BIOÉTICA: ¿DERECHOS O DEBERES?

archivo del portal de recursos para estudiantes
robertexto.com

enlace de origen

Municipalidad de San Isidro, Buenos Aires - Argentina

 

IMPRIMIR

 

     Cuan difícil resulta poder volcar al papel conceptos sobre temas que resultan tan controvertidos por su alcance, por su apreciación social, profesional y además, cuando los límites son tan sutiles.

     Para comenzar lo primero que surge como interrogante es: ¿ la bioética es una nueva disciplina o es una rama de la ética,? ¿Es parte de las ciencias biológicas ó de la filosofía?.

     Previo a obtener la respuesta a esto, debemos partir buscando la definición de ética:

     Ciencia que estudia las acciones humanas en cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud. En general toda ética pretende determinar una conducta ideal del hombre. Esta puede establecerse en virtud de una visión del mundo o de unos principios filosóficos o religiosos, que llevan a determinar un sistema de normas. Así pues, la ética se relaciona con la psicología, que establece una determinada concepción del hombre, de sus facultades y operaciones; con la metafísica, que permite encuadrar el orden moral en un sistema general del universo y del ser; con la sociología, que estudia la sociedad en cuyo seno se desenvuelve la conducta del hombre en la convivencia y la acción común con los demás hombres.

     La ética se divide en ética general que estudia los principios de la moralidad (actos morales, fin último, ley moral, libre albedrío, conciencia, hábitos) y la ética especial o deontología que trata de los deberes que se imponen al hombre según los distintos aspectos o campos en que se desarrolla su vida.

     La historia de la ética como disciplina filosófica, iniciada en occidente por Aristóteles, aunque tuvo ya sus precursores en Demócrito y sobre todo en Sócrates, ha dado lugar a varias concepciones que se diferencian especialmente por dos cuestiones fundamentales:

     1. Según su origen, se distinguen las éticas autónomas, en las que el sujeto encuentra en si mismo el fundamento moral y las éticas heterónomas, que tienen un fundamento exterior al sujeto (Dios en la ética teológica, la utilidad en la utilitarista, la felicidad en la eudemonista, etc.)
    2. Según su naturaleza se distinguen las éticas formales, en las que los principios éticos son absolutamente válidos a priori y se imponen como imperativo categórico (Kant); las éticas materiales, en las que la moralidad depende de la adecuación de un acto con el fin puesto, y las éticas de los valores, fundadas en la correlación entre el objeto que "vale" en sí y el sentimiento del sujeto que lo intuye como valor (Max Sheller, Hartmann).

     Las conclusiones comunes sobre este problema son la afirmación de un lenguaje propio de la ética, que es de naturaleza prescriptiva (mandatos o juicios de valor), cuyo estudio debe preceder a toda investigación ética.

     A tan amplia descripción se contrapone en la investigación bibliográfica, la escueta mención que se hace sobre el término Bioética:

     Disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología en general, así como de las relaciones del hombre con los restantes seres vivos.

     Como es lógico pensar, esta falencia descriptiva podría estar influenciada por lo novel de la disciplina. Si la bioética estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología, ¿cómo se aplica esta ética a la luz de las nuevas técnicas de las ciencias en cuestión?.

     Es así que luego de ir adentrándonos en el tema y descubrir que la bioética surge, en parte claro está, como respuesta a este último interrogante, nos encontramos con situaciones claras y otras muchas discutibles, la forma de aplicación de esta ética biológica o bioética, plantea el eje del ensayo, la bioética ¿es un derecho o un deber?.

     El pensamiento bioético ha tenido en los últimos años una difusión y un impacto impensable en la primera mitad de este siglo.

     Y... ¿qué entendemos por bioética?, ¿ es una nueva disciplina científica, con vocación filosófica? Si bien hasta el momento el término ha tenido confusas definiciones y se ha visto adueñada por diversos sectores. Mientras la profesión médica ha querido captarla viendo en ella una nueva posibilidad de la Deontología, otras profesiones han visto la eventualidad del surgimiento de una nueva conciencia social, respecto al futuro de la existencia humana.

