviendo ahora, además, porque su padre tiene una enfermera como si fuera un bebé. Tras esto le pregunta lo que significa el triángulo no terminado.

Richard contesta que es la V de la victoria.

M.K. interpreta que también hay una V pequeña sobre la pierna derecha del dibujo y pregunta a quién pertenece la victoria mayor.

Richard contesta que a él, y que en cambio papá tiene la victoria más pequeña.

M.K. interpreta entonces que el pelo de la cabeza, que ha dibujado después de haber hecho la línea que lleva al órgano sexual, representa el pelo que cubre a este órgano.

Richard se queda de pronto muy turbado con su dibujo, y se va corriendo a la cocina donde empieza a mirar todo. Examina el fogón y se da cuenta, con pena, de que los sitios que ayer mojó con agua están hoy oxidados. Como dije antes, no se refiere para nada al hecho de que las niñas hayan limpiado la cocina, pero resulta evidente que esto aumenta su pena aun más. Está preocupado y deprimido ahora, y comenta que esto es lo que ocurre por llenar a mamá de algo tan sucio. En seguida quiere saber lo que pueden él y M.K. hacer al respecto.

M.K. busca un cepillo y limpia el fogón, pero Richard no lo vuelve a mirar. Coge un rastrillo y se va corriendo al jardín, pidiéndole a M.K. que le siga. Se pone entonces a rastrillar la tierra que queda entre dos surcos de verduras y dice que quiere por lo menos rastrillar algunas hileras. Añade que la tierra es marrón, pero linda. Mientras realiza esta tarea tiene aspecto de satisfacción y apenas hace caso de los transeúntes; tampoco pide a M.K. que le hable en voz baja, cosa que suele hacer cuando están afuera. En general, en esta sesión ha prestado poca atención a la calle y no ha hecho ninguna pregunta sobre el Sr. Smith. Una sola vez, al ver pasar a un hombre, le hace muecas y mueve las mandíbulas como para morder, tras lo cual se vuelve a M.K. para decirle afectuosamente: "Esto no va para ti; sólo para él".

M.K. interpreta que el rastrillo simboliza el pene bueno de su padre y el suyo propio, el cual puede ser usado para limpiar y arreglar a mamá, lo cual a su vez significa permitirle que crezcan bebés dentro de ella: las verduras. Parece sentir ahora que "lo grande" que hay dentro de él no son sólo bombas, sino también algo bueno, ya que las órdenes postales, que representan también a "lo grande", constituyen regalos que le da a ella y a mamá.

Richard vuelve a entrar en la habitación y a hacer garabatos con él lápiz marrón; al hacerlos, rompe la punta de éste.

M.K. interpreta que al hacer garabatos con tanta fuerza que ha llegado a romper el lápiz, ha querido demostrar que teme que, finalmente, "lo grande" que tiene la esté ensuciando y destruyendo a ella. Asocia esto con el agua que pensó que había dañado el fogón, y que para él representa a su orina.

Richard junta entonces los extremos no afilados de los lápices verde y amarillo. El lado afilado del amarillo está roto, y con el extremo roto del marrón lo empuja con tanta fuerza, que el verde se sale de su sitio.

M.K. interpreta que lo que acaba de expresar es que su pene -el lápiz marrón- produce orina y "lo grande", y que además con él rompe el órgano sexual a papá, le enferma y causa mucha preocupación a mamá, cosas que lo hacen sentir muy culpable. Además, tiene miedo de hacerle un daño semejante a ella... Los ataques que siente que ha hecho a los órganos sexuales de mamá, de ella y papá, también los ha expresado por la manera en que ha mordido los lápices nuevos rojo y amarillo. Le preguntó en forma especial a M.K. entonces si le importaba que lo hiciera, pero morderlos significa, además, que siente que ha comido estos penes dañados, y por esto piensa ahora que la batalla continúa dentro de él y no sólo dentro de ella, como en el dibujo 55. A pesar de que dice que él ha sido quien ha ganado la victoria mayor, al representar a Hitler con el paso de ganso, está dando a entender, además, que es Hitler quien ha conseguido la mayor victoria y que ahora lo está controlando desde adentro.

En esta sesión Richard no ha hablado de su padre. Cuando M.K. se pone a guardar el material de juego, echa una ojeada a los dibujos, y dice pensativamente que hace mucho que no dibuja estrellas de mar.

M.K. le pregunta entonces si puede ahora decirle lo que pensó sobre la protesta china.

Richard, mirándola con cariño, le contesta: "Te amo". M.K. interpreta que el contestarle en chino (es decir, con materia fecal amarilla, enojada y secreta) se debió a que la odiaba por verse privado de la sesión del domingo. Pero al mismo tiempo, se sintió culpable de este odio y además la quiere, y esto hizo que no quisiera hablar sobre la protesta.

Richard se muestra conforme con esto.

Al abandonar juntos la casa, y mientras M.K. cierra la puerta, dice: "El viejo cuarto va a tener un descanso", y después, dándose vuelta hacia ella cuando ya están en la calle, agrega: "Adiós, vieja casa buena"... Aunque está serio, no está deprimido ni parece perseguido. Se asegura una vez más de que M.K. va hacia el pueblo y comenta que una señora que viaja siempre le ha dicho que no es desagradable venir a "X" en autobús. En un momento en que M.K. cambia un saludo con una Sra. a la que conoce, Richard se pone contento, comentando que tiene muchos amigos y que conoce a casi todo el mundo.

M.K. le contesta que, en efecto, ha conocido a bastantes personas en "X" .

 

Notas de la sesión número sesenta y cinco

I. El sobre viejo ha adquirido una gran importancia, porque está íntimamente asociado a la relación que Richard tiene con su analista, y porque, en cierto sentido, la representa a ésta. Estos sentimientos transferenciales tienen su raíz en lo apegado que está a sus primeros objetos, cosa que puede verse en el deseo de volver solo a la casa abandonada, la cual representa a la madre sola y abandonada y está asociada a todos sus recuerdos más antiguos. Este apego tan fuerte constituye una evidencia de la capacidad que tiene para querer y se encuentra muy reforzado por la ansiedad depresiva. Los sentimientos de culpa que Richard vivencia en forma tan intensa lo llevan a apegarse en exceso a su madre, e interfieren con la formación de nuevas amistades y en la búsqueda de nuevos intereses; todo esto, que constituye un factor vital en la perturbación de su desenvolvimiento, se está mitigando parcialmente en el curso del análisis.

II. He señalado repetidas veces que, a pesar de no desviarme en lo esencial de mi técnica, en este caso he contestado, sin embargo, a varias preguntas, prestando así a Richard cierto grado de apoyo. En esta sesión, no sólo le contesto, sino que llego a tranquilizarle en forma muy directa, y de una manera que en general no haría. Lo que me llevó a ello fue el que el niño no sólo temía inconscientemente el fin del análisis, sino que tenía además plena conciencia de la necesidad imperiosa que tenía de él. El saber yo por mi parte que posiblemente no tendría la oportunidad de reanudarlo, hasta varios años después, y la circunstancia particular de que su padre se hubiera enfermado seriamente, ejercieron sin duda alguna cierta influencia sobre mis sentimientos contratransferenciales.

Cabe entonces preguntarse, hasta qué punto puede todo ello haber afectado la marcha del tratamiento. Esto es difícil de saber, ya que al mismo tiempo seguí analizando persistentemente la transferencia negativa y las sospechas que el niño tenía de mí y de sus padres. Pero quiero repetir, como una cuestión de principios, que aun en este caso hubiera resultado de mayor utilidad evitar esta actitud ocasional de apoyo. Esto queda ejemplificado en el comentario que hace Richard tras decir con placer que yo era patriota -es decir, un objeto muy bueno- el cual indica que en ese momento yo incrementé con mi contestación la transferencia positiva. El comentario de Richard se refirió a la niña de la calle, la cual, a pesar de tener un aspecto inocuo, se le apareció como si fuera un monstruo. Es decir, que la idealización de la analista -la M.K. patriota y no sospechosa ni extranjera como la veía antes-, no llegó a resolver las dudas que sentía hacia ella, y por ello se vio obligado a desviarlas y a transferirlas a la niña que en ese momento pasaba por allí. La única manera de llegar realmente a disminuir sus dudas, hubiera sido interpretándoselas. Por otra parte, el mismo hecho de que en vez de interpretar adecuadamente le diera yo un reaseguramiento sobre mi persona, cosa que él comprendió perfectamente que estaba fuera del procedimiento analítico, incrementó sus dudas en otro nivel, llevándole a dudar de mi honestidad y sinceridad. Una y otra vez nos damos cuenta de que los errores de esta naturaleza crean en los pacientes resentimientos y críticas inconscientes e incluso conscientes cuando se trata de adultos, y que ello ocurre a pesar de que al mismo tiempo deseen tanto ser amados y sentirse apoyados.

 

SESION NÚMERO SESENTA Y SEIS (Lunes)

Richard se muestra amigable y tiene un aspecto bastante feliz. Cuenta a M.K. que ha viajado bien en el autobús, y solo, pero se refiere también, enfadado, a otras ocasiones en las que estaba lleno y la cobradora ordenaba que quienes poseyeran sólo medio boleto se pusieran de pie; tenía así que ceder su asiento.

M.K. interpreta que como él quiere competir con papá por mamá, se pone muy enojado cuando le consideran sólo medio hombre. Le pregunta además si había otros niños en el autobús.

Richard dice que sí, pero que no le prestaron ninguna atención y él a ellos tampoco... Comenta luego que su padre está recuperándose bien.

M.K. interpreta que se siente orgulloso y feliz por poder ahora viajar solo, sin sentir que los demás niños le estén mirando o le puedan atacar.

Richard contesta que está deseando pasar la noche en casa de los Wilson, especialmente porque la Sra. de Wilson le ha prometido hacerle un regalo. Pregunta entonces si M.K. piensa ir al cine por la noche y añade suplicante: "Insisto en que vayas". Dice que ha leído la critica de la película, y que es muy linda, pues se trata de alguien divertido que cría a un bebé. Le ruega una vez más que vaya.

M.K. contesta que lo siente, pero que prefiere no ir.

Richard entonces dice que tiene una sorpresa para ella, tras lo cual abre lentamente una caja que tiene, y en forma dramática saca de adentro la flota, añadiendo que Paul ha encontrado el barco de guerra Hood en la casa de "Z" . Pregunta a M.K. si se alegra de ver la flota y agrega que está seguro de que así es.

M.K. le sugiere que quizá le esté también diciendo que está seguro de que se alegra de volverle a ver a él.

Richard confirma esto con decisión... Después le muestra que el Hood es mucho mayor que el Nelson (es realmente el barco más grande de toda la flota), pero añade con tristeza que en la vida real el Hood ha sido hundido, aunque aquí puedan jugar a que no haya sido así. El pobre Nelson, que antes parecía tan grande, ahora parece muy pequeño.

M.K. interpreta que siente pena por papá que ha quedado convertido en un niño, y que ahora esa pena es tanto mayor, cuanto que en la vida real está enfermo e indefenso. Como esta inversión que se ha operado en todo le convierte a él en el Hood, no quiere admitir que este barco haya sido hundido. Al mismo tiempo, el Hood representa también a papá, y por esta razón siente que tampoco debe de ser hundido.

