INFANCIA, JUVENTUD Y DERECHOS HUMANOS

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María Cecilia Valdés Morales
ABOGADA
Funcionaria del Poder Judicial de la Provincia de Bs. As., con el cargo de Prosecretaria, en el Juzgado en lo Criminal y Correccional Nº 6 del Departamento Judicial Morón
Ayudante de la materia Derecho Penal y Procesal Penal en la Cátedra del Dr. Esteban Righi, Adjunto Dr. Musso, desde el año 1993 a la fecha.
Miembro integrante de las investigaciones desarrolladas en el centro de investigaciones de la Facultad de Psicología de la UBA, bajo la coordinación de la Licenciada Ivonne Copetti y la dirección del Dr. Raúl Zaffaroni, denominadas:
"La proyección Pública de la vida carcelaria su percepción social y Plan Trienal 1998-2000", ambas con la correspondiente resolución aprobatoria de UBACYT (Universidad de Buenos Aires, Ciencia y Técnica).

 

IMPRIMIR

 

     Con el presente trabajo se intentó mostrar básicamente las condiciones bajo las cuales el Estado Argentino pretende, con el nombre jurídico de tutela, lograr el desarrollo integral de los chicos y adolescentes institucionalizados. Para ello se hace referencia a hechos que publicados en la prensa, los que ponen de manifiesto la aberrante situación en la que se desarrolla aquella pretendida medida, marco en el que son de cotidiana referencia torturas, apremios ilegales, hacinamiento, falta de actividades terapéuticas, carencia o escasa actividad de aprendizaje de oficios que posibiliten una inserción laboral y la deficiente o nula labor educativa. Así el tiempo de internación aparece tiempo muerto, donde en definitiva la existencia en tales condiciones imposibilita el desarrollo de cualquier proyecto de emancipación tal que permita la superación de las condiciones que condujeron a esa misma institucionalización, sino que por el contrario la intervención de la maquinaria estatal en tal sentido, consolida y reproduce: la marginalidad a la que en su mayoría pertenece la población en cuestión; la violencia que sobre dicho sector se ejerce y con la que reacciona en virtud de su "resocialización" en un ámbito en que tales prácticas constituyen la base de esa contraproducente tutela y las conductas disvaliosas y/o delictuales que justamente dicha internación persigue mitigar o erradicar.

Se evidencia así, el notorio divorcio entre discurso y práctica del pretendido derecho de la población en cuestión, concepto que ya ha merecido críticas pues parecería irrespetuoso, llamarlo así, después de la constatación de la ocurrencia de los hechos denunciados, los cuales se traducen ni más ni menos que en violación sistemática de los derechos fundamentales que a chicos y adolescentes les asisten en razón de la existencia de legislación en tal sentido, por ello justamente se impone la elaboración de propuestas que importen fundamentalmente un cambio radical de esta desastrosa medida que no conduce a nada diverso de asegurar por ella, a operatoria futura de las instancias estatales; pensemos así en ese 80/85% de la población carcelaria adulta que tuvo oportunidad de pasar por algún instituto "de menores" so pretexto de tutela, desarrollo integral y resocialización.

Dato, que es de fundamental importancia al tratar de evaluar el capital social que se pierde con esta aberrante ficción; el grado de desarrollo de los derechos humanos en cabeza de tal sector y a la responsabilidad del Estado en lo que a la reproducción y consolidación de la delincuencia juvenil concierne, en lo que a la violencia atañe y en lo que respecta a la misma marginalidad que posibilita dado su propia omisión antes de la intervención y que luego con diversos nombres justifica. Si ante ello no nos aferramos a una propuesta de cambió y trabajamos en tal sentido, prefiriendo por el contrario justificar como momentáneas las prácticas con que hoy se desarrolla la tutela del Estado, estaremos –mal que nos pese- consolidando el círculo vicioso harto denunciado cuyos extremos son marginalidad e institucionalización.

A partir de los datos expuestos y considerando entonces las varias acepciones que el término intervenir posee y a las que se refería Andoirno; en el área abordada, más que entenderse la actividad tutelar del estado en el sentido de buenos oficios o mediación, se estaría dando por el contrario como sinónimo de "... de injerencia, de intrusión en las que la intención violenta, o cuando menos coercitiva, se puede convertir en mecanismo regulador, puede asociar la coerción y la represión para el mantenimiento o restablecimiento del orden establecido. De esta forma "la intervención" de las fuerzas armadas, militares o policíacas, evoca más que la asistencia y el auxilio que pueden depender eventualmente de ellas... la coerción y la angustia que acarrean estas operaciones brutales" . (Jacques Andoirno, La intervención: ¿Imaginario del cambio o cambio de lo imaginario?).