     Muchos coinciden en que forma parte de la ética deontológica, la ética ambiental, el derecho jurídico, las ciencias sociales, la religión y la filosofía.

     Sabemos que la bioética se encuentra muy influenciada por las creencias religiosas, siendo ésta variable según cada dogma profesado, conjuntamente a esto esas creencias pueden ser aplicables tanto para el profesional. como para el paciente, creando situaciones que deberán ser resueltas según lo medite cada caso en particular.

     Sirva la presente aclaración para dejar sentado, que la no consideración del tema religioso, estriba en que debe hacerse a la luz de cada creencia, pero que ello no minimiza la trascendencia que el mismo tiene para la bioética.

     La diferencia entre "lo bueno" de la ética clásica y un "principio" bioético, es que en el primero se ha abierto siempre la posibilidad de reconocer un origen transubjetivo de la normatividad moral, el que permite hablar de "objetividad moral", con todas las reservas que se quieran. El "principio" bioético en cambio, tal como se entiende hoy, privilegia la instancia subjetiva, de ahí que el origen último de su normatividad es el que surge del consenso o del procedimiento seguido para llegar a ese consenso. En esta búsqueda de "principios bioéticos", los aspectos consensuales han alcanzado una inusual importancia.

     Los principios bioéticos no tienen el carácter de lo que la ética clásica entiende como "principios", esto es, de verdades tan manifiestas que eximen de toda necesidad consensual, sino más bien de postulados. Para que exista el consenso debe haber una instancia no consensual, que es a la cual la moral clásica llama principios.

     Teniendo en cuenta los diversos aspectos involucrados, la bioética puede enmarcarse en una especie de concepto solidario universal, adquirido en un mundo contemporáneo, donde los avances tecnocientíficos dejan tras de sí un fin de interrogantes y problemas sin resolver, que afectan la existencia del hombre actual y del futuro.

     La bioética ha motivado replantear la posición del hombre como integrante de un macrocosmos, en el cual interactúa con el medio, otras personas y otras forma de vida.

     Considero que las diversas formas de la vida biológica que encontramos en el mundo parecen interesantes, e incluso significativas éticamente, porque se advierte una estrecha relación entre ellas y nuestra propia vida corporal. Es el reconocimiento implícito de la analogía entre las diversas formas vitales y la vida corporal de la persona absolutamente digna, lo que nos hace entender aquellas como dignas de respeto. Las formas de vida nos interpelan con más intensidad cuando, de algún modo, reflejan más intensamente nuestra propia vida.

     En esa interacción, es que nos planteamos la trascendencia de algunos de los grandes temas que ha abordado la bioética, los cuales son vistos por algunos como un derecho y por otros como un deber. La autodeterminación, la información, el avance tecnocientífico, la preservación del medio ambiente, y el trabajo médico, son algunos de esos temas.
 

La autodeterminación

     En la actualidad no se discute que el paciente con plenas facultades es libre para tomar decisiones respecto a su integridad psicofísica; tiene el derecho a disponer de su propio cuerpo y con ello aceptar o rechazar métodos para establecer el diagnóstico de su dolencia o el tratamiento. Frente a ello, tiene más valor su propia decisión o autodeterminación que la de su familia y la del propio médico, quien interactúa con el paciente en procura de restablecer su salud.

     De esto último se desprende que el médico tiene mucho que ver en el ejercicio de la libertad del paciente y consiste en el buen manejo de la información que suministra. Debe poseer "pericia en el manejo de lo humano", agudizando su sentido común con parámetros bioéticos.

     Debemos recordar que los derechos personalísimos son derechos innatos.... y entre ellos el derecho a la vida es un derecho que envuelve al hombre, que está encima de él y por lo tanto no puede estar a merced de la decisión de un tercero como es el médico.