Richard se queda muy sorprendido por esto, pues le dijo realmente a su mamá que desde ahora él sería el padre de familia... Entonces mueve al Nelson, haciéndole dar la vuelta alrededor de la cartera de M.K. y del reloj, y luego lo deja allí escondido. Después sale a navegar el Hood y los dos barcos se encuentran tan al borde de la mesa, que a poco se caen de ella. El Nelson vuelve después a donde están los demás barcos y el Hood desaparece una vez más detrás de la cartera, quedándose allí un rato.

M.K. se refiere a la comparación que hizo entre el Hood y el Nelson, y le dice que cuando él era muy pequeño, su padre le parecía enorme y su órgano sexual también.

Richard se queda pensando en esto y pregunta si realmente es tan grande en su imaginación el pene de su padre. Sostiene que nunca se lo ha visto, pero dice que hace poco vio el de Paul y que realmente tenía pelos alrededor.

M.K. se refiere entonces a que ya alguna vez le sugirió que pudo haber tenido la ocasión de ver el pelo del pene de su padre o el de mamá o a la niñera, y que esto lo expresó en el dibujo 55, en el cual la pintó a ella: al hacerle el pelo, en efecto, hizo en el mismo una raya que llegaba hasta el órgano sexual. También le señala que por poco se ha producido un desastre entre el Hood y el Nelson -que son él y papá- tras lo cual llevó al Hood a un sitio seguro detrás de su cartera y su reloj, mientras que el Nelson volvía a unirse al resto de la familia.

Richard dice en voz baja: "Pobre papá".

M.K. interpreta el pesar que siente por la enfermedad de su padre; por ello, al decir que aunque el Hood ha sido hundido en el juego está otra vez de vuelta, ha querido expresar el deseo de que su padre se ponga fuerte y siga viviendo, para que continúe siendo el jefe de la familia.

Richard repite en voz baja y seria que está muy triste a causa de su padre, y añade: "Es para ayudarle a él por lo que vengo aquí y viajo solo".

M.K. le pregunta lo que quiere decir con esto.

Richard contesta tímidamente que el trabajo que hace con ella le ayuda a él, y que ello hace que su padre no tenga que preocuparse por su causa.

M.K. interpreta que quizá también quiera decir que si el trabajo con ella le ayudara a tener menos celos, entonces no lo odiaría, atacaría ni haría daño.

Richard está de acuerdo con que es esto lo que ha querido decir... En tanto, ha movido el Hood, llevándolo hasta donde están los demás barcos, y allá lo coloca en la posición central, con el Rodney a un lado y un crucero al otro. El destructor Vampire queda un poco más lejos.

M.K. interpreta que tiene la intención de volver a colocar a su padre en la posición de padre y marido, y de colocarse a sí mismo en el lugar del menor de la familia: el Vampire.

Richard muestra a M.K. un paquete de semillas rojizas que ha comprado en la tienda del Sr. Smith; dice que son las que más le gustan y que quiere tenerlas mucho tiempo.

M.K. le indica que acaba de chupar el lápiz; y que de la misma manera desearía chupar y comerse el pene de su padre; así sería muy poderoso y podría darles a ella y a mamá muchos bebés, haciéndoles sentir bien.

Richard hace entonces el dibujo 56 . Cuando escribe los nombres que hay en él, duda al llegar al Hood y murmura sin llegar a decidirse: "Papá-Richard", tras lo cual escribe su propio nombre.

 

M.K. interpreta que siente un conflicto entre el deseo de ocupar el lugar de su padre y el de permitir que éste lo mantenga. Esto lo ha solucionado poniendo a su padre (que en el dibujo 56 está representado por el H.M.S. Effingham) lejos de mamá (Rodney) y haciendo que papá sea más grande que los barcos que generalmente le representan a él mismo (el Vampire y el Salmon) y a Paul (H.M.S. Delhi). Al ser él el Vampire, toma su posición verdadera de menor de la familia, pero además se coloca entre papá (ahora el Hood) y mamá (Rodney), con lo cual consigue separarlos. El Salmon representa además al Richard pequeño, que ahora está al lado de su madre. Al mismo tiempo, el Vampire representa como antes el genital, su propio genital, que le gustaría usar con mamá para hacerle el bebé que desea darle. Richard hace el dibujo 57, y comenta que el círculo es la silla en torno de la cual corre el tren. Ahora ha distribuido asi las cosas.

 

M.K. interpreta que el tren le representa a él corriendo entre los dos pechos, los cuales están formados por las curvas de la vía del ferrocarril; también quiere decir ir y venir de ella a mamá.

Al oír esta interpretación, Richard señala los dos extremos de la vía y dice que hay dos órganos sexuales: uno pequeño (dentro de la curva) y otro grande.

M.K. interpreta que además de desear chupar su pecho y el de mamá, quiere colocar su órgano sexual cerca de ellas; el genital grande significa que papá tampoco queda excluido .

Richard mira a M.K. y le dice que la quiere mucho. Menciona además que su madre se refiera a ella llamándola "querida". En cambio él ha sido muy mal educado con la cocinera, a la que ha llamado "pedigüeña insolente". La cocinera quedó tan espantada que no pudo ni contestarle.

M.K. le pregunta por qué dijo eso.

Richard contesta que en realidad no lo sabe; tenía rabia y sintió que no la quería.

M.K. le recuerda que una vez le contó que la niñera se peleó con la cocinera antes de irse, y que desde entonces él la odiaba. Cuando mamá habla amistosamente de ella, siente como si hablara amigablemente con la niñera; mientras que la cocinera mala, en cambio, representa a su mamá, la cual se transformaba en mala cada vez que no se llevaba bien con la niñera. Por otra parte, ha mencionado a la cocinera mala y lo enojado que está con ella, justo después de decir que a M.K. la quiere mucho; sin embargo, como M.K. no hace todo lo que él le pide, esto quiere decir que la cocinera mala también la representa a ella.

Richard se va a la cocina y se pone a investigar el "tanque-bebé", comentando luego que el agua no está hoy tan sucia. Como de costumbre bebe agua del grifo; después coge un resorte de alambre que está sujeto a la tabla de escurrir, golpea con él la tabla, y pide a M.K. que haga lo mismo. De repente se pone a pelear con un hombre imaginario a quien sitúa detrás de la puerta y le grita: "Vete, vete", tras lo cual cierra la puerta para que no pueda entrar .

M.K. le recuerda que una vez quiso que ella obligara a marcharse al Sr. Smith, diciéndole también "Vete" (sesión cuarenta y ocho); y que en otra ocasión hizo que le dijera lo mismo al "oso". Los dos hombres representan al papá perseguidor que puede irrumpir en la habitación en momentos en que él desea estar solo con ella (en realidad, con mamá) para poder quererla.

Durante toda la sesión, Richard ha tenido metido en la boca el lápiz amarillo; al decir "Vete" al hombre imaginario, lo sigue chupando aún.

M.K. le interpreta que desearía que su pecho (y la mamadera que la niñera le daba) fuera todo para él, sin que nadie le perturbe, y que querría poder echar afuera a su padre, del cual él sospechaba de niño que se quedaba con él. Como ahora papá tiene a la enfermera que le atiende sólo a él, siente que es como un bebé rival.

Richard vuelve a la mesa; allí saca el dinero que tiene, y separa el cambio que el Sr. Smith le dio tras comprarle las semillas. Le muestra a M.K. que los peniques son más grandes que las monedas de dos chelines, y comenta que a él le gustan los primeros. Después se coloca la máscara contra gases asfixiantes que lleva consigo cuando va de viaje, y dice que alguna gente hace mucho lío con ellas. A él en cambio le gusta la suya, y el olor a goma que tiene, pues está acostumbrado a él de tanto jugar con unos ladrillos de goma que posee.

M.K. interpreta que quiere mantener separados en el bolsillo (el cual simboliza su interior) los peniques que ha recibido del Sr. Smith, los cuales representan el órgano genital de papá; de esta manera no se pueden mezclar con las monedas de plata que simbolizan el pecho bueno de mamá. A pesar de que dice que le gustan los peniques, resulta evidente que no se fía de ellos. También dentro de sí mismo desea separar el pecho bueno de mamá, del pecho manchado y de "lo grande", representado por los peniques. La máscara de gases que pretende que le gusta, la usa en realidad para salvarse del veneno, el cual en su mente está asociado con el genital venenoso de papá.

Richard echa rápidamente el brazo sobre el hombro de M.K., cosa que repite un poco después, y le dice que la quiere mucho... Le vuelve a suplicar además, que vaya al cine esa noche, pues le haría con ello sentirse muy feliz. El tono de voz con que habla es de lo más suplicante.

M.K. interpreta que si ella fuera al cine sentiría que se parece mucho más a su mamá y entonces no echaría tanto de menos a ésta. Si ella ocupara su sitio, podría además acariciarla y besarla.

Richard se va afuera, llamando a M.K. para que también salga. Aunque por un momento se ha sentido desilusionado al ver que M.K. no le dice que irá al cine, sigue amigable. Pero en cambio se pone a mirar a una gallina que está en la casa de al lado y le dice: "Gallina vieja y tonta"; y cuando vuelve a la habitación, ve a una vieja que pasa por la calle y se refiere a ella llamándola: "Vieja mala".

M.K. interpreta que tanto la gallina como la vieja representan a ella, y que está enfadado porque se siente frustrado al no querer acompañarle como él desearía que lo hiciera.

En esta sesión Richard ha mencionado que está contento en "X" y que no le importa mucho no estar en su casa. En realidad da la impresión de estar contento y salvo por la vieja a la que se refiere al terminar la sesión, apenas ha dirigido su atención hacia la calle mostrando poca evidencia de sentirse perseguido. Su madre me ha dicho que da mucha importancia al hecho de estar "colaborando" con ella al viajar solo y quedarse solo también en el hotel o en casa de sus amigos, cosas todas estas que le hubiera sido imposible hacer antes.

 

SESION NÚMERO SESENTA Y SIETE (Martes)

Aunque llega unos minutos tarde, Richard entra en la casa sin darse prisa, con aspecto deprimido y reservado. Deja en el suelo su maletín, pero no saca la flota de él, y se pone en cambio a recorrer la habitación, dando puntapiés a los banquitos y pisoteando uno o dos de ellos. No mira ni a M.K. ni al reloj. En general da la impresión de estar muy enfadado y de no saber bien qué hacer. Al descubrir una polilla igual a la que viera hace algunas sesiones, trata primero de cazarla, pero luego decide dejarla en paz. Varias veces se ata los cordones de los zapatos hasta dejarlos bien apretados... Después de un rato, pregunta por fin si llegó tarde, y con cuánto atraso.

M.K. le dice que con dos o tres minutos.

Richard le pregunta si le puede dar esos dos minutos de más.

M.K. interpreta que los dos minutos parecen representar sus pechos, los cuales teme perder por dejarla esta noche para irse a su casa.

Richard se pone un poco más vivaz y dice: "Debes de ser muy inteligente para haber podido descubrir esto...". Luego se pone a mirar por la ventana, se sienta a la mesa y estira la mano, mientras con tono de súplica pide a M.K. que le alcance el cuaderno. Luego se pone a chupar el lápiz y llena un renglón con la palabra "helado". No deja espacio entre palabra y palabra, y a medida que escribe va diciendo cada vez con mayor intensidad: "Helado, helado, helado". Tras esto hace el dibujo 58. Al principio parece que va a dibujar algo parecido a la "protesta china" (sesión sesenta y cinco) y cuando M.K. le pregunta si es chino lo que escribe, él contesta que sí; pero luego decide que se trata de rayaduras hechas en el hielo, mientras que algunos de los puntos y las líneas más oscuras son las personas que están en la pista de patinaje; y son ellas quienes han hecho las rayaduras al patinar.

