MARX - EL CAPITAL

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Sección IV- PRODUCCIÓN DE PLUSVALÍA RELATIVA

 

Resumen Contenidos

Valor: cantidad de trabajo abstracto, homogéneo, socialmente necesario con una habilidad media para la producción de mercancías.

Capital Constante: aquella porción del capital cuyo valor está fijado de antemano: infraestructura, maquinarias.

Capital Variable: es la parte de la producción cuyo valor oscila de acuerdo a la conjunción de diversas variables, y que se consume en el acto productivo. Tiene forma de salario .

Plusvalía: valor no retribuido al trabajador, apropiado por el capitalista

CAP. XII- PLUSVALÍA RELATIVA

Se pregunta como incrementar los niveles de plusvalía sin incrementar la jornada de trabajo (plusvalía absoluta).
El valor del trabajador debe sumar la cantidad de unos valores de subsistencia por debajo de los cuales la clase obrera no puede existir como tal (hablamos de clase obrera como sujeto colectivo); y el sobretrabajo es lo que queda del tiempo de trabajo durante la jornada. El tiempo de trabajo del obrero no puede abreviarse a través de la reducción salarial opr debajo del valor de su fuerza; sino  sólo por la disminución de este valor (baja valor bienes-salario)
“Por aumento de la fuerza productiva o de la productividad del trabajo, entendemos en general un cambio en sus procedimientos, con reducción del tiempo socialmente necesario para la producción de una mercancía, de modo que una menor cantidad de trabajo adquiera la fuerza suficiente para crear más valores de uso. El modo de producción se consideraba dado cuanto estudiamos la plusvalía proveniente de la duración prolongada del trabajo. Pero cuando se trata de ganar plusvalía por transformación del trabajo necesario en sobretrabajo, ya no basta con que el capital deje intactos los procedimientos tradicionales del trabajo y se conforme con prolongar su duración. Por el contrario, necesita modificar las condiciones técnicas y sociales, es decir, el modo de producción. Sólo así podrá aumentar la productividad del trabajo, disminuir de esa manera el valor de la fuerza de trabajo y con ello abreviar el tiempo necesario para reproducirla.
“Denomino plusvalía aboluta a la producida por la simple prolongación de la jornada de trabajo, y plusvalía relativa a la que , por el contrario, proviene de la abreviación del tiempo de trabajo necesario y del cambio correspondiente a la magnitud relativa de las dos partes de que se compone la jornada.” (315)
La reducción de los bienes-salario contribuye al incremento de la tasa general de plusvalía.
El desarrollo técnico (tecnología + organización del trabajo) implica un incremento de la productividad; y por tanto mayor plusvalía. El incremento de la productivdad del trabajo se expresa en una baja del precio de la mercancía; lo cual la hace más factible de colocar en el mercado, realizando el valor. Quién primero descubre un método de producción que aumenta la productividad, se apropia de una ganancia excepcional – plusvalía extraordinaria – que rige hasta que empresas competidoras logran adoptar las innovaciones desarrolladas por la empresa “pionera”: “esta plusvalía extraordinaria desaparece en cuanto el nuevo modo de producción se generaliza, y al mismo tiempo se desvanece la diferencia entre el valor individual y el social de las mercancías producidas más baratas.” (318)
“Por consiguiente, en definitiva, la tasa general de plusvalía resulta afectada nada más que cuando el aumento de la productividade del trabajo hace descender el precio de las mercancías comprendidas en el círculo de los medios de susbsitencia que son elementos del valor de la fuerza de trabajo. El valor de las mercancías está en relación inversa de la productividad del trabajo del cual proviene. Otro tanto ocurre con la fuerza de trabajo, puesto que su valor lo determina el de las mercancías . En cambio, la plusvalía guarda una relación directa con la productivdiad del trabajo.(...) El capital, entonces, tiene una incesante inclinación y una constante tendencia a aumentar la fuerza productiva del trabajo para reducir el precio de las mercancías y por consiguiente el de los obreros.” (318-319) Al capitalista no le importa el valor de la mercancía, sino solo la plusvalía que puede extraer.
El desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, en la producción capitalista, tiene el objetivo de disminuir la parte de la jornada en que el obrero debe trabajar para sí , con el fin de prolongar , de esa manera, la otra parte, en que puede trabajar gratis para el capitalista.” (320)

