RELATO DEL PSICOANÁLISIS DE UN NIÑO

archivo del portal de recursos para estudiantes
robertexto.com

enlace de origen
Melanie Klein

IMPRIMIR 

SESIÓN NUMERO VEINTIUNO (Miércoles)

Richard encuentra a M.K. camino del cuarto de juegos, y queda encantado de ver que ésta tiene la llave de la casa. Parece ahora que el incidente de ayer le hizo pensar que nunca más podrían volver al cuarto de los niños, de modo que exclama con gran sentimiento: "¡Nuestro viejo cuarto! Le quiero mucho y me alegra volver a verlo". Después pregunta cuánto tiempo lleva ya de tratamiento.

M.K. le contesta que tres semanas y medía.

Richard se queda muy sorprendido, y dice que le parecía que era mucho más. Se sienta, contento, a jugar con la flota, y dice que se siente feliz.

M.K. interpreta que el miedo de perder el "viejo cuarto", es el temor que tiene de perderla a ella si llega a morir. Se refiere al día (sesión nueve) en que los dos tuvieron que ir a buscar la llave; tras ello él le contó entonces los sueños sobre el auto negro y desierto y jugó a encender y apagar la estufa, cosas que, según le interpretara, expre­saban el temor de que se murieran ella y su mamá. El miedo a perder el cuarto viejo también representa el dolor que sintió con la muerte de su abuelita, mientras que volver a encontrarlo significa que M.K. va a seguir viviendo y que la abuelita resucita.

Richard interrumpe su juego, mira directamente a M.K. y dice serenamente y con profunda convicción: "Hay una cosa de la que es­toy seguro: y es que tú serás mi amiga para toda la vida". Añade además que M.K. es muy bondadosa, que la quiere mucho y que lo que hace con él le hace mucho bien, aunque a veces sea muy desagra­dable. Aunque no puede precisar cómo sabe que le hace bien el trata­miento, dice que siente que es así.

M.K. interpreta que el haberle ella explicado el miedo que tiene de que se muera y el pesar que siente por la muerte de su abuela, le hace sentir que ésta vive aún en su mente (como una amiga suya de to­da la vida), y que también M.K. vivirá para siempre así por estar contenida dentro de su mente (nota 1).

Richard vuelve a jugar con la flota, corriéndola hacia un lado. Los barcos que representan a sus padres están ahora con los niños, mientras que el Rodney sale sólo de patrulla, emitiendo sonidos amistosos. Richard comenta que ese barco está bien y contento. Los demás todavía están juntos. Indica luego que hoy uno de los destruc­tores más grandes le representa a él, mientras que Paul es un submarino pequeño.

            M.K. interpreta que esto se debe a que desearía ser mayor que Paul, convirtiendo así a éste en su hermano menor.

            Richard, riéndose, se muestra de acuerdo con esto, y sigue jugando. El Nelson se acerca al destructor-Richard, casi hasta tocarlo, pero de repente se va a unir con el Rodney. Hace entonces andar a estos dos barcos juntos, pero sin que lleguen a tocarse, mientras que otro les sigue, y comenta que están todos juntos y contentos. El Nelson se acerca mucho al Rodney, mientras que el destructor-Richard es llevado al otro lado de la mesa, seguido por otro destructor. Entonces hace unos ruidos que se supone provienen del Rodney y del Nelson.

Son ruidos fuertes, parecidos al cloqueo de una gallina, y Richard comenta que a una gallina le han torcido el cuello y que ella ha puesto un huevo.

M.K. interpreta que otra vez está tratando de impedir las relaciones sexuales de sus padres, para evitar estar celoso y atacarles, y además por el gran temor que tiene de que su papá dañe a mamá. Este miedo lo ha expresado ya en relación con el vagabundo, los choques de trenes, la caída del tejado del ministro y la mujer rosa, y la mamá-pelota que pedía ayuda. Y no sólo teme que sea peligroso para su madre tener relaciones sexuales, sino que también cree que tener un bebé sería tan doloroso para ella que la podría matar. (La gallina con el cuello retorcido.)

            Richard contesta que sabe que las mujeres gritan cuando dan a luz un hijo, pues es muy doloroso tenerlo; su mamá se lo ha contado.

            M.K. interpreta que sus temores no sólo se deben a que le hayan contado esto, sino que además, como cree que el genital de su padre es peligroso y malo, ello le obliga a pensar que las relaciones sexuales y los partos son también malos y peligrosos. También guarda este temor una relación con sus celos, y con el deseo que tiene a veces de que, en efecto, sean dolorosas las relaciones sexuales. Le recuerda que en el dibujo 7, un bebé muy ávido se comía a su mamá por dentro.

            Richard hace algunos cambios en la disposición de los barcos. La       flota entera navega a todo vapor, pero uno de los submarinos se queda rezagado y trata de meterse entre los lápices largos que ha puesto juntos, tocándose con los extremos afilados hasta formar un ángulo agudo.

            M.K. le recuerda que los lápices representan, como en sesiones anteriores (sesión dieciocho), a sus padres[1] y que el submarino pe­queño es él cuando era más pequeño, tratando de separar a sus padres para impedir que éstos tengan un coito.

Mientras escucha esta interpretación, Richard coge primero uno de los lápices y después el otro, y se mete los dos en la boca.

M.K. interpreta que, una vez más, siente que ha incorporado dentro de sí a sus padres (como lo hizo particularmente en la sesión dieciocho), y que lo ha hecho con enojo y con celos.

Richard se saca los lápices de la boca y hace con ellos una barrera, mientras dice que el submarino no puede atravesarla porque ellos se lo impiden, a pesar de que él quiere irse con los demás barcos que constituyen su hogar.

M.K. le pregunta quienes son “ellos".

Richard contesta que son las estrellas de mar, los otros bebés. Entonces vacía la caja de los lápices, y mete dentro de ella el submarino y lo vuelve a sacar otra vez.

M.K. interpreta que él, que es el submarino, se siente excluido tanto por sus padres como por los bebés que están dentro de mamá, y que todos le impiden penetrar dentro de ella, aunque al final logra hacerlo y también salir de nuevo. Esto implica que si lograra meter su órgano genital dentro del de M.K. o del de la mamá, no se queda­ría allí perdido.

Richard no contesta esto; vuelve a meter los lápices en la caja, la cierra y la deja de lado. Entretanto empieza a hacer preguntas sobre la familia de M.K. Ha oído decir que tiene un nieto, y le pregunta cómo se llama y cuántos años tiene.

M.K. contesta brevemente a estas preguntas, y después interpreta que al sacar los lápices, está tratando no sólo de librarse de sus rivales que se pelearían dentro de ella, sino también de sacar a los bebés de adentro de su cuerpo para quedarse él con ellos. Las preguntas que está haciendo a M.K. también significan que le gustaría quedarse con su nieto, y al meterse en la boca uno o dos lápices, quiere con ello incorporar dentro de sí a estos bebés (nota II).

Richard se opone enérgicamente a esto: los niños no pueden tener bebés, y el quiere ser un hombre.

M.K. interpreta que, en efecto, teme perder su órgano sexual y no poder llegar a ser hombre, pero que, de todas maneras, tiene envidia del cuerpo de mamá y de que ella pueda tener bebés en su cuerpo y alimentarlos. Le gustaría mucho que papá o Paul le dieran a él un bebé. Se refiere luego al juego de la sesión anterior con la flota, en el cual echó a mamá para hacer él el amor con papá; y también lo que dijo sobre el dibujo 10, en el cual la mamá-pez olfatea el periscopio de papá como quieren hacer los perros con él, y le recuerda todos los comentarios que hizo sobre estos animales.

Richard está mirando los juguetes y el dibujo, y se queda en silencio.

M.K. sigue analizando el dibujo.

Richard tiene al principio muy pocas ganas de hablar de él, pero luego comenta una vez más que hay tres cosas de cada clase y que todos los submarinos tienen un periscopio.

M.K. señala el del medio, que le representa a él, e interpreta que lo que quiere decirle es que él también tiene un pene como el de papá y el de Paul.

Richard contesta entonces, con tono de duda, que él ahora no es el menor, sino el mayor; que está situado en la parte inferior del dibujo y que además tiene la mejor bandera.

M.K. le recuerda que ayer dijo que el submarino de abajo era papá y que su bandera no era tan buena como la del submarino del medio, el cual ayer representaba a Richard. Ahora parece tener la mejor bandera -es decir, el genital del padre- y que lo ha adquirido mordiéndoselo cuando lo olfateaba como el pez-mamá. (Lo cual significa meterse el genital de papá en la boca.) También le indica que al hablar ella, él se metió repetidas veces el lápiz más grande en la boca.

Richard pregunta entonces por qué hay tres bebés-estrellas de mar, y agrega que cree que la que está encima de la mamá-pez querría estar sola, pero que no tiene adónde ir.

M.K. interpreta que esta estrella es él mismo; tanto ayer como hoy, el destructor que se iba solo quería pronto volver a casa, pero entonces las estrellas-bebés le cerraban el camino. Le sugiere, además, que estar encima de mamá significa que le gustaría hacer bebés con ella: las otras dos estrellas serían los dos hijos que tendrían, tal como papá y mamá lo han hecho teniendo a Paul y a él.

Richard pregunta por qué hay sólo un pez.

M.K. le sugiere que la pregunta que acaba de hacer parece indicar que no cree que el pez pueda sólo representar a mamá, pues papá también es muy importante para él. Sugiere que el pez puede ser tanto papá como mamá, y que sólo hay uno de cada clase. Ayer dijo que el pez meneaba la cola, lo cual significa que representa a papá y a su genital (el perro que meneaba la cola); el estar situado en medio de la página se debe a que representa para él la cosa central, lo más importante de su vida. Desea tanto a papá, con quien desearía estar, ocupando el lugar de mamá, como a mamá, con quien quisiera estar, en reemplazo de papá; pero teme los peligros a que le exponen ambas situaciones.

Richard arregla los juguetes de manera similar a como los arregló la sesión anterior pero ahora ya no se trata de una ciudad enemiga (Hamburgo), sino de una inglesa. La gente admira la flota que está situada del lado opuesto, y la costa está marcada por dos lápices largos. Con gran rapidez se suceden entonces una serie de incidentes[2]:

1.      El perro está entre gente amiga, y gruñe. Richard lo saca de la mesa y lo coloca en el antepecho de la ventana, pero en seguida lo trae de vuelta.

2.      Una niña se acerca demasiado a los trenes, los cuales están colocados de manera tal, que el eléctrico queda detrás del de mercancías; Richard le vuelve a advertir entonces que se cuide para no ser atropellada.

3.      Separa a varias personas y las coloca en una esquina de la mesa; entre ellas hay varios muñequitos un poco dañados, y también está la mujer rosa. Richard dice que es el hospital, y cubre a todos con pequeños baldes, pues están enfermos. Durante un rato no les hace caso, aunque hace que los trenes pasen cerca de donde se en­cuentran, comentando que llevan comida y vendas para los enfermos, y que les están demostrando que "la vida continúa su marcha".

4.      Arregla otra vez los trenes, colocando el eléctrico detrás del de carga. Después empuja al primero y hace que los dos choquen unas cuantas veces. De repente, con voz fuerte le grita al tren de mercancías que tiene a los tres animales dentro, colocados como en ocasiones anteriores: "Vamos, muévete, muévete".

M.K. interpreta que el incidente primero representa a un Richard gruñón y mordedor, que quiere hacer líos en su familia y en la de ella, a pesar de que al mismo tiempo desea tanto que no haya animosidad, lo cual también está expresado mediante la ordenación de los juguetes, ya que los niños y la gente admiran la flota y todos parecen felices. Por ello ha separado al perro gruñón e insatisfecho, que representa a una parte de sí mismo. Por la misma razón, piensa que la estrella-Richard debería de ser dejada en casa, sola, para impedir así que destruya la paz familiar; pero como no puede soportar estar solo, vuelve pronto.

En la situación II, la niña le representa a él mismo como en el juego anterior, y se está diciendo a sí mismo que no debe de interferir en las relaciones sexuales de sus padres, pues, de hacerlo, éstos lo van a destruir a él (atropellar).

Sobre la situación III, interpreta M.K. que ha empezado a haber conflictos: los enfermos son sus padres y Paul, y Richard los cubre para tapar así de su mente toda la situación [Negación], es decir, para no enterarse del daño que cree que les ha causado. Pero no puede olvidarse de ellos y trata entonces de resucitarlos trayéndoles comida y vendas. También desea alentarles cuando les dice que "la vida continúa".

Sobre la situación IV, interpreta M.K. que de pronto se ha visto invadido por la ira, pues una vez más los trenes han pasado a representar a papá durante las relaciones sexuales con mamá, poseyendo a ésta y a los niños.

Mientras M.K. habla, Richard ha hecho que los trenes atropellen a todas las cosas; una vez más ha ocurrido el desastre, quedando como único sobreviviente el tren eléctrico. De repente, exclama que ayer comió la comida mayor de su vida, y enumera varios platos y además cuatro tostadas.

M.K. interpreta entonces que el desastre no tiene lugar sólo en el exterior, sino que al comerse a todo el mundo -el perro gruñón también está devorando a las cosas-, siente ahora que lo del hospital, las enfermedades y el desastre, también tienen lugar dentro de él. Ahora él está representado por el tren eléctrico, que controla todo dentro de sí, incluyendo a sus padres.

Richard coge una muñequita vestida de rojo, se la mete en la boca un momento y la muerde.

M.K. interpreta que esta figurita la representa a ella, que ese día tiene puesta una chaqueta roja, y que esto significa que también ella está incluida en el desastre, y que es devorada y destruida[3].

Richard pregunta si M.K. va a ir al pueblo, y qué es lo que va a hacer por la tarde.

M.K. interpreta que en este momento necesita tener una prueba de que ella está aún viva y de que existe en el exterior, también con su mamá necesita continuamente tener tales pruebas cada vez que teme haberla destruido al incorporarla con avidez. Por esto se apega a ella tan persistentemente.

Richard está escuchando con atención; después se levanta y se va afuera a admirar el paisaje, deseando evidentemente que M.K. también lo admire. Lo está pasando muy bien; pero en el momento en que está dando unos saltos frente a la puerta, mira de repente hacia el cuarto, al rincón donde ha dejado los juguetes.

M.K. interpreta que la admiración que siente por el mundo externo le ayuda a deshacerse del temor que tiene del desastre que ocurre dentro de él; por esta razón acaba de mirar a ese desastre interior, representado por los juguetes que están en la mesa; sin embargo, lo bien que lo está pasando hoy, parece demostrar que en realidad está menos asustado, y que por ello puede gozar más del mundo de afuera.

 

Notas de la sesión número veintiuno

1. Según mi opinión, esto expresa la sensación de haberme siempre poseído; en otras palabras, que tiene un fuerte sentimiento de tenerme internalizada. Ello me hace recordar a otro paciente, el cual estuvo en tratamiento conmigo de niño y que luego me vio cuando era ya mayor. Le pregunté entonces por lo que recordaba de su análisis, a lo que él contesto que se acordaba de que una vez me ató a una silla y que tenía siempre la sensación de haberme conocido muy bien. No me cabe duda de que esto representaba el haberme internalizado vigorosamente, manteniendo así viva la sensación de que yo constituía un objeto interior, bueno para él.

Esto constituye un ejemplo del alivio que se obtiene tras la interpretación de material muy asustador y doloroso. El hecho de que al hacer consciente el inconsciente mediante la interpretación, la angustia disminuya en cierto grado (lo cual no evita que reaparezca) constituye un principio bien conocido de nuestra técnica. Sin embargo, a menudo he oído a quienes dudan sobre la conveniencia de interpretar y hacer manifiesto a los niños (o hasta a los adultos), ansiedades de naturaleza tan profunda y dolorosa. Por ello quiero llamar la atención sobre lo que nos demuestra este ejemplo.

En realidad, resulta sorprendente ver cómo las interpretaciones muy dolorosas -y aquí me refiero en particular a aquellas que se vinculan a la muerte y a los objetos muertos internalizados, lo cual es una angustia psicótica-, tienen el efecto de hacer renacer la esperanza y de dar al paciente la sensación de que goza de más vida. La explicación que encuentro a esto, es que el hecho en sí de traer una angustia muy profunda más cerca del plano de la conciencia, produce alivio. Pero también creo que el hecho de que el análisis se ponga en contacto con ansiedades inconscientes muy profundas, da al paciente la sensación de ser comprendido y por lo tanto le aviva la esperanza. A menudo he oído decir a mis pacientes cuánto hubieran deseado ser analizados de niños, y esto no se debe sólo a las evidentes ventajas que tiene el análisis infantil, sino que expresa además el anhelo retrospectivo de encontrar a alguien que comprenda el propio inconsciente. Los padres muy comprensivos -y esto se aplica también a las demás personas-, logran a veces ponerse en contacto con el inconsciente del niño; pero aún en estos casos existe una diferencia entre esto y la comprensión del inconsciente a que lleva el psicoanálisis.

II. Fue ésta la primera vez en que pude ver claramente la identificación femenina de Richard y la envidia de su madre por ser gestora de bebés. De acuerdo con mis ideas actuales, esta envidia constituye un rasgo muy arraigado, tanto en el desarrollo de los niños como en el de las niñas, y hace su aparición en primer lugar en relación con el pecho que amamanta. (Véase mi Envidia y gratitud, 1957.)

 

SESION NUMERO VEINTIDOS (Jueves)

Richard llega temprano y espera a M.K. fuera del cuarto de juegos. Está muy silencioso y serio, más pálido que de costumbre, pero amistoso. Su manera de ser difiere mucho de la del día anterior, en que expresó vivamente su amor por M.K. y la confianza puesta en ella. Saca la flota y la extiende. El Rodney está navegando sólo, pero el Nelson le sigue en seguida. Este no sabe si acercarse mucho al primero o no, lo cual significa que no sabe si cortejarle o no. Señala un destructor que tiene el mástil torcido y dice que es Paul. Está jugando de manera titubeante e indiferente, y pregunta a M.K., de manera vacilante, sí ha oído hoy las noticias (El día anterior no hizo mención del intento de invasión a Creta, lo cual llama la atención, ya que se interesa mucho en cada detalle de la marcha de la guerra. Unos días antes expresó, por ejemplo, congoja, ante el asunto de Vichy.)