En tal sentido y dentro de la lógica con que opera tal medida, es como se logra reproducir la marginalidad, la violencia y la delincuencia que aparentemente y según las finalidades de la normativa vigente se pretende erradicar o mitigar.-

El presente trabajo tiene por objeto no solo poner de manifiesto la situación de los niños y adolescentes institucionalizados en el contexto del derecho tutelar de menores, sino fundamentalmente ofrecer un marco de referencia a partir del cual por su gravedad, puedan surgir diseños de políticas que respecto de la población en cuestión, los orienten hacia una efectiva integración a la sociedad, lejos de las medidas coactivas y represivas que en desmedro de los mismos aplica el Estado. Ello con un efectivo ejercicio de los derechos humanos de los que al momento solo formalmente gozan.-

La propuesta que surge respecto del llamado a diseñar políticas que efectivamente contemplen en sentido positivo a los chicos en cuestión, no es poco desde que conforme el estado de cosas vigentes, de no cuestionarnos esa pretendida tutela estatal, estaremos aún por omisión, facilitando la reproducción y aumento ese 85 % de la población carcelaria adulta que pasó por los institutos de menores so pretexto de alguna resocialización. Porcentaje, que por demás evidencia el circulo vicioso muchas veces denunciado entre marginalidad, exclusión, vulnerabilidad y selectivad del sistema penal, lo que se traduce ni más ni menos que en penalización de la miseria. Circunstancia la anterior que no se genera por un hecho fortuito, sino por la necesidad que surge ante la propia contradicción del sistema, de neutralizar a aquel que no ocupando lugar en el mercado y menos aún en el espacio público carece de acceso a las instancias formales de reclamo, y en consecuencia ve condicionada "no determinada" su precaria calidad de vida, a la opción delincuencial como respuesta a las carencias emergentes de la situación de marginación y exclusión en la que se halla. Ello porque -aunque les pese a muchos- la carencia de recursos económicos no necesariamente conlleva a que aquellos sumergidos en el silencio, al que el estado por su omisión facilita, se desprendan por no poder solventarlas, como mínimo de las necesidades básicas que toda persona por ser tal padece y cuya satisfacción buscará en su contexto y dentro de mismas condiciones que justamente obstruyen la superación de la marginalidad en la que habita.

En tal sentido, considero de suma importancia destacar, la relación que existe más que estrecha y funcional entre marginalidad e institucionalización. Así el chico que habiendo carecido de casi todo lo básico para su desarrollo llega tutelado por el estado a alguno de los institutos donde su resocialización se persigue, entra a diferencia de nosotros no esperando nada, pero cuando sale -si sortea alguna de las redes de intervención del Estado- saldrá seguro de carecer de un lugar en el espacio público, seguro de ser nadie pues no tiene nada, parámetros con los que nos manejamos en esta sociedad de consumo: dime cuanto tienes y te diré quién eres. Reflejo elocuente de tal máxima queda representado por las palabras escalofriantes pero reales de un chico de 16 años internado en el Instituto Rocca, cuando a la pregunta respecto de si tenía algún sueño contestó: "Sí, hacer un buen golpe, de un millón de dólares, para irme del país con mi familia. La guita da muchas cosas. Si no tenés, no sos nadie. Es como si no existieras" ello previo aclarar que: "Lo único que hacemos acá es aprender a robar. Estamos todo el día al pedo, chamuyando. Salimos mejores chorros de lo que entramos". 1

Creo en virtud del testimonio arriba citado, que no hace falta demasiado para deducir la ineficacia del estado para el logro de la resocialización mediante institucionalización de los adolescentes en cuestión, la que en su efectivo ejercicio corre paralela a la carencia de personal y medios técnicos que la posibiliten; dato característico y asumido sin asombro pese al riesgo que plantea por sí misma esa situación. No obstante ello, el hecho más desventajoso lo constituye la ausencia de la voluntad políticamente necesaria a fin de modificar una medida que en definitiva se traduce en disparador de la consolidación de la delincuencia juvenil, de la marginalidad y de violencia que sobre tal sector se ejerce. Así deviene absurdo pretender que quien se encuentra inmerso en un ambiente signado por prácticas violentas –tanto físicas como psicológicas-, responda, reaccione o actúe, se perciba y perciba tanto a los otros como a su entorno de forma distinta y por ello desvinculada de los valores y prácticas en los que se constituye la resocialización que con grandes fracasos aún mantiene nuestro sistema.