     Durante las XIV Jornadas de Derecho Civil, el Dr. Esteban Sandoval Luque, presentó como ponencia "El derecho a la autodeterminación", el cual se basa en los siguientes puntos:

     1) Todo ser humano es autónomo desde el punto de vista moral y debe respetar y ser respetado por quienes tienen posiciones morales diversas.

     2) El paciente con plenas facultades es libre de tomar decisiones respecto a su integridad psicofísica.

     3) El fundamento filosófico y legal de la autodeterminación del paciente reposa en el derecho a la intimidad y a la libertad.

     4) El derecho a la autodeterminación es un derecho personalísimo de raigambre constitucional.

     5) El empleo adecuado del proceso del Consentimiento Informado implica un método positivo de respeto al derecho a la autodeterminación.

     6) En un sistema de prevención de daños, el proceso del consentimiento informado tiene un valor fundamental.

     7) Para que pueda ejercerse el derecho a la autodeterminación, es necesario una adecuada información

     8) En casos excepcionales específicos (trasplantes, experimentación, mutilaciones), el consentimiento debe ser expreso, debiendo acreditarse por escrito.

     9) Salvo los mencionados casos, en la generalidad del desarrollo de los actos médicos, el consentimiento puede ser tácito.

     10) En la hora actual, el rol del abogado se ajusta más al conflicto que a la prevención del mismo.

     11) Actualmente existe falta de comunicación efectiva entre el mundo jurídico y el médico en la toma de decisiones en las que esté implicada la bioética y el derecho.

     12) La actividad de prevención de riesgos estructurales y funcionales desde el punto de vista jurídico, en un marco interdisciplinario con la ciencia médica y la bioética, demuestra un reconocimiento al valor del derecho humano a la autodeterminación.
 

     Cada uno de estos puntos hace referencia a situaciones que en la práctica médica cotidiana se presentan muy asiduamente, se hace mención aquí al deber del médico de informar a su paciente de lo mas significativo de su enfermedad, como respuesta lógica al derecho de este a saber sobre la naturaleza de los síntomas, las medidas diagnosticas que son del caso, los resultados favorables e indeseados que cabe esperar del tratamiento, y el pronostico. Se trata no solo de informar al paciente, para aliviar su ansiedad, sino de hacerlo de modo que participe en la tarea de tomar decisiones.

     El paciente en su condición de persona moral, libre y responsable, capaz de asumir conscientemente su enfermedad y su tratamiento, aceptándolo, rehusándolo o escogiendo, cuando es posible, entre las distintas opciones que se le ofrecen. Es deber del medico ayudar al paciente a sopesar riesgos y beneficios y a decidir de modo maduro, consciente y responsable.

     El punto 11, plantea una de las situaciones más conflictivas que se le atribuyen a la profesión médica; la de haberse deshumanizado, habiendo tomado un camino muy "biologicista", abandonando las premisas fundamentales de la profesión médica de asistir, socorrer y curar

     Si efectuamos un análisis de la evolución del ejercicio de la profesión de la medicina, advertiremos que en la relación médico paciente se ha generado un profundo cambio motivado por los grandes avances surgidos en el siglo XX. Ello ha sido positivo sin duda alguna, pues ha procurado eliminar en algunos casos y frenar en otros el avance de algunas enfermedades. Pero al mismo tiempo que generó avances, desequilibró la relación humana entre médico y paciente.

     La tecnología provocó la formación de especialistas y equipos médicos que hicieron desaparecer el "médico de familia". La estrecha relación que existía entre quien presentaba una enfermedad y el profesional que lo asistía, se ha transformado. Los profundos cambios y progresos de la medicina han provocado una "crisis" en la relación médico - paciente, que no por ser tales, son negativas, ya que se produce una suerte de horizontalización entre ambos, frente al "paternalismo" que se verificaba y del que aún quedan vestigios. Es decir que esta crisis tiene aspectos positivos, ya que nos ayuda a madurar en cuanto resulta indispensable considerar al paciente, como el principal protagonista de su salud.
 