M.K. le pregunta si se refiere a Creta.

Richard, con aire preocupado, dice que si. Se levanta, deja de jugar y dice que anoche no tenía la intención de ir al cine, pero que al final se fue solo; sin embargo, tuvo que salir corriendo cinco minutos después e irse a su casa, pues se sintió enfermo. La música le había excitado hasta no poder aguantarla más. Trata entonces de jugar nuevamente, y coloca el Nelson, al lado de un submarino que antes ha dicho que es él mismo. Pero otra vez abandona el juego y, como lo ha hecho antes, pregunta a M.K. por la marcha del análisis de John. Dice que aunque sabe, porque M.K. se lo ha dicho, que no puede hablarle de él, así como tampoco le va a contar a John cosas suyas, le gustaría, sin embargo, saber si le es "permitido" hablar de sus pacientes con el señor K. y si le cuenta a éste cosas de su análisis.

M.K. le pregunta quién debe darle el permiso para hablar con el señor K.

Richard contesta que ella misma, su propia mente.

M.K. le repite entonces lo que ya le dijo una vez (sesión cuatro) cuando Richard indagó sobre su familia: que el señor K. ha muerto.

Richard contesta que se le había olvidado, pero quiere saber de qué lado estuvo durante la última guerra, añadiendo que en realidad se da cuenta de que debió de estar en el lado opuesto. (En realidad Richard conocía todos estos detalles, pues, como dije antes, recibía mucha información sobre M.K.).

M.K. interpreta que se ha olvidado de que el señor K. ha muerto porque su muerte le hace temer la muerte de su padre y, además, que sospecha de él, porque el ser enemigo le acerca bastante a Hitler. Como en su imaginación siente como si el señor K. todavía viviera y se encontrara dentro de M.K., teme que ésta se una con el Hitler-padre malo (el señor K.) en contra de él...

Richard habla otra vez de John y pregunta qué es lo que éste le dice que siente hacia ella o hacia él. Alguna vez John le ha hablado de M.K. y le ha dicho cosas que no quiere repetir por temor a ofenderla, pero a menudo piensa en ello. Después añade que una vez que ella se fue a Londres (antes que comenzara él su análisis), John le dijo que le gustaría que M.K. estuviera ya en la tumba, pues así no tendría que analizarse más. (Mientras habla, mira ansiosamente a M.K. para ver cómo reacciona ésta.)

M.K. se refiere entonces al juego de ayer, en el que separó a la mujer rosa y la tapó, diciendo que estaba en el hospital; esto expresaba el deseo de olvidar a su mamá dañada y de deshacerse de ella, así como también de M.K. Por eso ahora siente que le ha hecho lo mismo que John quería que le pasara. En el juego de ayer no resultó claro quién era el que había dañado a la mujer rosa; sin embargo, antes había estado discutiendo el dibujo 9 (sesión diecisiete), y en otras ocasiones también habían visto ya cómo no es sólo el Hitler malo quien daña a M.K., sino que también desea hacerlo a veces el propio Richard. Por esto tiene mucho miedo de que estos deseos lleguen a dañarla realmente, lo cual es peor aún que lo desagradable que le resulta tener que contarle el comentario de John.

Mientras M.K. hace esta interpretación, Richard se levanta y sale afuera. Está lloviznando, y él odia la lluvia, que le deprime; en cambio, el sol le alegra muchísimo... Vuelve al cuarto y empieza a jugar con la flota, pero pronto la abandona y evidentemente tras llegar a una decisión, dice que ha tenido una pesadilla.

Unos peces le invitan a comer con ellos en el agua. Richard rehúsa la invitación. Entonces el jefe de los peces le dice que en ese caso le esperan grandes peligros, a lo cual Richard contesta que no le importa, y que se irá a Munich. De camino a esta ciudad, se encuentra con sus padres y con su primo, quienes se unen a él. Todos están montados en bicicleta, y él también. Tiene puesto el impermeable porque llueve. Una locomotora se descarrila y se acerca adonde él se encuentra; está ardiendo y el fuego le persigue. Es espantoso. Huye lo más rápidamente que puede y logra salvarse, pero abandona a sus padres. Tras esto se despertó muy asustado, pero siguió "despierto con el sueño" (sintiendo como si hubiera logrado continuarlo en la realidad y deshacer el daño hecho). Busca entonces muchos cubos de agua, apaga el fuego y arregla la tierra que se ha resecado mucho con el calor, para que pueda ser fértil otra vez; está, además, casi seguro de que también sus padres han podido salvarse.

M.K. le pregunta por qué no quiso comer los peces.

Richard, sin vacilar, contesta que porque de seguro le iban a dar de comer pulpo frito, que es un plato que odia.

M.K. le pregunta entonces lo que le parece que quiso decir el jefe de los peces cuando se refirió a los "grandes peligros" que le esperaban si no aceptaba la invitación a comer.

Richard sólo puede contestar que si no comía iba a estar en un gran peligro. (Aunque da estas asociaciones con desgano, parece encontrar la tarea mucho más fácil cuando puede acompañar sus pa­labras con el juego de la flota. La resistencia se hace mucho mayor cuando M.K. le pregunta por lo que piensa sobre la decisión de ir a Munich después de todo; Richard se angustia y no contesta.)

M.K. le recuerda entonces que una vez le habló de Munich, diciendo que es el cuartel de los nazis, y que la Casa Parda era un lugar particularmente peligroso.

Richard está de acuerdo con esto y dice qué, de ir, tendría mucho miedo, y que no puede por eso comprender por qué va en el sueño después de todo.

M.K. le indica que el desastre que ocurrió ayer en el juego, lo vive como si fuera no sólo externo, sino también interno, ya que él era el "perro gruñón" que devoraba a todos. Como se le han despertado muchos temores sobre su interior, ha llegado a pensar que el canto del cine y los ruidos se producían dentro de él, y no lo ha podido aguantar. También está aterrado pensando que se ha devorado a M.K. y que ella no puede ahora, por lo tanto, ayudarle a vencer su angustia. Esto lo demostró al meterse a la mujer rosa (que es M.K.) en la boca, y mordería, lo cual fue también lo último que hizo en la sesión anterior.

Richard dice que en el cine también oyó voces de niños que cantaban, y que tuvo miedo de que a la salida todos se volvieran contra él.

M.K. le interpreta que teme que los bebés de mamá, a los que querría atacar y devorar, se vuelvan contra él y le ataquen, a su vez, tanto en el mundo exterior como en el interior. El pulpo frito que le daría de comer el jefe de los peces representa a su padre, a quien también querría atacar y comer; y además le representa a sí mismo, quien, como venganza, sería a su vez devorado por su padre. Pero el jefe es Hitler que invade Creta, la cual representa a Gran Bretaña, a mamá y a sí mismo. Richard además pone en duda la eficacia de obe­decer al jefe para salvarse del peligro, porque como este jefe es Hitler, se trata de alguien mentiroso y engañador. El ir a Munich, por ello, significa meterse en pleno peligro, pero en un peligro externo, mientras que el pulpo frito y el jefe de los peces son el Hitler-papá malo (el Sr. K. del material anterior), que se encuentra dentro de él. [Huida hacia un peligro exterior como defensa contra peligros interiores.]

Richard dice con convicción que, en efecto, sería mucho más fácil luchar contra Hitler en Munich, que dentro de sí mismo.

M.K. le dice que en el sueño se encuentra con sus padres y su pri­mo (quien además es Paul), y que desearía que todos le ayudaran, pero teme no poder confiar en ellos. Esta duda la ha expresado al preguntar si M.K. le habla al Sr. K. de él, y si éste estuvo en el campo enemigo durante la última guerra. La referencia que hizo pre­viamente sobre Vichy y Francia, expresan en general la duda que tiene sobre la alianza con Paul. Pero también en esta misma sesión, le ha contado a M.K. los comentarios que John hizo sobre ella, de manera que siente que también él es un delator.

Las sospechas que tiene sobre el Sr. K. se refieren al Sr. K. que se encuentra dentro de M.K., pues si bien ya sabe que el Sr. K. está muerto, siente como si dentro de ella estuviera vivo. Le recuerda que en el "desastre" que ocurrió en el juego del día anterior, en el momento en que los trenes tiraban todas las cosas, él se acordó de pronto de lo mucho que había comido, lo cual significaba que sentía que también se había comido a sus padres mientras estaban teniendo una relación sexual. También siente que el fuego de la locomotora que le persigue en el sueño se encuentra dentro de él, y teme que queme a los padres buenos y a los bebés que allí se encuentran. Aunque no ha querido ver a la mamá dañada, o muerta, y por eso la ha cubierto (sesión veintiuno), piensa que la tiene dentro de sí. Por esto espera poder salvar a todos con agua fertilizante buena, que representa una orina buena, mientras que la sustancia ardiente que le persigue desde la locomotora de papá es orina peligrosa, capaz de quemar a él y a mamá.

Richard, que al principio de la sesión estaba turbado y desatento, se ha ido poniendo más vivaz y comunicativo a medida que M.K. formulaba estas interpretaciones. Y mientras las escucha sigue jugando: el Rodney se coloca al lado del Nelson y éste al lado del destructor-Richard. Dice entonces que el Nelson está atacando al Rodney, que ahora es un barco de guerra alemán, y que lo está haciendo volar. Después de esto, el Nelson es el alemán, el Rodney es británico y el que vuela es el Nelson. Hacia el final de la interpretación de M.K., Richard va a buscar la pelota de fútbol, la infla, se acuesta sobre ella para sacarle el aire y dice que una vez más su mamá está vacía y llorando... Busca entonces la escoba, y tras barrer el cuarto dice que ahora está más limpio.

M.K. le interpreta que está tratando de arreglar a su mamá interna. También le pregunta por lo que comió anoche.

Richard contesta que pescado, pero que le gustó. De pronto se queda muy sorprendido y con gran interés dice: "Y sin embargo soñé que fueron los peces los que me invitaron a mi a comer". Cuando se separa de M.K. está serio y pensativo, pero al mismo tiempo amistoso y no triste (nota 1).

 

Nota de la sesión número veintidós

I. En la nota I de la sesión número veintiuno, llamé la atención sobre el sorprendente hecho de que las interpretaciones hechas sobre emociones y situaciones muy asustantes, producen alivio, a veces incluso en el transcurso de la misma sesión. El hecho de que Richard pueda por fin confesarme algo que evidentemente le preocupaba mucho (los comentarios hostiles de John sobre mí), demuestra en efecto que las interpretaciones de la sesión anterior han dado como resultado que tenga una mayor confianza en mí. También creo que constituye un progreso el haber podido tener esta pesadilla particular, así como el recordarla y poder contármela. El material presente nos lleva además a la conclusión de que las ansiedades interpretadas en la sesión anterior, aunque aliviadas en cierto grado, han seguido activas durante el período de intervalo entre las dos sesiones, pudiendo ello deberse, en parte, a que han sido reactivadas con gran fuerza ansiedades referentes a la internalización de objetos, las que han coincidido además con otras provocadas por circunstancias externas. Para poder liberarse de la presión combinada de estas situaciones de peligro internas y externas, Richard trata de concentrarse en las externas, y por esto, con gran sorpresa de su parte, se escapa del peligro de los peces y se va a Munich. En términos generales, yo diría que la externalización constituye una de las grandes defensas contra las situaciones internas de peligro, a pesar de que a menudo fracasen. El material nos muestra, en efecto, claramente, cómo Richard trata en su sueño de encontrar alivio a la situación interna huyendo hacia lo externo, y hasta él mismo llega a decir que sería más fácil combatir a Hitler fuera que dentro de sí. Debemos, además, recordar que esta defensa fue usada en circunstancias en las que los temores externos se hallaban fuertemente reactivados, ya que el temor de que Ingla­terra fuera ocupada por Hitler constituía un potente factor del estado mental del niño.

Resulta interesante ver cómo, al tratar de manejar la situación interna, Richard usa algunos de los métodos de defensa que también aplicaría a situaciones externas, tales como la negación, disociación, apaciguamiento del objeto interno y conspiración contra él mediante la alianza con otro objeto. El análisis de la interacción entre situaciones internas y externas, y de la manera como las dos coinciden y se diferencian, es, creo, de suma importancia.

 

SESION NUMERO VEINTITRES (Viernes)

Richard llega un poco tarde, y por ello ha corrido durante todo el camino; está muy preocupado por haber perdido dos minutos de su sesión. Dice que no ha traído la flota porque ha decidido que no la quiere; pero al cabo de un rato admite que no quería que se le mojara con la lluvia... Más tarde expresa cuánto le disgusta el tiempo lluvioso, y tras esto se hace otro silencio.

M.K. le recuerda que en el sueño de la noche anterior tenía puesto un impermeable, porque llovía.

Richard empieza a dibujar y lo hace con mayor deliberación y cuidado que de costumbre. Comenta que no era tanto por la lluvia por lo que se había puesto el impermeable en el sueño, sino porque al principio de éste estaba metido en el agua con los peces. (Al llegar a este punto muestra señales de resistencia, pero contesta, sin embargo, a unas cuantas preguntas sobre el sueño.) Dice que el jefe de los peces no se parecía a ninguno de los representados en sus dibujos; que podría haber sido una trucha, y que ésta se había también mostrado amistosa y cariñosa con él.

M.K. le dice que en realidad no se fió del pez, cosa que expresó así ayer; por este motivo había preferido irse a Munich.

Richard vuelve a angustiarse y a resistirse. Niega al principio desconfiar del pez, pero al final admite que, en efecto, no se fiaban ni de él ni de la comida que le ofrecía.

M.K. interpreta que ese pez pacifico y amistoso, en sus dibujos ha representado a menudo a mamá, ya que aunque con frecuencia dice que ella también es dulce, quizá no siempre se fíe de ella. Hace dos sesiones también dijo que M.K. era "dulce" y que la quería mucho, pero en la última sesión temió que hablara de él con el Sr. K., el cual representa a un enemigo.

Richard se opone a esto con fuerza, y examinando la cara de M.K. dice que no, que él cree que ella es muy buena.

M.K. interpreta que a pesar de ello duda de ella, cada vez que siente que se combina interiormente con el sospechoso Sr. K., a lo cual Richard contesta pensativamente, que esto no puede ser verdad porque no conoce al Sr. K. y nunca lo va a conocer; pero que como está seguro de que M.K. es buena, el Sr. K. debe de haberlo sido también. Añade que realmente no puede desconfiar de mamá. Después enseña a M.K. lo que ha estado dibujando, y le señala especialmente que hay dos cosas de cada clase en el dibujo; está impresiona­do porque, una vez más, esto ha ocurrido sin deliberación previa de su parte[4]. Indica así, que en el Nelson hay dos chimeneas, en el papel dos barcos y también dos personas, es decir, un pez grande y uno chico. Después descubre que el humo que sale de las chimeneas del Nelson forma una figura, que es también el número dos.

M.K. le sugiere que el pececito bebé que nada muy contento con su mamá es él mismo; ambos están separándose del submarino Salmon que es papá, ese papá malo, pulpo, según él tan peligroso cuando está dentro de mamá y de M.K. La desconfianza que tiene de M.K. cuando ésta contiene al desconocido y sospechoso Sr. K. y de mamá cuando papá está dentro de ella, implica que cree que entonces forman una unión hostil a él y que esta unión está ligada con las relaciones sexuales de ambos. También cree que mamá está en peligro por comerse al pulpo-papá.

Richard entonces indica que hay una sola estrella de mar, mientras que de las demás cosas hay dos. (Hasta ese momento sólo ha dibujado la estrella del fondo.) Dice que se trata de Paul, furioso y celoso porque Richard nada con mamá. Al decir esto, añade otras estrellas y pone los nombres de su hermano y de la muchacha de su casa, y las palabras "alarido y chillido". Paul da alaridos y chillidos tan fuertes, que tanto la muchacha como la cocinera y papá vienen a atacarle y a sujetarle (las tres estrellas que acaba de añadir).

M.K. interpreta que en la parte superior del dibujo ha permitido que papá y mamá estén juntos, pues ha dibujado dos chimeneas en el Nelson, dando a cada una de ellas igual cantidad de cosas: dos caño­nes a cada lado que representan dos pechos, dos bebés y el mismo tipo de órgano sexual; además, cada uno tiene un pene (la misma línea de humo). De esta manera, ha reunido a sus padres; pero al mismo tiempo al nadar con mamá bajo la línea divisoria, muestra el deseo de tenerla para él sólo. Además, al alejarse del Salmon, que representa a papá, se está separando del papá malo, que enferma a mamá. Por sobre la madre y el pececito bebé, está la estrella que da alaridos y chillidos, y que representa a Paul celoso. Papá, representado a su vez por una de las estrellas (a la que llama papá) y acompañado por la cocinera y la muchacha, sujeta a Paul para protegerle a él (nota 1).

Richard empieza otra vez a dibujar mientras M.K. le interpreta (y hace este dibujo, como de costumbre, con toda espontaneidad). Primero hace una fila de letras, empezando por la A (de las cuales hay seis o siete), a las que luego tacha, mientras que en el ángulo inferior derecho dibuja otras que aún se pueden ver. Estas letras están unidas entre sí por garabatos. Todo lo hace muy rápidamente, cubriéndolo en seguida con garabatos, aunque al principio no de la manera tan completa como queda el dibujo en su versión final.

M.K. le indica que el primer dibujo lo ha hecho con claridad y deliberación, mientras que en éste las letras están todas mezcladas y cubiertas por garabatos negros. Le sugiere entonces que en el primer dibujo se ha referido a sus relaciones externas y ha expresado el miedo que tiene de ellas, para librarse así de su "interior", el cual le asusta aun mucho más (tanto el suyo como el de M.K. y el de mamá), ya que cree que está poblado de gente peligrosa y dañada, toda mezclada entre sí y ennegrecida por su propio "lo grande".