Ante la posible objeción, de que en virtud de un testimonio se extraiga una conclusión que bien podría en definitiva resultar equívoca, paso a brindar algunos datos que fundamentan la postura antes expuesta:

No resulta cuestionable a esta altura que la crisis ocupacional en nuestro país, tuvo en la década pasada, su punto de partida respecto de los altísimos niveles de desocupación que hoy se mantienen, trayendo consigo como lógica consecuencia el aumento notorio de toda la gama de conflictos sociales producto de la crisis subyacente a este nuevo estado de cosas, entre los que cabe enumerar, el elevamiento de los índices delictivos, y a los que los adolescentes en trato no escapan. Y así aparece confirmado tal fenómeno por una estadística elaborada por la Gobernación de la Provincia de Bs. As., que arrojó como nefasto resultado la quintuplicación de causas penales seguidas contra adolescentes durante los años 1994 y 1999. En la misma se da cuenta que durante el año 1999 se registraron 3.865 causas de tal índole, mientras que desde el 1/1/00 hasta el 9/5/00 ya se habían acumulado 2.753 expedientes, de los cuales 2.104 corresponden a chicos que habitan en el conurbano bonaerense, mientras que los 649 restantes pertenecen a chicos del interior de la provincia. Asimismo se destaca que los departamentos judiciales con mayor número de causas son los correspondientes a Lomas de Zamora y San Martín, los que registraban al momento de dicho relevamiento 520 y 385 causas iniciadas a adolescentes, respectivamente 2. Dato al que hay que adunarle el correspondiente alojamiento de dichos chicos en las comisarías o institutos donde se procurará el nunca logrado desarrollo integral de los mismos.

No resulta por cierto novedoso, que el estado responda con un mayor encarcelamiento en el caso de los adultos o bien con la internación de los chicos, en períodos "caracterizados por una amenazante inestabilidad y conflictos sociales" (Darío Melossi, La Gaceta de la Moralidad) , y más allá de las críticas que merezca tal reacción paso a analizar cuáles son -en el caso de los adolescentes- las condiciones que la maquinaria estatal ofrece para el logro de aquella pretendida tutela o resocialización; condiciones que expondré por que justamente se hace necesario un cambio radical en lo que a la internalización de adolescentes respecta.

Así, en un procedimiento realizado en la zona de prostitución masculina en La Plata, se detuvo a cinco chicos de entre trece y dieciséis años, de los cuales cuatro ejercían de taxiboys y el restante vestía ropa de mujer, y lo fundamental de tal episodio fue que tres de ellos debían encontrarse alojados en el Instituto de Menores Julián Aguirre, bajo régimen abierto. 3

Asimismo, no faltó información relativa a las torturas padecidas por los chicos alojados en comisarías y por los internados en los institutos Araoz Alfaro, Manuel Rocca, Agote, Almafuerte, Santa María E. Pelletier, Leopoldo Lugones, Registro, Movimiento y Ubicación de Menores y Comunidad Terapéutica Jesús de Naareteh, circunstancias que se hallan registradas en las correspondientes causas penales –que suman más de 200- y de las cuales da cuenta el artículo titulado "Amados Niños" 4. Ante tales hechos la S.C.J.B.A., solicitó a la autoridad correspondiente de la provincia de Bs. As. , que dictara instrucciones para impedir la repetición de los mismos, a lo cual previa intimación a responder se contestó que "La severa situación planteada respecto de la seccional policial Vicente López 5ª...se reiteran en dicha sede los apremios, malos tratamientos y humillaciones en perjuicio de los niños y jóvenes allí alojados".