M.K. interpreta que el deseo de comer mucho helado*, va unido a la necesidad de comer de ella todo lo que pueda, y aun más. La pista de patinaje representa su interior y el de mamá, dentro de los cuales piensa que están la leche buena, los bebés y el órgano sexual bueno de papá. Pero piensa también que si entrara en ella para robarla, la rayaría y la dañaría (en ese momento Richard dibuja las dos líneas que encierra la pista de patinaje) . De bebé, cada vez que se sentía insatisfecho, tenía deseos de arañar, morder y dañar el pecho, y ahora siente que le está haciendo lo mismo a ella, porque a pesar de ser él quien se va y la deja, siente no obstante que ella no le da todo lo que él desea. Por esto él mismo creyó al principio que su dibujo iba a ser una protesta china . M.K. le interpreta, además, que el dejarla a ella para irse a casa, le hace sentir que ahora es ella el pecho bueno -mamá- mientras que otras veces representa a su niñera y entonces su propia madre es el pecho-madre. En la vida real, su mamá le dio de mamar muy poco tiempo, apenas unas semanas, y luego le tuvieron que dar el biberón, el cual probablemente se lo daba la niñera.

 

Richard contesta inmediatamente: "¿Y qué hizo mamá después con sus pechos? ¿Se los dio a Paul?". Se queda pensando en esto y luego dice lentamente que Paul ya era bastante grande cuando él nació, de manera que no puede haber sido así. Se pone entonces a hacer preguntas, evidentemente impresionado e interesado en la información que M.K. le ha dado. ¿Cómo es que sabe lo de los pechos de su mamá? ¿Se lo ha dicho ella? ¿Cuándo? ¿Qué es exactamente lo que le ha contado? ¿Por qué no le dio mamá de mamar más?

M.K. le contesta que la primera vez que su mamá vino a hablar del tratamiento con ella, le hizo algunas preguntas sobre su primera infancia y sobre cómo había sido todo; su madre le contesto, entre otras cosas, que tuvo que dejarle de amamantar a las pocas semanas, y darle el biberón en cambio, porque se le terminó la leche (nota 1). Le interpreta, además, que lo primero que pensó él al saber que le habían dado poco tiempo el pecho, fue que mamá se lo habla quitado para dárselo a Paul, y que de bebé puede incluso haber llegado a pensar que le estaban castigando y que por esta causa su madre se lo daba a otra persona, ya fuera a Paul o a papá. Esto debe de haberle hecho sentir mucha envidia y celos de papá y de Paul, y sospechar de ambos. Ahora, una vez más, le parece que su padre es un bebé por tener una enfermera que lo cuida, y siente verdaderos celos de él.

Richard contesta que tiene dos enfermeras (cosa que ya ha mencionado en otra ocasión).

M.K. interpreta que esto parece significar para él, que papá no sólo le ha quitado el pecho de mamá, sino también a la niñera.

Mientras M.K. habla, Richard se mete los dos pulgares en la boca y se pone a chuparlos con fuerza, cosa que no acostumbra hacer. Después cubre una cantidad de hojas con garabatos entre los que se puede leer su nombre. Mientras garabatea, corre repetidas veces a la ventana, se queda mirando a la gente que pasa, y en particular a los niños. Les hace muecas moviendo las mandíbulas, pero para hacerlo se esconde detrás de las cortinas. Además tiene que ir tres veces al cuarto de baño, cosa también poco frecuente, y que le turba. Explica que tiene ganas de hacer "lo chico" pero que no puede.

M.K. le indica que cuando desea tomar de su pecho (o más bien del de mamá), y guardárselo para él sólo, ataca al mismo tiempo en su fantasía a la gente de quien sospecha que se lo han quitado. Esta gente está ahora representada por los niños a los que acaba de hacer muecas, los que se han transformado para él en enemigos, porque siente que los ha atacado por haberle quitado el pecho y mamá. La forma en que los ataca es haciéndoles "lo chico" encima.

En este momento Richard se pone a preguntar a M.K. cosas sobre sus demás pacientes: la hora en que vienen a verla, si son todos hombres, quién viene después de él, etcétera.

M.K. interpreta que siente muchos celos y mucho miedo del Sr. K., del Sr. Smith y de sus hijos.

Entonces Richard hace el dibujo 59. La estación se llama "Blueing", que quiere decir, según él mismo explica, azul celeste; y al decirlo, señala a M.K.

 

M.K. le pregunta si le puede decir algo sobre la partícula "mg" de la palabra "Blueing".

Richard dice que no.

M.K. sugiere que quizá sea ink*.

Richard entonces se sonríe y dice que es así; que ya lo sabía cuando ella se lo preguntó, pero que no se lo quiso decir.

M.K. interpreta que esto es porque él, que es el tren, desea mantener a la madre pecho celeste buena, separada de la tinta. Le recuerda que una vez pensó que la botella de tinta que encontró en la cocina olía mal. Cada vez que tiene rabia o se siente insatisfecho, desea ensuciar a la mamá a quien tanto quiere y a su pecho, con "lo grande" y con "lo chico", cosa que ahora le quiere hacer a ella... También siente que lo ha hecho de bebé, y que ha envenenado a mamá. Las otras dos vías del dibujo que van a "Lug" y a "Brumbruk" expresan el deseo de separar a la mamá celeste de "lo grande" que ensucia y daña, y esta es la causa por la cual no sabe bien cómo se escribe la palabra "Brumbruk". Las repetidas tentativas que ha hecho de orinar, también tienen como significado el deseo de ensuciarla a ella, en representación de mamá; pero ha tenido al mismo tiempo miedo de hacerlo.

Richard se pone a garabatear; como de costumbre, dice que no sabe qué es lo que está dibujando. Primero hace una forma ovalada que contiene dos círculos grandes y uno pequeño; los tres están unidos. Después dibuja dos círculos mal acabados fuera de la forma ovalada, y los cubre furiosamente con puntos. Tras esto, hace más puntos, esta vez dentro del óvalo, y al hacerlo le centellean los ojos, rechina los dientes y su cara adquiere expresión de ira.

M.K. le sugiere que los dos círculos representan a sus pechos, y antes, a los de mamá, a los cuales está atacando al morder y apretar los dientes; la violencia con que hace los puntos, también significa que está ensuciándolos y ennegreciéndolos con orina y materia fecal. La punta del lápiz con la cual ha hecho los puntos, representa sus dientes y sus uñas. Después le pregunta lo que significa la figura que está dentro del óvalo (los tres círculos juntos).

Richard sin dudar un instante, contesta que son huevos.

M.K. interpreta que los ataques contra su madre se dirigen al interior de su cuerpo, contra los bebés que contiene , pues los tres huevos juntos sugieren la forma de un bebé sin nacer. Los celos que tiene de estos bebés están asociados, además, a la creencia de que su madre puede haberlos amamantado a ellos por dentro, en lugar de amamantarle a él (nota II).

Richard dibuja en la misma página dos círculos más, y otra vez los cubre con puntos. Tras esto dice que hay dos pechos nuevos y al hacer un punto en medio de cada uno de ellos, añade: "Estas son las cosas que están encima de los pechos, y también han desaparecido". (No conoce la palabra "pezón".) Una vez más traza dos contornos y los vuelve a cubrir con puntos y garabatos, comentando que parecen frutillas. Después hace una cantidad de V grandes y repite que son la "V de la Victoria". Mientras traza los puntos, se refiere a los bombardeos que los alemanes han llevado a cabo contra Moscú. Luego arranca la hoja del cuaderno (que últimamente hace de manera muy violenta), mira las dos páginas siguientes y se queda muy preocupado al notar las agudas marcas que han quedado en ellas a causa de la violencia con que ha hecho los puntos (nota III).

M.K. interpreta que siente que él no es la "R.A.F. buena" que ataca con buenos propósitos, sino el Richard-Hitler que destruye a Moscú, la cual representa a la mamá dañada.

Mientas garabatea, y mientras M.K. le interpreta, Richard hace repetidas pausas para fijarse en la gente que pasa por la calle. Antes le ha preguntado a M.K. si ha visto al Sr. Smith. Luego sigue arrancando las hojas y haciendo garabatos, pero en forma menos violenta. En la última de estas páginas empieza cuidadosamente a hacer puntos en las marcas que hay hechas, pero pronto abandona esta tarea.

M.K. le sugiere que está tratando de esconder las marcas y posiblemente, también, de curarlas. Le indica, además, que al usar ahora muchas más hojas de las que antes usaba, para luego malgastarlas, está tratando de demostrarse a sí mismo que puede sacar de ella todo lo que quiere, y que ella le quiere a pesar de haberle atacado el pecho; también quiere pensar que el pecho en sí puede ser reemplazado por otro en caso de quedar destruido o exhausto -los círculos que añadió antes, y a los que llamó frutillas-.

Richard saca dinero de su bolsillo y dice que no tiene bastante para el autobús.

M.K. interpreta que desea recibir de ella un regalo que represente el pecho bueno. Quiere también asegurarse de que aun después de haberla atacado, tiene todavía dentro de ella los bebés y los pechos, y que le sigue queriendo.

Richard saca entonces de su bolsillo más dinero, y en la hoja que sigue marca el contorno de cuatro monedas: una de 2 chelines, una de 6 peniques, una de tres peniques y una de uno. Dice que el penique es el que el Sr. Smith le dio el día anterior cuando le compró las semillas de rabanito, y tras decirlo se lo mete en la boca y lo muerde un momento. Después saca de la maleta el paquete de semillas y se deleita con ellas, comentando que no le gustaría tener ninguna otra clase de semillas que no fueran de rabanitos, los cuales en el dibujo del paquete tienen un aspecto muy lindo. Sacude la bolsita, entonces, para demostrar que contiene "miles y millones" de ellas.

M.K. interpreta que los círculos con los pezones que ha dibujado, le parece que fueran frutillas, y representan, en primer lugar, el pecho bueno de mamá. El penique marrón parece no sólo ser el genital bueno de papá o del Sr. Smith, sino además estar lleno de "lo grande", y piensa que ensucia el pecho de mamá, tal como él quiere hacerlo cuando se enfada. De igual manera, los celos que tiene cada vez que ella se encuentra con el Sr. Smith (el cual representa al Sr. K.), se hacen también muy fuertes porque teme que éste la dañe y la ensucie; y si siempre quiere observar a sus padres con mucha atención, ello se debe, en parte, a que tiene miedo de sus relaciones sexuales. El deseo de tener rabanitos y los "millones" de semillas que contiene el paquete que le ha dado el Sr. Smith, también re presenta a los bebés que el pene bueno de papá debería darle (nota IV).

Richard se ha quedado tranquilo y sosegado, y cogiendo la goma de borrar de M.K. traza el contorno de la misma en una hoja de cuaderno y copia además la inscripción que tiene marcada. Después traza dos líneas horizontales que atraviesan el papel, y una vertical que deja el dibujo de la goma dividido por la mitad, tras lo cual comenta que son los barrotes de una prisión.

M.K. interpreta que en su imaginación se ha comido la goma, que representa el genital del Sr. K., o más bien el de papá, y que ahora lo tiene preso dentro de sí. Pero una vez dentro de él, se ha transformado, y de ser un órgano genital maravilloso (los rabanitos y las frutillas) como a él le gustaría que fuera, ha pasado a ser algo lleno de "lo grande", y peligroso.