 

Richard, mientras tanto, ha empezado a hacer el dibujo 12. Lo empieza como de costumbre, dibujando la forma grande de una estrella de mar, a la cual después rellena con colores, y dice que es un imperio y que cada color representa a un país diferente. No hay guerra en él. "Ellos entran pero a los países más pequeños no les im­porta ser tomados.

M.K. le pregunta quiénes son "ellos".

Richard no contesta, pero dice que los negros son horrorosos y malos. El celeste y el rojo, en cambio, son la gente buena, a quienes los países más pequeños no les importa admitir.

M.K. entonces, refiriéndose al primer dibujo de la sesión, le su­giere que el imperio puede simbolizar otra vez a su familia.

Richard está de acuerdo con esto, y agrega que el negro malo es Paul, el celeste mamá y el violeta la muchacha (Bessie) y la cocinera. El pequeño espacio pintado con azul heliotropo del centro, es él mis­mo y el rojo, papá. De repente exclama: "Y el total, es una estrella comilona, llena de dientes grandes". Entretanto, ha empezado a dibujar en la misma página 13. Ahora, Paul es muy bueno, como lo es a menudo, y de color rojo, mientras que el negro malo es papá. El color heliotropo es mamá y la sección chiquita negra del centro es él mismo.

M.K. le indica las dudas que tiene, tanto sobre papá como sobre Paul. Siente que a veces son buenos y a veces malos, y por ello no se puede fiar de ellos. Sin embargo, en el segundo dibujo (13), el negro del centro lo representa a sí mismo, y es del mismo color que el que tenía el Paul malo del dibujo 12 y el papá del 13. Esto significa que la sensación de no poder confiar ni en papá ni en su hermano, está también relacionada con la de ser él malo también e indigno de confianza. En las sesiones anteriores -y en particular tras el sueño de los peces- pudieron llegar a ver que teme haberse comido a toda la familia, y por lo tanto al imperio; es decir, que la estrella comilona es él mismo. Los "dientes grandes" de ésta y "lo grande" -el centro negro- constituyen las armas con las cuales cree que ha destruido a todos. Pero luego aparece que "ellos" -su padre y su hermano-, han penetrado en países pequeños, y esto significa que él mismo se siente a su vez invadido, hasta el punto tal que ya no queda más de él que la pequeña sección negra[5]. Tras de esto M.K. se refiere al fuego de la locomotora que le perseguía en el sueño, y le sugiere que ello puede también significar que siente como si la materia fecal que hay dentro de sí mismo pusiera en peligro tanto a él como a su madre.

Richard busca la pelota, la infla y se acuesta encima de ella para sacarle el aire. De repente, con tono bajo y rabioso, y dirigiéndose sin duda a la pelota, dice: "¡Bruto malvado!

M.K. interpreta que en la sesión anterior tenía muy poca confianza en ella por su conexión con el señor K., y que temía que mamá con papá adentro pudiera estar dañada o sentirse hostil con él. Hoy ha sostenido vivamente que tanto mamá como M.K. son buenas, mientras que papá es malo. Pero ahora parece que si está tratando con todas sus fuerzas de ver buena a mamá y a papá malo, es porque le resulta demasiado doloroso y asustador perder la confianza en mamá. Le sugiere que está tratando de negar el enojo que le produce que su madre se acueste con su padre y que, según él cree, se lo meta dentro de sí y se una con él en su contra. Al tratar de ver buena a mamá, intenta también negar que la odia además de amarla, y para ello transfiere este odio hacia su padre. Ahora está resentido, porque mamá se ha hecho daño a sí misma al incorporar dentro de sí al pulpo peligroso y al padre-vagabundo, y por esto le sugiere que el "Bruto malvado" se lo está diciendo a papá, pero que también va dirigido contra mamá y contra M.K.

Richard se opone a esto vivamente, y dice que jamás llamaría tales cosas a ninguna de ellas, pues las quiere a las dos.

M.K. interpreta que siente un gran conflicto cada vez que odia a mamá, que es al mismo tiempo la persona a quien más quiere. También le recuerda que en la sesión número veintiuno enterró a la mujer rosa que siempre ha representado a su madre, porque quería desha­cerse de ella por estar herida.

Richard contesta entonces, con evidente dolor: "¡No digas eso; me hace sentir muy triste!"

M.K. sugiere que como a menudo las interpretaciones que le formula son dolorosas, también piensa que ella es una "bruta".

Richard, que está afilando un lápiz, coloca por un instante la hoja de la navaja sobre la pelota, pero no la corta. En vez de esto, pinta de negro, con violencia, el segundo dibujo que hizo durante la sesión y lo agujerea por todas partes con el lápiz. Luego recorre de arriba abajo la habitación dando pisotones, descubre una bandera británica en un estante y la desdobla. Canta entonces el "Dios salve al rey", haciendo mucho ruido, mira el mapa (cosa que no ha hecho desde hace varios días)[6] y pregunta si puede colorear todos los países que Alemania ha ido conquistando (el mapa es del principio de la guerra), pero no lo hace, pues M.K. le recuerda que no le pertenece a ella. Richard está muy inquieto y dice que quiere irse, pero espera hasta la hora exacta que le corresponde tras lo cual corre hacia la puerta.

M.K. interpreta que teme realmente llegar a atacarla y hacerle daño (cuando pone la navaja en la pelota y al emborronar y agujerear el papel) y portarse como Hitler y el papá negro cuando conquistan países (que representan a mamá y a ella).

Richard se da vuelta en el umbral de la puerta, pregunta si M.K. también va al pueblo, la espera y la acompaña hasta la esquina. En la calle le dice que ayer ella dejó la ventana abierta y que debería ha­berla cerrado, ¿no? En este momento se siente muy amistoso, evidentemente aliviado de haber salido de la casa. En el transcurso de la sesión ha contado, además, que la tarde anterior se fue al cine, y que al entrar vio a un niño al que le tiene miedo, pero que de todas mane­ras entró y se quedó durante todo el espectáculo (nota II).

 

Notas de la sesión número veintitrés

I. En este constante intento de evitar situaciones conflictivas internas y externas constituye defensas fundamentales y es uno de los rasgos característicos de la vida mental. En particular, es característica de los niños pequeños, los cuales luchan constantemente por conseguir estabilidad y una buena relación con el mundo externo. Richard muy pocas veces, o quizá nunca, había vivenciado momentos de estabilidad emocional de cierta duración, cosa que influyó sobre todo su desarrollo. En mi articulo "El complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas" (1945) y en el capítulo 4 de El psicoanálisis de niños, me he referido ya a las tentativas que se hacen para poder llegar a una solución de compromiso.

II. Aunque en esta sesión las defensas maníacas ocupan el papel preponderante, Richard, no obstante, está más preparado para enfrentar la ansiedad que siente. La actitud maníaca se ve en el caminar de arriba abajo haciendo tanto ruido que a veces apaga mi voz. Además, en no mencionar la guerra ni hacer ninguna alusión a la invasión de Creta. Pero, por otra parte, ha podido ir al cine, y el dibujo sobre el imperio invadido por fuerzas enemigas guarda una estrecha relación con la guerra. Por sobre todo esto, además, toma conciencia de algo que él mismo se interpreta: de que el dibujo del imperio representa una estrella de mar voraz, con muchos dientes, es decir, que es él mismo. También logra expresar sus conflictos y la angustia que siente hacia el padre malo, de una manera mucho más clara. Esta combinación de técnicas de negación y de defensas ma­níacas, que operan simultáneamente con una mayor capacidad de autoconocimiento y de enfrentar diversas angustias, constituye una característica de las etapas por las que se pasa durante el tratamiento analítico (o en el curso del desarrollo), en las cuales se van produciendo modificaciones en el sistema de defensas. La negación, en este caso, se refiere a ciertos aspectos (sobre todo a la situación externa de la guerra), pero, en cambio, Richard vivencia su realidad interior mejor que hasta ahora.

 

SESION NUMERO VEINTICUATRO (Sábado)

Richard llega otra vez un poco tarde[7]. Dice que se olvidó de mirar el reloj y que después ha tenido que correr todo el camino. Se queda en silencio, con aire asustado y triste.

M.K. interpreta que olvidarse de ver la hora quiere decir algo muy parecido al deseo que tuvo el día anterior de salir corriendo del cuarto de juegos. Le interpreta que desconfía de ella y de su mamá (la "bruta malvada"). Al irse ayer, además, comentó que el día anterior M.K. había dejado abierta una ventana, la cual debiera haber sido cerrada, lo que también expresa un resentimiento hacia la malvada madre-bruta y hacia ella misma. Quiere decirles a las dos, en efecto, que no deberían de haber dejado abierta la ventana (1a cual representa sus órganos genitales), por la cual permiten al pulpo bru­to, que es el padre malo, penetrar y tener con ellas una relación sexual.

Richard repite que no es posible que él quiera atacar o insultar a M.K. o a su mamá; de solo pensar en ello se siente muy triste. Empieza a dibujar (dibujo 14) y al mismo tiempo habla de la posibilidad de que Alemania invada a Inglaterra, tema sobre el que ha estado pensando esta misma mañana. En caso de llevarse a cabo la invasión, ¿podría M.K. seguir atendiéndole? ¿Cómo llegaría a "X"? En este momento está dibujando la gran estrella de costumbre, y cuando la termina la divide en varias secciones. Entonces dice que viene papá y hace que el lápiz negro marche hacia el dibujo, mientras tararea una marcha que quiere ser siniestra[8], y va rellenando con el negro[9] algunas de las secciones. Tras esto hace avanzar rápidamente el lápiz rojo, acompañándolo con una tonada que canta vivamente, y al ir a rellenar las secciones rojas anuncia: "Este soy yo, y verás qué parte más grande del imperio me toca". Después colorea algunas secciones con el celeste y mirando a M.K. dice: "Estoy contento". (En ese momento realmente parece ser feliz y estar en un contacto íntimo con M.K.) Tras pintar las partes celestes continúa: "Mira cómo se ha extendido mamá. Se ha quedado con mucha más parte del imperio". Con el violeta rellena otras secciones y dice: "Paul es bueno; me está ayudando". Rellena a continuación algunas secciones cercanas al centro negro que estaban en blanco y dice que es papá quien está allí, apretujado y rodeado de Paul, de mamá y de sí mismo. Al terminar hace una pausa, mira a M.K. y le pregunta: "Realmente, ¿pienso yo todas estas cosas de todos vosotros? No sé si lo hago o no. ¿Cómo puedes tú saber realmente lo que yo pienso?".

M.K. le contesta que ella puede, en efecto, darse cuenta de algunos de sus pensamientos inconscientes, por medio de sus juegos, sus dibujos y las cosas que dice, pero que acaba de expresar dudas sobre si lo hace con o sin razón y sobre si es o no de confianza. Estas dudas, sigue interpretando, han surgido junto con una desconfianza general que siente hacia ella y hacia su mamá, la cual se ha hecho más fuerte en los últimos días a pesar de que aún le gusta referirse a ambas llamándolas "dulces". Ya una vez expresó el temor de que M.K. le delatara al señor K., al que ve, en general, como si se tratara de un enemigo. Y en el sueño de hace dos días (sesión veintidós), el jefe de los peces era el Hitler-padre traidor, pero habitualmente ese pez suele representar a mamá. Por todo ello ha llamado a ésta y a M.K. (representadas por la pelota de fútbol), "brutas malvadas". Sin embargo, también está contento, porque el celeste -la mamá buena-, y M.K. que últimamente usa un chaleco de este color, se están exten­diendo por todo el imperio, el cual, como dijo en la sesión anterior, es una estrella de mar voraz con grandes dientes que le representa a él y que se traga a todo el mundo. Le gustaría pues, meterse más y más de esta buena mamá dentro de sí; y además, siendo ella la mamá buena, no le importa que lo haga, sino que por el contrario, también desea estar dentro de él, protegiéndole del papá malo y de su propia avidez y odio. Recientemente expresó deseos inconscientes de que mamá y M.K. se murieran y cuando M.K. le interpretó este contenido se asustó mucho y sintió mucho dolor, aunque después se sintió más aliviado y feliz. Parece, pues, que vivencia con mayor intensidad, tanto la confianza como la desconfianza que siente ante ambas.

Richard parece estar pensando en lo que M.K. le dice. Parece sorprenderse ante la sugestión de que el mayor conocimiento de las razones por las cuales se siente triste, le pueda consecuentemente producir alivio y una mayor confianza; pero acepta esta afirmación. Entonces dibuja un contorno oblongo alrededor del "imperio" y lo colorea de rojo.

M.K. le pregunta si le representa a él mismo, ya que el rojo es el color que le representa a él.

Richard dice que no, que se trata de algo diferente que no pertenece en absoluto al imperio. Lo ha pintado de rojo porque así parece más brillante. Al dibujar vuelve a hablar de Hitler (aunque no refiriéndose a Creta, tema que aún elude), y dice que Hitler es muy malvado, que hace a todo el mundo infeliz, pero que es muy inteligente, ¿no? ¿No está a menudo borracho? Y sigue haciendo algunas reflexiones sobre el talento del dictador, de quien, al parecer, piensa bien. Después se ríe al pensar que en Creta tenemos algunos tanques, mientras que Hitler no tiene ninguno. "Fíjate", dice, "es la primera vez que Hitler no tiene tanques".

M.K. le señala que también es la primera vez que se refiere espontáneamente a Creta; esto se debe, en parte, a que tiene menos miedo del Hitler interno y además a que la falta de tanques del dictador le hace sentir cierta esperanza, mientras que antes pensaba que la situación era desesperada (nota 1). Pero esto también significa que es posible despojar al papá malo de su pene peligroso y así preservar a la mamá amada y a M.K. (Inglaterra). Acaba de trazar alrededor de la estrella-imperio (él mismo) un área roja, que cree que no lo representa a él. El reloj ha significado en otras ocasiones sangre, y mientras dibujaba empezó a hablar del malvado Hitler que hace sufrir al mundo entero. El rojo, pues, representa la sangre de mamá, derramada por el Hitler-papá (que según Richard está metido dentro de ella). Mamá es el mundo que sufre a causa del padre malo, donde él está también incluido. [Identificación proyectiva] (nota II). Y también está dañada por el mismo Richard, representado por la estrella-bebé voraz que penetra en su cuerpo y la hace sangrar.

Richard busca la pelota y juega con ella de la manera ya descrita. Indica a M.K. el ruido que "ella" está haciendo y que anteriormente ha significado el llanto o los quejidos que hacía su madre al morirse o pedir auxilio. Pero ahora también hace sonidos como los de un gallo o una gallina. Después tira la pelota lejos de sí, y con tono vacilante formula una pregunta, haciendo la salvedad de que odiaría herir los sentimientos de M.K. ¿Es ella extranjera o no? Inmediatamente se contesta a si mismo, diciendo que en cierto modo no lo es, pues como lleva viviendo mucho tiempo en Inglaterra, es ciudadana británica; pero, sin embargo, el inglés que habla, aunque es "muy bueno", no es como el de una persona inglesa, y ella no ha nacido en Inglaterra. Durante la última guerra, cuando ella estaba del otro lado, ¿se alegraba ante las derrotas inglesas? Richard dice todo esto con gran dificultad y embarazo, y sin esperar a que se le conteste si­gue hablando: "De todas maneras, ahora estás de parte de los ingleses, ¿no? Ahora estás del todo de nuestra parte".

M.K. le indica que la desconfianza que siente hacia sus padres, a los que cree que complotan contra él, ahora la siente hacia M.K. y el Sr. K., y que parece producirle una gran ansiedad. Cada vez que se siente culpable, o cada vez que sus padres están juntos sin él, y en particular durante la noche, se queda muy preocupado ante esta sospecha. No puede averiguar qué es lo que piensan sus padres, y entonces mamá (ahora M.K.) representa al extranjero, posiblemente enemigo. Tampoco puede descubrir si contiene dentro de sí a un padre bueno o a uno malo. Las veces que tiene menos desconfianza de su madre (y ahora de M.K.) siente que hay dentro de sí más cantidad de la mamá buena y protectora. El que ahora confíe más en M.K. que antes, se puede ver en el hecho de haber podido expresar sus dudas y sus críticas.

Richard está de acuerdo con que teme herir a su mamá, pero agrega que a veces la deja exhausta, argumentando con ella, molestándola con preguntas y obligándola a hacer lo que él quiere. Después dice que está deseando que llegue el fin de semana y que ha comprado un cenicero que tiene un gallo dibujado, para regalárselo a papá.

M.K. interpreta que ha metido el gallo -el pene de papá- de vuelta dentro de su madre, lo cual también significa arreglar el del papá bueno. Pero que, al mismo tiempo, teme también que el gallo sea el pulpo-padre que hace llorar y morir a mamá, cosa que puso en evidencia cuando la pelota simbolizaba a una gallina a la cual le re­torcía el cuello...

Richard ha estado dando vueltas por la habitación todo este tiempo, explorando, mirando dentro de los libros, y encontrando cosas en las estanterías. Varias veces toca la cartera de M.K. con un evidente deseo de abrirla y examinarla. Aprieta una pelotita entre los

píes y después comienza a marcar el paso de ganso, comentando que es una manera tonta de marchar.

M.K. interpreta que la pelotita es el mundo (mamá y M.K.) aplastado por las botas alemanas (el paso de ganso). Al hacer esto está expresando la sensación de que no sólo contiene dentro de sí a la mamá buena, sino también al papá-Hitler, y que destruye a su madre tanto como lo hace su padre.

Richard se opone vivamente a esto, diciendo que él no es como Hitler, pero parece comprender que el paso de ganso y los pies que aprietan representan eso. Es casi la hora de terminar la sesión y está muy amigable y afectuoso. Al apagar la estufa eléctrica, dice, "la pobre vieja descansará ahora un poco". Coloca luego cuidadosamente los lápices de colores dentro de su caja ordenados según su tamaño, y la cierra. Ayuda a M.K. a guardar los juguetes en su bolsa, y al finalizar la sesión le pide que se acuerde de traer todos sus dibujos la próxima vez. (En realidad, M.K. siempre los trae.) Le pide además que se quede un rato en silencio, él mismo contiene el aliento y dice: "Pobre cuarto viejo, tan silencioso". Después pregunta a M.K. qué va a hacer durante el fin de semana.

