ECOLOGÌA Y POSMODERNIDAD

archivo del portal de recursos para estudiantes
robertexto.com

enlace de origen

IMPRIMIR

INTRODUCCION Y OBJETIVOS

En la presente monografía desarrollaré un análisis acerca de las relaciones entre el movimiento conocido como posmodernidad, y el problema ecológico, a partir de exponer las características de los actuales movimientos ecológicos conocidos como la ola verde.

La posmodernidad y la ecología han cobrado mucha notoriedad en los últimos años, y considero que la aparición de ambas no es casual, como tampoco son accidentales sus mutuas relaciones. Creo que en realidad son inquitudes humanas, movimientos masivos que intentan, cada cual a su manera, dar una respuesta al problema de la incertidumbre generada por el desmedido avance tecnológico de la humanidad, avance que no se ha sabido, no se ha podido o no se ha querido controlar en beneficio del bienestar del hombre y de su derecho a la vida. Los movimientos ecológicos, o la llamada "gran ola verde", son una expresión de este descontento y a la vez una posibilidad de esperanza de salvación de la humanidad.

 

POSMODERNIDAD Y ECOLOGIA

La posmodernidad aparece por ahora más como una categoría cultural que trata de dar cuenta de la pérdida de poder de las ideas que sostenían y fundamentaban el proyecto filosófico-político de la modernidad, que como un pensar particular coherente y sistematizado. La posmodernidad se caracteriza por cierto agotamiento, pérdida de las ideologías, simulacros y agnosticismo generalizado.

El pensamiento posmoderno tiene como rasgo principal un trabajo de deconstrucción de las categorías de la modernidad. Sin embargo, al no poder construír otro pensamiento acerca de cuestiones tales como el ser, la verdad, o el sujeto, queda prisionero de la esencia más íntima de la modernidad. Así, la posmodernidad es la forma que toma el ocaso de la modernidad, y no tiene la jerarquía de un pensamiento filosófico con entidad propia.

El prefijo 'pos' no indica superación, ni paso adelante, mas bien 'rebasamiento' y paso al costado. Es sólo un desvío de la lineal carrera moderna, para realizar -desde fuera- un balance crítico de la modernidad.

En lo que va del siglo XX el desarrollo científico y los problemas generados en torno al mismo (instrumentalización de la razón, neutralización de lo axiológico, etc.) han permitido un cuestionamiento mayor del paradigma científico como modelo para la filosofía, y creo que a partir de dicho cuestionamiento es que se posibilita la apertura a temáticas como las planteadas desde el pensar posmoderno.

La posmodernidad tiene también su expresión en la educación. La escuela es moderna, pero los alumnos son posmodernos; la escuela tiene su base en la palabra, los jóvenes han crecido en el mundo de la imagen; los profesores exponen, los alumnos querrían hacer zapping; la escuela propone un sujeto racional y autónomo, los jóvenes viven sus feelings y a lo sumo preguntan "¿para qué sirve esto?".

Si queremos entrar más en la relación de la posmodernidad con los movimientos ecológicos, deberíamos partir de la idea de progreso del paradigma de la modernidad. Más concretamente, la modernidad ha sostenido y valorado la idea de progreso, pero fundamentalmente ha entendido por tal un progreso tecnológico, no espiritual, con la esperanza de que la tecnología podría hacer progresar a la humanidad.

Es verdad que con ella se ha alargado la expectativa de vida al controlarse muchas enfermedades y avanzado en la prevención de las mismas. También, el desarrollo de la tecnología nuclear ha traído beneficios en cuanto a provisión de energía eléctrica, como así también en lo relativo a su empleo para la curación de ciertas enfermedades.

Sin embargo, la tecnología demostró ser una arma mortífera, como lo prueban las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki (1945), los arsenales bélicos basados en elementos nucleares, bacteriológicos, etc., los residuos nucleares y la invención de los clorofluorocarbonos que día a día aumentan el agujero de ozono que nos expone cada vez más a la nociva influencia de la radiación ultravioleta.

La tecnología trajo también la polución ambiental y su consecuencia: el efecto invernadero, que amenaza con recalentar el planeta y producir graves desequlibrios climáticos que podrían terminar con la especie humana.

En base a estos resultados tecnológicos, la posmodernidad nace proponiendo una desconfianza básica en la idea de progreso tal como es sostenida por la modernidad: el progreso no sirve porque hace que los hombres se destruyan entre sí. Este movimiento posmoderno tiene una vertiente desencantada, que no propone nada salvo esperar la próxima destrucción inminente del planeta. Pero tiene también una vertiente optimista que recoge la idea de progreso, intentando poner de nuevo la tecnología al servicio del hombre para preservar nuestro ecosistema. Pienso que lo más representativo de esta segunda vertiente son los movimientos ecologistas.

Los 'verdes', los ecologistas, los alternativos, así aspiren a proteger unos cuantos espacios naturales o a darle la vuelta al mundo para que sean las industrias destructivas las que queden como recuerdo, opinan lo que ya opinaban los pioneros de la ecología de hace más de veinte años: "Los barrios de las ciudades son casi siempre zonas mal dotadas, sin parques ni jardines. El paisaje de nuestras costas ha sido destruído por las urbanizaciones turísticas. Se extinguen especies animales y vegetales. No hay bienestar material cuando el aire que respiramos o la comida que ingerimos es cada vez peor" (1).