Punto aparte merece la situación padecidas por los chicos internados tanto en la Comunidad Terapéutica Jesús de Nazareth como en el Instituto Registro y Ubicación de menores, ambos en el ámbito de la provincia de Bs. As. Respecto de la primera, figuran: un caso de violación del que fuera víctima un chico incorporado a dicha institución por parte de otro llamado "Violeta", o bien el acoso sexual que padecían por parte del último, todo ello con la anuencia del personal que le franqueaba el acceso a las celdas donde se encontraban los chicos sometidos a semejantes "medidas terapéuticas." Caso que se veía agravado si alguno de los sometidos se rebelaba ante tales prácticas, ya que merecían el encierro en los "..."buzones" totalmente desnudo, cagado de frío y sin colchón". Ante ello el Consejo del Menor y la Familia realizó la supervisión correspondiente que fue arbitrariamente suspendida por el director de tal Comunidad, no obstante lo cual se constató la "...-Falta de actividades terapéuticas... -Falta de respuesta institucional a las reiteradas solicitudes de comparendo. -Se observaron baldes de plástico que contenían materia fecal y orina en las habitaciones. Las mismas cuentan con 4 tarimas (camas) de cemento y angostos colchones. Los jóvenes manifestaron carecer de ropa de cama y que algunos duermen en colchones en el piso. -Como medida disciplinaria los jóvenes son encerrados en celdas individuales por períodos indeterminados y además manifiestan carecer de agua caliente y elementos para el aseo personal...".- Hechos que fueron a posteriori constatados también por parte de una jueza y una funcionaria de la S.C.J.B.A.. Igual medida y por parte de funcionarios del máximo tribunal provincial se adoptaron respecto a las instalaciones del Registro y Ubicación de Menores, ocasión el la que se constató la existencia de un "... pequeño sector aislado del resto dedicado a la contención de jóvenes, y encontramos dos celdas de reducido tamaño cuyas rejas dan a un estrechísimo pasillo sin ventilación alguna ni luz natural atento encontrarse la única ventana... tapiada. En cada uno de tales calabozos hay dos menores tirados en el piso; no hay colchón ni mueble alguno; las condiciones de higiene son pésimas como así también la de los baños; están desarrollando ninguna actividad. Se pide explicación respecto a esta zona... ya que en reiteradas visitas anteriores la misma no fue mostrada...". (Artículo titulado: El Obispo Negro 5 ).

Por otra parte y en lo que concierne a la Comunidad Jesús de Nazareth, es de hacer notar que una vez constatadas las denuncias en cuestión y efectuado el cambio de autoridades públicamente conocido en relación con el Consejo del Menor y la Familia, éstas decidieron no solo, suspender las internaciones en ese instituto de chicos con causas asistenciales y su derivación a otras dependencias quedando allí los chicos internados por conflictos con la ley penal, sino también la intervención de la mentada comunidad. Marco en el cual los nuevos directivos, realizaron una inspección sorpresiva al citado lugar, encontrando para asombro de todos y según las propias palabras de la Dra. Irma Lima "... pibes en las celdas de castigo, que habían sido golpeados y no tenían siquiera permiso para ir al baño y estaban obligados a hacer pis en una botella. Tampoco los dejaban ver a sus familiares...". 6

En cuanto al personal –y sobre todo el de seguridad- de tales instituciones, es elocuente hacer referencia a la cantidad de denuncias que comprometen a los agentes que allí se desempeñan, vinculadas todas a abusos y malos tratos para con los chicos alojados en ellas, hecho que motivó, según las palabras de la Dra. Lima, el inicio de " sumarios administrativos graves: por golpes y malos tratos. Ahora hicimos un relevamiento en los legajos. Hay ya ocho o diez personas que no estarán más en contacto con los menores". (Ídem nota ant.) E igualmente singular al respecto y en lo que a la policía atañe, la elaboración de un proyecto para la creación de un cuerpo especial, que esté técnicamente capacitado para el trato con los chicos, proyecto que la directora del Consejo del Menor Provincial considera viable porque "El tema de los menores también le quita el sueño a la policía: no solo a nosotros... Creo que es beneficioso para la policía porque tienen 20.000 denuncias por problemas con los pibes, y para nosotros porque no vamos a tener más pibes golpeados" (ídem nota 6).

Debo mencionar también las denuncias efectuadas por los adolescentes aojados en el Instituto Almafuerte de la Localidad de Melchor Romero, quienes amotinados y ante la represión que se venía por parte del Grupo Halcón y de la Guardia de Infantería, manifestaron resumidamente que estaban jugados, que se iban del lugar o morían ahí, que en esa institución se les quitaban sus prendas, que carecían de frazadas, colchones, calefacción, motivo por el que solicitaban todo ello, mejor alimentación y que terminaran los castigos, "denunciaron también la lentitud de sus causas y que en ese instituto los "engoman"...", término con que hacen referencia al encierro por varios días en celdas aisladas y sin ventilación a las que son sometidos 7. -