Los avances tecnocientíficos

     Se podría decir que, si el tema de la bioética se ha impuesto tan marcadamente durante los últimos años en el mundo, ello es, indudablemente, debido a que ésta representa en sí misma, por una parte, un cambio de actitud frente a una cotidianeidad que ha sido tradicionalmente desatendida en algunas cuestiones fundamentales, y por otra, a que está referida a un ámbito tecnocientífico como el que define a nuestro presente histórico, en el que un conjunto de problemas se plantean y se van entretejiendo de una manera teórica pero al mismo tiempo muy concreta.

     En efecto, para quien quiera reflexionar sobre las cuestiones éticas suscitadas por el desarrollo técnico y científico contemporáneo, en relación a todas sus implicancias y a todas sus consecuencias, la bioética puede ser considerada como una disciplina de corte paradigmático.

     No cabe duda de que los avances tecnocientíficos han arrojado, sobre todo a aquellos que los han producido, a una situación de perplejidad frente a determinadas situaciones. Se trata de verdaderas encrucijadas en las cuales flota la sensación de que las implicancias en juego afectan a lo más íntimo de la vida. Casos como el de la terapia génica, plantean una novedad radical para el moralista en tanto nos enfrentan con la posibilidad de intervenir sobre la estructura misma de los procesos biológicos.

     Estas situaciones concretas a las que se ha llegado en virtud de un desarrollo tecnológico aparentemente ingobernable, exigen la búsqueda de soluciones moralmente admisibles, y se aspira a que más tarde estas soluciones se transformen en criterios de acción para situaciones semejantes.

     Al parecer, es con la genética que habría comenzado a imponerse el término "manipulación", para describir los aspectos esenciales de la investigación ligada al criterio de desarrollo científico. La bioética ha surgido como respuesta a ciertas formas de la investigación y el desarrollo científico en las que el carácter tecnocientífico es decisivo y mediante las cuales se encauza un perfil experimentalista, manipulador e intervencionista, activo y técnicamente armado como el de la ciencia contemporánea.
 

Bioética y medio ambiente

     Conjuntamente con la bioética, se ha despertado un interés por todo aquello ligado a la conciencia ecológica y ambientalista; esta creciente sensibilidad antropocósmica característica de la bioética, busca poner de relevancia una profunda solidaridad entre el hombre y la naturaleza; vale decir, el de las preocupaciones ecológicas, ecoéticas, ecosóficas, medioambientales. En las que se atiende a los grandes peligros para la biosfera, al respeto por los derechos y al cuidado de los animales y de lo vivo en general; sobre todo en este momento, cuando el planeta Tierra vive un período de intensas transformaciones tecnocientíficas, como contrapartida de las cuales se han suscitado fenómenos de desequilibrio ecológico que amenazan a corto plazo, si no se les pone remedio, la implantación de la vida sobre su superficie.

     Las instancias políticas y ejecutivas se muestran totalmente incapaces de aprehender esta problemática en su conjunto, en la totalidad de sus implicancias, dado que sólo lo hacen y, parcialmente, desde una visión exclusiva de naturaleza tecnocrática para la cual son generalmente más relevantes los intereses económicos; cuando, en realidad, sólo una articulación ético - política, ético - económica, sería susceptible de clarificar convenientemente estas delicadas cuestiones, para acceder a respuestas verdaderas a la crisis presente, a escala planetaria, desde una radical reorientación de los objetivos de la investigación y desenvolvimiento científicos y de la producción de bienes materiales e inmateriales que haga previsible la implementación de un nuevo tipo de desarrollo, menos "salvaje" o más sostenible; ya que, donde quiera que uno dirija la mirada, puede apreciar una idéntica paradoja: por una parte, el cada vez más creciente y sostenido despliegue de nuevos medios tecnocientíficos, provistos de una capacidad potencial para resolver los problemas ecológicos prevalecientes y para reequilibrar las actividades socialmente útiles en el planeta; y, por otro, la manifiesta incapacidad de las fuerzas sociales organizadas y de las formaciones subjetivas constituidas para valerse de esos mismos medios y tornarlos operativos con miras a la resolución de aquellos conflictos.