M.K. interpreta que teme que se muera el fin de semana (el pobre y viejo cuarto silencioso). Por eso quiere estar seguro de que le traerá los dibujos, lo cual también expresa el deseo que tiene de colaborar con el análisis y así arreglar a M.K. y preservarla, y aun de que ella descanse (la pobre estufa), para que de esta manera no quede exhaus­ta con sus pacientes y particularmente por su causa.

 

Notas de la sesión número veinticuatro

I. Esto constituye un ejemplo de la manera en que se emplea la negación para enfrentar la desesperación provocada por situaciones y hechos internos y externos de peligro. En este caso, la situación interna peligrosa consiste en que su odio ataca y destruye a la madre buena, lo cual le trae como consecuencia depresión y desesperación. El análisis ha ido reduciendo la ansiedad, con lo cual ha disminuido la negación y aumentado la esperanza de poder preservar tanto a la madre interna como a la externa (la mamá celeste que se extiende dentro de él). Todo esto, a su vez, tiene el efecto de que también disminuya la negación de los peligros externos -la situación de la guerra, la invasión de Creta y el peligro de que Inglaterra sea invadida- y de que Richard pueda enfrentar y expresar mejor esta ansiedad. Hay que recordar, además, que según su punto de vista, la situación externa había mejorado.

II. En esta misma hora había expresado ya, mediante el dibujo de la estrella de mar-imperio, la internalización voraz de la madre, de mi y de todo el mundo. Ahora, el borde rojo representa un proceso de identificación proyectiva (véase "Notas sobre algunos mecanis­mos esquizoides", 1946). La parte ávida de sí mismo -la estrella-, ha invadido a la madre, y la ansiedad que el niño siente, los sentimientos de culpa que padece y su simpatía, se refieren al sufrimiento de ésta, motivado tanto por la intrusión en ella como por el padre malo que la controla y la daña desde adentro. En mi opinión, los procesos de identificación proyectiva y de internalización son complementarios, y entran en funcionamiento desde el principio de la vida postnatal, determinando de una manera vital las relaciones de objeto. El niño vivencia que incorpora a su madre con todos los objetos internos de ésta, y también el objeto, que entra en otra persona, es vivido como si llevara consigo sus propios objetos (y la rela­ción que guarda con ellos). La exploración posterior de las vicisitudes por las que pasan las relaciones de objeto internalizadas, las cuales se encuentran en cada etapa relacionadas con procesos proyectivos, esclarece, a mi parecer, todo el proceso del desarrollo de la personalidad y de las relaciones objetales.

 

SESIÓN NUMERO VEINTICINCO (Lunes)

            Richard llega unos minutos tarde, con un aspecto muy preocupado. Pregunta a M.K. si le ha traído los dibujos (los pidió en forma muy particular en la sesión anterior), los revisa y dice que no quiere ver el último (el 14). Aunque tampoco le gusta el dibujo 8, decide dejarlo de lado para completarlo... Dice que ha pensado bastante en M.K. el domingo, mientras jugaba en el jardín. Le habría gustado mucho que hubiera pasado por allí y hubiera entrado a verle jugar. Luego, transmite algunas novedades de la familia: Paul viene a pasar una semana de licencia a casa, por lo cual mamá se va el jueves, pero la niñera vendrá entonces a "X", a quedarse con Richard. Al decir esto parece enojado y preocupado. Dibuja un imperio (dibujo 15) y dice que papá (el negro) está muy cerca de mamá (celeste), pero que él, Richard, también está allí cerca. Hay muy poca cantidad de Paul (violeta)... Luego comenta que cuando venía le pasó una tragedia; la cuenta con aire turbado y triste: una señora, que iba con tres niños ruidosos y habladores, se enfermó en el autobús, y seguía todavía en­ferma al bajarse. Lo siente mucho por ella y cree que la culpa la tienen los niños.

            M.K. interpreta que es él quien se siente culpable. Cree ser ruidoso y parlanchín y que a causa de esto deja exhausta a su madre, y esto se lo ha dicho repetidas veces ya a M.K. En la última sesión, temió hacerle lo mismo a ella. Por esto, siente que no puede proteger a nin­guna de las dos del papá Hitler-negro, ni tampoco de sus propios ataques y avidez.

Richard está muy inquieto; se levanta, da unas vueltas, y luego pega patadas al suelo. Al mismo tiempo escucha atentamente cualquier ruido que se produzca, y pregunta si pasan niños por la calle. Se queda un poco separado de M.K., pálido por la ansiedad, e inquiere si en caso de asustarse mucho y querer irse corriendo dentro de unos diez o quince minutos, ella le dejaría ir. (Al hacer esta pregunta ya han pasado veinte minutos de la sesión, pero no ha mirado el reloj.)

            M.K. le contesta que sí le dejaría ir.

            Richard entonces dice que está muy preocupado por ella ¿Tiene realmente que volver a Londres?[10]

            M.K. interpreta que el miedo que tiene por los peligros a los que ella se expone en Londres está incrementando por otros temores; le recuerda, en efecto, que al mencionar que mamá se iba a ir a casa a estar con papá y con Paul, estaba muy enfadado y preocupado, e interpreta que esto debe ser por temor a atacar y herir a su madre por estar celoso y enojado con ella. Lo mismo siente ahora hacia M.K., la cual se va a Londres a visitar a su familia, quedando por lo tanto también expuesta al peligro de sus ataques. La culpa que experimenta por esto es la que le ha hecho sentir, tan vivamente, que los niños ruidosos del autobús eran los causantes de la enfermedad de su madre.

            Richard pregunta qué hace M.K. los domingos, cuántos años tiene su hijo y si éste es austríaco.

            M.K. le recuerda la curiosidad que siempre ha demostrado por conocer sus secretos, y le interpreta que ahora la siente más aun, porque tiene celos de su hijo y teme al Sr. K. interno y desconocido. Se está preguntando por eso, si los dos son como Hitler y le hacen daño a M.K. o si ella, por su parte, se une con ellos en contra de Richard. El mismo temor y la misma sospecha siente con respecto a su madre, ahora que ésta se va a casa con papá y Paul, pero sin él...

            Richard está dibujando mientras M.K. habla (dibujo 16). Al hacerlo se refiere a la explosión del barco Hood, muy preocupado. Dice que ha sido una cosa terrible y que le hizo dar un salto cuando se enteró de ello. Sigue con este tema durante un buen rato.

            M.K. hace entonces una referencia al juego de la flota (sesión veintidós), cuando los barcos papá y mamá se dedicaron a atacarse, siendo uno cada vez el enemigo. De la misma manera, siente ahora que no puede ayudar a mamá, a M.K. ni a Inglaterra contra el Hitler-papá malo ni contra sí mismo.

            Richard dice que está muy preocupado por la invasión y que no puede dejar de pensar en ella.

            M.K. le pregunta qué cree que pasaría de llegar a realizarse.

            Richard contesta que teme que le maten y que también maten a su mamá.

            M.K. le recuerda, entonces, que en la sesión anterior tuvo miedo de no poder venir a verla en el caso de producirse la invasión; pero al irse a su casa a pasar el fin de semana también temió que M.K. se muriera o fuera atacada por el Hitler-papá malo, el malvado bruto que cree que contiene dentro de sí.

            Richard se ha quedado serio y pensativo, y luego dice que no le gustaría morirse antes de volver a ver al mundo en paz otra vez.

            M.K. asocia este deseo con la necesidad de restaurar la paz familiar y poder mantener bien seguros a sus padres internos, y en particular, de sentir a su madre fuera de todo peligro. Si pudiera conseguir todo esto, la muerte no le parecería un desastre interior, ni una pelea en la cual, tanto sus padres como él, quedarían destruidos.

            Richard, que está afilando los lápices, tira las virutas por todas partes y a una punta rota la llama "cadáver". Además, según él “sin querer", tira también algunas virutas sobre M.K. Le enseña un lápiz de color al que ha sacado la punta por los dos lados y dice que es él mismo; pincha con la punta la mano de M.K. y le pregunta si le duele. Después afila dos lápices largos hasta dejarlos muy puntiagu­dos y se los mete alternativamente en la boca, mordiéndolos, tras lo cual los sujeta, la punta de uno contra la del otro, y dice que se están peleando.

            M.K. le pregunta quiénes son.

            Richard señala primero al lápiz amarillo y dice que es papá, mientras que el verde es mamá. Luego agrega que es al revés, y finalmente no sabe cuál es cuál. Le muestra a M.K. que los dos están marcados.

            M.K. le indica, entonces, que acaba de morder a los dos y que por eso han quedado marcados. (Richard se sorprende al oír esto pues no ha tomado conciencia de su mordisco.) Le dice, además, que acaba de expresar el temor de haber dañado a sus padres y le habérselos comido, y de que éstos, a su vez, se estén peleando entre sí. Por ello teme morirse el también, ya que continúan la lucha en su interior. [Los padres internalizados en una relación sexual de combate]. Siente que están tan mezclados entre sí, que ya no puede distinguir el uno del otro [Figura parental combinada] (nota 1).

            Richard trata de poner de pie a los dos lápices y se enfada cuando éstos se caen. Los hace pelear entre si otra vez y pronto los demás lápices y colores intervienen también en la pelea, tras la cual los deja a todos en un montón. En medio de la batalla garabatea y escribe en la parte de atrás del último dibujo (dibujo l6).

            M.K. le sugiere que otra vez ha ocurrido un desastre como el de los juguetes.. No sólo se están peleando los padres sin que él pueda separarlos (el intento de poner de pie a los lápices), sino que hasta los hermanos (los colores) se pelean también entre ellos, atacándose los órganos genitales. El saber que Paul viene a casa le ha hecho aumentar el temor a que esto ocurra.

            Richard se levanta varias veces y da vueltas por la habitación, haciendo ruido y con una expresión de enojo. Menciona otra vez al Hood, se dirige hacia el mapa, y, con expresión muy preocupada, especula sobré la "fuerza naval" de Gran Bretaña. De repente murmura: "Richard, Richard, Richard", como si se tratara de un pedido de auxilio.

            M.K. le pregunta si hay alguien que lo esté llamando pidiéndole auxilio, a lo que el niño le responde que sí.

            M.K. le sugiere entonces que quizá sean los marineros del Hood. Richard está de acuerdo y dice que se están ahogando y que le piden ayuda. Después, con el mismo tono, murmura: "Papá, papá, papá".

            M.K. interpreta que cuando el Hood volado representa a la mamá atacada por él los marineros que piden ayuda son los bebés de su interior que le llaman a él y a papá buscando ayuda... Luego le pregunta en qué estaba pensando cuando escribió y garabateó en el papel, a lo que Richard contesta que no desea hablar de ello. Sólo menciona que en un ángulo ha dibujado una luna llena y una en cuarto.

            Durante el transcurso de esta sesión, Richard se ha sentido alternativamente enfadado y preocupado, y, algunas veces, desesperado. Hacia el final de la hora se ha ido tranquilizando.

 

Nota de la sesión número veinticinco

            1. Estos dos conceptos expresan, no tanto dos situaciones diferentes del inconsciente del niño como dos etapas de la misma fantasía. Una de las fantasías más tempranas que el niño tiene sobre la sexualidad de sus padres se forja, creo, con los objetos parciales, es decir, con la idea de que el pene del padre se introduce en el pecho de la madre. Esto pronto puede llevarle a imaginar que los genitales de ambos están siempre mezclados, mientras que un desarrollo posterior de la “figura parental combinada” trae como resultado la fantasía de que los padres, como personas enteras, se pelean durante la relación sexual. Cuando vivencia estas ansiedades, el niño pequeño ha logrado ya un mayor sentido de la realidad, una percepción más clara del mundo externo y una relación con objetos totales, pero, sin embargo, se encuentra todavía bajo el influjo de las primeras fantasías inconscientes (que en realidad nunca son abandonadas del todo), así como también de impulsos destructivos, de su voracidad y de un gran deseo de posesión, todo lo cual explica por qué sigue creyendo que la relación entre los padres sea tan destructiva.

            A medida que la estabilidad del niño va aumentando, va sintiendo que la relación de los padres internos es más pacífica, pero esto, sin embargo, no incluye la idea de una relación sexual pacífica. En contraste con ello, y en relación con los padres externos, encontramos con frecuencia que aun los niños muy pequeños desean que sus padres no se sientan frustrados sexualmente y en ciertos momentos llegan a desear que se satisfagan sexualmente en forma genital. Todo esto sirve para mostrarnos que las relaciones con los objetos exter­nos son diferentes de las que se tienen con los objetos internos, aunque siempre exista cierta conexión entre las dos situaciones. (Véase El psicoanálisis de niños, capítulo 9.)

            Recientemente he sostenido que la etapa más temprana de la relación del niño con su madre y con su pecho, constituye algo fundamental para el desarrollo de la felicidad y del sentimiento de seguridad. La extensión y la intensidad de esta fase parece variar mucho, debido en parte a factores externos, siendo estas variaciones de considerable importancia para todo el desarrollo.

            Las fantasías acerca de la figura parental combinada -como, por ejemplo, la de que el pene del padre penetra por el pecho de la madre-, son ya la consecuencia de una perturbación de esta primera relación. El deseo de poseer a la madre sin ninguna interferencia, está influido, como es natural, por una serie de factores, tales corno la ansiedad, la avidez y el deseo de posesión. Por otra parte, esta relación sólo puede tener cierta estabilidad, si la envidia del niño no es demasiado intensa. De cualquier manera, sin embargo, la intrusión de otro objeto incrementa todos los conflictos, y provoca odio y desconfianza hacia los dos padres, influyendo luego todos estos sentimientos en la fuerza con que se forma la fantasía de la figura parental combinada en todas sus variantes, y dando un determinado matiz a los estadíos tempranos del complejo de Edipo.

 

SESION NUMERO VEINTISEIS (Martes)

Richard llega puntualmente, con un aspecto mucho menos preocupado. Está ansioso por enseñar a M.K. lo que trae en su maletín: la flota y un par de zapatillas que su madre quiere que se ponga al quitarse las botas de goma. Admira las zapatillas, le dice a M.K. cuánto han costado y le pide que las toque para que vea lo suave y lindas que son. Después se las calza. Cuenta que su madre está en la cama con dolor de garganta, y que él está muy preocupado. La está cuidando, de manera que hace su "parte", ¿no? Le ha contado a su madre lo que M.K. contesto ayer a su pregunta de que si le dejaría ir antes de la hora en caso de asustarse, a lo cual mamá le respondió que le parecía una idea tonta el hacerlo. El piensa lo mismo ahora, ya que no tiene razón para querer marcharse, pues M.K. es muy buena.

M.K. interpreta que en las tres sesiones anteriores ha tenido miedo de ella porque representaba a la "bruta malvada" (la pelota), que tiene dentro de sí a un hijo y a un marido extranjeros (el papá-bruto). También teme que esté dañada por el Hitler-padre que hay en ella, temor asociado a la vez con el miedo que tiene de que sus padres unidos se peleen dentro de él y se mezclen como los dos lápices largos y afilados hasta un punto tal que no se sepa cuál es el padre y cuál la madre.

Richard, como tantas otras veces, está escuchando los ruidos de la calle, y pide a M.K. que se calle para poder oírlos. Está otra vez "en guardia" contra los niños enemigos que pasan. (En realidad este miedo casi nunca le abandona, ni aun cuando se siente protegido por M.K., cosa que él mismo admite.)

M.K. le llama la atención sobre esta angustia constante.

Richard asiente y dice que hace poco estaba en el autobús con su mamá cuando subió un niño de su edad que le hizo de pronto asustarse. Le miró con furia y éste a su vez le miró a él, y aunque no quería atacarle, sintió sin embargo que quizá debería de hacerlo, pa­ra evitar que el otro le atacara a él. Después reflexiona y manifiesta que, a menudo, cuando se encuentra con niños que cree le van a atacar, resulta que éstos ni se han fijado en él, y se queda entonces muy aliviado. ¿Se sentiría muy mal de volver al colegio? ¿Se pasará la vida temiendo a los niños y más adelante quizá también a los adultos? ¿Quiere su madre que trabaje con M.K. porque piensa que no va a poder seguir adelante con la escuela? Le gustaría ir a la Universidad como lo va a hacer Paul.

M.K. dice que, en efecto, su madre teme esto y que por ello le ha puesto en tratamiento.

Richard pregunta entonces qué otras cosas le ha contado su madre de él.

M.K. le vuelve a repetir que su mamá mencionó que a veces está taciturno y que cree que puede no ser feliz.

Richard escucha, pensativo y serio, y dice: "Es muy bueno para mí este trabajo y creo que tú eres muy buena".

M.K. interpreta que se siente satisfecho de que ella y su madre se lleven bien, y de que las dos se preocupen por él, y que esto lo ha sentido a menudo con su niñera. Sin embargo, en otras ocasiones, tiene miedo de que se cree un conflicto entre ambas. Cuando ve que las dos están de acuerdo, cree con mayor fuerza en la existencia de una madre buena, representada por M.K., pero tiene mucho miedo de los niños enemigos, los cuales representan a los bebés no nacidos de mamá a los que cree haber atacado y estar atacando aún.

Richard saca la flota. Dice que está de maniobras y que no hay ninguna batalla. El es un pequeño destructor y Paul un acorazado, pero luego cambia los papeles, de manera que él es el barco grande y Paul el pequeño. Ambos están juntos, muy amigablemente. El Nelson (papá) está también con los niños, pero de pronto se va con el Rodney (mamá). Toca entonces a este último aunque sólo levemente, mientras Richard y Paul hacen lo mismo. De esta manera, todos reciben una cantidad equivalente de atención. También coloca en fila algunos barcos pequeños, a los que llama con el nombre de la cocinera y de Bessie, y tras una pausa añade "los bebés que están dentro de mamá". Dos veces, mientras juega a esto, levanta la cabeza para decir: "Estoy muy contento", y hace una referencia a sus zapatillas, comentando que le gustan mucho, pues son muy cómodas.