Como duda tanto del órgano sexual de su padre, pues no sabe si es bueno o malo, quiere estar seguro de él, y por eso ha trazado su contorno y ha escrito la inscripción que lleva (nota V). Lo ha metido así en una cárcel dentro de él, para poderlo controlar internamente, pues cuando está fuera siente que es peligroso. [Introyección del objeto con el fin de controlarlo y evitar que haga daño].

Richard sugiere que se pongan a jugar a los ceros y cruces y elige para sí las cruces; pero arregla las cosas de tal manera que M.K. pueda siempre ganar. Al final, no ajustándose a las reglas del juego, consigue que los dos ganen.

M.K. interpreta que esto quiere decir que le está devolviendo a ella los pechos, el órgano genital o los bebés, representados por la "O" que le acaba de dar en el juego.

Richard hace entonces el dibujo 60, empezándolo por una línea ondeada que dice que representa la arena. La figura que hay debajo es M.K., que está echada sobre la arena. El círculo grande con puntos es una mina de tierra, y el otro más pequeño que se encuentra justo sobre la línea ondulada, es la misma mina que se ha acercado mucho y que está explotando. Los garabatos que hay sobre ella muestran la manera como explota. Deja luego de lado el dibujo con aire muy preocupado y triste, pero inmediatamente empieza a dibujar otra vez (61), comentando que se trata de lindas frutillas que crecen en el jardín, perteneciente a M.K.

M.K. interpreta que tiene dudas sobre el órgano sexual rabanito y frutilla de papá; cree que el papá "pillo" está haciendo creer que su pene es bueno, pero él teme que tanto ella como mamá puedan explotar en cualquier momento en que estén en la cama (en el dibujo, en la arena). También él teme explotar, ya que siente que ha incorporado a ella y a mamá dentro de sí y también al órgano genital de papá. Y piensa además que también él mismo es un pillo que ha manchado el pezón de frutilla con su materia fecal y que ha hecho que papá ensucie y ataque a mamá con su órgano sexual. El día anterior separó por esto en su bolsillo el cambio (el penique) que recibió del Sr. Smith, pues representa el genital sospechoso: el pillo a quien ha incorporado; manteniéndolo así separado, trata de evitar que el pecho bueno sea destruido o atacado por el genital que hay dentro de él.

 

Richard está escuchando con mucha atención, y al mismo tiempo saca un juguete de la cesta de M.K. Es el columpio. Lo hace mover, contento de ver que está en buen estado. Es la primera vez después de varias semanas, que juega con los juguetes (nota VI). Con mucha cautela saca también el tren eléctrico, enganchados vagones y los hace mover, mostrándose otra vez muy contento.

M.K. interpreta que está tratando de ver si los pechos de ella y de mamá (los dos vagones) se encuentran en buen estado, y que también quiere tratar de ver si puede unir a papá y a mamá de una manera buena (de nuevo los vagones).

Richard arma entonces el tren de carga. Los dos trenes se encuentran y el que transporta carga tropieza y se cae, pero no en forma violenta (nota VII).

Al finalizar la sesión, Richard está mucho menos deprimido que al principio, aunque bastante serio. En la calle observa a la gente, pero no con atención, y se pregunta qué pasaría si toda la población de "X" se juntara sobre el Snowdon o en el interior de un autobús.

En el transcurso de la sesión preguntó una vez a M.K. si el martes estaría el autobús muy lleno. Como ahora es temprano aún para que salga el suyo, decide ir un rato al hotel, a visitar a la gente de allí. M.K. le pregunta si hay alguien en particular a quien quiere ver, pero él contesta que no, que quiere ver a todos. Se separa entonces de ella, amigablemente, aunque de una manera no demostrativa (nota VIII).

 

Notas de la sesión número sesenta y siete

I. Yo había indicado a la madre de Richard tras la primera conversación que tuve con ella, que sería útil que en algún momento oportuno le dijera a su hijo que fue destetado muy pronto. Ella, sin embargo, no lo hizo, y como sólo tenía por delante unas pocas semanas más de análisis, pensé que sería oportuno introducir yo el tema. A menudo he podido ver que los detalles que suministran los padres sólo pueden ser utilizados en el análisis si aparecen en el material de las sesiones; pero como en este caso soy yo la que introduce directamente cierta información, me veo obligada a decirle con franqueza a mi paciente de dónde he conseguido los datos que ahora le presento. Como mencioné antes, este procedimiento debe ser usado con cautela y no demasiado a menudo, pues tiende a provocar sospechas y el temor de que se produzcan choques entre los padres y el analista. En realidad sólo debe de recurrirse a él cuando sea esencial para el trabajo analítico, pues es el material suministrado por el paciente el que debe servirnos de base para nuestra labor.

II. Tal como este ejemplo nos lo demuestra, los sentimientos de frustración se asocian no sólo con la sospecha de que el padre (y en este caso también el hermano) se queda con el pecho cuando el bebé se ve privado de él, sino que además también se alimentan del mismo los bebés imaginarios que la madre lleva dentro de sí, de los cuales el niño tiene celos en mayor o menor grado. En este caso, la envidia del pecho de su madre y de la capacidad de ésta para hacer bebés y alimentarlos, contribuye además a que Richard sienta tanta rabia y frustración (véase Envidia y gratitud, 1957).

III. Esto constituye un ejemplo de lo que es el recuerdo de los sentimientos. Vemos cómo se produce aquí la situación completa del destete, con todas las emociones y ansiedades que ello implica, la cual está estimulada además en la situación actual, por los celos que le provocan a Richard el bebl-padre y mi inminente partida.

IV. Esta rápida transición que lleva a Richard a desear recibir el pene del padre que da bebés, tras haber deseado tener el pecho de la madre, puede considerarse desde dos puntos de vista. Por un lado, el amor hacia el pecho queda transferido al pene del padre poniéndose el niño en una posición femenina; pero además, como el bebé siente que ha manchado y dañado por celos y odio el pecho de su madre, su órgano sexual y su cuerpo, esto también le estimula a transferir sus deseos hacia el pene, es decir, a dirigirse hacia la homosexualidad (véase El psicoanálisis de niños, capítulo XII).

V. La necesidad de hacer una reproducción exacta del objeto, está asociada a las dudas que tiene el niño sobre los acontecimientos y objetos internos, las cuales contribuyen además a la necesidad obsesiva de aferrarse a las descripciones exactas de las cosas, ya sea mediante la escritura, el dibujo u otros medios. Esta incertidumbre es causa de una gran ansiedad y confusión. Un ejemplo de ello me fue dado por una paciente adulta, la cual vivenció una gran sorpresa en un sueño, al ver un objeto de naturaleza muy indefinida, que estaba clavado entre las ruedas de su coche. Al asociar, sin embargo, pudo ver que el objeto representaba un pecho o un pene. En el sueño ella sentía que no quería mirarlo, pero al mismo tiempo sabía que estaba ahí desde hacía muchos años, y que era ya hora de mirarlo y de sacarlo de donde estaba. La sorpresa que sentía al poder ahora ver el objeto, pudo ser vivenciada claramente en el sueño, el sentido del cual, como lo demostraron sus ulteriores asociaciones, era que ahora podía mirar a sus objetos internos, cuyo contenido le habla provocado toda su vida una gran ansiedad, haciéndole desear simultáneamente tanto verlos como no verlos.

VI. Hacía muchas sesiones que Richard no jugaba con los juguetes, aunque usara otro tipo de material. (La última vez que tuvo algo que ver con ellos, fue en la sesión treinta y uno, en la que miró la casa de barrios bajos y la figura dañada de un hombre, al que le rompió otro pedazo, pero sin llegar a jugar con ellos. La oportunidad en que si jugó por última vez, fue en la sesión veintiuna, en la cual dio un material que se terminó de interpretar en la sesión veintidós.) Los juguetes, algunos de los cuales se hablan roto, expresaban concretamente el daño causado por su agresividad -el "desastre"- y estaban por ello asociados con ansiedades muy profundas referidas a estos impulsos agresivos. Es decir, que se habían convertido en los representantes de situaciones infantiles no modificables. Nos podemos preguntar por qué, en cambio, si se sentía capaz de continuar expresándose mediante otros medios, como, por ejemplo, con la flota, los dibujos, la narración de sus sueños y las asociaciones, y el material ocasional relacionado con los distintos objetos de la casa y del jardín. Mi opinión es que estos otros medios de expresión le permitían ejercer un control mayor. La flota, por ejemplo -que para él constituía un juguete muy querido-, nunca llegó a dañarse realmente, aunque en una ocasión encontrara que le había pasado algo al mástil de uno de los barcos. Nunca dejó la flota a mi cargo, aunque en otra ocasión se "olvidó" de uno de ellos, pero a menudo no la traía, dando entonces las razones por las cuales ella "no quería venir". Los dibujos, a los cuales de alguna manera él consideraba igual que los sueños, también sentía que hasta cierto punto los podía controlar, porque cuando terminaba uno, podía empezar a hacer otro. Este sentimiento de control se aplicaba igualmente a los demás medios de expresión que he enumerdo, y le daba más esperanza de poder iniciar con ellos una nueva relación con sus objetos, y mejorar el estado de los mismos. Por esto es muy significativo que volviera a los juguetes, en el momento en que, tanto consciente como inconscientemente, se estaba esforzando todo lo que podía, tanto por hacer progresos en el análisis, como por poner a prueba su fortaleza para enfrentarse con el dolor, y con la ansiedad depresiva y persecutoria. Podemos establecer un paralelo entre esto y la actitud de ciertos pacientes quienes, en una determinada etapa de su análisis, se vuelven a referir a sueños antiguos y completan los detalles de situaciones infantiles angustiosas, porque al estar más integrados y haber disminuido su angustia, se sienten más capaces de enfrentarse con situaciones que en etapas anteriores no podían manejar.

También resulta de interés ver cómo varía la escena donde el "desastre" ocurre: a veces el desorden se produce en la cocina, otras con los juguetes y otras con la flota. Estas variaciones implican también que los medios mediante los cuales se expresa el desastre, y el sitio donde tiene lugar, queda disociado cada vez que Richard representa la situación de ansiedad. Creo que el abandonar un objeto que está completamente destruido, no sólo significa que la ansiedad va a ser expresada en otro contexto y en otro marco, y que su peligrosidad va a ser puesta a prueba, sino también que con ello se hace posible restringir el desastre a un solo aspecto del objeto y del yo, pudiéndose preservar en cambio otros aspectos de los mismos. Desde el punto de vista de la transferencia dejar la flota en casa significa mantener a la familia verdadera en un lugar seguro, permitiendo que el desastre tenga lugar sólo con la familia sustituta a quien representa el analista. De esta manera Richard siente a veces que está salvando a su madre verdadera, mientras que en otras ocasiones cree que de haber venido la flota, ésta me hubiera atacado a mi, y por esta razón dice que no ha querido venir. De manera que la disociación en este caso consiste en separar la parte destructiva de su yo, de la parte que ama, con el fin de preservar así al analista, a la madre y a la familia. Esto demuestra que los mecanismos de disociación son de gran valor, siempre que no sean excesivos y que por lo tanto permitan que la integración se pueda volver a hacer una y otra vez y forman parte del funcionamiento mental normal. Hablando en términos generales, podemos decir que si el desastre que tanto se teme abarca a todo el mundo, tanto interno como externo, el sujeto siente desesperación, una profunda depresión y a veces tendencias suicidas. Desde un punto de vista técnico tiene mucha importancia interpretar todo esto, y no menospreciar el hecho de que aun los pacientes profundamente deprimidos, pueden estar vivenciando que en algún sitio existe todavía el objeto bueno, ya sea externa o internamente.