     Creo en este sentido, en una persistencia de la existencia humana en base a nuevos contextos, de una reconstrucción del conjunto de las modalidades del ser en grupo, a través de la invención de nuevos enunciados colectivos referidos a la pareja, la familia, la escuela, el barrio, etc.; en síntesis, se trataría de la producción de lineamientos para la recomposición o refundación de las prácticas humanas en los más variados dominios, dicho de otro modo, de recomponer una concertación colectiva capaz de desembocar en prácticas innovadoras.

     Necesitamos fortalecer la ética para el ambiente saludable, que nos haga conscientes de los graves errores que se cometen cotidianamente y de los altos costos que implica la contaminación planetaria y la extinción antinatural de los recursos naturales, por el libertinaje excesivo individual o ignorancia y descuido de la sociedad.
 

La labor médica

     En la tradición deontológica se ha visto siempre que la relación entre enfermo y médico es una relación asimétrica, en la que la debilidad se encuentra con el poder, el temor con la seguridad, la ignorancia con la ciencia.

     También se ha repetido que es el encuentro de una confianza con una conciencia. En tiempos mas cercanos, se viene afirmando que la tradicional actitud paternalista del medico ante su paciente esta caduca, histórica, psicológica y sociológicamente y debe ser sustituida por una relación de igual a igual, en la que dos seres humanos, dos conciencias autónomas, han de buscar un acuerdo.

     Se siga la idea más tradicional o la más moderna, de hecho, la relación medico - paciente ha de estar presidida por el respeto a la integridad de la persona. Ese respeto excluye toda manifestación de superioridad o arrogancia por parte del médico o del paciente.

     El médico no puede limitar su atención a lo individual, tiene que asumir también ciertas responsabilidades sociales. En la inmensa mayoría de los países avanzados, los profesionales de la medicina, sean las que fueren sus convicciones políticas y sociales, han hecho posible, con su participación, el fenómeno de la socialización de la medicina.

     Hoy en día muchos médicos han comprendido que ese derrotero que sigue el proceso que lleva de la salud a la enfermedad, está cargado de muchos otros factores que van más allá de lo exclusivamente sanitario. Pero a pesar de que muchos discursos, sin fundamentos, cargan a la profesión médica con gran parte de la "culpa" en las falencias de la salud en la comunidad, son esos mismos discursistas los que teniendo la posibilidad de mejorar el estándar de vida, hacen la vista gorda ante las necesidades sociales del prójimo.

     Quien esta en condiciones de negar la trascendencia del tema social en la salud, la importancia de un buen nivel de educación, trabajo digno, alimentación adecuada y vivienda decorosa. Y aquí vuelve a surgir la pregunta, ¿es esto derecho ó deber? Pero además ¿de quien? , ¿del equipo de salud; o de todos aquellos que pudiendo cambiar, no cambian?

     No rehusamos la responsabilidad que nos cabe como médicos, creemos que es más ético trabajar por la salud que en la recuperación de ella. Creo que cuando el médico desaprovecha cada una de los oportunidades de hacer prevención, en cierta forma falta a la ética; tan poco ético como aquellos que teniendo el manejo de la salud ven a ésta como un gasto, no como una inversión, no advirtiendo que la salud es un bien inherente a cada individuo, sobre el cual se tiene derecho a reclamar.

     Hasta que muchos de estos "personajes" no vean en la profesión médica la herramienta poderosa de la prevención, seguiremos siendo partícipes involuntarios de esta falta de ética.

     La profesión médica se ha puesto al servicio de la comunidad: lo están de modo particularmente intenso los médicos que trabajan en el área de la salud publica, los que ejercen en el primer nivel de asistencia (medicina familiar y comunitaria), y los que colaboran con la administración y la organización de la salud pública. Aunque, paradójicamente, se ha dicho que la medicina es demasiado importante para dejarla en manos de los médicos, conviene señalar que la medicina, incluso en sus aspectos macroeconómicos y de planificación general, presenta problemas para cuya resolución acertada se necesitan conocimientos médicos específicos y el sentido moral que presta la ética profesional.