CAPÍTULO XIII- LA COOPERACIÓN
        
        “En rigor, la producción capitalista comienza a establecerse cuando un solo amo explota a varios asalariados a la vez, cuando el proceso de trabajo, ejecutado en gran escala, exige para la venta de sus productos un amplio mercado.Una multitud de obreros que trabajan al mismo tiempo bajo las órdenes de un mismo capital, en el mismo espacio (o, si se quiere, en el mismo campo de trabajo) , con vistas a la producción de un mismo tipo de mercancías: he ahí el punto de partida histórico de la producción capitalista. ” (321)
        La diferencia con el artesano es que el taller se amplía sus dimensiones: la primera diferencia es puramente cuantitativa.
        Señala el carácter medio del rendimiento de la jornada (si bien hay variaciones individuales, pero puede extraerse un promedio que va variando): “siempre se sobreentiende un mínimo de habilidad en el trabajo, y ya veremos más adelante que la producción capitalista sabe medirla.” (322) Aunque haya excepciones, el salario se calcula en base al valor promedio.
        Ahora bien, el empleo de un personal numeroso “provoca una revolución en las condiciones materiales del trabajo”.(322-323) Se ponen en común los equipos e infraestructura para la producción; hay un cambio en la escala. Esto implica una reducción del caiptal constante y con ello la porción de valor que traslada a la mercancía. Esto permite a su vez disminuir el costo de la mercancía; y la erlación entre la plusvalía y el capital anticipado (suma de partes constantes y variables).
        “Cuando varios trabajadores funcionan juntos con vistas a un objetivo común, en el mismo proceso de producción o en procesos distintos pero conexos, su trabajo adopta la forma cooperativa. (...) No se trata únicamente de aumentar las fuerzas productivas individuales, sino de crear, por medio de la cooperación, una nueva fuerza que funcione nada más que como fuerza colectiva.” (323-324)
        Hay formas simples y más complejas de cooperación. Hay tipos de producción que reconocen momentos críticos – como ocurre con algunas producciones agrícolas; o con la pesca del arenque – y que exigen tensar esfuerzos concentrados en un punto.
        “La cooperación permite agrandar el espacio en que se desarrolla el trabajo.(...) Por otro lado, a la vez que amplía la escala de producción, permite reducir el espacio en que se ejecuta el proceso de trabajo. Ese doble efecto, tan potente palanca en la economía de los faux frais (falsos costos) , se debe nada más que a la aglomeración de los trabajadores, a la aproximación entre sí de operaciones distintas, pero conexas, y a la concentración de los medios de producción.(...) Al actuar de consuno con otros, en un objetivo común y según un plan concertado, el trabajador borra los límites de su individualidad y desarrolla su potencia como especie. (...) La concentración de los medios de producción en manos de capitalistas individuales es, entonces, la condición material de cualquier cooperación entre asalariados.” (p.326-327)