VII. Creo que podemos llegar a la conclusión de que Richard no puede mantener en pie la situación ideal de los padres juntos y felices. El tren de carga que choca con el eléctrico, vuelve a representarle a él perturbando las relaciones sexuales de los dos, y la gratificación que se provocan mutuamente; pero el hecho de que no arroje el tren en forma violenta, demuestra que se ha operado una disminución en la intensidad de sus sentimientos. El grado de intensidad de los impulsos tiene gran importancia para configurar la vía que va a seguir el complejo de Edipo. La modificación que aquí vemos puede ser considerada desde dos puntos de vista. Aunque hable de ello muy poco, Richard está en este momento bien consciente de la enfermedad y de la debilidad de su padre; y como esto le preocupa y le hace sentir culpable, mantiene bajo un control mayor los celos que siente por la relación de éste con su madre y los ataques que le quiere dirigir. Debemos, además, tener en cuenta que el análisis le ha disminuido los celos, incrementando en él la necesidad de reparar, y el deseo de ver a sus padres juntos y felices, y esto tanto más cuanto que estaba muy preocupado por la enfermedad de su padre. Pero podemos también tomar en consideración la disminución de la agresión, la envidia y los celos, desde el punto de vista de los instintos de vida y muerte, y en este sentido se puede afirmar que Richard ha hecho un evidente progreso en cuanto a la capacidad de mitigar el odio por el amor, lo cual es expresión de una transformación ocurrida en la fusión de los dos instintos, en la cual ahora domina el de vida.

VIII. El día en que Richard se fue del hotel, al que se refirió llamándole "día de partida", tuvo también que esperar un rato largo antes de poder tomar el autobús, pero aunque estaba lloviendo, no se quedó a esperar en el hotel a pesar de estar éste muy cerca de la estación de salida. Creo que esta defensa consistente en abandonar al objeto perdido (o sea el hotel y la gente que allí vive), y que expresó al no volver más a él, está disminuida en la presente sesión, pues en ella vemos, en efecto, que se siente más capaz de encontrarse con la gente que ha perdido, ya que es así como vive cada separación. El mismo cambio de actitud puede también verse en el hecho de que vuelva a mirar los juguetes en la cesta, los que, evidentemente, representan a objetos de los cuales se siente muy inseguro. Todo esto, en mi opinión, está ligado a haber podido enfrentar su situación interior, y a que ha disminuido el temor de que sus objetos estén destruidos irreparablemente, todo lo cual se refleja en la relación con el mundo exterior (por ejemplo, al ir a ver a sus amigos del hotel).

 

SESION NÚMERO SESENTA Y OCHO (Miércoles)

Richard llega cansado y acalorado después del viaje. Se queja por el calor y por el autobús que estaba lleno, pero no da la impresión de haberse sentido perseguido por los demás viajeros. Medio en broma, le dice a M.K. que le quiere hacer un regalo, y le entrega el billete del autobús. Pronto le hace saber que está muy preocupado porque se acaba de enterar de que los arreglos que su madre hizo para que pasara el resto de la semana en "X", pueden tener que cambiarse, ya que un miembro de la familia Wilson se ha puesto enfermo. Decide entonces telefonear a su madre para que arregle las cosas de otra manera, y tras esta decisión se siente algo aliviado. A pesar de ello el problema parece preocuparle durante toda la sesión, en cuyo transcurso se producen largos silencios en los que él cobra aspecto preocupado. Tras discutir este problema, dice a M.K. que la quiere mucho, y le pregunta a ella si le quiere a él.

M.K. le pregunta qué le parece.

Richard contesta que cree que si y que ella es muy buena. Después dice que su madre va a venir a verla para hacer otros arreglos con ella, puesto que M.K. se va ya dentro de un mes. Pregunta si es definitivo el que se vaya; aunque conoce la fecha de su partida desde hace ya varias semanas, al parecer sólo ahora ha tornado plena conciencia de ella.

 

M.K. le contesta que, en efecto, tiene realmente que irse dentro de un mes y le interpreta que la gran tristeza que sintió el sábado estaba relacionada con el temor que siente ante su inminente partida.

Richard está muy pálido y deprimido. Pide el cuaderno y dice que quiere dibujar su casa.

M.K. le pregunta si se trata de la casa en la que viven ahora.

Richard contesta enfáticamente que la única casa que tiene es la de "Z". Entonces dibuja un cuadrado que representa la casa y trata un contorno que simboliza su fuerte y el sendero del jardín. Se refiere largamente al fuerte, comentando que el estallido de la bomba que cayó en la vecindad destrozó el escalón que llevaba á él; pero agrega que ni Hitler le podrá detener cuando se proponga recuperarlo, pues le va a hacer un escalón nuevo y nadie le va a poder impedir volver a meterse adentro. Tras decir esto hace un garabato que va desde la casa al fuerte. Luego hace otro dibujo (número 60) y pregunta a M.K. si el Sr. Evans tiene frutillas.

M.K. le pregunta si quiere con esto saber si ella le ha comprado esa fruta.

Richard repite la pregunta, para ver si en efecto M.K. ha conseguido comprarlas. Dice que el Sr. Evans es bastante malo por no tener frutillas, pues en otros lados si se pueden comprar. Decide que tiene que comprar muchas más semillas de rabanitos, para que nunca se le terminen y le duren hasta el otoño y pregunta cuántas semanas faltan para que llegue esta estación: ¿cinco o seis?

M.K. interpreta que la decisión que ha tomado de volver a su casa y reconstruir su fuerte, significa que quiere arreglar su órgano sexual, el cual siente que está dañado, así como también cuidar a la mamá buena a pesar de que la ataque el papá-Hitler malo. Quiere dar bebés tanto a ella como a mamá, para que las dos sigan viviendo, pero para poder hacerlo necesita que el Sr. Evans, que representa a papá, le dé más y más semillas. También quiere que ella consiga frutillas buenas de este señor (el órgano sexual bueno), quien representa al Sr. K., aunque al mismo tiempo tiene celos de que las obtenga. En cuanto a la casa vieja, ésta representa a su abuela, la cual murió hace algunos años, entristeciéndole mucho. Ahora teme que ella, que también es abuela, se muera al separarse de él. La tristeza que siente por su marcha incrementa estos temores y por esto ha preguntado cuántas semanas faltan para el otoño, ya que ella se irá en esta estación. Para entonces, siente que deberá ya haber construido a su propia mamá buena y a ella misma, para tenerlas a las dos en forma segura dentro de él. Pero para poder mantenerlas con vida, siente que debe de darles todas las semillas: los bebés.

Richard dice que le gustaría comerse las dos frutillas del dibujo. Se queda mirándolo y dice que son los pechos de mamá, mientras que las hojas son los bebés que hay dentro de ella. Luego se pone a garabatear en dos hojas y menciona que en una de ellas está la "V de la Victoria

M.K. interpreta que siente que la victoria será suya, si logra controlar los deseos destructivos que siente, y quedarse con ella y con mamá sin pelearse. El día anterior (en el dibujo de la mina terrestre) dudaba de poder hacer esto, a causa de los fuertes ataques que había dirigido contra su pecho, su cuerpo y sus bebés.

Richard se pone a contar el dinero que tiene, saca la cuenta de lo que ha gastado y comenta que debería de quedarle más. Dice que le gustaría no tener que telefonear a su casa para no gastar dinero en ello. Luego coge un libro y se pone a mirar las láminas, sin hacer caso de M.K., y manteniéndose inaccesible para ella. De repente, sin embargo, levanta la cabeza y le pregunta en qué está pensando. Le pide que le prometa que va a ir al cine, y le ruega que lo haga por él.

M.K. interpreta que tiene miedo de la forma en que ella va a pasar la noche y que quiere saber quién es el hombre que va a estar con ella.

Saber en qué está pensando quiere decir también conocer todos sus secretos, y lo que le pasa por dentro. Tiene celos de ella, pero además está aterrorizado, pensando que el hombre del que tiene celos puede ser malo y colocar dentro de su cuerpo un genital-mina peligroso. Por otra parte, también teme que por las noches se sienta sola.

Richard se pone a hacer preguntas. ¿Atiende a algún paciente de noche? ¿Qué es lo que hace en realidad a esas horas? ¿Por qué no va nunca al cine?

M.K. contesta que prefiere quedarse leyendo, o ir a dar un paseo si el tiempo es bueno.

Richard no parece creer que esto sea verdad. Sigue pasando las hojas del libro, pero pronto levanta otra vez la cabeza y le vuelve a preguntar en qué está pensando.

M.K. interpreta que está resentido por tener que contarle a ella sus secretos sin que ella le cuente a él los suyos. Seguramente tiene en este momento muchos secretos en la mente, que ha expresado mediante los garabatos que acaba de hacer, pero no quiere hablar de ellos.

Richard garabatea entonces otra página y dice que la "G" que hay en ella representa a dios.

 

M.K. interpreta que tiene miedo de dios, como si éste fuera un papá estricto que le puede castigar por querer darles bebés a mamá y a ella, y también por querer evitar que papá se los dé a mamá. Por esto es también por lo que se siente culpable de que papá esté enfermo.

Richard escribe ahora su nombre claramente en otra hoja de papel, pidiéndole a M.K. que escriba el suyo debajo y que añada algunas palabras en austríaco (sigue llamando así al alemán). M.K. escribe su nombre y pone en alemán que hace buen tiempo. Richard le pide que le diga cómo se pronuncia, y lo repite varias veces. Al abandonar el cuarto de juegos comenta que se siente mucho menos cansado que cuando llegó. "Ha sido una gran ayuda", dice.

M.K. le pregunta qué es lo que le ha ayudado tanto.

Richard contesta que le parece que ha sido el estar sentado con ella. Como hace a menudo, se asegura de la hora en que tiene que venir la próxima vez, y luego (cosa también frecuente), dice con tono de estar prometiendo algo: "Aquí estaré".


SESION NÚMERO SESENTA Y NUEVE (Jueves)

Richard va a buscar a M.K. mucho más cerca de su casa de lo que lo ha hecho nunca, comentando él mismo este hecho.

Por la calle observa cuidadosamente para ver si viene el Sr. Smith. En el cuarto de juegos está bastante serio, pero no parece especialmente preocupado y comenta que se ha hecho un nuevo arreglo sobre su estada en "X". Además, seguramente a M.K. le interesará saber que la flota está ahora guardada en otra caja más fuerte, pero que se la dejó en casa de los Wilson.

M.K. le pregunta por qué ha hecho eso.

Richard contesta que la flota no quería venir porque de hacerlo podría dañarla a ella... Se queda escuchando el ruido que hace un camión en la calle y comenta que parece un quejido.

M.K. le pregunta que a qué le recuerda.

Richard contesta que a un oso: al oso ruso, que es bueno; no -se corrige- al alemán. Se refiere entonces a que los rusos están haciendo las cosas bien, y esto lo pone muy contento.

M.K. le recuerda al oso que creyó que estaba en uno de los paquetes que aparecieron un día en la habitación y las dudas que tuvo sobre el oso-papá extranjero y peligroso que estaba dentro de ella, de mamá y de sí mismo. A menudo, además, ha mostrado que desconfía mucho de los rusos.

Richard pregunta si M.K. ha visto hoy al Sr. Smith, y se pone a mirar por la ventana; al ver un hombre que viene lejos exclama: "Ah, aquí viene". Cuando se acerca, resulta que no es él sino un hombre muy viejo y Richard le sigue mirando y dice con tono dudoso que parece ser un viejo bastante simpático.