     En 1963, la Asociación Médica Mundial promulgó sus 12 principios para la provisión de asistencia médica, en los que estableció los requisitos éticos para que los médicos pudieran prestar su colaboración a los sistemas nacionales de salud. Entre otras cosas, el documento actualizado en 1983, dice lo siguiente:

     1. Todo sistema nacional de salud, al tiempo que proporciona los servicios médicos más modernos, deberá mostrar el máximo respeto por la libertad del médico y el paciente.

     2. Las condiciones de participación de los médicos deberán ser definidas de común acuerdo con los representantes de las organizaciones médicas.

     3. Todo sistema de atención de salud deberá permitir al paciente consultar con el médico de su preferencia, y al médico determinar los pacientes que desea atender.

     4. Todo sistema de atención de salud debe estar abierto a todos los médicos titulados.

     5. El médico debe ser libre para ejercer su profesión en el lugar que prefiera y de practicar la especialidad en la que es competente.La organización médica deberá prestar atención, sin embargo, a las deficiencias de distribución de los médicos por el país y tratar de subsanarlas, incentivando de modo apropiado a los médicos que van a trabajar en ellas.

     6. La profesión debe estar debidamente representada en los organismos oficiales relacionadas con los problemas de salud y de enfermedad.

     7. El carácter confidencial de la relación médico - paciente debe ser reconocido y respetado por todos los que participan en el tratamiento del paciente y en su control administrativo. Las autoridades deben respaldar también esta norma.

     8. Debe quedar garantizada la independencia moral, profesional y económica del medico. 9. La autoridad encargada de la gestión económica debe pagar al medico una compensación adecuada, que no puede quedar determinada exclusivamente por la situación económica de aquella ni por una decisión unilateral del gobierno.

     10. La inspección de los servicios médicos con el propósito de comprobar su calidad, su número o su costo, debe ser realizada solo por médicos, y evaluarse según criterios locales o regionales, no según normas nacionales.

     11. En el mejor interés del enfermo, no se puede restringir el derecho del médico a prescribir el tratamiento que considere apropiado según los criterios médicos del momento.

     12. No se pondrán dificultades para que el médico pueda tomar parte en actividades cuyo propósito sea ampliar sus conocimientos y mejorar su rango profesional.

     El servicio que el médico presta al enfermo reconoce que paciente y médico poseen la misma e idéntica dignidad, e incluye necesariamente la ciencia y la conciencia de un hombre libre que, por vocación y voluntariamente, sirve a sus semejantes, a los que respeta y que se respeta a si mismo.

     La premisa del médico es la de prevenir riesgos y bregar por el bienestar de la población en general y obviamente la del paciente, consumidor del servicio de salud. Para ello es necesario que el integrante del equipo sanitario conozca "la materia prima" ( cuerpo, espíritu e información del paciente) sobre la que procurarán lograr el "producto", es decir la recuperación de la salud.

     Allí es donde radica una de las "fallas", del equipo médico, no habiendo un conocimiento adecuado sobre el perfil del paciente y los derechos que siempre tuvo y que hoy exige con más énfasis.

     El servicio del médico consiste ordinariamente en la conjunción de disponibilidad, competencia y respeto, con la que acude en ayuda de quien la necesite; en ocasiones extraordinarias, ha de ser también altruismo que lleva incluso a arriesgar la propia vida para rescatar la del prójimo.

     Esta disposición jamas puede degenerar en servilismo, es decir, en una sumisión ciega a las ordenes de otros, ya se trate del poder político, de la administración sanitaria, o de los pacientes que piensan que el médico es un técnico calificado que ejecuta los encargos que se le ordenan.

     Es muy importante que el médico tenga una noción ponderada de que cosa es la salud. Desde el punto de vista médico, la idea de salud que se desprende de la conocida definición de la OMS, sobrepasa ampliamente las capacidades presentes y futuras de la medicina. Quizá sea más aceptable, y también mas practica, la idea de que salud es vivir bien aunque con limitaciones.

