EL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO EN ESTRATEGIAS PREVENTIVAS BASADAS EN LA REDUCCIÓN DAÑO PARA EL CONSUMO DE  DROGA

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Vania Rammsy López
Asistente social del Programa de Prevención de Drogas, área comunitaria de la
  l. Municipalidad de Santiago.

 

Antes de referirme específicamente a los aportes que tiene el enfoque de reducción de daño en estrategias preventivas, es necesario recordar que el Trabajo Social comunitario desarrollado día a día y cara a cara  en el espacio en que conviven los distintos actores que conforman esta célula viva de la sociedad (la comunidad), no es posible concebirlo en su quehacer, ajeno a temas relacionados con los derechos humanos y del ejercicio de la ciudadanía, sobre todo cuando uno de los principios fundamentales de la profesión es promover la generación de procesos participativos tanto en la gestión de iniciativas como en la resolución de conflictos.

En este sentido el fenómeno del consumo de drogas por su compleja red de variables no está ajeno a conflictos relacionados con el ejercicio de la ciudadanía, convivencia ciudadana y derechos humanos. Es por ello que es necesario entenderlo libre de prejuicios y conforme a la realidad del contexto socipolítico y cultural en que se desarrolle.

A continuación reflexionaremos primero sobre algunos mitos que hoy están arraigados en la opinión pública de los chilenos y que favorecen la marginación y poca  participación en la solución de conflictos asociados al consumo de drogas.

 

Mitos y leyendas:

            Para quienes se han abocado al tema preventivo de drogas no se les hará difícil el re-conocer que existe en el imaginario colectivo diversos mitos relacionados con este fenómeno, que más que favorecer el protagonismo y la responsabilización individual y social, aumentan la alarma provocando que las respuestas más comunes tiendan a buscar en otros las soluciones a problemas relacionados con el uso de sustancias.

            Los mitos a los que me refiero se basan en generalizaciones  de sentido común que no necesariamente corresponden a una realidad medible, comprobable y menos oficial , algunos de ellos son la tan nombrada escalada de las drogas donde quien prueba una droga está condenado a probarlas todas; ó  a la relación droga igual delincuencia, droga igual enfermedad y muerte, joven igual drogadicto, ente otros.

            Sin duda los discursos de alarma social potentes en los medios de comunicación influyen de sobre manera en la comprensión de dicho fenómeno centrándose mayoritariamente en la sustancia y en el tráfico,  no así en la compleja red de variables asociadas a los  usos de las drogas. En aquellos mansajes no se explicitan los para qué los individuos las utilizan, en general demuestran una realidad en que los sujetos son atrapados por la “magia de las drogas” sin ninguna capacidad de decisión.

            Esta forma de ver y entender el fenómeno provoca reacciones en la opinión pública y más específicamente en la comunidad que como dijimos anteriormente favorecen la insegurización social, así como también una serie de estigmatizaciones hacia grupo de consumidores o aquellos que por sus apariencias o prácticas de grupo son considerados como delincuentes, sujetos con falta de normas,  problemas de autoestima o familiares, por consiguiente les son vedados espacios formales de participación como lo son juntas de vecinos, centros deportivos y culturales entre otros.

 

Reducción de  riesgos y de daños asociados al uso de drogas:

            Los programas de disminución da daños y riesgos  son definidos como “ el conjunto de estrategias tanto individuales como colectivas, que se desarrollan en el ámbito social, sanitario y terapéutico encaminados a minimizar los efectos negativos relacionados con el consumo de drogas”( ver O. Romani pag 181,182), tanto a nivel individual, familiar y sociocomunitario siendo desarrollado en la cogestión con los distintos actores.

El modelo de reducción de daño es un enfoque cuyas raíces se encuentran en el pragmatismo, surge en Europa     ( Holanda) como una forma de prevenir o reducir el contagio de SIDA por el uso de drogas intravenosas que mas tarde se ha ampliado en prevención secundaria y terciaria, sus fundamentos son el rescatar la vida y los derechos humanos(libertades) en el marco de la responsabiliozación social  e individual frente al tema.