M.K. interpreta que prefiere los viejos a los jóvenes, pues no le parecen tan peligrosos (nota 1). Le recuerda que le molesta en especial que ella entre en la tienda de comestibles, pero que una vez le dijo (sesión sesenta) que no le importa que hable con el padre del tendero.

Richard contesta que es verdad y pregunta a qué se puede deber.

M.K. interpreta que posiblemente el hombre más joven representa a su padre cuando estaba fuerte y bien, y cuando poseía un genital poderoso, que era al mismo tiempo una mina peligrosa.

Richard se pone a hablar de unas fotografías que ha visto de Hitler, Goebbels y otros nazis, y dice que Goebbels le disgusta aun más que Hitler por ser una rata tan grande. Pregunta luego a M.K. si alguna vez ha oído a Hitler hablar por radio, y se pone a copiar sus gritos mientras hace muecas, grita "Heil" como si fuera la gente que escucha, y pisotea con fuerza.

M.K. interpreta que siente que el papá-Hitler, que es ruidoso y malo abiertamente, es en realidad menos peligroso porque no esconde su maldad. En cambio el padre malo y engañador (Goebbels, la rata), es peor, y representa al embajador chino, al "pillo", al sonriente Sr. Smith y aun al papá bueno a quien mamá y ella pueden querer a pesar de ser peligroso para ellas. Le recuerda además que siente él mismo que es un pillo (sesión cincuenta y cinco).

Richard interrumpe aquí a M.K., para decirle que el Sr. Smith tiene además algo bueno, pues le vendió esas semillas de rabanitos tan lindas.

M.K. interpreta que también cree en el papá bueno y potente, que puede dar bebés a mamá e incluso compartir con él su potencia -las semillas-. Pero de todas maneras, duda mucho de la bondad de éste, cosa que ha demostrado muchas veces y que explica también la preocupación y los celos que siente cuando ella se encuentra con el Sr. Smith. Sospecha que siempre están juntos, a pesar de que hoy sabe que no pueden haberse encontrado, pues él mismo la estaba acompañando al pasar por las calles por las cuales él suele venir, y además le habría visto si pasaba por delante del cuarto de juegos.

Richard contesta que pueden haberse visto más cerca de su casa de donde él llegó.

M.K. señala que en este caso el Sr. Smith tendría que haber ido a buscarla. Sin embargo, cuando él llegó ella estaba sola, de manera que ¿cómo podría el Sr. Smith haberse dirigido luego a su tienda sin que él le hubiera visto? Le interpreta que el Sr. Smith representa para él al Sr. K., quien cree que está vivo todavía dentro de ella y de si mismo, ya que a su vez el Sr. K. representa a papá. Esta es otra de las causas por las que quiere que vaya al cine por las noches, pues estando en el cine no podría estar con él. El miedo que le tiene al Sr. K. muerto y malo que está dentro de ella es mayor ahora a causa de la enfermedad de su padre. Esta le causa ya de por sí mucha preocupación; pero además, en su imaginación, el papá enfermo se convierte en una especie de fantasma malo que vive dentro de mamá (nota II).

Casi al comenzar la sesión, Richard pidió el cuaderno. Lo hizo con et tono urgente y suplicante que ha adoptado desde hace poco, esperando, además, que M.K. se lo pusiera en la mano. Aparte de esto, en las últimas sesiones le pide siempre que le dé el lápiz amarillo que tiene metal en uno de sus extremos, el cual últimamente se mete en la boca no sólo en forma ocasional, sino para dejárselo adentro durante mucho tiempo. En la sesión de hoy no se lo saca ni siquiera para hablar, lo chupa como si fuera un bebé con un biberón... Pregunta si le queda otro cuaderno y sí es exactamente igual al que ahora está usando.

M.K. le dice que tiene otro, pero que no es igual a éste, aunque tampoco es amarillo. Interpreta que el deseo de tener una cantidad ilimitada de cuadernos de igual clase, expresa el deseo de que los pechos buenos de mamá, y ahora los de ella, se mantengan siempre igual y en buen estado, sin dañarse y sin terminarse nunca. Y por ello está chupando todo el tiempo el lápiz amarillo, que también simboliza el pecho de su madre (nota III).

Richard vuelve a hacer preguntas sobre los demás pacientes de M.K. Lo hace como siempre, de una manera obsesiva y sin esperar respuesta: ¿Son todos hombres, o también tiene a alguna mujer de paciente?; ¿qué edad tienen?, ¿cuántas veces vienen a verla?, etc. Pero lo que quiere saber especialmente, es si él es el paciente menor que tiene en "X" y el número de niños a quienes va a analizar cuándo esté en Londres.

M.K. interpreta que desearía ser su paciente favorito; aunque tiene muchos celos de papá y de Paul porque son adultos, también siente que ser el bebé y el menor tiene ciertas ventajas, pues se recibe más atención y afecto. Pero quizá también desea que ella tenga más niños de pacientes por la misma causa por la que desearía que mamá tuviera otros bebés: porque la mantendrían con vida y le darían placer. Además, porque son menos peligrosos que los hombres.

Richard se ha puesto a dibujar la estación de "Blueing", pero deja la tarea diciendo que no le ha salido bien, y garabatea encima de lo que ha hecho. Tras esto dibuja monedas en otra hoja y vuelve a expresar preocupación por la cantidad de dinero que le queda, tal como lo hizo el día anterior. Compara el tamaño y color de los peniques con el de los chelines... Después garabatea sobre un penique y le pregunta a M.K. si le importa que lo haya hecho.

M.K. interpreta que teme no tener bastante pecho bueno ni de "lo grande" bueno dentro de sí, y no poderles dar ni a ella ni a mamá bebés buenos. El miedo de haber ensuciado el penique se debe a que teme después de todo haber ensuciado el pecho bueno. "Blueing"* significa poner tinta en el pecho celeste (sesión sesenta y siete) y hacérselo, no sólo a ella y a mamá en el exterior, sino también al pecho interior. Al dejar de dibujar la estación dijo que no le salía bien, y esto se debió a que le preocupa pensar que no puede mantener fuera de peligro a mamá ni ahora a ella.

Richard pide a M.K. que salga al jardín con él, y una vez allí se pone a dar vueltas. El viejo que vive en la casa de enfrente (el oso) cambia unas cuantas palabras con M.K. Cuando ésta le termina de contestar, Richard le pide que vuelva a entrar en la casa. Sin dar la impresión de estar asustado, pero con tono serio, dice que este señor no parece saber lo que es una sesión analítica, la cual no debe interrumpirse. Un poco más tarde vuelve a salir al jardín con M.K., mira las montañas, y parece estar contento.

M.K. interpreta que cada vez que goza con el espectáculo de las montañas, expresa la sensación de que la mamá buena sigue aún viva, sin que le haya pasado nada malo.

Otra vez en la casa, Richard hace el dibujo 63. Primero hace las figuritas cuyos órganos sexuales se están tocando y tras eso traza unos pocos garabatos, algunos de los cuales representan su nombre . Comenta que está poniendo su órgano sexual junto al de M.K. y escribe los nombres de ambos en la parte superior del dibujo. (El órgano de M.K., que también es un pene, es mucho mayor que el suyo.)

 

M.K. le pregunta a qué le recuerda la letra inicial de su apodo, la cual sobresale tras la figura que la representa a ella.

Richard contesta que á una banana con un bultito en el medio.

M.K. interpreta que en el dibujo, el órgano sexual de él es menor que el de ella, pero que la forma de banana que se le mete a ella en la cabeza, también representa a su pene, y es grande. El bulto que ha mencionado representa algo que siente que tiene en el pene y que le parece que no está bien.

Richard está de acuerdo con que siente que algo no está bien.

M.K. se refiere entonces a su circuncisión e interpreta que ha metido su órgano sexual en la parte posterior de su cabeza. Le señala además que mientras ella le hacía esta interpretación, se puso a chupar al lápiz de una manera especialmente fuerte, lo cual quiere decir que siente deseos de chuparle el pecho y también el gran genital banana o frutilla de su papá: de esta manera piensa que podría tener el pene dentro de sí y usarlo con ella como sí fuera de él. Le recuerda que al principio de la sesión le dijo que el Sr. Smith tenía algo bueno, que eran las semillas de rabanitos... Tras esta interpretación, M.K. le pregunta qué piensa de otro de los contornos que ha trazado en la página.

Richard contesta que también se trata de una banana, pero con cola.

M.K. señala la O mayúscula dibujada en la parte inferior de la hoja y le recuerda que el día anterior representaba a dios.

Richard, con aspecto muy asustado, dice que esto que le está diciendo le da mucho miedo.

M.K. le pregunta si teme que dios lo castigue.

Richard contesta que si.

M.K. interpreta que tiene miedo de un padre muy poderoso que lo sabe todo y lo ve todo, y que por lo tanto le puede castigar por las cosas que desea hacer con mamá y con ella. También teme ser castigado por querer robarle a papá, no sólo mamá, sino también su poderoso órgano sexual, tras lo cual papá quedaría enfermo y sin poderío alguno.

Richard dibuja entonces una cara, que dice es la del ratón Mickey. Pone su nombre en la parte superior de la hoja y dice que le representa a él. Después hace otra cara más, que es la de la ratona Minnie, la cual representa a M.K.

M.K. le indica que la cara de Minnie es muy gorda y le sugiere que puede estar también representando su vientre.

Richard se ríe y dice que así es.

M.K. interpreta que hay otra razón por la cual él cree que está gorda, y es porque cree que está llena de bebés: de todas las semillas que él ha recibido del Sr. Smith y metido dentro de ella.

Richard hace el dibujo 64, con aire de estar contento, y evidentemente gozando al usar una vez más los lápices de color. Resulta evidente que se ha resuelto el miedo que sintió al interpretársele que temía que dios le castigara. Indica a M.K. cual es la parte superior del dibujo y cuál la inferior diciéndole que las dos partes rojas son las de abajo.

 

M.K. le sugiere que representan su órgano genital, y él se muestra de acuerdo.

M.K. le pregunta por lo que representan las partes celestes.

Richard parece dudar, pero dice que cree que representan a mamá y a ella. Al terminar este dibujo, pregunta de qué va a hablar con su madre cuando ésta venga a verla dentro de unos días. ¿De que el análisis va a ser continuado? ¿Qué va a pasar en el otoño? Al preguntar esto, parece estar muy preocupado.

M.K. le pregunta si lo que le preocupa es saber cómo se las va a arreglar sin análisis.

Richard confirma esto. Teme que le vuelvan a aparecer los miedos que antes tenía y ahora no.

M.K. le pregunta qué miedos son los que siente que han desaparecido.

Richard contesta que ahora tiene menos miedo de los niños. Tras una pausa añade que no sabe cuáles son los otros temores que ya no tiene, pero que se siente mucho mejor.

M.K. le pregunta si quiere decir con esto que está menos preocupado y que se siente más feliz.

Richard dice que si, y vuelve a preguntar por lo que va a hablar con su madre.

M.K. le pide que le diga por qué le preocupa tanto esta conversación.

Richard contesta, vacilante, que quiere saber si va a aconsejar a su madre que le mande a un colegio grande. Esto es algo que no podría soportar, pues aún tiene mucho miedo de los niños mayores, y siente que se enfermaría si tuviera que pasar miedo todo el tiempo (está ahora muy preocupado). Vuelve a preguntar si es esto lo que va a aconsejar a su madre que haga.

M.K. le pregunta qué le gustaría que le dijera sobre el colegio.