        “En los comienzos del capital, su  mando sobre el trabajo tiene un carácter puramente formal y accidental. El obrero no trabaja entonces a las órdenes del capital, como no sea porque le vendió su fuerza. Sólo trabaja para él porque no posee los medios materiales para hacerlo por su propia cuenta. Pero en cuanto hay cooperación entre obreros asalariados, el dominio del capital se desarrolla como una necesidad para la ejecución del trabajo, como una condición real de producción. En el campo de ésta, las órdenes del caiptal se hacen, a partir de entonces ,tan indispensables como las del general en el campo de batalla. Todo trabajo social o común, que se despliega en gran escala, exige una dirección para armonizar las actividades individuales.Ésta debe cumplir con las funciones generales que tienen su origen en la diferencia existente entre el movimiento de conjunto del cuerpo productivo y los movimientos individuales de los miembros independientes que lo componen. Un músico que ejecuta un solo se dirige por si mismo, pero una orquesta necesita un director. Esta función de dirección, de vigilancia y de mediación se convierte en la función del capital en cuanto el trabajo que le está subordinado se vuelve cooperativo, y como función capitalista adquiere caracteres especiales. El poderoso aguijón, el  gran resorte de la producción capitalista , es la necesidad de valorizar el capital. Su objetivo determinante es la máxima extracción posible de plusvalía, o, lo que es lo mismo, la mayor explotación  posible de la fuerza de trabajo. (...) En manos del capitalista, la dirección no es sólo esa función especial que nace de la naturaleza misma del proceso de trabajo cooperativo o social , sino además, y ante todo, la de explotar el proceso de trabajo social, función que se basa en el antagonismo inevitable entre el explotador y la materia que explota. Por otro lado, a medida que se acrecienta la magnitud de los medios de producción que se enfrentan al trabajador como propiedad ajena, crece la necesidad de un control, de una verificación de su utilización de manera conveniente. Por último, la cooperación de obreros asalariados no es más que un simple efecto del capital que los ocupa de modo simultáneo. El vínculo entre sus funciones individuales y su unidad como cuerpo productivo se encuentra fuera de ellos, en el capital que los reúne y los retiene. El encadenamiento de sus trabajo se les presenta, desde el punto de vista ideal, como el plan del capitalista, y la unidad de su cuerpo colectivo se les aparece, en la práctica, como su autoridad, el poder de una voluntad ajena que somete los actos de los trabajadores a sus objetivos. (328-329)

El doble rostro de la producción capitalista es  , por un lado , de estímulo de la producción cooperativa y de otro de maximización de la tasa de genancia. Para cumplir ese doble fin, la dirección debe ser despótica: las “formas específicas de ese despotismo se desarrollan a medida que crece la cooperación.” (329)

“Como personas independientes, los obreros son individuos aislados que entran en relación con el mismo capital, pero no entre sí. Su cooperación comienza en el proceso de trabajo, pero en ese momento han dejado de pertenecerse. En cuanto ingresan a él, están incorporados al capital. En la medida en que cooperan, en cuanto son los miembros de un organismo activo, son nada más que un modo particular de existencia del capital. La fuerza productiva que los asalariados despliegan al funcionar como trabajador colectivo es, por lo tanto, fuerza productiva del capital.” (330)

“Así como la potencia colectiva del trabajo, desarrollada por la cooperación, aparece como forma productiva del capital, la cooperación se presenta como modo específico de la producción capitalista. Esa es la primera fase de transformación que recorre el proceso de trabajo a consecuencia de su subordinación al capital. Esta transformación se desarrolla de manera espontánea. (...) El modo de producción capitalista se presenta, pues, como necesidad histórica, para transformar el trabajo aislado en trabajo social. Pero en manos del capital esa socialización del trabajo sólo aumenta sus fuerzas productivas para explotarlo con mayor ganancia.” (332)