Hechos similares y también en la Jurisdicción de la Provincia de Bs. As., fueron constados por Jueces de la Cámara de Apelación y Garantías del Departamento Judicial de San Isidro, en las instalaciones de la Comisaría 4ª de tal localidad, lo que motivó la clausura de los calabozos de la misma, por las condiciones inhumanas que presentaban y entre las que figuraban el hacinamiento de once chicos en un calabozo para dos personas, el baño sin inodoro y sin agua caliente, todo ello según la directa inspección realizada por los Dres. Maroto, Fugaretta, el asesor de menores Dr. Bigalli y el perito médico Dr. Adolfo Méndez.. Ante dicha circunstancias la Cámara citada, instó al Jefe del Departamento Policial correspondiente a que se "... que se cumpla con la instalación del necesario establecimiento que adecuadamente contenga a los menores privados de libertades y en el que se deben dar cumplimiento a la Convención de los Derechos del Niño, artículo 75, inciso 2 de la Constitución Nacional" 8, ello además de la clausura arriba indicada.

A continuación paso a mostrar la situación en los institutos para adolescentes que dependen del Consejo Nacional del Menor y la Familia, situación que esencialmente no varía del grave cuadro expuesto arriba.-

De mencionado organismo nacional, dependen siete institutos que alojan a chicos y adolescentes en conflicto con la ley penal. Ellos son para varones: el Araoz Alfaro, el Agote, el Belgrano, el Rocca y el San Martín, mientras que para mujeres se encuentran el Inchausti y el Valdivieso.

Para resumir las circunstancias y condiciones en que se desarrolla la pretendida tutela y desarrollo integral de los chicos en las citadas dependencias, encuentro de suma claridad las propias palabras de la Presidenta del Consejo Nacional del Menor y la Familia, reproducidas en el artículo Ángeles Caídos 9 : "La situación de los chicos en los institutos es inhumana. Se violan sus derechos a la educación, la salud la defensa, la familia, la privacidad. Son lugares de gran hacinamiento, sin condiciones de limpieza y salubridad adecuadas". Para reflejar un poco tales palabras, basta mencionar que el instituto Rocca se encuentran internados 190 chicos, cuando su capacidad es 85, lo que motiva que dos y hasta tres intenten dormir en "... un colchón flaco sobre una base de cemento...Superpoblado en extremo, decenas de pibes duermen en el piso y muchos otros comen la carne con la mano porque no alcanzan los cubiertos de plástico" , sobrado es agregar que producto de mal funcionamiento de los sistemas de desagües y cañerías "los fluidos no bajan y los olores apestan" , en cuanto a los aparentes baños "dos agujeros podridos ofician de inodoros...ni puertas, ni cortinas. Agua caliente a veces. Hongos, varios casos de IVH, 70% de los chicos con serios problemas odontológicos, 80 % de drogadictos y más de la mitad sin estudios primarios" , todo ello puesto de manifiesto también, en la nota antes mencionada.-

Merece destacarse, no por lo bueno obvio, que en un allanamiento realizado recientemente en las instalaciones del Instituto Rocca, a raíz de las denuncias de apremios ilegales sobre los chicos y donde aparecerían como responsables 8 guardias, se secuestró "cachiporras, algún palo, elementos contundentes y armas de fuego de uso civil", material todo ¿pedagógico o terapéutico?, que se encontraba en los cofres cerrados con llave, ubicados en los vestuarios correspondientes a los guardias 10.

En cuanto al personal las propias autoridades del Consejo reconocen que los mismos no tienen formación adecuada, bastando para ingresar al cuerpo de agentes tener entre 24 y 30 años y el secundario completo.

Asimismo y refiriéndose al tema de los chicos institucionalizados, la Jueza de menores, Dra. Maiza, Titular del Juzgado en lo Penal Nº 4 de la Ciudad Autónoma de Bs. As., sostiene en el referido artículo, que tales dependencias "Son depósitos de chicos. Nunca me dan el resultado que yo espero", luego agrega "Cuando un chico llega Tribunales siempre es tarde. Hay que prevenir. En las condiciones actuales nadie se puede recupera". (El resaltado me corresponde).

Paso a otro ámbito, no ya en espera de encontrar situaciones diversas a la planteadas, sino para corroborar el capital social que se pierde con la ficción de la tutela y desarrollo integral de chicos y menores mediante institucionalización.