En toda Europa se hacían proclamas similares. Surgieron muchos movimientos en defensa del medio ambiente: eran movimientos pequeños y diseminados por diversas partes del mundo, pero poco a poco fue tomando cuerpo el único movimiento que sacó fuerzas de su desorganización inicial: la gran ola verde se había puesto en marcha.

Pero, ¿de dónde proviene el nombre del movimiento ecologista? Seguramente, la intención  del naturalista alemán Ernst Haeckel, al acuñar el término "ecología", para designar a la rama de la biología que estudia la relación de todos los seres vivos entre sí y con su entorno inanimado, no era bautizar a aquel movimiento verde. Sin embargo, la palabra 'ecología' adquirió, con estos movimientos no violentos, un nuevo sentido, más dramático, más abarcativo.

Así, hoy en día ecología es bastante más que la rama de la biología creada por Haeckel: es un estado de conciencia, es una colección de 'partidos', extendidos por todo el mundo, incluyendo también nuestro país, donde junto a la Alianza y al Partido Justicialista, existe también un Partido Verde, como en casi todos los países del mundo. Creo que estos partidos son pequeños, casi insignificantes en cada país, pero si unimos a todos los del mundo, constituyen un partido mucho más grande que el partido Justicialista o el Republicano. Su principal problema es que no están unidos más orgánicamente, y tal vez en este resida su debilidad.

Hay movimientos ecologistas alemanes, franceses, suizos, italiano,s norteamericanos, argentinos, etc. Todos tienen un cierto caudal de simpatizantes. Por ejemplo, el Movimiento Verde de Estonia, una de las tres repúblicas soviéticas del Báltico, está respaldado por el 5,5% del electorado.

En Bulgaria, el movimiento "Ecoglasnost" fue la punta de lanza de la rebelión democrática. En Checoesvolaquia, el 83% de sus habitantes considera que la defensa de la naturaleza es la tarea más importante de los años venideros.

A las urnas o a las protestas callejeras acuden en nombre de la defensa ecológica del ambiente feministas, pacifistas, médicos homeópatas, macrobióticos, y también ciudadanos sin ninguna etiqueta en especial pero que están hartos de respirar smog, o de ver que poco a poco los espacios verdes de los lugares donde habitan van siendo reemplazados por urbanizaciones, o van siendo desforestados paulatinamente.

El movimiento verde, tal y como lo entendemos hoy en día, tuvo sus orígenes en las elecciones de 1980 en la República Federal de Alemania. En dicha ocasión, tras varios triunfos, al parlamento federal, y desde entonces ellos son la cabeza visible del ecologismo práctico y la acción concreta.

Lo verde va, por supuesto, más allá de una expresión política. Verdes son también, por ejemplo, los agricultores que se oponen a la existencia de los misiles subterráneos, aunque quizás nunca vayan a votar al partido verde. Y verdes son también, por qué no, muchos políticos que perteneciendo a otros partidos, también están cada vez más preocupados por la situación ecológica. Lo verde es un movimiento político y social, e incluso hasta una moda.

El movimiento ecologista ha trascendido las fronteras nacionales. Conforme avanza la globalización, también ha avanzado la internacionalización de este movimiento, como podemos verlo por ejemplo en la organización WISE, la European Nuclear Disarmament, y la tan conocida Greenpeace, con representantes en todos los países.

Greenpeace fue fundada en Canadá en 1972, y cuenta con millones de socios en los cinco continentes. Greenpeace se caracteriza no sólo por su importancia creciente, sino porque sus estudios y denuncias suelen venir respaldadas por un rigor científico que no es frecuente en otras áreas del ecologismo.

Muchos verdes acusan a Greenpeace de ser una organización demasiado profesionalizada y poco democrática, pero lo cierto es que su eficacia y espectacularidad la han convertido en una referencia imprescindible.

 

CONCLUSIONES

Todavía no se ha hecho una historia del movimiento verde, pero hoy en día puede ser considerado como un referente central de la posmodernidad, por cuanto es otra expresión más del desencanto, la disconformidad con la actual situación del hombre en su condición de depredador de la naturaleza.

Los ecologistas ya han empezado a tener escaños en el poder legislativo de los diversos países, y sólo aspiran a convertirse en la voz de la sensatez y el sentido común en un mundo cada vez más tecnologizado e inhumano, en el que únicamente cuenta el desarrollo económico a costa de lo que sea. El movimiento ecologista es, por todo ello, la nueva conciencia de la humanidad.

 

CITA

(1) Reunión de la Asociación Española para la Ordenación del Medio Ambiente", reunida en Benidorm en junio de 1974.

 

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Hardesty Donald, "Antropología ecológica", Ediciones Bellatera, Barcelona, 1979.

Button John, "Háztelo verde. Mil ideas para poner ecología en tu vida cotidiana", Integral Ediciones, Barcelona, 1989.

Astesano Eduardo, "Historia ecológica y social de la humanidad" Tomo I. Ediciones Castañeda, Buenos Aires, 1979.

Odum E. P., "Ecología", Nueva Editorial Interamericana, México D. F., 1982.

LIBRERÍA PAIDÓS

central del libro psicológico

REGALE

LIBROS DIGITALES

GRATIS

música
DVD
libros
revistas

EL KIOSKO DE ROBERTEXTO

compra y descarga tus libros desde aquí

VOLVER

SUBIR