CAPÍTULO XIV- DIVISIÓN DEL TRABAJO Y  MANUFACTURA

        Desde mediados del siglo XVI hasta el último tercio del siglo XVIII se adopta la manufactura en su forma clásica, desarrollando el tipo de cooperación que tiene como base la división del trabajo. “La manufactura tiene un doble origen. Un taller puede reunir bajo las órdenes de un mismo capitalista a artesanos de distintos oficios, por las manos de quienes deben pasar un producto para llegar a su perfecta perfección. Una carroza era el producto colectivo de los trabajos de muchos artesanos independientes entre sí, tales como carpinteros, guarinciones, sastres, cerrajeros, fabricantes de llantas, torneros, tapiceros, vidrieros, pintores, barnizadores, doradores, etc. (...) En su origen, la fabricación de carrozas se prestanba como una combinación de oficios independientes. Poco a poco se convierte en una división de la producción de esos vehículos en sus diversos procedimientos específicos, cada uno de los cuales se cristaliza como tarea particular de un trabajador y cuyo conjunto se ejecuta por la reunión de esos trabajadores parcelarios. Así, las manufacturas de telas y muchas otras nacieron de la agolomeración de los distintos oficios bajo las órdenes del mismo capital. (...) Pero la manufactura también puede surgir por un camino en todo sentido inverso. (...) En lugar de hacer ejecutar las  distintas operaciones por un mismo obrero, una tras otra, se las separa, se las aísla, y luego se confía cada una ellas  a un obrero especial, y los trabajadores que cooperan las ejecutan a la vez, juntos, uno al lado del otro. Esta división, establecida una vez por accidente, se repite, muestra sus ventajas y se osifica poco a poco en una división sistemática del trabajo. De producto individual de un obrero independiente que hace una multitud de cosas, la mercancía se convierte en el producto social de una reunión de obreros, cada uno de los cuales ejecuta constantemente la misma operación de detalle. (...) El origen de la manufactura, su derivación del oficio, presenta, pues, un doble rostro. Por un lado tiene como punto de partida la combinación de distintos oficios, independientes entre sí, a los cuales se hace dependientes y se simplifica hasta el punto en que ya no son otra cosa que operacinoes parciales y complementarias unas de otras en la producción de una misma y única mercancía. Por otro lado se adueña de la cooperación de artesanos del mismo tipo, descompone el mismo oficio en sus diversas operaciones, la aísla e independiza hasta el punto en que cada una se convierte en la función exclusiva de un trabajador parcelario. Por lo tanto, la manufactura introduce la división del trabajo en un oficio, o la desarrolla; o bien combina oficios distintos y separados. Pero sea cual fuere su punto de partida, su forma definitiva es la misma: un organismo de producción cuyos miembros son los hombres.” (333)

        Destaca dos puntos inherentes a la naturaleza de la manufactura: a pesar de la descomposición del oficio, la  ejecución sigue aquí dependiendo de la habilidad, la fuerza, celeridad y seguridad de la mano del obrero en el manejo de la herramienta: el oficio es siempre la base. La manufactura es un tipo de cooperación especial, y sus ventajas provienen aquí de la naturaleza especial de la cooperación.

II- El trabajador parcelario y su herramienta

        El obrero parcelario transforma todo su cuerpo en órgano exclusivo y mecánico de la misma operación simple, que ejecuta durante toda su vida, de modo que emplea en ella menos tiempo que el artesano que ejecuta toda una serie de operaciones. Hace algunas reflexiones sobre el secreto del oficio y su transmisión histórica de generación en generación. “Un artesano que ejecuta, uno tras otro, todos los procesos parciales que convergen en la producción de un trabajo, debe cambiar de lugar y de instrumentos. La transición de una operación a otra interrumpe el curso de su trabajo y, por decirlo así, crea poros en su jornada.” (337)   La existencia y magintud de estos poros depende de los cambios de tarea del artesano: “el ascenso de la productividad proviene, bien de una inversión de más fuerza en determinado espacio de tiempo, bien de una disminución en la inversión improductiva de esa fuerza. El excedente de su inversión que exige cada transición del reposo al movimiento resulta compensado si se prolonga la duración de la velocidad normal, una vez adquirida esta. Por otro lado, un trabajo continuo y uniforme termina por debilitar el florecimiento y la tensión de los espíritus vitales, que encuentran descanso y encanto en el cambio de actividad. La productividad del trabajo no depende sólo del virtuosismo del obrero, sino, además, de la perfección de sus instrumentos.” (337)
        Los instrumentos se van modificando conforme se reestructuran los procesos de trabajo; la manufactura implica una diferenciación y especialización creciente de los instrumentos de producción: “El período manufacturero simplifica, perfecciona y multiplica los instrumentos de trabajo al adaptarlos a las funciones separadas y exclusivas del obrero parcelario.” (337)