M.K. interpreta que parece sentirse agradecido con mamá por haberle traído a analizarse con ella y por haberle comprado las zapatillas; las dos cosas indican que su mamá le quiere.

Richard asiente, y repite que las zapatillas son muy cómodas, añadiendo con gran sentimiento: "Me gusta tenerlas cerca de mí; son papá y mamá".

M.K. le indica que ahora siente que no es sólo mamá quien le ayuda, pues papá también lo hace. Mamá, además, le permite tener un papá bueno, y cree que los dos padres de su interior pueden estar en paz entre sí y además ayudarle a él. Aunque todavía siente que los está controlando, ambos se llevan bien. Le interpreta, además, que sólo puede conseguir que exista una relación amistosa entre sus padres, y entre él mismo y su hermano, si todos reciben una porción igual de cada cosa. En el juego, Paul fue al principio el barco más grande, pero después Richard tomó este papel. Otra condición nece­saria para que haya paz, parece ser que los padres no tengan relacio­nes sexuales, ni que se den entre sí más afecto o gratificación sexual de la que dan a sus hijos. (El Nelson que apenas toca al Rodney mientras los barcos de Richard y Paul hacen lo mismo) Ha resucitado además a los bebés de mamá, y esto significa que así no tiene enemigos. Por eso se siente tan feliz. M.K. parece representar ahora al papá bueno que se une con mamá para quererle a él, y también a la niñera que se lleva bien con mamá.

Richard dice que, hasta cierto punto, prefiere ser el menor, pues esto significa que va a vivir más que Paul. Una adivinadora le dijo una vez que tiene una línea de vida muy larga y que vivirla hasta los ochenta años. Pide entonces la mano de M.K., pero se queda preocupado al ver que su línea de vida no es tan larga, aunque luego decide que es lo suficiente como para que llegue a los setenta y quizás a los ochenta... Echa una ojeada al dibujo de la sesión anterior (dibujo 16) y dice que no le gusta el círculo garabateado. Había borrado, tras dibujarla, la cabeza que está al lado de éste, y ahora dice que es la de Hitler.

M.K. le pregunta por la luna que está en el ángulo del papel.

Richard contesta que le gusta la luna, y al decirlo vuelve a dibujarla en diversas fases hasta terminar con un círculo pintado de negro. Después hace la línea negra que pasa por el medio del círculo garabateado y, dando vuelta a la hoja, hace una señal del otro lado, como si el lápiz hubiera atravesado el papel. Aunque aprieta con fuerza el lápiz, evita romper la hoja.

M.K. interpreta que no le gusta el círculo de la mitad de la página porque lo dibujó ayer en un momento en que estaba muy enfadado con ella y le tenía miedo. Representa a la pelota, a la "bruta malvada", cerca de la cual está la cabeza de Hitler, a la que tachó inmediatamente de hacerla. Sin embargo, en el centro del círculo ha dibujado una línea negra pequeña que expresa el sentimiento de que M.K. y mamá contienen al Hitler-papá negro dentro de si. El día anterior primero garabateó el círculo; después hizo la cabeza de Hitler y luego las fases de la luna. M.K. le recuerda este orden y le sugiere que el cuarto de luna que está cerca de la luna llena representa el pene de su padre situado cerca del pecho de su madre y de su vientre; ahora acaba de terminar otra serie de fases de la luna con un círculo negro, y lo ha hecho porque cree que el Hitler-papá está ensuciando a mamá tal como él lo haría de estar enfadado con ella y odiarla.

Richard niega vivamente que pueda odiar, ennegrecer e insultar a M.K. o a su mamá, y señala que en la parte inferior del dibujo ha escrito, con letras grandes, que M.K. es muy dulce.

M.K. le recuerda que tras escribir la palabra "muy" hizo una pausa, y que quizás esto se daba a que haya querido escribir algo desagradable en su lugar, aunque al final decidiera quedar en buenos términos con ella; además le tiene demasiado miedo como para atreverse a insultarla.

Richard ahora se muestra de acuerdo. Durante la formulación de estas últimas interpretaciones ha estado haciendo ruidos imitando al gallo y a la gallina, al principio con tono muy pacífico. Pero ahora los sonidos se hacen cada vez más enojados y angustiosos.

M.K. le pregunta lo que les pasa ahora a estos animales.

Richard, sin un momento de duda, responde que esta vez es al gallo al que han retorcido el cuello y no a la gallina.

M.K. interpreta que piensa que mamá también se vuelve peligrosa durante las relaciones sexuales con papá, dañándole o cortándole el pene, con lo cual acaba de demostrar cuánto duda de que M.K. sea realmente dulce[11].

Richard dice que ahora el gallo y la gallina se están mordiendo... Recuerda una pesadilla que tuvo la noche anterior y la relata: Le hacen tres operaciones. No tiene miedo o, mejor dicho, mucho miedo, porque aunque le dan éter, no lo huele.

M.K. le pide que le diga lo que piensa sobre el número tres.

Richard contesta: "Papá, mamá y Paul"

M.K. le pregunta si sabe de qué clase de operaciones se trata.

Richard con gran convicción, responde: "De la garganta".

M.K. le indica que esto quiere decir que le han operado de la gar­ganta tres veces, a lo que Richard contesta que no sabe por qué.

M.K. le recuerda, entonces, que en la vida real le han operado tres veces: una en el pene, otra en la garganta y otra en la boca (los dientes), pero que en el sueño las tres se las hacen en la garganta.

Richard se muestra interesado en esta asociación inconsciente y añade que cuando le operaron del pene tenía tres años.

M.K. interpreta que estos días está muy preocupado por el dolor de garganta de su madre. Que cree que no sólo a él, sino que también a su mamá le ha cortado el pene el Hitler-papá. Además siente que él, Richard, se ha comido a todo el mundo (tal como se vio en el material de días atrás) y por lo tanto piensa que los "tres", papá, mamá y Paul, están operados dentro de él[12].

Le dice además que aunque ha dicho que en el sueño no tenía mucho miedo, se trata no obstante de algo que le ha causado temor, y por eso lo ha llamado pesadilla. De todas maneras parece haberse sentido más seguro al no oler el éter.

Richard empieza a dibujar (dibujo 17). Al pintarlo de colores, canta con voz siniestra el himno alemán. Después, cuando rellena las dos secciones puntiagudas de arriba con el color negro, dice que es papá. Tras esto canta el himno inglés de una manera viva y colorea algunas secciones de rojo, diciendo que le representan a él. Al pintar las partes celestes canta el himno griego, agregando que se trata de mamá y M.K. Comenta también que las partes violetas son Paul y canta entonces el himno belga. Mientras dibuja hace varios comenta­rios: en un momento, dice que él, Richard, se está metiendo rápidamente en un país antes de que papá llegue; más tarde, que "Paul acaba de cortar a papá y de sacarlo del país de mamá", y a continuación expresa: "Ahora yo arrebato a éste".

M.K. pregunta dónde está situado todo el imperio y Richard le contesta que en Europa. M.K. entonces le interpreta que Grecia es la mamá invadida y dañada ya que en esos días se está peleando en Creta, y que también representa a M.K. Pero que además, también Richard "arrebata" como lo hace Hitler. Los tres hombres, papá, Paul y Richard, arrebatan y devoran a mamá y la dañan con sus ge­nitales, por lo cual está herida por dentro y esto es lo que hace que tenga miedo de la enfermedad que padece.

Richard se opone a M.K. cuando ésta le dice que él es como Hitler.

            M.K. entonces se refiere a un material anterior, en el cual él devoraba a mamá, pero le señala que este deseo coexiste con el deseo contrario de protegerla del papá malo y de la parte mala de sí mismo.

            Tras esto Richard indica que él -el rojo-, está situado a ambos lados de la mamá celeste.

            M.K. le recuerda que él mismo dijo antes, al dibujar el celeste, que este color representaba a mamá y a ella.

            Richard contesta que también Paul protege a mamá de papá. Luego hace el dibujo 18, cantando únicamente, al hacerlo, el himno noruego y comentando que las partes celestes ahora son M.K. Se trata de un imperio más pequeño y no tiene idea de dónde está si­tuado.

M.K. interpreta: (a) que representa a Europa, la cual es a su vez el interior de mamá invadido y robado pero protegido; (b) que el im­perio totalmente desconocido representa su propio interior, mientras que el himno nacional noruego indica que es todavía pequeño. Asocia esto además con el gran miedo que le tiene a la invasión y que expresó ya la sesión anterior, y también con el temor a que le maten y con la pesadilla, en la cual las operaciones significan que le cortan cl órgano genital y que le invade una familia peligrosa. El celeste ahora representa a M.K. en vez de a mamá, porque ella es la niñera buena (la mamá buena) que le protege junto con Paul. Las partes marrones en cambio son su materia fecal. Siente que toda la batalla contra mamá se hace dentro de él, pues piensa que ha incorporado a todos los miembros de la familia, tanto en su parte protectora como en su parte hostil.

Cuando termina la hora, Richard dice que volverá a traer sus zapatillas. Mete la flota en una caja de cartón que enseña a M.K., y que tiene escrita la palabra "caramelos" y comenta que le gustaría que estuviera llena de dulces en vez de contener la flota.

M.K. interpreta que también desearía que toda su familia interna, incluso los bebés hostiles y los padres que se pelean, fueran buenos y dulces[13].

 

SESION NUMERO VEINTISIETE (Miércoles)

Richard está asustado y preocupado. Está lloviendo, cosa que siempre le deprime, y mientras pone su impermeable a secar expresa el desagrado que le causa la lluvia. Después menciona las palabras "rata ahogada", pero en seguida saca la flota y no quiere decir lo que ellas significan. (Esta manera de murmurar algunas palabras pa­ra luego cambiar rápidamente de tema, había llegado a significar para entonces que no podía evitar expresar algo importante que al mismo tiempo quería negar.)

M.K. le llama la atención sobre lo que esta conducta denota, y le recuerda lo que sintió cuando el Hood fue volado (sesión veinticinco). Los marineros le llamaban: "Richard, Richard, Richard", y también entonces murmuró como lo ha hecho ahora.

Richard replica que ya lo sabe. Los marineros le llamaban para que los salvara, pero aun en el caso de haber estado allí, sólo podría haber salvado a unos cuantos. Y quién sabe si aun esto hubiera sido posible... Todo este tiempo está "en guardia" contra los niños de afuera; menciona que se ha encontrado con algunos al venir, y que les ha tenido miedo.

M.K. interpreta que desea atacar a los bebés del cuerpo de su mamá y hacerla volar con "lo grande" y le recuerda el círculo negro que dibujó ayer y la parte marrón del imperio que le representaba a él. Los marineros, pues, representan a los bebés de dentro de mamá, a quienes le gustaría ahogar con orina. Pero al mismo tiempo desea salvarlos y duda de poder hacerlo, por no poder controlar el odio que siente (nota 1). También teme a estos niños atacados que se pueden vengar de él; M.K. le recuerda la invitación a comer que le hicieron los peces (sesión veintidós). En aquella oportunidad dijo que necesitaba el impermeable porque estaba metido en el agua; no se fiaba de los peces, y temió ahogarse como los bebés. El deseo de salvarlos y resucitarlos se debe al temor de lo que ellos le pueden hacer a él. La expresión "rata ahogada", sin embargo, demuestra que siente que se merece esto por ser malo.

Richard está jugando con los barcos mientras M.K. habla: el submarino Salmon, que es él, ha atacado al Rodney (el cual ahora representa al Bismarck) y lo ha hecho volar.

M.K. le llama la atención sobre lo que está haciendo, y le indica que el Rodney -ahora el Bismarck- que acaba de ser volado, siempre ha representado a su mamá (nota II). También le recuerda lo que sintió cuando hundieron al Hood; en aquella oportunidad ella le interpretó que había relacionado el incidente con el Emden, hundido del dibujo 8, que representaba a mamá muerta, atacada y devorada por sus hijos, las estrellas de mar.

            Richard se opone a la interpretación de que sea él quien hace volar y hundir a su mamá, y dice que es el papá malo el que lo ha hecho.

            M.K. contesta que, en efecto, él cree que el papá vagabundo y Hitler pueden matar a mamá, pero que al hacer volar al Bismarck (Rodney) era él quien estaba atacando a la mamá mala. Esta se ha hecho mala porque Richard no sólo la quiere, sino que además la odia, porque contiene al papá malo y a los bebés peligrosos y vengativos que volverían al atacarlos él. Sin embargo, cuando hundió al Emden-mamá, sintió que no sólo hundía a la mamá mala, sino también a la mamá buena, devorada y muerta por los bebés ávidos que le   representan a él.

            Richard sigue jugando con la flota, reproduciendo el hundimiento del Bismarck según la descripción hecha en los periódicos. El barco vuela por el aire, gira y finalmente se queda de costado, terminado. Menciona además el desastre del Thetis, y habla durante un buen rato y con mucho sentimiento de lo espantoso que es que los hombres hayan muerto adentro sofocados.

M.K. asocia esto con las interpretaciones anteriores sobre los bebés que se mueren dentro de mamá, sin poder nunca nacer.

Richard dice entonces: "Los muertos no pueden volver a atacarnos, ¿verdad?

M.K. le interpreta el miedo que tiene de que la mamá y los bebés dañados, y muertos, se venguen de él, y le indica que es a estos fantasmas a quienes teme. También siente que los bebés que no han nacido y que vuelven del mundo de los muertos son los niños hostiles de la calle, los cuales han nacido, después de todo, pero convertidos en enemigos suyos.

Richard sigue jugando con la flota y hace varios arreglos. Mientras M.K. le habla de los niños muertos y hostiles, coloca todos los barcos pequeños en fila y deja separado uno mayor, que dice que es él.

M.K. interpreta que son los niños enemigos, que están formados en contra de él.

Richard dice que ha tenido sueños desagradables, pero que se le han olvidado... Luego pregunta a M.K. por la casa donde ella vive. Le han dicho que también vive otra persona allí. ¿Comen los dos juntos, o tienen diferentes cuartos de estar? Y mientras pregunta es­to, lleva al Rodney solo hasta el otro extremo de la mesa.

M.K. interpreta que el Rodney, así separado, la representa a ella que está sola, y le indica que le preocupa que de noche se pueda sentir sola en sus habitaciones; por eso desearía que alguien la acompañara.. Sin embargo, al separar al Rodney demuestra que desea al mismo tiempo lo contrario.

Richard, mientras escucha, hace que el Nelson, y después los barcos pequeños, sigan al Rodney.

M.K. interpreta que acaba de devolver los hijos no sólo a su mamá, sino también a ella, pues el Rodney también está en representación suya.

Richard dice que, en efecto, han venido a visitarla su hijo y otros miembros de la familia, y le formula más preguntas sobre el hijo de M.K., queriendo saber si ella le habla de Richard. También quiere saber si entre los dos hablan en austríaco...

M.K. se refiere a lo que anteriormente ya le ha dicho sobre este tema, y además le interpreta que si piensa que ella se comunica con su hijo en austríaco, es para no pensar en la lengua alemana, porque esta lengua le hace tomar conciencia de que no se fía de ellos por ser extranjeros y quizás hasta espías. Más aun: teme no sólo que M.K. le delate ante su hijo, sino además que mamá se alíe con Paul y papá en su ausencia.

Richard se opone a esta interpretación, pero sin mucha convicción. Y luego habla de la quinta columna, diciendo que espera que no haya muchos miembros de la misma; ¿qué le parece a ella?

M.K. contesta que, en efecto, todos desean lo mismo.

Richard le pregunta entonces, desconfiadamente, qué es lo que ella desea, que haya muchos o que no los haya.

M.K. le interpreta que acaba de poner en evidencia hasta qué punto desconfía de ella y de su hijo y los considera extranjeros y espías en potencia. Los dos representan para él, además, al papá y a la mamá desconocidos, que tienen secretos; no puede tampoco estar seguro de si su madre contiene o no al papá-Hitler adentro. A menudo, cuando no está con sus padres, desconfía de ellos, y piensa que mamá le puede delatar a papá. También a veces le parece Paul un espía del que no se puede fiar. Todo lo cual está asociado con el deseo que él mismo tiene de espiar a Paul y a sus padres y con no sentirse por ello digno de confianza.

Richard está de acuerdo con que él a veces espía y Paul también, pero dice que nunca sospecharía que su madre lo hiciera. De pronto, y con gran determinación, dice que quiere contar algo a M.K. que le preocupa mucho: tiene miedo de que la cocinera o Bessie le envenenen, por portarse él horriblemente con ellas o ser mal educado tan a menudo. Esto hace que de vez en cuando examine bien la comida para ver sí tiene veneno; en esas ocasiones mira dentro de las botellas de la cocina para ver qué contienen, pues pueden estar llenas de veneno que la cocinera puede mezclar con su comida. A veces piensa también que Bessie, la muchacha, es una espía alemana. Por eso, ocasionalmente, mira por el ojo de la cerradura para averiguar si las dos hablan en alemán entre ellas. (Tanto una como otra son inglesas y no saben. ni una palabra de alemán, cosa que pude averiguar más adelante.) Es evidente que Richard se está forzando a sí mismo para contar todo esto, y lo hace con aspecto torturado y preocupado. Se levanta, se aleja de M.K. al hablar, yéndose hacia la ventana, y cada vez que la ansiedad aumenta parece quedar exhausto. Dice que estos temores le hacen sentirse muy infeliz y pregunta si M.K. le puede ayudar a vencerlos (nota III).

M.K. contesta que el trabajo con ella puede ayudarle, pero que él además está tratando de preservar a la mamá celeste que le ayuda, para que le proteja de los padres malos y de la parte mala de sí mismo.