Richard contesta que quiere que le diga que le ponga un tutor, y no un hombre, sino una mujer. Una vez tuvo un tutor horrible, y en otra oportunidad, en cambio, una maestra muy simpática.

M.K. le pregunta si le gustaría ir a un colegio pequeño.

Richard contesta que preferiría tener un tutor, pero que también podría ir a un colegio pequeño. Y luego, con una sonrisa melancólica y evidentemente tratando de ser franco con ella, dice que lo que realmente le gustaría seria ni siquiera tener tutor, y no tener que aprender nada.

M.K. le pide que diga qué le gustaría hacer en vez de aprender. Richard contesta: "En realidad, nada. Sólo leer un poco; los periódicos". (Todavía no lee casi ningún libro, excepto de vez en cuando, en la cama.) Y le pide a M.K. que le prometa no aconsejar a su madre que le mande al colegio grande.

M.K. le contesta que tampoco ella está en favor de este tipo de colegio, en vista del miedo que le tiene.

Richard, que durante esta conversación ha estado pálido por la ansiedad y la preocupación, se pone muy alegre y dice que se siente muy aliviado. Luego le pregunta a M.K. si cree que es mejor para él no ir al colegio grande.

M.K. vuelve a repetir que por el momento no cree que fuera conveniente que lo hiciera.

Richard pregunta si cree que un colegio pequeño sería mejor que tener un tutor.

M.K. contesta que probablemente su madre prefiera esto, pues de esta manera no estaría tanto tiempo solo y podría aprender en compañía de otros niños.

Richard sigue tratando de averiguar si también ella cree que es mejor para él ir al colegio.

M.K. contesta que sí, que así lo cree.

Entonces el niño, otra vez con aire preocupado, le pregunta que cuánto tiempo tendrá que asistir a él. ¿Dos años?

M.K. le sugiere que puede estar preocupado al pensar que algún día tendrá que ir a un colegio común.

Richard está de acuerdo con esto y dice que es verdad que debería ir a una escuela ordinaria. ¿Cree que podrá hacerlo dentro de uno o dos años?

M.K. le dice que el año próximo podrá darse cuenta de cómo le va. Quizá descubra entonces que le gusta estar con los niños más que antes. Ella tratará de volverle a analizar el próximo verano, si es que puede; pero de todas maneras, va a discutir con su madre la posibilidad de continuar el tratamiento alguna vez.

Richard se pone ahora a pedir detalles sobre el sitio de Londres donde va a ir a vivir, y otra vez está muy preocupado.

M.K. le contesta que va a vivir en las afueras de Londres y a trabajar en la ciudad; con esto Richard parece un poco más aliviado.

M.K. le pregunta entonces por qué no le contó antes todos estos pensamientos y preguntas y por qué cree que va a aconsejar a su madre que haga algo que él tanto teme. Interpreta que esto puede deberse a que ha empezado a sentir desconfianza de ella por el hecho de que va a hablar con su madre en su ausencia, lo cual la convierte en el padre malo, que trama algo con su madre en contra de él.

Richard se queda perplejo cuando M.K. se refiere a esta desconfianza y dice que en todo caso no se convertiría en el padre malo, sino en la "mamá bruta".

M.K. interpreta que como ella se va a ir y él teme que el papá-Hitler malo la bombardee, quedaría en este caso convertida en la malvada "mamá-bruta". Pero esta mamá resultó en una ocasión ser la madre que contiene al papá malo (sesión veintitrés).

Richard escribe entonces lo que quiere exactamente que M.K. le diga a su madre; es decir, que quiere un tutor. Pero a medida que transcurre la conversación altera esto y pone "escuela pequeña". La expresión facial que tiene durante la conversación demuestra que está dolorosamente consciente de la seriedad de sus inhibiciones y de lo que implican respecto a su futuro. Sin duda comparte de una manera adulta la preocupación que sus padres sienten por él.

Antes de abandonar la habitación, repite con gran alivio que se alegra de haber podido discutir todo esto con M.K. y que se siente mucho mejor tras haberlo hecho.

 

Notas de la sesión número sesenta y nueve

I. Según mis notas, Richard nunca me había hablado del deseo de tener un abuelo. Tampoco sé si jamás tuvo algún contacto con alguno de los dos, los cuales en el momento de analizarse habían ya muerto; pero es posible que guardara algún recuerdo inconsciente de alguno de ellos y que deseara resucitarlo.

II. En mi opinión, uno de los elementos fundamentales que constituyen los celos paranoides, es que los celos más fuertes que se sienten se refieren al padre internalizado, quien aun después de ocurrida su muerte real, es vivido como si estuviera permanentemente dentro de la madre, e influyendo sobre ella para que se ponga en contra de su hijo.

III. En una nota anterior (nota VII, sesión sesenta y siete), he hablado ya sobre el cambio operado en la actitud fundamental de Richard. Es decir en el progreso hecho en cuanto a mitigar el odio mediante el amor; el hecho de que exprese tan vivamente el deseo de tener el pecho bueno para siempre, constituye un índice esencial de esta transformación. La esperanza de que el pecho no esté dañado y de poder guardarlo con relativa seguridad como un objeto interno, es, según he podido ver, condición necesaria para poder manejar con mayor éxito los impulsos destructivos y la ansiedad que ellos provocan.

 

SESION NÚMERO SETENTA (Viernes)

Richard encuentra a M.K. en la calle. Está escondido tras el poste de una puerta y cuando M.K. pasa, salta sobre ella. Se queda mirándola atentamente para ver si está asustada o enfadada, y parece tranquilizarse al comprobar que no le ha importado lo ocurrido. Refiriéndose a un ciclista que en ese momento pasa por la calle, dice que éste debe de haber pensado que ha saltado sobre ella para atacarla y hacerle daño. Una vez en el cuarto de juegos quiere saber si ya ha arreglado una entrevista con su madre, la cual espera que M.K. la llame para darle cita.

M.K. le dice que ya la ha llamado y que se van a encontrar el próximo lunes.

Richard parece aliviado al saber que la entrevista no se aplaza por más tiempo. Pide entonces su cuaderno y además el nuevo que M.K. le tiene preparado; aunque se queda desilusionado al ver que es diferente del anterior, y que el papel no es exactamente de la clase que a él le gusta, dice que lo prefiere al amarillento que le trajo en una ocasión anterior, y que desde entonces no usó más. De nuevo se pone a marcar el contorno de algunas monedas sobre el papel... y entre tanto está en silencio, preocupado y tenso.

M.K. se refiere a la sospecha que tuvo el día anterior, de que iba a aconsejar a su madre que después de todo lo mandara a un colegio grande, cosa que le parece sería muy cruel.

Richard está de acuerdo con que hacerlo sería cruel, ya que ella sabe mejor que nadie lo aterrorizado que está de los niños mayores. De pronto exclama: "¿Puedes hacer algo por mi? No trabajes en este momento. Prométeme primero que no le vas a sugerir a mamá que me mande a un colegio grande".

M.K. le recuerda que ya se lo prometió ayer, pero que no parece haberle tranquilizado en cuanto a las malas intenciones que cree que tiene.

Richard dice con tono suplicante: "Por favor, prométemelo otra vez".

M.K. le vuelve a repetir que no le parece bien que lo manden a un colegio grande por ahora, y que esto ya se lo ha dicho antes. Por lo tanto, la desconfianza que tiene de ella, a pesar de que en otros sentidos piensa que le ayuda y que la quiere, debe de tener otro origen. Le repite entonces las interpretaciones que le hizo en otras oportunidades, referentes a la "mamá bruta" malvada, y al miedo constante que tiene del Sr. K. desconocido y peligroso, el cuál está dentro de ella, dañándola y obligándola a volverse en contra de él. Siente que como le va a abandonar para irse a Londres, va a ser dejado a merced de sus enemigos internos y de sus ansiedades; y es a éstos a quienes representan ahora los niños mayores y peligrosos del colegio.

Richard se va a beber agua del grifo, tras lo cual se mete el pulgar en la boca y se pone a chuparlo. Una vez más está atento a la gente que pasa por la calle, y grita: "Aquí viene el Sr. Smith". Corre a la ventana entonces y le hace una sonrisa; el Sr. Smith, viendo en primer lugar a M.K. que está sentada al lado de la mesa, le dirige primero a ella una sonrisa, y más tarde saluda a Richard que está de pie al lado de la ventana. Este se ha dado cuenta, naturalmente, de que el Sr. Smith ha saludado separadamente a M.K., y le pregunta entonces por qué le ha dirigido una sonrisa particular a ella. ¿Es porque la conoce mucho? Al decir esto tiene un aspecto de mucha desconfianza (nota 1).

M.K. le contesta que ha ido a su tienda algunas veces, cosa que él ya sabe; pero que él no cree que esto sea todo, pues piensa que le va a visitar cada vez que ella está sola, y aun más, que se acuesta con ella por las noches y está siempre a su lado cuando él no está. El Sr. Smith representa al Sr. K., que se ha metido como un intruso dentro de ella, transformándola en la "mamá-bruta", lo cual quiere decir en enemiga.

Esto es también lo que siente que pasa con sus padres cuando sospecha de ellos, y no puede ver lo que están haciendo.

Cuando el Sr. Smith acaba de pasar, Richard pregunta, preocupado, qué habrá pensado que están haciendo los dos juntos. ¿Y qué pensarán las demás personas?

M.K. interpreta que como él tiene tanta curiosidad por saber lo que hacen sus padres, tiene miedo de que los demás, y su padre en particular, se queden mirándolo a él, sospechando que se mete dentro de mamá; por lo tanto teme que le quieran castigar. Se refiere también al dibujo 63, y dice que en él teme el castigo de dios. Tiene miedo de que dios-papá haya visto que tiene relaciones sexuales con ella, que representa a mamá.

Richard se pone a mirar el sobre dirigido a M.K. que contiene sus dibujos, y pregunta una vez más de quién es la letra. Está muy inquieto y se siente perseguido.

M.K. interpreta que a pesar de conocer a los amigos y parientes de su mamá más que a los de ella, tiene sin embargo mucha curiosidad por saber todo lo que su madre hace y piensa, así como de saber qué cartas recibe y todos sus secretos. Ya en otra ocasión admitió que la espía a veces. Esto se debe, en parte, a que no confía en su amor. Como él mismo la ama pero también la odia, piensa que a ella le pasa la misma cosa con él. Además sospecha que sus padres están todo el tiempo discutiendo sobre él, culpándole u odiándole, y este sentimiento se encuentra reforzado por la culpa que siente por haberlos atacado mentalmente. Ahora se está dando cuenta de que realmente desconfía de ella también y de que en su mente existe una M.K. "bruta y malvada"; pero le resulta mucho más doloroso todavía tomar conciencia de que a veces también siente que mamá es "bruta y malvada".

Richard se muestra de acuerdo con esto y dice que odiaría pensar así de su madre; pero también odia pensar lo mismo de ella, pues la quiere mucho... Se pone entonces a mirar un cuadro de la pared, el cual representa a Neptuno y a una mujer, separados los dos por un globo. Hace uno o dos días, comentó que Neptuno tenía un aspecto muy desagradable, y ahora, señalando el cuadro, pregunta si el Sr. K. era así. Tras esto añade en seguida que no; que no es el Sr. K., sino Neptuno... Como de costumbre, hace una serie de preguntas obsesivas, entre las cuales figura si M.K. conoce al Sr. Gwen, un tendero de "X". ¿Por qué no va a comprar a su tienda en vez de ir a la otra, ya que es tan simpático?