III-Mecanismo general de la manufactura. Sus dos formas fundamentales: la manufactura heterogénea y la orgánica.
        La manufactura presenta dos formas fundamentales, definidas por la naturaleza de su producción. En el caso de la producción de relojes, la producción suele ser dispersa (trabajo a domicilio) bajo la conducción de un único capitalista.
        “El segundo tipo de manufactura, es decir, su forma perfecta, entrega productos que recorren fases de desarrollo conexas, toda una serie de procesos graduados (...) En la medida en que combina oficios antes independientes, una manufactura de ese tipo disminuye el espacio que separa las diversas fases de la producción.  (...) Las diversas operaciones conexas, sucesivas en el tiempo, se vuelven simultáneas en el espacio, combinación que permite aumentar en considerable medida la masa de mercancías elaboradas en un tiempo dado.” (339-340) La manufactura “solo llega a su objetivo cuando clava al obrero para siempre en una operación de detalle.” (340) El proceso se va encadenando: el trabajo de uno es el punto de partida del trabajo de otro; y bajo un mismo techo estas operaciones pueden desarrollarse simultáneamente. El tiempo de trabajo deseado se establece experimentalmente “ y el mecanismo total de la manufactura sólo funciona con la condición de que se logre determinado resultado en un tiempo dado.” (340) Esta dependencia inmediata de los trabajadores y de los trabajos obliga a cada uno a emplear nada más que el tiempo necesario para su función, y “de esa manera se consigue una continuidad, una regularidad, una uniformidad y sobre todo una intensidad del trabajo que no se encuentra en el oficio independiente ni en la cooperación simple. El hecho de que una mercancía no debe costar más del tiempo de trabajo socialmente necesario para su fabricación aparece en la producción mercantil, en general, como efecto de la competencia, puesto que, para hablar en términos superficiales, cada uno de los productores está obligado a vender su mercancía en su precio de mercado. En la manufactura, por el contrario, la entrega de una cantidad de producto dado se convierte en una ley técnica del propio proceso de producción.” (340-341)
        Marx señala las asincronías del proceso productivo, dado que no todas las partes de un producto requieren el mismo lapso de tiempo para su realización. De aquí que la manufactura no sólo simplifica y multiplica los órganos cualitativamente diferentes del trabajador colectivo: crea una relación matemática que fija y regula su cantidad, es decir, el número relativo de obreros o la magnitud relativa del grupo de obreros en cada función específica.
        Con la manufactura se desarrolló el uso de máquinas; sobre todo “en ciertos trabajos preliminares simples que sólo es posible ejecutar en gran escala y con considerable inversión de fuerza.” (343) A pesar de esto, Marx afirma que en el período manufacturero las máquinas jugaron un papel secundario; creciendo su importancia en el siglo XVII. “El trabajador colectivo formado por la combinación de una gran cantidad de obreros parcelarios es el mecanismo específico del período manufacturero.”  (343) Se produce una gradual descomposición de las tareas; y los obreros fijados a aquella para la cual tienen más facultades. “El trabajador colectivo posee entonces todas las facultades productivas en el mismo grado de virtuosismo , y las invierte con la máxima economía posible, pues emplea sus órganos, individualizados en trabajdores especializados, o en grupos de ellos, nada más que en funciones adecuadas a su calidad. Como miembro del trabajador colectivo, el obrero parcelario se vuelve tanto más perfecto cuanto más limitado e incompleto es. El hábito de una única función lo convierte en órgano infalible y espontáneo de ella, en tanto que el conjunto del mecanismo lo obliga a actuar con la regularidad de una pieza de maquinaria. (...) De ese modo, la manufactura crea una jerarquía de fuerzas de trabajo a la cual corresponde una escala graduada de salarios. Así como el trabajador individual es apripiado y anexado a una función única, así las diversas operaciones se adaptan a esa jerarquía de habilidades y especialidades naturales y adquiridas. (...) La manufactura produce, pues , en cada oficio del cual se adueña, una clase de simples peones que el oficio de la Edad Media alejaba implacablemente. Así como desarrolla la especialidad aislada hasta el punto de convertirla en un virtuosismo a expensas de la capacidad integral del trabajo, también comienza a convertir en una especialidad la falta de todo desarrollo. Al lado de la gradación jerárquica surge una división simple de los trabajadores en especializados y no especializados. En el caso de estos últimos desaparecen los costos del aprendizaje. En el de los primeros, disminuyen en comparación con lo que exige el oficio. En los dos, la fuerza de trabajo se reduce en su valor.” (344-345) Marx señala que la disminución del valor de la fuerza de trabajo descualificada está vinculada a la disminución del  tiempo de aprendizaje; y su inmediata aplicación a la producción de sobretrabajo.