En tal sentido, la Subsecretaria de Desarrollo Humano y Familia de Chubut, Cecilia Gurovich reveló que "Hay una fuga cada cinco días en el Centro de Orientación Socioeducativo, en el que se encuentran menores de edad incursos en hechos delictivos...se necesitan inversiones para poder evitar esto, que básicamente se logra con mejorar la habitabilidad que tienen esas dependencias, como única forma de contener a los jóvenes" 11.

Luego de todo lo expuesto, pareciera ser que bajo el título jurídico de tutela, del cual el estado se sirve para institucionalizar a los chicos y adolescentes en conflicto no sólo con la ley penal, sino también a aquellos que se hallen en las situaciones altamente difusas, que genéricamente se resumen en abandono o situación de riesgo, y en las que también quedan inmersos los primeros, cuando se apela a la independencia entre los expedientes penal y tutelar, se observa con claridad que facticamente la misma situación que los condujo al internamiento, será la misma que padecerán en los institutos en los que en parámetros generales se persigue el desarrollo integral de los mismos -¡Vaya paradoja si las hay! – y en los cuales a su vez la mínima anormalidad que jurídicamente se traduce en la violación sistemática de los derechos fundamentales que se halla en cabeza de este grupo altamente vulnerable, es aceptada y percibida más de las veces como un mal menor y por ello hasta como un privilegio.

En este sentido, bien merecen citarse las palabras de Enrique Ferri, con el que debo concordar respecto de la acertada observación que sigue -sin que ello implique mi coincidencia con la ideología subyacente en sus trabajos- cuando sostenía respecto al delincuente por hábito adquirido, que a mi entender es uno de los productos que logramos con las internaciones en cuestión; así el citado autor escribía: "Tipo anti-estético es, en verdad, éste, que comienza siendo un delincuente ocasional cualquiera, un microbio del mundo criminal –incluso por su edad, infantil muchas veces, a causa del abandono o instigación interesada de padres miserables o empresarios más miserables todavía, que viven sobre los pequeños mendigos-, recluta infeliz del ejército de rateros y guapos, de lenones y alcoholistas que pululan en los grandes centros urbanos; después de cuyo noviciado, la cárcel de breves días, tan costosa como estúpida y corruptora, y la vigilancia de la policía, convertida muy frecuentemente en persecución que arruina a los menos malos, sin refrenar a los perversos, acaban de completar el tipo de estos "náufragos de la sociedad", que arrastran su existencia en la sentina purulenta y crónica de los delitos mediocres y las reincidencias irreparable; producto, en fin, más bien de la degeneración social que no de la patología individual" (Ferri, Los delincuentes en el Arte).

Demás viene acotar que el autor citado, se refirió a las cárceles pues aún no existían nuestros institutos con las características referidas y como hoy los conocemos, diferenciación que en atención justamente a las practicas que en ellos se desarrollan, hacen que aquella diferencia solo se plantee en un plano terminológico, pues en términos de privación de derechos y el plus de "pena crueles" que corre paralelo a aquel (Raúl Zaffaroni, Las Penas Crueles Son Penas), debemos convenir entonces, que en la práctica no existe diferencia mayor a la señalada.

En cuanto al llamado a proponer alternativas radicalmente distintas del encierro que caracteriza básicamente la tutela del estado, claro que las hay; salvo que como dijera el Procurador de la S.C.J.B.A., refiriéndose al programa al que seguidamente se hará alusión el que lleva en vigencia 15 años, señaló: "Lo que pasa es que esto, a pesar de que lleva 15 años, todavía no está muy insertado en el sistema. La Justicia bonaerense ha sido rutinaria y le cuesta salir de la trampa burocrática. Cuesta entrar con un proyecto nuevo al sistema judicial, hay una falta de adaptación porque en general existe la costumbre de manejarse con números y no con casos individuales, que es lo que intentamos en la Procuración" 12.

El programa al que el procurador citado, hacía alusión es el Sistema de Sostén, que básicamente consiste en la externación de chicos y adolescentes de los institutos en los que se encuentran, mediante un plan de becas que otorga la Procuración General de la S.C.J.B.A., financiadas básicamente por ese organismo, una cooperadora de Sostén, la Legislatura bonaerense y dos fundaciones privadas, el monto de las mismas asciende a $ 315,00. Con tal dinero los chicos que egresan de los institutos pueden vivir solos, con amigos, o con algún familiar, a cambio deben estudiar para lograr "una reinserción social a través de la capacitación". Todo ello con un grupo de acompañantes que a modo de apoyo sostiene a los chicos externados en la difícil etapa que implica poner en desarrollo algo para lo que los institutos por lo general nos los prepara de modo positivo, esto es la iniciativa individual y con ello la posibilidad concreta de la elaboración respecto de sí mismos, de un proyecto de emancipación personal", más un grupo de profesionales que intervendrán no en la categoría de acompañantes pero sí brindándoles asistencia en las áreas primordialmente requeridas. (Página 12, 21/05/00 "Salir al Mundo").