            Este enfoque parte reconociendo la existencia del consumo a través de la historia, poniendo énfasis a la relación que tienen los sujetos  con las sustancias  y no haciendo separación entre drogas legales o ilegales, es por ello que se convierte en una alternativa de salud pública frente a los otros modelos moralistas  criminalistas basados en la tolerancia cero y su concepción demonizadora de las sustancias.

            Si bien las prácticas de uso de sustancias y el contexto sociopolítico son distintos en Latinoamérica y en nuestro país, es posible rescatar algunos de sus principios de modo que puedan ayudar a comprender el fenómeno de una manera más realista que favorezca  asumir actitudes más humanizadoras e integradoras en donde cada actor social pueda ser reconocido en su plenitud de derechos y responsabilidades frente a problemas que afecten su entorno familiar y comunitario., valor fundamental sin duda de nuestra profesión, es así que llamo a poner atención a las siguientes directrices del enfoque:

·      Reconocimiento del consumo como una experiencia normal, cotidiana ( no por ello calificable de buena o mala), existe como práctica milenaria formando parte del comportamiento y de las representaciones sociales. Esta realidad puede tornarse en problema, pero no es una condición normativa o generalizable.

·     Reconocimiento  de distintos tipos de consumo( experimental, ocasional, frecuente y adictivo) y de lasdiferentes relaciones que los sujetos pueden mantener con las sustancias para así establecer estrategias de trabajo que tiendan a la  incorporación de cada uno de ellos:

Sujetos activos con problema, es decir consumidores que debido a sus prácticas se pueden sentir afectados o dependientes, o la manera en que se relacionan con las sustancias generan conflictos con sus entornos social-familiar más inmediatos.

Sujetos activos sin problemas, son aquellos consumidores que con sus prácticas no se sienten ni  afectan a su red de relaciones más inmediatas (familia, grupo depares, laboral o educacional)

Sujetos pasivos con problemas, no son usadores de drogas pero se ven afectados por las prácticas de personas cercanas o de su entorno

Sujetos pasivos sin problemas, no consumen y no se ven afectados por las prácticas de su entorno cercano.

·      En la comprensión del fenómeno más que centrarse en la sustancia “ Drogas”, objeto inerte, es necesario centrarse en los sujetos,  comprender los para que de sus prácticas  y los posibles escenarios de conflicto asociados a estas.

·      Este centrarse en los sujetos implica el reconocimiento de la “ otredad”, vale decir concebirlos  y respetarlos integramente con sus capacidades, derechos, autonomía y posturas diversas. Por tanto el desarrollo de estrategias deben ser definidas de abajo hacia arriba vale decir desde los propios afectados tanto de consumidores como de no consumidores en sus propios escenarios de convivencia. En este sentido el trabajo social comunitario debe generar espacios para el empoderamiento en la solucionatica a sus propios conflictos.

·      Dentro de las estrategias preventivas y de tratamiento el ideal es lograr la abstinencia, pero también existe la posibilidad  de elecciones que contemplen el consumo. Para ello es importante educar e informar a fin de minimizar los escenarios de comflíctos posibles.

A nivel social comunitario este modelo busca trabajar  con los discursos tanto de consumidores como de no consumidores y  las representaciones sociales que existen en relación al tema ( mitos) de modo de aportar a reducir  la externalización e insegurización que existe en la búsqueda de soluciones a problemas relacionados con este fenómeno.

·      Para ello se hacen evidente desarrollar estrategias educativas y conversacionales en distintos escenarios de la comunidad, que apunten una mayor responzabilización frente al tema, como también el acercamiento a grupos en riesgo o con problemas asociados a sus prácticas de consumo.

·      Este modelo Incorpora  temas relacionados con la convivencia ciudadana y la  mediación entre los actores cuando la relación está en conflicto por una realidad de consumo. Así por ejemplo conflictos intergeneracionales, uso de espacios públicos.  

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