Richard, llegado este momento, parece incapaz de decir ya nada más. Está todo el tiempo mirando por la ventana para ver si pasa algún niño. Luego sale corriendo al jardín, señala algunas flores silvestres que crecen en la hierba y se pregunta que quién puede ha­berlas estropeado, pues están "horribles" (cosa que, en realidad, no es verdad). Vuelve al cuarto, y dice: "Por favor, vamos a jugar". Primero hace que el submarino Salmon dispare contra el Rodney, el cual otra vez representa al Bismarck. Pero de repente todo se confunde, pues el Salmon, que debería de disponer contra un destructor alemán, dispara por equivocación contra el Rodney, que ahora es británico. Richard comenta, entonces, que al mando de él está el "más tonto de los comandantes", pues ¿cómo, si no, ha podido cometer tal error?

M.K. interpreta que no sólo desconfía de la cocinera y de Bessie sino también de sus padres, y esto a causa de que quiere hacerlos volar con "lo grande" y envenenarlos con orina, sustancias ambas que siente que se vuelven venenosas cada vez que los odia. Por esta razón espera que ellos le hagan lo mismo a él. La botella que trata de examinar es, además, el pene de su padre y el pecho de su madre, relacionándose también todos estos temores con el miedo que le tiene a la lluvia, ya que ésta, cuando cae del cielo, representa a sus padres que orinan sobre él como él quisiera hacerlo cada vez que tiene celos de ellos o les tiene rabia por acostarse juntos. Acaba de decir, además, que teme que la cocinera y Bessie se venguen de él por ser él mismo desagradable con ellas; pero también ha admitido otras veces que a menudo siente que se pone difícil con sus padres, y que deja exhausta a su mamá con sus discusiones. Sabe, además, que quiere espiarlos, y por ello teme que ellos le espíen a él. Pero el temor más grande y la culpa mayor la siente porque inconscientemente desea atacarlos con materia fecal y con orina y además devorarlos y matarlos. Por todo esto, el "comandante tonto" del Salmon representa a una parte de sí mismo, a la cual culpa por haber atacado a sus padres (su propio barco) convirtiéndolos así en enemigos suyos, y causándose a sí mismo, de esta manera, tanta persecución externa e interna.

En cierta medida Richard se ha ido calmando hacia el final de la hora. Está aliviado, además, porque ha dejado de llover; pero aunque un poco menos tenso, está todavía preocupado y triste. Sólo en este momento menciona que su madre sigue todavía enferma e incluso un poco peor. M.K. le indica entonces que esto contribuye también a que haya tenido los temores que ha expresado durante la sesión. Antes de marcharse, Richard pone juntas dos sillas, como hace con frecuencia, y dice que él y M.K. (las sillas) son amigos.

 

Notas de la sesión número veintisiete

1. Esta desesperanza es parte inherente de la depresión y se vivencia por primera vez en la posición depresiva. Como el niño siente que sus impulsos destructivos más tempranos son omnipotentes, en cierto sentido cree que son irreparables. De modo que cuando en cualquier

etapa posterior vuelve a revivirlos, guardan aún parte del ca­rácter omnipotente que les adjudicara en la primera infancia. Además, la sensación de que los impulsos destructivos no pueden ser suficientemente controlados, aumenta esta reviviscencia de las ansiedades primarias.

II. El juego con la flota, los dibujos y los juguetes, junto con las asociaciones hechas con cada una de estas actividades, expresan a veces el mismo material, corroborándose de esta manera entre si sus significados. En otras ocasiones, cada actividad saca a luz contenidos nuevos que le permiten tomar conciencia de diferentes aspectos de sus fantasías y de sus situaciones emocionales. En este informe no siempre puedo mostrar con bastante detalle la manera como los contenidos inconscientes, expresados por ejemplo, mediante el juego de la flota, quedan ampliados y corroborados por otros medios de expresión; repetidamente ocurrió, en efecto, que "cansado" de jugar con los juguetes, por ejemplo, o habiendo protestado por alguna interpretación hecha al juego, Richard iniciara cualquier otro tipo de actividad, la cual terminaba por confirmar mis interpretaciones. Una de las características del análisis de niños, es que las diversas actividades que éstos hacen, permiten al analista ver cómo se establece una interacción entre las resistencias y la creciente toma de conciencia de si mismo, y además de observar la gran necesidad que tiene el inconsciente de expresarse.

III. A pesar de las resistencias que surgían inevitablemente, Richard trató, desde el comienzo de su análisis, de revelar totalmente sus pensamientos y sus ansiedades. Sin embargo, no fue capaz de contarme ciertas angustias conscientes, tales como el temor a ser envenenado, hasta no haber analizado cierta cantidad de contenidos inconscientes, relacionados en particular con persecuciones internas e impulsos destructivos, y aun entonces no sin bastante dificultad. Podemos suponer que Richard se sentía particularmente mal respecto del miedo a ser envenenado, por sentir que tal miedo era irracional y anormal, y por ello trataba de mantenerlo en secreto. Esto está asociado con algo que observamos en general y es que, aun los paranoicos más severos, a menudo consiguen ocultar a la gente del ambiente en el que viven la fuerza de sus angustias persecutorias, y pueden llegar a un extremo tal que, de cometer suicidio o un asesinato, esta acción toma de sorpresa aun a la gente que está más cerca de ellos.

 

SESION NUMERO VEINTIOCHO (Jueves)

Richard pide a M.K. que le saque la flota del bolsillo del abrigo, porque él está tratando de ver sí hay niños en la calle y no quiere perder nada de vista. Algunos niños, en efecto, van camino del colegio, y la niña pelirroja corre delante de todos. Richard dice: "Ahí va mi enemiga, corriendo para salvar su vida", y añade que los demás la están persiguiendo. Si pudiera, él también la perseguiría.

M.K. interpreta que siente que está amenazando a la niña y que quiere matarla, y que luego atribuye a los demás niños el deseo de perseguiría y de hacerlo. (Se trata de la niña que le preguntó si era italiano; véase sesión diez.) Además le dice que le teme y la odia, porque lo representa a él mismo, que teme a los extranjeros y a los espías; y éstos, en la ultima sesión, resultaron ser envenenadores además. En este sentido, también él se siente extranjero y teme ser venenoso.

Richard está de acuerdo con que teme a los extranjeros y a los es­pías, pero afirma rotundamente que no teme a M.K. En este momento va a asegurarse de que la puerta esté bien cerrada.

M.K. interpreta que se está asegurando de que no puedan entrar niños ni espías.

Richard dice que Paul llega hoy y que por esto mamá se irá a casa también hoy o mañana. Pero agrega que no le importa, pues viene a quedarse con él su antigua niñera, a la que quiere mucho. Al decir esto, ordena casi toda la flota en un lado y coloca un crucero y cuatro destructores en el otro, todos en posición de combate.

M.K. interpreta las dudas que siente a causa de que su madre se vaya. La flota de guerra representa a sus padres, a Paul y a las muchachas, todos unidos contra él[14].

Richard indica entonces que él tampoco está sólo, y que tiene quien le ayuda.

M.K. interpreta que los cuatro destructores -sus ayudantes- representan a la antigua niñera o a M.K., a sus canarios y al perro. A veces siente que mamá o la cocinera están de su lado, y de la misma manera, al principio de la sesión, sintió que M.K. podía ser una aliada de confianza que le ayudaría contra cualquiera que quisiera irrumpir en el cuarto. Los celos que tiene de Paul y la rabia contra él han aumentado por el temor de que éste se alíe con sus padres en contra suya. Le hace recordar, además, que a menudo Paul le hace rabiar y esto no sólo en el pasado, sino actualmente; en esos momentos, la niñera se pone de su lado. Como ahora viene a quedarse con él, siente que es su aliada.

Richard invierte la situación de la flota. Ahora el crucero representa a Paul y todos los demás barcos están contra él. En ese mismo momento coge las llaves y pregunta que si saliera y cerrara la puerta se quedaría afuera sin poder entrar.

M.K. interpreta que este deseo de saber si ella le dejaría fuera del consultorio expresa un temor antiguo suyo: que le echen de su casa. También puede estar deseando encerrar a M.K. en el cuarto.

Richard se ríe ante esta sugestión y conviene en que sería bueno encerrarla, pues así se tendría que quedar adentro hasta que él volviera el próximo día.

M.K. interpreta que desea que ella no vea a John ni a sus demás pacientes, y que quiere asegurarse de que le estará esperando a él. (Con esto Richard se muestra vivamente de acuerdo.) También querría encerrar a mamá en el hotel para que no pudiera ir a querer a Paul y a papá.

Richard vuelve a la flota. El submarino Salmon está ahora solo y ataca al Rodney. Tras esto lleva a cabo acciones similares a las que hizo al hundir el Bismarck. El Rodney es hundido, y a esta acción sigue una gran batalla en la cual entran otros barcos. Al final comenta que han quedado en el camino varios restos de ellos y que deben ser sacados de allí.

M.K. le pregunta dónde van a ser llevados.

Richard responde que a los cementerios, para ser enterrados y para que así estén seguros. Mientras el Rodney se hunde, emite sonidos de "gallos y gallinas", y la gallina grita cada vez en forma más deses­perada. Richard comenta que le están cortando el cuello, y que el gallo la está matando. De pronto corre las cortinas y pide a M.K. que le ayude a oscurecer la habitación. Está muy excitado y mira a la flota, la cual, según dice, no se puede ahora distinguir. No se puede ver qué es lo que está pasando. Pregunta a M.K. si está llorando, repitiendo la pregunta un poco más tarde. Después hace otra vez el so­nido del "gallo y la gallina", cada vez con más desesperación (nota 1).

M.K. interpreta que quizá se siente aterrorizado por las noches, esperando que mamá llore al ser dañada o muerta por el papá vagabundo. Pero que por lo que ha dicho y acaba de mostrar, se ve que no sólo teme que papá mate a mamá, sino también hacerlo él mismo. Ha mostrado, en efecto, los celos y el miedo que siente al ir mamá a juntarse con papá y con Paul, mientras que el Salmon, que es él mismo, acaba de hacer volar al Rodney.

Richard dice, entonces, con tono vacilante, que el Rodney es británico. Después se corrige y dice: "No; quise decir alemán. No..., no sé...".

M.K. le indica que él (el Salmon) acaba de hacer volar al Rodney que es británico, es decir a la madre amada, porque la odia cada vez que tiene celos y duda de ella.

Richard dice que la batalla del Cabo Matapán ha debido de ser terrible. Como nadie podía ver lo que hacía, los italianos se empezaron a atacar entre sí.

M.K. interpreta entonces que por la noche le asusta mucho que papá pueda destruir a mamá, y que él mismo pueda atacarla. Le hace recordar la manera en que reprodujo la catástrofe del Hood, cuando "lo grande" representaba explosivos. En aquella ocasión, volar el barco que representaba a su madre, implicó que "también destruía a los bebés" (sesión veinticinco), pues los marineros le pedían ayuda gritando Richard y papá. Ahora desea que los muertos sean enterrados y colocados, por lo tanto, en un lugar seguro, lo cual expresa el temor de que los bebés muertos vuelvan a atacarle, repre­sentados por los niños de la calle o por fantasmas (ver sesión anterior).

Richard está totalmente de acuerdo con que los marineros son los niños.

M.K. sigue interpretando que al oscurecer la habitación ha querido mostrarle a ella cómo se siente cuando de noche tiene miedo. Como entonces no puede ver lo que realmente les pasa a sus padres, tampoco puede saber sí sus deseos agresivos se han cumplido o no. Además, no sabe sí está atacando a la madre amada o a la odiada, si con mamá está el papá bueno o el malo, ni, en definitiva, quién mata o ataca a quién. [Confusión]. Todo este temor e incertidumbre los ha expresado al mencionar la batalla de Matapán, que representa la situación de hace un momento en la oscuridad, cuando no supo decir si M.K. lloraba o no; también al no saber cuál era el barco destruido, si el Rodney o el Bismarck, ha mostrado el mismo problema.

Mientras M.K. interpreta esto, Richard enciende la luz y manifiesta un gran placer al ver el cuarto iluminado. Comenta que ahora está todo muy lindo, mientras que antes estaba horrible. Luego apaga otra vez y dice que antes solía sentirse aterrado por las noches. La niñera debía sentarse al lado de su cama hasta que se dormía, pero él solía despertarse lleno de terror y gritando hasta que alguien viniera. Esto le ocurría alrededor de cuatro o cinco años atrás. Añade que ahora no le pasa, pero no parece muy convencido de lo que está diciendo (nota II).

M.K. interpreta que se ha sentido muy aliviado al encender la luz. Los antiguos temores, que ahora está volviendo a vivir, son menos fuertes que antes porque M.K. está con él y porque puede encender la luz cuando quiere y hablar con ella de su miedo.

Esto quiere decir que M.K. representa ahora a la niñera o a su mamá en sus mejores momentos, tal como quisiera que fueran de noche, cuando está solo. No ha experimentado únicamente miedo en el pasado; el miedo sigue vivo, tal como lo ha demostrado al jugar y hablar.

Richard menciona entonces que su mamá está hoy mejor que ayer.

M.K. interpreta que ayer sintió que la garganta enferma de su madre significaba que ella también estaba envenenada, ya que mucho del contenido de la sesión se refirió al temor de ser envenenado y de ser él mismo venenoso.

Richard está de acuerdo con esto, más añade inmediatamente: "Pero envenenado por Bessie".

M.K. le recuerda que antes le contó que había estado cuidando a su madre, pero que no le dijo de qué manera.

Richard se muestra muy vacilante. Después dice que fue a la far­macia a comprarle algo que debía aspirar por la nariz, y añade: posiblemente alguna sustancia venenosa.

M.K. le pregunta si se trataba de una botella.

Richard contesta que sí.

M.K. entonces le interpreta que, como se siente venenoso cada vez que está enfadado y tiene celos, cree que no puede ayudar a su madre ni aun cuando desearía hacerlo. En su imaginación, la botella que compró en la farmacia se ha convertido en veneno.

Richard se pone muy inquieto, camina de arriba abajo y dice que no quiere oír esto. Le enferma lo que M.K. le dice.

M.K. interpreta que acaba de usar la palabra "enferma" porque siente que las palabras de M.K. son ahora lo mismo que la comida venenosa que le meten adentro las muchachas -en realidad mamá- como castigo por envenenarlas él, y por haber envenenado también a M.K. en la sesión anterior.

Richard, tras una pausa, logra tranquilizarse. Abre entonces las cortinas, y pregunta a M.K. si no le produce dolor que sus pacientes piensen cosas tan agradables y se las digan.

M.K. interpreta que teme herirla igual que teme herir a mamá, no sólo mediante sus palabras, sino también mediante ataques inconscientes contra ella. Añade que su trabajo consiste precisamente en averiguar lo que los pacientes piensan y sienten.

Richard dice entonces que el día anterior pensó que era una bruta malvada, y no sólo cuando ella le hablaba de su deseo de ser venenoso. Se preguntó entonces lo que haría ella si él le tirara cosas o la atacara de cualquier otra manera. Quisiera saber si John ha tratado alguna vez de llegar a hacerle daño realmente.

M.K. le contesta que no permitirla que él ni ningún otro paciente la atacaran físicamente (aquí Richard se pone contento y más tranquilo), y le sugiere que teme ser llevado por sus sentimientos agresivos; como teme que éstos sean muy peligrosos, se está preguntando cómo ella podría defenderse. Siempre ha tenido miedo, como se ha visto ya en el análisis, de que su madre no pueda defenderse de los ataques del vagabundo-papá o del Hitler-padre. El deseo de atacar físicamente a M.K. se ha hecho más consciente, en el momento en que daba puntapiés a la pelota y la llamaba "bruta malvada".

Richard hace otra vez los sonidos del "gallo y la gallina"; al principio parecen desesperados, pero después imitan un sonido alegre de gárgaras. Explica que ahora la gallina está muy contenta; acaba de poner un huevo y va a tener un bebé. Por eso ha llorado al principio. Comenta que la vecina de al lado, la Sra. A, tiene dos gallinas y esperaba que tuvieran trece pollitos, pero sólo han nacido dos.

M.K. le pregunta por qué le parece que ha podido pasar esto.

Richard contesta, con dificultad, que no lo sabe. Piensa que los huevos deben de haber estado mal. Luego se arrodilla en la mesa, cosa que no suele hacer, y empieza a jugar con la flota. El Rodney es una vez más atacado por un destructor. En este momento se da cuenta de que se ha ensuciado las rodillas al arrodillarse y va a lavarse al lavabo, comentando después que el agua ha quedado horrible.

M.K. interpreta que siente que el agua de la canilla ha quedado horrible por haberla ensuciado él con las rodillas, y le señala que todo esto ha seguido al hundimiento del Rodney (mamá). En su imaginación, siente que está envenenando a su madre con la orina y con "lo grande", mientras que las rodillas representan su trasero. Estar de rodillas también significa pedir perdón por los ataques que ha hecho a M.K. En el incidente de las gallinas que sólo han tenido dos pollitos a pesar de que se esperaba que tuvieran más, estos animalitos representan a mamá, la cual siente que hubiera tenido muchos más niños de no haberlos él envenenado. También piensa que es él quien ha envenenado los huevos, estropeándolos.

Richard vacía el agua sucia y empieza a jugar en el lavabo, llenándolo de agua y vaciándolo mientras habla de inundaciones.

M.K. interpreta que teme a la lluvia y la odia, en parte porque representa la orina venenosa de su padre que todo lo inunda.

Richard se va afuera a ver cómo corre el agua del desaguadero y después vuelve a entrar y llena de nuevo el lavabo. Está más tranquilo, y dice que ahora el agua parece muy linda y que hasta se podría meter dentro un pez de color.

M.K. interpreta que tiene menos miedo de envenenar e inundar a mamá, y que se siente capaz de limpiarla y de arreglar los daños causados, dándole a ella y a M.K. un pez de color, que representa a un bebé.

Richard está mucho menos preocupado al irse. Va parte del camino con M.K. y antes de llegar a una esquina de la calle grita: "Bang, bang".