IV- La división del trabajo en la manufactura y la sociedad

        Vimos hasta ahora como la manufactura salió de la cooperación. Marx propone examinar la relación entre división manufacturera del trabajo y su división social.  
        División del trabajo  en general puede asociarse a la separación de la división social en sus grandes divisiones: agricultura, industria, etc. Luego estas familias se subdividen en especies; y por último, la división del taller con el nombre de “trabajo en singular” o “en detalle”.  Desarrolla una exposición histórica desde la familia al taller.
        La división de la manufactura sólo puede implementarse sobre un determinado grado “evolutivo” de la división social del trabajo.
        Sin embargo, pese a las muchas analogías y relaciones que existen entre la división social del trabajo en la sociedad y la que existe en el taller, hay una diferncia no de grado, sino de esencia: “¿Pero qué forma las relaciones entre los trabajadores independientes del criador de ganado, el curtidor y el zapatero? El hecho de que sus respectivos productos son mercancías. Y, por el contrario, ¿qué  caracteriza la producción manufacturera del trabajo? El que los trabajadores parcelarios no producen mercancía. Lo que es convierte en mercancía no es su producto colectivo.” (348-349)
        “En la división manufacturera del taller, la cantidad proporcional que primero da la práctica y luego la reflexión, gobierna a priori , como una regla, la masa de obreros asignada a cada función específica. En la división social del trabajo, sólo actúa a posteriori, como necesidad fatal, oculta, muda, perceptible nada más que en las variaciones barométricas de los precios de mercado, que se imopne y domina por medio de catástrofes el capricho arbitrario de los productores de mercancías. La división manufacturera del trabajo supone la autoridad absoluta del capitalista sobre hombres convertidos en simples miembros de un mecanismo que le pertenece. La división social del trabajo enfrenta entre sí a productores independientes, que en rigor no reconocen otra autoridad que la de la competencia, otra fuerza que la presión ejercida sobre ellos por sus intereses recíprocos, tal cmo en el reino animal la guerra de todos contra todos....” (350) Marx critica entonces las posiciones de la burguesía que denuncian los intentos de planificar toda la producción social: el régimen de fábricas, agrega Marx, sólo es bueno para los proletarios. Por tanto, la anarquía en la división social del trabajo y el despotismo en la división manufacturera del trabajo caracterizan al sociedad burguesa.
        Analiza el modo de producción asiático, de comunidades autosuficientes que desarrollan una producción de subsistencia y sólo mercantilizan el  excedente. Por su parte, las leyes de las corporaciones medievalaes impedían de modo metódico la transformación del maestro en capitalista, al limitar por rigurosos edictos  el número máximo de oficiales y aprendices que tenían derecho a emplear. “La organización corporativa excluía, pues, la división manufacturera del trabajo, aunque contribuyó a desarrollar sus condiciones de existencia al aislar y perfeccionar los oficios.”