M.K. contesta que no le gusta el dueño de la tienda donde ella va a comprar, porque piensa que se trata de un hombre malo, y por ello no quiere que tenga nada que ver con él. Desearía en cambio que tuviera un hombre bueno que cuidara de ella, un buen marido, y le preocupa pensar que esto no es así. También tiene miedo de que se muera su padre, porque en ese caso tampoco su madre tendría quien cuidara de ella y lo echaría de menos. Como su padre está enfermo, se ha transformado para él en alguien dañado, robado y por lo tanto peligroso, y entonces tiene ganas de separarla a ella (que representa a mamá), de otros hombres igualmente sospechosos, como el tendero, tal como el "Neptuno desagradable", está separado de la mujer por un globo que representa el mundo entero.

Richard saca los dibujos del sobre y los desparrama por la mesa. De pronto pide la bolsa de los juguetes y muy cautelosamente, como si temiera que de ella saliera algo malo, empieza a sacarlos uno por uno. Pide a M.K. que le guarde todos los lápices pero que no toque los dibujos, su cartera ni el reloj. Pone juntas unas cuantas casitas y dice que es un pueblecito suizo, un lugar muy hospitalario.

M.K. le sugiere que siente que Suiza es un lugar más seguro que Inglaterra.

Richard contesta: "Pero la pobre está rodeada de enemigos"... Luego coloca un cubo de agua (con el que hasta entonces ha jugado muy poco) al lado del reloj y dice que es una enfermería. Otro cubo representa una clínica. Rápidamente, entonces, mete dentro de los dos cubos los pocos juguetes que están rotos y después vuelve del revés la bolsa para sacar de ella todo el polvo que pueda contener. Coloca los juguetes formando varios grupos y, tal como lo hacía antes, pone a un hombre y a una mujer en un camión, diciendo que son papá y mamá que están juntos. Los dos trenes empiezan a recorrer la mesa; construye una estación para ellos y mira cuidadosamente si hay en ella bastante espacio como para que puedan entrar los dos. Parecería que todo el tiempo temiera que haya una colisión. Otro de los grupos está integrado por un hombre y un niño, mientras que en otro hay varios niños solos y en otro unos adultos, formación que ya ha sido analizada en otras ocasiones. Señalando a una de las mujercítas hace un comentario sobre sus pechos, y después le muestra a M.K. que la otra mujer de juguete también tiene pecho (nota II). También llama pechos a los dos vagones del tren eléctrico. Luego junta a las dos mujeres y hace como que están hablando juntas, en un tono exageradamente dulce. Una de ellas dice: "Mi querida Henrietta, ¿cómo estás?...", etc. La otra le contesta "Mi querida Melanie...". Al llegar a este punto, dice sin embargo que no se trata de Henrietta, sino de ella y de mamá que están ya hablando en la entrevista que van a tener. Coloca entonces cerca de ellas la figura de un niño que antes estaba a cierta distancia de ambas, y dice que le representa a él, observando todo muy de cerca. Después añade un hombre al grupo y dice que se trata del Sr. Smith, quien también interviene en la discusión.

M.K. se refiere una vez más a las sospechas que tiene sobre lo que va a pasar en la conversación que tenga con su mamá, pues duda de la sinceridad de ambas. Aunque no va a haber ningún hombre presente, él piensa que va a estar presente el sospechoso Sr. Smith, el cual representa al Sr. K. y a papá. Las dos mujeres son la M.K. bruta que contiene al Sr. K.-Hitler, y la bruta mamá que contiene al papá malo. Por ello teme las dos sean también malas y hostiles con él.

Richard se va corriendo de pronto a la cocina y se pone a inspeccionar cuidadosamente el fogón. Levanta la tapa del "tanque-bebé", y se incomoda al ver que el agua no está limpia. Empieza entonces a sacarla con un cubo que M.K. vacía previamente en el retrete, y después de sacar más y más se queda muy preocupado al ver que haga lo que haga el agua del tanque no se limpia. Entonces levanta la cubierta del fogón y derrama un poco de agua dentro del mismo, tratando de averiguar por dónde corre. Luego abre el regulador de tiro de la chimenea que está en un caño y trata de sacar el hollín que hay en él y también el que se encuentra debajo de la cubierta.

También abre las puertas del horno y se alegra al encontrar adentro una taza de metal brillante que antes no había visto. La empieza a usar en primer lugar para sacar con ella el agua sucia del tanque, pero después decidiendo que no quiere ensuciarla, manifiesta que sólo la va a usar para poner en ella el agua limpia del grifo que hay en la pila de lavar. Empieza así a echar con ella agua dentro del tanque, pero al hacerlo derrama bastante en un costado. Continúa su tarea, sin embargo, mientras mira cómo M.K. va limpiando el agua que cae. Comenta que se alegra de que no sea el día en que vienen las niñas exploradoras, pues así no pueden ver la enorme suciedad que están haciendo. M.K., sin embargo, le pide que no vuelque tanta agua, pues el suelo es difícil de limpiar . Richard entonces llena el tanque como lo hiciera en otras ocasiones, y le pide que quite el tapón mientras él se va afuera para ver cómo sale el agua por la cañería de desagote. Después vuelve a entrar y sigue jugando con los juguetes.

M.K. interpreta que el miedo que tiene del Sr. Smith, del papá malo que hay dentro de mamá, y del Sr. K. malo que está dentro de ella, le hacen desear explorar todo su interior y el suyo propio. Al parecer, en este momento tiene un miedo especial a la orina sucia de papá -es decir, venenosa-, y quiere averiguar cómo puede salir de dentro de mamá. También desea mantener separada y limpia la leche buena del pecho de su madre, el cual está representado por la taza brillante y por el grifo.

Richard se pone a mover los trenes y a formar grupos de juguetes tan de prisa, que M.K. no puede seguir todos los detalles. Dice que el perro se ha unido a uno de los grupos y que quiere hacer algo "malo" e inmediatamente después ocurre el "desastre": hay un choque y todas las cosas se caen. Richard levanta del montón de juguetes caídos la menor de todas las casas y se la mete rápidamente en la boca por un momento, al tiempo que dice que es él mismo, que ha sobrevivido a la catástrofe; pero a pesar de decirlo, no parece convencido de que haya sido así.

M.K., como la sesión ha llegado casi a su fin, sólo tiene tiempo de interpretar que el perro, que representa al Richard voraz y mordedor y a su órgano sexual, parece ser el causante del "desastre", pues como él dijo antes, quería hacer algo "malo". El desastre ha consistido en que tanto sus padres como todo el mundo, incluso él mismo, se han muerto. El intento de sobrevivir él al levantar la casita, le ha fallado.

Richard se muestra conforme con esta interpretación. A última hora, cuando los juguetes están ya guardados en la bolsa y M.K. y él están a punto de salir, saca la pelota de la cartera de M.K. y la hace botar una o dos veces.

M.K. interpreta que la pelota lo representa a él y a su pene, así como también a los bebés de dentro del cuerpo de ella, y que al hacerla botar está expresando el deseo de que, después de todo, tanto ella como él puedan seguir viviendo, y en buen estado.

La ansiedad que Richard siente en esta sesión guarda cierta relación con la fuerte lluvia que está cayendo. Tal como lo demostró el material anterior, la lluvia es para él orina venenosa que inunda, procedente del padre omnipotente, y está asociada al miedo que le tiene a dios, el cual lo va a castigar con rayos y truenos. Siempre que llueve se deprime. A pesar de esto, antes de la enfermedad del padre había empezado a ver la lluvia bajo una luz más favorable, y llegó a decir que ella permitía que las cosas crecieran. Este hecho, que desde luego conocía intelectualmente desde hacía mucho, no lo pudo llegar a reconocer emocionalmente sin embargo, hasta tanto la ansiedad inconsciente sobre la lluvia no fuera modificada, por lo menos parcialmente. Ahora, y en relación con la enfermedad de su padre, vuelve a aumentar el temor a la orina y a que su semen destruya a su madre. Como dije antes, Richard bebe del grifo todas las mañanas, pues representa para él algo bueno, en contraste con el agua sucia del tanque. Representa, en efecto, el grifo bueno, es decir, el pecho bueno, y también el buen pene y beber de él tiene como finalidad contrarrestar los temores paranoides de ser envenenado, que antes relacionaba con las muchachas que le iban a envenenar, y que representaban a los padres malos (sesión veintisiete). Probablemente también se propone con ello dar algo bueno a la madre internalizada, para así restaurarla y contrarrestar el que ella a su vez pueda ser envenenada. En un momento de esta sesión, Richard dice algo que M.K. interpreta relacionándolo con su pecho. Entonces, en ese mismo momento, levanta el niño los dos árboles y se los mete en la boca y M.K. le interpreta que desea mamar de los pechos de su madre, pues siente que al hacerlo tanto él como ella van a quedar bien otra vez.

 

Notas de la sesión número setenta

I. Es interesante ver cómo la información que le di a Richard la sesión anterior no sirvió esencialmente para aliviar la desconfianza que siente. Dadas las circunstancias, había yo pensado que lo mejor que podía hacer era darle a conocer el punto de vista que expondría en la conversación que iba a tener con su madre. No me cabe duda de que de no haber procedido así, sus sospechas y su resentimiento hubieran adquirido características más agudas aun; pero, sin embargo, a pesar de lo que le dije, las sospechas casi alucinatorias que tiene y los celos, se siguen manteniendo. Esto sirve como ejemplo de algo que resulta bien familiar a quienes tratan a pacientes paranoicos, y es que las explicaciones y aseguramientos no sirven para disipar las ansiedades persecutorias, ni las sospechas alucinativas de que padecen estos enfermos.

Como he repetido ya en diversas oportunidades, Richard carece de seguridad interior, porque nunca ha podido incorporar firmemente a su madre como objeto bueno internalizado, y tiene por lo tanto la tendencia a temer que se convierta en una perseguidora, que se alía con el padre peligroso. La ansiedad persecutoria ha llegado además a un punto culminante, a causa de la enfermedad del padre, mientras que el miedo a su muerte parece convertirle en una figura mala persistente. A pesar de esto, y disociada de este aspecto, guarda sin embargo también la representación de una figura paterna buena. Los factores externos repercuten, pues, frecuentemente, en la situación interior, y las ansiedades persecutorias del niño y los mecanismos esquizoides a los que debe de recurrir no sólo están estimulados por ellos, sino que además se encuentran en este momento reforzados, para utilizarlos como una defensa contra la posibilidad de sentir compasión y depresión, sentimientos que hubieran traído a un primer plano y en forma total, los fuertes sentimientos de culpa que tiene.

II. Llama bastante la atención el que Richard haya indicado que las dos mujeres que no son sinceras -su madre y yo- tienen pechos, pues esto es algo que no ha comentado antes al referirse a los juguetes. Una de las cosas que este comentario me sugiere, es que debido al estado de ansiedad en que se encuentra por su próximo ingreso al colegio, ha prestado mayor atención a los pechos para intentar así tranquilzarse. Puede haber sentido, por ejemplo, que a pesar de sospechar que ni su madre ni yo somos sinceras y que estamos poniendo en peligro su seguridad personal, no podemos sin embargo ser tan malas, ya que las dos tenemos pechos. Me pregunto, a pesar de esto, si este pecho (que fue el primer objeto del cual no pudo fiarse), no hace, por el contrario, que las dos mujeres le parezcan aun más sospechosas, en cuyo caso, lo que ha querido decir es: "Míralas; no son sinceras; ahí están las dos, con sus pechos".   

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