Cuando M.K. le pregunta a quién está disparando, le responde que del otro lado de la esquina hay enemigos, y que pueden estar en cualquier parte; por ello, sigue disparando en todas las direcciones.

 

Notas de la sesión número veintiocho

1. El juego de Richard era a veces tan variado y las actividades se seguían unas a otras tan de prisa, que por lo general sólo podía yo elegir una parte del material para interpretárselo. Por la misma razón, casi nunca pude terminar de interpretar sus dibujos, cosa que también nos es familiar en el análisis de los sueños. Cuando la actividad lúdica del niño está en su momento más rico -cosa que ocurre a menudo tras hacer interpretaciones que logran disminuir la ansiedad-, la abundancia de asociaciones que se dan simultáneamente se expresa con la misma rapidez con que se van sucediendo. Los pacientes adultos se quejan a menudo de estar pensando al mismo tiempo muchas cosas, de las cuales se ven forzados a seleccionar sólo unas cuantas para poder ponerlas en palabras. Esto significa a veces que están vivenciando además, simultáneamente, una cantidad de emociones contradictorias. Repetidamente he expresado la opinión de que uno de los rasgos que tiene la complejidad de los procesos mentales más tempranos, consiste en que muchos de ellos operan al mismo tiempo. Esto nos enfrenta con ciertos problemas que re­quieren una mayor aclaración en el futuro.

II. Como el análisis ha movilizado las primeras ansiedades nocturnas de Richard (las cuales también podrían haberse expresado mediante un pavor nocturnus), éste vuelve a recordar que cuando era pequeño su niñera debía sentarse a su lado hasta que se durmiera, cosa que no había olvidado pero que tampoco había mencionado hasta ese momento. Resulta de interés ver cómo este recuerdo entra en el contexto de esta sesión particular, en la cual está otra vez vivenciando ansiedades, deseos e impulsos muy tempranos. Todo esto nos lleva además a ver el problema de los recuerdos nuevos que van surgiendo con el análisis. Su mayor valor reside, a mi parecer, en todas las posibilidades que ellos ofrecen al analista, para explorar las experiencias y las emociones sobre las que se construye cada uno de ellos. Si esto no se hace, la aparición de recuerdos durante el análisis pierde importancia. La exploración de los estratos profundos de la mente lleva a vivenciar otra vez, en forma muy vívida, situaciones internas y externas que podríamos denominar recuerdos de sentimientos. Tal revivencia puede darse tras haber llevado a cabo el análisis de recuerdos actuales, o inversamente, puede darse que sean los recuerdos concretos los que surjan como resultado de la revivencia de emociones tempranas. El concepto de recuerdo encubridor, de Freud, implica en sí que si queremos llegar a su significado más completo, debemos descubrir las emociones, experiencias y situaciones que se encuentran detrás de los mismos.

 

SESION NUMERO VEINTINUEVE (Viernes)

M.K. y Richard se encuentran en la calle. Por lo general, cuando esto ocurre, el niño suele correr hacia ella, pero esta vez no lo hace, limitándose a decir: "Aquí estamos". En el cuarto de juegos quiere, antes que nada, ver si tanto él como M.K. han llegado puntualmente. Luego se queda en silencio, tras lo cual dice que no ha traído la flota. M.K. le pregunta si se le ha olvidado.

Richard contesta que no, pero que no ha tenido ganas de traerla. (Está claramente dispuesto a no cooperar.)

M.K., tras una pausa, le pregunta en qué está pensando.

Richard al principio contesta: "En nada", pero después dice que pensó en algo que no le quiere decir. Da vueltas por el cuarto, explorándolo y mirando por todas partes; luego se va a la cocina y abre la canilla. Coloca el tapón bajo el chorro que cae y derrama agua en dirección a M.K., poniendo un dedo debajo.

M.K. interpreta que hacer eso es como si estuviera orinando y le sugiere que quizá no quiera hablar con ella, porque siente que sería como salpicaría con orina.

Richard dice que el agua parece estar sucia y repite que ha pensado en algo que no quiere contarle, y es que no quiere decirle nada que le lleva a ella, a su vez, a hablarle de más cosas desagradables sobre veneno. No quiere enterarse de tales pensamientos[15].

M.K. interpreta que en la ultima sesión comentó que el agua del lavabo parecía horrorosa tras haberse él lavado las rodillas. El lavabo es ella, llena de orina venenosa tras haberla él ensuciado, y que por ello ahora teme que no puedan salir de ella más que palabras llenas de veneno. Lo mismo le pasa con mamá cada vez que desconfía de sus palabras y las teme, pues tanto ella como M.K. representan, además, todo lo que le va pasando a él mismo por la mente, pensa­mientos desagradables e inquietantes que prefiere ignorar.

Richard sale del cuarto y pide a M.K. que destape el lavabo para ver por dónde se va el agua del desagüe.

M.K., transcurrido un rato, le pregunta si su madre se ha ido ya.

Richard, muy enfadado y poniéndose colorado, contesta que si; que se ha ido con Paul. Al hablar rechina los dientes y hace un sonido parecido a un gruñido. Dice que se siente rebelde y que se irá de casa de M.K. cuando le dé la gana. Trabajar con ella es demasiado desagradable y nadie le va a impedir marcharse cuando quiera. Tras esto se sienta a dibujar (dibujo 19). Al cabo de un rato añade: "No me quiero ir en este momento". Comienza su obra haciendo la forma de estrella de mar que hace siempre (a). Después escribe: "Paul es asqueroso, yah, yah, yah"[16], y explica que "yah", en alemán, significa "si", y que Paul es un alemán asqueroso. Otra vez está muy enojado y colorado, y abre y cierra la boca, pero, sin duda, exagera y dramatiza demasiado sus sentimientos. Tras haber expresado el odio que siente hacia Paul, dice de repente: "Pero también le quiero; es bueno". Mientras habla está dibujando (b) una forma mitad pez y mitad culebra, a la cual pinta de negro. Hace la línea divisoria (c) y dibuja la figura (d). Mientras pinta de verde la cara y el cuerpo, aclara que es su mamá que está enferma y que por eso está de color verde. Al pintar de negro vigorosamente las piernas y los pies, hace los sonidos de "gallo y gallina", cada vez más y más furioso. Comenta que las piernas están negras por haber estado pisoteando al papá negro. Tras esto pinta de rojo el cuerpo que estaba verde, y, apretando mucho el lápiz, escribe a su lado: "Mamá dulce". Al hacerlo tiene una expresión divertida e irónica, y resulta bien evidente que sabe que lo que acaba de escribir es una mentira.

M.K. le pregunta qué está pasando ahora entre el gallo y la gallina.

Richard contesta: "Ella le ha matado", añadiendo tras una pausa: "porque es muy mala". Entretanto ha escrito (e): "M.K. es una bruta", pero inmediatamente, con ansiedad y rabia, lo tacha.

M.K. interpreta que siente que tanto la mamá dulce como la M.K. bruta son malas. Cree que su mamá es peligrosa y sospecha que mata y devora a papá, tras lo cual se enferma y se vuelve verde. Y si después su cuerpo se pone rojo, es porque Richard piensa que contiene el pulpo-papá rojo que se la come por dentro. También pisotea a papá, lo devora y se pone negra, porque Richard piensa que está furiosa orinando y defecando tal como lo hace él. Por todo esto es por lo que teme que M.K. y mamá le envenenen. [Ansiedad persecutoria y proyección.]

Richard ha seguido dibujando (a). Dice que sólo hay dos personas peleándose por el imperio: el papá negro y él mismo. Los dos desean quedarse con las partes de la costa (señala las partes exteriores) Luego, tras indicar las secciones negras de arriba dice que el genital de papá es muy gracioso, tan puntiagudo como es. El, Richard es inteligente y rápidamente arrebata casi todos los trozos de la costa mientras que mamá se queda sólo con algo en el centro; entonces después de decir esto, le da un poquito de costa añadiendo que de todas maneras él se queda con la mayor parte.

M.K. interpreta que las partes rojas de costa que le representan a él, son un genital más grande y más poderoso que el de papá el cual es gracioso y puntiagudo. Pero el color rojo era antes el pulpo papá y también el genital de éste comido por Richard. Por lo tanto, el rojo es ahora su órgano sexual, el cual, cómo pensó de chico, le cortaron al operarle. También el rojo puede estar simbolizando a su pene cuando está excitado y juega con él. En realidad él sabe bien que su pene es menor que el de su padre, y esto se ve en las dos secciones pequeñas del ángulo inferior derecho de la estrella de mar. Parece que, además, le está dando a su madre un pene tras decir que ella sólo tiene algunas partes del centro, lo que significa que pene no tiene. Inconscientemente parece haber decidido que tenga uno, después de todo.

Richard no protesta ante esta interpretación. Aunque no ha admitido haber visto el órgano sexual de ninguna mujer ni de ninguna niña, parece estar bien al tanto de la diferencia que hay entre los órganos sexuales femeninos y masculinos.

M.K. sigue interpretando que Richard no sólo está furioso con Paul y celoso de él, y por esta razón le ha excluido del imperio (esto significa echarle de casa), sino que además está sobre todo celoso de papá, y furioso con él. El imperio que ha dibujado hoy representa el interior de Richard, donde siente que ha incorporado a una mamá enferma, envenenada y enfadada, con un papá malo o muerto. M.K. le recuerda, a este respecto, que el día anterior los cadáveres que debían ser enterrados estaban relacionados con el temor a que los muertos volvieran a la tierra. El haber estado moviendo las mandíbulas antes de dibujar y durante la ejecución de esta tarea, demuestra que se ha comido a su familia en plena rabia.

Richard garabatea en el cuaderno con movimientos rápidos vehe­mentes mientras M.K. habla. En el medio dibuja una figura humana y varias letras que rápidamente tacha.

M.K. interpreta que quiere atacarla a ella y a su mamá con "lo grande".

Richard entonces hace puntos en el papel, lo arruga y lo tira, muy enojado y angustiado.

M.K. interpreta que está tirando a ella y a mamá, las cuales están ennegrecidas, dañadas y, por lo tanto, enfadadas; y que además está tratando de sacarlas fuera de su cuerpo.

Richard dibuja en otra hoja, pero en seguida da un salto y quiere irse afuera. Pidiéndole a M.K. que salga con él, añade: "Vamos a salir de este sitio espantoso".

 M.K. interpreta que el sitio espantoso es su interior, y que cree que es espantoso por estar lleno de gente muerta y enojada y de veneno, tanto suyo como de ellos. Si desea sacarla a ella también fuera del cuarto, es porque quiere traer a su lado a la mamá buena y protectora, salvarla y tenerla consigo en el mundo exterior.

Richard admira el campo, las colinas y el sol. Pide a M.K. que no le haga interpretaciones en el jardín, pues la gente les podría oír, pero no la detiene cuando ésta, en voz baja, le dice que no quiere oír sus interpretaciones porque simbolizan las cosas malas, las cuales contrastan con la M.K. externa y buena, y con el hermoso paisaje.

Richard trata de sacar las malas hierbas que crecen en los canteros, pero se detiene cuando M.K. le pide que no lo haga. Ha llegado a sacar, sin embargo, una planta, la cual no sabe si se trata de una hierba mala o de una flor. Entonces coge algunas piedras que hay entre las flores y las tira con rabia contra la pared.

M.K. interpreta que está explorando el interior de ella y el de su mamá y sacando de adentro a los bebés. (En este momento se oyen las voces de una mujer y de varios niños.)

Richard dice: "Son niños malos".

M.K. interpreta que los ataques que hace al interior de su madre se deben, en parte, a los celos que siente, y en parte, al miedo de que contenga bebés-estrellas malos, es decir, peligrosos, que la devoran; los saca, por lo tanto, para protegerla. Le recuerda que esto mismo lo ha expresado ya en sus dibujos.

Richard sigue tirando piedras a la pared y dice: "Este es el pecho de mamá".

M.K. le recuerda que ya la salpicó a ella con agua, y que antes de hacerlo había dejado correr el agua por sobre la tapa redonda que representa su pecho. Esto significa que siente que está orinando y envenenando el pecho, tal como cree que lo hizo de bebé, todo lo cual está relacionado con el miedo que tiene de que la cocinera, que representa a mamá, se vengue a su vez de él envenenándole la comida. Por esto sospecha que cualquier comida está llena de veneno. En este momento, los ataques al pecho se deben a la furia y a los celos que le provocan los bebés que mamá puede todavía tener, a los cuales, de nacer, tendría que alimentar. Lo mismo siente hacia M.K. cuando piensa que ve a John y a otros pacientes, siendo su enojo tanto mayor cada vez que piensa que está por irse a Londres a ver a éstos y a su familia.

Richard repite una y otra vez la admiración que siente por el paisaje. Se sienta con M.K. en el escalón de la puerta, en este momento sintiéndose bastante pacifico, y dice que quisiera escalar una de las montañas más altas. ¿Cuánto tiempo tomaría el hacerlo? ¿Podría M.K. hacerlo también? Esta pregunta la formula varias veces mientras encuentra un palo, el cual hinca profundamente en la tierra, muy cerca de los canteros de flores, mientras dice que lo está metiendo en el pecho de mamá. Luego lo saca otra vez, busca un poco de tierra y rellena con ella el agujero que ha dejado.

M.K. interpreta que el palo representa sus dientes y su pene, y que está atacando el pecho mordiéndolo y metiéndole dentro el pene.

Richard dice una vez más que quiere subir a la montaña con ella.

M.K. interpreta que desearía tener un pene de persona mayor. Las ganas de subir a la montaña, expresan el deseo de tener con ella (que representa a mamá) una relación sexual de adultos que no sea peligrosa ni hecha a mordiscos, sino con amor. Este deseo está aso­ciado con la admiración que siente por el campo y las montañas. Mediante esta relación sexual externa "buena", quiere además reparar todo el daño hecho a su madre, y en primer lugar a su pecho.

Antes de volver a entrar en la casa, Richard trata de ver si la puerta del costado puede dejarse abierta de manera de poder él entrar en el cuarto de juegos las veces que llega antes de M.K.[17]

M.K. interpreta que desearía poder tener siempre acceso al pecho y a su madre, pues así no se sentiría frustrado y con ganas de destruir a éste ni su cuerpo entero. (Todo este intervalo en el jardín y en la escalera ha durado de quince a veinte minutos.)

Richard se sienta en la mesa y mira los dibujos; M.K. le interroga sobre lo que significa el último.

Richard dice que los dos aviones de arriba han chocado. El es el más pequeño, el británico, mientras que el otro es mamá. Aquí mira a M.K. asustado y dice que si sucediera esto, los dos morirían. Se pregunta, entonces, si el avión grande británico que está en el otro lado es Paul.

En ese momento termina la sesión. Al salir con M.K., cosa que se ha convertido ya en parte de la situación analítica, exclama con alivio:. "Ahora hemos terminado". En el camino, mirando su gorra, dice que le queda tan pequeña que la tiene que estirar, cosa que hace con las dos manos. Luego cuenta a M.K. que se van a encontrar con la niñera y le pregunta si de ocurrir esto hablará con ella, pues la niñera le ha dicho que tiene muchas ganas de conocerla. En este momento, en efecto, aparece la niñera y Richard se queda muy contento al ver que las dos mujeres cambian entre sí unas palabras.

(Tras esta sesión hay una interrupción de varios días, a causa de que Richard se resfría después de la sesión veintinueve y tiene que permanecer en la cama. Durante su enfermedad expresa el deseo de ir a ver a M.K.., pero la niñera no se lo permite y decide llevarlo a su casa en un auto.).

 

SESION NUMERO TREINTA (Jueves)

Richard parece angustiado cuando se encuentra con M.K. Le cuenta con detalles su enfermedad: tuvo laringitis y muy poca fiebre, pero le hicieron quedarse en cama, sintiéndose muy triste al no poder salir con su padre y con Paul en un tiempo tan hermoso[18]. Comenta que Paul es muy bueno y que ayer lo pasaron muy bien juntos, pes­cando. Luego describe cómo se echa el anzuelo. Aunque había muchos pececitos no pescaron ninguno, pero cuando papá fue con Paul sacaron un salmón muy grande; sin embargo como no tenían permiso para pescar salmones, tuvieron que romper el hilo. Era un pescado estupendo, y Richard se pregunta si habrá logrado deshacerse del anzuelo o si se habrá muerto con él clavado en la garganta. Cuando él fue a pescar con Paul hizo muy buen tiempo y todo resultó muy agradable. Le dijo a su hermano que hubiera sido muy lindo que "Melanie" estuviera con ellos, pues podría haber ido en auto. Al llegar a este punto pregunta a M.K. si le importa que la llame Melanie.

M.K. le contesta que no le importa. En cuanto al deseo de que hubiera estado con él, le recuerda que ya un fin de semana anterior había deseado que entrara en su jardín sintiendo que era como si ella "estuviera por allí" (sesión siete). Todo esto significaba para él tener una buena mamá adentro, que siempre está con él. Esta vez ha querido compartir a M.K. con Paul, y esto significa, también, querer repartir entre los dos a la mamá buena.

Richard hasta este momento apenas ha mirado a M.K. o al cuarto, lo cual es extraño en él. Pregunta a M.K. qué suele hacer siempre a esta hora (ha venido esta vez por la tarde, pues no volvió de su casa hasta esta mañana).

M.K. le contesta que él sabe que tiene otros pacientes, y que mientras él estuvo afuera quizá se haya preguntado con quién estaría ella durante las horas que le corresponden. Por esto se siente celoso; pero, además, está preocupado por lo que a ella le puede haber ocurrido, ya que antes de irse la última sesión expresó mucha agre­sión.

Richard le pregunta entonces si no le importa que él le diga cosas malas. ¿Le importaría que dijera también malas palabras?

M.K. le repite que tiene libertad para decir todo lo que piensa y para usar las palabras que se le ocurran.