V- El carácter capitalista de la manufactura

        “Un número considerable de obreros a las órdenes del mismo capital: tal es el punto de partida natural de la manufactura, tanto como de la cooperación simple. Pero la división del trabajo, tal como la exige la manufactura, hace del incesante aumento de los obreros empleados una necesidad técnica. El número mínimo que debe ocupar un capitalista lo prescribe entonces la división del trabajo establecia.” (352)
        Las cantidades, además, debe aumentarse en múltiplos según proporciones fijas en todos los grupos del taller; lo cual implica un aumento del capital variable y constantes (materias primas, salarios, infraestructura, máquinas, etc.) El carácter técnico de la manufactura se expresa en el requerimiento de un capital mínimo creciente para el capitalista.
        “Así como en general la cooperación simple no afecta el modo de trabajo individual, la manufactura lo revoluciona de pies a cabeza, y ataca en su raíz la fuerza de trabajo. Mutila al trabajador, hace de él algo monstruoso, al activar el desarrollo artificial de su destreza detallista, a expensas de todo un mundo de disposiciones e instintos productores (...). No sólo el trabajo queda dividido, subdividido y distribuido entre distintos individuos, sino que el individuo mismo es fragmentado y metamorfoseado en el resorte mecánico de una operación exclusiva, de modo que se realiza la absurda fábula de Menenio Agripa, que representa al hombre como fragmento de su propio cuerpo.” (353) El obrero es convertido así en propiedad del capital: “Lo que pierden los obreros parcelarios se concentra frente a ellos en el capital. La división manufacturera les opone la potencia intelectual de la producción como propiedad ajena, y como poder que los domina. Esta escisión empieza a crecer en la cooperación simple, en la cual el capitalista representa, respecto del trabajador aislado, la unidad y voluntad del trabajador colectivo. Se desarrolla en la manufactura, que mutila al trabajdor, hasta el punto de reducirlo a una parcela de sí mismo. Se completa, por último, en la gran industria, que hace de la ciencia una fuerza productiva independiente del trabajo y la enrola al servicio del capital.”
                “En la manufactura, el enriquecimiento del trabajador colectivo , y por consiguiente del capital, en fuerzas productivas sociales tiene como condición el empobrecimiento del trabajador en materia de fuerzas productivas individuales”. (354) Cita a Ferguson:

        “La ignorancia es la madre de la industria, tanto como la de la superstición. La reflexión y la fantasía están sujetas a error, pero el hábito de mover el pie es indepdendiente de ambas. Por consiguiente, las manufacturas prosperan más cuanto menos se consulta a la mente y donde el taller puede... considerarse una máquina, cuyas piezas son hombres.” (354) También cita a Adam Smith en que establece la relación entre el desarrollo de la capacidad de comprensión y las ocupaciones ordinarias de los seres humanos. Quien se desarrolla toda su vida en unas operaciones sencillas  “se vuelve tan estúpido e ignorante como esposible que llegue a serlo una criatura humana.” (354)  Agrega A. Smith, sobre el obrero parcelario: “La uniformidad de su vida estacionaria corrompe, como es natural , la valentía de su espíritu... Corrompe todas las actividades de su cuerpo, y lo hace incapaz de desplegar su fuerza con vigor y perseverancia, en cualquier otra ocupación que no sea aquella para la cual se crió. De esta manera , su destreza para su oficio especial parece haber sido adquirida a expensas de sus virtudes intelectuales, sociales y marciales. Pero en toda sociedad civilizada y avanzada, tal es el  esttado en que el obrero pobre, es decir, la gran masa del pueblo, tiene que caer por fuerza.” (355)

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