     El médico ha de esforzarse por disminuir la enfermedad, los factores que la favorecen, por reducir en lo posible la intensidad y difusión de ella y sus efectos residuales. Ha de poner en práctica las dimensiones preventiva y curativa de la medicina, al tiempo que evita inducir males iatrogenicos y ayuda a crear un modo de vida social mas sano.

     El énfasis puesto originariamente en el cuidado de la salud humana procede de la deontología médica, pero ese abordaje es insuficiente ya que su espectro abarca la totalidad de las ciencias que tienen un impacto más o menos directo sobre la vida. No es ajena a la bioética la relación entre hombre y mujer: nacer, procrear y morir.
 

La legislación en la bioética

     Las dificultades de legislación en materia bioética, son una obviedad ya que las leyes son hechas por los legisladores, es decir por "políticos profesionales", gente que vive no sólo para la política sino también de ella. Esto hace que la postura del legislador frente a la adopción de una ley, se vea más influida por razones de orden político y electoralista, que por lo ético y científico.

     Creo que estamos dejando la legislación de asuntos muy serios en manos de personas para quienes la aceptabilidad moral de las leyes está, en muchos casos, mediatizada por compromisos que pueden afectar su profesión de políticos, es decir, su propia estabilidad laboral.

     Soy partidario luego de estos planteos, de considerar que no existe una única bioética, ni que se pueda distinguir como una disciplina relacionada exclusivamente a las ciencias. Cada profesión, relacionada o no con las ciencias médicas, sociales o humanística, tienen aspectos relacionados con la bioética. De esta forma las ciencias (biológicas, sociales o exactas), el derecho, la filosofía, la historia, etc., en suma muchas disciplinas técnicas o profesionales, guardan el derecho y el deber, de preservar la vida; nacer, crecer, vivir y morir con dignidad, en armonía con el universo y gozando de los derechos inherente a todos los seres vivos.

     Cuando pretendemos centrar el accionar de la bioética en la solución de meros hechos coyunturales, surge la visión de Aristóteles, para quien la determinación de una conducta virtuosa está precedida por la definición de qué tipo de actos es bueno obrar y en qué disposición habitual de ánimo han de serlo. La moral propuesta por Aristóteles no es asunto de coyunturas, sino de una vida entera:

"Porque una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco hace venturoso y feliz un solo día o un poco de tiempo"
 

Referencias

     Callahan D. (1990).Tendencias actuales de la ética biomédica en los Estados Unidos de América. Bioética. Organización Panamericana de la salud. Washington. p-168.

     Esteban Sandoval Luque. ( 1997). XIV Jornadas Nacionales de Derecho Civil Ponencia: El Derecho a La Autodeterminacion Buenos Aires.

     Gracia, Diego. La bioética Médica en Bioética - Temas y perspectivas. Organización Panamericana de la Salud .No. 527.

     Hooft, Pedro.Bioética y Derecho. Ed. 132-877

     Locke J. (1991).Ethics and the environment. Historically ethics in the west. World Health Forum

     Pellegrino DE. (1993). Ethics. JAMA pp.270(2), 202-203.

     Raanan Gillon. (1988).Problemas éticos de la Medicina Moderna. Etica y Medicina. Espasa Calpe. .

     Sass HM. (1990). La bioética: fundamentos filosóficos y aplicación. Bol Of Sanit Panam. 108(5,6): 391-398.

     World Health Organization (1973 ). The environmental health criteria programe. The identification of new environmental health hazards. EP/73.1

PsicologiaCientifica.com © 2002
E-Mail:

LIBRERÍA PAIDÓS

central del libro psicológico

REGALE

LIBROS DIGITALES

GRATIS

música
DVD
libros
revistas

EL KIOSKO DE ROBERTEXTO

compra y descarga tus libros desde aquí

VOLVER

SUBIR