Claro que en principio el Sistema Sostén no se presenta como alternativa al encierro, sino como uno de los mecanismos posibles para la externación de un chico de los institutos. Ahora bien, dado que a mi entender, el Estado -a Dios gracias con buenos resultados- se ve en la necesidad de intervenir luego del encierro, a fin de mitigar los resultados contraproducentes de aquel, me cuestiono qué necesidad racional existe que justifique esperar tanto. Esto es, por qué no intervenir antes. Como respuesta a dicho planteo, veo la posibilidad del funcionamiento de este Sistema Sostén, u otro que tenga por misión básicamente la misma, es decir el verdadero "desarrollo integral" de población en cuestión, como una alterativa cierta a la institucionalización.

Otras de las posibilidades que deberían impulsarse con mayor fuerza y abarcando a los chicos en trato, sería el programa que hoy desarrolla el Gobierno Porteño para chicos de la calle, en el que se auspician en principio –lógico que los resultados se obtienen en diversas áreas- obras de teatro con la participación de los mismos y bajo la dirección de Franco Giuli, quien inició en forma individual esta bienvenida labor, dando también nacimiento a Amanecer, una asociación civil que busca la integración por el arte, hasta que finalmente lograron obtener el apoyo oficial que hoy colabora con tal iniciativa 13.

Otro programa que podría actuar como marco de referencia para la puesta en marcha de iniciativas que contemplen el desarrollo que se persigue de los adolescentes internados, sería el que se realiza en Chacabuco, Provincia de Bs. As., bajo el auspicio del Programa Internacional de Erradicación del Trabajo Infantil, en la órbita de la OIT, teniendo como única unidad ejecutora en nuestro territorio la entidad Defensa de Niños Internacional – Argentina y el cual básicamente intenta con buenos logros, insertar en el sistema educativo a los niños provenientes de las ladrilleras, desarrollando paralelamente, becas de estudio, actividades recreativas y talleres de formación profesional, e implementando a su vez sistemas de microcréditos para iniciar ciertas actividades de producción -así un invernadero- que posibiliten a las familias de los chicos beneficiarios del plan, complementar los ingresos que resignan al mandar a los mismos al colegio. Para tal proyecto se constituyó un comité municipal, integrado por directores de escuelas, productores de ladrillos y organizaciones de la sociedad civil local 14.

Me parece en definitiva que los tres programas expuestos, constituyen una buena base para el diseño de alternativas al encierro con que hoy el estado busca el desarrollo de los chicos y adolescentes internados. En tales diseños y en sus correspondientes implementaciones no sólo están llamados a intervenir los gobiernos locales, provinciales y nacional, sino también las sociedades civiles interesadas en el área en cuestión; contrariamente estaremos avalando el funcionamiento de las propuestas referidas como simple excepciones que confirman la regla de lo que significa tutela: reproducción de la violencia, de la marginalidad y de la delincuencia.

Por otra parte encuentro a mi parecer pertinente destacar, que los tres poderes gubernamentales, tienen en mayor o en menor medida, una responsabilidad fundamental en tema que nos ocupa, pues si el funcionamiento de los mismos ha de tender al bien común, dicho bienestar no sólo puede beneficiar a quienes se hallen fueras de los muros. Fragmentar la sociedad en buenos y merecedores, en malos y por ello desprotegidos, no hace más que menoscabar y vaciar el contenido real del concepto de democracia, concepto que entonces tiene solo un reconocimiento formal. Mientras los poderes que conformar la República se resistan en general –salvo muy escasas y honradas excepciones- a asumir la responsabilidad de proteger y promover la efectiva integración de la población en cuestión, cualquier reforma legislativa será insuficiente. No basta con los discursos mediante los cuales se comprometen, hacen falta hechos, materialización de las palabras, es decir, un vuelco a la práctica de todo aquello que verbalmente o en forma escrita enuncian.-