Richard habla entonces de una película, en la cual un oficial alemán dice que Alemania es "un país horrible y sangriento"*. Al decirlo mira ansiosamente a M.K. Resulta evidente que le gusta usar estas palabras, pero que al mismo tiempo está aterrorizado por ello, pues sabe que sus padres se opondrían. Mientras habla de la película, empieza a dibujar (dibujo 20) y al mismo tiempo vigila cuidadosamente la calle. Por ella pasan algunos niños; también hay unos hombres parados, y Richard dice que son "hombres malos"; cuando ve a una mujer con un niño en brazos comenta: "Gente sucia". Sin embargo, al ver cómo el bebé se apoya en el hombro de su madre, añade: "El bebé no está tan sucio". Habla todo el tiempo en susurros para que la gente no le oiga y le ataque. Al referirse a los hombres malos, mueve el brazo y dice: "Bang-bang". Y tras usar la palabra "sangriento" pregunta a M.K. cuáles son las cosas que no se le permite hacer. Cuando ésta le contesta que ya le dijo en una oportunidad que no le permitirla atacarla a ella físicamente, parece tranquilizarse un poco...

Luego habla otra vez de cuando se fue a pescar con Paul y de que se puso muy enojado cuando no le permitieron salir con éste y con papá. Sintió entonces que odiaba a los dos, que deseaba que no pescaran nada y que el anzuelo se les clavara a ambos en la garganta. A su madre le contó algo de esto. Ahora, al hablar, está rojo de ira; abre y cierra la boca, rechina los dientes y cada vez se va poniendo más abiertamente agresivo con M.K. aunque al mismo tiempo está asustado de ella. Le dice que es una bruta, y le pregunta si no le duele que se lo diga. Vigila constantemente a la gente de la calle y se esconde cuando pasa el grupo de niños al que más teme, del cual forma parte la niña pelirroja. Tratando de controlar la rabia, el odio y el miedo que tiene a M.K., dice que pensó que quizás ella estuviera enfadada por no poder haber él venido de vuelta. ¿Se enfadó realmente? ¿Está ahora enojada? ¿Cómo es cuando se enoja? Debe ser terrible entonces, como Hitler. Y para ejemplificar el aspecto de M.K., pero sin mirar a ésta, se pone a hacer muecas, abriendo y cerrando las mandíbulas y rechinando los dientes. Aunque sin duda alguna está dramatizando las cosas, llega realmente a temblar cuando dice que M.K. se parece a Hitler. Evitando mirarla, se separa de ella y dice que le gustaría escaparse, y marcharse a su casa en autobús. ¿Qué haría en ese caso M.K.?, ¿le dejaría ir?

M.K. le recuerda que ya una vez le dijo que no le detendría. Le interpreta, además, que en este momento se quiere ir porque está asustado también de los padres-Hitler terroríficos, que ahora son el señor K. con M.K. dentro de él.

Richard vuelve a su dibujo y explica que todo empezó con el negro que es papá. Hay sólo cuatro personas. Paul, es Bélgica; Noruega no está; mamá es Grecia, Richard es británico y papá alemán.

Menciona entonces la pérdida de Creta y expresa la preocupación que siente por la marcha de la guerra; pero en seguida cambia de tema[19].

M.K. interpreta que tiene mucho miedo de la guerra, cosa que contribuye a la preocupación que tiene porque ella o mamá están dañadas y por su propio interior[20]. A causa de este miedo que siente por lo de Creta y por la mamá mala, está tratando de separar a la mamá-Hitler mala (M.K.) de la buena, la Grecia dañada. Por esto dice que sólo hay cuatro personas en el dibujo del imperio, con lo cual quiere significar que M.K. no se encuentra entre ellas.

Richard mirando otra vez el dibujo, comenta que Paul le está ayudando a separar a papá de mamá; pero entonces se da cuenta de que un poco de papá ha entrado dentro de ella y también de que un pedacito de éste ha entrado en su propio país. Se sorprende ante este descubrimiento; ve además que una porción de sí mismo ha penetrado dentro de Paul. [Identificación mutua proyectiva.] Dice entonces que esto es lindo; que los dos se están dando un beso. A medida que se va dando cuenta de que todos tienen pedacitos de color que penetran en el territorio de los demás, se va poniendo más deprimido y desesperanzado, y termina por preguntar en forma pensativa y apologética, si le dolería a M.K. que le dijera que él no ve que el trabajo que hace con ella le haga verdaderamente ningún efecto. ¿Ya a ayudarle realmente?, ¿cuándo?

M.K. le dice que está desesperado porque no cree que ella, aunque sea buena y le ayude, pueda juntar otra vez todos los pedazos cortados y mezclados de la gente que tiene adentro; así como tampoco puede ayudar a Gran Bretaña a salir de la precaria situación en que se encuentra.

Mientras M.K. habla, Richard va a buscar la escoba y empieza a barrer el suelo.

M.K. sigue interpretando que también duda que pueda limpiar y curar su interior, el cual siente que está lleno de pedacitos de gente; y refiriéndose al dibujo, le dice que con él ha expresado que su órgano genital ha penetrado en Paul y que le está haciendo el amor. Todos, el papá malo, Paul y Richard mismo, están haciendo además el amor a mamá, metiendo dentro de ella sus penes; pero también se están comiendo unos a otros, de manera que están todos hechos pedacitos. Ya antes ha mostrado que cree que mamá contiene en su cuerpo el genital-pulpo de papá, el cual la devora por dentro.

Richard corre a la cocina y llama a M.K. para mostrarle que ha encontrado una araña en el sumidero. Entonces la ahoga con evidente placer, y después sigue dibujando.

M.K. continúa su interpretación; le dice que al principio de la sesión trató de no enfadarse, hablando del buen tiempo, de lo bueno que es Paul, y de lo agradable que era todo, refiriéndose a M.K. con tono amistoso. Pero a medida que le iba contando que no pudo ir de pesca con su hermano y con su padre, se fue poniendo más y más furioso, abriendo y cerrando la boca y rechinando los dientes. Entonces expresó deseos de muerte contra Paul y su padre, diciendo que querría que se les atragantara algo malo en la garganta. Todo esto es causa de que ahora teme tener dentro de si a gente mala, enojada, peleadora y sucia, que se devoran entre sí.

Richard exclama de pronto: "Tengo un dolor en la barriga".

M.K. le pregunta dónde lo tiene.

Richard contesta: "Justo donde se siente la comida".

M.K. interpreta que siente como sí tuviera dentro de sí a la gente asustadora y peligrosa.

Richard dice que quiere irse; está harto del psicoanálisis.

M.K. le señala que ha usado la expresión "harto"[21] porque así se siente en este momento, como si se hubiera realmente comido a todo el mundo, y como si M.K. le estuviera alimentando con palabras que le asustan. Esto está asociado, además, con la sospecha de que le mete adentro comida horrible (veneno), con que el señor K. y ella son extranjeros y con que, al no haberla visto desde hace varios días, en su imaginación ella se ha ido volviendo cada vez peor. Además la odia por haberle ella frustrado: aunque es él en realidad quien no ha venido estos días a causa de su enfermedad, siente sin embargo como si fuera ella quien le hubiera dejado sin nada (nota 1). El día antes de la interrupción del análisis expresó un odio muy grande contra Paul y mamá. Sintió entonces que mamá lo frustraba al preferir a Paul, y de la misma manera ahora sospecha que M.K. ha visto a otra persona en las horas en que él debiera de haber venido; de manera que M.K. es como mamá, la cual prefiere a Paul y a papá en vez de a él. También teme, por otra parte, que Paul y papá la dañen a ella, cosa que siente muy a menudo cuando no ve a mamá y a papá. Le hace re­cordar, en efecto, los ruidos del gallo y la gallina que ocurrían cuando mataban a esta última (sesión veintiocho).

Richard corrige a M K. diciéndole que era papá el muerto por mamá.

M.K. interpreta que por las noches duda sobre el resultado de la pelea entre sus padres. Como siente además que ha incorporado dentro de sí a estos padres que se pelean, sus dudas se hacen aún mayores, pues no puede saber qué es lo que le pasa por dentro. El país "horrible y sangriento" es su propio interior. Además todos los temores han aumentado y siente que cada persona que contiene se hace cada vez más peligrosa, sucia y venenosa, porque él mismo está cada vez más furioso y asustado. Por todo eso sus ataques se hacen peores, y también es ésta la causa por la que teme cada vez más a los niños de la calle.

Richard contesta que esos niños están sucios de verdad y que huelen a "lo grande". En varias ocasiones interrumpe a M.K. y protesta cuando ésta le dice que el país "horrible y sangriento" es su in­terior; pero al mismo tiempo va pintando con rojo algunos países, cantando el "Dios salve al rey" mientras lo hace.

M.K. interpreta que está protegiendo al rey y a la reina que representan a papá y mamá.

Richard contesta que si, que los está protegiendo contra cualquier ataque que se pueda producir.

M.K. interpreta que los protege en realidad de los ataques que él mismo les hace, pues siente que los está devorando; por lo tanto, el rojo representa su propio interior "sangriento".

Richard menciona, entonces, que la cocinera y Bessie dicen a menudo "cosas vulgares" y añade medio humorísticamente, que cuando lo hacen él se pone muy arrogante, como si fuera Lord Haw-Haw*. (Al contar esto, hace muecas como las que hizo al mostrar cómo es el Hitler-M.K. También camina de un lado a otro haciendo el paso de ganso.)

M.K. interpreta que cree que ella es vulgar porque en su interpretación ha usado la palabrota que él mismo dijo antes. También le dice que para él Lord Haw-Haw y Hitler constituyen la misma persona, cosa que está demostrando al caminar con paso de ganso; pero como siente que tiene dentro de sí a los padres-Hitler odiados, se con­vierte él a su vez en su imaginación en Hitler o en Lord Haw-Haw.

Hacia el final de la hora se produce una interrupción. Unas cuantas niñas exploradoras de las que también usan la casa quieren entrar. M.K. las echa sin ninguna dificultad, pero Richard se queda aterrado, y cuando sale con ella al finalizar la sesión, no la mira y ca­mina en silencio a su lado.

 

Nota de la sesión número treinta

1. Este tipo de acusación, hecha ante cualquier frustración, se deriva de la época en que el niño era bebé, y sólo se debe a que el bebé fuera realmente frustrado por su madre algunas veces, sino también a que los niños muy pequeños sienten que todas las cosas buenas les sondadas por el pecho bueno, mientras que todo lo malo (tal como el malestar interior), les es producido por el pecho malo.

I. En este constante intento de evitar situaciones conflictivas in­ternas y externas constituye defensas fundamentales y es uno de los rasgos característicos de la vida mental. En particular, es característi­ca de los niños pequeños, los cuales luchan constantemente por conseguir estabilidad y una buena relación con el mundo externo. Richard muy pocas veces, o quizá nunca, había vivenciado momentos de estabilidad emocional de cierta duración, cosa que influyó sobre todo su desarrollo. En mi articulo "El complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas" (1945) y en el capítulo 4 de El psicoanálisis de niños, me he referido ya a las tentativas que se hacen para poder llegar a una solución de compromiso.

II. Aunque en esta sesión las defensas maníacas ocupan el papel preponderante, Richard, no obstante, está más preparado para enfrentar la ansiedad que siente. La actitud maníaca se ve en el ca­minar de arriba abajo haciendo tanto ruido que a veces apaga mi voz. Además, en no mencionar la guerra ni hacer ninguna alusión a la invasión de Creta. Pero, por otra parte, ha podido ir al cine, y el dibujo sobre el imperio invadido por fuerzas enemigas guarda una estrecha relación con la guerra. Por sobre todo esto, además, toma conciencia de algo que él mismo se interpreta: de que el dibujo del imperio representa una estrella de mar voraz, con muchos dientes, es decir, que es él mismo. También logra expresar sus conflictos y la an­gustia que siente hacia el padre malo, de una manera mucho más clara. Esta combinación de técnicas de negación y de defensas ma­níacas, que operan simultáneamente con una mayor capacidad de autoconocimiento y de enfrentar diversas angustias, constituye una característica de las etapas por las que se pasa durante el tratamiento analítico (o en el curso del desarrollo), en las cuales se van produciendo modificaciones en el sistema de defensas. La negación, en este caso, se refiere a ciertos aspectos (sobre todo a la situación externa de la guerra), pero, en cambio, Richard vivencia su realidad interior mejor que hasta ahora.

 

NOTAS
[1] Esto constituye un ejemplo de un fenómeno que se puede observar a menudo, y que es los celos y la soledad se encuentran reforzados por temores persecutorios.

[2] El miedo que me tiene a mi, disminuye con las interpretaciones transferenciales, las cuales relacionan sus temores actuales con las ansiedades y relaciones mas tempranas. Pero creo que el temor de hacerme daño con su agresión también disminuyó debido al trabajo analítico ya hecho. Es evidente que tanto la agresión como la resistencia se manifiestan de manera mucho mas descubierta en esta parte del análisis. Al mismo tiempo Richard está mas capacitado para expresar pensamientos conscientes, que hasta ahora ha estado ocultando.

[3] En el dibujo he tachado el nombre real y he puesto puntos por encima. También he marcado el dibujo con las letras (a), (b), (c) y (d).

[4] Como ya he señalado antes, sólo podía entrar a la hora debida, al llegar yo con la llave.

[5] La madre de Richard me dijo que su hijo había estado muy preocupado, pensando que yo me enfadaría por no haber él vuelto y que quiso que ella le asegurara que no sería así.

* Bloody, sangriento en inglés, es considerara una mala palabra en este idioma.

[6] Tras la caída de Creta, la madre me contó que Richard le dijo que si Gran Bretaña perdía la guerra, él se suicidaría. Antes jamás había usado esta expresión con ella y a mi nada me dijo del asunto.

[7] Como ya he dicho antes, los temores que se derivan de fuentes externas incrementan también la angustia derivada de los peligros internos; y viceversa.

[8] Es bien sabido, naturalmente, que en el análisis hay que prestar mucha atención a las palabras con las que los pacientes expresan sus sentimientos. La experiencia me ha enseñado que esto hay que aplicarlo también a expresiones familiares tales como las de “estar harto”. El incluir en la interpretación una referencia a la expresión usada, por mas familiar que ésta sea, depende de todo el contexto, y en particular de la situación de ansiedad específica dominante. Véase, por ejemplo, cómo en la sesión veintiocho Richard dice que está “enfermo” de lo que le digo.

* Lord Haw-Haw: se trata de un ciudadano británico al servicio de Alemania, que durante la guerra hablaba por radio a las tropas inglesas, tratando de desmoralizarlas y de que se entregaran a Hitler. El mote le fue puesto debido al acento aristocrático exagerado que usaba al hablar.

[9] Es notable observar cómo esta expresión tan clara de las dudas que tiene Richard respecto a la madre peligrosa, ha salido a la luz tras la interpretación de un material, en el cual la desconfianza y el enojo hacia mí y hacha su madre estaba aún inconsciente.

[10] Otra conclusión a la que podemos llegar es que la operación de garganta puede haber significado también, para él, que se le sacaba de adentro la gente a la que había devorado.

[11] Richard había mencionado dos veces que la guerra iba mejor. Los aliados andaban tras el acorazado Bismarck y podían llegar a destruirlo, mientras que Creta aun se estaba defendiendo. Este mejoramiento de la situación exterior disminuye hasta cierto punto la ansiedad que siente. También se encuentra mas seguro, al comprobar que su madre está explícitamente de acuerdo con el análisis. (El comentario sobre el hecho de que sería tonto huir de mi). Pero la causa principal por la que ha disminuido la ansiedad se debe, creo, al análisis de la sesión anterior. Esto se puede ver en la forma con que puede expresar la angustia en forma consciente, en la mejor comprensión que tiene de sí mismo, en que niega menos, y en la urgencia creciente con la que quiere reparar. Está mas triste, pero al mismo tiempo tiene mas esperanza y confianza.

[12] En esos momentos ya planeaba hacer un viaje a Londres, cosa que ya le había comunicado a Richard.

[13] Estos dos lápices simbolizan de ahora en adelante a los padres, mientras que los colores, que son mas cortos, son los niños. A pesar de esto, en ciertos momentos algunos de los colores representan también a los padres.

[14] Llegado este punto, encuentro comentado en mis notas que debido a la gran cantidad de detalles que se modificaban constantemente en el juego de Richard, y a la riqueza del material, sólo pude interpretar parte de ellos, limitándome por esto a lo que me pareció constituir lo principal.

[15] Es interesante ver cómo, al llegar a esta etapa del análisis, aparecieron con mayor claridad las referencias a mí, pudiéndome diferenciar con mayor claridad de la figura materna.

[16] Aunque Richard empieza a dibujar cuidadosa y deliberadamente, como se encuentra en un evidente estado de angustia y de resistencia llega a expresar material de tipo inconsciente. No puedo publicar este dibujo porque contiene varios nombres tales como el del hermano y el de la muchacha.

[17] La pequeña sección negra que resulta ser la parte mala de Richard, tiene varios significados. Richard es como un centro, desde el cual el peligro puede empezar a extenderse por todas partes, ya que, a pesar de ser pequeño, representa un papel dominante. Por ello, el miedo a ser invadido por el padre negro malo, corresponde a los propios deseos y fantasías que él tiene de invadir a los demás con su materia fecal [Identificación proyectiva]. Véase mis “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” (1946).

[18] Esto está relacionado con no haberse referido a las noticias de guerra, que en ese entonces eran muy malas.

[19] Es interesante ver cómo junto con los cambios indicados en la nota II de la sesión veintitrés, Richard muestra su resistencia llegando tarde. L mismo tiempo, al venir corriendo, pone en evidencia la existencia del sentimiento contrario.

[20] Ya he señalado que Richard tenía una gran capacidad para reproducir una variedad de sonidos, que expresaban vivamente la situación emocional que quería comunicar. Con ellos acompañaba varias actividades, como el juego de la flota, el rebotar la pelota o el movimiento de los lápices. A veces, llegaba hasta dar la impresión de que los ruidos provenían de lo mas profundo de su interior.

[21] Desde esta sesión en adelante, el negro representó siempre al padre, el celeste a la madre (y a M.K.) y el rojo a sí mismo.   

VOLVER

SUBIR