Si en virtud de los datos reseñados arriba, pude apreciarse que la prosecución del bien común en la generalidad de los casos no abarca a la población que nos ocupa y donde el desarrollo integral del niño estatalmente tutelado, lejos está de hacerse efectivo, habría que convenir, considerando las posibles acepciones del término intervenir y tal como lo refería Andoirno, que si bien en el lenguaje corriente dicho término es sinónimo de buenos oficios, de mediación, etc; la intervención estatal en el área que nos ocupa, lejos de enmarcarse en aquel significado, sería por el contrario sinónimo de "... intromisión, de injerencia, de intrusión en las que la intención violenta, o cuando menos coercitiva, se puede convertir en mecanismo regulador, puede asociar la coerción y la represión para el mantenimiento o restablecimiento del orden establecido. De esta forma "la intervención" de las fuerzas armadas, militares o policíacas, evoca más que la asistencia y el auxilio que pueden depender eventualmente de ellas... la coerción y la angustia que acarrean estas operaciones brutales" . (Jacques Andoirno, La intervención: ¿Imaginario del cambio o cambio de lo imaginario?).

Creo que en definitiva, en el contexto que nos ocupa y en el espacio sociocultural que nos limita, es en el sentido antes expuesto, como se da la intervención estatal en análisis. Sentido y practica por el que se logra hacer de cada chico o adolescente institucionalizado, el engranaje perfecto que garantizará la operatoria del propio sistema coercitivo -y cuyo monopolio detenta- en las diversas etapas de la vida de cada uno de ellos. Hoy un instituto de "menores", mañana por obra y gracia de dicha intervención, pasarán a engrosar ese no fortuito ni azaroso, 85 % de la población carcelaria adulta que tuvo oportunidad de pasar por los institutos en los cuales el estado brinda su tan contradictoria tutela. No encuentro dato más elocuente que ese 85%, que sirva para evidenciar de forma tan aberrante como las propias instancias del estado por omisión y acción, reproducen como dijera antes, la marginalidad, la violencia y la delincuencia que aparentemente y según las finalidades de la normativa vigente se pretende erradicar o mitigar.-

 

PERIODICOS Y REVISTAS CONSULTADAS SEGÚN NOTAS:

1: Artículo: Los Ángeles Caídos, Revista Viva, Diario Clarín, 9/7/00.-

2: Artículo: Aumentan los delitos cometidos por menores, Diario La Nación 12/5/00.-

3: Artículo: Las penas son de los chicos, Diario Pagina 12, 27/03/00.-

4: Artículo: Amados Niños, Diario Página 12. Comisarías denunciadas por hechos de torturas respecto de los chicos alojados en ellas: Seccionales 1º, 2º, 3º, 4º y 5º de Tigre, Oficina de Coordinación de Tigre y Brigada de Tigre; 1º, 2º, y 3º de San Fernando y Comando de San Fernando; 1º, 2º , 3º y 4º de Pilar; 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 8º, y 9º de San Isidro, Ciclistas de San Isidro, Comando de San Isidro y Oficina de Coordinación de San Isidro; Destacamento Villa Rosa; 1º, 2º, 3º, 4º y 5º de Vicente López y Morón 1º.-

5: Artículo: El obispo Negro. Revista 22.-

6: Artículo: Tratados como animalitos. Diario Página 12, 4/7/00.-

7: Artículos: Motín y Represión en un instituto para menores. Diario Página 12, 3/6/00 y Violento Motín en Melchor Romero. Diario Crónica, 3/6/00.-

8: Artículo: Detenidos en Condiciones Inhumanas. Diario Página 12, 30/05/00.-

9: Artículo: ídem nota 1.-

10: Artículo: Cachiporras para los únicos privilegiados. Diario Página 12, 29/06/00.-

11: Artículo: Rawson: Cada cinco días una fuga. Diario Crónica, 1/06/00.-

12: Artículo: Salir al Mundo, subtítulo: No arrojarlos al Delito. Diario Página 12, 21/05/00.-

13: Artículo: Cambiar la vida en el escenario. Diario Página 12, 23/04/00.-

14: Artículo: Chacabuco: la excepción a la regla. Revista 3º Sector, Año 6, Nº 28 .-

 

BIBLIOGRAFÍA:

ARDOINO, JACQUES: La Intervención: ¿Imaginario del cambio o cambio de lo imaginario?, en La Intervención Institucional, de autores varios, Ediciones Folios, Colección Alternativas, 1981, españa.-

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